Partida Rol por web

Hanna devolvio el abrazo como si llevara un siglo esperandolo. Acerco a Jeremiah a su pecho con ternura. Volvamos a dentro, no es bueno que nos separemos.... no se que hay en este lugar pero no pienso volver a dejar que te enfrentes a nada solo.

La luz volvio al pasillo, tintineo un instante y despues se recupero.

Ethan salio de la habitacion y vio a Hanna abrazada a Jeremiah. El hombre parecia acabar de salir de una pesadilla de tintes epicos. Estaba palido y sudaba a chorros. La expresion le resultaba familiar. Tal vez hubiera recordado algo... 

La puerta se cerro detras de Ethan, tal como habia pedido.

Jeremiah por acto reflejo agarró a la muchacha por la cintura, solo un momento mientras sus labios estuvieron apunto de susurrarle unas palabras, unas palabras que murieron en sus labios antes de ser dichas al irrumpir en la escena el teniente. Una mirada nerviosa Ethan y arrastrando los pies se dejó guiar por Hanna de nuevo hasta la habitación.

Mire a Brown y Hanna tras volver la luz al pasillo, parecía que había pasado por mucho en muy poco tiempo, estaba pálido y arrastraba los pies.
Me apresure acercarme a él para ayudarle a caminar.
Brown ¿qué ha pasado? ¿Qué le ha ocurrido? Me percate de que no era lugar para hablar de ello.
Espere a estar dentro allí me explicara, puede que este pasillo tenga orejas.
Me acerque a la puerta de nuestros aposentos pique a la puerta a la vez que avisaba a Murphy.
¡¡¡Murphy vamos a entrar!!!
Y empuje la puerta para entrar.

Descorrí el pestillo y permití la entrada a mis compañeros. Observé cómo Peterson encabezaba la marcha y me percaté de que Brown no parecía encontrarse muy bien.

Una vez todos estuvieron dentro volví a echar el pestillo y me quedé cerca de la puerta con mi arma en la mano.

- ¿Está bien? - pregunté a Brown. - ¿Qué demonios era eso? - aquella luz, luego la oscuridad. No tenía muy claro qué era eso, pero sí fue una de las pocas veces que había sentido miedo en toda mi vida.

Y luego estaba la niña. Tan tranquila, con su osito bebé como ella lo había llamado. Parecía saber muchas cosas pero el problema sería conseguir sonsacarle información.

No lo se.- dijo Hanna.- Tal vez fuera una alucinacion colecctiva, o... bueno, me dijeron que podiamos tener algunas secuelas por estar tanto tiempo congelados, que podiamos tener alucinaciones. Yo no he visto nada pero Jeremiah... lo ha pasado mal. dijo la mujer mirando al hombre asombrosamente palido.

- y no creo que fuera el unico, me parece que todos hemos tenido ese tipo de... sueños o imagenes desde que despertamos...

Jeremiah no se había separado de Hanna que le ayudó a entrar dentro de la sala en la que se atrincheraban sus compañeros. Parecía casi temeroso a mirarla como si fuera a convertirse en sal como sucedió en la biblia.

No, no ha sido una ilusión. Eso... Eso ha sido el mal.

Pareció apunto de decir algo más pero tras lanzar una mirada desconfiada al resto calló para ponerse de nuevo las gafas de sol y guardar silencio.

- Creo que eso - dije refiriéndome a lo ocurrido en el pasillo - tiene que ver con Orphen... - aquel maldito nazi que ya hacía unas cuantas décadas nos había torturado.

- Luego está el asunto del hombre malo que viene, del que nos ha hablado aquí esta niña tan mona. - dije sonriendo a la cría y revolviéndole un poco el pelo.

No era algo habitual en mí, pero pensé que seguramente era algo que un adulto que se llevara bien con los niños haría... así que para pasar el trámite tuve que hacerlo. Tuve que revolverle el pelo.

- ¿Qué hacemos ahora? - la pregunta iba dirigida más a Peterson que a Brown, aunque podría aplicarse a todo el grupo en general.

Esos sueños estaban siendo perturbadores, aún no tenía muy claro qué significaban... si eran reales o si sólo eran meros sueños.

Pero todo parecía ser real... parecían recuerdos. Murphy me había dicho que asistió a mi parto. Si eran recuerdos, por un lado los suyos y por otro los míos... Ciertamente era muy fácil que un hijo mío estuviera ahora andando por el mundo.

Esos pensamientos no ayudaban nada a centrarse en la misión, una misión en la que no había querido participar pero no tuve otra opción.

Escuché la pregunta de Murphy y miré a Brown y Peterson: - Es cierto, ¿qué hacemos ahora? Sólo quiero encontrar ese maldito aparato y largarme de aquí. -

Mi osito dice que vosotros sois buenos, que sois la luz que hace que la oscuridad se marche....- dijo la niña como si ni ella misma supiera lo que significaba.

Mi osito dice que se os dieron dones especiales que el resto de los humanos no tienen. Que teneis que estar unidos y luchar porque el mundo entero os necesita...mi osito dice que....- la niña bostezo abiertamente, se restrego los ojos con una mano Dice que.... 

Alguien toco la puerta con los nudillos sobresaltadoos de nuevo.

Al mirar por la mirilla visteis a una mujer hermosa, de raza negra, con el uniforme del hotel algo arrugado pero limpio. Miraba nerviosa a los lados del pasillo, parecia buscar algo o a alguien.

