Partida Rol por web

Tiempos de Guerra

Capitulo I

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27/05/2015, 11:53
Mamawe

-Mamawe,dice tranquila estrechando la mano que aquel hombre le tendía.
Fueron a una de las tabernas de la ciiudad, pero no era una taberna al uso. Era provablemente el sitio más lujosos en que Mamawe había estado. Todo en aquel lugar la ponía nerviosa, que un sitio estuviese tan limpio sólo indicaba que los problemas allí no se resolvían con armas, sino con palabras; eso era algo que no le terminaba de gustar.
Se aposentó como pudo en la silla, era cómoda, pero Mamawe no se relajó, esperó para ver donde se sentaba el otro hombre, no quería verse acorralada entre dos desconocidos armados, ni si quiera en una lujos taberna.
Pidió un desyuno completo y agua para beber.
-¿Que quieres de mí,Alvers?comentó mientras esperaban que volviese la camarera.

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27/05/2015, 12:40

No se ve ningun movimiento... solo restos de los cuerpos incinerados.

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27/05/2015, 12:57
Ophelia

El pergamino se deshizo en las manos de Ophelia como una bufanda al tirar de un hilo. La mujer cerró los ojos, inmóvil, un instante. No hacía falta más que eso para escudriñar en el interior de la caverna.

No hay nadie dentro, anunció, abriendo los ojos y relajando la postura. Solo quedaba lo que habían dejado allí, un altar y restos de cadáveres quemados.

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27/05/2015, 17:58
Kalen

A medida que se acercaron el olor a carne quemada era terrible. El simple hecho de entrar iba a ser toda una prueba de valía, a menos que cualquiera de los presentes viviera al lado de una curtiduría o... La señora tenía que haber derrumbado aquella cueva la primera vez, y ni siquiera recordaba por qué no lo había hecho cuando estaba dispuesta a ello. Pero claro, apenas sabía sobre magia, tal vez era un conjuro que sólo podía usar una vez cada mucho.

Al bajar del caballo y ver la buena disposición que tenía Keloa para no entrar a matar casi olvidó el espantoso olor, pero era imposible. Cuando se disponía a entrar Ophelia los retuvo para al poco sacar un pergamino y desenrollarlo. Parecía leer con solemnidad lo que estaba escrito, y cuando termino afirmó que la cueva estaba vacía. La magia era muy útil, pero aunque pudiera no cambiaría el placer de usar su habilidad para acercarse y... Agitó la cabeza negando.

- Pueeesss... Vamos -Se encogió de hombros y aún con las palabras de la maga resonando en su cabeza se adentró ligeramente relajado pero aún con su arma bien sujeta.

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27/05/2015, 21:14

Notas de juego

De momento a ti te voy a dejar aquí, hasta mi vuelta de Centro Europa, sobre el 11 de Junio.

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27/05/2015, 22:15
Mamawe
Sólo para el director

Notas de juego

ok

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27/05/2015, 22:26
Phey Stern

Pueeeees... pues vale-dijo a Udokal.

Se resignó por confusión, no porque se diese por vencido. En seguida volvió a la carga con Udokal, lo adelantó tras una pequeña carrerilla y le puso la palma en el pecho para que parase.

Verás, Udokal, en realidad...

Pazzo ya se había vuelto a escabullir para las traducciones. Estaría en una de esas inspecciones suyas de objetos ajenos. Ojalá logre encontrar esa pista que desvele el misterio de la masacre del pueblo. Mientras buscaba las palabras, sus ojos se desviaron hacia el suelo hasta una ramita aislada. Se agachó a cogerla y la alzó con la ilusión equivalente a haberse hecho con el mejor regalo del mundo.

¡Un palo! ¡Un paaaaaloooo! ¡Bien! Observa. Aquí en el suelo dibujo una casa. Aquí otra. Aquí otra-cuatro grandes recintos rectangulares con un lado truncado por una esquina doblada a modo de puerta abierta-. En esta casa, el rectángulo más grande, vamos a vivir todos nosotros...

Pintó monigotes personalizados. Uno pequeñito, como un niño, o como la bajita Naiss. Uno grande como Udokal. Otro grande como Udokal, pero con dos grandes y voluptuosas circunferencias en las axilas. Uno de tamaño normal, con la cara hecho un cisco con tanta raya, y que valdría tanto para un hombre anciano como para un mercenario con brutales cicatrices. Y luego dos "gemelos", que no sabía cómo especificar más. Realmente, ni Kalen ni Phey tenían rasgos físicos reseñables. Para más inri, el espacio del cuadrado se había quedado pequeño, y los monigotes de Kalen y Phey superponían sus dos bracitos como si fuesen dos viriles y heterosexuales amigos cogiditos de la mano.

