Partida Rol por web

Trilogía de la Orden del Libro: El Enclave

CAPITULO I-B: El encargo comercial

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13/11/2016, 22:04
DM

La Orden del Libro, un bastión de saber y de maravillas conocido a lo largo y ancho del mundo, ubicado en la bulliciosa ciudad de Robleda. Todo aquel ávido de conocimiento y magia sabía que aquel era el destino en el que podría encontrarla gracias a sus pacíficos y sabios miembros quienes convivían en el interior de un fortificado enclave lleno de secretos y sucesos extraordinarios. Dividido por secciones, había lugar para todos, desde los hábiles artesanos enanos que en los subterráneos del enclave inventaban y construían artilugios inimaginables hasta los arcanistas que encerrados en sus laboratorios manipulaban los elementos para lograr conjurar una magia jamás vista pasando por los valientes exploradores de la orden quiénes lograban descubrir los secretos más profundos de olvidadas ruinas y descubrían exóticos parajes con extrañas formas de vida en los límites del continente conocido. Todos ellos se complementaban en un ambiente idílico de perfecta armonía y compenetración donde la búsqueda del saber era la máxima que les unía.

En los talleres y forja subterráneos del enclave Ösrik se hallaba moldeando una placa de metal sobre un enorme yunque con su martillo. Los sonoros golpes del enano resonaban en todo el taller hasta que de pronto el martillo se desvió de la trayectoria y cayó al suelo de piedra golpeandolo con un estruendo. El artesano enano se llevó la el dedo pulgar de su mano izquierda a la boca y se lo lamió para apaciguar el dolor. Si sus manos fueran las de otra raza el dedo ya estaría aplastado, pero la robusta constitución de los enanos les permitían mayor resistencia a ese tipo de accidentes laborales. Ösrik maldijo y gritó una serie de improperios en lengua enana mientras que a su lado la peliroja y delgaducha Nariya seguía con su labor. La joven suspiró, desde que el Gran Maestre Artesano le anunció que sería el encargado de trabajar en aquellas nuevas runas su maestro no solo estaba más despistado de lo habitual sinó que su mal genio era similar al de un dragón al que acababan de saquear su preciado tesoro.

Ambos se hallaban trabajando en la construcción de un baúl de adamantita, un metal muy resistente y preciado. El objetivo era que el baúl estuviera fuera prácticamente indestructible a petición de los magos de la orden ya que iba a ser utilizado para un importante experimento en el que se planeaba crear una habitación mágica dentro del mismo. Mientras que Ösrik se encargaba de moldear las planchas de la dura adamantita según los diseños que se le habían proporcionado Nayira se utilizaba sus delgadas manos para dar forma a las bisagras y a la cerradura de la misma. Todo un ejemplo de trabajo en equipo...

 

Notas de juego

NOTA DM: Jarsen tiene acceso, pero aun no puede postear hasta que aparezca en escena. De momento podéis postear vosotros...

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13/11/2016, 22:48
Nariya

Nariya puso los ojos en blanco ante la cantidad de improperios que el normalmente bonachón enano estaba soltando. Tampoco es que ella estuviese de mejor humor; la noche anterior se había "escapado" para ir a ver a un chico de su antigua pandilla de rateros con el que llevaba algún tiempo coqueteando pero las cosas no habían salido demasiado bien. El chico parecía querer utilizarla para conseguir cosas de la Orden, algo a lo que la chica se había negado con fiereza. Ella no era ninguna traidora: ni a sus antiguos amigos ni a los que la habían acogido.

Ahora Nariya intentaba concentrarse en trabajar con precisión en la cerradura. La muchacha se esforzaba en que estuviese bien alineada, para que ningún ladrón pudiese forzarla, pero no resultaba fácil. Ultimamente estaban sometidos a mucho estres. Demasiado. Y era bien sabido que por algún lado tenía que salir... La joven había intentado suavizar aquella tensión que sentía reubicando el dinero de la bolsa de uno de los timadores de Velex que estaba buscando reclutas, a la cesta de una niña, pero no había servido de nada más que de arriesgarse a que el guardia le atrapase y a que Ösrik le viese quemar la bolsa vacía y la descubriese. Y Nariya sabía que aquello no le haría ninguna gracia.

