Partida Rol por web

Despertaste porque algo en tus pulmones te había obligado a toser de forma abrupta, reiterada, hasta vomitar. Aun boca abajo, lleno de tu propio vómito que abarcaba tus mejillas, y babeaba por la barbilla y la nuez seguías sin entender donde estabas, o que pasaba. Solo la sensación de que algo iba mal, muy mal. 

Los recuerdos llegaron como latigazos, siendo la alarma, que ya no sonaba, el último pilar que devastó tu mente. 

Estabas aun ahí abajo, aun sobre esa tierra. Olías la sangre, pero también a desinfectante, y...y a moho. Humedad, y putrefacción. 

Atreviéndote ligeramente a alzar la mirada, la luz de la escalera aun estaba allí, y junto a tu mano, un botiquín abierto, practicamente vacío y una nota garabateada. 

Tienes una hora y media si quieres salir del complejo antes de que se cierre para siempre. TITAN y GAIA no van a dejar salir nada, pero los sistemas no funcionan del todo bien. 

Tu cuerpo estaba entumecido, pero, al menos estaba, o eso creías. Si, podías mover todas tus extremidades sin demasiado dolor.  

Dolor, el dolor era evidencia científica de que estaba vivo... o evidencia espiritual de que Dios era un jodido bastardo que hasta en la muerte te hacía sufrir. Algo era seguro, la ciencia y Dios coincidían en algo, estaba jodido. Al dolor se sumaban sus demás sentidos, una nota ominosa en un escenario de terror, olores desagradables, el gusto a bilis en su boca, el gorgoteo del agua después del ataque de la alarma, el barro viscoso en el que yacía y lo que debían ser los restos de su cámara bajo su cuerpo... y el agarre firme de cinco dedos en su pantorrilla. 

Su cuerpo reaccionó al pánico agudo liberando adrenalina, sus sentidos se agudizaron y su cuerpo reaccionó como un resorte, sin perder de vista el objetivo principal que era huir. Tomó el botiquín y la nota junto a su mano y subió los escalones de dos en dos, rogando que nadie lo estuviera esperando en la salida con un arma. Sólo a mitad de camino recordó que la mano no tenía un cuerpo que la acompañase, pero eso no hacía menos pavoroso el hecho de que los músculos, en un rigor mortis antinatural, mantuvieran el agarre.

Saliste a trompicones, las piernas te respondían a la mitad. Estaban como medio adormiladas, en una tensión dolorosa. Saliste y...y no quedaba nadie. Estaban los equipos si, el pequeño campamento, las tiendas las veías cerca de la entrada pero no había nadie. 

Estabas totalmente solo. 

Si prestabas un poco de atención, aparte del día nublado que la IA había creído conveniente dibujar en el cielo, al borde de una tormenta, verías algunos equipos portables tirados entre la hierba, como si simplemente los hubieran dejado ahí, tirados. 

¿Donde estaba todo el mundo? 

Liam sintió los pinchazos en las piernas, la rigidez de sus músculos, y comprendió que había exigido a su cuerpo más de lo acostumbrado... casi tanto como la situación actual exigía a su cerebro. Respiró, profundo, su instinto le decía que corriera y si bien gran parte de su ser estaba de acuerdo, tanto su cuerpo como su mente más racional exigían una pausa. En un acuerdo mutuo entre todas sus partes, Liam Hattaway decidió que lo mejor sería mantenerse en movimiento pero lentamente, para dar tiempo a los músculos a recuperarse. Su mente por su parte atacaría el problema como lo que era, un enigma a resolver...
El botiquín, lo había tomado, lo sabía porque aún lo tenía en la mano, revisó su contenido y guardó lo que podría resultarle útil. Luego removió la mano aferrada a su pantorrilla tirando del pulgar de la misma con todas sus fuerzas. El sonido de rotura del tendón le produjo un escalofrío, y con un poco más de esfuerzo pudo retirar el apéndice muerto de su pierna y lo tiró a los arbustos.

