Partida Rol por web

Aakesh contempló como la capitán abandonaba el puente y sonrió.

No sería ella si no lo hiciese

Se sentó en el asiento klingon, sorprendentemente le pareció "cómodo". Tal vez las condiciones en las que estuvo preso en la Arena fueron tan terribles, que las condiciones de la nave le parecen como un hotel de cinco estrellas.

Los datos que releva el escáner le dejan asombrado. Es una nave del pasado terrestre, pero con una tecnología superior a la de la época. ¿Que más sorpresas podría albergar?

Tras aparecer la ingenieria Johnson y su reporte el hindú asintió

-Hemos tomado medidas. Nos dirigimos hacia espacio vulcano con la esperanza de encontrar algún puerto donde aterrizar y continuar con las reparaciones. Ha hecho un gran trabajo, especialmente si tenemos en cuenta las circunstancias y el estado de la nave.

Observó la nave terrestre

-La nave terrestre es prioritaria. Si queremos seguir viaje hacia Vulcano tendremos que dejarla atrás y tal vez en ella haya algún dato relevante que nos pueda ayudar a volver a casa, incluso piezas de repuesto.

Miró a la ingeniera

-Sobre el acceso a los ordenadores, son todo suyos, no hace falta que lo pida, y su idea de examinarlos buscando otro tipo de tecnología es buena. El comandante Stevenson está examinando los registros y ahora le echaré una mano. Comience con la nave terrestre y cuando acabe, podrá seguir con los registros klingon o lo que desee de la nave.

Aakesh se acercó a Stevenson.

-Bien comandante, ¿le puedo echar una mano?

Cristina entró en la sala apoyada en el brazo de Daniel, su rostro estaba muy pálido, lucía ojeras y presentaba signos evidentes de cansancio, el brazo del brazalete lo tenía vendado y de momento parecía que De Alba no quería usarlo, quizás porque le producía dolor, puesto que permanecía inerte en un improvisado cabestrillo.

Lo primero que hizo la capitana fue reconocer el terreno, recorriendo con su mirada cada uno de los rincones de aquella estancia, hasta que ignorando los gritos de la klingon tomó asiento en una de las sillas, la que guardaba una prudente distancia entre la kinglon y el resto de inmundicias. Una vez sentada se mantuvo con la espalda recta y la elegancia que caracterizaba a una persona que como ella, se había criado en el seno de una familia noble, fue entonces cuando su atención se centró en la prisionera.

- Ninguno de nosotros hablamos kinglon- dijo con suma tranquilidad- si quiere mejorar su situación hable en común, no va a ir a ningún lado, ni vamos a desatarla, tengo motivos de sobra para matarla sin contemplaciones, le recomiendo que se calme.

Apenada por su marcha, la despidió silenciosa, con un gesto de la mano, esperando a poder actuar.

El hacer de centinela no le era novedad, pero tampoco era algo que le agradase. - El que espera, desespera.

Poco más hay que hacer aquí Respondió Stevenson al ver que los registros de las base de datos poca mención hacían y que sería necesario desmontar media nave para intentar averiguar el funcionamiento de aquel dispositivo.

Esta claro que esta tecnología fue robada y que sin duda tiene algo en común con el brazalete de la capitana, pero sin un astillero donde investigar en profundidad es un camino muerto. Quizá en esa tengamos más suerte.

Dijo señalando la nave terrícola.

Puede que la nave en si no deje más que nuevas preguntas por lo que parece a simple vista, pero su bitátoca y sus registros históricos pueden darnos la clave, empiezo a pensar que no solo hemos saltado al futuro sino que estamos en otra dimensión... algo que ha evolucionado de diferente forma. Hablaré con la capitana para echar un vistazo a la nave y ver si podemos descargar los datos.

Aakesh asintió

-Estoy de acuerdo, y más tras las palabras del Xhaguar. Me pregunto como llegó el brazalete a nuestra dimensión y esta nave terrestre....¿es de aquí antes de que la raza humana se extinguiese o también de otra dimensión?

