Partida Rol por web

Tharnefuin - A través de la Oscuridad

Capítulo VII: El Bosque Negro

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27/03/2015, 21:38
Elorham

Turno 707 bis

Elorham se detuvo con su lanza, y se hizo a un lado para dejar que la elfa tocara una hermosa melodía con su arpa. El animista escuchó en silencio, conmovido por la belleza creada en medio de tanta oscuridad y maldad. Los Primeros Nacidos eran capaces de convertir cualquier instante en eterno, atemporal.

No obstante, ni la melodía más perfecta podía enmascarar para siempre la crueldad que presenciaban sus ojos, fijos en el pobre que estaba colgado boca abajo. Aunque ciertamente las suaves notas de Eruannë proporcionaban consuelo para corazones afligidos.

-Ha sido hermoso, el dijo a la elfa. -A ver qué rostro se oculta en esas telarañas..., añadió expectante, con la voz algo rota. Estaba listo para actuar si la víctima precisara de cuidados médicos.

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28/03/2015, 00:35
Laufinwë

Turno 707

Al parecer íbamos a librarnos de esta fácil. La pelea, breve pero intensa como pocas demostro lo que el tiempo viajando juntos y las aventuras vividas habían hecho con nosotros. Nos habíamos convertido en un grupo sólido y eficaz.

Saque otra flecha de la carcaj y asintiendo a la petición del líder, guié mis largos pero suaves pasos junto a Eruanne, para mantener la vigilancia sobre los demás arácnidos. Más tarde ella volvería con el grupo, pero mis ojos penetrantes se quedarían expectantes y atentos, por las dudas y para evitar contratiempos con esas desagradables alimañas hiladoras.

-Parece que lo logramos...- Fue más un susurro para mi mismo; para asegurarme de que habíamos logrado salir de esta sin percances y sin heridos. un raro lujo en un viaje como este y en este oscuro bosque.

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30/03/2015, 10:35
Drustan

Turno 707

El beórnida observó desconfiado cómo las arañas les dejaban como los señores del campo de batalla. - Volverán... - Predijo - Esperarán a encontrarnos desprevenidos.- añadió vanalmente, pues todos los compañeros pensaban lo mismo.

El combate había sido rápido. Gracias a los dones del erudito y la temible puntería de los elfos, apenas habían sudado para rechazar a los engendros. Drustan asintió a cada uno de ellos en señal de agradecimiento

- En verdad ha sido hermoso sí.- Dijo asintiendo a las palabras del animista.- Tu música es una isla de luz en este pozo de oscuridad. - Y acto seguido se dispuso a realizar la tarea encomendada por Adronath.

Habían salido con bien de la emboscada, pero aún les aguardaban muchos más peligros.

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30/03/2015, 10:45
Director

Resolución Turno 707

Tardaron un buen rato en despejar el camino. Las telas eran gruesas y las armas mundanas apenas las dañaban e incluso tenían tendencia a quedar atrapadas pues estaban recubiertas de una especie de icor trasparente pero extremadamente pegajoso. Sólo los hierros de mayor confianza conseguían poco a poco deshilachar primero y cortar después las gruesas telas les enfrentaban.

Y en medio de ellas el cuerpo de un humanoide. El capullo que le rodeaba era algo más leve, destinado tal vez a dejar respirar al prisionero y eso era una buena señal aunque no mostraba signo ninguno que indicase que estaba vivo. La dulce música de la bardo fue apartando con delicadeza los hilos y desvelando un rostro élfico.

Era un elfo silvano de cabello negro y ropas lujosas aunque se encontraban desgarradas en varios puntos y mostraba señales de combate aunque no portaba armas. Era muy extraño que uno de los primeros nacidos hubiese sido capturado por las arañas pues suelen conocer las zonas donde operan y evitarlas o son capaces de moverse con tanto sigilo en el bosque que podrían robar a una de las tejedoras el bocado antes de que lo masticasen.

Por otro lado era el primer habitante de los Salones que encontraban, ya no podían encontrarse demasiado lejos.

Y continuaba inconsciente. Por lo menos se le veía respirar, aunque trabajosamente.

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31/03/2015, 03:41
Eruannë

Turno 708

Un leve carmín tiñó las mejillas de la elfa cuando escuchó las palabras de Elorham y Drustan. Un cierto pudor la embargó, como si los elogios fueran inmerecidos. Y en verdad así los percibía. Susurró un tímido agradecimiento y, para ocultar su turbación, desvió su azul mirada hacia el elfo que yacía a unos pasos de ella.

