Partida Rol por web

Aakesh estaba evaluando por donde poder escapar cuando escuchó a Jan.

¿¿¿¿Ese loco va a por la bestia????

-JAN, ¿QUE HACE? ¡REGRESE AQUÍ!

Se iba a dirigir a la capitán cuando una explosión llamó su atención. Un gorn apareció por el boquete recién creado por la explosión. Aakesh se puso en guardia con su espada pero al escuchar las palabras del humanoide reptil miró a la capitán y habló.

-Bestia o gorn. Voto por el gorn.

Escuchó voces y pudo observar que Jankowsky estaba tumbado en el suelo. Había sido alcanzado por la bestia.

-¡Mierda!

Corrió hacia Jan con la esperanza de sacarlo de allí, dejando en manos de la capitán que decisión tomar respecto al gorn. Corría en zig zap, pero comenzaba a notar el peso del cansancio, y en ocasiones corría de forma irregular y errática.

 Con agilidad, traté de esquivar los disparos de los guardias, mediante varias acrobacias imposibles, que nadie esperaría de un humanoide, mientras pensaba en como hacerles frente y librarme de ellos...

-¡Gracias Cristina!, ¡y ahora salid de aquí cagando leches!.

Se estaba volviendo tan mal hablado como ella... pensó, sin estar convencida de que hiciera de cebo, pero comprendiendo que de no hacer algo todos iban a morir, al ver el muro cayó en la cuenta de que no iban a poder escalarlo, tendrían que buscar otra salida y entonces la solución se presentó ante ellos en forma de BOOM y un lagarto.

La capitana se quedó paralizada con los ojos como platos por al sorpresa, ¿un gorn ayudando a unos humanos? ¿Qué más le quedaba por ver?

- ¡Humanozzz! ¡Por aquí, rapidddo! - sisea lo mas alto que puede Raptar a los humanos en la arena.

Con su mano libre se ofrece para cargar a los heridos en su amplia espalda, y mientras los demás deciden aceptar o rechazar la ayuda del Gorn este saca de su bolsillo un pequeño objeto metálico con un botón y se lo arroja a los pies de los tres.

- ¡Uzzar ahora prezzzionando el botón. Tiene el cargadorr lleno

- ¡Gracias! ¿Podrás con los dos?- dijo, había decidido en fracción de segundos que la ayuda del lagarto era más que bienvenida- Rápido, no tenemos mucho tiempo. ¡¡RETIRADA!!- les dijo a sus hombres- ¡¡VAMOS, POR AQUI!!- indicó para que los siguieran por el agujero hecho por el gorn, mientras ayudaba a Hans a ponerse en pie y cargarlo en la espalda del reptil, para a continuación coger el arma que le había dejado en el suelo- ¡¡MUK, JAN!!- exclamó al ver con el corazón encogido como la Hydra tiraba al suelo a Eduard- ¿Para que sirve esto?- le dijo al gorn con el pequeño objeto metálico en las manos y el dedo rozando el botón para accionarlo deseosa de ayudar a Jan.

El frío que siente en todo el cuerpo la mantiene en un estado que si no fuera por la meditación que lleva practicando a diario, es capaz destruir todo en un abrir y cerrar de ojos. No sólo porque está habituada a otro tipo de clima, sino por el padecimiento de esta nueva sensación que la mantiene al filo de la calma y su verdadera naturaleza. Sólo que nada de ello sucede, debilitándose en algún rincón de su mente donde la bestia es aplacada por un control minucioso de su propio ser. 

No obstante al llegar, sigue los pasos de Karl mientras continúa ataviada con la chaqueta del andoriano. Sin entrar en conversación, observa a quienes están allí para recibirlos mientras espera que el primero tome la palabra y haga lo necesario para acceder. Le resulta muy conocida la betazoide, despertando esa curiosidad científica en base al experimento que lleva a cabo hace años, pero de momento todo se mantiene estable. Debería investigar en profundidad esta raza. 

- No necesita acercarse para saber lo que piensa cada uno. -  advierte en un tono neutral la Vulcana. 

James desconecto los motores tras hacer las comprobaciones de rutina, tenía las manos entumecidas a causa del frío pero la apertura de la entrada trajo aire más cálido para renovar el gélido aire del interior de la nave.

Karl fue el primero en salir aunque no tardo mucho en regresar con las primeras noticias. Así que un betazoide, había escuchado ese nombre antes aunque nunca había conocido a ninguno.

