Partida Rol por web

13 de Fuego del Hogar, Mañana, Templo de Dibella, Markath

¿Cuánto tiempo hacía que morabas entre los muros del templo de Dibella? ¿Cuánto desde que Angi te recogiera perdida en el bosque huyendo de los thalmor? Eras tan pequeña, pero cierto era que aunque habías pasado la mayor parte de tu vida en el templo, eran ya más de doce años, el recuerdo de tu familia y lo que sufriste persistía en tus pesadillas. Las enseñanzas y el cariño del clero del templo habían ido erosionando los recuerdos más desagradables, como la corriente de agua que alisa la piedra a lo largo del tiempo, pues eras una niña, ¿y qué puede recordar una niña salvo que tenía una familia que ya nunca iba a volver a ver? No. Ahora tu familia era el clero de Dibella, y entre todos los presentes estaba Fjotra, la Sibila de Dibella, algo mayor que tú y una suerte de hermana mayor para ti.

Esa mañana habías despertado como cualquier otra, atendido tus labores en el templo. Una rutina que variaba entre atender a los fieles con oraciones, limpiar las capillas, recoger los donativos y un sinfín de tareas tediosas que una novicia como tú debía atender. En alguna ocasión vigilabas alguno de los encuentros sexuales de las otras sacerdotisas desde el otro lado de una cortina, cuidando que el varón, o mujer, que disfrutaba de tales favores no se excediera con la sacerdotisa. Desde hacia unos meses te habían empezado a introducir en las prácticas propias del clero, ya habías tenido tus primeros escarceos con jóvenes adeptos, pero hasta el momento no habías actuado como prostituta sagrada del templo.

De esa guisa, tras atender como una de las sacerdotisas gemía mientras un fiel la tomaba, una de las jóvenes adeptas llamó tu atención. Fjotra quería verte.

13 de Fuego del Hogar, Mañana, Templo de Dibella, Markath

Fjotra tenía casi diez años más que tú, había sido elegida como Sibila a los cuatro años al ser recogida de un pueblo de La Cuenca cercano a Markath. Aunque hubo algunos conflictos iniciales, ingresó en el clero para ser instruida en sus futuras labores como líder del culto de Dibella. Ahora era una hermosa joven de veinticuatro inviernos, quizá no era la más espectacular de las sacerdotisas que pululaban entre los muros del templo, pero tenía un indudable atractivo magnético que atraía a hombres y mujeres por igual.

Pero Fjotra era querida, recordando su pasado campesino, era una mujer de costumbres humildes a pesar de la rica orfebrería y vestuario que debía llevar acorde a su rango. Cuando no se encontraba ante los fieles, Fjotra era una más de vosotras, una suerte de hermana mayor para la mayoría, incluidas las sacerdotisas de mayor edad. Al verte entrar en sus aposentos te sonrió cándida, se levantó para recibirte y te tomó las manos.

Querida Sienna, que alegría verte. dijo sonriente, te llevó con ella a unos cómodos cojines en los cuales podías sentaros. ¿Cómo te va todo? Rezo a Dibella cada día, y ella atiende, te veo más hermosa cada día que pasa. aseveró la sibila mientras se acomodaba junto a ti. Las ropas de Fjotra era una vaporosa y sensual túnica semitransparente, que dejaba al filo de la imaginación su esbelto cuerpo.

¿Quieres tomar algo? ¿Vino? Un fiel acaba de regalarnos una caja de delicioso brandy cyrodíilico. dijo mientras dirigía su atención a una botella etiquetada como tal. Sería terrible que no lo disfrutara contigo. bromeó divertida, la forma de moverse era casi adolescente, encaramándose sobre los cojines al acercarse a ti, pero rezumaba sensualidad por mucho que procurara actuar con normalidad.

- Belleza que ha derramado en ti con creces hermana Sibila.

