Partida Rol por web

Cristina volvió a aguantar el discurso del primero impasible... bueno con un ligero movimiento de su dedo índice sobre la taza, no estaba deacuerdo con él y tenía toda la pinta de que nunca iban a estar deacuerdo en nada, pero lo había mandado llamar para aclarar las cosas y firmar una tregua y eso era lo que iba a hacer.

- Señor Mukherjee, vuelva a tomar asiento, aún no he terminado con usted- le indicó señalándole el asiento- me temo que no me ha entendido usted nada de lo que he dicho. No se trata de que usted me halla desobedecido, no se trata de que pida mil disculpas, no se trata de que yo no sea capaz de entender su situación, no se trata de que todos cometamos errores. Se trata de que es usted el que no se ha puesto en mi lugar.

Espero a que el hindú la escuchara sentado para continuar

- Son muchos los incidentes que hemos tenido por conato de desobedencia, entre ellos los del señor Lightman, como recordará. Antes de embarcarme en esta nave no conocía a ninguno de mis oficiales, ni ellos me conocían a mí, supongo que por ese motivo la desconfianza es lo primero que nos hace rebelarlos ante los que son nuestros superiores, eso es algo inherente al ser humano, el respeto no viene nunca implícito hay que ganarlo. Por ese motivo no me gusta que ninguno de mis oficiales tenga subidas de tono, tengo experiencia en la flota, he asumido el papel de capitán en funciones como primero del capitán Kane, pero esta es al fin y al cabo mi primera misión como capitán. Lo que significa que la responsabilidad es mayor y que lo que más me desagrada es que se me hagan perder los nevios delante del resto de oficiales.

En aquel momento Cristina se levantó del asiento y dió un ligero paseo por el camarote, dándole la espalda a Muk se quedó unos segundos mirando el retrato de su antepasado.

- No es usted el único que estaba en tensión, todos hemos vivido acontecimientos que sencillamente nos han superado. No deseo seguir discutiendo con usted, porque me he dado cuenta de que nada de lo que le diga le hará cambiar de opinión, de la misma manera...- se giró para mirarlo a él a los ojos- que usted no lo hará conmigo. Todos obramos acorde con lo que consideramos que era lo mejor para resolver la situación. Yo no podía saber por la reacción que usted tuvo en el puente, que deseaba quitarme el dispositivo ni lo que había estado haciendo, porque estaba sedada. Ollander trató de comunciarse con usted, pero no estaba en su puesto. Todos actuamos movidos por la celeridad... no había tiempo.

-Si usted desea seguir en la Excalibur, no seré yo quien le diga que se vaya es más por el mero hecho de haber tenido varias discusiones con usted, mi deseo es que sea castigado teniendo que soportar mi presencia- no sonrió, lo decía en serio- No le estoy pidiendo que obedezca sin rechistar, su trabajo es asistirme y llevarme la contraria si estoy equivocada, pero no se le ocurra volver a gritarme ni ordenar que me apunten con un phaser si vengo de tener que vérmelas con un insoprotable vulcano asesino del futuro.

No, está claro que no nos pondremos de acuerdo

-Todo lo contrario capitán, me he puesto en su puesto, pero creo, con toda flanqueza y sin pretender ofenderla, que quien se está agarrando a su puesto es usted y no se coloca en la posición de los demás.

Aakesh se sentó

-Supongamos que algún otro miembro de la tripulación hubiese pasado por lo que pasó usted, le enviamos, como a usted a enfermería y de pronto, como usted se presenta en el puente de mando sin que le hubiesen informado, ¿que hubiese hecho?, no voy a decir que le gritase, me ha quedado claro que usted es capaz de mantener la calma mucho más que yo, que soy más temperamental, pero, ¿le hubiese permitido, sin más, volver a su puesto?, ¿no le hubiese tenido controlado, apuntándole si es necesario, mientras comprobaba su estado?, es más, si mi forma de actuar le está molestando, he de entender que también lo estaría con quien hubiese dado la orden, saltándose su autoridad, ¿me equivoco capitán?