El arpa era un fragmento de sí misma, un todo que la constituía y complementaba, y que la acompañaba desde que su memoria recordaba. Más de cuatro centurias de notas, arpegios y melodías. Pero aun así, Eruannë jamás consiguió descollar en ese arte como otros eldar más jóvenes que ella y a los que consideraba mucho más talentosos. Ya ni siquiera soñaba con acercarse a la sublime maestría de su padre quien, con innúmeras centurias sobre su cabeza, había desarrollado un arte sin otro igual en todo Lórien, pero que raras veces ejecutaba. En muy pocas ocasiones los elfos de Lórien escuchaban el rasgueo del arpa del avar, y siempre que lo hacía era en soledad, sumido en la añeja ensoñación de sus muchas centurias y con la mirada volcada hacia las Tierras Bendecidas, en el remoto occidente de Arda.

Eruannë recordó el rostro de su madre, nítido en su memoria pese al devenir de los años. Recreó cada detalle de sus delicadas manos y de sus largos y habilidosos dedos. Tal vez de ella había heredado esa innata habilidad con el arco, un arte que había cultivado mucho después cuando Mathalaquisto se había empeñado en enseñarle los secretos de la arquería.

Sin embargo, los sueños y anhelos de Eruannë seguían otros senderos tras las huellas de la música. El arte primera de todas las artes, la suprema sabiduría, la primera pulsión de todo lo creado, de la vida. Regalo de Ilúvatar, gracia de los valar, don de unos pocos afortunados. Una triste sonrisa afloró en sus labios. Como si una pequeña broma de su hado se tratara, Eruannë se destacó, no por el arte que tanto amaba, sino por su veloz aprendizaje de la arquería, una destreza a la que jamás había aspirado y a la que solamente se había dedicado en memoria de su madre.

La silvana entrecerró los ojos y suspiró. Presta, apartó esos recuerdos y regresó al aquí y ahora. Se reprochó perder esos valiosos instantes en sueños inacabados y en mezquinas frustraciones personales. Otras cuestiones más urgentes y menos egoístas la acuciaban.

Ladeó la cabeza y volcó una interrogante mirada en el animista, que en ese momento se ocupaba del elfo, e inquirió:

-¿Cómo se encuentra?

El tiempo los apremiaba y debían aprontar la partida antes que las arañas regresaran. Y acarrear con un herido era un inconveniente, pero no lo dejarían allí. Contempló las familiares facciones del elfo. Era un silvano, como ella, pero de bruna cabellera como un noldo. Eruannë se inclinó, sin molestar la labor del animista, le tomó una mano al elfo y susurró en sindarín:

-Estáis entre amigos. Soy Eruannë, de Lórien. ¿Me escucháis?

Notas de juego

Móvil.

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31/03/2015, 17:55
Zigûr Zabathân

Turno 708

 

Zigûr no se relajo aun, sabia que las arañas podrían volver y su temor se se tornaba en suspicacia.

- No hay tiempo, hemos de salir de aquí - dijo mirando al eldar que poco a poco se desprendía de su jaula pegajosa.

No dejaba de mirar alrededor, temía que mas de esas arañas llegaran, había que salir de allí y rápido, continuar su camino.

Agarro su varita y se acerco junto Eruannë y su nuevo amigo. Quizas podría aliviar en parte su dolor... Si era eso lo que necesitaba.

- Tiradas (1)

Motivo: Curar 10

Tirada: 1d10

Resultado: 10

Notas de juego

Si se da el caso, uso la varita para recuperar PV's. Dejo la tirada por si acaso...

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31/03/2015, 20:21
Elorham

708

Elorham observó con preocupación el bello rostro élfico. Le costaba respirar, lo que le preocupaba bastante.
Intentó aliviar lo mejor posible su situación y ver qué le pasaba. Los Primeros Nacidos se curaban con rapidez de las heridas superficiales. Pero podría ser otra cosa...

-Despierta, regresa a nosotros, le repitió varias veces vez el animista. Era necesario que se despertara. No podían demorarse más aquí. Y cargar con un cuerpo les ralentizaría mucho. Cerró los ojos y puso su mano en la frente del elfo.

-Regresa. Nanwen. Nanwen.

Las palabras sindarin sonaban extrañas en sus labios. Bruscas y feas si se comparaba con la voz melódica de Eruannë y Laufinwë. Pero esperaba que le pudiera escuchar el desconocido.