Volvió al asiento del capitán

-Tal vez en Vulcano no encontremos nada, pero no tenemos muchas más opciones. Vaya con la capitán y llevese a Jonhson o a un equipo designado por ella. Necesitamos respuestas y las necesitamos ya.

Abrí grande los ojos cuando el PO Mukherjee y el comandante Stevenson hablaron sobre la nave terrícola que debíamos investigar de forma prioritaria. La idea de tener que saltar de una nave a otra usando un traje espacial no me gustaba nada. Una cosa era hacer una caminata por el casco con un equpo de reparación, aferrada con botas magnéticas a una nave. Otra muy distinta era dar un salto hacia la nada, donde un error de cálculos podría significar que me precipitara como una bola de fuego al planeta más cercano, o peor, continuar un viaje sin fin ni rumbo hacia la nada.

Mis ojos paseaban vertiginosamente entre un oficial y otro.

-¿Que lo acompañe? -pregunté cavilantemente- ¿A... a la nave terricola?

Me perdí en mis pensamientos un momento, tratando de esquivar el miedo y concentrarme en la misión.

-Podría llevar a Hope... a la señora Ramsey -indico-, con un equipo de herramientas para rescatar los repuestos que podamos conseguir. Dudo que sean muchos, dado que es una nave antigua. Entre tanto, podría acceder al ordenador de la nave y rescatar los datos.

En ese momento levanté el intercomunicador y llamé a Ingeniería para que preparara un equipo y a mi acompañante. Saldríamos a dar un paseo.

James activo el comunicador

Capitán, solicito permiso para abordar la nave terricola en busca de respuestas, los sensores indican que no hay señales de vida a bordo... probablamente sea un cementerio pero quizá podamos sacar algunas piezas y sobre todo algunas respuestas del ordenador de abordo. Ellem me acompañaría y si es posible Diana vendría bien.

Caminar así junto a Cristina era algo especial para mí. Su mera compañía lo era, pero más aún el contacto físico. Normalmente no lo necesitaba por parte de nadie. En ese sentido siempre había sido muy independiente, pero con ella era... natural. Tan natural como la degradación y la erosión de las rocas bajo el constante movimiento del agua de un río durante años y años. 

Caminamos por los pasillos de la D5 con lentitud, en parte por seguir el paso de Cristina, en parte por no perderme por un lugar extraño. Aunque la verdad era que para mí cualquier lugar era extraño siempre. Miraba el pasillo de la nave como si pasase por él por primera vez y quizás fuese así. Durante aquel breve paseo no cruzamos palabra alguna, pero yo me sentía como un cachorro completamente dependiente de de Alba, sin saber bien a donde íbamos.

Al llegar a una sala, ayudé a Cristina a sentarse en la silla y miré su brazo herido durante unos segundos, para luego girarme y encontrarme al MACO justamente a nuestro lado. El olor de la sala era realmente desagradable y en cuanto vi el montón de heces, entendí el porque. Tuve que contener una arcada por aquel olor tan fuerte. Iba a preguntar por la prisionera, cuando esta se delató gritando algo en su idioma. Algo que me esforcé en tratar de entender y cuyas palabras retuve en mi cabeza mientras que de Alba hablaba con ella. Lo cierto era que me esperaba a la prisionera atada y sentada en una silla, no tirada de aquella manera en el suelo.

Observé a la alienígena desde mi privilegiada posición entre la capitán y el MACO. - ¿Qué tenemos para curarla? Si me acerco... ¿me morderá? 

Jankowsky mantenía su rifle apuntando a la prisionera, su rostro la miraba impasible. No sentía la mas mínima empatía por ella y la habría matado si no pensara que podría ser útil.

Cuando Cristina llegó Jankowsky no pudo evitar perderse un instante en sus recuerdos con ella, le entristecía ver como todo lo ocurrido desde que era capitana de una NX-10 la había transformado. Ahora la notaba más dura y seria incluso taciturna, era muy joven y llevaba una carga demasiado pesada. Pero era la capitana que necesitaban dada la situación, los tiempos del pacifismo el buenrollismo y las florecillas habían quedado muy atrás, demasiado atrás.

Daniel también llegó con ganas de trabajar, la Klingon necesitaba las atenciones que él le quería proporcionar pero no sería fácil convencerla.

