Partida Rol por web

Tiempos de Guerra

Capitulo I

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21/05/2015, 18:35

Apenas si te has acabado de incorporar cuando escuchas una voz.

            - !Menudo ejemplar! - Entonces ves a un humano Osth de unos 30 - 40 años y de estatura media (entorno a 175 cm) y consitucion mas bien ligera (70 kg o menos) caminando en tu dirección.

El humano en cuestión, luce cabello negro y perilla a juego, ambas muy cuidadas, al hablar, su blanca dentadura destaca en especial si lo comparas con cualquier otro humano que hayas visto hasta entonces.

Su ropa no difiere mucho de su aspecto, lleva un impecable traje negro, ajustado, bordado con hilos de plata y sobre el pecho un símbolo, algo asi como 3 ruedas, o tal vez una de ellas no sea una rueda sino un timón, no estás segura. En cuanto al calzado lleva unas buenas botas de piel marrón.

De su cintura cuelga una espada larga con una empuñadura llenada de finos grabados que brilla con el color propio de la plata.

El humano en cuestión comienza a caminar alrededor de ti, a escasos 2 metros, mirándote de arriba abajo, sin vergüenza alguna, como evaluándote.

            - Sin duda alguna algo digno de ver - Dice mientras sigue dando vueltas detrás de ti.

Unos metros mas allá, ves a otro humano Osth, algo mas alto y robusto que el anterior, y claramente mayor, pues sus cabellos, aunque abundantes son en su mayoría blancos, luce también un abundante bigote blanco.

Al contrario que su compañero, la mirada de este es más dura, y no se aparta de tus ojos.  Va ataviado con un negro peto, sin apenas grabados, salvo por el símbolo de las tres ruedas o las dos ruedas y el timón, eso sí, tan reluciente y cuidado que brilla.

También porta una espada larga en su cintura, mucho menos decorada que su compañero, pero por la forma en que se mueve con ella, con total naturalidad,  dirías que la sabe manejar mucho que el otro

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21/05/2015, 18:52
Udokal

Udokal negó con la cabeza antes de contestar a Keloa.

-El alcalde era el dueño de la posada y Kalen la quemó, tendremos que encontrar otra cosa. Cualquier casa está vacía, podemos elegir la que queramos, no son grandes pero entraremos todos.

Parecía que Phey se iba haciendo a la situación y Udokal suponía que Kalen el quema posadas le estaba ayudando a ello, quizás él le hiciera entrar el sentido común de alguna manera pues para el resto parecía imposible. Claro que estaban hablando del mismo tipo que los había dejado sin el mejor sitio para pasar la noche, quizás no estaría de más prestar atención a lo que hablaban entre ellos.

-¿A la cueva?
Si no había entendido mal aquellos dos querían ir a la cueva de los sectarios. ¿No se supone que tenemos que esperar a alguien en el pueblo? Keloa, Pazzo, hablar con ellos a ver que es lo que quieren hacer allí.

Quizás solo había entendido mal y no hablaban de ir allí, si no que tan solo comentaban algo de lo que había sucedido hacía unos días.

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22/05/2015, 09:44
Mamawe

Suspiró mientras elevaba la mirada al cielo en señal de resignación. Últimamente toda su vida giraba en torno a hombres uniformados.
¿Qué más podía pasar? Prefirió hacer cómo que no lo había escuchado, le dirigió a aquel hombre moreno una mirada condescendiente y comenzó a caminar.Ni siquiera sabía seguro quienes eran ni qué pretendían, ¿serían miembros del ejército?...

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22/05/2015, 13:00

   - Eh, espera... - Te llama el humano Osth, mientras no te deja de admirar desde tu espalda tu marcha. - Eres una Nhuminia verdad? seguro que si - Sigue hablando sin darte tiempo a responder - Con ese tamaño desde luego no puedes ser una Dranianna, aunque esa armadura y esas armas que llevas no encajan nada con la cultura de tu pueblo, por lo que he leído al menos.