- Tiradas (2)

Motivo: Primeros Auxilios

Tirada: 1d100

Resultado: 51

Motivo: Despertar(niv6)

Tirada: 1d100

Resultado: 38

Notas de juego

Voy preparando el hechizo de la lista Vias de la Superficie, nivel 6, Despertar. Tiro Primeros Auxilios y el hechizo si eso.
 

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31/03/2015, 23:03
Ástomer

Turno 708

Mientras varios de nosotros sudábamos en la tarea de despejar el camino de las telarañas, empresa nada fácil, el resto intentaba despertar si aún seguía con vida al elfo que lograron apresar las arañas.

Tenía entendido que estas no solían matar a sus victimas, sino solo dormirlas y paralizarlas con el veneno de su agijón. Una vez paralizadas, las envolvian en los hilos para cuando fuese su momento de comerlas. Una visión nada agradable, sobre todo el pensar que podemos ser nosotros su siguiente plato.

Por lo visto el apresado era un elfo silvano. Pero ya estaban intentando que recuperara la conciencia.

¿Quien mejor para ello que gente de su raza? pensé, mejor que sean Eruanne y Laufinwe los primeros a los que vea si despierta, quizá no haya visto a un humano nunca o en muchos años, dije al tiempo que seguía con la tarea de las malditas telas.
 

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01/04/2015, 00:18
Laufinwë

Turno 708

Parecia que iba a despertar pronto... o al menos esa era la intención del grupo pues estaban usando hasta magia y objetos para hacerlo volver a la oscura realidad de este bosque. ¿Como habría acabado el síndarin entre esos hilos mortales?,¿Cuanto llevaría ahí?,¿Qué sabría de esas enormes y monstruosas arañas? Tantas cosas quería preguntarle, pero por ahora debía vigilar, que en este lugar no estábamos a salvo ni mucho menos.

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04/04/2015, 01:41
Aegnor

Resolución Turno 708

El grupo despejó el camino en algo menos de media hora. Adronath, Astomer, Laufinwë y Drustan se esforzaban denodadamente contra la gruesa tela.

Durante ese tiempo Elhoram, Eruannë y Zigur se esforzaron en recuperar al elfo del estado en que estaba. Elhoram comprobó que respiraba y tenía el pulso regular pero a pesar de los intentos que llevaron a cabo no parecía despertar.

Tenían prisa y Elhoram demostró sus capacidades con maestría y buscando en su memoria habló al elfo con otra entonación, la voz de los primeros nacidos, buscando su conciencia hasta alcanzarla.

El elfo abrió poco a poco los ojos y al despertar, asustado, se debatió contra las cuerdas que todavía le sujetaban. Y aunque eran pocas sus fuerzas eran menores, tuvo que descansar un poco y ser ayudado para poder finalmente ponerse de pie. Tardó algo más en hablar.

El veneno de las tejedoras se acumulaba en su cuerpo todavía. Normalmente dejaba a las presas inconscientes durante bastantes horas y recibían varias dosis al día hasta que eran devoradas. Era terrible el destino de quien acababa entre las redes, como una mosca.

En cuanto pudo hablar dio unas terribles nuevas. Se mostraba muy agitado y lo cierto es que tenía motivos.

Soy Aegnor, hijo de Lórindol. Hace unos días salimos a cazar con la princesa Namiré, hija de Heladil, sobrina de Thranduil junto con cuatro compañeros más. Al norte del camino fuimos sorprendidos por una numerosa partida de Yrchs vestidos de hierro. Nunca se habían visto a semejantes criaturas tan al norte, jamás se habían atrevido a cruzar este, el viejo sendero. ¡Cómo ha crecido la sombra del Nigromante! Cayeron sobre nosotros, luchamos con valentía pero eran muchos y cubiertos de armaduras. Mataron a Gelmir y Duilwen y nos cogieron prisioneros a la Princesa, a Saeros y a mí. Nos ataron y nos obligaron a correr a punta de látigo. Tomaron una bifurcación oculta del camino hacia el sur, cerca de aquí. Corrimos por un oscuro y retorcido camino durante tres o cuatro días

Aegnor dio un par de tragos callados a una cantimplora que le ofrecieron. Todavía se encontraba mareado por el veneno pero prosiguió su relato.

