Un punto azul pálido

Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. Ahí ha vivido todo aquel de quien hayas oído hablar alguna vez, todos los seres humanos que han existido. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre, cada inventor y explorador, cada maestro moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.

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IKS D´Omos – Crucero de batalla clase D5

Fecha Terrestre 12 de octubre de 2160, 11:29 A.M.

Pantalla principal del puente de mando

Poco mas de una semana ha transcurrido desde el incidente con los klingon y la nave esclavista Orion.

La idea principal entre todos fue tomar distancias con el imperio Klingon y Mohjo. Cosa difícil con el daño acumulado que presenta la D´Omos, desde la batalla inicial en el sistema Sol y el ultimo encuentro en el sistema K-956 con la USS Franklin.

Las reparaciones van a paso de tortuga, en principio por la barrera lingüística y luego por la diferencia tecnológica que separan ambas especies. Incluso pese al esfuerzo de Newton por traducir el idioma para todos los presentes representa una tarea descomunal cuando su tarea primaria es restaurar el sistema de comunicaciones que fue destruido en el combate.

Con los sensores de largo alcance fuera de linea, el sistema de armas destruido y los escudos también caídos la nave se convierte una presa fácil para todas las especies recelosas del imperio Klingon. Eso representa volar en un blanco de tiro simple para quien cruce el camino de regreso al espacio Aliado.

Con una de las barquillas warp fuera de linea solo fue posible recuperar los motores de impulso y la velocidad warp 1,6. Transformando el poderoso crucero de batalla en un carguero terrícola, indefenso y lento como un caracol.

Al menos la dieta Klingon es rica en proteínas, aunque el sabor es contrario al paladar humano y genera algún que otro malestar estomacal. Por el momento hay Targ vivo para rato…

Remontando los eventos de una semana atrás la capsula de escape de la USS Franklin trajo a bordo de la D5 a Karl y a Daniel, ambos con el desconocimiento de haber sobrevivido y también del destino de la Franklin y Edison. La probabilidad de supervivencia de la pequeña nave Terrícola era muy escasa, considerando el peligroso campo de asteroides y la atracción de los gigantes gaseosos del sistema.

La decisión de huir fue unánime cuando se detectaron varias naves Orion ingresando al sistema K-956. Quedarse y presentar batalla era una opción inviable y poco mas que suicida. Es algo que anida en los corazones de todos los presentes. El huir para salvar la vida, dejando atrás la posibilidad -ínfima pero existente – de otros supervivientes.

Posiblemente el peligro real sucedió algunas horas atrás, cuando la D5 atravesó una tormenta inusual de plasma. Con algunos daños ínfimos la resistente nave Klingon sobrevivió al evento cósmico y ahora mantiene su marcha hacia el lejano espacio Vulcano.

Solo que hay que trazar un desvío importante a fin de evitar los lindes del Imperio Enoliano y su alianza con el Imperio Klingon…

Llevaban en esa bañera algo más de una semana. Aakesh se encontraba sentado intentando redactar una bitácora en un panel de acceso klingon, pero no estaba seguro si estaba registrando algo o haciendo un desbarajuste en los sensores de la nave.

Maldita sea

Desesperado lo dejó estar e intentó levantarse, el gesto de su rostro lo decía todo. En esa semana su estado a duras penas había mejorado, su herida, si bien no sangraba, no esta mucho mejor, en parte por las condiciones insalubres en las que se encontraban, y en parte por falta de un médico y equipo básico de primeros auxilios. Habían tenido que improvisar con lo que tenían para intentar que el estado de los heridos no empeorase. Para colmo su menú era limitado y a pesar de que Aakesh tenía un buen estómago curtido a base de curry y otras variedades de picantes desde niño, el targ le produjo dos días de dolores estomacales y pérdida de fluidos. Había pasado ese tiempo entre la improvisada enfermería que habían montado y las letrinas, o lo que fuese que usasen los klingon. Seguramente eso repercutió también en su pésima mejoría.

