Partida Rol por web

Habiendo acordado un plan, le dais la orden a Trasher de anular la gravedad y este os responde con un breve pitido de asentimiento. Al cabo de unos pocos segundos, comenzáis a sentiros cada vez más ligeros hasta que finalmente comenzáis a flotar, lo que os obliga a afirmaros a las paredes para no ir rebotando por todo el pasillo. Con la gravedad anulada, Raalo saca de una pequeña barreta de metal de uno de sus bolsillos y tras clavarla en la hendija que hay entre las compuertas de la esclusa, le hace una seña a Dacen para que le de una mano. Luego de un breve instante haciendo fuerza, las compuertas ceden y el neimoidiano y el jedi consiguen abrir de par en par la esclusa.
Siguiendo el plan propuesto por Ray, Dacen, Gor, Nina y Talikah avanzan (o mejor dicho flotan) y se internan en el crucero aunque después de que comprueban que el perímetro es seguro, el resto no tardáis en seguirlos y en emprender la marcha guiándoos con el mapa de Raalo.

Aunque no detectáis ni la más mínima señal de peligro, no podéis evitar sentiros intranquilos mientras recorréis el interior de la nave. Además de la fina capa de escarcha que se ha formado sobre vuestros trajes o sobre vuestra ropa en el caso de Nina y Talikah, quienes a diferencia del resto comienzan a tiritar de frío, el escenario os resulta en cierta forma algo espeluznante. La luz que irradian vuestras barras luminosas no solo hace que se proyecten largas e inquietantes sombras sino que os permiten ver los cables deshilachados que cuelgan del techo y las paredes, los cuales parecen lianas y os dan la sensación de que en vez de andar por pasillos lo estuvierais haciendo por una jungla, con el consiguiente temor de que en cualquier momento una criatura salvaje os ataque por sorpresa. El silencio más absoluto reina en el lugar aunque ocasionalmente este se ve interrumpido por el repentino impacto de una caja destrozada o de una parte de un viejo droide contra las paredes de los pasillos y cuyo metálico ruido siempre os sobresalta.

Tras “flotar” por los pasillos durante un buen tiempo y dar varios rodeos ya que los caminos que llevan directamente al hangar suelen estar colapsados o llenos de escombros que os llevaría demasiado tiempo quitar, finalmente Raalo se detiene ante una puerta de unos cinco metros de longitud.

-Bueno, amigos míos, creo hemos llegado -os dice el neimoidiano- Si la información es correcta, que por el momento viene siéndola, detrás de esta puerta se encuentra el hangar así que id pensando en que gastaréis vuestras ganancias -acto seguido Raalo le habla a su droide- Mi cúbico amigo, es hora de que trabajes un poco.

Siguiendo las ordenes de su amo, el droide de energía se acerca al terminal de la puerta y se conecta a ella mientras que el neimoidiano empieza a trastear con los cables. Por lo visto, como necesitaréis al droide para usar los controles del hangar, el plan de Raalo es darle la suficiente energía al sistema local para que la puerta se abra y permanezca abierta unos instantes, dándoos así tiempo suficiente para cruzar al otro lado. Aunque algunos de vosotros no os sentís cómodos siguiendo los planes de vuestro “socio”, al daros cuenta de que es la opción más rápida y la más lógica ya que a Nina y a Talikah le queda poco más de un tercio de oxígeno, aceptáis la idea del neimoidiano.
Una vez que Raalo os da la señal, la puerta se abre y vosotros ingresáis rápidamente en el hangar mientras que el ex-separatista agarra bajo el brazo a su droide, lo que solo es posible gracias a la ausencia de gravedad, y cruza un instante antes de que la puerta se cierre sonoramente a sus espaldas.

-Eso ha estado cerca -os dice sin perder su buen humor- En fin, aquí estamos. Si no me equivoco, la sala de control se encuentra a la izquierda.