   - ¿Dime, sabes usarlo? - Dice ahora corriendo un poco tras de ti para darte alcance... ¿Te interesaria ganar dinero?

 

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23/05/2015, 01:13
Ophelia

Ophelia siguió al grupo en silencio, unos que iban y otros que venían hasta que todos estuvieron juntos de nuevo, junto a las ruinas calcinadas de la posada, agradeciendo mentalmente no haber vuelto a probar bocado desde que la muchacha había repartido el queso aquella mañana. No hubiera sido capaz de retenerlo. Se llevó el odre a la boca y trató de echar un trago, pero el agua se negaba a pasar de la garganta, como si tuviera un pedazo de tierra del tamaño de un puño encajado tras la lengua. Cuando la escupió, la bilis disuelta en el líquido lo había tornado de un desagradable color verde.

Los jóvenes deliberaban sobre el siguiente paso. Hacer noche en el pueblo o regresar a la cueva, por razones diferentes. Quedarse allí no iba a traerles nada bueno. Si los responsables de la matanza seguían en los alrededores, tarde o temprano caerían sobre ellos, dándoles un desafío que ni siquiera aquellos competentes guerreros podían esperar solucionar ilesos, incluso con una maga de su lado. Si se habían marchado, no había nada más que hacer, aparte de esperar a las autoridades y rezar porque fueran más razonables que el comandante que los había enviado de vuelto. Sin embargo, se debatía en su fuero interno. Si tenía una oportunidad de enfrentarse a quienquiera que hubiera participado en la masacre, o de descubrir su identidad, se sentía obligada a perseguirla. Aunque albergaba dudas al respecto, cabía la posibilidad de que lo sucedido fuera consecuencia de las acciones del grupo la noche anterior. Y si se trataba de algo diferente, como la sombra que se cernía sobre el continente, tener la certeza era indispensable antes de ponerse en camino hacia la torre para dar por terminada su misión.

No creo que la cueva sea un refugio más seguro que el pueblo, dijo. Como die Phey, si siguen aquí los que han hecho esto, no tienen razones aparentes para volver. Más me preocupa cómo lo explicaremos a los que vengan a poner orden; dudo que las palabras de ese comandante sean halagüeñas.

Se limpió el sudor frío de la frente con la manga. Tenía la textura de la resina y olía a moho.

No sé si nos encontraremos con algo en la cueva, pero si esto tiene que ver con lo que hicimos ayer, es el lugar más probable para averiguarlo.

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23/05/2015, 12:45

Notas de juego

Estos son los días que habéis posteado este mes. El ritmo ideal seria 2 - 3 mensajes a la semana, luego después de tres semanas (y algo mas) haber unos  6 a 10 mensajes por cabeza... por ejemplo Keloa solo lleva 2.

Lo comento para que os conciencies un poco por que si no, con la forma que tengo de dirigir, de daros completa libertad, la aventura languidece demasiado y la sensación de no avanzar es continua.

Un mensaje cada 4 días tampoco me parece mal, eso serian unos 7 al mes, el ritmo de Udokal y Phey están en ese entorno.

Recordar también que el viernes me marcho de viaje unas 2 semanas, y después vuelvo, aunque es posible que me ponga hacer el camino de santiago a finales de junio.

Un saludo

Ophelia 23 15 11 08
Udokal 21 17 14 12 08
Phey 20 17 13 10 01
Kalen 19 13 10 05
Keloa 18 12

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24/05/2015, 19:08
Phey Stern

Esas autoridades, Ophelia, son otro motivo para enterrar los cuerpos de toda esa pobre gente y mantener uno en un barril con agua como prueba. Que vean los cuerpos descuartizados sin recibir sepultura no es algo que hable muy bien de las personas devotas que encontraron los cadáveres. Las marcas de garras nos eximen de culpa, y basta que las víctimas no estén visibles para evitar malentendidos y reacciones viscerales.