Llegamos entonces a una zona escabrosa, de empinadas colinas boscosas. Los árboles iban clareando a medida que subíamos. Pronto estuvimos sobre el techo del bosque que se extendía a nuestros pies. Ante nosotros había una extensión de colinas y montañas bajas rojas y escarpadas, cubiertas de matorrales, espinos y árboles negros y aislados, casi todos muertos. Enseguida sentí que algún mal había estado actuando allí.

La ansiedad por hablar cortaba el discurso del elfo con la torpeza de su lengua que no terminaba de despertar.

Llegamos a un desfiladero entre dos colinas. Allí había una guardia de Yrchs. El jefe de los que nos conducía golpeó a Namiré riendo y masculló: "Ya hemos llegado. Ahora el amo os enseñará qué es el dolor"

La voz le temblaba.

Yo, durante el viaje, había conseguido aflojar mis ligaduras y aprovechando que todos estaban distraídos con sus bromas decidí jugarme el todo por el todo. Solté la cuerda y eché a correr internándome por las anfractuosidades de las rocas con la idea de ir a pedir ayuda y dar la alarma ya que solo y desarmado nada podía hacer por mis compañeros. Los orcos lanzaron gritos de alarma y me persiguieron. Varias flechas cruzaron el aire y quiso la buena o la mala suerte que una me alcanzase en la espalda. Caí por un precipicio, afortunadamente no demasiado alto y perdí el sentido al chocar contra el suelo. Los orcos debieron darme por muerto pues cuando desperté me encontraba en el mismo lugar y no había rastro de ellos a mi alrededor.

Un mal recuerdo le cruzó el pensamiento haciéndole suspirar.

Había perdido mucha sangre y me arrastré buscando el sendero durante no sé cuánto tiempo. Desgraciadamente cuando ya creía haberlo encontrado fui atacado por las tejedoras. Es muy extraño que vengan a esta zona. Últimamente el bosque se muestra muy inquieto. Poco pude resistir débil como estaba. El resto ya lo sabéis.

Os mira desesperado.

¡Salvad a mi señora! ¡Quien sabe cuál será su destino en manos de los Yrchs! No hay un momento que perder. Sois mi única esperanza. Os doy las gracias por salvar mi vida pero de nada servirá si mi Señora muere.

Y lo cierto es que la situación era terriblemente desesperada. Ante ellos se mostraban dos opciones. La razón quería que continuasen su misión, el mensaje a Thranduil es terriblemente importante y muchas vidas dependían de él. Pero el corazón clamaba justicia y venganza. Tal vez ellos, precavidos como eran y expertos en actuar en grupo podrían infiltrarse y rescatar a la Princesa Namiré de modo mucho más eficiente que un gran destacamento y además ir a los Salones a pedir ayuda sentenciaría definitivamente el destino de la elfa.

¿Qué elegirían? ¿Razón o Corazón?

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04/04/2015, 07:50
Eruannë

Turno 709

Poco a poco, y gracias a los dones del animista, el elfo despertó. Aegnor dijo llamarse; y Lórindol, su padre. Eruannë rebuscó en su memoria algún recuerdo que evocara esos nombres, pero no encontró más que antiquísimas historias de los primeros tiempos. Recordó lo que su padre le había contado sobre la cruenta Batalla de la Llama Súbita y de sus héroes... De los que habían sobrevivido y los que habían perecido en esa cruel guerra, de los que habían sacrificado su vida, noldor y edain. Y entre tantos valientes, recordó a uno entre los más renombrados guerreros, cuyos ojos ardían con fiera luz. Su nombre, en la lengua de los noldor, era Aikanáro, fuego feroz. Uno de los hermanos de la Dama Galadriel. Aegnor en la lengua de los sindar. Como el elfo que se encontraba frente a sus ojos...

La silvana parpadeó dos o tres veces y alejó de sí aquellos pensamientos. Aegnor continuaba describiendo cada detalle del aciago derrotero que habían transitado la princesa y sus acompañantes desde que cayeran prisioneros de los orcos. Eruannë apretó los dientes y contuvo la respiración. Atroz destino el de aquellos quendi. Dos de ellos habían muerto, y esa era la mayor de las suertes que podía depararles el destino en manos de aquellos oscuros engendros. Los orcos a nadie odiaban más que a los Primeros Nacidos y a nadie castigarían más atrozmente. ¿Acaso no había muerto Tumladen bajo el acero de los orcos? La joven elfa suspiró y humilló la mirada. ¿Qué sería de Namiré y del otro elfo, Saeros? Les aguardaba un feroz destino en verdad. Y la angustia por tan atroz sino, trocó en una pesada piedra dentro del pecho de la silvana.

