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15 de Fuego del Hogar, Tarde, Este de Helgen

El hombre se identifica como un sacerdote de Talos. Sé la historia, todo aquel que tenga sangre nórdica la sabe. El Imperio prohibió su culto por considerarlo instigador a rebelión y eso mismo causó la revolución de los Capas de Tormenta. Si este hombre es un sacerdote de Talos, entonces debe odiar a todos los Imperiales. Ser legionario no me vuelve uno de sus mejores amigos.

Pero aun así no retrocedo ni me amilano. Mis compañeros han hablado también pero han sido tan desconfiados y crípticos que dudo generen alguna empatía en el sujeto. Hablo para intentar romper el hielo:

 - "¿Hay algo en lo que podamos ayudarlo, Señor?"

Le sostengo la mirada, resistiendo el impulso de posar mis ojos sobre su arma. No quiero parecer paranoico ni desconfiado, aunque mis reflejos están puestos en defenderme y defender a mis compañeros si es que él considera que debe atacarnos.

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El nórdico os miró a los cuatro, pues Hati salió de la espesura, una nórdica de pelo rojo con aspecto bastante fiero, y el sacerdote, contemplando la estampa gruñó ligeramente.

Sé lo que eres, elfa oscura. Puede que no viva un carajo como los elfos, pero sé distinguir un culo de una boñiga.. aun. espetó mientra se fijaba en la indumentaria de Einar. Menudo grupito aquí reunido, porque no lleva ninguno grilletes.. añadió con sorna.

¿Vosotros a mi? Lo dudo. Estais más verdes que un niño de teta. suspiró largamente, sopesó posibilidades, como si le hubiera venido algo a la cabeza. Busco a alguien, alguien que se ha perdido. No seré más específico, Talos sabe que clase de hijos de puta rondarán estos caminos..

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No seré más específico, Talos sabe que clase de hijos de puta rondarán estos caminos..

“Y por eso no nos hemos presentado al principio” Pensó sarcásticamente

Soltó un suspiro, el hombre desde luego tenía muy mala uva, supuso que la vida no debió de ser muy amable con él, sin contar que la zona no era la más adecuada para encontrar amigos, más bien todo lo contrario.

- Tal vez sea coincidencia pero… nosotros también buscamos a alguien, aunque en nuestro caso, creemos que esta retenida contra su voluntad. ¿Es posible que busquemos a la misma persona?

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El sacerdote se sigue viendo desconfiado pero indica que está en búsqueda de alguien que se ha perdido, lo que podría ser una coincidencia con la niña del bosque, aunque yo no creo en las coincidencia y lo más probable es que sea la misma niña. Lamentablemente, el hombre no decide decir nada más de esa persona y estoy completamente convencido de que no es de las personas que confía rápidamente en desconocidos.

No pasa tampoco por alto el comentario en el que le sorprende que yo no lleve con grilletes a los demás, pero no es algo a lo que desee hacer mención. No deseo discutir con él y mucho menos enfrascarme en una lucha por una estupidez. Tengo claro que se refiere al tema de Talos y el Imperio, pero no me interesa en lo más mínimo y no me pondré a arrestar a los seguidores de Talos.

"Mi familia eran creyentes de Talos y Capas de Tormenta, no deshonraré su memoria haciendo el trabajo sucio."

Me quedo al margen de la conversación pues lo que ha dicho Eldrid es lo que yo quería expresar, por lo que solo me resta esperar la respuesta del anciano. Si no progresa en ello, deberíamos seguir nuestro camino en paz y no tomar en cuenta al hombre pues si no desea cooperación, no podemos imponerla tampoco.

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Un culo de una boñiga... Eso habría que verlo.- pensó, guardando silencio entonces, cruzándose de brazos, observando cómo Eldrid se desenvolvía con el hombre y esperando una respuesta a la pregunta que la nórdica le formulaba. Aunque estaba segura de que el viejo no respondería. O al menos no sin soltar algún improperio, mencionar a Talos y enviar a Eldrid a algún lugar donde las palabras pierden su noble tono. 