El resto se lo calló. Porque hacer conjeturas y relacionar lo ocurrido anoche con esta masacre es algo que cargaría sobre los hombros de Phey unos remordimientos terribles. Aún se hecha la culpa por haber tardado demasiado en convencer a los demás, llegando así tarde para impedir el sacrificio de la joven y todos los horrores que se desencadenaron después.

Hizo una pausa en sus reflexiones al ver a Udokal. Se notaba un montón que había mejorado mucho en el idioma Osht. El Oshar tenía toda su atención puesta en lo que decían los demás. Hasta parecía que estaba traduciendo para Keloa.

No necesito que digas nada, viejo amigo. Nos conocemos lo suficiente. Sé lo que estás pensando, y yo opino igual.

Udokal y yo no iremos a la cueva. Hay trabajo aquí que no puede demorarse, y para recopilar pistas en esa caverna la agudeza de Kalen y la perspicacia femenina deberían ser suficiente.

Estoy orgulloso de que hayas tomado una decisión tan madura, Udokal. Normalmente todos tus ímpetus son para buscar acción y participar en otra batalla en la que poder morir gloriosamente. Lo que me has dicho ahora con la mirada es digno de un gran hombre.

Como no nos da tiempo a enterrarlos, Udokal y yo encerraremos los cuerpos en el interior de algunas casas y les taparemos con mantas y sábanas. Eso será suficiente para evitar que vengan depredadores. Udokal, ¿puedes buscar una escalera de mano para bajar los cadáveres de los tejados? Gracias. Es-ca-le-ra de ma-no.

Mientras Udokal, si le hacía caso o le entendía, buscaba una escalera, Phey se quitaría su aparatosa armadura. Era contraproducente para cualquier trabajo físico, y le esperaban por delante una hora de cargar y transportar peso. Metió los guanteletes en las alforjas de Hanne, y le siguieron el resto de piezas de la armadura.

Notas de juego

Efectivamente, las marcas eran de garras y no de mordiscos. Me confundí.

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24/05/2015, 22:13
Kalen

Definitivamente el calor tenía derretido su cerebro. No entendía ese afán repentino por agradar a todos, era sumamente indeciso y ahora se excusaba, creía, por pensar que estaba imponiendo su opinión. ¿Qué diantres pasaba por la cabeza de ese chico? Su comportamiento le resultó extraño.

"Jooooder... psicópatas o chiflados. No doy una", se lamentó ante el mal ojo que últimamente tenía para sus posibles amantes. El último resultó bastante apasionado y deliciosamente flexible, pero el asunto de intentar matarlo para quedarse con su dinero supuso un pequeño inconveniente en la relación.

Ahora debían centrarse en evitar perder el tiempo antes de que la noche cayera. De momento contaba con el apoyo de Ophelia para regresar a la cueva, y observándola más de cerca parecía algo consternada. Supuso que la señora había vivido una vida apacible en alguna escuela de magia, o donde residieran los magos, y tanto derramamiento de sangre la tenía un poco abatida.

Por su parte de verdad que intentaba entender la lógica de los presentes. Reforzar un refugio era buena idea, ¿pero sin revisar los alrededores? Había una fuerza sobrenatural en juego y lo más coherente era ir a la cueva dado que allí se realizaban los sacrificios. Se frotó la cara incapaz de entender la lógica de Phey. Ahora se echaba a trás y pretendía que la fuerza bruta de Udokal se quedara para apilar cadáveres junto con él.

- Señora, vamos a la cueva... o a mi me da algo -dijo exasperado.

Aprovechando que el paladín fue a dejar sus pertenencias se acercó por detrás y con tono vehemente susurró a su oído:

- Ya hablaremos sobre volverme loco.