Guardó silencio

-Ollander afirma que intentó ponerse en comunicación conmigo, yo estaba en la cantina hablando con Donalson, pero no me llegó ninguna comunicación. Si es así entonces Ollander habría actuado bien, y en ese punto me retractaria de mis opiniones y comentarios, pero hasta el momento no tengo ninguna confirmación, no tengo constancia de que las comunicaciones fallasen. Pero no puedo estar de acuerdo con usted en que ese momento me extralimité en mis funciones, y más por ordenar que le apuntasen, lo quiera o no estaba al mando y actué como tal, bien o mal, y lo seguiría haciendo aunque usted fuese el almirante general de la flota y mi destino fuese acabar en un asteroide prisión el resto de mis días. En ese momento usted era un elemento impredecible y no podía saber si estaba libre del dispositivo o bajo control, por lo tanto, lo mínimo que podía hacer es que le apuntasen hasta comprobar que había pasado, por el bien de todos.

De nuevo guardó silencio

-No pediré el traslado salvo que usted me lo diga directamente, pero sí que pediré que una Junta evalúe mi proceder, aunque eso me cueste la carrera. Por lo demás, estar bajo su mando, hasta el momento, será un...castigo, si usted quiere llamarlo así, que con gusto cumpliré, pero también le quiero dejar algo claro, con la flanqueza que el momento me otorga...

Calla unos segundos y mira a los ojos a la capitán

-La normativa es clara, y si vuelvo a estar en una situación similar, y me veo en la necesidad de ordenar que le apunten con un phaser porque considero que usted, o cualquier otro miembro de la tripulación, puede poner en peligro la seguridad de la tripulación o de la nave lo haré, y lo haré porque también es parte de mi trabajo, al igual que esperaría que lo hiciesen conmigo si considerasen que soy un peligro para esta nave.

Da un paso al frente

-Conoce mi historial y sabe lo que tuve que sufrir, entonces comprenderá que haré lo que tenga que hacer, para evitar el destino de la Ulysses, aunque eso signifique acabar con mi carrera o con mi vida, capitán. Si no lo hiciese no tendría sentido el sacrificio y el destino de mis antiguos compañeros, ni servir en la Flota ni portar este uniforme. Eso si, tenga por seguro que nunca haré nada pasando por encima suya, acataré sus órdenes esté de acuerdo o no, y le expresaré mi opinión y sugerencias al respecto, como hasta ahora.

De Alba, nuevamente hizo gala de sus buenas maneras controlando lo que su instinto le pedía, asestar un puñezato al hindú por todas las blasfemias que estaba soltando sobre ella.

- Vaya... ¿puedo hablar ahora? Gracias- dijo de manera sarcástica-Si lo que pretende es no ofenderme lo ha hecho de mil formas y debería de agradecer que sea capaz de controlar mi termperamento puesto que a ningún otro capitán hubiese podido usted decirle lo que me acaba de decir ahora mismo- Cristina lo miró con desprecio pero continuó hablando con tranquilidad, no iba a montar el espectáculo que él queria- Con respecto a que hubiera hecho yo, le hubiera controlado y comprobado el estado pero teniendo en cuenta que quien se presentó en el puente lo hizo desarmado y colaborador en todo momento… creo que me hubiese ahorrado los gritos y los phaser, que es lo que le vengo diciendo desde el principio y por lo que se inció la discusión. Lo que está claro es que no ha escuchado nada de lo que le he dicho, no discutí por tomar medidas, ni porque asumiera el mando que yo misma le otorgué al salir del puente, sino por sus formas hacia mi persona, acaba de reconocer que no es capaz de mantener la calma y eso es lo que le vengo recriminando. Se puso a discutir conmigo delante de todos los oficiales- Cristina quería permanecer calmada pero la testarudez de Muk a reconocer el verdadero motivo de su descontento, la estaba cabreando- y eso es lo que no le perdono y estoy tratando de que comprenda... sin éxito, según veo.