El bretón salió silenciosamente de su escondite junto al camino quedando tras los jovenes que hablaban con Vikar. Un grupo peculiar en su opinión, con la dunmer destacando entre los tres nórdicos a cuál más joven que el otro. El legionario, parecía mantenerse al margen dejando que la joven de pelo castaño y cara de no haber roto un plato en su vida toma la voz cantante. La preciosa pelirroja, acompañada de lo que parece un cachorro de lobo, se mantiene al margen de lo que está sucediendo, expectante y desconfiada. Al ver como la dunmer cruza sus brazos molesta antes las palabras del sacerdote fue el momento en el que decidió salir de las sombras.

- Ejem…- se aclara la voz anunciando su presencia – amigo mío quizá peque de confiado pero dudo que estos jovenzuelos vayan a causarnos problemas – cuando les sonríe lo hace con una sonrisa de medio lado mostrando sus blancos dientes – y contestando a tu pregunta jovencita – se acerca al grupo pero manteniendo una distancia de seguridad tras su aparición pero con las palabras de la joven resonando en su cabeza “retenida contra su voluntad”-si buscamos a la misma persona debéis saber que el camino se tornara más peligroso; si no os importa la pregunta ¿a quién buscáis y como os habéis enterado de su situación? – sin dejar de sonreír de medio lado, mostraba una sincera curiosidad ante la situación de los aventureros.

Ante ellos aparece un hombre de tez bronceada y aspecto desaliñado. Alto, rozando el metro noventa; de hombros anchos y cabellos largos. Aunque de rostro afable la cicatriz que cruza su rostro sobre el ojo izquierdo de da un aspecto salvaje, así como la pequeña que tiene en el labio, del mismo lado, da a su sonrisa un toque picaresco. 

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- ¿Y esto vendría a ser el culo, o la boñiga?- dijo, a medio camino entre la sorpresa y la hilaridad- O más bien un bretón. Vaya con lo que nos trae la marea...-añadió, esbozando una media sonrisa, mirando al nuevo componente del grupo de arriba a abajo, sin molestarse en disimular- ¿Por qué no nos explicas tú primero a quién buscáis, hombretón?  Creo que sería lo justo después de que nos estuvieras espiando entre los matojos. Somos mayoría de damas. Podemos pensar muy mal de tus intenciones. Nosotros daremos respuestas, prometido. 

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Se volvió para ver al dueño de la nueva voz. Le miro con el ceño fruncido mientras la elfa le hablaba. Más nos pudo evitar una carcajada que pronto tapo con una mano tras aquel último comentario. La verdad es que las pintas no le ayudarían mucho si pensasen mal como había dicho Seretide, se le veía que llevaba muchos días viajando.

- Ya sabemos que el camino es peligroso, por si no te has dado cuenta, no se oye ni un ruido de vida animal y calavera bien colocada como aviso, no creo que signifique que hay una fiesta en algún lado. 

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La intervención de Aster no pareció sorprender a Vikar, le miró de soslayo emitiendo un leve asentimiento. Era obvio que se conocían, el sacerdote dio un paso al lado para dejar que Aster tomara las riendas de la conversación. Aunque antes añadió.

No parecen tener malas intenciones, muchacho. guardó definitivamente el hacha con toda naturalidad. De lejos también entró Hati en escena, aunque siempre mantenía una cuidada distancia vigilante. 

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El bretón no pudo evitar hacer más amplia su sonrisa y emitir un bufido que pretendía ser una risa contenida, cuando la dunmer hablo escrutándole de arriba abajo sin disimulo. 

• Para trasero el tuyo – dijo con tono divertido mientras le guiñaba el ojo y se aproximaba a Vikar rodeándolas – y si me permites una anotación…- hizo una pausa mirando a la otra joven que lo observaba con ceño fruncido antes de carcajearse del comentario de su compañera- piensa mal y acertaras  - asintió ante las palabras del sacerdote prestando atención de nuevo a las féminas – Promesas, promesas…Me gustaría decir que no quería revelar la naturaleza de nuestra búsqueda dado su cariz personal… pero visto que vamos a seguir el mismo camino mal que nos pese… – cruzo los brazos sopesando los pros y contras, llevándose una de las manos bajo el mentón en gesto pensativo; miro de soslayo a su compañero y luego suspiro – venimos siguiendo el rastro de una mujer que tiene retenida a una niña…

No dijo más, se mantuvo firme y observando las reacciones frente al grupo con los brazos cruzados ante su pecho

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Un bretón sale desde su escondite y eso es preocupante para nosotros pues significa que nuestros sentidos no están tan atentos como debiesen. Las palabras comienzan a ser disparadas como flechas y los ánimos se agitan rápidamente. La dunmer, que ya demostró no ser una persona especialmente carismática, se pone a discutir mientras Eldrid tampoco parece querer ser lo más diplomática.

