Partida Rol por web

Turno 510 Bis

Mientras tanto, el beórnida se incorporó y habló. Eruannë volteó la cabeza y arqueó una ceja, una mirada entre incrédula y azorada teñía el azul de sus ojos cuando los clavó en Drustan. Parpadeó un instante y agitó las orejas, inquieta. ¿Princesa elfa? El tinte amenazante de la voz de Drustan no le gustó; pero aquel gesto hacia el dulendino, sí. Y tras un breve instante de silencio, dijo con un suave matiz de burla en la entonación.

—Sabias palabras, Drustan.

Entonces se inclinó hacia Janut y murmuró unas palabras a su oído. Expectante, indagó en las facciones del anciano en busca de una respuesta; luego, con un guiño en la mirada, esbozó una luminosa sonrisa y le ofreció su mano, sellando lo que parecía un trato.

Finalmente, consciente de que el tiempo los apremiaba, su rostro se ensombreció levemente y sus labios susurraron:

—Janut, nos están buscando. No es mi deseo exponeros al peligro, por eso debemos alejarnos prestos. Como dijísteis, el cuerno no augura nada bueno. Vos habéis sabido eludirlo y esconderos, ¿podéis enseñarnos a hacer lo mismo? No necesitáis acompañarnos, bastará conque nos indiquéis el camino más seguro para sortear el peligro... que nos acecha y nos busca —concluyó, repitiendo las mismas palabras que poco antes le dijera el mismo anciano.

"...y pronto les encontrará porque domina todo lo que vive aquí", rememoró con un escalofrío recorriéndole la espalda.

Turno 510 "Tris" ^_(¿?)

Conteniendo el aliento, la elfa aproximó sus labios a la oreja de Janut. El anciano apestaba peor que todos los establos de Rivendel juntos, o eso imaginaba Eruannë pues jamás había visitado los establos de ese reino. Pero lo que pensaba hacer bien valía la molestia.

—No le hagáis caso. El beórnida se golpeó la cabeza en la caída y ahora cree que soy una princesa y, como siga así, lo mismo le hará creer a los otros. Eso conviene a Eruannë. Pero tonto es si cree que engañó al astuto Janut. Janut sabe tan bien como Eruannë que ella no es ninguna princesa (aunque lo parezca) y que ellos serán los engañados. Os propongo un trato, mi buen amigo. Dejadles creer que os engañaron y esta noche, vos en vuestra choza y yo muy lejos en el camino, ambos nos reiremos de ellos. Las estrellas serán testigos. ¿Qué decís? ¿Es un trato?

La elfa se apartó sonriendo y le guiñó un ojo al anciano, cómplice de la broma. Una broma inocente al fin y al cabo, pero que alegraría las solitarias y frías noches del anciano al recordarla. Y que quizá ayudaría a afianzar ese lazo de amistad que el sortilegio había iniciado. Además, tanto el orgulloso dunadán como el bello beórnida se lo habían buscado. Adronath, por tratar con tanta aspereza a un anciano, y Drustan por pretender engañarlo de forma tan burda.

Eruannë extendió su mano hacia Janut...

Tranquilo me dirijo a aquel hombre no hemos venido a hacer mal, sólo creímos que nuestra amiga estaba en peligro cálmate, empecé a mover mis manos, cálmate, angronat velsa maniaoval manat mientras mi mano iba creando las ondulaciones de una serpiente ante la mirada del hombre y las palabras de la magia empezaron a hacer su efecto.

Todavía Eruannë no sabía en el peligro que se encontraba, aquel hombre solitario tenía en su interior el mal enraizado, cualquier muestra de llevarnos a la elfa podía despertar en el sus instintos más asesinos. Esperé que el conjuro le hiciese efecto entonces...

Eruannë monta sé donde está el norte iremos allá, no temas, fui yo el que toqué el cuerno de orco, creo que no tuve que hacerlo ni poseer estos utensilios perdona. Dicho esto me acerqué a ella y le ayudé a montar después até mi caballo al suyo. Mi caballo está malherido montaré contigo deja que te guíe , y monté delante de ella dejando que me cogiese por la cintura mientras encaminaba al grupo al norte, al menos para salir de este pantano.

Turno 510

Bien, pues si todo esta aclarado, partamos de inmediato, digo conciliador.

El peligro nos acecha y no tenemos margen para más charla.

