Partida Rol por web

Abro los ojos cuando escucho a Anthony decir mi nombre, no ne encuentro nada bien pero no quiero preocupar al resto de la tropa -Estoy bien-contesto, -Alguien sabe donde estamos?- pregunto mientras me incorporo.

- ¿Nadie tiene una cuerda, en serio? - pero qué tipo de pelotón de infantería éramos. Vaya preparación la nuestra. Me lamento esperando que alguien saque ya una maldita cuerda de su petate. Yo no quiero saltar ahí dentro a riesgo de torzarme un pie o romperme una pierna.

No me había percatado de la presencia de Mcnalley y de repente lo veo pasar a mi lado con la intención de descolgarse para bajar al agujero.

- Mcnalley, no seas burro. Espera que te ayude a bajar. Puedo descolgarte un trozo. Almenos no será tan alta la caída - arrodillado al borde del agujero ofrezco mis brazos al irlandés para que pueda bajar en mejores condiciones. Sólo nos faltaba un herido más.

Antes de que pueda hacerme cargo de como lograr que los dos únicos que no han caído en esta sima que se ha abierto bajo nuestros pies nos ayuden a salir el irlandés decide bajar dejando solamente arriba a Earl.

– Maldita sea tenemos que salir de aquí. Rápido desenganchemos las correas portafusiles para unirlas y tendremos una cuerda improvisada.

Mientras hablo desengancho la del Viejo Gus. – Earl la iremos lanzando hasta ti hasta que la puedas coger, no te arriesgues a caer tu también. Cuando la tengas la atas para que aguante el peso del primero a subir.

Mirándolos a todos. – Para subir no será por galones, ni veteranía. Primero el que menos pesa y por ese orden. Una vez estéis tres arriba podréis ir ayudando estirando. Los fusiles los subiremos atados con la correa antes de subir el último de nosotros.

¿Donde estamos?. Eso era lo que Emmet preguntaba, Anthony se ajustaba los anteojos mientras observaba la construcción del tunel.

Esta arquitectura parece similar a la de estructuras encontradas en Malta y España pertenecientes a civilizaciones de la edad de piedra. Estoy hablando de culturas con mas de 5000 años de antigüedad, ¡Dios mío! es todo un yacimiento arqueológico. Aquí en Francia también se pueden encontrar círculos de piedra, pero nunca se habían hallado evidencias de culturas megalíticas en esta zona. - Anthony hablaba sin parar, como si pensara en voz alta, sin pararse a pensar la manera de salir, no, el sentía curiosidad por el descubrimiento.

Entonces algo le sacó de sus pensamientos devolviéndolo a la guerra, El Cabo Grimm había propuesto una manera de salir, Anthony pensó que las correas no aguantarían pero era lo único que tenían, procedió a sacar las de su portafusil mientras seguía dándole vueltas al hallazgo, sin duda, si salían con vida, debían informar al gobierno francés.

Aunque Earl le parecía un poco raro a Richard en esta ocasión pudo forjar otra opinión sobre su compañero. Simplemente jamás imagino que le tendería una mano en ayuda.

- ¡Martin! Que diantes puedo decir. Muy bien, luego te invitaré una ronda de un buen Ron añejo -

Entonces el pelirrojo acepta la ayuda de su camarada en el descenso. Aunque al llegar al fondo es el cabo quien reprocha el audaz e inteligente movimiento del bostoniano.

- ¿Pero cabo, los boches se ocultan allí? Puedo olfatear sus traseros hinchados de cerveza y Chucrut. - añade al señalar el oscuro túnel.

- Quizás allí dentro oculten algún tesoro. Tal vez monedas de oro y una escalera. -

Y sin esperar a los demás Mcnalley prepara su nudillera de hierro en una mano y la bayoneta en la otra para finalmente otear el interior del túnel. Obviamente desde la entrada a este. La promesa, o fantasia evidente, de monedas de oro era demasiado para dejarlo pasar.

- Bien, me gusta el ron, Mcnalley. Te tomo la palabra - le digo con media sonrisa que logra dibujarse en mi rostro cansado.

Bueno, la verdad, una vez oídas las palabras de Parks y de Mcnalley empezaron a brotar en mi las ganas de bajar a inspeccionar esos túneles. Peor que ir en busca de otra trinchera llena de alemanes con ametralladoras despedazándonos, no podía ser. 

