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Laboratorio de Botánica en los niveles de alta seguridad. (Código de Planta 91-42-12)*

Los laboratorios en Titan tenían una forma extraña de componerse. Todos tenían tres plantas y solo era completa la inferior, las dos superiores parecían mas los palcos que recorrían por extensión los antiguos circos romanos. En la planta base, zonas de hidroponia, muestras y zonas mas simples donde poder cotejar las variantes menos peligrosas. En la intermedia ya estaban los módulos donde os diferenciabais por parejas, en tu caso, aun no habías conocido a tu compañero aunque sabías su nombre. Edward Straith. Mas que nada, por la plaquita en su escritorio. Edward estaba de baja por viudedad. Al parecer su mujer arrastraba una larga enfermedad desde hacía un tiempo. Una muerte anunciada. Había 6 módulos en esa planta, el vuestro era el IV. En este había una zona con el ordenador y escritorio personal y una zona un poco mas extensa con ficheros y una mesa de investigación bastante avanzada. Aun así, las pruebas avanzadas se hacían en otro lugar que no fuese vuestro laboratorio. El la planta superior, era la zona de descanso, con sillones y una tele, baños, duchas y una mesa donde comer.

Pese a que se nota que habían intentado hacer de ese lugar un sitio agradable las paredes eran de un metal brilloso, paredes frías y techo altísimo. Para evitar que no os cayeseis había una barandilla de metal a varias alturas, hilvanadas entre ellas para que fuese casi imposible caer ni a propósito. Su altura llegaba hasta el 1,10m. Podíais subir por las escaleras de metal o el pequeño ascensor.

La entrada principal estaba en la planta baja, y de allí a un montón de pasillos laberínticos con al menos una veintena mas de puertas hasta llegar al ascensor general. 

 Laboratorio de Botánica en los niveles de alta seguridad. (Código de Planta 91-42-12) 56 días antes. 

Buenos días...Hacía tiempo que no entraba en ese módulo, de hecho hacía demasiado que no pasaba por esas puertas. Tras cuatro meses de baja por el duelo era la hora de volver al trabajo. Mucho tiempo había dejado ya atrás. Sabía que tenía una compañera, y que esta era nueva. De cierta forma me había dado pena dejarla sin compañero durante sus primeros meses. Pero ¿qué mas daba? La miré mientras dejaba mi mochila en el asiento que llevaba tanto sin ser usado. Me quité la chaqueta del traje que llevaba, negro, con camisa verde oscuro debajo y me coloqué la bata que reposaba tras la puerta.- Usted es...¿la señorita Sievert no es cierto?- un pequeño acento británico se dejó entrever mientras le sonreía franco. 

Mis ojos se pasearon por la zona, buscándo por un segundo sutiles diferencias. Si había tomado espacio que no era suyo, si mis libros estaban en orden correcto. No me acerqué a ella por si estaba con algo importante. De hecho no sabía muy bien no como comportarme. 

 Laboratorio de Botánica en los niveles de alta seguridad. (Código de Planta 91-42-12) 56 días antes. 

Aquel laboratorio era inmenso y la germana estaba algo sorprendida por los diferentes niveles, era consciente de que debía acostumbrarse no solo a estar con más personas, sino acostumbrarse a la metodología de Titán. De momento ella se centraba en adaptarse a las normas del lugar, no ser demasiado invasiva con sus compañeros y mantener esa predisposición de buen rollo general para no afectar el trabajo de nadie. Arabelle era la nueva. 

Lo bueno es que halló rápido su espacio y se predispuso a colocar una pequeña orquídea en el escritorio que tenía el nombre de Arabelle Sievert, era de color violeta con tintes blanquecinos. Una especie muy rara dentro de la Tierra, más que nada porque había sido una de sus propias creaciones, esos híbridos que solo surgen dentro de las inmediaciones del laboratorio. Y sin importar el sitio a donde vaya la alemana, allí estaba esa flor acompañándola al traerle gratos recuerdos de su lugar y esas vivencias que la forjaron como profesional. 

De repente la presencia de un hombre le permitió desviar la atención, al parecer era su compañero o no, ya que podría ser un supervisor. - Buenos días, si. La Doctora Sievert. ¿Ud es? -  se presentó al acercarse y extender la mano para saludarse de formar cordial, no lo conocía y sospechaba que tal vez sea su compañero de trabajo. 

