Partida Rol por web

 Le dediqué a Raptal una sonrisa divertida:

 - Ya pensé en eso. Podíamos aislar sus señales vitales, usando como referencia su sistema de comunicaciones, y usar un teletransportador para enviarlos donde no molesten. Seguro que hay sitios donde no podrían molestarnos.

Los kinglon no avisaban dos veces, el primer disparo hizo un buen boquete en la zona de carga y las alarmas de proximidad no dejaban de sonar.

Está bien dijo James mientras activaba el comunicador.

Aquí la Antártica, nave independiente.
Venimos al coliseo por negocios

James envió los datos de identificación de la nave tal y como era habitual mientras el traductor hacia su trabajo.

El extraño y peligroso mercenario es quién recuerda el punto de importancia de la reunión.
- Una nave viene en camino para la extracción. Hay que destruir los generadores y tal vez secuestrar al líder a cambio de recompensa y seguridad. -
El grupo se aleja de la idea principal al pretender capturar una estación repleta de maleantes que se encuentra bajo protección de dos gobiernos. Y uno de ellos son los Klingon, que no dudarán de destruir la estación para cubrir sus negocios turbios.

 Tras escuchar el comentario sobre la extracción, asentí:

 - Es bueno saberlo y facilitará las cosas. Por cierto, mis disculpas, todavía no se tu nombre...

 Entonces necesitábamos un plan para destruir los generadores y capturar al tal Mojho, junto a encontrar una manera de fijar las señales de todos los tripulantes de la Excálibur que había en la estación... Esto sería mucho más fácil.

La nave se sacudió como un zabathu enloquecido al recibir el impacto de "bienvenida" de los klingon. En parte no le extrañaba que aquellos malditos frente-arrugada se dejasen llevar por el entusiasmo cuando había armas de por medio, pero que la bañera espacial en la que volaban casi se partiese por la mitad con el primer impacto no le gustó nada. Se hizo con un hueco en el diminuto puente, intentando acceder al panel de control de ingeniería, se iban a enterar de lo que podía hacer un ingeniero andoriano, por mucho que que estuviesen volando en poco más que seis placas de duranium con cuatro remaches mal puestos.

- Comandante, puedo desviar energía del motor para sobrecargar los escudos y darnos un poco integridad estructural si recibimos otro impacto. También podría intentar sobrecargar el motor para salir a escape de aquí... o puedo intentar sellar la bonita puerta extra que nos acaban de regalar nuestros nuevos amigos.- siseó, intentando que su voz no fuese captada en la nave enemiga. Sus antenas se mantenían curvadas hacia delante, dispuesto a salir disparado allí donde Stevenson decidiese.

Aún lidiando con una computadora que parece de antaño, Elung no deja de teclear y aguardar por resultados esclarecedores, algo que sea de vital información para el primero y el resto del grupo. 

Pero pese a todo y al mal pronóstico en general tras el impacto, los sensores se activan reflejando algunas cuestiones que sirven para tener en cuenta. 

- Sensores activados, acabo de detectar un grupo de naves que se dirigen a la Estación Espacial. - afirma en un tono neutral, aún pendiente de lo otro. - De momento no se puede trazar un tiempo estipulado, los cálculos aún  ofrecen resultados ineficientes. 

Tras informar lo obvio, le dedica una mirada al andoriano, sus opciones son buenas pero aquí la decisión depende del Primero. 

Las cosas se estaban poniendo feas, la clave estaba en si ese encuentro había sido casual o les estaban esperando, si era lo primero no debería llegar a más pero si era lo segundo...

Señor Ishant, intente preparar la derivación de potencia... los escudos de esta cafetera no nos sacarán de esta por mucho que logre potenciarlos, pero llegado el caso podemos intentar mezclarnos con el grupo de naves detectados por la señora Elung en una rápida maniobra.

James activo algunos controles de la consola para desviar la potencia de todos los sistemas auxiliares al motor en espera de la respuesta de los klingon.

Señor Newton vuelva a comprobar los mensajes entrantes, no tendremos mucho más tiempo.

El comandante miró al copiloto haciéndole una señal para que estuviera preparado. A mi señal, compense los reflujos de inercia para un giro cerrado. Las dos manos de James estaban sobre los controles en espera de una señal que predijera un nuevo disparo.

Señora Elung, centre los sensores en esos cañones si vuelve a calentarse para disparar avíseme.