Eruannë echó fugaces miradas sobre sus compañeros escrutando sus reacciones, mientras que las trémulas palabras de Aegnor pasaban de la agitación a la desesperación para acabar en una desesperada súplica. ¿Acaso harían oídos sordos?

Tenían una misión... Una misión importante e impostergable. Ella había dado su palabra ante los señores de Lórien de que secundaría a los atani en tan difícil tarea y que velaría porque llegaran a destino. Y eso haría. Pero por cada argumento que se daba a sí misma, Eruannë sentía como si el puño de la razón oprimiera a su acongojado corazón. Quería gritar, pero no podía... Muda y sorda a cuanto acaecía en derredor -al elfo que suplicaba y a sus mismos compañeros-, solo tenía oídos para el desbocado galope de su corazón.

"Corazón y razón se enfrentan..." recordó cada palabra, una por una, con el corazón desbordado.

Notas de juego

Primera parte.
(Dividido para no pisar el posteo de Elorham)

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04/04/2015, 08:18
Elorham

Turno 709

Hijo de Ilúvatar sé que no soy agraciado en vuestra presencia, más debes de mirar a los que me acompañan como también la voz de mi corazón que te habla. Soy Elhorham hijo del senescal de la Marca, y aunque ha habido odio por parte de mi gente, ahora nuestros lazos se estrechan, soy animista no guerrero, y debo de ver si todavía el veneno corre por tus venas, por favor deja que pueda sanar para poder iniciar contigo la misión que propones que con agrado te acompañaré. 

Ya una vez fui tentado por el mal y no dejaré que ninguna otra criatura elfo, enano, gnomo, y habitantes de la tierra media caigan presa del mal por las torturas sufridas.

Lo miraba apoyándome en mi lanza con esos rasgos un tanto curtidos y arrugados por una piel seca que ha pasado muchos inviernos sin recibir cortesía, aun así mi pequeña melena rubia daba un aire un poco menos marcial a los que son de mi raza aunque mi estatura y complexión se acumulaban en mi sangre guerrera. Lo miré como se mira a un enfermo, con ternura y agrado. 

Todavía me venía a la mente el suceso del pantano como había estado a un palmo de dejarme llevar por el mal que reside en nuestras acciones, pensamientos... era tan fácil y también tan difícil... Que ahora por mucho que mis compañeros necesitaran de mi ayuda no podía dejar que otro hijo/a de Ilúvatar cayera en manos de la oscuridad por nuestra pasividad.

Lo siento dije a mis compañeros, creo que es hora que cada uno escoja su camino o vayamos todos juntos...mis manos empezaron a moverse con el consentimiento de Aegnor ya que no necesitaba tocarle para aplicarle el conjuro ¡Tan grande era el poder de la magia! y quitarle el mal del veneno que podía residir todavía en su cuerpo.

Notas de juego

Aplico tres conjuros de la vía de purificación, en caso que Aegnor me deje aplicarle la magia:

- Purificaciones:

* Detectar veneno, purificación de veneno, resistencia al veneno.

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04/04/2015, 12:41
Eruannë

Turno 709 bis

Y mientras Elorham hablaba, Eruannë, ensimismada en sus pensamientos, recordó las -ahora- luminosas y transparentes palabras que la Dama Blanca les había dicho días atrás, en Caras Galadhon.

"Por una vez y por raro que parezca el corazón se ha de imponer", recordó en silencio. Y fue como si sus miedos se hicieran polvo contra la pétrea determinación que se alzaba en ella.

Luego fue un susurro en los labios de Eruannë, como el sereno y profundo murmullo del mar:

-"¿Quiénes somos sin el corazón?"

Y, finalmente, contempló a cada uno de sus compañeros y les recordó la pregunta de la Dama Blanca, palabra por palabra:

-"¿Dejaréis el corazón de los Salones del Bosque a su suerte?"

Pero no necesitaban la respuesta, ni ella ni ninguno de sus compañeros...

La sabían desde lo más profundo de sus corazones.

Notas de juego

Done.

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08/04/2015, 11:50
Drustan

Turno 709

Drustan se acercó a sus compañeros. El tremendo esfuerzo de abrir camino a través de las impenetrables telarañas, sumado a su pesada armadura y la animosidad del Bosque negro, habían consumido totalmente su paciencia y buen humor.

Escuchó con el ceño fruncido la historia del elfo, comprobando que entre el pueblo inmortal también existían cobardes.