Por otro lado teníamos al cabo ordenando salir a todos de ese agujero. Y interpelándome a mi directamente. No podía desobedecerle directamente, aunque el cabo podía ser una persona abierta a nuestras demandas si encontraba forma de justificarlas ante sus superiores. Tenía que encontrar la forma de convencer al cabo y alejarnos, aunque fuese por un rato, de esta maldita guerra que parecía querer acabar con todos nosotros.

- ¿James, qué te parece todo esto? 

- Cabo Grimm, aquí debajo puede haber escondido algo importante. Quizás decisivo en esta guerra. De aquí puede haberse generado esa immensa explosión. Si encontramos el origen de lo que ha pasado le veo a usted en el alto mando, lejos de las trincheras. Y puede que a nosotros licenciados como héroes y por fin en casa. Qué le parece si investigamos por aquí abajo. A subir y volver al fango y las trincheras, siempre estamos a tiempo.

Crucé los dedos para que mis palabras no le sentaran mal.

En cuanto veo que Mcnalley se lanza al interior del agujero, esta claro que la cosa se va a desmadrar. Y no solo eso Parks creía haber encontrado un importante resto arqueológico, cosa que había disparado la imaginación del soldado pelirrojo .... la jodimos ... sin esperar a nadie, empezó a internarse por el túnel.

- Venga hombre, que la cosa es salir. Hago un gesto de desesperación - No entrar, coño. Niego con la cabeza antes de responder a Earl. - En ninguna de las historias que he leído, internarse en una cueva antigua es buena idea.

Grimm seguía con la idea de salir del agujero, pero ante la nueva acción de nuestro compañero, tendríamos que esperar a las nuevas ordenes. - Esto cada vez pinta peor, Earl. Puede que encontremos algo, pero me da en la nariz, que alemán no va ha ser.  

¡Pero, pero que le pasa a ese condenado irlandés! ¿Se habrá hecho con varias petacas? Estamos en una condenada guerra, no en una salida al campo de amigos del trabajo.

A lo que intento reaccionar casi se pierde de vista. – Soldado Mcnalley, ¿dónde se cree que va?

Antes de que me responda otro se pone a apoyarlo.

– Soldado Martin. Hace horas que nos enviaron a cumplir una misión y ya deben habernos apuntado como desaparecidos. Contra más tardemos más difícil será que nos crean. Si ni me lo puedo explicar a mí mismo.

¿Y ahora qué hago con el irlandés? Le pego un tiro por desertor, intento convencerlo…

Anthony estaba sin duda fascinado con el descubrimiento pero al ver a sus compañeros discutiendo la posibilidad de internarse en él tuvo que intervenir.

-Caballeros, no me parece buena idea que nos metamos aquí, puede haber desprendimientos sobre todo después de tanta explosión y vibraciones. Además si no tiene ventilación podríamos llegar a tener problemas para respirar, podría haber bolsas de gas... - Anthony imaginaba mil y un motivos para no entrar - Creanme, a mi también me parece un lugar extraordinario pero debemos obedecer al cabo.

- ¡A ningún lado mi buen cabo! Solo cuido la retaguardia por si algún apestoso boche decide salir de la madriguera. - responde.

“Mierda, si estuviese aquí el sargento habría dado la orden de explorar la entrada al nido de los germanos y su preciado oro” pensó Richard mientras chocaba suavemente la nudillera con la bayoneta.

- Pero con mirar un poco allí adentro nada perdemos, y hasta incluso salgamos de aquí con oro y futuras medallas por dar con la base secreta del Kaiser… y enfermeras pechugonas je je je -

La sonrisa enfermiza del pelirrojo no tenia comparación. La idea de pasar por degüello a los incautos germanos solo era superable al encontrar alguna que otra germana voluptuosa. Y allí esperó, a por la posible respuesta aguafiestas de Grimm.

- Aghhh... callate comelibros. No te daré ni una moneda de oro y todas las rubias serán para mi. - espetó de mala gana ante los comentarios "lamebotas" de Parks.