–Fue una estupidez, eso en realidad no les hace ningún daño y si me pillan ahora puede meter en líos a Ösrik y a la Orden.– se recriminaba.–¿O te crees que cambiará algo?

Cuando el enano paró de farfullar, la mozuela detuvo el trabajo y se puso a rebuscar en una cesta que estaba cerca de su puesto de trabajo.

–Espera, que buscaré el ungüento –dijo– ¿Estás bien? Aparte de un poco torpe hoy, digo.

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14/11/2016, 14:58
Ösrik Forgemane

Ösrik dejó el martillo sobre el yunque; el metal ya se había enfriado, de modo que lo introdujo de nuevo entre las rugientes llamas.
Se secó el sudor y masculló enfurruñado ante el comentario de su ayudante.

- ¡Torpe dice! Cría del demonio... Sin embargo, no pudo acabar la frase, estallando en sonoras carcajadas. Al fin y al cabo, tenía toda la razón.
- Anda, descansemos un momento. Esto aún tardará en alcanzar la temperatura adecuada.
- Gracias, joven amable - dijo, guiñándole un ojo cuando le alcanzó la untura que aliviaría la picazón que sentía en el dedo.

- ¿Te puedes creer que en casi un siglo de vida podría contar con los dedos de una mano las veces que me he lesionado en la forja? ¡Y me sobrarían dedos!
Soltó un prolongado suspiro y prosiguió: - Pero esta semana, ya llevo cuatro golpes y cinco tenazas dobladas... no sé, Nariya. Estoy... disperso.

Ambos sabían bien a qué se refería, por lo que no añadió más y se quedó allí sentado junto a la muchacha, en silencio.
- Escucha - dijo al fin - No hagas caso a este viejo enano. Con la edad se nos trastoca la mollera y decimos barbaridades. No, no se ría, señorita. Ya me lo dirás cuando tengas mis años - añadió, golpeándole suavemente la punta de la nariz con un dedo.

El viejo enano había sacado a todos los dioses a desfilar por el enfado que sentía, y eso no había estado bien, no delante de la chiquilla, al menos.

Momentos después, olfateó el aire y supo que la plancha ya estaba lista para ser moldeada bajo el implacable martillo. Ösrik sabía identificar perfectamente el olor que despedía el metal cuando su temperatura era idónea.
- Vamos, sigamos. A ver si somos capaces de terminarlo hoy. ¡Y mucho cuidado con los dedos! Que llevas unos días... - Se puso de nuevo en pie y, todavía riendo, ocupó su lugar frente al yunque.

Nariya había vuelto a coger el cincel y el pequeño martillo que utilizaba para realizar esos grabados que tan bien se le daban y el anciano Forgemane sonrió para sí henchido de orgullo por verla trabajar con tanta dedicación.

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14/11/2016, 19:35
Nariya

La chica arrugó la nariz como un gato cuando el enano se la golpeó

–¿A tú edad? Pero si debes tener doscientos, por lo menos– se mofó la chica que se había sentado sobre la mesa en espera de que su maestro se tranquilizase y el metal alcanzase el punto óptimo.–Tengo la teoría de que inventaste la forja y todo. Por eso eres tan respetado. Seguro.

Nariya abría y cerraba las manos mientras hablaba, dejando circular la sangre libremente. La muchahca se apartó un mechón de la cara antes de dar un vistazo al fuego. Era dificil aguantarla mirada al horno, pero a la vez resultaba atractivo. Ambos, Ösrik y ella, ardían en deseos de que les trajesen aquella maravillosa pieza, pero no decían nada al respecto, como si temiesen gafarlo. Tratando de pensar otra cosa, la chica cogió el cincel antes de ponerse a labrar los adornos de la cerradura. Con ayuda de las lentes de aumento comencó a bislumbrar por donde irían las diferentes filigranas ahora que había terminado con los engranajes, pero de pronto, pareció pensarlo mejor y dejó los instrumentos en la mesa.