He hice una reverencia al entrar a sus aponsentos y acercame a la joven mujer. Mirarla era un encanto a los ojos, tanto por su femenina gracilidad como su oculta desnudez que traslucia a traves de los vapores de sus ropas y la esencia de piel.

Siempre me habia gustado la Sibila, era amable, y muchas veces habia conversado temas mas trascendentales. Aunque las antiguas vieran en su figura una suerte de semidiosa cosa que era muy alejada cuando la conocias en su esencia dentro de esas paredes.

Mirando que realmente estabamos solas me tome la virtud de tratarla como una mas, cosa que en otras ocasiones ella habia agradecido, pero nunca le llamaria por su nombre delante de las otras.

- Fjotra, claro que puedo acompañaros. A esta hora siempre da sed y mas si es de Cyrodill. La curiosidad me pica en saber si son sabores como los de Carrera Blanca o incluso Ventalia, ya que entiendo que sus climas son diferentes.

Me habia descalzado las sandalias que usaba en el templo y me acomodé en lo cojines cerca de mi amiga. 

- Ay amiga, para que me has llamado...

Pero su otra pregunta se mantenia en mi mente.

- Las cosas estan bien, cumplo con mis deberes, aunque cada vez que me llevo comida extra de las cocinas me regañan pero ya sabes como soy con el dulce, y los roles de canela me encantan, y ayer....

Mi tono era de complicidad.

- Ayer me lleve un caramelo de miel de nuez en la túnica y luego se me ha olvidado, se me ha llenado todo de hormigas y en la noche que tuve que lavar la túnica a escondidas, je je je.

Mi tono se puso mas serio para comentar otro tema.

- Pero sabes que la rutina me aburre, ya no puedo esperar por comenzar mis asignaciones como Agente, e incluso como sacerdotiza, el otro dia estaba viendo como Taarie atendía su ritual de fertilidad a la diosa con un aldeano y fue realmente excitante, tuve que darme una ducha fría porque si no iba a terminar tocandome, ja ja ja ja. 

Mientras conversaba la ayude para servir dos copas del licor y probarlo, luego quede a la espera de saber realmente porque me habia llamado o si solo queria compartir conmigo, lo cual ya era bueno al sacarme de la rutina. El licor quemó mi garganta y me sentí visiblemente estimulada y despierta.

- Esta muy bueno!

13 de Fuego del Hogar, Mañana, Templo de Dibella, Markath

Fjotra rió burlona al escucharte, fingió sentirse ofendida por tu comentario sacudiendo la mano en el aire.

¡Por la Bella Dibella! ¿Qué clase de lenguaje es ese? amonestó burlona cuando mencionaste tu estado eufórico tras asistir al ritual de la sacerdotisa Taarie. Esa pose seria duró un suspiró, pues terminó riendo y te sacó la lengua divertida. Bebió el vino y suspiró extasiada mientras lo sentía descender por su garganta.

Pronto tendrás tu momento, querida Sienna. dijo algo más centrada la sibila. Sé que estás impaciente, pero precipitar las cosas no las harás más dulces. En realidad te he llamado porque deseaba conversar contigo, llevas muchos años entre nosotras, hemos crecido juntas y te considero una hermana pequeña para mi. sonrió cálida. De las pocas que me tratan como una amiga, y no como.. bueno.. la Sibila de Dibella. suspiró algo frustrada, se recostó para mirarte con mayor atención. Las sacerdotisas mayores se afanan siempre en aconsejarme, desaconsejarme, darme indicaciones, prohibirme cosas.. en fin, a veces me siento algo prisionera de todo esto. movió la mano abarcando la estancia, echó un nuevo trago del vino.

Mas no creo que deba ser desagradecida, mi querida Sienna. dijo luego algo mohína. No quiero parecer desagradecida ante los favores que nuestra Señora nos ha otorgado, es que.. bajó un poco la voz, se mostró de repente algo sombría. ..últimamente no duermo muy bien. Tengo sueños inquietantes que no recuerdo al despertar, apelo a la Hermosa, pero.. ella no responde. tras esa confesión te miró consternada.

