Partida Rol por web

Las piezas empezaban a encajar... Esa maldita babosa... Holocrones y los malditos usuarios de la fuerza y sus peleas religiosas... Mierda. El nuevo parecía muy seguro pero lo que estaba claro es que su hermano le había pasado la mano por la cara y habia utilizado a los hermanos como peones, estos le habían llorado a Kara y esta me compro con dinero, al final mi nave en vez de ir donde debía, y los mercenarios volvían a tener ventaja sobre nosotros... Mientras nosotros teníamos un nuevo "pasajero".

Fue a levantar la mano para indicarle a KP lo de la bodega de carga cuando Red se me adelanto por segundos, aveces me pregunto si no estamos conectados de alguna forma, en cualquier caso me encogí de hombros y le seguí hacia la cabina.

- Lo que ella ha dicho KP, seguro que aprecia la soledad, espera Red te ayudo con la nave.

"Te ayudo con la nave", más bien "que coño vamos ha hacer con todos estos en la nave", seguí caminando esperando poder hablar asolas con mi copiloto cerrando la puerta de la cabina tras de mi. 

Godot termina su monologo, y como sospecha, le bombardean a preguntas y quejas. El primero es, como no, el chico. "Impaciente en exceso". 

La primera es… si un holocrón puede ser destruido. En Iodarka… estuve a punto de intentar acabar con la reliquia que me confió nuestra madre con el arma de luz. Sólo me contuvo el hecho de que no estaba seguro de lo que sucedería si lo intentaba. Pero tal vez tú puedas darme una respuesta. ¿Destruir el holocrón de Idarian no sería suficiente para detener los planes de tu hermano?

- Destruirlo... - por primera vez desde que le conocéis, se ríe. Es una risa cavernosa, profunda. Casi parece la de un soldado bravucón discutiendo en una cantina-. Chico... Eres un presuntuoso de tres pares de narices. No. No estuviste ni cerca de hacerle una mella. El artefacto precede a las civilizaciones. Precede al Imperio. A la Antigua República. Precede a las Órdenes cuyas enseñanzas describe. Ha sobrevivido decenas de miles de años en manos de gente mucho más poderosa y preparada que tú. Si llegas a intentar algo destructivo contra él... Lo más probable es que estuvieras muerto.

La segunda estoy seguro de que la esperas. Dices que no estábamos lo bastante preparados para vencer a tus antiguos discípulos. Pero necesitamos estarlo. ¿Puedes ayudarnos?

Se acaricia la perilla con gesto pensativo. No es que la idea sea nueva para él, es que quiere que el chico vea que lo piensa. Porque aún no se ha decidido: "He tenido tres aprendices, y los tres se fueron con Daskat" piensa, apenado. Y ahora, otros tres aprendices aparecen en su puerta. "Es el destino", maldice, "haciendo lo que quiere de nuevo". ¿Podría rechazar su oportunidad? ¿O debería abrazarla?

- Puedo. Pero tendréis que convencerme - mira a Nihal, luego a Syraan, y por último, a Kara, que parece sorprendida de la intensidad de su mirada-. No entrenaré a quien no esté dispuesto a aprender. Tú, por ejemplo - se vuelve de nuevo hacia Nihal-. Me resulta difícil creer que vas a escuchar y aprender nada. Te crees más poderoso, listo y capaz que nadie. La arrogancia de la juventud, ¿eh? - nota la tensión del chico, así que levanta la mano -. No. No discutas. Demuéstrame que puedes escuchar, que puedes tragarte tu orgullo. Demuéstrame que me equivoco y te entrenaré. Y tú, chica - mira a Syraan. Es la más prometedora, sin duda -. Necesitas reconocer la verdad. Cuando entiendas lo que quiero decir, si deseas entrenamiento, ven a verme. 