Miro la zona y me doy cuenta de que estamos viviendo un momento extraordinario, a lo mejor descubrimos algo y la salimos en los periodicoa nacionales. Ya me imagino cara del tio Philip viendo como su sobrino "el inutil total" era portada del periódico, saco la correa de mi fusil para que se haga la cuerda improvisada. -Espero que aguante.- Digo mientras la quito de mi fusil.

Esto se estaba yendo de madre, la tensión se podía palpar en el ambiente y eso que no había enemigos cerca que causaran problemas .... nunca sabría en que grupo clasificar a Mcnalley.

- Cabo. ¿Bajamos o subís vosotros?.

Según lo que me respondiese podía ser un día de mierda o un día aun peor.

 No te daré ni una moneda de oro

-¿Qué oro ni qué niño muerto? aquí no hay más que piedras. -

¿En serio creía Mcnalley en encontrar un oro en ese lugar?- Parks pensó que la idea de Mcnalley no era demasiado descabellada, de hecho el mismo tunel ya era un tesoro en si mismo pero tenía ciertas dudas sobre la integridad de la construcción. ¿Y si hubiera oro?, quizá en alguna clase de mausoleo o algo así, deberían entregarlo al gobierno Francés o podría producirse alguna clase de conflicto diplomático. Parks se sintió ridículo pensando semejantes tonterías, ahora lo que primaba era sobrevivir a al guerra.

Estábamos metidos en un atolladero. Por una parte Mcnalley estaba decidido a entrar en los túneles y aún con reticencias, el interés para muchos era evidente.

Yo no me atrevía a bajar aunque lo deseaba. Apenas me atrevía a moverme y me dí cuenta que estaba aguantando la respiración. Respiré conscientemente y esperé que la situación tomara un rumbo claro.

No creo que esto sea de ninguna manera un bunker alemán, no hay cables de teléfono, ni ninguna bombilla iluminando el camino. El problema es si después a la vuelta comienza a correr el rumor de que era realmente un bunker del alto mando alemán.

¡Mierda que hago ahora! Hemos encontrado a los que nos enviaron a buscar, pero han acabado muriendo, nuestro superior también, y para acabar de arreglarlo las horas que no sabemos como han pasado. Si lo juntamos todo creo que no vendrá de unos minutos más, siempre podemos ponernos de acuerdo en que nos hemos perdido buscando alemanes en estos túneles.

Hundiendo la cabeza mientras niego con esta en un gesto de impotencia. – Mcnalley, Martin revisemos un poco estos túneles. Ya bastantes explicaciones tendremos que dar con todo lo que ha ocurrido para que después nos pregunten por el bunker alemán que decís que es esto.

Empleando un tono mas seguro. – Eso si primero acabemos de reunirnos todos con la cuerda improvisada.

... bunker alemán que decís que es esto.

No, no es un bunker, es algo mucho más antiguo, pero no debemos descartar que los alemanes lo estén utilizando para su beneficio, incluso quizá comunique con instalaciones alemanas. 

Viendo que estaban decididos a entrar todos en los túneles Parks se quiso adelantar a fin de comprobar su estado e integridad.

La cuerda con correas estuvo lista en un momento. Era uno de los trucos que venía en la guía de supervivencia del soldado de infantería,  un libreto de no más de veinte hojas con consejos para sobrevivir , pero la mayoría de los soldados llegaban a leerla y usaban su papel para otros menesteres menos nobles.

Con la cuerda atada a una bayoneta clavada firmemente en el suelo el pelotón se reunió en el fondo del agujero¹. 

La poca luz que se filtra por la entrada ilumina una gran sala al final del pasillo. El techo es una impresionante cúpula de losas de piedra. Las paredes están llenas de nichos cubiertos de sobras, no se puede distinguir si estos nichos son pasillos que continúan a otras salas o simples paredes cubiertas de sombras. 

Las estructuras de piedra parecen solidad y no crees que pueda haber más derrumbes. 

Descender para Earl y para mi hasta el fondo del agujero no es ningún problema, el problema sería lo que nos encontrásemos en el interior de las catacumbas, cosa que estoy dispuesto a recordar.

- Desprendimientos, falta de aire y trampas .... señalo hacia el interior del agujero ... eso como poco nos puede esperar ahí dentro. Ahora que si son las ordenes, pues vamos a ello. ¿Alguien tiene una linterna?.