-¿Sabe que es lo que más me molesta de usted? Que está tan encabezonado en que sigo estoy aferrada a mi puesto que no ve que lo único que está haciendo es dar vueltas sobre el mismo tema, para demostrar que el único que ha obrado correctamente ha sido usted, porque se cree mejor… estoy cansada de repetir como pasaron las cosas y de seguirle su juego. Especialmente porque ya me ha quedado claro el tipo de persona que es. En vez de estar más preocupado por resolver los grabes problemas que tenemos por delante, como es el tema de Sirril, y el regreso a casa prefiere seguir dándole vueltas a lo mismo ¿Quiere que analicen el incidente? Pues hágalo y ya de paso pida un consejo de guerra para mí, que es al fin y al cabo lo que está buscando desde el principio- “Rata asquerosa” pensó sin poder evitar que una expresión de asco deformara su expresión.

De Alba comprendió que Mukherjee seguiría dándole vueltas a la misma mierda con tal de demostrar que llevaba razón y  quedarse por encima de ella, y sencillamente Cristina estaba harta de verle la cara y de escuchar su voz. Había tratado de resolver el conflicto y darle la oportunidad de conocerla que era lo que pensaba que estaba fallando, para poder seguir adelante sabiendo que podía contar con su primer oficial. Pero a él le preocupaban otras cosas, no era capaz de entender que no le estaba recriminando su actuación sino sus formas y que no había hecho otra cosa que repetírselo hasta la saciedad, porque no podía permitirse que más oficiales se saltasen a la torera la cadena de mando y que lo más pie daba a esas situaciones eran discusiones como las que ocurrieron entre ella y él en el puente.

-Ahora me ha quedado una cosa clara, las palabras de la doctora Walker cobran más sentido que nunca. No puedo confiar en nadie y debo guardar mis espaldas… muchas gracias por la aclaración- añadió poniéndose rígida, nunca más volvería a abrirse con él, debía tratarlo como a un enemigo con quien debía trabajar para llevar la nave a casa

Aakesh se quedó mirando fijamente a su capitán. En sus ojos se percibía enfado, rozando la furia, pero el hindú se mantuvo sereno, o más bien aparentemente sereno, ya que un interior clamaba por decirle cuatro cosas a la mujer que tenía delante y a la que hasta hace poco respetaba. Soportó estoicamente su mirada de desprecio y la mantuvo unos segundos antes de responder.

-Capitán, me pide que hable con franqueza y ahora parece que le ofende. Bien, estoy de acuerdo con usted en que no nos vamos a poner de acuerdo, válgame la redundancia, pero antes de irme permítame que le diga un par de cosas más. Afirma que sólo doy vueltas a lo mismo, perdone, ¿pero no es lo que estamos haciendo los dos desde que comenzamos a hablar?, todo gira en torno al incidente del dispositivo en su cabeza, los demás hechos, seamos sinceros, fueron salidas de tono, malentendidos, como quiera llamarlo, secundarios, de los cuales yo al menos no fui consciente, y de los cuales me he disculpado aunque usted no quiera aceptar mis disculpas.

Guarda silencio aguantando como puede la mirada y el desprecio de la capitán

-Volviendo por enésima vez a lo del puente, ¿estaba desarmada?, no sé si usted estaba desarmada, ahí mire, me ha hecho ver un fallo en mi proceder, no sólo tendríamos que haberle apuntado con los phasers, sino también registrarla para ver que no llevase ningún arma ni ningún dispositivo que pudiese detonar en el puente de mando, aunque seguramente si lo hubiese hecho hubiese acabado en las celdas o expulsado de la nave. Lo quiera ver o no, hubiese procedido bien o no, usted hubiese hecho lo mismo o hubiese cometido un error de seguridad por fiarse de una persona que podría estar controlada por un enemigo que nos deseaba muertos y de cuya tecnología no conocemos nada. ¿Es usted capaz de asegurar que el dispositivo al estar activado no pueda dar una sensación de cordura y disimulo en la persona que controla como no le pasase nada?, creo que no capitán. Tal vez usted hubiese corrido el riesgo, yo no. Y perdone que insista tanto en este punto, pero es lo que nos ha enfrentado y lo que en verdad le molesta, y me cuesta entender como una persona tan inteligente como usted no vea lo que quiero decir.