Este redondel de aquí es el pozo de esa plaza. Y está rodeado de...-dibujó-De monigotes con ojos en forma de cruz, porque están muertos. Ahora cogemos los muertos y...-los rodeó y trazó unas flechas en dirección a las otras dos casas vacías mal dibujadas-Y los traemos aquí y aquí-dibujó monigotes con ojos-cruces también en el interior de los dos rectángulos-¡Y ya! ¡Calles limpias sin cadáveres! Toma. Coge el palo. Por si quieres dibujar alguna explicación.

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28/05/2015, 06:14
Udokal

Udokal se detuvo ante el gesto de Phey, parecía que tenía algo que decirle y no sabía bien como, ambos ya estaban acostumbrados a situaciones similares y se las apañaban como buenamente podían, que por lo general era bastante mal hasta que Keloa o Pazzo acababan interviniendo con una explicación. Se limitó a observar con extrañeza la alegría del guerrero sagrado al encontrar un palo en el suelo, aunque luego comprendió que era lo que pretendía hacer, a falta de palabras parecía estar dibujando algo, algo que para Udokal no tenía mucho sentido hasta que comprendió que Phey intentaba mostrarle lo que pretendía hacer. Cogió el palo que Phey le dio y señaló lo que parecía indicar la casa más grande donde el guerrero había dibujado a todo el grupo, el palo se clavó en el suelo justo en la nariz de Ophelia, después Udokal señaló a Phey y a si mismo para a continuación señalar a la casa grande.

-Tu, yo, vivir ahí. Dijo sonriendo para que Phey comprendiera que había comprendido lo que quería decirle, o eso esperaba. Después señaló los cadáveres y las otras casas. Muertos allí. Udokal comprende.

No entendía muy bien que era lo que Phey pretendía con eso pero él era el que sabía lo que había que hacer, quizás una vez metidos los cadáveres dentro de las casas los quemaran allí, a los pequeños humanos parecía gustarles eso de quemar casas. Con todo claro solo restaba ponerse manos a la obra, Udokal se encargaría del trabajo duro sin problema pero había otra cosa que preocupaba al O'Shar. Con el palo señaló la pequeña figura de Pazzo, desde que habían llegado había estado en silencio acariciando a Lluvisa, Udokal pensaba que la visión de tantos muertos la había afectado sobremanera, la Naiss no era una guerrera como ellos.

-Pazzo triste. Udokal puso el índice de su mano derecha sobre el pecho de Phey. Tu hablar ella, Udokal llevar muertos.

Si había alguien capaz de consolar a la Naiss ese era Phey, estaba claro que ella le tenía estima y que solía escuchar todo lo que Phey decía así que no se le ocurría nada mejor para el guerrero sagrado mientras él trasladaba los cadáveres, no necesitaba ayuda de nadie para hacerlo. Terminada su explicación Udokal tiró el palo al suelo que quedó separando las manos agarradas de Kalen y Phey como una barrera infranqueable.

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28/05/2015, 13:50
Ophelia

Ophelia se encogió de hombros. No pensaba someter su olfato a esa tortura si no era estrictamente necesario.

Esperaré afuera, anunció. Susúrrame si sucede algo.

Dicho lo cual, condujo a su animal de las riendas hasta unos matorrales, donde el caballo no tardó en hundir el hocico. Mientras tanto, ella bajaba el trasero, apoyándose en el bastón para evitar volcrse durante el descenso, hasta una roca redondeada que le serviría de incómodo asiento.

Volvió a cerrar los ojos y a concentrarse en el conjuro que le permitía ver en el interior de la cueva. Todavía funcionaría algunos minutos más.

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12/06/2015, 12:11

Cuando estrechas la mano de Alvers, su mano, claramente mas pequeña que la tuya, es de esas sin marcas, que lo delatan de no haber trabajado duro en su vida

La camarera se queda un poco extrañada por tu petición de desayuno completo.