–Oye Ösrik. De nada sirve que esta cosa sea indestructible si la cerradura se abre con los ojos cerrados. Vale. No es que sea como la de la puerta d...como la cerradura de unos grilletes, pero podría mejorarse.–explicó la chica moviendo las manos–Mira. Si añadimos a la llave una punta oculta, que salga con un poco de presión podemos poner en fondo un agujero para que solo gire si se introduce ese pincho. Inluso sabiendo que hay que meter un pincho sería mucho más dificil de forzar. ¿Qué te parece? ¿Se lo decimos a los listillos de los planos para que nos den el visto bueno?

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14/11/2016, 22:38
Ösrik Forgemane

El enano se mesó la barba, pensativo.
Lo cierto era que darle un refuerzo a la cerradura no era mala idea en absoluto.
- No, ya sabes cómo son. Se tirarán dos semanas sólo para decidir que tienen que tomar una decisión. Hazlo, modifica el mecanismo como consideres oportuno. Te quedará bien, lo sé.

Ösrik siguió con su trabajo y, sin levantar la vista del yunque, añadió: - Y si tienen algún problema, que hablen conmigo... si tienen lo que hay que tener.

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15/11/2016, 10:46
Glümbik

Una inesperada visita interrumpió el trabajo de los dos artesanos, enano y humana, cuando se disponían a seguir con la manufacturación del baúl de adamantita con las modificaciones sugeridas por Nayira. Con pesos pesados el Gran Maestre Artesano de la orden irrumpió en aquella zona del taller de artificieros aún con sus binoculos de trabajo puestos y mascando su habitual tabaco en forma de pipa alargada y cilíndrica. 

- ¡Ehh vagos! - exclamó como si de un capataz goblin se tratara el jefe de los artesanos de la orden. Si no fuera porque todo conocían ya lo suficiente a Glümbik cualquiera pensaría que aquel enano de muy avanzada edad, pelo cano y ciego de un ojo era un ser desagradable y explotador, pero todos sabían que aquello formaba parte de su singular carácter y que Glümbik era muy respetado no solo entre los artificieros sino por todos los miembros de la orden no solo por su extraordinaria habilidad artesanal sinó por ser alguien justo y noble por mucho que las apariencias puedan indicar lo contrario.

- Vais a tener que esperar para acabar con ese cofre de resistencia aumentada... - dijo acercándose a las planchas en las que trabajaba Ösrik y extrayendose los binoculos acercando su nariz para olerlo, como si con ello quisiera valorar la calidad del trabajo hecho. - Tenéis un encargo comercial que realizar... - dijo echándose a un lado y presentando a un humano alto y con aspecto rudo que le seguía. - Este es Jarsen Hardwood, de la sección de arqueología y expediciones, trae consigo varias antiguallas que llevará ante Erus para venderla por una buena suma... - continuó explicando dando una profunda calada a su extraña pipa cilíndrica. - aprovecharemos también nosotros y le llevaremos su último pedido de lámparas mágicas, ¡así que coged el saco y en marcha! - ordenó dando dos palmaditas a Ösrik y mostrando su dentadura en una sonrisa pícara que no hubiera resultado tan cómica de no faltarle varios de los dientes. 

Según había explicado Glümbik había perdido su ojo y varios de los dientes cuando, antes de formar parte de la Orden, se había enfrentado a una docena de elfos oscuros en las entrañas de la tierra y aunque había decapitado a todos, según afirma, esas son las heridas de guerra que le consiguieron realizar. Todos sabían también que el viejo Glümbik tenía cierta fama de tomar el pelo a todo el que se le cruzara...

Notas de juego

NOTA DM: Todos en la orden conocen a Erus y es tenido en muy buen concepto. Erus es un comerciante adinerado de Robleda con quien la orden acostumbra a hacer negocios para vender sus creaciones o comprar libros y otras maravillas que él mismo consigue en alguno de sus múltiples negocios. 

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15/11/2016, 11:34
DM

Notas de juego

NOTA DM: Se te ha encomendado llevar unas pocas antiguedades recuperadas de vuestra última expedición de exploradores al comerciante Erus. Aprovechando el envio que debe realizar la sección de artificieros, te unirás a ellos para llevar la mercancía y hacer la transacción.