Al darle un rápido vistazo al lugar, os dais cuenta que os encontráis en una amplia estancia salpicada de cajas, algunas en buen estado y otras hechas pedazos, y trozos de metal de diferente tamaño y forma aunque al estar tan deformados se os hace imposible saber que fueron originalmente. A vuestra derecha se encuentra un pasillo paralelo a la estancia en la que estáis y varias puertas pequeñas que seguramente llevan a lo que en su tiempo fueron los almacenes, mientras que a vuestra izquierda se ubica otra sala a simple vista más pequeña que la que ocupáis y que pareciera contar con unos ordenadores. Por último, frente a vosotros y al final de la estancia se abre lo que parece ser un inmenso espacio abierto que seguramente debe tratarse de la plataforma de aterrizaje del hangar aunque debido a la oscuridad reinante y la acotada área de iluminación de vuestras barras, apenas alcanzáis a ver algo.

La entrada a la nave fue bien sin que explotara nada o salieran volando cajas que los golpearan, pero al poco de entrar la temperatura cayó tanto que a Nina le empezarón a castañetear los dientes y se tuvo que abrazar fuertemente para mantener el control de sus dedos, se arrepintió enseguida de haber llevado su manta térmica o directamente de haberse metido en esta maldita nave.

Mientras hablan sobre como entrar y conectar el droide a Nina le suda todo ese tema mucho, está mas concentrada en mantenerse en movimiento y que sus músculos tengan riego que en lo que van a encontrar en la nave, y encima el indicador de oxígeno indica que cada vez va quedando menos...lo que se dice un día de mierda.

- Brrrr, po..podemos ir con más pri..prisa, me estoy helando aquí..ii dentrooo - mientras sorbe los moquillos que le salen de la nariz, esta máscara va ha necesitar una buena limpieza.

 Miré a Nina con expresión preocupada, desde el visor de mi traje:

 - Te dije que compraras uno de estos, son más cómodos de llevar y prácticos, sobre todo en ambientes de este tipo. ¿Por qué tienes  que se siempre tan tacaña con el equipo?.

- Te dije que compraras uno de estos, son más cómodos de llevar y prácticos, sobre todo en ambientes de este tipo. ¿Por qué tienes  que se siempre tan tacaña con el equipo?.

Si las miradas matasen Dacen sería una mancha en las paredes de la nave.

- La..aa gente nor normal tiene gastos Dacen, no tenemos una "fu..fuerza" misteriosa que nos de créditos pa..pa..para comprar... - tampoco nadie se había ofrecido a comprárselo, más vale que este botín sea bueno.

En el momento en el que veo que Nina y Talikah se están muriendo de frío, agradezco que me prestarán el dinero para comprar este traje, "tendré que devolver el dinero cuando nos paguen por la misión" me para mis adentros, pero al fijarme que se les acaba el oxigeno, "Cuando antes entremos, serán menos las posibilidades que se congelen o se asfixien nuestras compañeras" les comento a mis compañeros, y de repente oigo a la balosar mencionar la "fuerza", me giro con una mirada asesina, "¿no seras tan estúpida de lanzar cosas que diga que Dacen es un jedi delante de alguien de cuya lealtad no es de fiar? espero que Raloo no lo haya oído"

Ayuz, tras estabilizar la nave salió y se reunió con el resto de la tripulación.

-Bueno, ¿A que estamos esperando? ¿Que hacéis aquí parados? Abrid de una vez la compuerta-dijo metiéndoles prisa. No le gustaba nada estar ahí expuestos.

Antes de que podáis reanudar la marcha, veis que en la oscuridad que os rodea comienzan a surgir unos pequeños puntos luminosos, no solo son más de una veintena sino que estos se mueven hacia vosotros. Una vez que estos ingresan en el área de iluminación de vuestras barras os dais cuenta que se tratan de una docena de droides de combate separatistas aunque no todos se encuentran en buen estado sino que la mayoría están bastante maltratados, a algunos le falta un brazo o un pie, a otros los miembros inferiores y unos pocos tienen su cabeza colgando hacia un costado. Hay tres droides en la puerta de la sala de control del hangar, otros tres en la entrada del pasillo que lleva a los almacenes, y los últimos seis frente a vosotros entre la estancia que ocupáis y el hangar.

-Vaya, droides de combate B1 -murmura Raalo- Me sorprende que hayan resistido tanto y aún más que todavía tengan energía.