   - Traigale un poco de todo, queso, jamon, pan, algo de fruta y unos pasteles, asi como cerveza no muy fuerte - La ayuda Alvers

Alvers se dispone a continuar, pero su acompañante le interrumpe:

   - No me parece de fiar... - dice sin apartar la mirada de tus grandes ojos oscuros - Parece una salvaje, sin civilizar

   - Veras, soy un rico comerciante, con intereses en varios Reinos, y siempre busco gente de valía para mis negocios, esa es la razón de nuestra conversación y que este interesado en ti. - Dice sin hacer mucho caso a su acompañante

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12/06/2015, 12:23

Entráis con cuidado en la caverna, todo esta en silencio. El olor es terriblemente malo, cuesta no vomitar, aquí y allí comenzáis a descubrir los restos de los cadáveres quemados.

En el pueblo la tarea de reunir los cuerpos, muchos de ellos desmembrados esta claro que ha parte de ser realmente desagradable os va a llevar bastante tiempo.

Cosa curiosa, no se ve ningún ave carroñera sobrevolando el pueblo. Con todos los cuerpos que hay, debería haber cientos de ellos.

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12/06/2015, 19:18
Phey Stern

¿Yo? ¿Hablar con Pazzo?

Phey miró el cielo. La verdad es que no sabría que decir para animarla.

Es un poco extraño que no haya buitres... Sin duda es una buena señal: Ihvist intercede para facilitarnos las cosas. No daríamos hecho si tuviésemos que parar de mover cadáveres para espantar pájaros.

Con esta señal divina, el que se animó fue Phey. Ahora estaba dispuesto a enfrentarse a las siempre incómodas conversaciones con la muchacha pizpireta.

Sí, lo haré, Udokal. Gracias. Voy a buscarla.

Phey no tenía ni la menor idea de dónde encontrarla. Tras asomar la cabeza al interior de varias de las cabañas, al quinto o sexto intento vislumbró en la penumbra de uno de los salones (o más bien, modestas salas comunes) una capucha verde (o roja sectaria, con la ausencia de luz todos los colores eran sombras negras y grises) dada la espalda tras un aparador. Al no ver sus pies, podría tratarse tanto de Pazzo como de una prenda colgada en un perchero, ¿pero quién puede distinguir la realidad de lo que es falso? El cerebro chof de Phey desde luego no puede.

Quieta. No digas nada... Soy consciente de tus sentimientos. Te conozco lo suficientemente bien para saber cuándo estás abatida. A todo el mundo le ocurre. La gente siempre tiene rachas en las que las cosas no salen como uno quiere. Díselo a los cadáveres de ahí fuera, sino. Son el mejor ejemplo. El caso es que aunque la situación es adversa, y desearías estar en otro lugar...-y no conmigo-y con otra compañía, te ves atada a los extraños sucesos ocurridos en este pueblo.

¡Siento que no estés a gusto a mi lado! No soy perfecto, ¿vale? Pero yo sí me alegro de tenerte a mi lado. Porque... porque... Yo te amo, Pazzo-Bialy Stehlen.

¡Uala! Sí que debe ir en serio Phey si ha utilizado el nombre completo de Pazzo. Le siguieron unos minutos incómodos, en el que el perchero no respondió. El joven esperaba que ella se estremeciese, se pusiera a llorar de la emoción, o riese escandalosamente en una total y absoluta muestra de desprecio por su amor. Pero no. Solo silencio. Y eso era todavía peor.

¿No dices nada? ... Bien. Supongo que nuestra amistad no puede ir más allá. Un árbol que no da frutos, es solo un árbol, no una relación sentimental. ¡No tienes porqué ser tan fría, Pazzo! Perdón... te reprocho algo de lo que no tienes la culpa. Uno no controla sus sentimientos. Tú no puedes corresponderme si no sientes nada por mí, al igual que yo no puedo evitar que me palpite con tanta fuerza el corazón. Lo único que puedo hacer es contener mis sentimientos.

Me... me gustaría que esta conversación no enturbiara lo que ya tenemos. Disfruto de tu compañía y no quiero que ninguno de los dos esté incómodo. Se me ocurre algo... hagamos como si esta conversación nunca hubiese tenido lugar. Si estás de acuerdo, simplemente no digas nada-¡bien!-interrumpió abruptamente antes de que el perchero pudiese discrepar-Me alegro que estemos de acuerdo. Vale. Pues ya está. Me voy. Te dejo... con lo que quiera que estés haciendo aquí dentro.

A punto estuvo de marcharse. Sin embargo, aquella conversación no era solo por ellos, por su futuro juntos. Aquellas palabras tenían la misión original de reconfortar a Pazzo.

