Partida Rol por web

Uno por uno todos se van acercano al rellano alrededor de la fogata. Justo para ver como los hombres reunidos alrededor de la sombra comienzan a ponerse somnolientos y caen dormidos. Esto es obra de magia. Seguro que está en manos de Akil.

Sin embargo, los tres que estaban reunidos en la cueva salen de allí y estos no dan señales de estar muy alegres.

Maldita sea... ¿todo se va a complicar esta noche? Intentémoslo una vez más...

Quentin sigue cuidadosamente a Usicias tratando de no hacer ningún ruido entre la numerosa hojarasca que puebla el suelo que pisan ...

Como si de una brisa tratara, estos tres comienzan a caminara atontados cerrando los ojos y terminan por caer dormidos. Ya todos conocen la magia de Akil, o a menos este hechizo. Se ha asegurado de dormir a todos los la banda. Otra vez tienen la carta superior de la baraja, y pueden disponer de todos a su antojo. Pero han de ser cuidadosos porque el sueño es natural y podrían despertar al menor ruido.

- Quentin, Kain, ya sabéis lo que tenéis que hacer - susurra Akil desde algún lugar, aún invisible - Tened cuidado de no hacer ruido, por favor.

Usicias camina lentamente entrando en la guarida pasando por entre los cuerpos dormidos de los bandidos que yacen en el suelo de la cueva.

Quentin comienza a atar uno a uno a toda una banda que ha quedado adormilada por las poderosas artes del mago Akil. Sólo han transcurrido unos pocos minutos desde que han llegado al lugar.

Uscicias comienza a curiosear por el lugar. Más específicamente la cueva. Entra hasta allí dejando a todos afuera.

Mientras esto ocurre hay una tercera persona que comienza a acercarse al lugar. Primero lo han visto acercarse, pero de forma bastante repentina. El doblar brusco de uno de los caminos de acceso había impedido su visión.

¡Muy bien! exclama al ver la escena. Luego se dirige a ustedes. Saludos extranjeros. Sean alabados por la ayuda que nos han brindado.

Quentin comienza a atar uno a uno a toda una banda que ha quedado adormilada por las poderosas artes del mago Akil. Sólo han transcurrido unos pocos minutos desde que han llegado al lugar. Uscicias comienza a curiosear por el lugar. Más específicamente la cueva. Entra hasta allí dejando a todos afuera.

Allí puede ver varios cofres donde se esconden objetos de valor. Sobre todo vajilla y lámparas muy elaborados y con materiales preciosos. También monedas de oro y plata; pieles y telas finas e incluso varias gemas y piedras preciosas. Por un intante temes cómo responderá el resto del grupo cuando encuentren estas maravillas.

Sin embargo detienes tus cavilaciones al escuchar voces desde afuera. Sobretodo la de alguén que no has escuchado antes.

Usicias mira el tesoro y se pregunta que guardaran los bandidos en este tesoro que se encuentra a sus pies, quizas algo que les indique algo sobre las recientes incursiones al sur o de los ataques a las aldeas de los Barbaros. Concentrandose el anciano drúida comienza a convocar su poder para buscar algún rastro de magia en el opulento tesoro. Un frío viento le rodea mientras sus ojos se tornan blancos y brillan con una gran destello dirigiendose a la pila de objetos.

Lo primero que haces es probar si entre los objetos presentes hay alguno con poderes mágicos. Pruebas con un hechizo que conoces, pero en la habitación no hay nada mágico. (nada de poder 15 para arriba). Sin embargo puedes apurarte, y seguir registrando a ver si encuentras algo más de interés.

Todos han quedado súbitamente callados. No se esperaban esta aparición, a pesar de que el aspecto no es particularmente amenazante. Veo que entre ustedes tenemos a un tejedor de los finos hilos de la magia. Dice el joven dirigiéndose parcialmente hacia Akil. Mi nombre es Fentos, de la casa Grincea. ¿podría atreverme a pedir el suyo?

Usicias no logra encontrar nada con su hechizo al menos ningún hechizo poderoso, si hay algún objeto mágico su magia debe ser muy sutil. Antes de ir a buscar a los demás se detiene un último minuto para ver si logra encontrar algo más en el tesoro. Minuciosamente registra con la vista el tesoro y sus alrededores.

Aún invisible, Akil no puede evitar sonreír de medio lado.

- Akil Ex Miscellanea, para serviros. – replicó con voz educada y haciendo una leve reverencia, quizás tan sólo visible para su nuevo interlocutor - ¿En qué podemos servir a vuesa merced? – aunque le diera reparos aquel hombre, siempre era mejor empezar con buen pie; siempre hay tiempo para otras opciones.

La casa Grincea te suena. Tiene fama de ser un grupo de piromaníacos y destructores. Tienen una habilidad innata con esas artes. Pero su fama de valientes y temerarios también les precede. [en otras palabras flambeau].
¿Servir, decís? ¡Oh! Pero si ya lo habéis hecho. Llevo un par de lunas persiguiendo a estos bastardos. No hacen más que crear caos en nuestras tierras.

Usicias registra los tesoros que hay, pero sólo le llama la atención un par de ágatas idénticas, y un papel que parece ser un mapa de la región. Quizás sea hora de buscar al resto, pues no puede evitar escuchar conversación afuera, incluyendo una voz que no conoce.

Usicias toma el mapa en la mano y se guarda las ágatas en la túnica mientras camina hacia donde estaban los demás, la extraña voz que escucha en la habitación le preocupa a sobre manera pues no le hes conocida.

Usicias sale de la cueva y se encuentra con el grupo que conversa con un extraño. No parece haber hostilidad pero no hay que dejar las reservas. (mira la descripción del pnj)

Usicias se sorprende al ver la extraña aura que rodea al hombre que se encuentra hablando con sus compañeros y tratando de que no le vean invoca un poder para tratar de descubrir la naturaleza de ese extraño halo.

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¿piercing, no? ¿aretes y argollas también?