Karl no había venido esposado ni le había disparado así que al menos sobre el papel todo I a dentro de una relativa normalidad.

James asintió, No hagamos esperar a nuestros anfitriones dijo el primero, no le hacía especialmente que alguien urgara en sus pensamientos pero no había más remedio que confiar.

Al salir James pudo ver los guardias reducidos aún lado, desde luego el tiempo había empezado a correr...

Soy James dijo de forma escueta al ver a la pareja en un intento de entablar un contacto.

El golpe había sido duro, Jankowsky se incorporó dolorido y miró al lugar donde había sido la explosión, eso cambiaba su estrategia, tenían que escapar por allí.

-Tranquilo Aakesh, no ha sido nada.- Se giró para mirar a la bestia policéfala de nuevo y, agarrando la lanza que le había dado la capitana se la envió directa al pecho con todas las fuerzas que logró reunir. - ¡Corra señor Muk, este bicho no atiende a razones! - Sin apenas ver el resultado de su lanzamiento corrió hacia la vía de escape donde se extrañó de ver a un Gorn enorme hablando con la capitana -¿Qué cojones está pasando ahí?

Ishant salió el último de la nave, el ambiente fresco de los últimos minutos le había hecho sentirse mucho más cómodo de lo que se había sentido en los últimos meses. Casi le había cogido cariño a aquella bañera espacial sólo por ese hecho, pero tenían una misión que cumplir y el andoriano auguraba que tendría bastante trabajo en las próximas horas: si debían mantener la nave actual debía hacer importantes reparaciones para volver al espacio seguro de  la Coalición de Planetas, si debían hacerse con otra nave quería estar presente para evaluar los transportes potenciales y si debían infiltrarse en la arena... el ingeniero suspiró solo de pensarlo, intentando relajar la ira que el mero hecho de pensarse como esclavo le provocaba.

Pero pronto, sus pensamientos se desviaron ante las nuevas noticias: dos aliens de especies totalmente desconocidas para él, pero Karl afirmaba que uno de eros era telépata. Ishant irguió las antenas, alterado. Los únicos telépatas que conocía eran los vulcanos y estos al menos debían tocarte para acceder a sus pensamientos. Si esa piel-rosa podía hacerlo a distancia ¿Qué podría sacar de ellos?

Sin poder evitarlo se puso a la defensiva, se cruzó de brazos con las antenas pegadas al cráneo y se mantuvo en la puerta de la nave, aprovechando la ligera altura que le aportaba para parecer aún más intimidante. No sabía qué eran aquellos dos, si eran aliados o enemigos, pero no pensaba perderlos de vista.

Johnny casi no podía dar crédito a lo que veía, un gorn brindándoles ayuda. Tal vez había más seres allí retenidos y todos tendrían el mismo objetivo: escapar de ahí. Y era mejor que unos se ayudaran a otros.

La capitana terminó de decidir en aceptar el auxilio ofrecido. Ayudó a cargar a los dos tripulantes heridos sobre el réptil y cuando vio que de Alba titubeaba en usar el objeto que el gorn les arrojó, animó a su capitana a usarlo.

- Sólo hay una manera de saberlo, apretando el botón.

Cristina estaba nerviosa... por un lado era consciente de que no debía desechar la ayuda del Gorn, pero por otro estaba el resto de su malograda tripulación, miró de reojo a Jan con el corazón en un puño, al ver que parecía que podía escapar pareció relajarse y volvió a centrarse en el Gorn y el extraño objeto que tenía entre sus manos.

- Sólo hay una manera de saberlo, apretando el botón.

Al decir aquellas palabras, el timonel consiguió que la capitana se decidiera.

- ¿Qué más podría pasarnos? y encima... botón rojo... quien puede resistirse a eso...- se encomendó a todos los santos habidos y por haber para apretar finalmente el botón.

 Al verme rodeado, veo que mi mejor opción es saltar a la arena, cerca de la abertura creada por Raptar, así que es lo que hago, mediante un potente y espetacular salto...

Maldita sea- pensó Matthew cuando, por culpa de los toqueteos del sistema de soporte vital por parte de Ishant, la temperatura en aquella bañera empezó a descender de manera considerable, lo cual, aunque para la mayoría era un simple inconveniente, podía suponer un problema para Elung, adaptada a un clima mucho más cálido, quien no tardó en empezar a acusar el descenso de temperatura a pesar de mantener un gesto imperturbable -Bueno, al menos se ha dado cuenta- se dijo cuándo, antes de que pudiese buscar una manta para tapar con ella ala vulcana, el propio andoriano le ofreció su abrigo, por lo que simplemente permaneció allí sentado mientras esperaba que no tuviesen más inconvenientes en el trayecto a la estación.