13 de Fuego del Hogar, Mañana, Templo de Dibella, Markath

La energía, la alegría, la sensualidad, y en general todo lo que la Sibila irradiaba era divino, exquisito y pacificamente embriagante. Cada vez que la veía a veces me perdía por segundos admirandola comprendiendo con cada gesto, cada inspiracion y cada palabra porque ella debía ser la única, porque era la elegida y porque nuestra señora nos amaba tanto para otorgarnos sus bendición a través de la mujer que tambien consideraba mi hermana.

- ¿No responde?

Las palabras de mi hermana era inquietantes y mi voz se habia apagado entre mis dedos al tapar mi boca.

- ¿Pero no puede ser!!!?

Mire alrededor para asegurarme que nadie nos escuchaba aunque no hacía falta. 

- ¿Que puedo hacer? ¿Que quieres que haga? ¿Como te puedo ayudar?

El voto de confianza que ella hacia al confiarme semejante secreto era único y me sentí porfundamente honrada pero llena de temor y angustia. No era posible encontrar una sustituta, algo debía estar mal.

¿Estaría enferma?

- No se que hacer Fjotra quieres que busque algun libro, alguna poción? Debe haber alguna explicaciones para esto, pero obviamente no es algo que la nadie deba saber, bueno tal vez las antiguas, pero es tu desición.

Me arrodillé a sus pies en sumisión.

- Guardaré tu secreto pero debemos encontrar una solución antes que sea tarde!

Mi voz era casi un susurro,sentía que hasta la roca grababa nuestra conversación.

13 de Fuego del Hogar, Mañana, Templo de Dibella, Markath

Tu preocupada reacción generó una agradecida sonrisa en los labios de Fjotra, movió la cabeza pidiendo que te tranquilizaras.

No te alteres por favor. rogó la sibila acariciando tu mejilla mientras te miraba a los ojos. Cuando apelo a Su consejo, siento miedo, temor.. creo que Dibella teme algo, algo que va a ocurrir. En mis sueños veo una montaña que estalla, veo las lunas partirse y me llena de desconsuelo. narró consternada, te vio tan entregada al verte arrodillada que te tomó de las manos para ponerte en pie.

Adivinas bien, pues quiero que hagas algo por mi. dijo dubitativa. Confío en ti, y aunque debiera pedírselo a una de las sacerdotisas más experimentadas, temo que revelar demasiado pronto lo que está sucediendo a las hermanas cause el desasosiego en el templo. te miró a los ojos, inspiradora. En lo poco que he podido adivinar de estos sueños.. es que algo importante va a suceder en Helgen.. quiero que acudas allí, descubras qué es lo que atemoriza a Dibella. Sé que aun no eres un Agente, pero creo que ya estás preparada para ello, ¿podrás hacerlo por mi?

13 de Fuego del Hogar, Mañana, Templo de Dibella, Markath

Escuche atentamente sus indicaciones.

Helgen? Donde diablos esta eso? 

Sabia que estaba un poco al Sur de Carrera Blanca pero nada mas, y que habia sido arrasada por Alduin el azota mundos hacia ya años. Alguien habia comentado que lo reconstruían o algo asi pero no habia prestado atencion.

- Helgen? Y que haré alli, como sabré que buscar, que esperar?

De seguro ella estaba tan perdida como yo, pero si debía ser sus ojos pues eso haría.

- Partire hoy mismo, prefiero cruzar las montañas de noche en el cobijo de la oscuridad para no encontrar a los rebeldes tribales y poder tomar camino mas seguro hacia alli. No creo que las antiguas hagan muchas preguntas si recogo algo de equipo antes de partir, verdad?

Por otro lado mi primera expedición, sola y por orden de Fjotra personalmente no dejaban de hacerme sentir honrada e excitada por igual.