Poco pudo hacer durante este tiempo, dado su estado, alguna sugerencia y poco más. Intentó ayudar a Newton con el idioma klingon, en parte porque poco más podía hacer, en parte porque tenía intención de acceder a los registros de la nave klingon. Seguía siendo un miembro de la Flota Estelar y esa nave había atentado contra ellos. Debía de averiguar si actuó por iniciativa propia o siguiendo órdenes del Alto Mando Klingon, e informar a la Flota, o al menos intentarlo, pero el idioma era un buen problema.

Ya que no puedo hacer mucho más, intentaré aprender klingon, al menos la próxima vez les insultaré de tal manera que les toque las narices y lo entiendan

Pero en muchas ocasiones estaba ausente, pensando en sus cosas, principalmente en sus compañeros caídos. A pesar de ser rescatados Picard, Naun, Hannah y los otros estarían muertos al igual que el resto de la tripulación de la Franklin

Hannah, si no le bastó con perder a Blake, pierde también a su hermana el mismo día. No sé como Jonnhy puede asimilarlo. Me preocupa.

Se dirigió hacia el puente de mando en busca de la capitán y el comandante Stevenson. Había conseguido una barra de metal que le servía de improvisado bastón para poder caminar mejor, pero la herida le seguía doliendo. Tras localizarlos se dirigió hacia ellos.

-Capitán, comandante, ¿que novedades hay?, esta bañera sigue igual por lo que veo. He estado revisando algunas cartas estelares, y si bien el rumbo hacia Vulcano me parece el más idóneo, pasaremos demasiado cerca de Orión, y dado que huimos de K-956 cuando aparecieron sus naves, me preocupa que estemos tan cerca de ellos...

Un gesto de dolor interrumpió sus palabras pero se recompuso enseguida y sonrió

Sabía el tiempo que había pasado por su continuo contacto con la computadora de la nave pero llevaba trabajando a destajo desde que los habían rescatado. Quería saber sobre el destino de la Franklin pero primero debía dejar que todos sus compañeros pudieran trabajar. Trató de traducir primero las ordenes más básicas para que pudieran navegar y alejarse de otros posibles perseguidores, pero su idea era usar el propio traductor universal de los klingon para que la tripulación pudiera manejarse sin necesitar su ayuda constante. Echaba de menos al andoriano, hubiera sido de gran ayuda al inteconectar el programa del traductor a otros sistemas.

Tal había sido su carga de trabajo que había tenido poco tiempo para maldecir las pésimas condiciones en las que vivía la tripulación Klingon, aunque en parte le explicaba por qué tenían tan malas pulgas. Aunque entre las "delicias" klingon juraría que habían comido carne de Targ, el sabor era fuerte pero le vino bien.

En sus mal llamados ratos libres trataba de ayudar a reparar el sistema de comunicaciones y reconfigurarlo, necesitaban contactar con la Federación y con suerte, dada la cercanía quien debiera recibirlo sería una nave vulcana la cuya imponente presencia solía auyentar a personas bastante beligerantes. Por otro lado, si no podían esconderse debían aparentar se imponentes, una D5 repleta de Klingons no era algo con lo que casi nadie ahí fuera quería encontrarse. Solo tenían que evitar que vieran su deterioro y que no había un solo klingon vivo en ella.

He intentado echarle un vistazo nuevamente al brazalete de mi capitán, pero esta no está por la labor de dejar que lo examine. Es quizás un tanto molesto para mí, puesto que no consigo quitármelo de la cabeza, pero también es cierto que tengo demasiado trabajo en la dichosa nave, la cual se está convirtiendo en un auténtico desafío para mi mente.

Mis heridas, lejos de curarse, parece que me han cogido aprecio y siguen ahí... a pesar del tiempo transcurrido. Y es que las condiciones en las cuales nos encontramos, a pesar de los esfuerzos de todos, no son precisamente las mejores. En especial me preocupa Cristina, quien no salió bien parada de donde fuese que se metió. Pero la noto distante y demasiado callada. Supongo que es todo debido a su estado de salud y el resultado final de la misión, fuese cual fuese.

