Partida Rol por web

Presa del miedo, Arabelle corrió. Sabía que dejaba a Mike a su suerte, pero en ese momento no era capaz de involucrarse en la pelea. Casi era un milagro que fuese capaz de moverse. Trató por todas sus fuerzas de no meterse entre los dos, y salir del pasillo en dirección a las escaleras por las que no mucho antes había querido subir. 

Ella, o lo que quedaba de ella, si es que en algún momento había sido la original, arrampló como una loca hacia Mike que evitó que se le echara encima, golpeando el aire como si quisiera desgarrarlo con esos dedos que parecían alargarse casi como una ilusión óptica. 

Pero siguió, con pasos rápidos, hacia él. Hasta que este dio con una de las puertas al lado*

Arabelle tuvo que driblar un poco la situación, ya que los movimientos de su antigua compañera dejaban muy poco espacio realmente libre, un pequeño traspies y pareció quedar a la espalda de ellos. Ahora solo le quedaría correr. 

Me había escapado de las garras del ser por escasos centímetros, tenía que seguir huyendo, pero sin perder la cara a Ella o sus dedos reconvertidos a garras me destrozarían.

Arabelle corrió todo lo que su semi estado de shock le permitía. Sin mirar atrás. En dirección a las escaleras que subían al pisso de arriba. 

Mike sobrepasó a Arabelle que se había mareado levemente por la adrenalina, por un instante no pudo ver bien y casi se había comido la pared. 

¡Arabelle! Hemos de hacer algo o esa cosa acabará con nosotros.- Le dije a la alemana mientras continuaba la retirada hacía los apartamentos. Aunque por mi parte no dejaba de pensar que hacer, no se me ocurría ningún posible plan de escape.

Mike tenía razón, seguramente no pudieran salir los dos de allí si símplemente corrían ... y entonces fue cuando Arabelle tuvo una idea sobre que hacer. Era una locura, no sabía si saldrían vivos de allí, pero quizá así pudiesen salvarse los dos. 

-¡Tengo una idea! ¡Sígueme! - le dijo mientras corría en dirección a su propio apartamento, que se encontraba en aquel piso, y buscaba entre su ropa la tarjeta para abrir la puerta. 

Arabelle encontró la tarjeta en su bolsillo mientras corrían, como Mike a su vez intentaba seguirla. El problema era que la entidad les tenía calados bien y aunque no había terminado de herirles realmente, parecía o suficientemente pensante como para saltarle a Mike en el último momento encima, para derribarlo. 

Las uñas se clavaron en la piel del médico a la altura del gemelo, y se arrastraron hacia el pie, quitándole el zapato incluso en el viaje. 

¿Por qué? No sabíais como no le había atrapado, ambos corríais de espalda a ella, pero se escuchó el sonido de algo pesado al caerse. 

Mike seguía libre, pero herido.*

¡Ahhh! -  Gemí inconscientemente cuando las uñas de Ella se clavaban en mi pierna.  Por un instante,  pensé que  me había atrapado y que mi huida de Titan acababa ahí mismo.  Pero por suerte me soltó.  Continué corriendo siguiendo a Arabelle a la que parecía habérsele ocurrido una idea; ya me ocuparía de la herida cuando estuviéramos en un lugar más tranquilo. 

Unos metros más adelante me atreví a girarme para ver que había producido el ruido que había escuchado y si ya no estábamos en inminente peligro de muerte. 

Arabelle no se detuvo hasta llegar a la puerta de su apartamento, con la tarjeta para abrirla en la mano. Solo entonces miró atrás, mientras abría la puerta, decidida a entrar en su interior. 

... y mientras parecía decidida desde el exterior, cada vez tenía más dudas de que su idea fuese a salir bien. De que no estuviese metiéndose en una ratonera de la que después no podría salir. De que Ella fuese a ser demasiado inteligente para caer en la trampa que pensaba tenderle, o por el contrario demasiado inconsciente. 

Arabelle abrió la puerta, y se giró casi a la vez que Mike, para ver como la falsa Ella, o Ella, porque parecía muy normal ahora mismo, se retorcía en el suelo- Ayuda!! Ayudadme!!- Lloraba, y se agitaba como si algo le quemase por dentro, empezando a escarbar con su mano normal, y la metálica, en la ropa- AYUUUUDA

-Joder Mike.- Aunque hacía unos segundos la cosa que estaba en el suelo había intentado acabar con mi vida, supe en cuanto me giré que si Ella seguía allí tenía que intentar ayudarla.- Entra en casa, pero no cierres, por favor,- Le pedí a la bióloga.- si Ella vuelve a levantarse y a actuar como una poseída intentaré correr hasta aquí y escapar, pero si ves que no voy a lograrlo cierra, no la dejes entrar.

Caminé unos pasos hacia atrás, lentamente, dispuesto a girarme y echar a correr al primer signo de que aquello no era más que una trampa para atraerme cuál insecto a la miel. Una cosa eran el juramento hipocrático y el no dejar a nadie atrás y otra lanzarse de cabeza a una trampa.- ¿Ella? Ella, soy Mike. Voy a ayudarte, pero necesito saber que eres tú tú antes de acercarme.

Al ver a Mike acercarse a aquella criatura que fingía ser Ella, Arabelle  no se lo podía creer. Aquello era una trampa, estaba segura. Con la puerta ya abierta, se acercó a Mike tratando de detenerlo. 

-Mike, ¿Que haces? ¡Esa cosa no es Ella! - trató de agarrarlo y tirar de él - ¡Mike, para, ven conmigo!

No podía responder a Mike, el dolor era tal, que solo podía ir rompiendo la ropa del pecho con desesperación. La de metal lo tenía más fácil, así que en muy poco tiempo dejó a la vista una herida en pleno esternón que parecía una picadura muy fea, con un "orificio" central de medio centímetro y una reacción externa de casi el tamaño de una manzana.