"Al parecer este tío de verdad les ha molestado."

Levanto las manos, intentando calmar el asunto mientras respondo:

 - "Vamos a calmarnos un poco y evitar las respuestas "ingeniosas" por un momento. Ustedes buscan a una mujer que retiene una niña, pues nosotros buscamos a la niña. Si vamos en el mismo camino, aparte de intentar llevarnos bien, deberíamos saber tu nombre también."

Digo mirando directamente al bretón, que ha aparecido a responder y preguntar pero no se ha presentado. Estoy seguro de no haberle visto antes, por lo que un nombre y saber quien mierda es sería útil para romper el hielo en vez de que nos rompamos los huesos.

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Seretide alzó las cejas y apoyó una mano en su cadera al responder el bretón- Bien, no soy yo la que va a ir delante todo el camino, y tengo un palo muy largo. Cuidado con esa lengua.-respondió con un tono evidentemente jocoso- Como dice mi compañero, Einar trocito de queso, seguramente se trate de la misma cría que buscamos. Y sería buena idea que nos dijeras tu nombre. 

Miró entonces a Einar, maliciosa- ¿Y a ti qué te pasa, trocito de queso? La sangre no ha llegado al río. No pongas esa cara, hombre. Ya sé que no te agrado, pero no te preocupes, me gusta más tu amigo.

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Se cruzó de brazos poniendo morros dándose por aludida con lo de “respuestas ingeniosas”. Pero es que no había sido culpa suya el que el Bretón la hiciera repetirse nuevamente cuando el sacerdote había dicho prácticamente lo mismo. Lo que no esperaba era aquel mote. Se la quedó mirando, parpadeando varias veces antes de que sus hombros comenzaran a temblar y se llevase una mano a la boca para tapársela y no carcajearse abiertamente. Si es que la mujer le caía cada vez mejor.

- Jijijiji Genial Seretide dijo entre risas, simplemente genial. Por un momento, la tensión había pasado a un segundo plano. Tardo unos pocos minutos mas en dejar de reirse por lo bajo y cuando lo hizo, volvio a mirar al hombre sin nombre. Efectivamente buscamos a esa niña dijo ya algo mas seria

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- Vaya cuan despistado soy -  respondió ante la petición del legionario  y realizo una exagerada reverencia más por diversión que otra cosa – Aster es mi nombre – luego miro a la dunmer, Seretide creía recordar – uff…no pasemos a palabras mayores orejas picudas –  su tono divertido se torno más serio al volver a hablar – y cuida tu lengua al hablar de la niña … ahora – miro a Vikar unos instantes – presentaciones hechas ¿seríais tan amables de contestar a mis preguntas en respuesta a las vuestras?

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Quedo de una pieza cuando escucho las palabras de Seretide. Estoy intentando hacer que las cosas funcionen y ella comienza a decir idioteces. Me encojo de hombros, desesperanzado:

 - "Pensé que eras astuta y mordaz, pero solo eres imbécil."

Miro a Eldrid con expresión seria y molesta, meneando la cabeza, reflejando la decepción en mi rostro pues de lo que la conozco, jamás habría pensado de ella que apoyaría a alguien que está dividiendo al grupo y que será culpable de su propio asesinato, a manos enemigas o directamente mías, que poco me falta para partirla en pedazos con mi hacha. Hadvar entendería.

Luego miro a Aster y a Vikar, antes de contestar:

 - "Es un gusto, Aster. Hadvar nos mandó a investigar unos rumores y nuestra rastreadora nos trajo hasta aquí. No sabemos nada de ella pero se le ha visto, como si de un fantasma se tratara. ¿Podemos continuar ya?"

Saco mi hacha y la empuño mientras miro a Hati para que nos diga hacia donde siguen las huellas. Mientras antes terminemos, antes podremos volver a Helgen y, definitivamente y por la salud de la elfa, necesito un trago.