Al menos ahora estoy aprendiendo cosas nuevas y no tengo tiempo para aburrirme, puesto que cuando algo me satura, paso a otra cosa distinta con solo moverme un paso. A pesar de que demostré que mis conocimientos en medicina son más altos de los que parecía a simple vista, paso más tiempo en ingeniería que en otro lado. Y es que sin ingenieros como tal, yo era el único que se atrevía a meter mano allí abajo. Gracias al tiempo que pasé allí enclaustrado y las traducciones de Newton, me fuí familiarizando con la mecánica de aquel trasto que parecía ir a la deriva, en lugar de tener un rumbo fijo.

Durante los siguientes días el ánimo de Johnny decayó vertiginosamente. Pasaba la mayor parte del tiempo solo, apartado del resto del grupo. Ayudó en lo que pudo en las reparaciones de la nave, y aplicó sus conocimientos de pilotaje para conseguir dirigirla. Pero una vez realizado su tarea, siempre se retiraba a un rincón solitario de la nave. Apenas comía, y se podía pasar horas mirando por alguna de las ventanas. Había perdido a Blake, y no sabía si Hannah estaba viva o muerta. Casi prefería que estuviera muerta, pero pensar eso le hacía sentir peor. Y la impotencia y la rabia se apoderaban de él día a día. La rutina en la nave tampoco ayudaba, y no podía centrarse demasiado en las reparaciones. Tampoco podía dormir. Nada más cerrar los ojos se le aparecía la visión del rosto inerte de Blake, o a su hermana pidiendo ayuda o muriendo en la explosión de la Franklin. Johnny tenía su infierno particular y la lentitud del viaje no le ayudaba. Cerraba fuertemente los ojos y apretaba los puños y permanecía así hasta que el sueño le vencía, pero al poco despertaba sobresaltado con alguna pesadilla.

Los días pasaban mientras la nave avanzaba atravesando espacio neutral aunque peligrosamente cerca de los límites de zona hostil. Jankowsky se adaptó a una rutina marcial, ayudaba con las tareas de reparación de la nave y dedicaba una parte de su tiempo libre a entrenarse, mantener su cuerpo en forma era para él algo crucial pero sus heridas no se estaban curando todo lo rápido que le hubiera gustado. -"Te haces viejo, Eduard",- pensó.

Lo peor era comer aquella bazofia Klingon que, aunque sabía mal, logró mantenerles a todos sanos. El objetivo era alcanzar cuan"to antes territorio Vulcano -"y rezar para que no nos tomen como Klingon y nos vaporicen nada mas aparecer"- pensaba.

Cristina, Aakesh y Stevenson se repartían el mando, una responsabilidad con la que Eduard no deseaba cargar. Sabía que Daniel había querido investigar el brazo de la capitana, seguía con aquel dispositivo adherido a ella y ya era demasiado tiempo, a Eduard le preocupaba que aquella cosa le costara la vida, aunque no encontró oportunidad de hablar con ella. 

También pudo observar que Johnny no estaba llevando bien la pérdida de la joven Blake, estaba realmente decaído por lo que intentó animarlo, era lo mínimo que podía hacer por él:

-Oye chaval, he improvisado un pequeño gimnasio junto al almacen, si no te molesta el olor de los Targ podrías pasarte, te vendrá bien sudar un poco.- Le dijo en tono distendido.

Aakesh proseguía con sus esfuerzos para poder acceder a las computadoras de los klingon y conseguir entender su lenguaje, pero todos sus esfuerzos resultaban inútiles.

-¡MALDITA SEA!

Se levantó gritando y lanzando la silla hacia el otro lado. Se tocó la herida, estos cambios de humor afectaban a la herida doliéndole aún más.

-Maldita hija impura de una casta inferior, ¡¡¡o accedo a tus datos o te reviento a golpes!!!

Recogió la silla y lo volvió a intentar. Le daba igual si alguien le veía reaccionar así, no cejaría en su empeño hasta conseguirlo.