El lugar se mantuvo intacto, salvo el detalle de la orquídea en el propio escritorio de la Alemana. Como buena respetuosa de las cosas ajenas, mantuvo sus manos quietas y no hurgó en ningún sitio sin el permiso de nadie. Comprendía a la perfección y a regañadientes aceptaba compartir el espacio, más aún tras haber tenido un laboratorio propio en su tierra. Sin embargo, la predisposición estaba primero y por esa razón, la sonrisa permanecía en su rostro denotando simpatía y amabilidad. 

No parecía haber tocado nada, cosa que agradecí con una suave sonrisa mientras observaba finalmente a la muchacha que se acercaba para darme la mano. Era educada, eso siempre era apreciado. Edward no era especialmente alto, pero le sacaba una cabeza a su nueva compañera. - Edward, por favor llámame Ed sin problemas- el apretón no llegó solo, su otra mano se cerró sobre la de ella, como si fuese un capullo protector. Dos sacudidas suaves, de forma delicada hasta que apartó sus manos con una genuina mirada algo curiosa. 

Creo que somos compañeros, trabajo en este módulo. - Di un paso atrás, para dejarle cierto espacio- Me han dicho que tendría a una de las nuevas promesas de Titan a mi lado, pero no me han hablado de sus hazañas. Quizás le gustaría hablarme sobre su trabajo, podemos ir a la zona de descanso para tomarnos un té o un café si lo desea, y así me pone al tanto de lo que espera o si hay alguna novedad. - El tono usado siempre sería igual, denotaba seguridad, y apoyo, tranquilidad y paciencia. Los años habían mellado en su forma de comportarse, logrando transmitir sin duda lo que un enfermo querría a su lado, una roca que aguantase estoicamente los arramples de cualquier humor y a la vez pudiese calmar a las bestias solo con un susurro. 

Aún manteniendo la sonrisa en su rostro, terminó de estrechar esas manos mientras asintió conforme con respecto al nombre. Le parecía perfecto ese tipo de trato, donde siendo compañeros se podía obviar las formalidades y compartir el trabajo a la par sin estar nadie encima del otro. 

- Ed me parece bien, puedes decirme Arabelle o Ara con total confianza. -  respondió en un tono amable mientras escucha lo que tiene para decir su nuevo compañero. - Claro, sería interesante conocernos un poco más. Mmm no creo que sea una nueva promesa, simplemente haré mi trabajo con toda la dedicación y el amor que le profeso. Lo disfruto. -  comenta un tanto vergonzosa pero agradable, no le gustaba enaltecerse demasiado ante los demás y mantenía un perfil bastante humilde. 

- Vamos por el café, si. -  sugirió en base a la propuesta. - Soy Doctora en Botánica, mi especialidad son las Orquídeas, pero mi campo se ha ampliado a sinfines de especies que puedan ser analizadas. Me atrae lo nuevo, el descubrir avances en nuestra biología, como la misma naturaleza reacciona a los diferentes hábitats. -  va explicando en un tono emocionado, como alguien que ama su profesión y todo lo que hace o dice, es desde la vocación que le nace naturalmente.

 - Sin embargo, también me dedico a la biotecnología. Es atractiva la idea de poder conservar especies en peligro de extinción, crear nuevas y encontrar tantas variables para mejorarlas que me iluminan la mente. Lo siento, es emocionante. -  termina de decir, algo avergonzada. Hablar de su Profesión era algo que denotaba pasión y orgullo. 

Arabelle...-sonreí para mi mismo, aunque el reflejo pudo verse sin problema alguno- viene de Anna, supongo que sabrás lo que significa- la miré con media sonrisa. No había ego en esta, podría explicárselo si era necesario. -Espero que no te moleste, a veces peco un poco de profesor- bromeé quitandole hierro al asunto. 