- Seré vuestros ojos hermana, buscare signos de nuestra Madre y Diosa y vendre a informaros de cuanto encuentre, puedes contar conmigo.

Volví a su regazo para esperar sus indicaciones finales y prepararme para salir.

13 de Fuego del Hogar, Mañana, Templo de Dibella, Markath

Fjotra negó compungida con la cabeza mientras te acariciaba las manos sin ocultar la angustia.

En realidad, no lo sé. admitió la sibila mientras hacia un esfuerzo por pensar opciones. Sea lo que sea, algo sucederá, y temo que será algo terrible.

Asintió satisfecha por tu iniciativa, mientras hablaba se inclinó sobre una cajita que estaba en una de las mesitas de la estancia, de ella sacó dos zafiros que reconociste como Marcas de Dibella, te los tendió.

Lleva esto contigo y no olvides quien eres. hecho esto te besó tiernamente los labios, se separó mirándote con seriedad. Ruego a Dibella que ningún peligro te aceche durante el camino, ten cuidado, no te preocupes por las demás hermanas. De eso me encargo yo.

Suspiró preocupada, parecía que en su cabeza se agolpaban cada vez más tribulaciones y se reflejaba en su habitual semblante cándido y dulce.

Recibí su beso con emoción y como bendición. Sabia que un largo camino se impondría en mi aventura y eso me daba entre miedo y excitación por lo desconocido. 

- Recogere algunas cosas y partiré ahora mismo. 

Luego bromee un poco mas con ella acerca de dejarla sola con todas esas mujeres mayores y que se pondria gorda y fea al no tenerme cerca. Al final una simple reverencia y una nueva caricia fue mi despedida. Tome los zafiros y los guardé bajo mi túnica solemnemente.

- Adios hermana, espero volver pronto con noticias.

Y partí a mis aposentos. Tendría que viajar ligero y tampoco es que tenia muchas cosas. Una muda de ropa sin la túnica, mi daga, unas raciones y algo de fruta, mi odre de piel y algunas monedas que tenia guardadas, despues de todo el templo cubría nuestras necesidades y no eramos educadas para tener grandes posesiones.

Comí algo antes de partir y avisarle a mi hermana que salía en una encomienda de la Sibilla. Las pocas que se enteraron se sorprendieron seguramente, pero no repare si habia molestia o envidia en ellas.

Antes de partir finalmente me arrodillé en la capilla para clamar por la proteccion de nuestra Señora y su bendición. 

Estaba lista para partir.

13 de Fuego del Hogar, Atardecer, En los caminos de La Cuenca

Tu partida había sido recibida con entusiasmo dispar, la mayoría de las hermanas te desearon suerte, abrazos y bendiciones, la propia Fjotra besó tu frente con cariño antes de que abandonaras el templo susurrándote al oído.

Para la flor más hermosa de Markath.

Te resultó extraño abandonar la ciudad que había sido tu hogar durante tantos años, desde que llegaste a la Ciudad de Piedra las calles pétreas de la antigua gloria de los enanos habían colmado tu paisaje. Uno aprendía admirar la belleza de las ruinas de los dwemer, ahora aclimatadas por sus pobladores nórdicos. Cuando te lanzaste a los caminos, lo hiciste en compañía de una caravana de mercaderes que se dirigía hacia el sur, pero que en algún momento giraría al este hacia Paraje de Rorik.

Disfrutaste de la compañía de sus gentes, participaste de sus anécdotas y bendijiste el resto de su viaje cuando os separasteis. El jefe de la caravana, un guardia rojo llamado Sarbas, te indicó que a una hora siguiendo el camino que debías recorrer encontrarías una vieja venta en el camino llamada Viejo Hroldan, allí podrías pernoctar.