Calla, se mantiene serio, pero sus ojos reflejan un odio nunca visto en una persona como él

-Y si lo que le molestó fueron mis formas, no mis actos, como he dicho soy más temperamental que usted, grité al verla porque no me la esperaba en el puente, y no sabía si estaba o no controlada, los gritos no iban para usted, fueron consecuencia de verla. En tal caso, de nuevo le ofrezco mis disculpas, quiera o no aceptarlas.

Si lo que le molestó en verdad fueron mis gritos y no lo demás, apaga y vámonos

-Ahora bien capitán, ¿como puede decir que no me preocupo por los problemas de la nave?, me parece increíble que usted me diga esto. Desde que nos encontramos en esta situación he estado trabajando, como toda la tripulación, primero para salir vivos y ahora para regresar a casa. Este incidente, para mí, ahora es secundario. Agradezco que, a pesar de la situación, haya querido solucionar nuestros problemas, aunque es una pena que al final haya sido todo lo contrario y la brecha que hay entre el capitán y el primer oficial de la Excalibur es más grande y posiblemente insalvable. Pero no cuestione mis prioridades, capitán.

No sobreviví a Sirius C para que una niña rica me venga a decir que no me preocupo por los míos ni por la seguridad de la nave, solo porque le he alzado la voz.

Guarda silencio de nuevo, mira al suelo, a un lado y de nuevo a la capitán.

-Lamento toda esta situación, y lamento de veras que no confíe en mi. En cuanto mis obligaciones lo permitan tendrá mi solicitud de cambio de destino en su ordenador. Si el capitán no confía en el primer oficial y así se lo hace saber, es obligación del primer oficial, por el bien de la nave, irse. Asimismo le hago saber que voy a solicitar que una Junta evalúe mi actuación, no por orgullo, arrogancia ni nada por el estilo, -para esto estás tú, que te bastas y sobras- y mucho menos para intentar incriminarla de algún modo y que tenga un consejo de guerra, no sé que se ha creído el tipo de persona que soy -evidentemente en alguien que no es de fiar por no darle la razón-. En este asunto, por las circunstancias que nos han tocado vivir, creo que hemos perdido la perspectiva y la objetividad y si actué mal quiero saberlo para actuar en consecuencia y asumir el castigo que me corresponda. Usted, en esta situación estuvo al margen, así que no se preocupe, le tocará testificar y poco más, y no le pasará nada -tu culito estará a salvo querida, si es lo que tanto te preocupa-. Si hay algún consejo de guerra contra usted, será por la denuncia que haga la teniente Isathaa contra todos nosotros, así que en tal caso me tendrá que aguantar en el banquillo de los acusados junto a usted, capitán. -afirma sonriendo, sonrisa que desaparece rápidamente de su rostro.

Aakesh se pone de pie y de nuevo en posición de descanso

-Si no hay nada más capitán, solicito permiso para retirarme.

Guardate las espaldas pero no de mi, yo no he venido del futuro a matarte, maldita zorra arrogante

De Alba ya estaba más que harta del hindú, especialmente porque a pesar de la buena intención con que ella lo había hecho llamar seguía insistiendo en despojarse de toda culpa y mirarla como si fuera una niñata estúpida que había llegado a esa nave por recomendación.