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15/11/2016, 16:34
Nariya

Nariya sonrió alegremente sacando del mandil el punzón. Ya se imaginaba cual iba a ser la respuesta del enano y por ello lo había sugerido. La idea de modificar una cerradura la entusiasmaba.Justo cuando había introducido la herramienta para abrir el cerrojo e incorporar el mecanismo Glümbick apareció como un jabalí en una tienda de porcelana fina. A punto estuvo de soltar un exabruto por el susto, pero el anciano enano se adelanto con su perorata motivacional. O algo así.

La humana rio con ganas ante el saludo de su jefe pero se puso seria al oír hablar del ecargo. Por fin había llegado el momento. La muchacha cruzó la mirada con Ösrik, sin saber que decir ohacer. Aquello eran cosas de las altas esferas de la Orden y, aunque le daba curiosidad, también le intimidaba.

–¿Y cuando salimos dices? ¿Ahora? Pues vaya prisa....Ah ¡Holaa!–saludó cuando le presentaron al explrador–Encantada Jarsen, soy Nariya.¿Qué tal?

Nariya se intentó limpiar las maanos en el mandil y extendió la mano al muchacho, mirándolo con curiosidad. Parecía serio y seco, además de tener aspecto algo salvaje...aunque el aspecto de la humana, igual que el del enano tampoco era el mas fino de la Robleda precisamente.

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15/11/2016, 21:49
Ösrik Forgemane

Sin dejar de manipular el pedazo de metal que tenía entre manos, el herrero respondió ante la entrada de Glümbik imitando su tono de voz con guasa: - ¡Eeeh, vagos!, grita el viejo sus halagos.

Cuando éste expuso lo que venía a decir, el artesano no pudo evitar un gesto de disgusto: - Genial, otra vez de recadero.
A pesar de que la alternativa le interesaba en gran medida, nunca le había gustado dejar un trabajo a medias; conociendo los métodos de la Orden, si el encargo corría prisa, no dudarían en darle el proyecto a otro operario, y había trabajado mucho en ese condenado baúl para que viniese otro a meter sus narices en él.

En ese momento, les presentó a un muchacho de aspecto tosco.
- Oh, hola jovencito. Soy Ösrik, ¿Cómo lo llevas? - el enano le dio un fuerte palmetazo en la espalda al recién llegado a modo de saludo.

- Bueno, bueno. Menos prisas, viejo testarudo - le dijo al otro enano - ¿No te acuerdas de la última vez? Porque yo sí, y te aseguro que no pienso volver a salir con mercancías sin ir bien armado. ¡Estoy mayor ya para salir corriendo por esas calles!

Dejó bien ordenadas sus herramientas y se limpió las manos con un paño.
- Venga, preparamos las lámparas y recogemos lo que nos vaya a hacer falta.

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15/11/2016, 22:47
Jarsen Hardwood

Jarsen era un hombre callado y cuyo rostro parecia siempre reflejar  un cierto malestar.

Las ropas de viaje polvorientas y el pelo oscuro sucrio parecia encajar con la voz, algo gastada.

- Nariya, maese enano ... en cuanto esteis preparados, nos vamos.

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15/11/2016, 23:05
Glümbik

El Maestre Artesano soltó una sonora y ronca carcajada. - JAJAJA, un hombre de poca hablar y más obrar este Jarsen... - indicó aspirando de forma sonora su pipa cilíndrica. - Si aquí algunos cuchichearan menos y le dieran más al martillo construiriamos hasta un castillo. - exclamó refunfunañando para sí e indicó a los demás que le siguieran hasta un pequeño almacén junto a los talleres. Usando una llave que llevaba colgada al cuello abrió la pesada puerta de hierro y entró. Al cabo de un minuto salió con dos sacos, cada uno de ellos colgado en cada hombro. 

Entregó uno a Nayira y el otro a Ösrik. - Que no os dé menos de 150 monedas de oro por estas lámparas mágicas que estoy seguro que ese gordo de Erus saca una buena tajada como intermediario... - 

Notas de juego

NOTA DM: Cada uno de los sacos pesa bastante, aunque es transportable. A Nayira le costará algo más. 

El contenido del saco de Jarson, que ya ha traído el suyo, es de varios ídolos y figuras de piedra recuperadas de una antigua civilización subterránea. 

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16/11/2016, 15:40
Nariya

¡150! ¡Oído!