Mirando al dunledino, le digo;

Anciano, supongo que tú te quedas aquí, afirmo más que pregunto, pero mantengo la mirada esperando una contestación si la hubiera.

Turno 510 ^{_{(bisbisbis xD)}}

Atónita, Eruannë no reaccionó ante las palabras del animista, pero lo dejó obrar a su albedrío. La elfa solo atinó a parpadear confundida y a balbucear palabras sueltas mientras que sus ojos iban de Elorham hacia Janut.

No fueron los orcos, pensó, pero...

—No, no debisteis hacerlo… El cuerno… Entonces no eran… Es. —Enfatizó la última palabra y giró la cabeza atisbando en derredor mientras que repetía —"Porque les ha escuchado y les siente y les busca y pronto les encontrará porque domina todo lo que vive aquí..." —Luego, sin dejar de atisbar en torno: —Esas fueron vuestras palabras, Janut. Decidme ahora, ¿qué es?

El cuerno había despertado aquello que el anciano temía; luego, el grito del beórnida...

—¿Qué? —susurró casi para sí, y sintió el miedo reptando por sus piernas.

Resolución Turno 510

La situación se había vuelto algo confusa, con el beórnida intentando recomponer su dignidad, el montaraz tratando de dejarle y continuar camino, Eruannë hablando con el dulendino e incluso empatizando algo con el anciano.

Pero el rohirrim no se sentía a gusto sin controlar totalmente a aquel anciano y trató de hechizarle. Nadie sabe cómo pero aunque el embrujo fue realizado de modo correcto el anciano apretó los dientes y se mordió la lengua. La herida hizo que la hechicería se rompiese.

¡Maldito! Maldito criador de caballos.

Vociferó el anciano dando un par de pasos hacia atrás.

Durante un momento pareció a punto de saltar sobre el rohirrim para atacarle pero al final optó por alejarse.

Con ellos, venías con ellos.

Dijo el anciano ahora a Eruannë

Son malditos rohirrim. Son odiados dunadan. Y escupió al suelo. Y se alejó otro par de pasos, estaba al borde la zona despejada de niebla. Pero ya están muertos. Han tocado un cuerno. Tocaron un cuerno y él vendrá y les devorará.

El cenagal comenzó a removerse a vuestros pies. De entre las pozas algo grande se movía.

Ya viene. Ya está aquí.

Y el anciano salió corriendo.

De entre las pozas y el cenagal algo se movía. Un tentáculo surgió arrastrando a su alrededor barro y agua. Otro salió de entre la niebla buscando el caliente cuerpo de los vivos.

Llamado por el cuerno, buscando, siguiendo. Conocedor del pantano y señor de él, el kraken sacó otro miembro sinuoso cercano al grupo.

Numerosos tentáculos salían de debajo de ellos y a su alrededor. El animal debía ser enorme.

Los ataques comenzaron. El grupo comenzó a defender sus vidas. No menos de cuatro de aquellas pulposas extremidades se cernían sobre ellos intentando capturarles.

Turno 511

Eruannë abrió los ojos y en su azul iris se reflejaron los tentáculos del monstruo.

-Por Eru... ¡Un kraken!- exclamaron sus labios. Conocía aquellos tentáculos de las ilustraciones que adornaban antiguos libros.

Pero las palabras de Janut golpearon con más fuerza aún en su pecho. Más que el miedo fue otro sentimiento el que la hizo desmontar y desaparecer entre la niebla tras los pasos del anciano.

Turno 511

- ¡UN CRAKEN!!- repitió Adronath al oír a Eruannë y ver los tentáculos.

Adronath se preparó para el combate, pero lo primero que hizo fue ver la situación en la que se encontraban sus compañeros, perdiendo la posibilidad de atacar.

Turno 511

Primero Drustan se giró sorprendido ante los nuevos enemigos. Luego comprendió que se trataba de una de aquellas temibles y fantásticas criaturas llamadas Kraken.

Bufó una y dos veces, mientras paraba y golpeaba con sus armas. La elfa, estaba demostrando ser una completa inútil, no sólo separándose del grupo y poniendose en peligro, sino que además huía a las primeras de cambio detrás de un dunledino que rezaba a los poderes oscuros. Apenas tenía tiempo para preguntarse el verdadero motivo por el cual el bello pueblo la había dejado marcharse tan facilmente.