Ya lo veo- dijo en respuesta a las palabras de Newton, preparándose de manera instintiva para un posible combate, listo para usar su rifle si era necesario mientras observaba con desconfianza a la pareja de aliens que les esperaba.

La cosa evolucionaba de un segundo a otro. Por el rabillo del ojo pude observar como ahora se sumaba otro actor a la funsión, finalmente teníamos una vía de escape.

Jan continuaba su ataque contra la hydra pero era evidente que ahora había que abandonar el peor plan que se nos había ocurrido.

-¡Retirada, muchachos! -vociferé, al tiempo que intentaba evitar los ataques letales de la criatura, me volteaba y corría a toda velocidad hacia el boquete en el muro de la arena.

Aribeth al igual que James también avanzo por la rampa hasta llegar al primer oficial. Cada paso lo dio lentamente, como disfrutando cada instante previo al encuentro, en su ritual propio de belleza sin limites. Cual felino la mujer llegó hasta el hombre, haciendo gala de cada una de sus llamativas curvas, y finalmente allí con una sonrisa picarona se detiene apoyando sus manos en sus caderas.

- Hola James. Creo que después del rescate tu y yo debemos tener un momento a solas. - susurra.

Y su mirada se pierde en la de “Angel” al igual que sus labios buscan acercarse a los del humano. Entonces el perfume natural de su cuerpo llega a James, quien despierta su interés por la propuesta de la Betazoide y su deseo de entablar el “primer contacto”.

El mercenario mantiene su posición junto al muelle, esperando a que su compañera y el resto de los tripulantes de la Franklin desciendan. Para ahorrar tiempo el enmascarado muestra un padd y habla para todos.

- No tenemos tiempo que perder – indica por medio de su casco y la voz electrónica que este genera.

El Breen extiende el padd, dejando en claro que el primero que llegue a el podrá obtenerlo.

Asintió con la cabeza ante la afirmación de Elung, había oido historias sobre que eran capaces de leer mentes entre naves. Para alguien como él le parecía aterrador. Siguió a Stevenson no podía dejarle solo, pero mientras siguió recitando la primera cancioncilla que se le venía a la cabeza, repitiendola una y otra vez como un mantra.

Trató de mantenerse cerca del primer oficial y al ver como se acercaba la betazoide la cancioncilla en su cabeza se aceleró, por puro miedo, aunque exteriormente no se le notaba muy diferente a cómo solía ser. Se tranquilizó, un poco, cuando vio que la intención de la betazoide era otra y que en apariencia parecía el contacto de la Flota. Vió como el enorme alinígena estiraba el brazo con el padd. Se acercó a cogerlo, así podía alejarse un poco de la betazoide.

-Gracias. -Interrumpió la tonadilla en su cabeza un momento para responder y comenzó a mirar el contenido del padd.

Artemisa salió de los primeros. Fue ella quién operó la escotilla y la esclusa.

Ambas armas afiladas viajaban junto a sus espinillas, pero, tras ver el repertorio de guardias "ordenadito" como fardos de alijos de narcotraficantes, se dio cuenta que la misión había empezado. Además, este sitio sería ahora un lugar ... "delicado" ya que esos vigilantes tendrán sus rondas y en un rato tendrán que llegar a algún lugar a dar novedades.

- Me parece que vamos a tener que salir con otra nave, no con esta. O por lo menos esa era la idea que corría por su mente.

Miró el "montoncito" y si había algún arma a la vista, que pudiera traerse consigo, algún comunicador o algo que fuera ... "robable", se vendría con la pequeña, y última MACO de la Tierra. Tras eso se puso junto al "mercenario" de la "ventanita" verde. No sabía por qué, pero se sentía afín a los "actos" de esta armadura con algo dentro. Miró el pad, que parecían datos de tránsito y planos del lugar.

Aún ataviada con la chaqueta del andoriano, Elung se mantiene junto a Karl mientras observa y analiza la escena que tiene delante de sus ojos. No hay mayores gestos de sorpresa en el rostro de la Vulcana, si bien conoce lo suficiente a la raza humana con sus pros y contras, toma nota de cómo la betazoide adopta un comportamiento similar para obtener algo a cambio. 