Tal como te indicó Sarbas, la posada del Viejo Hroldan apareció ante ti al romper la noche en el perfil de las montañas. Era un edificio antiguo, de estructura gruesa a forma de pequeña fortaleza debido a su ubicación aislada, la típica posada en medio de ninguna parte. Al llegar no viste que hubiera nadie en el salón principal salvo una anciana cocinando en un caldero algo que olía muy bien y un joven nórdico de buena planta tras la barra, al verte entrar sonrió poco, pero saludó con cortesía.

Bienvenida al Viejo Hroldan, viajera. saludó el joven que tendría algo más de veinticinco años. ¿Busca hospedarse? ¿Una comida caliente? 

13 de Fuego del Hogar, Noche, Viejo Hroldan

El viaje habia sido largo y tal vez algo caluroso pero todo eran emociones nuevas que llenaban de alegria mi aventura. Al principio con un poco de miedo atravese la seguridad de los muros de Markath a sabiendas que pasarian lunas antes de volver a verlas. No es que no hubiese salido nunca pero si era la primera vez que partiria tan lejos y la primera vez sola.

Aun asi, el viaje habia sido agradable con la caravana y despues de bendecirlos habia seguido sus indicaciones hasta alcanzar la posada. El paraje era tan solitario que de no haberle encontrado realmente estaria preocupada pero al cruzar sus puertas y sentir el olor a comida mi cuerpo se estimulo nuevamente mientras sacudía el frio de la noche de mi cuerpo.

- Si, por favor, que tiene para cenar y una cama seran suficientes.

Le pregunte por el precio y un lugar para asearme despues del viaje luego de dejar mi bolso a mi lado y estirar mi cuerpo, aunque fascinada viendo alrededor como vivían la gente de las praderas. Las plantas colgadas del techo le daban una fragancia única al lugar y todo a media luz con la luz del fogón hizo que el cansancio explotara en mi cuerpo, pero aun asi estaba animada.

- Buen hombre, podria decirme cual es el camino mas corto a Helgen?

Y asi pedi indicaciones para mi continuacion al dia siguiente para luego un poco mas atrevida pero con ganas de experimentar le solicite una pinta de cerveza.

- Solo una, que deseo probarla.

Mientras esperaba por la comida podria refrescarme. Habia tomado vino y brandy en el templo muchas veces pero nunca cerveza así que estaba ávida y curiosa por la experiencia pero algo temerosa por no saber los efectos. 

13 de Fuego del Hogar, Noche, Viejo Hroldan

El muchacho no escondió una mirada más bien descarada a tu figura, pero mantuvo la actitud educada con la que había iniciado la conversación. A pesar de tus ropas de viaje, tu belleza llamaba la atención, y en la mirada del joven eso quedaba claro.

Por favor, por aquí. ofreció el joven mientras se disponía acompañarte. Esta posada es famosa, aquí se hospedó el mismísimo Tiber Septim en su guerra contra sus enemigos y que luego fundaría el Imperio. anunció ufano, pero convencido de ello. Os puedo ofrecer su habitación, desde luego. Yo.. te echó una nueva mirada algo azorado. ..os la dejo por el mismo precio, pero que mi señora madre no se entere. te compartió en secreto, te guiñó el ojo con complicidad.

Una vez en la habitación, una amplia, algo austera, pero con una decoración de buen gusto con pieles de distintos animales. Llamaba especialmente la atención una piel de oso blanco tendida sobre la cama, tenía pinta de ser muy suave.

¿Todo a vuestro gusto, señorita? preguntó el joven expectante. Al escucharte preguntar sobre el camino a Helgen, el hombre pensó unos instantes. Tendréis que seguir el camino hacia el sur. Cuando dejéis atrás La Cuenca, llegaréis a un cruce. Tomad el camino de la derecha hacia Falkreath, estará indicado. explicó haciendo memoria.

De vuelta al salón principal, el hombre te sirvió la pinta pedida con un asentimiento mientras se dirigía a preparar la comida para ti.