Me cago en…- maldijo Matthew para sus adentros cuando el impacto producido por las armas klingon sacudió la nave, casi sorprendido de que aquella chatarra no se hubiese hecho pedazos por ello, aunque incluso para él resultaba era evidente que no sería capaz de soportar otro impacto más -Más vale que se apresure con eso o no llegaremos nunca a esa maldita estación- pensó, pero antes de que pudiese poner en palabras sus pensamientos, Newton finalmente logró traducir algo lo que decían los klingon.

Y yo me agarraré a algo lo más fuerte que pueda- añadió Matthew a lo dicho por James cuando este se puso a dar órdenes para intentar que sobreviviésemos. Al fin y al cabo, no había demasiado que pudiese hacer en ese momento para ayudar.

Para Johnny había llegado el momento de la verdad. Esperaba que sus compañeros estuviesen a la altura de las circunstancias ya que la libertad de todos estaba en juego. La de ellos y la de sus compañeras femeninas, tenían que lograr encontrarlas y volver todos juntos a casa.

Junto con los otros, escogió las armas para el próximo encuentro. Sospesó alguna espadas, pero no le acabaron de gustar, así como algunas lanzas. Parecían demasiado frágiles y una vez rotas no servirían de mucho. Al final eligió un hacha de doble filo. Imitó a Jan, y cogió también una daga, podría servirle en distancias cortas o si perdía el hacha.

Agarró el arma con las dos manos y se posicionó en la parte delantera del grupo, mientras se fijaba en la puerta que aun no se había abierto.

Miró inquisitiva al técnico, que según tenía entendido, había creado un acceso especial. Ordenó susurrando: - Vamos. Y señaló a varios más, de los que no estaban involucrados en el "mareo" que les quería presentar a los Klingons. - Tenemos que ocultar la carga en el "pasillo" que el compañero ha construido. Sin duda ni demora, a pasos decididos, y sin más explicaciones, marchó hacia ... el intento de ocultar lo que portaban. Tal vez, dejar un poco de "dinero" sería interesante, ya que si "dejaban" que "incautasen" algo, apelando a la codicia, se marcharía contentos, y con una "victoria" en su haber.

Karl finalmente encuentra la baza para traducir las amenazas Klingon en tiempo y forma, pudiendo adivinar que se trata de un control rutinario que poco a poco va mermando la poca paciencia de los fanáticos guerreros. Tal es el caso de abrir fuego sobre un carguero indefenso.

Por suerte de ahora en mas las conversaciones con la patrulla Klingon serán correctamente traducidas al instante gracias a la pericia del oficial de comunicaciones.

Entonces “Angel” en tono seco y tajante es el primero en hablar con los Klingon ademas se suministrar los datos de identificación. Un momento de silencio se produce en la patrulla…

Poco después de eso una consola de una estación de trabajo sin uso literalmente estalla en chispas por la sobrecarga del reactor. Obra del ingeniero Andoriano y su habilidad con las maquinas. Incluso la iluminación se sobrecarga por un instante hasta que el compensador ajusta la luminosidad del carguero.

En medio del caos de la descompresión de la sección de carga, el exceso de potencia del núcleo y el peligro de ser atacados de nuevo por los Klingon algo llega por el canal encriptado de la Flota Estelar. Es un mensaje codificado, proveniente de la estación espacial. Los Klingon al parecer no lo han detectado.

Artemisa planea utilizar el “escondite” creado por Ishant pero cesa en su acción al descubrir que no hay forma de llegar hasta allí por el simple hecho que la sección de en medio, la bahía de carga, no tiene atmósfera y no hay trajes EV a bordo del carguero.

Pero cualquier acción queda en segundo plano cuando los Klingon responden.

- ¡Hacer esperar al Imperio Klingon se castiga con la muerte! - responde iracundo el guerrero.

- Aunque una inspección de rutina podría reparar el honor – agrega.

Y con eso los Klingon descaradamente piden su tajada de un cargamento que no existe. El otro problema radica en que nadie de la tripulación de la Franklin conoce la apariencia de los Brazanianos...

Por cierto, mis disculpas, todavía no se tu nombre...

El mercenario parece observar a Gaheris desde el fondo de su casco, como intentando decir algo sin necesidad de hablar, pero el sonido de un comunicador alerta al Breen. Entonces el alienigena saca de su cinturón un comunicador Klingon y se aleja del grupo de Gaheris.

- Luego regreso – se despide sin más.

Aribeth observa alejarse al Breen. Entonces solo después se dirige a Gaheris.

- Siempre regresa sin que lo llamemos. Es misterioso pero efectivo. - responde la betazoide.

- ¿Y bien? ¿Cual es el plan? - pregunta al humano mientras juega con su pistola y apunta a los generadores del techo de la arena, simulando disparar.