Es que desde su lógica, teniendo entre sus manos aquella la telépata esta capacidad para leer a quién se le ocurra, el jugar con la seducción, provocando a James, la convierte en un objeto para examinar ante la perspectiva de la Oficial Científico. Pero sin caer en un exhaustivo análisis conductual, que le viene de perlas para su Proyecto Secreto, se quita la chaqueta para entregarla a su compañero azul. 

No existen palabras que medien, ni nada similar, sólo una acción simple. Y ante la entrega del Pad, se coloca junto a su compañero para observar la información que contiene el aparato. No es momento de perder tiempo, al menos si la probabilidad del rescate debe ser exitosa. 

Ishant ladeó la cabeza y tensó los músculos, extrañado de la actitud de la telépata. Las caderas ondulantes y los pasos suaves indicaban que estaba evaluando un potencial ataque contra el Primer oficial, y cuando se dirigió a él lo hizo con un susurro, como si no quisiese ser escuchada... para después acercarse tanto que, de tener antenas, estarían tocándose, algo tremendamente intimo y reservado para los miembros del grupo familiar más cercano. Entonces... ¿Era familia? ¿Eran enemigos? ¿Aliados¿ ?Se conocían?. Sacudió la cabeza confuso, sin terminar de entender del todo lo que pasaba. 

Justo en ese momento la vulcana se acercó para devolverle su chaqueta, sin cruzar ninguna palabra con él. Las antenas del ingeniero temblaron ligeramente, le hubiese gustado recibir un agradecimiento o algo similar, pero era demasiado esperar. Dobló ligeramente las antenas, como si se encogiese de hombros, y se dirigió hacia donde Karl miraba el Padd suministrado por el alienígena del traje ambiental, cerniéndose sobre sus compañeros aprovechando su mayor altura para mirar también la pequeña pantalla. Sin embargo, su atención estaba dividida entre los dos desconocidos, no estaba seguro de sus intenciones y de si eran aliados o no y quería estar preparado por lo que pudiera pasar.

Sin duda la mujer era muy atractiva y ese toque de misteriosa y mujer peligrosa le daba un aire que haría perder la cabeza a más de uno pero James sabía cual era su lugar y no solía bromear cuando se trataba de una misión. No obstante James sabía como desenvolverse en situaciones difíciles y si había que seguir el juego lo haría.

Hola dijo devolviendo el saludo con una sonrisa Si salimos de esta con el objetivo cumplido, la primera ronda corre de mi cuenta. la voz de James resultaba encantadora sin ápice de la tensión de la situación. Veo que habéis empezado la fiesta sin nosotros dijo mientras señalaba con la cabeza la pila de guardias.

Será mejor que salgamos de aquí. tras aquello se volvió a sus hombres No dejéis nada en la nave y metamos esos cuerpos antes de salir. Ishant ¿puedes improvisar una trampa explosiva en la puerta que acabe con la nave por si la fuerzan?

Jankoswky es quien provoca el mayor daño al monstruo, atacando con todas sus energías por medio de las lanzas que tiene a mano y esquivando las dentelladas de la Hydra-Dragón.

Poco antes su lanzamientos de lanza y daga generan heridas poco profundas. De continuar así el monstruo podría ser derrotado por el comandante MACO y su habilidad con las primitivas armas de gladiador. Solo que el combate es injusto cuando el hombre debe luchar contra media docena de cabezas de la hidra. Finalmente, luego de esquivar tres ataques, es atrapado por las fauces de una de las cabezas y arrojado lejos.

Desde luego el monstruo lo atrapa cuando este corre hacia la salida improvisada por el Gorn.

Con profundas heridas por los afilados dientes del monstruo, ahora Jankowsky lucha por ponerse en pie sin perder el conocimiento. Sus ropas se tornan rojo punzón por la sangre derramada.

El primer oficial corre hacia Eduard haciendo uso de sus ultimas energías y convirtiéndose en una carnada móvil. La bestia lo ve y de inmediato intenta engullirlo sin éxito cuando Mukherjee no es partido en dos por una dentellada esquivada por algunos centímetros de diferencia.

Las cabezas restantes y también el monstruo en su totalidad se dirige hacia el boquete y el resto de los gladiadores. Estando dentro del alcance de sus fauces el monstruo comienza a atacar a quienes huyen por allí. El primero en ser victima de la hidra es Tyson, quien es engullido en un santiamén junto a Tse el ingeniero y Ollander es embestido con fuerza y arrojado cerca del agujero en el muro.

A este paso nadie quedará con vida en la arena...