Partida Rol por web

- Como desee, Mr. Smith - afirma obediente - Me pongo a ello, aunque me llevará algún tiempo, el ancho de banda de comunicación de la nave está bastante limitado y tenemos que esperar un tiempo de decalage superior a un cuarto de hora para cada parámetro de búsqueda que añada...

Desde luego, buscar información desde la órbita del cinturón de asteroides no es como hacerlo en Elysium.

Esta vez el tiempo de espera para recopilar la información solicitada es mucho menor de lo esperado.

- El nombre del Dr. Lecter aparece varias veces en los registros de la Weyland-Yutani, aunque normalmente como un código de identificación encriptado, que se asocia a su número de colegiado solamente en los documentos más antiguos - informa con su característica ausencia de emociones - Esta es una información que no está abierta al público, sólo he logrado llegar a ella gracias a los privilegios de acceso de que disfruta como alto directivo... pero el individuo en cuestión ha trabajado en estrecha colaboración tanto con el director Alexander Pierce de S.H.I.E.L.D. como con otro de sus viejos conocidos, el Dr. Mengele de Babylon-5.

La conclusión es demoledora y las pruebas abrumadoras. No hay más preguntas, señoría.

Gracias, Monnipenny.

Bueno, si Adama reclama su informe, habrá que ponerle algo de desodorante... pensó.

Sin detenerme me dirijo al camarote de Smith. Demasiadas cosas hay en juego y muchas mentiras quedan por cortar antes de que podamos centrarnos en la misión, algo que pretendo atajar cuanto antes.

Llamo a la puerta sin dilación, esperando a que me abran. Puede que no guarde simpatía por Smith pero no debo dejarlo ver y, además, la educación es lo primero.

Monnipenny abre la puerta y, en cuanto Smith ve a Adama se levanta de la silla y se acerca a él.

-Comandante, buenos días, pase por favor. ¿Alguna novedad respecto a la misión? Dijo esperando que algún sensor hubiera aportado datos relevantes.

Paso al interior de la estancia y niego con la cabeza ante la pregunta de Smith

- Aún no he tenido tiempo de revisar dicha información, en cuanto termine con usted la estudiaré y se la comunicaré en el puesto de mando. Vengo de hablar con su invitado y he logrado un trato con él. Tengo un nombre por el que empezar y su promesa de colaboración. Sin embargo necesito que usted haga lo propio, que colabore conmigo. Sé que me oculta muchísima información, señor Smith, pues mis oídos ya han escuchado cosas que usted no me ha contado. Necesito que me dé toda la información disponible, por el bien de la misión y de la tripulación. No quiero llegar a ese punto, señor Smith, pero si descubro que me continúa ocultando información relevante tomaré el total control de la misión y dejaré de informarle y de tenerle en cuenta -amenazo al hombre de las corporaciones, aún sabiendo que son ellos los que pagan- Sus jefes quieren resultados, pero si usted no colabora para alcanzarlos, lo quiero lejos de mi vista.

Smith se pone serio y a la defensiva.

- ¿A qué información relevante se refiere? Dijo escuetamente.

Los malditos "wekos" ya deben estar metiendo cizaña...

Sostengo la mirada del hombre de la corporación. Por mi edad y experiencias he tratado con gente de todo tipo pero Smith es diferente o, al menos, uno de los peores seres humanos con los que he tenido la desgracia de colaborar.

- Señor Smith, he venido aquí a obtener respuestas, no preguntas. En ningún momento usted me dijo que el sujeto conocido como Riddick acompañaría a mis tripulantes en tierra, por ejemplo. Su falta de transparencia me está haciendo caminar por una fina de red, cuyo destino es desconocido para mí. Le ruego que reconsidere su mutismo ante temas de interés y me cuente todo lo que tiene relevancia para esta misión, desde el principio. Soy todo oídos -concluyo, sin entrar en el juego que el hombre de las corporaciones ha tratado de iniciar.

-Mire Comandante, le dice en un tono más serio del que le ha dirigido en el pasado. Le puedo asegurar que tiene toda la información que disponemos sobre la misión y que no le he ocultado absolutamente ningún detalle sobre la desaparición del cargamento, de eso esté absolutamente seguro. Sus palabras son acompañadas por elocuentes gestos que las reafirman.

-Yo estoy aquí en representación de la Weyland-Yutani, y créame, somos los más interesados en que nuestra misión llegue a buen puerto. Hace una breve pausa. Los-más-interesados, reafirma.

-¿Que no le dije que Riddick nos acompañaría? le mira por un segundo ¿Para qué fuimos a buscarle?, ¿Sólo para hablar con él? ¿Para qué traer un soldado especializado como Rogers? ¿Para tenerlo sentado al lado de un reo atado? ¿Y con REOBOX?

Se da cuenta de que no puede lanzar de esa manera a Adama esas preguntas, no es un subordinado, y cambia su expresión por una de más entente.

-Téngalo por seguro, Comandante. Yo estoy aquí para ayudarle, como le he dicho, a resolver esta compleja situación. Si no le dije que iba a salir, lo siento, quizás me pareció demasiado obvio que sería necesario.