La noble no parece comprender todavía el poder que late dentro de ella. Como no podía ser de otra forma: las familias suelen aproximarse en la convergencia. Así que Godot no dice nada más. Debe ser ella quien lo entienda, y la que hable entonces con él. "Es muy tarde para ella" piensa. Pero quizás se equivoque. Ya lo ha hecho antes.

Esto, llevará irremediablemente a la orden a mi planeta. Tenemos que llegar antes de que sea demasiado tarde y avisar a mi Madre, no conozco a la orden pero ¿tan poderosa es como para planear un ataque contra todo un sistema?

Godot mira a la noble.

- Pueden llegar hasta allí y aterrizar sin más. Nada se lo puede impedir, y no necesitan atacar a nadie. Y hasta donde yo sé, la Orden no atacó a nadie. Los primeros en atacar... Fuisteis vosotros - mira al grupo de arriba a abajo-. Recordad quien lanza el primer disparo. Recordad quien se planta delante de ellos para detenerlos. No, chica, no van a atacar todo el sistema. Ni lo necesitan.

 Será tu hermano quien se juzgue así mismo si se le ocurra hacer daño a mi madre y te aseguro que no habrá fuerza lo suficientemente grande que le proteja si lo hace. Si como dices mi madre guarda ese artefacto estoy seguro que es por una buena razón y no dudo de que si esas piezas están separadas es porque no sería buena idea de que un solo hombre posea tal poder.

- Guárdate tus bravuconadas, chica - explica, cansado -. Obviamente estoy de acuerdo en lo que acabas de decir: ningún hombre debe poseer un poder así. Por eso mismo os he convocado, porque debemos impedir que tomen el control de los tres holocrones.

No queremos venganza, al menos no yo. Solo quiero que no puedan hacer algo tan horrible de nuevo y necesitamos saber más sobre la Fuerza para eso.

Godot contempla a la arkaniana un segundo.

- Recuerda lo ocurrido, chica - le cuenta con tristeza -. ¿Algo tan horrible? Contad cuantas personas han muerto de cada bando. Todo por... ¿Una reliquia? ¿Pertenecía acaso a tu madre? Que ella se creyese con la potestad de hacerse su guardiana no significa que estuviese en la razón. Fuisteis vosotros los que iniciasteis el ataque. Hasta que no seas capaz de ver lo ocurrido con claridad... No podrás enfrentarte a ellos. Debes reconocer las razones que están dentro. 

Bueno, "curioso", ya hablaremos tú y o a solas de lo que intuyes...percibes...ves...lo que sea eso, pero tienes razón en algo, no tienes ni idea de lo que hago aquí, así que no intuyas y contribuye hablando y respondiendo.

Voy a poner la nave en rumbo a Idarian. Prepara un jergón en la bodega de carga, seguro que estará mejor en en ese planeta.

Por primera vez, notáis que Godot se tensa. Dura un instante, pero está claro que no le ha gustado el tono de Red ni está acostumbrado a que le traten así.

- Hablaré contigo de lo que me de la real gana - le devuelve -. Ya he hablado más que de sobra. Pero ya que me pides que hable... ¿Porque no le preguntas a tu capitán sobre las verdaderas razones que le han llevado a aceptar este trabajo, ¿eh capitán? - ya que el hombre está dispuesto a dejarle un jergón sin más e ignorar las advertencias que le han dado, por lo menos que apechugue con las consecuencias-. Pregúntale sí ahora que está tan cerca de llegar a su objetivo, va a dar marcha atrás. Suerte. Voy a mi jergón. 

La Rayo se pone en marcha, rumbo a Idarian. M1 introduce las coordenadas y la nave salta al hiperespacio.

El viaje será largo. Cuatro días allí encerrados hasta llegar a su destino, en el centro de la Galaxia. A millones de mundos de distancia. A un mundo único y distinto, donde la Convergencia comenzará a cerrarse más y más sobre sus cuellos.

Es allí... Donde continuará la aventura.

FIN DEL CAPÍTULO I.