La chica saludó llevandose los dedos indice y corazón a la frente antes de coger el saco y echarselo al hombro. La muchacha se tambaleó hacia un lado...luego hacia el otro...Por fin, tras un par de vaivenes, pareció estabilizarse...para que el saco se deslizase hacia un lado. Soltando un improperio, la joven lo volvió a agarrar, esta vez con más firmeza y consiguió colocarlo sobre ambos hombros.

–¡Venga vamos, vamos! No seas vago,Ösrik y tira adelante–dijo la muchacha poniendose en marcha al paso más ligero que le permitía el peso. Cuanto antes llegasen antes se libraría de cargar como una mula con aquel saco. A más peso, más prisa.

Notas de juego

Es NaRiya, no Nayira xD

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16/11/2016, 18:46
Ösrik Forgemane

- ¿150 por todas, o por cada una? - dijo Ösrik guiñándole un ojo a Nariya. Le encantaba sacar de quicio al viejo enano.

- Que sí, chiquilla. ¿Qué prisa tienes? Además, te tienes que esperar de todos modos. Ahora vengo.

El enano tenía la costumbre (y la precaución) de no salir nunca del recinto de la Orden sin ir debidamente pertrechado, de modo que se dirigió a su pequeña estancia privada para prepararse como era debido. Mientras caminaba, dijo sin girarse, dirigiéndose a la muchacha: - Deberías guardarte algo afilado en el cinturón. Más vale llevarlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no llevarlo.

Apenas un minuto después, abrió la sencilla puerta de madera y se dirigió al pesado arcón que se hallaba a los pies de la cama.
Se vistió con una pesada casaca de cuero y se colgó al cinto el recio mallo de cabeza metálica que él mismo forjara en sus años de juventud, así como las hachuelas que tanta suerte le traían siempre.
Al salir, sobre el marco de la puerta vio colgado el polvoriento escudo que en otros tiempos fuera una de sus obras más finas.
Hacía tranquilamente dos o tres años que no embrazaba esa pieza, por lo que, al principio, su peso le resultó algo molesto, pero pronto se acostumbró su brazo a esa ligera incomodidad. Se lo colgó al hombro y se dispuso a reunirse con los demás.

No habían pasado ni cinco minutos cuando volvió a la entrada del taller, ya preparado para partir. - ¿Qué son esas caras? No he tardado nada, carajo.
Cargó el saco en el otro hombro y se encaminó hacia la salida.

Notas de juego

Que sí, que sí, que sólo vamos a vender y todo eso. Pero no me fío de nadie ya XD

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16/11/2016, 23:22
Jarsen Hardwood

Jarsen siguio al enano y la joven.

Le gustaban los enanos, eran fiables y duros como rocas. 

Realizo un pequeño asentimiento con la cabeza al maestro Glumbik y salio.

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17/11/2016, 12:24
DM

Tras recoger los sacos de las lámparas mágicas, los dos artesanos y el explorador ascendieron a la planta baja del enclave de la orden por un elevador mágico que también se utilizaba para el transporte de los artefactos y materiales. Una vez allí atravesaron los floreados jardines y bibliotecas de aquel idílico enclave para dirigirse a la puerta principal que daba acceso a las calles de la bulliciosa ciudad de Robleda. Junto a esas puertas tomaron una pequeña carreta de madera tirada por un burro donde cargaron los sacos de las lámparas y las reliquias que había traído Jarsen. El explorador se encargo de coger las riendas del burro para guiarlo por las bulliciosas calles y se dirigieron al Emporio de Erus para llevar a cabo la transacción. 

Las calles de la ciudad eran casi estresantes, ellos no eran los únicos que habían salido de buena mañana con el objetivo de realizar alguna tarea. Comerciantes, trabajadores, madres persiguiendo a sus traviesos hijos, guardias persiguiendo a ladronzuelos ocasionales. La actividad en las calles era tal que a veces tenían que esperar para pasar por algunas callejuelas debido al numeroso paso de personas que circulaban en ese momento.

