Partida Rol por web

[ Aula Vacía ]

Quedamos solos Hëndel y yo en el aula. Es extraño, pero al parecer todos se han dado cuenta de nuestra relación... menos mal que nos estabamos escondiendo...

Miro a mi compañera confundido, sin saber por donde empezar.

- ¿Tienes alguna idea por donde empezar a investigar, princesa? -

NUEVO INTERNADO-MIS APOSENTOS.

No me sorprendia la iniciativa de Victoria. Es mas me agradaba pensar que podria darme un banquete con ella... como podria desperdisiar una oportunidad como esta.

-Bueno, que crees que no quiero, estas perdida, como podria desperdiciar una ocasion como esta???, sabes lo dificil que es tener buen sexo estos dias???... dejame ver... ya que estas tan dispuesta Mefirosito quiere que lo acarisies un poco con tu lengua...- Le dije tocandole el trasero y haciendole sentir lo animado que estaba mi companero de trabajo...

la mire con picardia-Como te gusta... ami en lo personal me gusta dejarme llevar...

Pero aun que estaba por tener una de las mejores seciones que en mi vida pueda haer himajinado y con una mujer que no tiene nada que envidiar nada a las demas, solo me cruzaba por la cabeza que estara planeando Cassandra, y claro en lo buena que estaba.

| Jardín |

Mi sonrisa era imposible de borrar en aquel instante. Pasé un brazo por el encima de Neith y la acerqué amí.
-Walgior es un gran guerrero, si, pero hay algo en el que no se que es y necesito descubrir. Un halo de misterio le rodea...-me dí cuenta de que si hablabamos de Walgior sería facil desviarse del tema principal por el cual estaba allí.-Pero de todos modos, tambien me gusta simpatizar con los aliados... Sobretodo si tienen este cuerpo.-empecé a acariciar su brazo con la mano que habia pasado por encima de ella y acerqué mi cara a la suya.-¿Qué hay mejor que socializarse con los de tu propio bando?.-mi sonrisa agrandó un instante y luego le dí un suave beso en los labios, bastante corto. Luego hice como si lo saboreara.-Estupendo...-susurré.

| Comedor |

Estaba apunto de levantarme e irme del comedor en busca de Farilynn, pero aquel chico que habia hablado de aquella manera a Cassandra apareció.
-Hola, Fistandantilus.-por primera vez en el internado saludé a alguien de forma " normal ", sin ponerme borde. Aquel chico se habia ganado mi respeto, estaba claro.-Vayamos por partes.... No sé que quereis tratar conmigo, así que no sé porque tengo que contarte nada. Además, creo que esta bastante claro lo ocurrido despues de la explicación de antes y si soy yo el unico alumno magullado...-no estaba acostumbrado a dar explicaciones y la verdad es que no me gustaba. Me levanté y miré a Fistandantilus y Naida.-Llebarme a otro lugar y hablemos.-por mi tono parecia mas una orden que una proposición.

[Comedor - Aula vacía]

"Está bien".  Acompañamos a Walgior al aula vacía de la segunda sala.  Aquel parecía ser ya nuestro punto de reunión.  Allí estaban todavía Hëndel y Sirius.  Aprovechando las circunstancias de estar allí reunidos, expliqué nuevamente la situación a Walgior, le mostré el portal, y una vez hubimos acabado planteé la posibilidad de ir a investigar todos juntos la torre en la que fueron encerrados Sirius y Hëndel.

"Bien, ya sabes de que va esto -dije en un tono serio-.  Dinos tú ahora, qué paso exactamente, pues comprenderás que cuanto más sepamos, mejor para todos".

[ Sala Vacía ]

Los compañeros llegan al poco tiempo, mientras yo hablaba con Hëndel con la compañía de Walgior. Fistandantilus se acerca a nosotros, y tras contarle la historia al recién llegado nos pide que le contemos lo que nos ha pasado en la torre.

- Bien... estabamos paseando por el bosque cuando de repente, algo nos atacó por la espalda y ya no recuerdo más nada. Lo próximo que recuerdo, es que nos encontrabamos dentro de una oscura torre, cuya única abertura estaba a varios metros del suelo, en el techo. Logramos escapar gracias a la magia de Hëndel y regresamos al castillo a lomos de Rakkir. -

Eso es todo. Espero que la información les sea útil a los demás.

| Aula Vacía |

Miré a Sirius mientras hablaba con los brazos cruzados.
-Creo que se refería a lo que me ocurrió ami, Sirius.-dije cuando ya termino. Desde que entré no miré a Hëndel, ya intenté suavizar las cosas en la llegada al nuevo internado y no coopero.-No sabeis más que yo. Me encontraba en mi habitación, recien acostado y alguien me atacó. No sé quien fué ya que no paraba de golpearme y no pude ver su rostro. Escapó cuando llegó Farilynn.-estube apunto de decir que sino hubiese llegado yo podría haber muerte, pero me lo ahorré.

[Aula vacía]

Escuchamos la historia de Walgior. Efectivamente, no resolvió ninguna duda, ya que el sabía tan poco como nosotos.

