Al percatarse de que Brendan se había quedado atrás, el Padre Michael y ella regresaron sobre sus pasos rápidamente para socorrerle. Rémy lanzó su bengala hacia la zona donde se hallaba el hombre, quien estaba tendido sobre el terreno, para revelar lo que había a su alrededor.
Mara y Donna treparon al piso superior y encontraron a un preocupado Will. Los ruidos empezaron a sucederse más cerca.
Esto es verdad. El mundo es oscuro...
Como quedan 7 velas encendidas, se dirán 7 verdades. Para establecer verdades, iremos en este orden:
1. William (empieza por ser quien falló la tirada)
2. Rémy
3. Donna
4. Mara
5. Padre Michael
6. William
7. Rémy
Recuerden tener en cuenta las recomendaciones de los mensajes anteriores y cualquier duda, pueden preguntar.
Will entró en el asiento trasero del coche, aún temblando y con una tremenda palidez en su rostro. De tanto en cuando, sus facciones se contraían en una mueca que podría ser tanto miedo como dolor, y soltaba algunas palabras entre dientes.
-“Ofrendas… Puente… Presa… Cueva”
Mientras se alejaban de aquel lugar infernal, Rémy intentaba no desfallecer como consecuencia de la fea herida de su pierna.
Con lo poco que pudo coger de la farmacia, Donna pudo curar la pierna de Remy, pero le iba a doler durante algún tiempo.
Mara sostenía en la mano el papel que Donna había encontrado con el luigar, fecha y hora de evacuación (en dos semanas). En el reverso había un pequeño y detallado mapa, indicando la travesía desde Radiator al punto de rescate, entre salida y destino había varios sitios marcados por un símbolo como "refugio seguro".
Todavía en shock ante el sacrificio de Brendan, tardó unos segundos en reparar en la ausencia de la pequeña Lisa. A la desesperada, quiso abandonar el asiento del conductor para entrar a por ella pero no se lo permitieron. Condujo mientras las lágrimas caían por sus mejillas, siguiendo las instrucciones de Mara, dejando atrás la tumba que era aquel lugar.
Las últimas casas de pueblo se perdieron en la lejanía, cubiertas por el humo del incendio. En el coche ahora repentinamente espacioso, sólo se escuchaba el entrecortado sonido de las respiraciones de los que habían sobrevivido.
Al menos, hasta que otro sonido quebró ese silencio. Por encima del motor del coche, desde las montañas que se adivinaban a su flanco, se escuchó el limpio sonido del aullido de un lobo atravesando la oscuridad.
El reducido grupo divisó una tenue luz que provenía de lo que parecía ser una torre de vigilancia, ubicada unos kilómetros más allá, en la espesura del bosque que quedaba a su derecha. ¿Ir hasta allí sería una buena opción?