Comenzó por identificar las necesidades inmediatas, el pánico había cedido, pero el miedo a lo que fuera que lo había perseguido en el sótano seguía presente y le daba un motivo real para querer escapar. Lo primero era lo primero, y dado que no era posible bloquear las puertas podridas correspondía alejarse sin perderlas de vista.
"... una hora y media para salir del complejo..." la nota era clara, no sabía quien la había escrito ni cuanto de esa hora y media había transcurrido desde que la dejaran... como fuera necesitaba alguna forma de medir el tiempo. 
Estaba sólo, las personas que habían estado allí hacía no mucho tiempo habían desaparecido... ¿Habían huido o los habían raptado? Necesitaba un medio de comunicación... y también un arma...

Razonar todo ello le había llevado apenas unos segundos, en ese tiempo había medio caminado, medio tropezado, hacia la primer pila de equipo abandonado. Observó los equipos sin tocarlos en un principio, tratando de definir si había habido violencia en el lugar, sangre, marcas de arrastre en la hierba, huellas profundas debidas a una carrera... ¿Esta persona había salido corriendo, o había caído al piso y la habían arrastrado? ¿Que había estado haciendo? ¿Que equipo había estado utilizando? 
Recorrería el jardín hacia la entrada, revisando los equipos caídos, buscando entre ellos un PDA y un arma... o cualquier equipo que le resultara útil... como fuera sabía que de no encontrar nada en el patio seguramente en la tienda hallaría lo que buscaba... o al menos eso esperaba. Caminaría y se pararía de forma tal que la puerta del sótano siempre estuviera a la vista, atento a la menor señal de movimiento...

El escenario era confuso. Porque en alguna partes si parecía que había tenido lugar una pelea, por las muescas en el suelo, profundas y...anchas. Joder, demasiado anchas. Pero por otro, no había sangre, ni cuerpos ni restos. 

Al acceder al camino principal que daba a la iglesia viste como la cúpula de tela, que habían colocado alrededor estaba sesgada por un lateral, como si un animal monstruoso, de al menos cinco metros, la hubiera desgarrado casi de arriba a abajo. Lo bueno era, que si realmente había algo tan grande, no podría meterse en lugares cerrados, como los niveles normales...aunque si en los públicos, que estarían atestados de gente a esas horas. 

Al fijarte, en uno de los árboles cercanos a la cúpula, había colgado un LoVe-* de una rama alta. No alcanzarías de normal. 

Liam cerró el botiquín, el contenido del mismo era exiguo pero era lo único que tenía y podía resultar útil. Luego observó nuevamente el jardín.

Caos congelado, el silencio creaba una falsa ilusión de orden, pero los signos de la tormenta pasada y de la tormenta por venir estaban escritos en toda la escena... y el calor necesario para derretir el hielo lo estaba proveyendo él mismo con cada paso que daba. Pasos cortos, rápidos y cuidados, tanto por la necesidad de despertar sus piernas como para evitar pisar en falso, hacer ruido sería fatal según lo veía. 

La escopeta en el árbol sería una excelente arma para él, no necesitaba apuntar demasiado y el poder de parada sería útil, pero estaba demasiado alta para alcanzarla y el riesgo de una caida era real. De todos modos, si no encontraba nada en las tiendas treparía para reclamarla. Con cuidado, ya que no sabía qué podía encontrar adentro, Liam ingresó en la tieda más cercana sabiendo que esa acción subiría la temperatura un par de grados. Una vez dentro y si todo parecía seguro se dedicaría a buscar algún equipo de comunicación y algún arma. 

La tienda en la que entraste estaba llena de...cajas de munición y armas practicamente vacías. Pero en una, medio tirada en el suelo, encontraste 10 cartuchos para la LoVe y una Orphan con una quemadura un poco fea en un lateral solo con el cargador que llevaba puesto. 

Todo lo demás estaba vacío, y parecía que había sido saqueado con bastante prisa. 

No era tiempo de análisis exhaustivos, y parecía que tampoco tendría demasiado tiempo de pensar detenidamente si quería salir a tiempo del complejo. Por ahora lo mejor que podía hacer era recoger todo aquello que pareciera medianamente útil y luego descartar lo que no sirviera. En ese espíritu Lian tomó los cartuchos y los guardó en el botiquín, y tras asegurarse de que el arma tuviera el seguro puesto la colocó en uno de los bolsillos del traje*.

