Partida Rol por web

Un rápido vistazo a la planta me indicó que la única salida era por el techo. Me llevé un dedo a los labios y luego se la señalé a Arabelle.

Me puse debajo del agujero, me agaché y entrelacé las manos para que Arabelle pudiera colocar su pie en ellas y ayudarla a subir primero.

No pudo evitar pensar que aquello había sido una muy mala idea. Deberían haber corrido a las escaleras y haber subido, pero ya no había vuelta atrás. En cuanto vio como Mike se colocaba para ayudarla hacia arriba usandole como apoyo. Si tenían suerte podría salir por arriba. 

Arabelle logró subirse cual grácil ninfa...y le hubiese valido una medalla en algún sitio si no estuvieran huyendo por sus vidas. Accedió a la zona mas oculta del techo, había espacio hasta para cuatro si lo querían y parecía realmente rígido, así que sería o debería de ser resistente.

¿Mike lograría subir?

En cuanto vi que Arabelle dejaba hueco salté tras ella. Notaba que quien quiera que hubiera hecho el ruido segundos antes en la habitación de al lado estaba a punto de entrar y descubrirnos. No solo había que ser rápido sino también silencioso.

Apenas había llegado arriba cuando vio que Mike la seguía. No pudo ayudarle. Apenas le dio tiempo a apartarse de su camino y mirar atrás un momento para ver lo que venía detrás.

Estaba segura de que no podrían quedarse allí mucho tiempo, tendrían que moverse. Miró a su alrededor buscando una ruta por la que seguir. 

Arabelle había visto una salida, justo por donde se había subido Mike, así que ambos la vieron. El problema, es que el pasillo iba hacia las escaleras. Parecía seguir mas allá de este, por lo que les llevaría a otro sitio diferente, suponían. 

¿Permanecer quietos o moverse?

El crujido del último peldaño resonó un poco, y se escuchó movimiento de uno de los dormitorios, como si alguien estuviera arañando insistentemente una pizarra, con el sonido desagradable que conllevaba. 

Arabelle indicó a Mike el camino que había visto. Era posible que él ya se hubiese dado cuenta, pero en el gesto además hizo un ademán de que fuesen hacia allí. Podría ser peligroso, pero no creía que quedarse allí quietos fuese a solucionar las cosas. Aquel ruido de fondo además les daba la pantalla perfecta. 

Con toda la delicadeza de la que era capaz en aquella situación, se dirigió hacia lo que parecía la salida. 

Asentí a Arabelle. No parecía un buen plan quedarse allí mientras el tiempo que nos quedaba hasta la incineración se evaporaba. Con el mayor cuidado posible seguí a la bióloga en dirección a la única salida que había en aquellos conductos.

Apenas lograbais alzar un poco la cabeza por lo bajo que era el conducto, pero lograsteis arrastraros con el máximo silencio posible hasta la zona de escaleras. Unos metros más, y estarías en otra casa o lugar. 

Chicos?- Era Ella, y os hablaba a vuestras espaldas, pero no en el conducto si no mas bien como si alguien se hubiese asomado. ¿Alguno se giraría? 

No mires atrás, no mires atrás... Murmuraba para si misma. No era Ella. Lo habían comprobado una y otra vez. No había nada que pudiesen hacer por ella. Todo lo que quedaba era salir de allí con vida. 

 Haciendo el menor ruido posible trató de seguir avanzando. Solo eran unos pocos metros más, solo unos pocos metros más... 

Escuché a Ella, - ¿Cómo nos había encontrado?- Daba igual, no era ella, había decidido dejarla atrás porque no había forma de ayudarla, solo había un camino y era seguir gateando en silencio por el conducto de ventilación.

Aquellos últimos segundos agónicos antes de lograr girar a la derecha y perder de vista aquella zona encima de la casa llegó como si fuese un regalo. Nada más pasar las marcas que delimitaban la propiedad con otra, que eran papeles que refulgían ligeramente en la oscuridad de un color rojizo claro se escucharon tiros de donde veníais. Y mucho, mucho ruido. 

Ahora podíais moveros hacia la derecha o la izquierda, siendo detrás vuestra de donde veníais. No había señalizaciones, pero ambos deberían de dar a zonas de pasillo, pensabais. 

Por fin habían salido. No sabía cuanto duraría, pero parecían tener un instante de respiro. Tenían que seguir moviéndose, alejarse de lo que fuese que estaba ocurriendo a su espalda.

Ese fugaz momento de respiro le trajo de la cabeza lo que quería hacer desde el principio, buscar a Azazel. Ahora estaban en su piso ¿no? Trato de orientarse y correr hacia la puerta, era la más llamativa del pasillo, debería ser sencillo encontrarla. 

Debería de estar...si, mas o menos tirando hacia tu derecha, a unos cien metros. El pasillo de un sentido único por ahora daba a uno mas grande, el cual seguía en dirección pensabas tu al centro del pasillo, uno a la derecha que daría al ascensor o muy cerca, el siguiente a ese que debería de dar a un...espera. No. Algo fallaba. Correspondían las puertas, las salidas mas o menos, pero, no había conducto ninguno hasta el apartamento de Azazel. Justamente no había hacia él. 

Notaste una vibración en el bolsillo del pantalón, era el móvil. ¿Llevabas un móvil? No recordabas que fuese exactamente ahí. 

Trató de orientarse, buscando como llegar hasta el apartamento de Azazel, pero justamente a ese parecía que no podría llegar. Que demonios... ¿Por qué no a ese? Tendría que buscar una alternativa, salir al de al lado y tratar de llegar desde allí. Se dirigía hacia allí cuando de pronto notó una vibración en el bolsillo del pantalón.

Extrañada, pues no recordaba llevar ahí su terminal, llevó la mano para sacar lo que fuese que estuviese vibrando. 

No sabía donde estaba, ni cómo era aquella planta, así que decidí hacer lo más prudente y eso era, en completo, seguir a Arabelle allá donde ella fuera en aquellos túneles de ventilación.

Tenías una señal de llamada en efectivamente un lugar donde no tenías tu terminal personal. Este era más bien como un móvil pequeño, muy fino, sin botones y con una pantalla que iluminó levemente la zona, donde veías el rostro de una Azazel en penumbra, hablando con alguien que debía de tener al lado. 

Sin detenerse, aunque apartando la vista del lugar hacia donde iba, Arabelle observó la pantalla de ese extraño móvil con evidente gesto de confusión. 

-Pero que demonios... ¿Azazel? ¿Azazel, puedes oírme? 

Se acercó el móvil al oído, tratando de escuchar lo que decía.