Fue tan tentador mordisquear el lóbulo de su oreja que se retiró rápidamente para montar a su caballo y alejarse de allí. Se centró en Ophelia mientras hacía ademán para dirigirse a la maldita cueva. 

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24/05/2015, 22:46
Keloa

Yo ire a la cueva, exclamó Keloa.

No quiero que les sucede nada malo, además alguien tendrá que protegerles. Adoptando una postura que no aceptaba un no por respuesta.

Dirigiendose a continuación con Kalen y Ophelia a la cueva.

Manteneos alerta cuando entremos en la cueva, quizas allí nos encontremos con alguna sorpresa.

Una vez en la entrada, cogio su jabalina y entro con determinación, cual pantera de las heladas tierras del Norte, buscando una presa que cazar, siguiendola sus compañeros, buscando respuestas a la carniceria del poblado.

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25/05/2015, 11:02
Mamawe

Mamawe se detuvo y miró al hombre de arriba a abajo.
-Habla.dijo en un tono seco. Por un momento su cabeza le alertó de que estaba a punto de volver a meterse en un mundo del que se había jurado que quería escapar, pero tal vez, en el fondo de su musculoso cuerpo supiera que esa era la única forma que conocía de sobrevivir. A través de su espada.

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25/05/2015, 14:09

Estaba claro que os esperaba un trabajo titánico, el pueblo podía ser pequeño, pero aun así al menos estaba habitado por alrededor de dos centenares de humanos Osth, aun descontado los que ya os habíais encargado en la cueva, seguían siendo muchos, muchos cuerpos que enterrar, y por si fuera poco estos estaban descuartizados o partes de sus cuerpos, cuando no el cuerpo entero descansaban sobre los tejados de las casas.

Sin entrar siquiera en la cueva, a varios metros de su entrada, el olor a carne quemada era realmente insoportable, algunos de vosotros tiene que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no vomitar.

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25/05/2015, 14:15

 - ¿Vamos, a que viene esa cara tan seria y de pocos amigos? Vayamos a desayunar a la posada, seguro que alguien de tu tamaño no recharazá una buena comida para comenzar el día, ademas allí podremos hablar mas comodamente sobre lo que quiero proponerte - El humano Osth continua hablando de forma relajada, sin tensión alguna, una media sonrisa asoma todo el tiempo en su rostro y sus ojos brillan alegres y al mismo tiempo curiosos, aunque te da la impresión que admira tu cuerpo sin ningún reparo.

Por contra, el otro humano Osth, que permanece un par de metros detrás del que habla, se mantiene todo el tiempo alerta.

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25/05/2015, 18:20
Udokal

Todo parecía decidido, Keloa acompañaría a la señora y a Kalen a la cueva para que hicieran lo que fueran a hacer allí y Udokal se quedaría junto a Phey y Pazzo.

-Bien, ten cuidado. Dijo a Keloa a modo de despedida.

Seguro que se sabían cuidar bien, había visto luchar a Kalen y no se le daba mal, junto a Keloa serían una buena protección para Ophelia.
Se giró hacia Phey consciente de que había mucho trabajo que hacer pues el guerrero sagrado pretendía recoger todos los cadáveres, no tenía otra cosa que hacer y no le gustaba la idea de dejarlo allí para alimentar alimañas.

-Escalera, si. Respondió dejando claro que había entendido. Pero mejor quemar gente.

A Phey y a su gente les gustaba mucho hacer agujeros en la tierra y meter allí los cuerpos y aunque Udokal respetaba eso le parecía una gran pérdida de tiempo, sobre todo en la situación en la que se encontraban con todo un pueblo muerto y desparramado. Quizás la mejor solución era convertir todo aquel pueblo en una gran pira funeraria, pero aún debían esperar allí por alguien, así que de momento se conformaría con apilar los cuerpos en un lugar.
Buscó una escalera y regresó junto a Phey para comenzar a despejar los tejados, después seguirían con los del suelo.