Una vez estuvo seguro de no haber pasado nada por alto en esa tienda pasó a la siguiente. Muy probablemente tuviera que trepar el árbol para recuperar la escopeta, esperaba que para cuando hubiera terminado con las tiendas sus piernas se hubieran recuperado.

La segunda tienda de campaña fue...fue desconcertante. En su exterior todo parecía normal, pero dentro no había absolutamente nada, salvo por un agujero de 1 metro de ancho que parecía bajar en un sentido vertical perfecto. No parecía o no le veías tener fin. Tampoco ayudaba la poca luz que se colaba entre las telas, que dejaban entrever las sombras del exterior. 

Liam no tenía una fuente de luz para observar el interior del hueco,  y dadas las circunstancias prefería no acercarse más de lo necesario. Si encontraba una linterna podía regresar a investigar si el hueco podía servir como ruta de escape, por ahora y antes de dirigirse a la siguiente tienda se quedó lo suficiente como para determinar si, por la forma de los bordes y el material acumulado a su alrededor, era capaz de definir si había sido un hueco de entrada para algo, un hundimiento, o la excavación de algo que hubiera salido por allí.

Aquel fenómeno no era normal ni natural. Nada había entrado, nada había salido. 

Te moviste hacia la tercera tienda de campaña, entraste y de inmediato escuchaste el sonido de un gatillo siendo presionado lentamente- No te muevas...- la voz era baja, de hombre, muy cansada y que venía casi de tu espalda. Es como si quien sea te hubiese estado esperando, a ti o a alguien- levanta las manos, dime tu código de tarjeta, nombre y no te gires, o acabarás muerto. 

3 cadáveres de científicos estaban apalancados al final de la pequeña tienda, donde cabrían 15 personas máximo y que correspondía por el poco mobiliario a la zona de cambio de ropa. 

Liam aún intentaba dar sentido dentro de su cabeza a lo que había visto del hoyo en la segunda tienda mientras entraba en la tercera. La voz y el sonido lo tomaron por sorpresa, provocando un escalofrío en su columna y una sesación de sudor frío. Tuvo que luchar contra sus instintos para no girarse, para no gritar, y para no salir corriendo, los cuerpos en la esquina de la tienda dejaban bien en claro que quien estuviera detrás suyo cumpliría su amenaza.

Con lentitud levantó las manos, mientras tragaba saliva para poder hablar, le tomó un par de intentos forzar a su voz a salir pero finalmente pudo emitir una serie de sonidos coherentes. - Investigador Forense 3342564, Liam Hattaway. - una vez vencida la resistencia, su voz no se detuvo y la siguiente pregunta salió antes de que pudiera contenerse - No se quien seas, pero si vas a matarme al menos dime que mierda está pasando aquí. - Se arrepintió de haber hablado de más tan pronto como las palabras dejaron su boca, estaba caro que quien lo apuntaba no estaba del todo en sus cabales y las posibilidades de terminar con una bala en el cerebro no eran pocas.

Date la vuelta- Ordenó, para dejarte ver un mono de color negro ceñido al cuerpo, lo cual significaba que era uno de esos saltadores con el rango más alto y multitarea, de hecho, había muy pocos, con ciertas protuberancias en tobillos, rodillas y hombros. Sobre este, había un cinturón de algún MEIL que atravesaba el pecho, y el hombre llevaba colgada una UTT-09 y en las manos un Blazzerd.

 Una brecha se ha abierto en el complejo, tres niveles han sido cremados, por ahora- te hizo un gesto para que guardaras silencio mientras observaba alrededor. Te diste cuenta que parpadeaba solo con un ojo- Tenemos dos horas para salir, y como ves, hay cosas sueltas, se ha colado algo de una brecha o esto es obra de los mismos que lograron colarse hace no demasiado...- frunció el ceño.- lo que hay aquí es rápido, grande, y casi invisible....así que tenemos que largarnos de inmediato...

Liam obedeció sin bajar los brazos, y al ver a su interlocutor no supo si alegrarse o preocuparse, aunque las palabras siguientes del soldado le dejaron claro que la segunda opción era la más adecuada. Si un tipo armado para ir a la guerra, a dos o tres guerras de hecho, tenía miedo de lo que había en las inmediaciones él claramente sólo podía aspirar a una muerte rápida e indolora.