-Por favor, cualquier pregunta que tenga que ver conmigo pregúntemela a mí, tendrá la verdad como respuesta... No lo dude.

La respuesta de Smith no hace más que reafirmar la imagen que tengo de él. Mi gesto no muestra el desprecio que en estos momentos le guardo, pero mi mirada deja claro que no me siento cómodo conversando con él. Sus formas, totalmente carentes de educación y respeto, son la prueba más clara de que el hombre se encuentra tan molesto como yo por la situación.

- Nos queda mucho trabajo por delante para llevar al éxito esta misión. Sin embargo su carga será aún mayor pues tendrá que recuperar mi confianza, algo que ha perdido totalmente, razón por la que no le informaré a usted salvo de lo imprescindible. Cuando quiera empezar a decir todo lo que sepa y, por ende, a recuperar mi confianza, puede hacerlo, por ejemplo, hablándome de Cerberus -concluyo dándole la espalda y dirigiéndome hacia la salida del camarote.

Smith no responde, ¿Cerberus? pero... Y deja que Adama se marche

Sintiendo que el hombre de las corporaciones no se decide a hablar me doy la vuelta tras abrir la puerta, dispuesto a darle una muestra más de mi implicación en la misión -Una última cosa. He convencido a Riddick para que colabore con nosotros durante el transcurso de la misión y creo que podemos fiarnos de él, al menos por ahora. Obviamente estará acompañado de soldados en todo momento y dormirá encerrado o con las esposas magnéticas, para más seguridad. Creo que sería conveniente que lo liberara y lo trajera a la reunión que va a tener lugar en el puesto de mando. Me ha dado un nombre para que veamos que colabora: Ronon Dex. 

Dicho ello me dispongo a salir pero me vuelvo a detener para dejar clara la situación a Smith -Quiero que sepa que si fuera por mí ese hombre no estaría en esta nave y que mancillo mi honor al negociar con él. Sin embargo no voy a dejar que vaya a tierra junto a mis hombres sin tener claro que no va a tratar de matarlos. Creo que con este trato he conseguido que el reo sea capaz de guardar su odio para cuando acabemos la misión que tenemos entre manos.

-La verdad Comandante, le felicito. Espero que la información sea veraz. Viniendo de él... no hay que obviar segundas intenciones. En cuanto a las medidas que se tomen para controlarlo, todas me parecerán pocas. Parece que su tono ha ido relajándose, como si estuviera, a la vez que habla, dándole vueltas a algo.

-Siendo sincero, todos estaríamos más tranquilos -y seguros- sin ese monstruo en la nave. 

Adama se vuelve de nuevo para irse, pero Smith le detiene.

-Comandante... no se vaya.

Adama se gira y Smith se sorprende a sí mismo.

-Le pido perdón, comandante. Esa palabra no sale con frecuencia de su boca y debido a la falta de costumbre, se gira hacia la pared. Mire, no le he explicado nada de Cerberus porque... ¡demonios! no sé nada de ellos. Se gira de nuevo hacia Adama, pues se da cuenta de que no ha de fingir, es la pura verdad.

-Apenas hace nada que me ha sido notificado lo poco que ha averiguado la Weyland Yutani al respecto.

Smith se lleva las manos a la espalda y da unos pasos inquietos.

-Una organización bien estructurada que, al parecer, está tras los atentados al proyecto Tau Ceti... Parece que con un código de comunicaciones que sigue un patrón recurrente... Y cuyo logo es el can de tres cabezas. Imagino que siguen en ello, pero le aseguro que no sé nada más sobre el asunto, tiene que creerme...

-Es más le pediría que me compartiese la información que usted tenga al respecto...

Asiento ante la felicitación de Smith, la cual no me importa en absoluto pues solo hago mi trabajo. Sin embargo su disculpa si me deja totalmente descolocado, según parece al igual que a él.

- Mr. Smith, no puedo compartir más información pues no la tengo, solamente he alcanzado a lograr la misma información que me da usted. Que, para ser sinceros, me parece de una utilidad inconmensurable. Si ellos están detrás de lo ocurrido debemos tener mucho más cuidado a partir de ahora pues nos pueden sorprender en cualquier momento. Es por ello que, espero que entienda, estoy muy molesto con usted. Si ellos son los que están detrás de todo, podríamos haber fracasado, que coño -afirmo, soltando un taco, algo tan impropio de mi como las disculpas en Smith -podríamos haber muerto todos. Así que espero que a partir de ahora colabore con tola la información que disponga pues, tarde o temprano, acabaré enterándome. Por cierto, he sometido a Riddick a un interrogatorio con cuestiones mundanas, falsas preguntas, razonamientos y otro tipo de técnicas y parece que no sabe nada de Cerberus. A no ser que mienta, cosa que podría ocurrir.

Tras mis palabras asiento con la cabeza en señal de despedida -Me gustaría que Riddick estuviera en el puesto de mando junto al resto de personal. Espero que usted se encargue de ello. Si existe más información de interés soy todo oídos, si no, nos vemos en el puente.

-Bien, comandante, hasta luego

Una vez SOLO, Smith razona en voz alta.