-Tu subir. Le dijo a Phey mientras apoyaba la escalera en una pared. Yo pesar mucho, escalera romper y techo romper. Yo agrupar cuerpos allí. Señaló una zona despejada donde podrían acumular facilmente los cuerpos muertos.

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26/05/2015, 06:25
Phey Stern

¡Cuando quieras, Kalen!-dijo, girando la cabeza con una sonrisa.

Y es que Phey siempre estaba dispuesto a hablar las cosas. Además, Kalen es una persona muy sensata. También usaba expresiones muy particulares como volverse loco, pero eso tendría que concretarlo cuando volviesen a hablar.

¡Bien hecho, Udokal! Subiré yo, estoy de acuerdo, pero de momento déjala por ahí-y señaló una pared para apoyar la escalera de una de las casas-. Empezaremos por los cuerpos de esa casa. Tenemos que quitar un par de cadáveres de la casa grande y meterlos en una casa de las pequeñas para que los demás tengan un sitio dónde dormir cuando vuelvan.

Caminó directo hasta la cabaña en vez de señalarla. El olor a muerte se acumulaba dentro, con más espesor que en las calles. Phey se vió obligado a ponerse un pañuelo para cubrir nariz y boca.

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26/05/2015, 12:35
Mamawe

-Vas por buen camino,comentó mientras con un gesto de la cabeza le indicaba que caminase hacia el interior del pueblo.No se fiaba mucho, la experiencia en la arena de gladiadores le recordaba continuamente que nadie era de fiar, y menos si está a tus espaldas.
-Escucharé tu propuesta.A pesar de sus palabras pensaba más en el desayuno que en la propuesta que ese hombre quisiera hacerle. La idea de poder desayunar una cantidad decente de alimento, y caliente a a ser posible,sin mermar sus excasas raciones de viaje era agradable.

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26/05/2015, 13:07

   - Una gran decisión - Anuncia al tiempo que acelera un poco el paso para ponerse a tu lado. A unos metros por detras, el otro humano Osth se muestra en todo momento atento a cualquier movimiento brusco por tu parte.

   - Por cierto mi nombre es Alvers Pheissves, pero puede llamarme Alvers - Te dice extendiendo su cuidada y elegante mano hacia ti.

Te guía hasta la posada mas lujosa de la villa, nada mas entrar por la puerta, (tras agacharte un poco, las puertas no suelen estar a mas de 190 de alto) te encuentras en una espaciosa sala, con grandes mesas de roble cubiertas de blanca mantelería, así como diversos clientes bien vestidos, los cuales te miran de arriba a abajo con cierto desagrado, esta claro que tu aspecto, tus ropas (en especial ahora sucias tras el viaje y con manchas de sangre) no encajan para nada con el lugar.

Alvers toma asiento alrededor de una de las mesas, sobre una acolchada silla de respaldo alto (como el resto) y te indica un sitio a su lado

Un camarera, vestida con mas ropa de lo habitual, al menos para una camarera de una posada normal, que no enseñe algo de escote resulta realmente raro, os pregunta educádamente que quereis tomar.

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26/05/2015, 18:58
Udokal

Udokal asintió y dejó la escalera apoyada en la pared que Phey le había indicado, después intentó seguir las indicaciones del guerrero sagrado, aunque no había entendido bien del todo. Se dirigió a las tres casas que le había señalado y comenzó a sacar todos los cadáveres de allí, parecía que Phey estaba de acuerdo con la idea de acumular todos los cadáveres en la calle y hacer una gran pira. El ambiente en el pueblo se hacía irrespirable por momentos y seguramente aquello fuera a peor si no hacían algo con los cuerpos y los restos que habían quedado desparramados.

-Todos fuera.
Le dijo Udokal a Phey para indicarle que las tres casas estaban vacías. Seguir con otras casas.