¡Escucha! Voy a esforzarme al máximo. Cuanto antes acabemos aquí, antes podrás seguir tu propio camino, y conocer a un hombre... o mujer, yo ahí ya no me meto, es tu vida... que sea capaz de hacerte feliz. Ánimo, Pazzo. Y no te preocupes por mí... Jamás; nunca; en lo que queda de vida; Phey Stern volverá a mencionar la conversación que tuvimos en esta casa. Discúlpame, debo irme. Udokal necesita mi ayuda. Esos cadáveres no se van a mover solos.

Phey salió corriendo, como un adolescente rechazado. Tenía en la garganta más saliva de la que podía tragar, y notaba una presión fuerte en el pecho. Una de esas amarguras que solo te pasan con otro clavo, o distrayéndote con trabajo duro. Volvió con Udokal con energías renovadas para trasladar cadáveres.

Ya... Udokal, ya hablé con Pazzo. Hice lo que pude para que se sintiese mejor, y creo que lo logré. Pero ahora necesita espacio... Creo. Déjame que te ayude aquí. ¿Te aseguraste de cerrar las puertas y ventanas? No podemos permitir que se cuele ni una rata.

Esa máxima también sería útil si algún día tenían que deshacerse de un pueblo cuyos habitantes se fuesen a alzar como muertos vivientes: encerrados en las casas estarían mucho mejor.

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14/06/2015, 22:49
Kalen

Aquel desagradable espectáculo, que ya se presagiaba incluso antes de entrar a la cueva, había sido consecuencia de una medida necesaria. Así lo creyó, sin remordimiento alguno, y ahora estaba seguro de la necesidad de buscar una posible respuesta a la locura que había comenzado en primer lugar los aldeanos. Ahora que todos estaban muertos, o eso creían, intentar averiguar la verdad por dura que fuera sería una tarea baldía. ¿Qué esperaban encontrar allí? ¿Otra de aquellas extrañas criaturas? Lo que sí encontraron fueron los cadáveres quemados y el nauseabundo olor que estaba a punto de proclamarse victorioso en aquella pequeña misión.

- Mejor haber derribado la puta cueva -musitó a medida que comprendía que allí no iban a sacar nada.

Lo único que podía hacer era acercarse al altar y desde allí intentar averiguar si había otra gruta que anteriormente no descubrieran, pero lo dudaba. Ya que la O'Shar estaba cerca le resultaría más fácil volver a revisar si es que lograban aguantar aquel pestilente olor.

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15/06/2015, 09:26
Mamawe

Mamawe no retira la mirada del acompañante de Alvers,-No soy una salvaje, pero sé luchar.Eso no lo lo dudes.
Se dirige de nuevo hacia Alvers quien, al parecer, no había tenido muy en cuenta las palabras de su acompañante.-Supongo que necesitas protección,¿no es para eso para lo que piensas en mi?

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15/06/2015, 13:06

El acompañante de Alvers pone una mueca de escepticismo cuando dices que no eres una salvaje.

Por contra en el rostro de Alvers asomo una sonrisa algo picara... - Bueno en ti pienso de muchas formas. Pero no, no necesito protección, de eso se encarga mi fiel Tarius. Lo que necesito es alguien de valía, que sepa luchar pero al mismo tiempo encargarse de mis negocios... son muchas las caravanas por las que velar y yo no puedo ocuparme de todas, ademas, también estoy buscando una guardaespaldas para mi hermana... pero por supuesto, antes debes ganarte mi confianza. No quiero meter un lobo a cuidar el gallinero, o mejor dicho, una loba.

La camarera llega con una bandeja con queso fresco, chorizo, pan recién horneado, o al menos de no mas de 4 horas, y una jarra de fría y espumosa cerveza rubia.

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15/06/2015, 19:26
Udokal

Udokal se quedó solo recogiendo los cuerpos, o los pedazos. Era una tarea desagradable pero necesaria, los O'Shar no abandonaban los cuerpos de su gente a la suerte de los animales y aunque aquellos nada tenían que ver con ellos si que parecían importarle a su amigo Phey, así que no escatimó esfuerzos.
Para hacer más fácil y eficaz su tarea intentó buscar un carro lo suficientemente grande para que entraran varios cadáveres a la vez mientras miraba con asiduidad a su alrededor, había algo en el ambiente que le seguía inquietando a pesar de no haber encontrado a ningún enemigo en el pueblo.