- Tranquilo. - Dije desde el otro lado de la sala al indio, levantándome cansado del suelo, donde intentaba reparar algo, aunque no sabía bien lo que era y caminé hacia él. - Déjame que intentarlo, ¿quieres? Quizás deberías descansar un poco... - Miré al hombre a los ojos. - Deberías hidratarte un poco... a todos os está sentando mal la comida de los klingon. Si quieres, te puedes unir a mí cuando hayas bebido algo y al menos cerrado los ojos durante unos cinco minutos. - Indiqué al hombre con calma y me puse manos a la obra.

El frustrado intento de Aakesh llama la débil atención de Daniel, quien acude en su ayuda y también nota el pobre estado de salud así como sus heridas mal tratadas. Quizás el científico también pueda hacer algo al respecto más tarde.

Durante esos días en la D5 Winwood ha logrado familiarizarse con los sistemas de la nave Klingon y por ello ahora no le es muy difícil acceder a su base de datos.

Aunque la base de datos tiene algunos bancos de memoria dañados es posible reconstruir más de la mitad de toda la información almacenada en la D5.

Por ejemplo la nave pertenece a la casa Klingon Girja* y se llama D´Omos, en honor al  fundador de dicha casta. El nombre del capitán era K´jac.

Tras ver los intentos de David y que obtiene resultados Aakesh sonríe

-¡Estupendo!, ¡muy buen trabajo Daniel!. Recupere todo lo que pueda y haga copias en todas las pad y tarjetas de datos que pueda conseguir de los klingon. Lo quiero todo. En la Flota lo encontrarán muy útil.

Se queda pensativo

-¿Podría conseguir que podamos leer los datos sin necesidad de traducirlos?, vamos, que aparezcan en nuestro idioma. Nos sería muy útil.

Aakesh puso gesto de dolor mientras se tocaba la herida.

-Voy a sentarme un poco. Si no tiene otra cosa que hacer y no pensaba descansar, realice esas copias. Luego analizaremos la información.

-Aakesh si necesita ayuda para revisar los datos de los klingon puedo ayudarle. Si vamos a impersonarlos para que nadie se nos ocurra acercarnos hay que saber lo posible del capitán y su casa, amigos y enemigos. -Estaba tan disperso por toda la nave que no sabía bien del estado de los sistemas tácticos, pero con el castigo que les habían dado no contaba que funcionaran muy bien.

-Posiblemente si tenemos problemas llevando esta nave sea contra otras naves klingon o por la relación que tuvieran o dejaran de tener con Mohjo. Aunque si se aburre, Winwood, me vendría bien una mano con el sistema de comunicaciones. -Aunque el quisiera arreglar los sistemas en los que trabajaba dependía de Stevenson y de Alba la prioridad en las reparaciones. Y era uno de esos momentos en los que se alegraba ser un alférez y no tener que dilucidar si ahora estaba al mando Stevenson de Alba o los restos de Targ que estaban comiendo.

A pesar de todas las calamidades que se habían vertido sobre la tripulación de la Excalibur y la Franklin, Cristina que en otro momento se había presentado como un alma en pena, rota por la culpa, la pena y el odio por sí misma, se presentó en aquella ocasión como una mujer distinta, si bien era cierto que su semblante era serio y meditabundo y que a veces se mostraba esquiva con todos, sus ojos no se veían acuosos por haber estado llorando ni tampoco lucían ojeras por falta de sueño o preocupación, lo más característico de su imagen era su delgadez, su palidez y la falta de avance con su brazalete, sin embargo aquella supuesta imagen de debilidad contrastaba con la fuerza interior que se atisbaba bajo su mirada, aquella De Aba no se parecía a la mujer sufriente que todos habían conocido, era como si algo en su interior hubiera explotado hasta decir basta, basta de sentirse como una basura, de cargar con los males del universo, con la culpa, con los avatares del destino y con lo que la gente pudiera decir o pensar de ella… Cristina era como era, una humana que a pesar de todo seguía en pie y tenía toda la intención de seguir haciéndolo hasta que sus fuerzas se lo permitieran, si a alguien no le gustaba su forma de ser o como hacía las cosas, tenía todo el permiso del mundo para irse a paseo. La capitana seguiría subiendo la montaña que era su vida, quien quisiera que la acompañara en su escalada pero que la siguiera a su ritmo, pues no pensaba parar ni mirar hacia atrás.