Encima no tenía los humos subidos, eso era bueno- Sin duda, si está aquí es porque es buena en su campo, eso se lo puedo asegurar. -Tras esperar su aceptación, la invité a salir del módulo mientras nuestros pies nos llevaban por la pasarela de metal hasta las escaleras que ascendían a la tercera planta, zona de descanso donde nunca estaba de mal echarse un café en la pequeña cocina que teníamos. -Orquídeas, he visto que tiene una en su escritorio ¿Alguna cepa en especial? Ella debía de subir primero las escaleras, así se lo hice entender con el gesto de mi brazo. Las damas siempre primero. La escuché mientras me hablaba sopesando sus palabras- es bastante curioso como la naturaleza se abre camino en casi cualquier lugar desde luego, mi trabajo se basa en buscar esos puntos de inflexión para exponerlos y analizar lo que ocurre cuando varios habitad se chocan entre ellos. 

Reí ante su emoción, que era pegadiza.- No te disculpes, es sano tener una mente despierta- llegamos y tras señalizarle donde estaba el café yo opté por una limonada que reposaba en una jarra encima de la mesa al lado del microondas.- Muchos piensan que lo que hacemos aquí, es una verdadera aberración- removí mi vaso con una cucharilla, tras haberle echado un terrón de azucar- ¿usted que piensa Arabelle? - me senté en una de las sillas que estaban rodeando una mesa circular algo pequeña, pero justa para hasta 4 personas. -¿cree que aquí hacemos lo que dios nos ha denegado? - una suave sonrisa ladeada, mostrando un interés genuino en tu opinión. 

Tras mirarlo impregnada por la curiosidad, respondió sobre su nombre. -Desconocía esa procedencia, solo sé que su origen es Alemán y el significado es: Hermosa Águila. Con gusto escucharé la explicación, seguramente tendrá un punto de interés considerando que todo conocimiento siempre enriquece y no se preocupe por lo de Profesor. Es agradable. - dijo en un tono tranquilo, distendido, como si fuese algo muy natural la dinámica que se estaba generando. 

Ahora mientras caminan por los pasillos no menciona nada sobre el tema de ser buena profesional, más que nada porque la joven de cabellos rubios se mostraba como alguien humilde y creía que halagarse así mismo sería un acto de pura vanagloria. No obstante, cuando le preguntó sobre el tipo de Orquídea, asintió para luego romper el silencio. - Mi especialidad es la Paphiopedilum concolor, pero la que está en mi escritorio es un híbrido que yo misma he creado tras probar algunos patrones de crecimiento. Es única en su especie. -  y por defecto no tan natural, pero hermosa en su esencia. Posiblemente aquella orquídea abrirá puertas en el mundo de la ciencia y será el inicio de una nueva era como especie. 

- Un gran trabajo, sin dudas. El análisis de un hábitat requiere de una mente minuciosa, la naturaleza siempre sigue su curso de supervivencia y pese a las circunstancias ambientales, se adaptará a ello. Pero como todo hay un proceso que colapsa, que las expone y ese punto de estudio es magnífico. - responde a lo referido sobre su trabajo, estaba claro que aprendería bastante de su compañero debido al campo que estudia como Profesión. - Se agradece el halago. - afirmó tras tomar asiento con su café, era inevitable para complementar su día esa dosis de cafeína. 

Después, cuando tuvo la taza caliente entre sus manos, le dedicó otra mirada a Ed y reflexionó por unos breves instantes sobre la pregunta tan bien formulada que le hizo. Un cuestionamiento existencial, algo que siempre Arabelle se planteó desde su mente analizando las variables. - La tecnología avanzó de tal manera que incluso podemos considerarnos dioses de la creación, aunque sería muy egoísta pensar que el ser humano con sus capacidades todo lo puede. Nosotros por experiencia conocemos la sabiduría que la naturaleza expele, como se comporta ante los cambios y como continúa ese ciclo natural de vida. Por esa razón, aquí dentro abrimos puertas que justamente no se pueden siquiera tocar fuera de estas instalaciones, hacemos el trabajo de mantener, investigar, crear a través de métodos no tan naturales, jugamos con la ciencia de la creación. - argumentó considerando que en parte, al no ser religiosa no creía que se hacía lo que fue denegado, pero algo en su interior le habla profundamente adoptando una consciencia global. 

- Posiblemente si y no lo veo mal si no nos perdemos en la ambiciosa idea de sentirnos superiores o irrespetuosos al ciclo natural de las cosas. Tenemos derecho a investigar, ver más allá y porqué no probar, la ciencia avanza, nosotros mentalmente crecemos. Es un largo camino, donde contamos con herramientas. ¿Qué opina, Ed? - terminó por decir aquello que pensaba, interesada por el tema de conversación y a la espera de una respuesta se encontraba. 