Inmediatamente, uno de los droides que todavía está entero y que tiene la placa facial pintada de amarillo, lo que lo identifica como un oficial, habla.

-Acabad con… intrusos -ordena con un claro problema en su vocabulizador.

-Roger… brzzz…. Roger -responde el resto de los droides.

Acto seguido, los droides levantan sus carabinas blaster y se preparan para disparar contra vosotros. Por otra parte y como si fuera un acto reflejo, Raalo y su droide se cubren tras una de las cajas.

-Amigos míos, luchar a gravedad cero es una pesadilla, lo sé por experiencia -os dice el neimoidiano- Por eso, si lográis acabar con los droides que están en la puerta de la sala de control, mi droide y yo intentaremos acceder al sistema y restaurar la gravedad. No contaréis con la ayuda de mi increíble puntería pero por lo menos así os será más fácil acabar con esos “hojalatas” -agrega Raalo.

sin mas reparos agarro mi rifle blaster y me pongo a disparar contra uno de los droides de la sala de control, pero la gravedad cero no me permitió acertar en el blanco, lanzo unos insultos al aire en Bothes, y me lanzo sobre una caja para usarla de cobertura que esta enfrente de los droides de la sala de control y me cubro, y me preparo para lanzar mas disparos sobre esos trozos de hojalata.

-¡Centraos en los de control!-les dijo Ayuz a sus compañeros mientras abria fuego con su blaster a los droides. Sin embargo su blaster no hizo ruido alguno. Los insultos y maldiciones de la Twilek resonaron por toda la sala.

Corrió hacia las cajas frontales, para evitar ser un blanco fácil del grupo más numeroso, el de enfrente, y se agazapó tras la cobertura, mientras preparaba el rifle DLT-20A, en posición.

-¡Centraos en los de control!

-¡Negativo! ¡Ignorad el plan de Raalo! -apuntó con el rifle hacia los droides que venían por la derecha, si lograban vencerlos, buscaria cobertura por el otro lado para acabar con el el otro grupo de 3 antes de centrarse con el mayor, cubriendo en la mayor parte del tiempo el máximo números de disparos. - ¡Disparad a los que estoy disparando yo!

Con las prisas falló el disparo, sin embargo entendió que hacia lo correcto, y explicó su lógica a sus compañeros para que le siguieran.

-Son mayoría, ¡la gravedad cero juega a nuestro favor!

No podía explicarse mucho más largo y tendido con los disparos, esperó que comprendieran su razonamiento.

La aparición de los droides espabiló la resfriada cabeza de Nina, a pesar de los moquillos y la incomodidad de la máscara logro cubrirse y hacer un buen disparo, cosa que los demás no lograban, sería gracias a estar furiosa y con ganas de salir de ahí.

- Reven..ta..tal malditas..tas latas! brrrr - medió grito ignorando lo dicho por sus compañeros, bastante tenía con mantenerse viva.

Decido cubrirme detrás de una de as cajas flotantes, usándola como protección mientras planeo mi próximo movimiento. Mientras lo hago, observo desde mi escondite la posición de cada uno de los droides atacantes...

Talikah llevaba un buen rato muerta de frio por no haber comprado el traje adecuado. Se habia destraido con las flores aquellas tan bonitas y ahora empezaba a cristalizarse como ellas.

Intento confortarse con el codigo Jedi

No existe emoción, sólo existe paz.
No existe ignorancia, sólo existe conocimiento.
No existe pasión, sólo exis...

Pues el frio si que existe, por mucho que diga la termodinamica - se dijo sin poder concentrarse

Sin embargo, sus reflejos actuaron de forma automatica cuando aparecieron los droides. No atreviendose a sacar el sable de luz en gravedad 0 y sin fiarse de Raalo, cogió una granada y la lanzo a donde habia mas droides, escondiendose de la explosion tras unas cajas.
 

Kimbria iba en la cola del grupo, así que tardó en ver a los droides-

- Lo que nos faltaba, restos de latas con ganas de agotar sus energías.