La niña miro la puerta desde lejos, parecia que sabia quien era sin necesidad de mirar. Puso el dedo frente a los labios pidiendo silencio y corrio a la habitacion para esconderse debajo de una de las camas.

- Señores... Soy Carla, del servicio de habitaciones. Estamos buscando a una niña que se escapado de su cuarto.- dijo la mujer elevando la voz.

Guarde silencio durante unos segundos intentando ordenar todo aquel caos dentro de mi cabeza para sacar de ello alguna cosa parecida a un plan.
Tengo la sensación que nuestra tapadera ya no es útil con Orphen y debemos andarnos con muchísimo cuidado con él, nadie repito nadie debe quedarse a solas con él, es una orden, es peligroso y no dudara en intentar acabar con nosotros si tiene la oportunidad.
Mañana cuando amanezca comenzaremos a mezclarnos con el resto de huéspedes, haber que podemos averiguar, recordad los grupos que asigne.
Mi tono se suavizo al mirar a la pequeña.
Ahora deberíamos hablar con esta pequeña.
¿Dónde está tu papa o tu mama? ¿Cómo te llamas? ¿Sabes cómo se llaman tu papa y tu mama?
Hice las preguntas de forma tranquila y pausadas con una sonrisa en la cara para dar tiempo a que pudiera responder.

Justo cuando estaba esperando respuestas escuchamos la voz de una mujer del servicio de habitaciones en la puerta, pero Orphen dijo que solo había un botones en todo el hotel.
Hice una señal rápida para que Murphy estuviese preparado. Mire a la niña esperando ver su reacción, si mostraba miedo a la mujer que llamaba la podíamos esconder, en caso contrario la deberíamos dejar marcha y con ellas las posibles respuestas.

Hanna respondio a su superior.- Señor, sabemos por el informe que se llama Berlin...- entonces tocaron a la puerta y la niña salio corriendo a esconderse bajo la cama. Esa no era una buena señal. Miro a sus compañeros y busco la empuñadura de su arma, siempre a mano, por si hacia falta.

Habían pasado unos segundos preciosos con la mujer esperando en el pasillo distribuidor. El teniente parecía preocupado en otras cosas y Hanna se acercaba a la Katana. A pesar de sentirse agotado y de que las manos parecían decididas a seguir temblando sin parar tragó saliva acercándose a la puerta. Se secó el sudor con el dorso de la mano e hizo una señal a la niña para que se apartase de la puerta para que no la vieran al abrirla.

Suspiró y abrió la puerta bloqueando la vista de la sala con sus cuerpo. No se sorprendió de que la sirvienta fuera negra, algunas cosas nunca cambiaban pensó. 

¿Una niña? Lo siento señorita... Carla ¿Verdad? Hemos estado aquí desde que el señor Orphen nos dio la bienvenida. No hemos visto a nadie -sentenció- aunque si veo a alguien no dude en que la avisaré Carla.

- De acuerdo... gracias.... por favor, si la ven haganlo. Es una niña pequeña, con los ojos azules y un pijama rosa. Es muy timida y no habla con nadie... es autista, señor asi que es posible que tenga alguna reaccion poco frecuente en una niña. - dijo la mujer, se despidio y se perdio en el pasillo buscandola en los rincones.

La puerta se cerro. 

Volviais a estar solos. 

Calculabais que debian ser alrededor de las cuatro de la mañana, mas o menos.

La niña se habia dormido debajo de una de las camas abrazada al osito. 

¿Autista?.- penso Hanna. A ella le habia parecido que esa cria era de lo mas normal pero no dijo nada. Espero que se cerrara la puerta y señalo.

- Deberiamos volver a dormir. Yo estoy fresca, descanse antes. Puedo hacer la siguiente guardia.- se ofrecio. Solo quedan 3 o 4 horas para el desayuno, alli conoceremos al resto pero no podemos esconder a la niña eternamente. Tenemos que pensar algo y para pensar bien deben descansar... en especial tu, Jeremiah.

Tras cerrarse la puerta e habría gustado hablar con aquella pequeña pero quedo dormida debajo de la cama abrazada a su osito.
La cogí con cuidado que no se despertara y la puse en la cama, la tape un poco y volví con el resto antes de que se marcharan a dormir.
Como decía antes de esta interrupción debemos ir con sumo cuidado. Hanna y Brown antes de dormir tengo que hablar con vosotros, solo os quitare unos minutos.
Brown usted primero, pase a mi habitación. El resto os aconsejo que descanséis mañana sea un día muy largo.
Estaba algo disgustado y a la vez preocupado por Brown, había salido solo al pasillo no sabía que le había llevado a hacer tal cosa ni que se había encontrado allí, necesitaba respuestas para hacerme una idea de a que nos enfrentábamos.

Mientras Brown y Peterson se encerraban en otra habitación dirigí mi vista hacia la niña y luego hablé con Hanna y Rachel:

- Esa niña de autista tiene poco. No sé por qué se empeñan en decirnos que no habla con nadie. A mí me ha parecido muy parlanchina. -

Me fijé en Hanna y le hice otra pregunta: - ¿Viste algo fuera cuando saliste a por Brown? Creo que podría salir yo ahora a dar una vuelta, con suerte encontraré algo. Si me paran puedo decir que estoy buscando a la botones, Carla, porque he visto a la niña. -

No me parecía mala idea, pero esperaría a que Peterson saliera de nuevo para consultarlo. No haría nada sin una orden, al menos de momento.