Efectivamente es el cual usted describe, muchas veces no nos preocupamos de lo que significan las cosas que nos son comunes y nos centramos en las externas.- Sonreí ante la afirmación del conocimiento- así es, y no se preocupe, puedo cortarme cuando quiera. Solo dígamelo cuando me ponga demasiado pesado. 

Recombinación genética...una rama poco tocada por el hombre a lo largo de tiempo modernos, principalmente por sus usos morales me temo. Si es única en su especie, le aconsejo que mantenga semillas por si acaso, los primeros especímenes tras una recombinación suelen ser defectuosos y morir pronto, la mayoría en el caso de los mamíferos o reptiles son totalmente estériles y por ello, acaban en nada. -Ese tema me pareció sin duda interesante- ¿que empresa tiene la patente? - el mundo de la investigación siempre era así, lo que la gente averiguaba tenía que ser comprado de alguna manera, y si no lo conseguía ya usarían otros métodos menos ortodoxos. Quizás el hecho de crear una nueva especie de planta no supusiese para la doctora un avance espectacular, pero con los parámetros establecidos de recombinación se podrían acceder a otros, y cimentar una base científica para ampliar miras en un futuro no muy lejano.

Minucioso sería quedarse corto admito- asentí con rotundidad- la verdad es que es un trabajo pesado a tener en cuenta demasiados factores, y sin un buen grupo de trabajo puede ser un verdadero desastre- llegamos a la zona de descanso, donde me serví una limonada y ella un café. El olor a tortitas que se habían preparado no demasiado antes impregnaba el ambiente. Su lógica en respuesta a mi pregunta se ganó una sonrisa franca, comprendiendo y entendiendo a la perfección su postura- si, por eso es tan importante nuestro trabajo, me sorprende que la hayan dejado entrar con su pequeña amiga. Bueno, seguro que Titan tiene planes para ella, igual nos encontramos alguna especie parecida en otro lugar. 

Bueno, yo...-le di un sorbo a mi refrescante bebida, un poco ácida aun para mi gusto- opino que es muy dificil diferenciar la esencia de la creación de una necesidad por crear. Yo no creo, desde luego, pero si veo lo que hacen las creaciones de los demás y puedo decir, que nunca se acercará ni por asomo a la divinidad si así lo quiere llamar de la cepa original. Nosotros jugamos con pistas, migas de pan, que muchas veces dejan huecos mas allá de lo que vemos. Considero que no está mal, pero, que el ser humano se precipita demasiado en sus investigaciones sin allanar primero un camino. 

- Descuida, soy de esas personas que se interesan en los detalles. -  respondió al primer comentario tras beber un sorbo de café, saboreando el exquisito aroma que emana desde la taza. Luego cuando mencionó sobre su orquídea, sonrío de lado mientras le dedicaba una mirada. - Tengo semillas, muy pocas en verdad. Soy consciente de que su duración podría ser corta, pero esa especie me trae algunos recuerdos de mi tierra y en parte al margen de lo revolucionario que puede ser la recombinación genética, soy consciente de que es la punta de un hilo que puede llevarte a diversos caminos. Es una creación, pero también el inicio de muchas. - expresa convencida de aquello, consciente de que tenía entre sus manos el futuro de una nueva especie. 

- La patente la tiene el Laboratorio Europeo de Biología Molecular, trabajé durante dos años para una de sus Sedes en el Jardín Botánico de Heidelberg. Allí comencé a desarrollarme como Profesional luego de mi inicio en Berlín tras recibirme. Más que nada porque algo vieron en mi y me dieron la dichosa posibilidad de crear libremente sin interrumpir la investigación del momento. - tenía la confianza de sus Jefes, el apoyo de un Laboratorio y al margen de que era muy joven, todas esa dedicación realmente valió la pena. Eso sí, todo aquellos pasos dados, descubrimientos y dudas, indefectiblemente la llevaron a Titán. 

Al mencionar el llamado de atención por haber ingresado con su amiga, se encogió de hombros sonriendo. - Nadie negaría el inicio de una revolución biológica, más que nada porque esa Orquídea es el fiel reflejo de que la mano del hombre puede crear dentro de sus limitaciones algo similar a lo ya creado. Innovando, con sus riesgos tenidos en cuenta.- dijo con total sinceridad, orgullosa en parte de lo logrado hasta este lugar y ansiosa por ver que podía encontrar. El trabajo sería arduo, peligroso inclusive, pero emocionante en proporciones iguales y justamente, ese entusiasmo era lo que denotaba Arabelle desde sus poros. 