Las palabras se sucedieron, mientras Drustan miraba a Eruanne sin entender una palabra de lo que decía. Su cara de perplejidad era notable. Su comprensión de la noble raza distaba mucho de ser perfecta.

- No podemos separarnos. Nuestra fortuna radica en nuestra unión, elijamos el camino que elijamos. - Dijo al grupo. - Nos han encomendado una misión y es nuestro deber cumplirla. Juro por mi honor volver para rescatar a vuestra princesa una vez entreguemos nuestro mensaje. Todos los pueblos libres han sacrificado mucho en nuestra ayuda, en la eterna lucha.- Terminó, haciendo clara referencia a los beórnidas muertos hacía unos días.

- Esa es mi opinión como os digo. Respetaré la decisión que se tome en este claro.- Finalizó, mirando a Adronath

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08/04/2015, 13:11
Adronath

Turno 709

Adronath terminó de cortar las telas y, siguiéndolos pasos de Drustan, se reunió con sus compañeros que parecían rodear al infortunado humanoide que había sido atrapado por las arañas. Al llegar miró sorprendido el rostro élfico que se escondía bajo las telas de araña. Además su ropajes ricos en decoración y su pelo negro confirmaba que era de la nobleza.

El dunadan escuchó atento la historia del elfo y cuando terminó negó con la cabeza. El dilema que había establecido chocaba frontálmente con la misión que llevaban. Y para más inri sus compañeros comenzaron a posicionarse a un lado y otro de ese dilema.

¿Acaso no se merece un hombre de un pueblo libre que se le ayude cuando lo necesita?

- Tranquilo amigo mío- dijo Adronath poniendo su mano en el hombro de Drustan, pues sus palabras fueron duras con el primer nacido- Lo primero de todo Drustan tiene razón en todo, o casi todo. No podemos dividirnos pues en la unión reside nuestra fuerza. Sabemos lo que tenemos que hacer cada uno en cualquier circunstancia y adversidad que encontremos. Nuestra fuerza en nuestra unión. Además si bien somos libres de elegir nuestro destino, hemos hecho un juramento por el que decidimos dar todo lo que pudiéramos para llevar a buen fin nuestra misión, tanto con nuestras habilidades, nuestra razón y nuestro corazón. No lo olvidéis, pues de nosotros depende no solo una muchacha élfica en apuros, si no puede que el futuro de los pueblos libres... miles de vidas.

Adronath miró a todos y cada uno de sus compañeros con su mirada dura y profunda para que recordaran el por qué estaba ahí y el fin que perseguían.

- De todas formas nunca he sido partidario de negar ayuda al que de buena fe me la pide. Como no hace mucho ocurrió con mis queridos hermanos beornidas- comentó mirando a Drustan.

Sé que Tranduil es reacio a abrir sus puertas a desconocidos, vengan con una carta magna y con la razón de su lado. Si fuéramos con la compañía de su sobrina tal vez entrase en razones mucho más fácilmente.

El guerrero calló su discurso, que más bien parecía un repaso de las razonas por las que SÍ y NO debían aceptar la petición del elfo.

A los pocos segundos el guerrero volvió a mirar a todos y les dijo:

- Como hijos de pueblos libres debemos actuar como tal. Este dilema será votado por todos aceptando el resultado por todos los que formamos esta compañía, pues veo que el auxilio puede también ayudarnos en nuestra misión. Aunque por otro lado sea arriesgado llevarla a cabo debiendo seguir nuestro camino- comentó-. Votemos.

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08/04/2015, 15:15
Laufinwë

TURNO 709

Palabra a palabra iba asimilando la historia del elfo, quien a pesar de su lamentable condición y una enorme mala suerte, pudo contar de un solo tramo la triste historia llena de desventuras que lo había traído finalmente ante nuestra presencia. Mucho había sido su sufrimiento, mas ya estaba libre y en nuestra protección. ¿Cuanto sufrimiento le depararía aún a la joven raptada en mano de los orcos? ¿Que cosas podrían...? No no quería imaginarme que cosas serían capaz de hacerle por cada minuto que estuviera a su merced. El corazón me palpito con furia en el pecho y la sangre hirvió con rapidez en mis venas; pero no era momento de venganzas ni acciones desesperadas.

"¡Por la canción!¿Que hacia la sobrina de Tranduil con tan poca escolta? Por más que este sea su bosque es demasiado peligroso..."