-¿Pazzo mejor? Ser bien. Cuando no ver muerto mejor, no gustar. Ya se había imaginado que la pequeña estaba impactada por la visión desagradable que suponía la matanza en la aldea. ¿Puertas? ¿Ventanas? Preguntó Udokal sin entender muy bien lo que Phey quería de él. Udokal miró al cielo y seguía despejado, sin una sola ave. Aquello debería haber sido un gran festín para ellas y no daban señales de vida y cuando los carroñeros no aparecían solo podía significar que había algo cerca peligroso que les daba miedo. No pájaros, algo malo aquí. No ver en pueblo, debe ser cerca.

Cuando Keloa volviera de la cueva sería mejor que fueran a echar un vistazo a los alrededores.

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15/06/2015, 22:59

Notas de juego

Encuentras un par de carros, aunque no animales para tirar por el. No son una maravilla, pero mejor que nada...

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16/06/2015, 02:05
Ophelia

Solo habían pasado unos instantes desde que la oscuridad de la cueva había engullido a esos dos, el muchacho y la extranjera. Tenía algo en los ojos ese chico, le traía a la mente las miradas de los colegas que habían sido enviados a la guerra, por los tratados, al regresar a la torre. Eran todavía ellos, las personas que recordaba, pero había algo distinto, un desencanto que se había desplegado como unas gruesos cortinas delante de sus pupilas. Y esos eran los que volvían bien, los que no habían perdido la cabeza. En cualquier caso, no era más que un crío, más joven que mi pequeño cuando...

Una mano de dedos helados la agarró de las tripas. La conocía bien, llevaba años ahí adentro, atorada entre los intestinos, exánime hasta que algo la hacía despertar. Una tristeza desazonadora la sacudió de arriba abajo como un escalofrío brutal.

Y la extranjera, cambió el curso de los pensamientos para ignorar la angustia, alta como un pino y fuerte como un caballo, pero mírala bien, no como una rareza de feria ambulante sino como una persona. Apenas ha dejado atrás la adolescencia. No puede ser mucho mayor que Pazzo. Chasqueó la lengua. Todos eran tan jóvenes…

Cuando los dos aparecieron en el campo de visión del conjuro, escupió un salivazo ensangrentado. Solo unos instantes, pero los había pasado masticándose el paladar.

Esa lengua, amonestó a Kalen por el vínculo mágico, puedo oírte. No hubiera servido de mucho; si no fuera esta, habría otras. Puedo ver el interior y el exterior, te avisaré si alguien se acerca.

Necesito alejarme de esta gente. No estoy preparada para rodearme de jóvenes.

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17/06/2015, 10:58

Dais un par de vueltas por el interior de la caverna, a parte de los restos de los quemados no veis ni seníis nada fuera de lugar, es cierto que el altar de piedra os causa cierto malestar, de el emana en cierta manera algo maligno, como de otro mundo, pero eso es normal, después de todo sobre el se han realizado muchos sacrificios, por lo demás, no encontráis nada.

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17/06/2015, 12:14
Phey Stern

¿Pájaros? No es de extrañar que no haya ninguno. Tampoco recuerdo haber visto pájaros la noche de lluvia en la que llegamos. Privar a este pueblo del bello trino de los pájaros es la manera que tiene Ihvist de castigar al pueblo por sus prácticas sectarias demonologistas. O puede que se hayan cobijado por la lluvia de ayer y todavía no hayan vuelto. ¿Quién sabe? Olvídate de esa tontería de los pájaros. Debemos estar atentos a las señales. Se nos está pasando algo por alto, mi instinto me lo dice...

Ni es tinto ni es blanco, su instinto es directamente inexistente. Pero hizo una pausa para ver a su alrededor y aún así tardó en percatarse del carro que había junto a Udokal, y que el Oshar tan meritoriamente había encontrado.

¡Hoy es un día de suerte! No para esta pobre gente que ha muerto entre sufrimiento y agonía, claro, pero Ihvist a veces nos hace guiños con distintas formas, y este carro me acaba de dar una idea. Atemos a Hanne a él como si fuera una bestia de tiro...

Sí, lo sé, Hanne... tú eres mejor que todo esto, pero ser una yegua adalid del bien también implica trabajo duro-se disculpó ante su caballo.

Así transportaremos los cuerpos más rápido y acabaremos antes.

Miró a Udokal por si no le había entendido, sin ser consciente de que al Oshar se le había ocurrido lo mismo bastante antes que a Phey.