Y lo peor de todo es que sus compañeros estaban sufriendo el frío del hangar ¿Por qué no comprarían trajes como les advertimos?

Dada su poca pericia con las armas se escondió lo mejor que pudo tras unas viejas cajas de metal pesado y disparó sin mucha fe. Con esa preparación, el tiro se perdió muy muy lejos.

Al ser mucho más ágiles que unos droides de combate obsoletos, rápidamente os ponéis a cubierto y abrís fuego contra los hojalatas aunque por desgracia la ausencia de gravedad os juega en contra y la mayoría de los disparos no alcanzan a sus objetivos. Aún así, Nina consigue abatir a uno de los droides de la sala de control mientras que Talikah lanza con éxito una granada contra los del grupo principal haciendo que el pulso electromagnético de esta afecte en gran medida a cuatro droides aunque sin ser suficiente para abatirlos.

Tras ser testigo de vuestro pobre desempeño y escuchar las palabras de Ray, el neimoidiano no tarda en hablar.

-¡Ya veo como la gravedad juega a vuestro favor! -le responde con sorna a vuestro compañero- ¡Disparáis como un hatajo de granjeros de humedad borrachos!

Inmediatamente, el ex-separatista se asoma por encima de su cobertura y tras tomar un breve instante para apuntar, dispara logrando abatir a uno de los droides de la sala de control.

-¡Hacedme caso y abrid el camino a la sala de control, si continuáis así lo único que lograréis es desperdiciar munición! -exclama Raalo- ¡Y centrad vuestros ataques en los que están ilesos! ¡Los que fueron afectados por la granada tienen fritos parte de sus circuitos!

Luego de recibir vuestros ataques, los droides abren fuego con sus carabinas E-5 haciendo que una lluvia de disparos caiga sobre vosotros aunque afortunadamente, estos tienen menos precisión que los vuestros y ninguno de ellos logra alcanzaros. Sin lugar a duda, si vosotros disparáis como granjeros, los droides disparan como simios con blásters…

Los droides respondieron al fuego con la habilidad que se esperaba de unas chatarras abandonadas a su suerte, Raalo no era el mejor motivando al personal, me parece que se cree que somos sus soldaditos o algo así, ojala acabemos con esto pronto y nos libremos de su presencia.

Nina apunto de nuevo con su blaster al frente y le hizo un nuevo agujero a un droide, ese no volvería a dar problemas.

- Va..vamos es que tengo..go que ha..ha..hacerlo todo? - que frío, somo siga así el blaster se quedará pegado en la mano.

Le molestó profundamente que Raalo se burlara de ellos, y por unos instantes su vena imperial estuvo a punto de forzarle a girarse y pegarle un tiro para que evaluara su puntería de primera mano. Pero no, trataba de no ser así, de comedirse y de heredar unos valores que nunca habían sido suyos, ahora que tenía una familia que proteger y una causa por la que valía de verdad la pena luchar.

Así que en vez de eso, siguió su plan ignorando lo que Raalo quería, esperando que los demás también entendieran que la puntería de los droides también mejorarian y serían más disparos contra ellos, de los que ellos podían devolver. Por eso, consideró, era una ventaja de momento, tenerlos así.

Manteniendo la cobertura que de momento era la que más disparos le cubría, disparó de nuevo contra el mismo droide de antes, pero debido a la gravedad el disparo fue tan mal debido a una inercia inesperada, que le dió a su propia cobertura dañandola.

Maldijo para sus adentros, pero no dijo nada, igual con suerte nadie se habría dado cuenta, atareados como estaban, y no habrían comentarios al respecto.

tomo un momento el aire y pienso detenidamente en lo que iba a hacer, "ahora te voy a matar, maldito trozo de chatarra, esta vez la falta de gravedad no te va a salvar" y me levanto de la cobertura y le grito en Bothan una cantidad de improperios a la vez que le disparo al droide que queda de la sala de control, y con las mismas, vuelvo a mi escondite, "Raalo, creo que tienes el camino despejado", y con esas tendría gravedad de nuevo y podría demostrar porque era el francotirador del grupo, aparte del que se mata todo el rato con los escudos.