13 de Fuego del Hogar, Noche, Viejo Hroldan

El joven habia sido muy amable y una vez en la habitacion me sentí mucho mas animada y reconfortada. Era mucho mas grande que mi propia habitacion y la decoracion con las pieles y los colores calidos la hacian muy acogedora, mucho mas que una habitacion en un templo de paredes de piedra. 

- Gracias, si estoy muy bien. Solo querre darme un rapido baño antes de comer si dispone de algun lugar con agua.

Me gire y de una vez probe la cama la cual se sentia muy mullida. 

- De verdad Septim se quedó aqui?

Parecia mas un argumento de venta pero no me importo. 

- Esta genial! toma...

Y le acerque una moneda de propina para quitarme las botas de cuero y la correa con la daga. De momento solo esperaba con ansias ese baño, la comida caliente y dormir, el viaje para mañana podia comenzar tarde, no me importaba.

- Cuentame muchacho, hay alguna otra anecdota del lugar? Alguna otra localidad cercana, algun peligro que deba saber en mi camino a Falkreath? 

Mientras conversaba me seguia quitando la ropa aunque tampoco quedaria desnuda delante del joven no me importaba enseñarle algo de mi piel. Estimular la mente del muchacho era una forma de demostrar amor al equilibrio universal y ademas estaba segura que no venian muchas mujeres como yo por aqui.

Luego de dejarle que me viese unos momentos volví a pedirle indicaciones para el baño, y luego de refrescarme me cambiaria de ropa para comer mi comida y descansar.

13 de Fuego del Hogar, Noche, Viejo Hroldan

Tendré que calentar el barreño, señorita, el agua está fría. apuntó el joven mientras parecía empezar a dirigirse hacia el lugar, aunque el lanzamiento de moneda hizo que la cogiera al vuelo. Gracias. sonrió agradecido.

En realidad.. aquí hubo una gran batalla. explicó siendo más preciso. Tiber Septim se enfrentó a los Renegados de La Cuenca y los sometió con la Voz. sonrió azorado, como si le hubieras pillado con una mentirijilla. La posada se construyó luego, pero es cierto que en este lugar.. hubo una gran victoria del mismísimo Talos.

La mirada del hombre paseaba por la piel que le mostrabas, despertando la imaginación del mismo con toda certeza. En algún momento dudó, pero procuró atender a tus peticiones.

Si seguís por el camino.. llegaréis al Fuerte Sungard, allí hay una guarnición de la Legión Imperial, está en la frontera entre La Cuenca y Falkreath. explicó de memoria. Si seguís por el camino del sureste llegaréis al lago Ilinalta, ya cerca de Helgen.

Hubo otra pausa, desde luego para él eras todo un hallazgo, pero se mantenía educado sin excederse en gestos ni miradas.

Os.. prepararé el baño, señorita. ofreció el hombre dispuesto a abandonar la habitación para ello.

13 de Fuego del Hogar, Noche, Viejo Hroldan

- Oh! No te preocupes entonces, no quiero que trabajes demasiado, una cubeta será suficiente mientras me cambio. Estoy muy cansada del viaje y solo quiero comer y descansar.

Viendo que el chico era muy educado no me importó darle la espalda para terminar de sacar mi vestido de viaje. Con mi cuerpo desnudo pude estirarme un poco para luego dejar caer mi túnica blanca sobre mi cuerpo y girarme hacia el muchacho.

- Oh! Aun estas aquí! Que bien, vayamos por esa comida si! Mientras me cuentas como te llamas, y que sabes de esos legionarios? Son gente de temer? Debo cuidarme de ellos?

Y le tome de la mano para salir de alli hacia donde pudiese comer. La cubeta podia esperar.

13 de Fuego del Hogar, Noche, Viejo Hroldan

El hombre se quedó mirando tu espalda totalmente desnuda con evidente interés y apurado azoramiento, a decir verdad no perdió detalle de lo que veía y, al volverte, su mirada encajó con la tuya. Quizá no eras la más versada del templo, pero reconocías el deseo en la mirada de un hombre, pero ese deseo parecía contenido bajo la cordial educación de un mesero que no quiere ahuyentar a los clientes.