- Le repito por enésima vez que el único que está insitiendo en el tema del maldito dispositivo es usted, que no estoy dispuesta a tolerar las faltas que ha cometido sobre mi persona y que indudablemente no me conoce, ni lo va a hacer. Mi único animo era traerle aquí para terminar de aclararle las cosas que me han molestado, porque estaba segura que usted iba a volver a insistir en el tema en cuanto tuviera ocasión y quería dejarlo zanjado para ponernos a trabajar en lo que tenemos entre manos. Pero después de su reacción me ha dejado claro que hay que andarse con cuidado con usted, es testarudo y más orgulloso de lo que usted cree, pero no le he traido para insultarle, ya estoy cansada de esta discusión. No quiero más disculpas, no quiero más supuestos, lo único que le he venido pidiendo es que cumpla con su trabajo y no vuelva a tener una discusión conmigo delante del resto de la tripulación y creo que eso no es nada complicado de comprender- encima tenía la poca verguenza de decirle que era tonta- ¿Quiere usted que sea su conducta evaluada, quiere presentar su dimisión cuando lleguemos a tierra y continuar dándole a vueltas a lo de antes? Hágalo, haga lo que quiera y no es necesario que se posicione a mi lado, en el caso que yo también sea evaluada, porque está claro que de hacerlo no estaría actuando acorde con la opinión que se ha labrado sobre mí. No tengo necesidad de que nadie me cubra, ni tener que estar justificandome constantemente por algo que se solucionó- y menos usted que lo único que hace es buscarme la boca y luego dárselas de perfecto oficial, hay que joderse- La que más lamenta esta situación le aseguro que soy yo. Retírese

Le ordenó finalmente muy seria, sintiendo como el peso de la soledad y la incomprensión se cernía sobre ella, no podía contar con el primer oficial, no podía contar con el oficial científico... ¿A quien podría recurrir en aquellas horas aciagas que se cernían sobre todos?, todas las personas necesitaban hablar y ser liberados de su carga para asumir nuevos retos, pero ella, ella sencillamente no podría hacerlo, su mirada se oscureció era mucho el peso que tendría que soportar pero permanecería firme, tenía que hacerlo.

Sobre la estantería reposaba un cuadro de la antigua tripulación de la capitán, en dicha instantánea destacaban dos figuras en especial, la de la propia Cristina vestida con el uniforme de primer oficial y a su lado el capitán Kane con expresión de orgullo. La sonrisa de De Alba lucía inmensa y cristalina, una sonrisa que costaba imaginarse en la mujer que ocupaba aquel camarote.

Las ordenes estaban dadas y la reunión se dio por concluida. La cuenta atrás para el inicio de la misión había empezado y no eran pocos los preparativos.

Pero había algo que Sirril tenía pendiente, los últimos acontecimientos no habían dado tiempo para mucho sobretodo porque Sirril paso casi dos días en una especie de retiro personal. La puerta del camarote sonó y cuando Aleksandra abrió la puerta allí se encontró al vulcano.

¿Puedo pasar?

dijo escuetamente mientras la alférez le permitía el paso.

Queda poco para que salgáis en la misión pero no quería que te fueras sin haber hablado. No se porqué exactamente pero sentía la necesidad de hacerlo.

El vulcano parecía extrañamente cercano o al menos más de lo que a un vulcano se le podía presuponer.

Eres la última persona que estuvo conmigo allí abajo según los informes, no puedo recordar nada desde el momento que nos desmayamos, nos separamos y tu y yo llegamos al puesto de mando ¿Que paso allí?

Al final de la reunión hubo momentos para todo, incluso para las risas a tener en cuenta el pequeño pique personal que se traían varios compañeros. Lo de Ollander y Johnny fue gracioso y aunque seguramente la Capitana no opinara igual que Aakesh le llevara la contraria ponía su punto.

Salí de la ducha, disfrutaba de un momento de relajación en mi camarote antes de la sesión de cine . Acicalarme un poco y mirar de vestir por una vez de forma informal para la ocasión. Lo que no me esperaba era tener una visita en esos momentos. 

- Un momento por favor.-

Me vestí de forma apresurada, dejé la toalla sobre el mueble del baño y poco mas, no me dio tiempo a hacer un recogido con mi cabello, así que el pelo quedó alborotado . 

- ¡Ah!..hola. No esperaba visita, así con lo del cine tan próximo. Claro, puede pasar.- Me quedé un poco parada al encontrarme a el justo en la puerta pero de forma rápida reaccioné para invitarle a pasar. 

