De pronto se produce un temblor en toda la nave que os hace dar un pequeño traspiés, ha sido como si el suelo y las paredes temblasen... se diría que el motor de pulso se ha puesto en marcha de súbito, durante un brevísimo instante. Eso, o bien algo de un tamaño considerable ha colisionado con la Alexei Leonov.
Tal vez un micro-meteorito... aunque no suena ninguna alarma en la nave.
Y lo más inquietante es que los tres operarios de la estación minera parecen tan desconcertados y asustados como los dos miembros de la Armada Estelar que los vigilan.
Young dirige una mirada preocupada al soldado Crichton y formula una pregunta a todas luces innecesaria:
- ¿Hás notado eso, John?
-¿Que si lo he notao? Me cago en mis muertos, masculla.
Prepara su arma apresuradamente y cierra el casco presurizado.
Se acerca al alferez hasta estar muy cerca de él y le dice al oído sin mucha convicción. ¿Alguna posibilidad de acceso al ordenador para ver que ha pasao?
EDITADO: Sólo un detalle... con el casco presurizado deberás hablar a través del intercomunicador, no al oído... o tendría que ser prácticamente a voces. Aunque acepto que haga el gesto por costumbre!!! ;P
Young vuelve a acercarse al panel de datos y trata infructuosamente de entrar en el sistema:
- Esto está bloqueado y no sé cómo superarlo -y entonces propone- Tal vez habría que desmontar el terminal y conectar mi teclado portátil directamente a la CPU de la nave para conseguir acceso... o como mínimo un diagnóstico. A partir de ahí podría empeza a trabajar.
Una nueva sacudida, algo más ligera esta vez, recorre toda la nave... aunque ahora es sostenida.
- Nos estamos moviendo -advierte uno de los tripulantes- Creo que los motores de fusión deben haberse puesto en marcha de pronto, de ahí venía esa sacudida de antes... y la vibración que notamos ahora.
De inmediato sus compañeros cruzan miradas de preocupación con él y se dirigen a los dos miembros de la Armada Estelar que supuestamente tienen el control sobre el puente:
- ¿Pero se dan cuenta de lo que eso implica? -exclama otro, muy alterado- Tenemos a una docena de nuestros camaradas ahí fuera, en lanzaderas o trabajando sobre la superficie de Palas... pero sólo tienen soporte vital para unas cuantas horas... ¡Si la Alexei Leonov abandona esta posición los estaremos condenando a todos a morir asfixiados! ¡Tienen que detenerla!
Realmente angustiado, Crichton no sabe qué hacer.
-Usté sabrá, mi Alférez -dijo acojonao por la incertidumbre.
-¿Dónde hay una escotilla pa mirar pafuera? -pregunta mirando a Sanders,
Everett Young reacciona de inmediato, intentando ser resolutivo, aunque su voz no acaba de sonar tan segura y llena de confianza como le hubiera gustado:
- R-rápido... ¿alguien t-tiene herramientas a mano? -pregunta a los propios mineros- Tenemos que desmontar este panel ahora mismo... y acceder directamente al procesador, creo que los teclados han sido bloqueados de forma premeditada, para que no podamos interferir con el ordenador central de la nave.
Uno de los tripulantes de la nave prospectora avanza hacia vosotros mientras rebusca algo en su bolsillo...
Por un momento el hecho de que supere la distancia de seguridad que les habíais impuesto, invadiendo vuestro espacio personal, empieza a resultar algo preocupante.. pero luego extrae la mano y en ella lleva una herramienta multiuso con cabezales intercambiables, en la que enseguida selecciona la punta de tornavís de estrella, antes de pasársela a Young.
- Supongo que esto le servirá...
El tripulante al que ha interpelado John contesta a éste señalando hacia un panel lateral:
- En ese panel hay algunas escotillas externas, pero la visibilidad desde ahí es muy limitada...
- Es igual, vamos a echar un ojo fuera -dice a Sanders.