Un taconeo rápido y firme fue el preámbulo de la entrada al puente de la capitán, que a pesar de todos los inconvenientes que presentaba la nave klingon con respecto a aseo personal… Cristina se las había apañado para lucir de manera aseada y limpia, con ropas adecuadas a su cargo y el típico peinado que solía llevar cuando se encontraba en la Excalibur.

- Caballeros- saludó a los oficiales presentes en el puente- ¿Cómo van las reparaciones?- indagó mirando sobretodo a su primera oficial para después añadir- Me gustaría comenzar con la ceremonia del funeral por nuestros caídos y... los de la Franklin, ¿puedo robarles unos minutos? 

El éxito de Winwood al sacar datos de los terminales klingon imbuyó de ánimos al grupo. Jankowsky no le dió demasiada importancia pero le confortó saber que estaban haciendo avances.

Ahora debían poner en funcionamiento el sistema de comunicaciones, era conveniente advertir a los vulcano antes de convertirse en su blanco.

Por su lado Jankowsky continuó con su rutina ayudando en lo que podía para reparar los sistemas averiados de la nave. Al mismo tiempo revisó las armas y los sistemas defensivos quizá como una reminiscencia de su anterior tarea como oficial táctico.

La capitana había decidido celebrar una ceremonia por los caídos, era una idea tan buena como cualquiera. Jankowsky quizá hubiera preferido llegar a lugar seguro ya que el viaje aún no había terminado y, quien sabe, quizá hubiera mas bajas. Aunque intentaba no pensar demasiado en ello realmente, después de lo ocurrido, no se sentía optimista.

Aakesh giró la cabeza hacia Newton al escuchar sus palabras.

-Su ayuda será bienvenida. No quería molestarlo en este momento por eso no le he dicho nada, pero sus argumentos son más que convincentes. Uoooohhhh, ¡maldita herida!

Aakesh se levantó lentamente y se acercó a Newton.

-De todas formas también necesitaremos ese sistema de comunicaciones a pleno rendimiento. Hamos copia de lo que podamos, y dado que las copias se pueden hacer en automático tras dar las instrucciones oportunas, pueden ir intentar arreglar las comunicaciones y luego revisaremos esos datos. O que Daniel se centre ahora en las comunicaciones y usted realice las copias mientras examina la información. Lo dejo en sus manos.

En ese momento la capitán entró en el puesto de mando. Aakesh le sonrió tímidamente en respuesta a su saludo.

A pesar de todo ahí está, fuerte como una roca ante el oleaje que la golpea

El semblante de Aakesh se puso serio ante las palabras de la capitán.

-Las reparaciones digamos que prosiguen. El señor Winwood ha conseguido acceder a las computadoras klingon. Realizaremos copias de todos los datos que podamos, ya que serán de interés para la Flota. El señor Newton se ha prestado a echar una mano con el klingon, y como bien dice, nos conviene saber quien era el dueño de la nave y que amigos y enemigos tenía. No sabemos a quien nos encontraremos allí, aunque tal vez tengamos que priorizar las reparaciones del sistema de comunicaciones para evitar problemas o enviar un mensaje de auxilio.

Ante la sugerencia de un funeral, Aakesh apartó la mirada unos segundos, para luego asentir.

-Me parece bien capitán, es lo mínimo que podemos hacer por ellos.

Por dentro maldijo a los klingon y a todos aquellos que habían tenido algo que ver en la muerte de sus camaradas.

Haré lo imposible para evitar que vuelva a suceder.

En ese momento la mirada de Aakesh se endureció. Parecía otro y cualquiera que lo mirase en ese momento vería el reflejo de una determinación de hierro.

- Enseguida, señor. - Respondo al hombre indio con educación. Sigo sin recordar quien es, pero si tengo claras dos cosas, la primera es que es de mi tripulación, la segunda, que es mi superior. Mi rango es tan bajo que tan solo estoy por encima de los polizontes y de algunos presos. Me entretengo unos segundos, mirando como conectar nuestra tecnología y la klingon para realizar esas copias que me solicita mi superior.

