Partida Rol por web

Los bomberos se desplazaban con precisión profesional rodeando la iglesia, las llamas ahora contenidas asaltaban los edificios a izquierda y derecha con virulencia, ardían sometidos a los designios de una mano invisible. Alguien jugaba, no era casualidad que la Iglesia de la Ascensión se hubiera visto en aquella tesitura. El juego incluía a Marvin e iba más allá, era un juego cuyas reglas eran desconocidas pero tiraba de ellas dos, de Grace y de Ji-Soo. Al llegar al lugar podían sentir el calor, a su alrededor numerosos miembros de los cuerpos de seguridad impedían el paso.

La motocicleta de la corrompida, una deslumbrante Ducati 899 roja se detuvo, miraron para no ver más que el infierno alrededor del lugar de culto y algunos religiosos fuera, apartados, un sacerdote de gran peso sostenía su pequeña cruz en las manos, sus rezos habían sido escuchados y la construcción iba a salvarse.

Jayah se encontraba diez metros más allá del cura, su mente enredada sin terminar de comprender el sentido de la visión que le trajo hasta aquí. Había visto el fuego tratando de alcanzar a Marvin frente a aquella pintoresca iglesia mientras un sacerdote de gran peso le observaba compungido “te salvarás” repetía el cura al cantante de los sueños de la joven, las visiones la impulsaban a buscarle, a adorarle. En cada ojo de aquél hombre se reflejó una mujer, una delgada de cabello rubio y otra de pelo negro con semblante oriental, ambas estaban ahora allí también y por tanto todo encajaba, aunque Marvin no estaba, faltaba la pieza más importante. En su visión el fuego iluminaba dos grandes ojos situados en lo alto sobre ellas, los vio parpadear. No eran los del sacerdote sino que medraban entre sombras, miraban escondidos y entonces las llamas cobraron vida, se alejaron de Marvin y éste reaccionó dibujando una expresión de horror en su blanquecino rostro, quedó paralizado en esa emoción mientras veía arder a las dos mujeres, primero a la oriental, luego a la rubia.

La rubia, la reconocía ahora que podía verla tan cerca, ¡la hija de los Gretzler! La última vez que la vio contaba solo con quince primaveras y ahora era toda una mujer a la que el destino había traído también a Nueva York.

Me quito el casco. Pese a estar lejos del fuego,​​​​​​ detrás del perímetro de seguridad establecido por el cuerpo de bomberos, noto el calor del fuego tirar de la piel de mi rostro.  Mis ojos se ven atraídos por las llamas, por la purificación y la destrucción que suponen.  Aparto la vista.

-​​​​​​​​​​​¿Qué relación puede tener Marvin y la iglesia de la Ascensión? - pregunto a Ji-soo -¿Te suena que Marvin la nombrase alguna vez?  Si estuviese ardiendo la iglesia pagana de Lady Ivy, conocido refugio de vampiros, lo entendería.  Pero aún así debía de haber alguna relación entre la iglesia y Marvin, una que no sabíamos ver..

Ríos etéreos, ruinosas voluntades.

Mientras busco donde aparcar la motocicleta, mi mirada encuentra la de una mujer de cabellos rizados y oscuros ojos.  Me suena muchísimo y no se de qué.