-¿Qué tenemos para curarla? Si me acerco... ¿me morderá?- 

-Si lo hace no volverá a poder comer nada sólido.- Dijo tajante Jankowsky. -De todas formas ya tendrás tiempo de eso, ahora dejémosla explicarse, que nos de un motivo para no matarla.

Algo molesta a Daniel y recién ahora se percata de qué es. En uno de los bolsillos de su pantalón un traductor universal estaba allí, molestando  cuando este tomaba asiento o estiraba las piernas para descansar. ¿Cuándo guardo ese trasto en el bolsillo? No lo recuerda, entre tanto trajín es complicado entrar en esos detalles.

Mirando el lado positivo el traductor le sirvió para que todos los presentes pudieran comunicarse de forma fluida. De este modo la capitán puso un límite en los ánimos de la prisionera, la cual dejó de forcejear y maldecir a todos.

- ¿Quiénes son ustedes? ¡El imperio hará rodar sus cabezas por semejante atropello! ¡A ustedes y a ese imbécil de K´jak primero! – advirtió con gran esfuerzo para contener su efusivo carácter. - ¡Díganle al capitán con cerebro de Targ que no voy a reparar su dispositivo hasta que hable con mi gente! – al terminar su contraoferta escupe a un costado luego de mencionar al capitán Klingon. De todas formas no puede ocultar su confusión por hallarse frente a tripulantes no Klingons.

  En ese momento levanté el intercomunicador y llamé a Ingeniería para que preparara un equipo y a mi acompañante. Saldríamos a dar un paseo

En toda la nave se escuchó el llamado de Ellen a Ingeniería, que solicita un equipo técnico de abordaje además de la asistencia de Hope Ramsey.

- Aquí Ramsey. ¡Encantada de ir! Me fascina la tecnoarqueologia. ¿Kendra vendrá también?- responde y pregunta la tripulante de ingeniería.

Kjarl comenzó a trabajar los sensores para obtener la mayor cantidad de información posible para apoyar al resto de los equipos. Su entendimiento del klingon le ayudaba a tener una ventaja. Sabía que tenía que compensar por el gigante gaseoso. Hizo lo mejor que pudo y luego se voluntario para el abordaje. Sabía que físicamente no era muy diestro, pero dejaría en la capitana la mejor decisión. 

Me sorprendí cuando escuché mi voz por toda la nave. Definitivamente no era mi intención transmitirle a todos los tripulantes. Un sonido gutural se coló por mi garganta mientras pensaba una respuesta a Hope, aprovechando para pensar en los beneficios de que Kendra se nos sumara. Sí, es cierto, necesitabamos todas las manos que pudieran ayudarnos para entrar en la nave antigua, tomar lo que necesitemos y salir pitando. Pero también suponía un riesgo. No quería dejar a la Princesa de Nueva Orleans -¿a qué imbécil se le habrá ocurrido semejante nombre?- sin ingenieros.

-Sí -respondí-, Kendra también nos acompañará.

Miré a Stevenson tras cortar la comunicación.

-¿Nos vamos, señor?

Aakesh asintió

-Otra opción es acoplar nuestra nave a la nave terrestre, pero no sé hasta que punto es una opción segura. Evalúe que opción es la mejor. Y que vaya alguien que pueda ir de escolta. Será una nave fantasma pero no quiero correr riesgos y que las pillen desprevenidas mientras trabajan.

Eso dejaría a la dotación de la Princesa reducida, pero Aakesh quería asegurarse de que el grupo no correría peligro.

Si la capitán estuviese bien y yo no estuviese tan malherido ahora mismo me iba con ellas

La Sargento Primero estaba expectante. Estaba hasta las narices de hacer de centinela o agente de seguridad, pero embarcarse en una excursión podría ser peligroso ... y emocionante. A ver si tenía suerte, y dejaba de ser necesario estar de "Perrito Guardián" y podía ir a ... patera unos cuantos culos a otro lugar.

Silente, esperaba instrucciones, pero sobre todo deseaba que le dieran permiso para ir ha hacer de ... buscadora de trastos viejos.

