Partida Rol por web

Vicky no se lo puede creer.

¡Markel! Grita con gran entusiasmo, y con emoción en su voz.

Sus piernas corren solas en su dirección y se lanza a abrazar a Markel.

Menos mal que estás bien.... Le responde casi sollozando cuando ya estaba con él.

¿Que son esas cosas? mal..di..cion... Quiero Irme!

Salgo corriendo en la direccion en la que se ha ido Markel...
Tengo miedo... estoy cansada... no puedo continuar.

Observo los acontecimientos mirándolos alternativamente... sin saber muy bien qué sucede y reaccionando con el grito del Monstruo. Cojo entonces el brazo de Andrés y tiro de él una vez más.

¡Corre!*

Markel, Salomón, Raúl y Victoria, salen corriendo hacia el interior del pasillo... mientras que Luis Piedrahita se cae al suelo torciéndose el tobillo, y Aurora, que se queda aterrada mirando gritar a la bestia... por otro lado, Anaïs se queda cogida de la mano de Andrés, puesto que este no se mueve un ápice.

tras caer aparatosamente, me arrastro un poco, alejandome del encapuchado, en uno de eos movimientos noto como el tobillo ruge de dolor, no quiero expresar una ninguna mueca de dolor, me contengo, intento levantarme, poco a poco, tomo de nuevo la posicion vertical, y saco mi varita.

Al ver gritar a la bestia Aurora abre la boca para gritar muy fuerte, pero se contuvo en el ultimo momento. Es mejor no demostrar miedo -penso-

Por temor a que si al lenvatarse volveria a caerse, Aurora empieza a Gatear hacia donde se han ido los demas.

Andrés escucha la orden de la mujer y asiente, girándose hacia sus compañeros con la varita en alto.

En ese momento, el conjunto de ataques hace que la mujer termine cayendo al suelo petrificada, junto con un grito de su acompañante. Andrés, al girarse de nuevo para mirarla, no puede más que enviar una mirada furiosa a quien lanzó el petrificus, Raúl, pero éste ya había huído.

Anaïs tira de su mano para correr, pero él se resiste, soltándose con brusquedad y apuntándola con la varita. Su mirada sigue vacía, aunque sus palabras van cargadas de odio por quienes han herido a su ama.

¡¿QUÉ HACÉIS?! Grita horrorizado. Apunta a Aurora ahora con su varita.

¡Expulso! ¡Nadie va a salir de aquí hasta que ella se recupere! ¿¡estamos!? Parece desquiciado mientras habla. Desesperado por ver a su ama tendida en el suelo y no poder hacer nada para detenerla. Da un par de zancadas poniéndose delante de Aurora y cortando el paso a cualquiera de los alumnos que quieran seguir a los demás.

Me quedo mirando a Andrés cuando este rechaza mi mano y me aparto... me confundo: no entiendo qué está haciendo ni diciendo. Frunzo el ceño.

- ¿¡Pero qué estás diciendo, Andrés!? ¿¡Te has vuelto loco!? - le chillo.

-Anais!!!-llama a la muchacha pronunciando su nombre erroneamente-Él está  bajo un hechizo apartate de él, puede herirte!!!!-avisa, mientras el muchacho se levanta del suelo.

La mujer se levanta nuevamente... ayudada por el hombre encapuchado. Está sonriendo, aunque os mira a todos con una mirada gélida... se frota el pecho, allí donde ha habido el impacto.

- Vaya... no lo hacéis nada mal por no ser más que unos mocosos... - les dice, sin dejar de sonreir - Pero... es una lástima... - mira a Andrés y aun ayudada por el encapuchado se dirige a él, el cual no se mueve ni un ápice.

De seguido le coloca ambas manos en las mejillas y le da un beso en la frente... podéis ver como Andrés López parpadea un par de veces y mira alrededor... algo confundido. Ella lo suelta y vuelve a dar un par de pasos hacia atrás.

- En realidad no quería asustaros... pero soy demasiado impulsiva... ¿por qué no os unís a mí?

¿Qué coño...?

Da un paso atrás, asustado, mirando hacia todos lados y separándose de la mujer todo lo que puede. La sangre ha huido de su cara y ahora está completamente pálido. Un sudor frío cubre su cara. Mira a Anaïs, sin dejar de mirar de reojo a la mujer de vez en cuando.

¿Qué ha pasado? Consigue preguntar, con la boca seca y un hilo de voz.

Al ver que es el Andrés de siempre, me dirijo a él y lo cojo de la mano de nuevo, mientras le dedico una fugaz sonrisa... ya pensaba que se iba a quedar así siempre... siento un gran alivio al ver que simplemente estaba hechizado.

- Estabas hechizado, Andrés, pero ya estás bien...

Miro ahora a la mujer, mientras frunzo levemente el ceño.

- ¿Unirnos a ti? ¿Para qué?

Luis observaba a la pareja de extraños, no les tenía miedo, sólo que no estaba agusto con su presencia, y si las cosas se ponían mal, no  tendría tantas posibilidades de huida como sus compañeros... así que decidió separarse un poco de la mujer y el hombre.

Ita caminaba hacia atras, para que el espacio entre la mujer y él, fuese el mayor posible, esta vez no quería dar la cara, esta vez no.

Sonríe a Anaïs, y también a Andrés... la mujer se agacha y coge la varita ya en tamaño normal que había reducido Salomón antes, no hace nada con ella, se la guarda al cinto.

- Para hacer un nuevo mundo... donde habrá una nueva manera de hacer magia... - le responde, sin dejar de sonreir.

Todabia tendida en el suelo, Aurora mira fijamente en todo momento a la extraña mujer.

¿Es que crees que somos ingenuos? ¡ES OBVIO QUE QUIERES ENGAÑARNOS!

Doy un respingo al escuchar el grito de Aurora. Qué escandalosa.

- ¿¡Por qué no mantienes un tono de voz más bajo, niñata!? - pues a decir verdad, lo que había dicho la mujer... a mí me había interesado, o almenos, me había aumentado el interés... - ¿Una nueva manera de hacer magia? Explícate...

No puede evitar esbozar una leve sonrisa...

Andrés mira a la mujer con nerviosismo... eso de que controlaran sus actos sin que él se diera cuenta, no acababa de gustarle... ¿o sí? Mira de arriba abajo a la extraña hasta que Anaïs llama su atención. Sonríe de medio lado al ver como hace callar a Aurora. Se cruza de brazos, algo más tranquilo, y se situa un paso detrás de Anaïs, a su derecha, dispuesto a escuchar.

- Una nueva sociedad donde no haya magos que no se lo merecen... al fin y al cabo, algunos sabemos quién son los buenos de verdad - respondió clavando sus pupilas en las de Anaïs, parecía que podía sentir la aura de aquella chica. Miró entonces a Andrés y siguió sonriendo. - El Ministerio os tiene a todos controlados como corderitos... sin tener en cuenta vuestras opiniones, nosotros en cambio, queremos escucharos e intentar... comprenderos.