No esperó la respuesta de Phey, había demasiado trabajo que hacer como para pararse a hablar, ya descansarían cuando les alcanzara la noche o terminaran todo el trabajo. Además si Phey iba a subirse a la escalera no quería despistarlo y que diera un traspiés que acabara con él en el suelo.

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26/05/2015, 21:40
Kalen

A lomos de su caballo fue recortando distancia al paso. Keloa se había unido a ellos, y aunque no la había visto combatir parecía que Udokal la tenía en buena estima. La mujer hasta ahora demostraba su valía de boca ejerciendo extrañamente de líder, o como poco con una disposición inaudita a entrar a saco ante cualquier encuentro. Los O'Shar estaban muy motivados para la lucha, y la muerte...

- Sólo una cosa, Keloa... -Agradecía que hablara bastante bien su idioma-. Entremos con calma. Si algo sucede allí me parece importante aprovechar cualquier ventaja, como el factor sorpresa.

No estaba convencido, en absoluto lo estaba. La última vez había deshecho a zancadas el intento de un avance más sutil, por lo que dudaba que esa cabeza pelirroja comprendiera la virtud de la sorpresa. Al menos tenía a Ophelia. De repente vio sumamente primordial añadir un dato.

- A menos que sea inevitable sería buen no entrar en combate sin más -Entre la limitación con el idioma y la brecha cultural hacerse entender parecía lo más similar a un dolor de cabeza-. Si nos encontramos con un número superior y bien armados, sea quienes o lo que sea, hay que pensar en los demás. Tal vez con derribar la cueva como tenía pensado sea más fácil, ¿le parece, señora? 

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26/05/2015, 22:53
Keloa

Keloa, fruncio el entrecejo. Quien era este pequeño hombre para decirle como tenía que actuar ella, una superviviente de un pueblo que luchaba al l¡mite en yermas tierras heladas. Un pueblo fuerte y orgulloso, en el que este hombre no aguantaria un par de inviernos.

Cambiando su semblante, intento no insultar a Kalen, haciendo levemente una señal con la cabeza, a modo de que este se quedará tranquilo.

 

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27/05/2015, 00:47
Ophelia

Ophelia decidió no hacer comentario alguno sobre la locura que suponía la tarea que Phey se había asignado. Incluso con la ayuda de Udokal y Pazzo, suponía que les llevaría varias horas encontrar y reunir todos los cadáveres. Probablemente anochecería antes de que hubiera sido capaces de enterrarlos. No obstante, si obviaba el asunto del cuerpo en el barril de agua, reconocía que era algo que habría de hacerse tarde o temprano.

Así que se marchó, tras los pasos de la extranjera y el muchacho.

Montados de nuevo en los caballos, no tardaron en alcanzar la cueva, que durante el día se le antojaba una enorme boca de tonos grises y marrones. Bajo la luz solar, apenas podían vislumbrar lo que había en el interior, más oscuro. Solo el olor punzante de los cuerpos quemados la noche anterior les daba la bienvenida. Se cubrió la nariz con el embozo para que la violenta dulzura del olor no forzara al resto de la bilis que quedaba en sus tripas a trepar por su garganta.

Aguardad, pidió, bajando de su animal, cuando Kalen recomendó cautela.

Acarició con suavidad la bandolera que colgaba a su costado. Como respuesta al tacto, un rollo de pergamino asomó su extremo por uno de los múltiples bolsillos. Lo sacó de allí y lo extendió frente a ella. En él había escrita una serie de símbolos y caracteres ilegible para quienes carecían de adiestramiento en el arte arcana. Podía haber vendido el maldito pergamino por más oro que el que con seguridad habían visto aquellos dos en sus vidas, pero no pensaba arriesgar las vidas de los jóvenes, ni la suya, por tacañería. Podía inscribir otros más adelante.

Puedo observar la cámara central desde aquí.

Notas de juego

Ophelia usa Clairvoyance de un pergamino. Crea un sensor visual en el centro de la caverna principal de la cueva, a tres metros de altura.