Partida Rol por web

De acuerdo, dice África mientras reprime una risita al ver la reacción de Sofía.

Esto sí que ha sido un flechazo...

Aún algo sonrojada, Sofía coge uno de los montones dándole la espalda a sus nuevas amigas dando por hecho que la seguirían.

Sofía entra en la habitación cuidadosamente tocando la puerta.

Emmm.. ¿Sara?

Me asomo por encima del hombro de Sofía, la preocupación se nota en mi cara, no digo para no agobiar a Sara y espero a que responda a Sofía.

Soy la última en llegar y, educadamente, espero tras mis dos amigas, aunque atenta de escuchar lo que ocurre.

Sentada en la cama con la almohada entre mis brazos se oyen algunos sollozos... Miro hacia abajo y el cabello me tapa casi toda la cara. Al oir entrar a mis compañeras doy un suspiro inspirando aire e intento parar.

No quiero montar ninguna escenita...

Lo siento chicas, no queria fastidiaros el primer día... Digo mientras me seco la cara de alguna lagrima que habia soltado. La voz aún esta algo entrecortada pero me esfuerzo en aparentar un poco de serenidad.

Sofía se acerca y se sienta al lado de Sara. Le pone una mano encima del hombra tranquilzándola.

Tranquila. Estamos aquí para ser de apoyo. A partir de hoy somos una familia. Por favor, no lo sientas, ni pienses que estás fastidiándonos.

Todo esto, Sofía lo dice con un tono de lo más suave y amable que hacía sentir seguro a cualquiera.

Por favor, ¿quieres contarnos lo que ha pasado? ¿Tú, estás bien?

Entro en la habitación y me pongo en cuclillas delante de Sofia y Sara.

Claro que no fastidias nada, lo importante es que estes bien. Nos tenías preocupadas. Digo reafirmando las palabras de Sofía sonriendo comprensivamente.  Sí, ¿por que fuisteis allí despues de que nos dijeran que era peligroso? es una suerte que salieras tan bien parada... me callo lo que iba a decir de la otra chica, no hay que echar más leña al fuego.

Me uno al grupo, sentándome al otro lado de Sara Carbonés. Le apoyo una mano en la rodilla, para reconfortarla, mientras le digo: Sí, no seas tonta, Sara, ya te lo ha dicho Sofía. Somos una familia, y estamos para ayudarnos, así que no digas que nos fastidias, y me callo para escuchar lo que sea capaz de decirnos en su estado.

Oís una voz masculina por las escaleras.

Cita :

Mientras que esperan a que Sara les cuente algo, las lechuzas pasan alborotadas cerca de la ventana de la habitación. Sofía desvía la mirada y mira hacia la ventana momentáneamente. Parece que no augura nada nuevo. Pero de momento debía animar a Sara.

Vamos, Sara. Cuéntanos. Nosotras te escuchamos. Luego bajaremos a cenar todas juntas felices.

Sofía le sonríe.

Es verdad, debía ir al despacho de la profesora Montano. Luego se lo diré.

Cita:

Sofía suspira y hace caso omiso a la voz que se escucha abajo.

El grito probeniente de la sala común me molesta bastante, aunque es cierto lo que dice, por el poco tacto que demuestra. Antes de enfrentarse a la profesora Sara tiene que calmarse. Acto seguido un ruido de lloro de gato llega tambien desde la sala común.

¿Que estaran haciendo estos..? no saben estarse quietecitos un rato. Digo viendo hacia la puerta, finalmente me levanto la sonrisa que suelo llevar en la cara a desaparecido por una vez. Ya me contareis voy ha calmar la fiesta que tienen montada ahí abajo.

En vista de que Sara es incapaz de pronunciar ninguna palabra, Sofía levanta la vista hacia África.

Es la hora de cenar. Quizás debamos comer algo...

Vuelve a darle ánimos en la espalda de Sara Carbonés.

Tranquila, ya nos lo irás contando poco a poco. No te preocupes, pero que sepas que siempre estaremos apoyándote. Por cierto, la profesora Montano quería que fueras a su despacho....

Sofía se levanta de la cama y dice jovialmente.

¿Nos vamos, chicas? Tengo muuucha hambre.

Sofía se dispone a bajar por las escaleras. Quizás no debería presionar a Sara. Cuando esté preparada, les contaría. O eso esperaba. Esperaba que Sara pudiera confiar en ellas.

Vayamos a cenar, sugiero con una sonrisa. Seguro que la comida te asienta el cuerpo y te hará sentir mejor. Sé que es difícil asimilar lo que ha pasado, pero ni puedes ni debes hundirte, la animo. Ahora toca ser fuerte. Después de cenar te acompañaremos al despacho de la Profesora Montano, ¿vale?

Toco en la puerta con cuidado.

Chicas hay que ir a cenar, daos prisa o llegaremos tarde. Algunos ya fueron llendo para el Gran Comedor nos estan guardando sitio...

Me seco la cara aunque ya no me quedan lagrimas. Miro a las chicas y digo...

Gracias por estar aqui conmigo... en la cena si me veo con fuerzas os contare lo que paso.

Me levanto aún suspirando... No he de apenarme, he de dar gracias que a mi no me paso nada.

Vamos juntas pues... refiriendome a la cena.

Tras dar unos pasos hacia la puerta... Chicas de verdad, gracias por todo.

Empezamos a encaminarnos hacia el Gran Comedor en cuanto todas estemos listas...

No hay nada que agradecer, Sara, para eso estamos, digo sonriendo al ver que al fin se anima un poco. Además, sabes que puedes contar con nosotras para lo que haga falta. Venga, vamos al comedor que al final pasaremos hambre después del disgusto, digo riendo.

Salimos por la puerta en dirección al Gran Comedor. Me miro el reloj.

Oh, ¿ya es tan tarde? Me parece que tendremos que correr, digo mientras cojo de una mano a la Sara que estaba en la habitación y de otra a la Sara que esperaba junto a la puerta y comienzo a correr, tirando de ellas unos metros y soltando sus manos al poco rato. ¡La última en llegar hace los deberes de mañana de las demás!

A ver si así la animo un poco más.

Sofía entra por la habitación.

Vaya, ¿no ha llegado nadie aún?

Sofía se siente algo culpable por haber sido la primera en abandonar la mesa. Pero eso no significaba ni mucho menos que menospreciara los sentimientos de los demás. Ojalá las chicas no lo hayan malinterpretado.

Espero que Sara se encuentre mejor...

Sofía se cambia de ropa y se acerca a la ventana. La luna brilla mucho, la luz entra directamente por su ventana.

Mamá.. Papá...

Su primer día de colegio.