-Como suponía era un farol... pero me alegro de haberle dejado creer que ha ganado una batalla. Total tampoco tenía ninguna información relevante y la relación con el Comandante se estaba tensando... más de lo estrictamente necesario.

-Monnipenny, encárguese de que Chacal vaya hasta el puente de mando. Que le acompañe nuestro hombre en todo momento.

-Ah, otra cosa. Cuando encuentre un momento, de manera discreta, quiero que se acerque al encargado de las telecomunicaciones de la nave. Le solicita un informe con las trasmisiones hechas y recibidas. Que ese hombre de momento no me está sirviendo para nada, y no puedo tener las piezas inactivas en el tablero. Yo hablaré con Crichton...

- Como ordene, Mr. Smith

Una vez más vuelvo al camarote de Smith, esta vez aprovechando la duración del viaje para tratar un asunto personal. Toco a la puerta y, tras esperar la respuesta, abro y paso al interior.

Buenas tardes Señor Smith. Siento molestarle pero me gustaría saber si ha obtenido la información que acordamos -le digo sin andarme con rodeos- Ya sabe, la información sobre la muerte de mi querido hijo Zack.

-Comandante, pase por favor. Dijo intuyendo ya el motivo de su visita...

-Efectivamente tengo la información que le debía. Un trato es un trato. Pongo la cara seria, seguramente no le gustará lo que le voy a decir.

-Repasando la la versión oficial veo que murió al estrellarse la lanzadera que pilotaba, durante unas maniobras de rutina, mientras estaba destinado a la base Tycho Brahe –¿versión oficial? ¡pero qué mierda es esa!

Al ver los cambios perceptibles en la expresión de Adama, continúa sin pausa.

-Pero, evidentemente, he investigado más a fondo el caso y he revisado viejos ficheros... se moja los labios, ganando unos segundos para encontrar las palabras adecuadas.

–El accidente tiene varios aspectos... que dan que pensar... Dicho por Smith, puede dar hasta miedo. En los registros de hace una década, efectivamente consta la pérdida de una lanzadera militar de tipo Peregrino en esa base en un accidente que coincide exactamente con su certificado de defunción, ahora sí hace una breve pausa. No hay constancia de ningún otro fallecido u hospitalizado en varios meses, de lo que se deduce que debía volar en solitario… con un transporte que suele llevar piloto y copiloto, además de hasta doce marines.

-¿Qué hacía volando en solitario? Mira a Adama a los ojos y ve cómo su mirada se clava en su rostro, realmente este hombre tiene una herida y sus palabras parece que la remueven, doliéndole... pero no creo que haya analgésico en el mercado para ese dolor.

-Por otra parte, -le pesa, pero debe seguir hablando-, también he investigado sobre la carrera militar de Zak Adama, su hijo, y parecía realmente prometedora hasta los seis o siete meses previos al accidente. Todas sus evaluaciones eran óptimas… pero luego, sin un motivo claro, empezaron a empeorar... Se gira por un momento, recuperando su postura enfrentada casi de inmediato. Aparecen entonces algunas amonestaciones menores... y he encontrado un registro sanitario que... Lamento decirle esto, Comandante, -apostilla con genuina cara de apuro-Pues resulta que en su expediente constó el hallazgo de estupefacientes en un análisis de control. Mira a Adama que ha desviado ligeramente la mirada y parece que no estuviera enfocándole a él, seguramente está observando algún viejo recuerdo mezclado con pensamientos e interrogantes dolorosos...

-Evidentemente, todo eso se borró de su expediente oficial tras su muerte. Por respeto a su hijo Zak... y a usted mismo.

Deja una breve pausa para la reflexión mutua, no quiere sacar conclusiones precipitadas que puedan herir a un hombre tan importante para la misión.

Escucho la historia de Smith sobre mi hijo, rellenando las lagunas de estas con mentiras zafias sobre su persona. El hombre era un carroñero, algo que tengo claro desde hace algo de tiempo, pero parecía que las palabras le dolían también a él. Sin embargo era imposible, mi Zack jamás haría algo así, nunca caería en las drogas. Esa historia no puede ser más que un intento de ocultar alguna verdadera razón.

O puede que solo esté tratando de engañarme, procurando evitar la verdad a mi vieja mente, una realidad en la que mi propio trabajo y mis malas decisiones dejaran a mi pequeño desamparado y sin la guía que necesitaba. Tal vez todo sea culpa mía. Pero él se parecía tanto a mi, yo no habría caído, él era mejor que yo, no puede, no debe, es imposible...

Mi respuesta a Smith enmudece en los labios varias veces hasta que, tras varios latidos intensos de corazón, logro reponerme. No puedo dejar que vea que estoy hundido, no voy a darles esa satisfacción -Me gustaría que me aportasen toda la información relativa a las misiones de mi hijo en ese último año. Quiero ver en que estuvo metido, sus compañeros, sus mandos, sus objetivos. Algo debe explicar la razón de su muerte. Espero su colaboración, como ya se imagina. Se que no es lo que hablamos pero esta misión tampoco se parece en nada a lo que me describió. Me lo debe -concluyo de forma tajante.