- Absolutamente, estamos a años luz de lograr algo similar. Pero al menos que estos avances sirvan para encontrar una cura a las enfermedades, mantener fuera de peligro especies a punto de extinguirse o cualquier tipo de función que realmente compense el agravio que el mismo hombre generó contra la naturaleza. De alguna manera hay que equilibrar la balanza. - respondió a su último comentario, compartiendo esa línea de pensamiento mientras decide beber un poco de café, anonadada por el nivel de la conversación con su compañero. 

Tras escucharla con tranquilidad, las preguntas fueron surgiendo, pero decidí esperar, decidí mantenerme en silencio para poder ordenarlas y así exponerlas con cierto orden- Bueno sin duda, es el inicio de algo si. No suele ser muy común la recombinación genética, pero en Alemania están bastante abiertos en ciertos campos...y demasiado cerrado en otros- admití con cierta derrota- estuve por allí hace ya casi una década, y por problemas políticos, las investigaciones estaban muy paradas. Apenas sin sustento ni apoyo social. Cuando la gente deja de creer en la ciencia, empieza un gran problema- me quedé en silencio mirando al infinito un par de segundos- me alegra que hayan mejorado y estén dándolo todo ahora. Es muy importante conocer como funciona el mundo, para poder ayudarlo ahora que lo estamos llevando hasta su límite. ¿Que piensa sobre el efecto que tiene el hombre a lo largo del tiempo sobre la tierra? Como botánica, sabrá de las catástrofes que asola la tierra por la que pisan los de arriba. 

Me crucé de piernas, devolviendo al mirada a mi acompañante con esa suave sonrisa de quien espera una respuesta sincera, o al menos, lúcida. ¿Realmente, hay forma aun de salvarla?

La mirada de Arabelle se entristece mientras asiente conforme a lo dicho. - Lamentablemente es así, una pena. -  se limitó a decir, siendo muy consciente de la situación actual y como poco a poco ese aporte hacia la ciencia carecía de sustento, al punto de perder la fe. 

- Para que esto cambie, debemos nosotros cambiar. Desde mi lugar, como Botánica y como persona, cada día vivido intento dar lo mejor de mi. Pero la cuestión es otra... ¿Cómo puedes conscientizar a millones de personas? ¿Cómo la alejas del consumo y el vicio tecnológico? Es difícil, casi imposible. Nuestra tierra padece todo lo que hacemos, cada vez hay más especies extintas, donde los científicos tenemos que hacer magia. -  responde suspirando, quizás abrumada por la realidad que a veces es demasiado tediosa y pese al mal augurio, aún la germana creía que podía salvarse. 

El hombre de a pie, no comprende la seriedad del asunto. Muchos piensan por desconocimiento o por orgullo, o simplemente pasividad que el mundo siempre estará ahí, pero se equivocan. - Perdí la vista en el infinito por un segundo, con cierta mezcolanza impresa- La única opción es, con la educación, aunque para ello deberían de cambiar los hábitos de estudios de forma radical y no los veo muy por la labor la verdad- me reí por lo bajo, mientras negaba con la cabeza. 

Pero si, tenemos que hacer magia, y para eso estamos aquí. Usted una botánica, al igual que la mayoría de la gente que hay en este laboratorio. Brillantes semillas que germinarán en hazañas inimaginables, puede que vuestros nombres no perduren en la historia, no sean escritos como los de heroes, tan siquiera sabemos si existimos para la gente fuera de este complejo. Algunos le dedican su vida entera a ello. -Me incliné un poco hacía ella- Y usted, ¿hasta donde llegaría Arabelle?

Dándole la razón a través de gestos que claramente le decían que estaba de acuerdo, no dijo nada a su primer comentario de forma verbal, posiblemente porque utilizaría las mismas palabras por compartir esa línea. Luego cuando la conversación se declinó a hacia las proezas que quizás se hagan dentro de Titán, marcando un antes y un después de esa labor, Arabelle se encogió de hombres al dedicarle una divertida mirada cuando se acercó a susurrarle. 