- Disculpa el desorden, me estaba arreglando. - Atajé intentando recoger lo que estuviera fuera de lugar, dando tiempo para que se explicara, aunque en parte intuía que quería hablar de lo que pasó en ese planeta.

- ¿Realmente quieres saberlo?. - No esperé su respuesta, mis pensamientos reflexionaron en voz alta. - Si, supongo que si , de otra forma no habrias venido.-

- Es difícil explicar todo cuanto paso mas allá de mi informe. Tienes que pensar que fueron momentos muy intensos y díficiles que vivímos juntos. Cuando eso ocurre las emociones y sentimientos se vuelven mas...intensos.- Perfecto, dile eso a un Vulcano, lo habrás dejado mas preocupado. 

- Creo que tu pueblo puede percibir pensamientos, recuerdos de mentes ajenas. ¿Quieres...?.- No me gustaba que hurgaran en mi cabeza, pero entendía su necesidad y me preguntaba si lo que descubríría traería una parte de aquel que se sacrificó de vuelta.

Había algo diferente en ella, era la primera vez que Sirril la veía sin uniforme pero su forma de hablar distendida resultaba intrigante para una raza como la vulcana que siempre actuaba de la misma forma en cualquier ambiente o situación.

Gracias

Respondió el vulcano ante la invitación de la alferez, Necesito conocer lo que paso, no puedo dejarlo pasar sin más, algo dentro de mi... es como si algo me faltara como una sed que nunca cesa.

Aquellos recuerdos parecían ser duros para Aleksandra, su todo de voz vibraba sutilmente al hablar sobre aquellos momentos al menos con Sirril, el vulcano quedo sorprendido ante la proposición de Aleksandra pues demostraba una gran confianza.

¿Estas segura?respondió el vulcano mientras la alferez asentía mirándole a los ojos, esta bien

El vulcano acerco sus manos al rostro de Aleksandra invitandole a cerrar los ojos, No te dolera, tan solo piensa en tus recuerdos y yo los veré. el tacto de las manos de Sirril era suave y cálido acorde con el rostro de la bella mujer.

El vulcano cerro sus ojos concentrándose en el vinculo que les comenzaba a unir.

Cerré los ojos, tal y como me había pedido, sintiendo su cercana presencia y el tacto de sus manos en mi frente. Lo siguiente fue concentrarme en los recuerdos de ese día, en el planeta, la pirámide..

 Después de abatir a los guardias que salieron a nuestro paso llegamos a la sala de control donde su acceso nos dió muchos problemas, una puerta con un sistema de seguridad que repelía a los intrusos con descargas. Sirril consiguió descifrar la apertura y entramos. Entonces se giró por un instante y me miró a los ojos.

Hemos luchado mucho para llegar hasta aquí, la única manera es fusionarse de alguna forma en este agua con la máquina. Yo lo haré, pero si algo me sucediera encárguese de cumplir la misión, desconecte, rompa o lo que sea necesario para desconectar ese rayo tractor y el escudo que interfiere las comunicaciones y con ello el transportador. Una vez hecho póngase en contacto con la excalibur, denle sus coordenadas y salgan de aquí... No dude ni por un instante aunque eso signifique que mi mente se quede atrapada en la máquina

La forma en que me miró directamente me dió cierta tranquilidad, me gustaba esa complicidad y no entendía bien el porqué.

¿A entendido sus ordenes? Me repitió.

- No dejaré que muera, estaré aquí, para terminar la misión y cuidar de que ambos salgamos de esta. Es una promesa.

Si me pasará algo, no deje que mi muerte sea en vano y acabe la misión.

Fueron sus últimas palabras antes de entrar en una especie de fusión mental con la máquina.

Pasaron largos minutos de espera, me sentía inútil sin poder ayudar en aquello que estuviera haciendo. Entonces de nuevo escuché su voz, venía de todas partes en aquella sala de control.