Luego me toco sentarme tranquilo y meditar cuidadosamente mientras oía a mis compañeros. Eruanne, mitad en acertijos mitad clara como la luna dio su respuesta, Elorham propuso dividirnos en nuestros esfuerzos mientras que Drustan hablo de concentrarnos en una sola tarea como si fueran dos caras opuestas de la misma moneda, y al final Adornath propuso que no fuera el quien decidiese en esta ocasión sino que votáramos y la voz de la mayoría gobernase nuestras acciones. Me pareció sensato aunque a su vez extraño, pues era la primera vez que lo hacía, y ademas me extraño el reproche que Adronath le dirigió a Drustan en medio de sus palabras. Ese incidente había sido completamente distinto pues los beornidas eran masacrados frente a nuestras narices y fuimos nosotros los primeros que pedimos ayuda a los beórnidas con Jok como intermediario.

"La prisa nos consume... hay demasiados sentimientos para una sola decisión."

Desligue mis piernas en el suelo y me pare lentamente. Luego me dirigí a todos con tono lo más calmo posible, hablando lento y pausado. -Nos estamos apresurando. Poco aún sabemos de este asunto y la historia de Aegnor, hijo de Lórindol además de llena de penurias, esta llena de datos aún no revelados.- mire al elfo con amabilidad en los ojos y suplica en la voz -Solo un poco más necesito que te esfuerces hermano y busques entre el dolor y los recuerdos las respuestas que te voy a pedir. ¿Cuantos orcos eran? ¿Qué tan bien preparado estaba su campamento? ¿Tienes idea de quien podría ser el "Amo" del que hablaron los Yrchs? ¿Qué tan lejos de aquí estaba a paso de hombre pues a ti te obligaron a correr días sin descanso?- Volví a dirigirme a todos para que se dieran cuenta de por que esta pregunta había sido la final. -Ya estamos racionando provisiones. Un desvío así podría matarnos de hambre si no somos cuidadosos.-

Por los Vala si no me temblaban los dedos. Los ruegos y las plegarias no me alcanzaban para que las respuestas del liberado fueran propicias para nuestra misión... Yo quería ir de todas maneras, pero ninguna decisión podía tomarse sin conocer toda la información y esta podría volverse en una misión imposible según que palabras soltara el elfo.

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08/04/2015, 21:25
Ástomer

Turno 709

Me mantuve callado y escuchando a cada uno como debatían la tesitura de ayudar o no a la princesa elfa. Finalmente hablé.

Si mi opinión tiene cabida, debo decir que esta empresa no nos compete y se aleja de nuestro objetivo común.

Sabemos que no podemos abandonar el sendero y que la urgencia de nuestro deber quizá sea más importante que todo.

Dicho esto, no soy ajeno a la tragedia que está por venir si la elfa muere a manos de esos Yrchs. Podríamos avisar con la ayuda de Hok a los elfos de Thranduil y que sean ellos quienes intenten rescatarla. Sería rápido, así podemos continuar con nuestra tarea sin demora.

Es mi opinion, y acataré lo que se decida, concluí.

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08/04/2015, 22:09
Director

Resolucion Turno 709

Aegnor miraba alternativamente a unos y a otros. Haber contado su historia parecía haberle dejado algo más tranquilo. Aunque tal vez lo que pasaba es que todos los nervios contenidos se habían desbordado dejándole agotado hasta tal punto que era incapaz de reaccionar.

Elhoram terminó de ayudar al elfo con sus destrezas que fueron sobreponiéndose al efecto del veneno poco a poco. El elfo se movía con más fluidez y sus ojos se mostraban más despierto y atento a las aseveraciones de unos y otros.

Zigur se mantuvo en un segundo plano dejando hablar al resto. El mensaje que llevaban ya había dejado a uno de los suyos en el camino. Y él era el que llevaba entre sus pertenencias la cajita que portaba el pergamino. Estaba algo confuso pero por un lado no podían abandonar a la princesa a su suerte y por otro no podían abandonar su misión.

Los comentarios dejaron claro que se dirigían a los Salones con noticias para Thranduil. Adronath puso negro sobre blanco pros y contras de seguir hacia un lado o dirigirse al otro.

Y quería que se votase. Aunque la mayor parte del grupo ya había manifestado sus opiniones aún había algunos que dudaban sin mostrar una postura clara.

Zigur en ese momento decidió expresar la suya.

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08/04/2015, 22:20
Zigûr Zabathân

Dio un paso adelante, grave y serio pues sabía que de sus decisiones dependerían los destinos de muchos. Tal vez la situación le superase, tal vez prefiriese evadir la responsabilidad o tal vez pensase que los Valar habían marcado ya su destino y no quería alterarlo.