Lo siento, señorita.. no debí mirar. bajó la mirada, tragó saliva. Sí, le prepararé la comida y el barreño de agua, no es trabajoso, solo añadir troncos al fuego.. no os preocupéis.

Tratando de disimular alguna que otra mirada más impúdica que otra, cuando le tomaste de la mano quedó sorprendido, pero no ofreció resistencia. Lo tenías desconcertado

Mi nombre es Skuli, ¿y el vuestro? preguntó intrigado. En una guarnición de la Legión Imperial, no causan problemas normalmente, y mantienen los caminos seguros de Renegados. A veces visitan la posada, no creo que tengáis problemas con ellos.

Skuli te llevó al salón de nuevo, te ofreció un sitio en la mesa más amplia mientras se separó de ti, no demasiado, para traerte la cena. Le viste servir un apetitoso estofado que dejó delante de ti.

Espero que os guste, señorita. asintió cordial. ¿Qué queréis beber?

13 de Fuego del Hogar, Noche, Viejo Hroldan

Sabiendo las respuestas de los hombres antes las estimulaciones femeninas tambien entendia que el amor movía el mundo y mucha gente estaba falta de amor. Con dulzura me comporté con Skuli para que sintiera el amor de Dibela a traves de mi ser, tal vez no tendriamos climax juntos pero la idea de inspirar su vida e estimular su hombría para hacer de el una mejor persona se estaba cumpliendo.

Me dejé llevar a una mesa en el salón para disfrutar del estofado que olía mucho mejor que muchas comidas del templo. Animada por todas las experiencias que estaba teniendo su pregunta de beber algun licor me dejo mas ávida de seguir experimentando.

- Quiero probar lo mas fuerte que tengas, pero solo uno, no se como me caiga.  Dije divertida.

En el peor de los casos llegaria a mi habitacion bastante entonado por el licor y dormiría como un tronco hasta el dia siguiente, pero de momento iba a disfrutar.

13 de Fuego del Hogar, En sueños, Viejo Hroldan

Quizá con algo de frustración por parte de Skuli por no conseguir nada más que miradas de soslayo, te fuiste a dormir para reposar para la siguiente jornada. Descubriste entonces que el agotamiento agarrotaba tu cuerpo, pronto caíste presa de un profundo sueño.

Precisamente de eso se trató, de un sueño. Uno tan vívido como ningún otro tuviste.

Una mujer algo más joven que tú, parecida a ti, en pie mirando a algún lugar que no ves. Ella se vuelve hacia a ti, te mira con familiaridad, pero también decepción. ¿Pena, quizá? La imagen se amplía, ves un cielo nocturno, las estrellas y las dos lunas, Masser y Secunda, están más cerca de lo que debieran pero es un espectáculo hermoso.

Me has olvidado, hermana. Me has olvidado. Lágrimas de sangre llorará el cielo. Lágrimas que anegarán el mundo de oscuridad, miedo y silencio. la voz de la joven mujer suena aterradora. Te hiela la sangre, pues sus pupilas se oscurecen engullidas por una oscuridad absoluta.

Su mirada asciende hacia las lunas hermanas, y la roja Masser está delante de ti y, de repente, la certeza absoluta de algo terrible va a suceder.

Despertaste propiciando un grito de horror, empañada en sudor en la cama de la posada. No tardaste mucho en escuchar la correría al otro lado de la puerta, la voz de Skuli preguntando por si estabas bien, dispuesto a entrar.

¿Señorita Sienna? preguntó llamando la puerta. ¿Se encuentra bien?

Madrugada del 14 ,  Viejo Hroldan (No se como se llama el dia)

- Hermana? Eres tu?

De alguna manera sabia que era ella. Apenas nos habiamos visto de niñas cuando huímos hacia Skyrim y vi la muerte de mis padres, ella tambien debía haber muerto pero todo estaba tan fugaz, tan confuso, tan lejano. La mujer que ahora aparecia frente a mi tenia mis rasgos, eramos parecidas y la sentía allegada a mi.