Finalmente el rastrillo opuesto es levantado para dar paso el encuentro de la noche especial, siendo un monstruo (mitológico para los humanos) de enormes proporciones quien sale a la arena para estirar sus patas y múltiples cabezas.

La criatura es un monstruo reptiliano, antiguo y despiadado, con forma de serpiente policefala de al menos una docena de cabezas y cuerpo similar al de un reptil cuadrúpedo. Su altura supera los cuatro metros y posee el largo de dos lanzaderas. El paso del enorme reptil es ágil pese a su desproporcionado tamaño, siendo un error mortal confundir su fornido cuerpo con la lentitud propia de un reptil.

La Hydra al salir a la arena comienza a rodear el campo sin prisas, evitando acercarse por el momento al grupo de humanos y el estante de armas ubicado en el centro de la arena.

El publico enloquece por la emoción de ver en escena un monstruo en la Ultimate arena, siendo primicia en todo el cuadrante.

- ¡Desde los confines del cuadrante Gama llega una criatura sin igual, con habilidades que los dejará anonadados! ¡He aquí la gran Hydra! ¡El monstruo legendario que no puede morir! ¡Aplausos, aplausos! -

Y las palabras de Mojho son como la leña al fuego porque los miles de espectadores literalmente saltan fuera de sus asientos para dar aliento, en cada forma posible, al monstruo recién llegado.

Cristina abrió los ojos como platos, al igual que no pudo evitar abrir la boca por la sorpresa, cuando vio aparecer la Hydra.

- Dios mío... - dijo escuetamente mientras procesaba lo que estaba ocurriendo, ¡¡un monstruo de la mitología griega!! ¡El puto Mohjo estaba enfermo!- Una hydra... Será cabrón... Bien... Trabajos de Heracles... No se si habéis leído algo de mitología clásica, pero hubo un héroe que se enfrentó a un bicho como este... Hércules. Al principio luchó sólo cercenándole la cabeza, pero por cada cabeza que cortaba salían dos... Entonces viendo que no terminaba llamó a un amigo... O algo de eso, ahora no me acuerdo y entre los dos se coordinaron. Hércules cortaba una cabeza y su amigo la cauterizaba con fuego, de manera que así no surgían más cabezas, hasta que se las cortaron todas... Por intentarlo no perdemos nada, pero necesitamos fuego...

Aakesh estaba preparado para cualquier cosa, menos para lo que surgió a la arena como contrincante

-¡No me jodas!

Que Aakesh lanzase una expresión malsonante era un claro ejemplo de su asombro y sorpresa.

Se quedó quieto mirando a la hidra. ¿Sería igual que la hidra mitológica?, ¿tendría otro punto débil?

Las palabras de la capitán atrajeron su atención, aunque no su vista, que seguía centrada en la bestia que tenían delante de ellos. Tras escuchar las palabras de la capitán asintió

-Así es capitán, Heracles contó con la ayuda de su sobrino Yolao. Mientras él le cortaba la cabeza, su sobrino cauterizaba la herida para que no surgiesen las cabezas. Necesitamos fuego o algo que sirva para calentar el filo de las armas, así cauterizamos la herida a la vez que cortamos la cabeza, si lo conseguimos, que esa es otra.

Miró a la capitán

-Aunque tal vez tenga otro punto débil, soñar es gratis.

Alzó su espada

-Sugiero dispersarnos, que lo tenga difícil a la hora de atacar. ¿Que opina Jankoswky?

 A la pregunta de Aribeth, respondí:

 - Bien, necesitaremos una distracción... - Entonces aparece la Hydra y todo se desmadra. - ... Bueno, eso servirá. Unas cargas con detonación a distancia para poner junto los generadores nos vendría bien. ¿Los habéis traído?.

 Mientras ellos colocaban las cargas, yo, con el detonador, me acercaba lo máximo posible a Mojho y esperaría la confirmación de que los explosivos estuvieran  en su sitio y el transporte en su lugar, para hacer mi parte.

Karl ocupó el puesto de copiloto que había dejado Kendra, así tendría mejor acceso al control de comunicaciones, y durante los últimos años se había acostumbrado al manejo de los sistemas. El oficial de comunicaciones se afanaba en desencriptar el mensaje encriptado proveniente de la estación. Esperaba que les ayudara en algo aunque al oir la exigencia klingon no pudo evitar una sonrisa nerviosa y hablar en voz baja. -Han volado la zona de carga, muy listos. -Evidentemente Karl no tenía una opinión muy buena sobre los brutales alienigenas.

Al margen del comentario se centró en la comunicación y si Stevenson le pedía ayuda para tratar con los klingon estaría dispuesto a ayudarle.