- Hasta donde el conocimiento me lo permita, no me gusta ser demasiado ambiciosa pero si me mantendría en la línea de crear nuevas especies, mejorar las que están y descubrir nuevas que me permitan desarrollar nuevos parámetros. - respondió teniendo en cuenta todo el camino por delante que tenía, siendo Titán una posibilidad para explorar senderos que jamás transitó. - ¿Usted, a dónde desea llegar? -  preguntó ansiosa, le interesaba su respuesta. No podía negar, que un hombre tan inteligente lograba captar su interés. 

El ver que estabamos en el mismo barco me pareció cuanto menos interesante, pero con su respuesta de hasta donde llegaría, aquello abrió un camino que merecía ser explorado- Si le gusta crear nuevas especies, tal vez podríamos trabajar juntos en un par de casos en los que buscamos mezclar distintas especies para probar suerte en un par de mundo desolados...para volver a traerlos a la vida- un ligero brillo en mi mirada asomó para reflejar la misma ilusión que ella portaba. 

Si quieres podemos empezar a mirar algo esta noche o mañana- había cierta ansia en lo que el pensaba, en una idea, en una ilusión que opacaba todo lo demás-¿una cena?.- Dijo sin ningún interés aparentemente solapado mas que el hecho de poneros de acuerdo en saber los detalles si es que aceptabas...también es cierto que aunque no lo dio por acertado, sus palabras si cedieron un poco en demasia a esa opción- En mi casa si lo prefiere, no es que se me de muy bien cocinar pero siempre podemos pedir comida de fuera, así, si tiene alguna duda del complejo podré facilitarle la información fuera de la hora de trabajo. 

La sorpresa invadió en cada expresión de su rostro, dado que la propuesta de su compañero era justamente lo que siempre había considerado como un sueño a cumplir. Sabiendo que tantas horas de laboratorio servirían para sembrar nuevas especies o reconstruir lugares que abandonados en el tiempo quedaron, sería jugar a ser Dios, pero desde la humildad de un científico que sueña con ver un mundo mejor. 

- Muero por formar parte de este proyecto, sé que juntos podremos lograr muchísimas cosas. Algo me dice que no estoy equivocada. -  respondió feliz, ansiosa y dulce en todo sentido. No podía contener esa alegría de ir más allá, de abrir puertas que pueden ser fracasos al principio pero dichas con una constancia disciplinada. Y sin pensarlo demasiado, cuando Edward propuso la cena, asintió conforme, estaba encantada y dispuesta a conversarlo. 

- No tengo problema, así mediante una cena el ambiente se distiende para conversar sobre las ideas que surjan. De mi parte, puede contar conmigo e intentaré dar lo mejor de mi. No será fácil, pero tampoco son imposibles. -  terminó por decir, sonriendo mientras un brillo especial en la mirada de Ara se reflejaba. - Eso si, deberá indicarme donde se encuentra que aún sigo perdiéndome dentro de las instalaciones. -  agregó un tanto tímida. 

Cuando tardó apenas unos segundos en demostrar esa alegría que esperaba encontrar el cielo se abrió. Alguien que tenía la suficiente cabeza como para aceptar aquello sin sentirse dios. Porque de esos, ya había demasiados. Me incliné de nuevo hacia ella pero con un puro interés en el asunto que nos traíamos entre manos.- Será dificil, pero eso ya lo sabes, por ahora, haremos solo conjeturas y usaremos las especies destinadas a la mezcla para ver como lo podríamos hacer. preferiría no avisar oficialmente hasta no tener algo mas...digamos consistente o al menos una idea mas centrada para no estar mareando a los altos mandos, si ellos no lo ven claro desde un principio, es probable que nos denieguen la posibilidad- miré mi vaso con al limonada, espero que lo entendiese. No era nada ilegal, no nos estábamos metiendo donde no debíamos pero igual podía sonarle un poco extraño por la forma de exponerlo. 