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Seretide alzó las cejas, francamente sorprendida por el tono y la expresión que utilizaba Einar para dirigirse a ella. Parpadeó, varias veces, y acto seguido negó con el rostro, casi con lástima, y procedió a mirar hacia otro lado, preguntándose si acaso alguien se había molestado en comprobar que quien las acompañaba en aquella misión era un hombre, y no un prepúber con exagerado ego masculino que ni era capaz de entender ni podía encajar los pormenores de una dialéctica medianamente complicada. 

Seguramente debía manejar bien su hacha, porque no tenía pinta de servir para otra cosa. No merecía la pena gastar palabra alguna para responder lo que había dicho. Le pareció de pronto soberanamente aburrido tener que tratar el resto de su viaje con alguien tan básico como él, y se dijo que al menos el bretón recién llegado parecía poseer una lengua más hábil y un entendimiento más a la altura de sus expectativas. 

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El sacerdote de Talos, que se había quedado observando en segunda instancia, seguía con detalle las conversaciones cruzadas. Gruñó levemente por no querer interrumpir a Aster, pero cuando Einar soltó su comentario hizo que al viejo nórdico se le alzara una ceja. No llegó a intervenir directamente, pero carraspeó severamente para llamar la atención general.

Críos.. bufó negando con la cabeza y escupió a un lado.

Dejó que Aster hablara una vez más, pendiente de que la situación no se fuera de madre. Pero también atento a lo que os rodeaba.

Por su lado, Hati, permanecía vigilante del perímetro ignorando las cuitas de unos y otros.

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Agradeció que Vikar estuviera atento a lo que él había descuidado desde hacía un rato, su toque de atención fue suficiente para que prestara más atención a su entorno y se centrar de nuevo en lo verdaderamente importante.

- Bueno basta ya – su voz sonó atronadora en un lugar en el que reinaba el silencio – no tolerare discrepancias ni insultos si vamos a compartir camino. Así que si tenéis algún problema entre vosotros se acaba en este mismo instante – señalo al suelo dando énfasis a sus palabras - Esto no es un juego para mí y no permitiré que nada, ni nadie me haga perder el rastro de esa mujer ¿me habéis entendido?

Medito sobre las palabras de Einar a cerca de lo que les había llevado hasta allí.

Rumores…un fantasma…si esa mujer, esa tal Keira sirve a las Brujas Cuervo como aquella abominación nos indico no me extraña que solo haya rumores…¡Juro que te encontraremos! Y por el bien de esas brujas que sea con vida…

- Bien si no hay nada más que decir será mejor que continuemos o acabara cayendo la noche sobre nosotros

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Permanezco completamente quieto, sosteniendo la mirada de Aster mientras habla, demostrándole que lejos de causarme temor con aquella declaración, comienza a hablar en mi idioma. Cuando termina, sonrío de medio lado y respondo:

 - "Así me gusta, serios y enfocados. Esto tampoco es un juego para mí, es una misión y estoy agradecido de no tener más distracciones y boberías que desvían la atención y hacen perder tiempo. Es hora de partir."

Miro de medio lado a la Seretide, una mirada rápida y fugaz. Quizás he sido demasiado rudo pero no vine a divertirme y los juegos de palabras y esas basuras solo son cosas que interrumpen el objetivo. Soy un soldado y se me educó para evitar todas las distracciones en la resolución de una misión.

Continúo mi camino en silencio, aferrando mi gran hacha con fuerza y con mis ojos bien abiertos.

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Estaba visto que a algunos no les iba demasiado el humor y se tomaban las cosas con demasiada seriedad, aunque consideraba que él se había pasado bastante con su insulto. Y otros… otros debían de tener una doble personalidad porque pasar de un humor a otro con esa rapidez… luego se quejaban de que las mujeres no hay quien las entienda con sus cambios de humor, pero es que ellos no se han visto.

Se mantuvo en silencio mientras los demás se echaban broncas y se informaban de las cosas y se volvía a poner en marcha, en todo momento se quedó junto a la elfa tras aquello, más que nada porque ahora mismo era la única que le parecía normal, un poco bestia al soltar las cosas, pero agradable al fin de cuentas.

- No le hagas mucho caso le sonrió con complicidad ya se le pasara. Oye Aster, dijo alzando más la voz, ¿puedo preguntar porque andáis buscando a esa mujer? Ya que vamos a compartir el camino y la misión… no estaría demás saberlo ¿no? Preguntó con genuina curiosidad encogiéndose de hombros.