Y la angustia lleno mi ser. Sus palabras eran acusadores y lastimaban, yo no sabía, no tenía idea aunque debía suponerlo.

- Estas viva? 

Pero ella seguía reclamando mi olvido y advierton el sufrimiento y caos por venir. 

- Espera.... no....  no lo entiendo!!!!

Y sin obtener respuestas las lunas se cerraron sobre el cielo dando veracidad a sus premoniciones. Su mirada me cegó una vez acusadoramente mientras yo me compenetraba en sus ojos hasta que pude sentir su dolor....

Despertarme y gritar fue practicamente la misma acción y solo reaccionando sin darme cuenta me levante de la cama con la daga en mi mano para ponerla rapidamente en el cuello de mi enemigo. Skuli estaba parado frente a mi con su rostro palido y perdido viendo lo que seguramente seria su último segundo de vida reflejado en mis ojos.

En ese momento pude reaccionar y dame cuenta de lo que estaba haciendo. La daga en el cuello del muchacho no habia comenzado a cortar aun pero para el solo faltaban milimetros cuando la retire de golpe dejandola caer sobre la cama.

- Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... ....   .....

Y asi seguí pidiendole perdón sin saber que mas había hecho y rompí a llorar mientras le abrazaba asegurandome de que estaba bien y que no le habia hecho algun daño.

- Lo siento, era una pesadilla, no sabia donde estaba y mi hermana.... lo siento...

Me sente en la cama alejando el arma y recogiendo mi cabello para darme cuenta de cuan sudada estaba e incluso agotada. Con las palmas de mis manos sequé mi rostro e hice un esfuerzo por calmarme, tenia que lograr entender ese raro sueño y mas aun si realmente era mi hermana. 

- Estoy bien Skuli, muchas gracias por estar pendiente de verdad estaré bien, puedes traerme una cubeta con agua.

Insistiendo al joven para que fuera por el agua me quede sola nuevamente. El camison que usaba para dormir estaba empapado y semitransparente de manera que no podria dormir con el y no tenia mas ropa. Esperaria que Skuli me trajese el agua para poder refrescarme y lavarme y quedarme desnuda mientras se secaba la ropa, no me importaba. Abri las ventanas para que entrara la brisa y arrodillada me aseguré de tener mi collar puesto auqnue no me lo quitaba sentirlo en mi cuello me reconfortaba. Tome los zafiros en cada mano y comence a rezar a Dibella.

- Madre de todas las cosas, guiame.....

Y asi comence en susurros a llamarle para que me diera entendimiento en ese sueño y pudiera darme respuesta de si mi hermana estaba viva. Asi seguí orando hasta que senti la puerta porque la habia dejado abierta sabiendo que el joven debía venir pronto. Me cubri la entre pierna con la sabana y mis senos con los brazos aunque se notaba que estaba desnuda para pedirle cuando entrase que dejara la cubeta en un costado. No queria causarle mas molestias. 

Madrugada del 14 de Fuego del Hogar, Viejo Hroldan

Skuli se quedó pálido de miedo al ver la daga en el cuello, separó las manos del cuerpo mostrando que no era una amenaza. Tragó saliva, pero al ver que reaccionabas y pedías disculpas, suspiró aun muy tenso.

No.. no pasa nada.. ¿os encontráis bien? Ha sido una pesadilla.. una pesadilla.. procuró calmarte, pero sin tocarte, mirando de reojo el arma.

Te escuchó en silencio, y cuando le pediste el cubo de agua asintió rápidamente. Sin decir nada salió de la habitación para traerte aquello, y cuando regresó ni reparó en tu desnudez dejando el cubo cerca de ti.

Si necesitáis algo más.. solo llamadme.. dijo dubitativo mientras te dejaba a solas.