Al asomar por la escotilla, Crichton acierta a distinguir una lanzadera minera que se aproxima a la Alexei Leonov desde la superficie del asteroide Palas, donde había estado trabajando...
Sus dos brazos articulados, con los que habitualmente opera los contenedores de carga automatizados, empiezan a desplegarse... tal vez para facilitar la maniobra de atraque...
Sus ojos se abren como platos y se dirige raudo hacia su superior.
-¡Por mis muertos! ¡Nos atacan!. Señor, ¡intente contactarlos, intente contactarlos! Dice a Young
Young se sobresalta tanto que se le cae la herramienta de la mano, ante lo que maldice sonoramente:
- ¡Mierda! -se gira mientras trata de sostiener el panel del terminal, que ya tiene a medio extraer- ¿Pero qué está diciendo, Crichton? ¿Nos atacan? ¿Quién?
Los mineros se apartan temerosos ante vuestra reacción, a nadie le gusta ver perder los nervios a quién te está encañonando con un arma automática... pero hay alguno que no os quita el ojo de encima, como si estuviese esperando el momento preciso para actuar.
- ¡Cómo voy a saberlo! Dice gritando a su superior víctima del stess
- ¡Una lanzadera está desplegándose ante nosotros!
El alferez Young chasquea la lengua disgustado, lo último que necesita es que el hombre bajo su mando, su único apoyo en esta maldita misión, pierda los nervios... y por ello se esfuerza por controlar el tono de su voz al contestar:
- Soldado Crichton, guarde las formas, sólo están regresando a su estación base para averiguar por qué se han interrumpido las comunicaciones -recupera la herramienta del suelo y continúa bregando por desmontar el panel lo más rápidamente posible y conectar su propio teclado portátil para acceder a la CPU y recuperar el control de la nave- Yo estoy demasiado ocupado con esto como para encargarme de nada más ahora mismo, así que queda en sus manos mantener el control de la nave -le recuerda- Y eso implica ocuparse de todos los operarios de esta estación, tanto los tres que tenemos aquí como los que puedan llegar en las lanzaderas que tenían desplegadas en la explotación minera.
Abre la funda de su pistolera y extrae el arma, colocándola en el suelo a su lado, fácilmente accesible desde su posición forzosamente agachada... mientras empieza a trastear con los cables.
- Tome usted mismo las iniciativas que considere necesarias... ¡Demonios, son civiles desarmados! -aunque lo cierto es que no tenéis una total certeza de eso, a fin de cuentas se han llevado detenido al comandante de esta nave por la sospecha de que se estuviesen cometiendo irregularidades... y dos hombres no pueden hacerle frente con garantías a más de quince- Si quiere ir a recibirles a las compuertas de atraque, antes de que tengan tiempo de desplegarse por toda la nave, yo puedo encargarme de vigilar a estos...
Por un momento se siente estúpido. ¿Será obra de su imaginación?
-¡Sí señor!, dice antes de dirigirse a la puerta de atraque con sus armas listas.
Recorres apresuradamente los largos pasillos de la Alexei Leonov, pues quieres llegar hasta las compuertas de atraque antes de que esa lanzadera que has visto aproximarse tenga tiempo de completar la maniobra. Los mineros que desciendan de ella serán mucho más fáciles de controlar si los pillas todos de cara cuando apenas hayan puesto un pie a bordo... porque de lo contrario, si les das oportunidad de disgregarse por toda la nave, esto va a ser complicadísimo. Es decir, incluso si no fuesen armados, cosa que todavía no acabas de creerte, podrían estar jugando al escondite contigo durante días.
Tus pasos resuenan por toda la estructura metálica, es evidente que la armadura de combate presurizada no se ha diseñado pensando en el sigilo. Pero por fortuna siempre has tenido muy buen sentido de la orientación, estás seguro de haber escogido la ruta más directa posible hacia tu destino.