- ¿K´jak? - Pregunté en voz alta para escupir a un lado a continuación, tal y como hizo la klingon. - Capitán, ¿quién K´jak? - Pregunté a de Alba, tras volver a escupir a un lado al pronunciar aquel nombre tan extraño que acababa de semejante manera. - El único capitán que hay en esta nave, es el presente. - Indiqué con seguridad a la prisionera, para luego inclinarme sobre el oído de de Alba. - ¿No hay más capitanes abordo, verdad? - Pregunté a Cristina, dudando de mi afirmación previa.

- ¿No hay otro sitio donde estar que no... apeste como este? - Me quejé entonces, sintiendo que era el único al que le molestama el olor a heces resecas. - Este ambiente es contraproducente para las heridas, tanto las de la capitán como las de la klingon. - Miré al MACO entonces. - ¿Realmente debe estar atada así? - La verdad era que me parecía bastante humillante y antihigiénico que estuviese tirada en el suelo, dadas las circunstancias y el estado de la prisionera. - Capitán, sugiero que nos movamos a un lugar más limpio si no queremos acabar enfermando todos.

Al ver que la klingon respondía Jankowsky la ayudó a incorporarse, le quiso dar una concesión ya que parecía querer colaborar, por supuesto no dejó de apuntarle. Por lo que pudo entender le sus palabras los difuntos tripulantes de la nave estaban enemistados con el imperio Klingon lo que quería decir que la nave seguiría siendo un objetivo si entraban en espacio Klingon, "bueno, si su rencor se mantiene después de 1555 años" pensó. 

También habló de un dispositivo:

-¿De qué está hablando?- Cuestionó a Cristina por si ella tenía alguna idea a qué se refería la prisionera.

Cuando la klingon habló, el comunicador de Cristina sonó, era la voz de James.

Capitán, solicito permiso para abordar la nave terricola en busca de respuestas, los sensores indican que no hay señales de vida a bordo... probablamente sea un cementerio pero quizá podamos sacar algunas piezas y sobre todo algunas respuestas del ordenador de abordo. Ellem me acompañaría y si es posible Diana vendría bien.

- Entendido... permiso concedido, señor Stevenson.

Una vez hubo respondido a James, la atención de Cristina se centró tanto en Daniel y Eduard como en la klingon.

- No, señor Windwood- le respondió seria pero con el tono especial que siempre utilizaba para él, parecido al de una madre- no hay más capitán que yo en esta nave y... tiene razón, esta habitación es insalubre- miró a Jan- ¿Hay una habitación más apropiada para la prisionera, sin que suponga un riesgo en seguridad?- De Alba no quería dejar escapar a la prisionera pero tampoco tenerla es esas condiciones.

-¿De qué está hablando?

- Parece ser que se trata de un conflicto entre el Imperio y la antigua tripulación de esta nave- respondió al MACO- por lo que sé, habían sido exiliados y actuaban por su cuenta.

Tras aquello miró a la klingon.

- La única klingon que se encuentra en esta nave es usted, eliminamos a toda la tripulación de la D5 al abordar la nave. Soy la capitán Cristina de Alba. Me temo que aún no va a poder hablar con su gente hasta que sepamos más sobre usted, él es el señor Windwood ha venido a curar sus heridas, teme que le muerda y yo espero que no lo haga- añadió esto último mirándola con intensidad, no se iba a andar por las ramas con ella.

Johnny oyó con cierta decepción la dificultad para reparar la nave, aunque era de esperar que sin recambios adecuados y un "dique seco" poco podían hacer para la recién bautizada Princesa.

Dudó en presentarse voluntario para ir a la nave terrícola, pero ya parecían tener a varios candidatos y realmente era más una misión para "cerebros", y él poco podía aportar. Pero se lamentó no poder hacer algo más útil, más distraído. Compensar las ligeras desviaciones de la nave, con la velocidad actual, era una tarea tediosa y aburrida para un piloto que deseaba acción para no dejar a la mente divagar.

Volvió a toquetear los controles, esta vez la desviación era mínima pero puso un rumbo recto y constante hacía su destino.