Tras una media hora los tres miembros de la orden llegaron hasta el establecimiento ubicado en un edifico señorial que hacía al mismo tiempo de comercio, almacén y vivienda del hombre de negocios que era Erus. Tras atar la carreta y al buro a una zona habilitada al lado del edificio se cargaron de nuevo con los sacos y entraron en el interior del comercio. Dentro había un salón amplio lleno de objetos de todo tipo, desde armas y armaduras expuestas en la pared y maniquís hasta vitrinas llenas de joyas y objetos extraños. Si no encontrabas algo en ningún comercio habitual, lo encontrarías allí, fuera lo que fuera.

Un hombre oriundo, mofletes hinchados y nariz rojiza vestido de forma elegante y con un pequeño sombrero aterciopelado salió a recibirles desde el mostrador. Era Erus el comerciante. 

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17/11/2016, 12:37
Erus

- ¡Vaya vaya, por todas las monedas de Robleda, una comitiva de la Orden del Libro! - exclamó con afabilidad mientras dejaba reposar sus manos sobre su marcada panza y observaba los broches de la orden que portaban los dos artesanos y el explorador - Esta semana esperaba vuestros artículos con ganas... el último pedido de lámparas mágicas se agotó en solo tres días. - explicó saliendo de detrás del mostrador para acercarse más a los tres visitantes.

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17/11/2016, 14:46
Ösrik Forgemane

- ¡Pues aquí nos tienes! Prepara el bolsillo, que te va a estar doliendo por lo menos tres días jajaja.
Ösrik dejó el saco en el suelo con cuidado para no estropear la mercancía y extrajo una de las lámparas.

- Mira qué preciosidad, maldita sea. Dime dónde vas a encontrar algo más bonito y mejor hecho que esto.

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17/11/2016, 14:53
Nariya

Nariya se había reído con ganas ante la idea del enano de que podía pasar algo. Cierto era que llevaba la daga de plata que este le había regalado un par de años antes, pero aquello era más una herramienta que un arma. Pero las ganas de reír se la habían pasado durante el camino al mercado. Puede que la carga no fuese extremadamente pesada, pero sin duda, era muy molesta.

–¡Hola Erus!–saludó con su salero habitual la chica. Conocía a Erus incluso desde antes de entrar en la Orden, aunque él no lo había hecho. El comerciante había sido un mito entre los muchachillos. El inrobable lo llamaban.–Ya veo que las ventas te van bien...¡tres días! ¡Seguro que vendes todas estas en dos!

La chica dejó con cuidado el saco en el suelo y lo abrió para que el comeciante pusiese apreciar lo que Ösrik decía.
–¡Son increibles!Pero Ösrik chochea. Al precio que están y con lo rápido que las vendes el bolsillo solo te dolerá unas horas.–la pícara esbozó la mejor de sus sonrisas antes de seguir– ¡Por doscientas son tuyas!

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17/11/2016, 22:03
Jarsen Hardwood

Jarsen sonrió para sus adentros.

Vaya, son comerciantes natos.

- Dejemonos de rodeos, tu lo quieres y hay demanda. Te lo van a quitar de las manos. Ahorremonos los regateos inutiles.

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19/11/2016, 19:20
Erus

El afable y orondo comerciante se acercó y observó con detenimiento la lámpara que exhibió Ösrik con rostro de jugador de cartas. Si por algo era reconocido Erus en el mundo de los mercaderes era por su excelente capacidad de negociación y de exprimir al máximo el beneficio de sus negocios.

- ¿200? - preguntó circunspecto a Nariya. - Uhm, entonces tendría que encarecerlas y me costará más venderlas, con lo que tardaré más en pediros un nuevo envio, a la larga eso no os beneficiará, no... - comentó Erus a Nariya. - ¿Qué tal 120 monedas de oro? Podría ser una buena suma por esas lámparas, así abarato el precio de venta y más clientes se animan a comprarlas. - explicó sonriente con gran labia y dotes comerciales. 

Erus se fijó entonces en Jarsen. - ¡No creas, sin regateo el mercado de esta ciudad se vendría abajo! - exclamó convencido de ello. - es la ley comercial más sagrada de esta ciudad. -

Notas de juego

Nariya, en caso de querer continuar regateo una tiradica de carisma. Aquí el éxito es sacar menos que tu habilidad de Car. Por ejemplo en un personaje de CAR 17 éxito sería sacar 1, 3, 5 o 16. Un fracaso un 18.