Aleksandra, no puedo verte con mis ojos pero puedo sentir tu presencia. Empiezo a comprender, a ser consciente de que llega el fin, vinimos por una razón y casi hemos cumplido nuestra misión, tan solo resta poner a salvo a la tripulación... no importa el sacrificio de unos pocos por el bien de muchos... has demostrado ser muy competente y capaz y tus habilidades serán necesarias en la Excalibur, ha sido un honor trabajar y sufrir a tu lado... no nos volveremos a ver al menos no con estos ojos...

Había tomado su mano con la mía. Estaba temblando y mi voz sonaba entrecortada. Impotencia, rabía, pesar...dolor. Pero aceptaba nuestro destino, si debíamos morir para salvar a nuestros camaradas y amigos de la Excalibur que así fuera. Pero presenciar su sacrificio...

- Yo...me alegro de... haber conocido a tan brillante y valiente oficial científico... aunque me hubiera gustado conocer mas de la gran persona que eres Sirril. Te...- Mis últimas palabras se interrumpieron en cuanto la puerta cedió irrumpiendo por ella guardias. Fue volverme y la sala se desvaneció ante mi. En ese momento no comprendía que era yo quien desaparecía transportada.

- ...extrañaré.- Mi frase quedó incompleta, ya no podía sentir su mano contra la mía y a pesar de la sorpresa inicial del cambio de lugar quedé ensismismada, paralizada por un segundo con la mirada perdida. Se había ido, lo había perdido y en su sacrificio me había salvado. 

Estaba en el puente y a juzgar por el nerviosismo de unos y otros en un momento delicado. no fue hasta oir la orden directa de de Alba que desperté de mi ensimismamiento. - Si.. Capitana.- Con cierto temblor en mis manos me moví hasta mi puesto frente a los paneles de comunicaciones tratando de asimilar todo y ser útil.

- Hemos... perdido al sr. Sirril.- No podía explicar mas en ese momento, no me saldría la voz, así lo dije sin volverme, de espaldas ante la pregunta del segundo Oficial.

Los pensamientos de Aleksandra comenzaban a hacerse visibles para Sirril, como si de una película se tratara las imagenes se iban sucediendo de la misma manera que la alferez las recordaba.

Las primeras escenas eran comunes a lo que Sirril recordaba, se presentaban desde un prisma diferente pero eran semejantes a los recuerdos del propio vulcano. Poco a poco los recuerdos avanzaron en el tiempo hasta llegar al momento en que ambos se desmayaron. En aquel punto los recuerdos eran nuevos para el vulcano aunque extrañamente familiares.

Los pasillos, la ceremonia, el fuego, los guardias, la puerta... Sirril pudo revivir el impacto del rayo de seguridad que casi pareció traspasar la barrera del pensamiento pudiendo sentir su cosquilleo en su cuerpo.

Tras la puerta allí estaba, la sala de control donde el vulcano se fusionó con la máquina, con el propio alma de la pirámide.

Aleksandra pudo sentir como las manos del vulcano comenzaban a temblar ligeramente, como si la intensidad de las imágenes trascendiera su mente hasta su cuerpo. Sirril había hecho aquello anteriormente, pero aquella ocasión era diferente... los recuerdos de Aleksandra comenzaban a cruzarse con los recuerdos del Sirril original. ¿Como era posible aquello?

Sirril no solo estaba reviviendo los recuerdos de Aleksandra, sino que de alguna forma inexplicable estaba reviviendo simultáneamente los recuerdos de una persona del propio recuerdo de Aleksandra que a su vez resultaba ser el mismo. El vulcano volvió a sentir la conexión con la pirámide o al menos el recuerdo de esa conexión...

Ambos Sirril separaron su camino cuando se introdujo en aquel agua, ambas conciencias comenzaron un camino diferente, pero de alguna forma estas dos conciencias volvieron a encontrarse cuando el Sirril original se conecto a la pirámide donde también se encontraba la conciencia de la replica. De alguna forma ambas consciencias acabaron en la replica siendo la misma, pero una donde predomina lo racional y la lógica y otra donde los sentimientos no están bloqueados.