Para el científico las palabras más importante de todo lo que había dicho el soldado fueron "... tenemos que largarnos..." tenemos... el tipo con más poder de fuego que hubiera visto lo había incluido en su grupo de escape y él no iba a protestar. Bajó la voz para igualar el tono del soldado. - Vale, tu eres el experto, dime en que puedo ayudar e intentaré hacerlo. - bajó los brazos y recorrió con la vista el lugar en busca de algo útil, desde armas hasta equipo electrónico, pasando por algún matafuego o un balde de pintura... cualquier cosa que sirviera para dejar en evidencia algo "casi invisible"  - Por cierto, como te llamas.

Rick- Sonrió de medio lado mientras echaba un vistazo rápido alrededor- vas a ser de mucha ayuda, vas a ir por delante, siempre- De cierta forma, tenía sentido, el que llevaba la potencia de fuego a distancia era él. 

Como no te llevaras barro, aparte de eso, y de lo que ya habías visto, no encontrarías por allí en la zona donde estabas, nada más.- ¿lo tienes todo?- Te hizo un gesto hacia la brecha, si, la misma por la cual lo que sea había entrado o salido, la misma que daba al resto de la planta, la que rompía el protocolo de seguridad biológica- ¿Tienes a alguien en el complejo? 

Liam tenía claro cual sería su rol en la pequeña sociedad que había formado con Rick, sería carnada viva, no le gustaba pero si tenía que hacerlo al menos mordería. - Si no te molesta - y sabía que le molestaría - Me gustaría buscar una escopeta que vi mas atrás, si me vas a usar para pescar al menos déjame llevar la punta del anzuelo. - La última pregunta del soldado le inspiró algo de esperanza, el tipo era humano, claro está si no era que se lo decía para refregarle en la cara que estaban perdidos. - Vine sólo y no he hecho amigos, nada me ata. - respondió.

Si Rick lo dejaba iría hasta el árbol, treparía, y buscaría la escopeta. Con suerte resbalaría y se rompería el cuello, acabando con todo... no, a quien engañaba, quería seguir viviendo y escapar de esa pesadilla.

Te dejó, aun a regañadientes, aunque cuando te vio acercarte con ella te la pidió un segundo, revisando la zona del gatillo- Vale, puedes usarla- Fruncio el ceño- no podrás usar todas las armas que encuentres, algunas tienen un codificador genético y si intentas dispararlas o usarlas te freirán el cerebro lo suficiente como para dejarte inconsciente. Tienes que fijarte en el gatillo, bueno no ahí, en donde posicionas de primero el dedo- te lo mostró, viéndose una pequeña lámina de un color un poco mas claro que el resto- esta es normal, si estuviera activada, no se vería. 

Liam asintió ante la explicación de Rick y tras colgarse la escopeta en bandolera revisó la pistola que había encontrado, lo cierto era que ya de entrada no sabía si dispararía dada la quemadura que tenía, si además tenía activado el sistema de codificación la dejaría.

Con un suspiro tomó la escopeta y se dirigió hacia la brecha - No conozco otra entrada al nivel más que la que está pasando el templo Sintoista. Si no hay otra tendremos que recorrer todo el pasillo hasta ese lugar y no me gustaría hacerlo al descubierto. - asomó la cabeza y calculó la distancia hasta la mezquita, mirando también la dirección de las huellas que pudiera haber dejado la criatura... si había alguna.

Hay otra opción...- tu mirabas, pero hasta salir fuera de esa zona no sabías si habría algo y el estaba parado, por ahora- Podemos salir por un ascensor de emergencia, metiéndonos mas en el bosque de la iglesia- señaló una zona que no habías visitado. La verdad, es que el complejo era enorme- el problema, es que da a la planta de dioses antiguos y eso...puede no ser buena idea...aunque sería mas corto hasta llegar al ascensor principal, suponiendo que este funcione, es mas peligroso. En esa planta nada funciona como debería, muchas cámaras fallan, y por eso es la única que dispone de escaleras paralelas al ascensor principal, mas o menos.