La idea de la cena le gustó, y eso hizo que mi preocupación inicial se marchase de un plumazo- claro - saqué el móvil- toma, apunta mi número, tenemos una mensajería interna entre los números del complejo, supongo que te habrán dado uno para ti, si aun estás usando el tuyo, tengo que decir que lo mejor es que lo apagues, no tienen señal aquí, lo mejor es traspasar las cosas al nuevo. -Le pasé mi número personal, le envié un mensaje normal con un "hola" y la interfaz salió mostrando el mensaje en morado- también sirve si lo conectas a tu tablet personal- me reí cuando admitió que aun se perdía, pero no de ella, si no con ella, como si la entendiese.- tardé medio año en estar seguro de que mi puerta...era mi puerta, luego opté por modificarla, la cambié y ahora nunca me pierdo. Mi casa está en la planta 15, es la puerta negra con los bordes verdes. ¿A que hora te viene bien? Pongamos...¿mañana?

Inundada por la felicidad fue escuchando lo que tenía Ed para decir, apelando a un raciocinio propio de alguien que sabe donde está parado y las trabas que puede tener una investigación de tal índole. - Descuida, soy consciente y como decían en mi tierra: "Lo que sucede en el laboratorio, queda en el laboratorio"- nada más real que aquella frase, puesto que aguardaría silencio hasta que los resultados fuesen acertados. - No diré nada, simplemente intentaré hacer mi trabajo desde la dedicación que poseo. Mi intención es cumplir con el objetivo principal, después cuando el suelo sea firme, sin margen de error, se podrá dar la voz. - respondió determinante, impregnada por ese sentir propio de una científica que se muere por trabajar dentro de su área dando todo de si. 

Luego cuando le habló sobre la telefonía, asintió ya que estaba medianamente al tanto. Su móvil había quedado fuera de titán y tenía este otro que ni siquiera sabía como funcionaba con precisión. - Si, aquí está pero no nos llevamos muy bien por ahora. -  comentó entre risas, algo avergonzada pero sincera con ella misma. Podía ser muy buena creando nuevas especies, pero era la torpeza en persona con los la telefonía móvil.

 - Gracias por el dato de la tablet, que siempre está conmigo. Y si, creo que deberé hacer lo mismo que tú. No puedo desorientarme tan fácilmente, es uno de mis defectos ya asumidos. -  río nuevamente, algo suave pero reflejando ese toque inocente que se entremezclaba con ese clásico tipo de mujer inteligente. - Memorizado los colores de la puerta y me parece bien mañana a las 20hs, llevaré algún postre y para beber. ¿Vino? ¿Alguna bebida en especial? -  preguntó con total sinceridad, no quería errar en el segundo encuentro. 

Me reí por lo bajo con ella cuando mencionó sus problemas con el móvil- no te preocupes, todos tenemos nuestros pequeños defectos que nos hacen ser perfectos en su conjunto- Guardé el móvil en el bolsillo de la bata y me terminé la limonada, a la cual apenas le quedaba ya un dedo en el vaso.

No te preocupes- me mostré curiosamente algo consternado ante su ofrecimiento- pediremos la comida en casa, que prefieres, hay de todo, comida china, Tailandesa, Americana, vegana, vegetariana, mexicana, india - empecé a pensar que iba a tener que apuntarlas- italiana...lo que te imagines. En Titan hay algo que nunca falta, y es la comida. La comida hace feliz a la gente- asentí con un suspiro mientras apoyaba la espalda en la silla, relajado- a las 20hs nos vemos allí, si te pierdes o algo, estaré pendiente al móvil. 

Esperé pacientemente antes a que terminase su café para volver al módulo, donde cada uno tendríamos que seguir con nuestro trabajo, aunque el mio, sería revisar tantos papeles que era mas una montaña de cajas que otra cosa. 

Ya terminando el café, asiente conforme y responde bastante animada por el encuentro de mañana. - Italiana, me encantan las pastas. - dijo con total sinceridad, pese a ser un palito era de buen comer y no le importaba saborear un buen plato de spaghetti con salsa.

- Habrá que probar las delicias que ofrece Titán, no tengo problema y si, me las apañaré para llevarme bien con el móvil durante estas horas. -  afirmó sonriendo, complacida y satisfecha. Ya incorporándose para desechar el *vaso térmico al cesto de basura mientras espera que Edward haga lo propio. - Aún debo instalarme en nuestra área de trabajo, sinceramente es un placer conversar contigo. Las horas pasan y ni siquiera soy consciente del transcurso del tiempo. -  expresó a modo de halago, satisfecha y alegre de tener un compañero de trabajo tan inteligente.