Los mismos recuerdos fueron compartidos tanto por Sirril como por Aleksandra la que pudo ver toda esta realidad a través de los pensamientos del vulcano. Las manos del vulcano comenzaron a sudar ligeramente mientras el temblor desaparecía, algo se había activado o cambiado Sirril podía recordar su estáncia en la capsula y podía recordar a su vez todo lo ocurrido en la cámara por si mismo... los sentimientos, las palabras de Aleksandra, el tacto de sus manos, sus lagrimas...

No supo como, pero inconscientemente sus manos hacían el gesto de limpiar las lagrimas de Aleksandra mientras estaban en trance, toda esa vivencia en la mente se reflejaba de forma incosciente en su cuerpo... La alarma general golpeo el momento sacando a ambos del trance, para darse cuenta ambos al despertar que estaban unidos en un cálido beso...

El vulcano se levanto ante el sonido de la alarma sin tiempo para analizar lo que acababa de suceder.

Sera mejor que nos presentemos en el puente.

Sirril se dirigió a la entrada esperando a Aleksandra para abrir la puerta.

En el nivel de los camarotes además de sonar la alarma, adicionalmente suena el intercomunicador en búsqueda del oficial científico, quien en ese instante se encuentra reunido con Kuznetzov.

Es De Alba quien llama al oficial Vulcano.

- Aquí de Alba. Señor Sirril, conteste por favor.

Capitán, Sirril al habla, ¿que sucede?

Entendido, voy hacía allí Respondió el vulcano sin añadir nada más de lo estrictamente necesario.

Tras recibir las ordenes, el vulcano salió en dirección a la cubierta C, calculo la ruta más eficiente pasando por uno de los armeros para coger un phaser pues la amenaza parecía clara.

Mientras avanzaba saco su tricorder en busca de bioseñales sospechosas o que estuvieran en algún lugar inapropiado. Tambíen testeaba la calidad del aire por si había algún tipo de escape o particula extraña.

Hubo un momento en el que me pareció estar al otro lado, recordando con un matiz diferente las mismas vivencias, pero a través de los ojos del Vulcano. Fue una sensación inquietante pero a su vez agradable y cálida. Por la cercana hacía su persona donde nuestra piel se rozaba mas allá del simple gesto del enlace de mentes.

Cuando desperté de ese trance me dí cuenta que nuestros labios estaban sellados, entrelazados en un beso. Fue una húmeda sensación, placentera sin igual que no quería dejar escapar y que corría el riesgo de volverse adictiva.

La alarma me hizo dar un respingo mientras el se ponía en pie. Lo mire contrariada, confusa con un cúmulo de sensaciones y a la vez preocupada por otro lado con lo que podía estar sucediendo.

¡Maldita sea, que inoportuna la alarma y la Capitana.! Me lamenté escuchando la voz de Cristina por el comunicador.

- Espera... te acompaño, yo también me presentaré en el Puente. Espero que la Capitana sepa pasar por alto la falta de protocolo.- Le dije haciendo alusión a mis ropas ya que no vestía uniforme.

Como Sirril, tomé una pistola phaser de la armería y le ayudé con las lecturas de bioseñales del tricorder. Tal vez si hubieran asaltantes escondidos habían ocultado su presencia con un patrón anómalo.

En el camino Sirril y Aleksandra se topan con más de una patrulla MACO y de Seguridad, los cuales continúan en la búsqueda de algún polizón pero sin éxito hasta el momento.  En tales encuentros la pareja de oficiales rehúsa el acompañamiento de alguien armado para no debilitar las escuadras de búsqueda mientras la demás tripulación se guarece en sus camarotes.

El avanzado escáner Vulcano examina cada nivel por donde ellos pasan, sin dejar nada librado al azar. Entonces el resultado final es análisis es desalentador. Nada inusual han encontrado hasta ahora, y ellos pueden tener la plena seguridad que el dispositivo funciona correctamente.

Es como si la parca hubiese venido a por los tres ingenieros…