- ¡Atrás! - Gritó a sus compañeros.- No podemos enfrentarnos a esta criatura en su reino. ¡Debemos retirarnos! - Instó a sus compañeros, mientras seguía golpeándo y parando mientras retrocedía lentamente.

511

! Será mejor retroceder ¡ . 

Dijo en voz alta el semielfo sabiendo que era la mejor elección en estos momentos , no podían demorarse más ni dejarse matar , había una misión que cumplir . 

Turno 511

Cuando intento darme cuenta de la presencia del Kraken es tarde, con lo que no logro reaccionar a tiempo. Sólo me queda defenderme de un posible ataque de uno de esos tentáculos y rezar...

- Hay que salir de aquí cuanto antes!! le grito al resto.

TURNO 511

Esa maldita niebla lo cubría todo, todo menos una porción que rodeaba al mago, y que les ayudaría sin duda a evitar el terreno peligroso, romper una pata a los animales o caer en algún agujero inmundo.

Ya se habían reencontrado con la elfo, estaba acompañada de un anciano que pretendía protegerla. Ese hombre podría sacarnos de allí. El rohirrim trato de controlarle, de alguna manera, calmarlo por medio de la magia. Pero el hombre se percato y decicio huir. En su carrera decía que ya estaba aquí...

Cuando los tentáculos comenzaron a aparecer, entendieron el temor del viejo dunledino. Mientras sus compañeros se esforzaban en luchar contra aquel ser, uno de esos kraken de las historias, Zigûr comenzó a recitar unas palabras. No había practicado aquel hechizo mucho, pero debía intentarlo...

Mientras intentaba alejarse un poco, lo suficiente para que la niebla no ocultara a sus compañeros, recitaba unas palabras...

 - Nu fanyarë rúcina, anar púrëa tihta amor ilcalannar* - Susurraba al principio, repitiendo una y otra vez, mientras sus palabras adquirían mayor intensidad...

Resolución Turno 511

Todo sucedió muy rápido. Janut se marchaba corriendo de la zona pero lo hacía a trancas y barrancas, tropezando y refunfuñando, desengañado de que su nueva amiga conociese a aquel grupo de desalmados enemigos de dulendinos. Eruannë no lo hizo mucho mejor pero alcanzó al anciano a tiempo de sujetarle de un brazo que retuvo apenas un par de segundos.

Los tentáculos del monstruo se agitaban mientras terminaban de salir del cenagal. Dos de ellos se abatieron intentando capturar a Adronath y Astomer. Afortunadamente ambos se protegieron como pudieron y sólo Adronath sintió una ligera punzada donde una de las ventosas del monstruo rozó su piel desnuda. Tendría luego un sarpullido en aquella zona, pero no era momento de preocuparse de tales naderías.

El dunadan había tenido la presencia de ánimo de atacar rápidamente y alcanzó una de sus extremidades. La correosa y resbaladiza piel sin embargo absorvió la mayor parte del golpe sin que se mostrasen marcas o heridas en el miembro.

Zigur se refugiaba en su magia siempre que algún percance sucedía y lo hizo una vez más. La letanía entrenada y preparada durante tantas horas de estudio salió de su boca y sus manos se movían diestras con el acompasado ritmo de lo hecho y rehecho hasta la nausea. Comenzó a sentir la fuerza de su magia dentro de él. Era una sensación abrumadora como siempre y deseó que llegase el momento de desencadenar su efecto.

Elhoram y Laufinwë estaban confusos. El rohirrim apenas reaccionó y el elfo, desesperado, gritaba que tenían que huir. Su confusión era grande.

Drustan, el gran guerrero, tropezó, hizo un extraño giro con el cuerpo y algo en su espalda le provocó un agudo dolor que le hizo perder la noción de dónde estaba.

El monstruo apenas sintió el golpe de Adronath. Simplemente siguió sus instintos y sacó otro tentáculo para atacar con él a aquellos molestos seres que se agitaban y peleaban.

Los caballos se estremecían a punto de desatar a correr, piafando y temblando.

Al mismo tiempo se escuchaba un zumbido acercándose.

Turno 512

- ¡¡Atrás, atrás!! ¡¡alejaros de sus tentáculos!!

Adronath quería salir de ahí, pero sobre todo quería que sus compañeros pudieran alejarse de ese peligro.

Rápido, reculad tras Adronath y tras de mí!! grito mientras me coloco tras el jefe e intento golpear uno de los tentáculos (el mismo que atacó Adronath) sin demasiado exito.