En seguida el hombre que estuvo conmigo en la cápsula de escape nos aborda. - Aunque le parezca increíble, señor, no logro aburrirme en esta nave. Es todo nuevo y alucinante para mí. - Respondí con un PADD en mi mano. - Pero me pondré a ello enseguida, señor. Entiendo que es más urgente que la copia de seguridad. - Aunque aún no iba a dejar tirado lo que estaba haciendo, al menos quería intentar que aquella copia se iniciase lo más brevemente posible.

El sonido de unos pasos acercándose no me dijeron nada, al igual que el resto de la conversación entre los dos hombres, puesto que ya estaba de nuevo absorto en lograr hacer aquella copia de seguridad. Ni la voz de mi capitán me sacó de aquel empecinamiento por lograrlo. Miré nuevamente los símbolos que salían en la pantalla de la interfaz klingon. - Debería haber alguna opción para vincular un dispositivo con otro...

La gran dificultad de Eduard es lograr comprender la diferencia de los sistemas informáticos Klingon. Esa gran barrera –para el- es lo único que lo detiene de poder aplicar el máximo de su conocimientos sobre los sistemas de tácticas, porque en definitiva los escudos y las armas continúan inutilizados. Quizás lo único que encuentra, y que le parece extraño, es un sistema que no pertenece a ninguna otra función de la nave pero está ligado al sistema táctico. Desafortunadamente ese sistema se encuentra fuera de línea.

Daniel en cambio tiene mejor suerte donde le toca. Su afinidad con los idiomas alienígenas y su facilidad con las maquinas le permite llevar adelante una copia exitosa de la base de datos rescatada del núcleo de la D´Omos. Adicionalmente facilita el trabajo a Karl para que este pueda utilizar un algoritmo traductor. Todo está listo.

Un punto inesperado es encontrar un mensaje en Ingles dentro de la base de datos. Desafortunadamente el mensaje esta encriptado y solo el difunto capitán K´jac tiene la autorización para abrirlo.

Gracias al material encontrado en la cápsula de escape de la Franklin, Eduard pudo cambiar sus harapientos ropajes por un uniforme estandar de la flota lo que le ayudó a sentirse de nuevo en la posición que antaño había ocupado en la Excalibur.

Como el oficial táctico que había sido se vió ante los paneles de control tácticos Klingon pero la frustración le inundó concluir que era incapaz de comprenderlos. Si alguien les atacaba en estos momentos la batalla acabaría antes de empezar, no tenían acceso al armamento ni al escudo, Jankowsky sacudió la cabeza.

-Demonios, necesitaré ayuda con estos paneles, el Klingon no es precisamente mi lengua materna.- Aunque le llamó la atención un tercer sistema que corría paralelo a los de ataque y defensa. -Además creo que aquí hay algo nuevo, al menos para mi.- No sabía quié podría ayudarle, todos tenían sus quehaceres pero activar las defensas de la nave debería ser una prioridad. -Capitana, si no desciframos esto estaremos indefensos ante cualquier ataque.- Dijo a Cristina. Pero la capitana aún tenía que oficiar una ceremonia por los caídos.

-Jankowski si nos da un momento, espero tener lista la matriz de traducción del sistema operativo. -Llevaba un montón de tiempo enfrascado en ella, había dado instrucciones a todo le mundo para operar los sistemas más básicos. Para crearla usó el propio traductor universal que tenían los klingon, aunque lo más complicado fue instalar en el sistema una tipografía estándar de la Federación. El sistema klingon no estaba preparado para ser traducido ni poner las cosas fáciles, estaba hecho para que el guerrero se adaptara a él, todo muy klingon.

Tras unas ultimas pulsaciones por fin el sistema se tradujo lo que fue una pequeña gran victoria para el oficial de comunicaciones. Ahora tenia que preocuparse por rehacer el sistema de comunicaciones y nunca había sido muy bueno reparando cosas, ni rompiendolas, más bien usándolas. -Ahí lo tienen. -Dijo sonriente.