¿Quién sabe qué movió a Zigur a no tomar partido?

Actuaré según decida la mayoría del grupo.

Y el mago, normalmente tan lleno de palabras, no tenía más que decir.

Notas de juego

PNJ

Es evidente que Zigur tiene opinión personal, pero esa sólo la conoce Nagredog por lo que yo como master, no puedo manifestar ni una cosa ni otra.

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08/04/2015, 22:24
Aegnor

En la discusión surgió el razonamiento de Adronath. Evidentemente llegar a los salones acompañados por una de sus parientes rescatadas haría que sus palabras y su mensaje tuviesen una atención especial.

Aegnor escuchó aquello y sorprendió a todos.

Pero... dijo. El Señor de los Salones de la Sombra Estelar no está en su trono. Ha partido.

Al ver los asombrados rostros de todo el grupo continuó hablando.

Hace algo más de dos meses encontramos unos espías en el bosque. Lo creáis o no ... ¡Enanos! ¡Eran enanos!

Hizo una pausa

Primero encontraron a uno sólo, fuerte y altivo pero aquejado por el hambre y testarudo como una roca que no soltaba palabra y le pusieron en las celdas y luego ... ¡Doce más! Estaban en mal estado y habían sido atacados por las arañas. Debieron pasar muchos rigores pues no se resistieron y sólo querían comida pero como no cejaron en su empeño de cerrar los labios sobre sus intenciones en estos lugares se les puso a todos en celdas hasta que confesasen sus motivos de tomar este camino.

El asombro seguía sorprendiendo a todos. Aegnor siguió hablando.

El caso es que hace tres semanas sin más ni más, en medio de unas celebraciones ... ¡No estaban! No sabemos qué oscuras artes usaron para escabullirse todos juntos y más sin que los doce que cogimos supiesen que el primero había sido capturado también. Viles son las maniobras del enemigo y éstos no cabe duda que eran agentes de sus tinieblas.

Dos días antes de ser capturado llegaron noticias de Ciudad del Lago. Los espías habían llegado allí y reclamaban el trono de Erebor. El enano orgulloso decía ser Thorin Escudo de Roble y se había dirigido a la mismísima montaña a reclamarlo al propio gusano que vivía entre sus muros. Y digo vivía porque, escuchad bien y aún así no me creeréis. ¡El gusano ha muerto!

El espanto de todas estas nuevas era demasiado para el grupo que parecía cada vez más sobresaltado.

Los enanos debieron enviarlo a Ciudad del Lago para destruirla pues como digo solo pueden ser agentes del enemigo pero en el ataque el gusano cayó víctima de una flecha afortunada. Thranduil no perdió un segundo y salió antes del anochecer de ese mismo día junto con un fuerte contingente de tropas hacia la Montaña Solitaria. Es menester evitar que el trono de Erebor sea ocupado por un agente del enemigo y debe ayudar a reconstruir y defender Ciudad del Lago pues siempre hemos tenido tratos con ellos y les consideramos aliados. Si queréis entregar algún tipo de mensaje o hablar con Thranduil deberéis ir a Erebor pues no está en los Salones.

Finalmente recordó los razonamientos de Laufinwë y asintió.

Si precisáis vituallas no cabe duda que podría llevaros a uno de los refugios que tenemos en el bosque donde guardamos provisiones a salvo de alimañas o animales por si decidimos prolongar el periodo de caza o nuestra estancia lejos de los salones. Los exploradores suelen reponer las vituallas cada cierto tiempo. Tal vez con eso podáis viajar sin problemas de avituallamiento.

La situación era cada vez más rara. Llevar el mensaje a los Salones del Bosque tal vez sólo sirviese para entregarlo a un testaferro que esperaría de todos modos el regreso de su Señor ante de hacer nada. Ir al encuentro de Thranduil en la Montaña Solitaria llevaría mucho más tiempo y en ese caso perder unos días para intentar el rescate tal vez fuese buena idea.

Las posturas estaban claras pero tal vez estas últimas nuevas hiciesen cambiar estas opiniones. Por si fuese poco Aegnor al ver la indecisión todavía en su semblante realizó un último esfuerzo. Humilló su cabeza y clavando la rodilla pidió clemencia para su Señora.

Por favor. Dijo. No abandonéis a mi Señora a su suerte, os lo ruego.