Pero esperó a que de Alba realizara el acto funeral. Aun le quedaba la duda de que podría haber sido de la Franklin, si estaba siendo destruida por completo ¿por qué dejar solo a dos tripulantes en cápsula salvavidas cuando deberían haberlas aprovechado al máximo? Quizás Edison solo se estaba quitando a gente que podía considerar molesta. Ambos tenían sus diferencias que comenzaban porque Newton no hubiera formado parte de los MACO y continuaban con su opiniones ante la fundación de la Federación y el propósito de la Flota Estelar en esta. Pero de momento no podían hacer mucho por la Franklin, solo llegar a puerto y pedir refuerzos y Aakesh tenía razón necesitaban el sistema de comunicaciones y haría lo posible porque volviera a estar operativo.

Cristina anotó mentalmente toda la información que le proporcionó Aakesh al tiempo que miraba al resto y comprobaba la premura de arreglar los sistemas y traducir el idioma klingon.

-Capitana, si no desciframos esto estaremos indefensos ante cualquier ataque

- Seré breve señor Jankoswky, entiendo todo lo que está en juego, pero si no lo hacemos ya es posible que no podamos hacerlo más adelante, en cuanto termine la ceremonia me pondré a vuestra disposición para ayudar en todo lo que esté en mi mano- Cristina tenía conocimientos en mecánica y nunca le habían caído los anillos para asistir a sus hombres con la reparaciones que fuesen necesarias.

- Está todo preparado, quien pueda acompañarme que lo haga- miró a Johnny, segura de que a él si le gustaría presenciar el acto donde se despediría para siempre de su amada.

De esa manera la capitana salió del puente con su habitual taconeo y condujo a los que quisieron acompañarla hacia una parte de la nave cercana a la rampa por la que accedieron cuando abordaron la D5. En aquel habitácula se encontraban la mayoría de la tripulación rescatada de la Excalibur junto con dos féretros que habían conseguido construir con elementos de la nave klingon, sobre la que habían dibujado el símbolo de la Flota Estelar.

Cristina con gesto solemne se acercó a ambos féretros hasta posicionarse en medio de ellos y procedió a hablar tras hacer un repaso visual sobre los presentes.

- Ex Astris, Scientia... ese es el lema de la Flota, nuestro santo y seña. Surcar las estrellas para encontrar conocimiento y establecer contacto con otras especies y así crecer nosotros mismos. Esos son nuestros principios... lamentablemente el Universo es muy grande y no todas las especies que lo habitan comparten nuestros principios... desde que comenzamos nuestra primera misión a bordo de la Excalibur, nos hemos enfrentado a multitud de dificultades, hemos tenido que luchar por nuestras vidas, hemos sido humillados, hemos perdido a muchos de nuestros compañeros. Hoy tenemos que despedir nuevamente a nuestros valientes hombres y mujeres... (procedió a pronunciar el nombre de todos los caídos, tanto en la nave klingon como los que se encontraban en la nave esclavista y en la Franklin) todos ellos han dado lo mejor de sí mismos para que nosotros continuemos adelante y eso es lo que vamos a hacer, pero no albergando odio y rencor hacia todo lo desconocido, porque si lo hiciéramos nos perderíamos, sino siendo fieles a nuestros principios, los de la Flota Estelar, porque eso es lo que somos, oficiales de la Flota, recordadlo siempre, se lo debemos a ellos, señaló los dos féretros y nos lo debemos a nosotros mismos.

Tras el discurso, la capitana esperó unos segundos para que quien quisiese dijera algo más, para a continuación proceder a dar la orden de que se lanzaran los féretros al espacio. Acto seguido pidió que todos ocuparan sus puestos y volvió a dirigirse al puente para prestar ayuda.

- Puedo ayudar con las reparaciones- aseguró remangándose las mangas del uniforme para ponerse manos a la obra-

Johnny accedió a acompañar a los demás en la ceremonia fúnebre. Mientras la capitana hacía su discurso, en la mente de Johnny solo retumbaba un pensamiento. Los klingons deben morir.