"Bueno, aclarado esto, propongo aprovechar el tiempo que nos quede hasta que se implanten las nuevas normas.  Deberíamos investigar la torre en la que os encerraron, si puede ser ahora, mejor.  ¿Nos guiais?"

Miré a Sirius y Hëndel, esperando la respuesta de alguno de ellos.

[ Aula Vacía ]

- En realidad, no sabemos muy bien su ubicación por tierra. Cuando regresamos de ella lo hicimos por aire a lomos de mi dragón. Puedo guiarlos desde el aire junto con Hëndel, que tiene un conejo super listo que puede ir indicandoles el camino. -, les digo a todos los presentes mientras contacto mentalmente con Rakkir que se encuentra ya sobrevolando la zona.

[Aula vacía - Exterior]

"Si estamos todos de acuerdo -miré a los presentes- , vamos allá.  Aunque por tierra nos guie el conejo de Hëndel será mejor que ella vaya  contigo montada en Rakkir.  Walgior, Naida y yo iremos por tierra.

Habrá que ir con cuidado y comprobar que no nos sigan.  Vamos allá".

Esperé a que todos estuviésemos de acuerdo para no salir en solitario.

|Aula vacía|

[Flashback]
Después de explicar todo el plan, Fistandantilus y Naida se marcharon para buscar a Walgior, y me quedé a solas con Sirius.
- Pues no lo sé, principito- le susurré a Sirius, con una sonrisa.
Pero antes de que nos diéramos cuenta, Fistandantilus y Naida, acompañados de Walgior, lo cual hizo que todo mi cuerpo se estremeciera y el estómago diera un vuelco.
[Fin del Flashback]

- Bien... Sito, encárgate de seguir la figura de Rakkir en el cielo, para guíar a Fistandantilus, Naida y Walgior hasta la torre donde nos capturaron, y a la cual iremos también Sirius y yo- le dije a mi conejo, sacándolo de mi bolsillo. Lo dejé en el suelo, para que se fuera preparando, pues no sabíamos cuánto tendrían que caminar para llegar a la torre.
Asentí con la cabeza, mientras mi consejo se iba paseando por toda la estancia, estirando las patas.
- Bien, vayamos ya a la puerta del internado -dije, mientras cogía de la mano a Sirius y me aseguraba de que Sito nos siguiera. Esperamos a los demás en la puerta.

|Habitación Mefiroth|

Me pasé la lengua por los labios, relamiéndome, al notar su mano sobre mi trasero... Cerré los ojos, dejando que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.
Sonreí, maliciosamente. Bajé mis piernas, poniendo los pies en el suelo. Le cogí de las manos y lo arrastré hasta la ducha, que la puse en marcha y nos pusimos debajo de ésta, cayéndonos el agua por encima.
Le sonreí, mientras me agachaba y me ponía de rodillas, acariciando su miembro...
- Supongo que luego me devolverás este favorcito, ¿no?- le pregunté, aunque sin esperar la respuesta empecé a cumplir su deseo.
Antes de que pudiera explotar, subí dándole besos por el torso mojado, hasta llegar a su boca.
-Soy toda tuya...- le susurré, entre beso y beso-. Puedes hacerme lo que tú quieras...-

|Jardines|

Abrí los ojos como platos, sorprendida por el beso que acababa de darme. Pero no pude evitar dibujar en mi rostro una sonrisa.
Solté una pequeña carcajada.
- Vaya vaya... No me digas que ahora mis labios saben a fresa... Aunque, más bien, a naranja... Puede deberse al zumo que me he tomado- le dije, bromeando, mientras volvía a soltar otra carcajada-. A mi no me ha dado tiempo de saborear los tuyos...- susurré, mientras me acercaba a su rostro y le daba un beso, ni largo ni corto, lo justo para saborearlo. Al separarme de ellos sonreí, pero no me alejé demasiado, así que saqué mi lengua y le di un pequeño lametazo a su labio inferior, mientras soltaba una pequeña risita.
Seguidamente, le di un pequeño mordisco en el mismo labio inferior que había lamido.
- Extremadamente exquisito... Estás hecho de una pasta estupenda, querido Jairon...- le dije, con una sonrisa.

[ Puerta del Internado ]

Llamo mentalmente a Rakkir y a los pocos segundos, escucho su aletear. El viento que produce mueve mis cabellos y los de Hëndel cuando mi dragón desciende a pocos metros de nosotros, ofreciéndome su cuello para que montemos.

Ayudo a subir por la cintura a Hëndel, mientras que después, yo monto delante tomando las riendas de mi montura. Con un movimiento de mi cabeza, mi dragón sale disparado hacia el aire, comenzando a dar vueltas alrededor del castillo esperando que los demás se acerquen hasta la puerta.

- Cuando estemos todos, saldremos hacia la torre... ¿vale, cielo? -, le digo a Hëndel girándome hacia atrás y dándole un pequeño beso en los labios.

[ Exterior del Internado ]

Andé por la puerta del castillo, mirando las distintas torres de este. Pronto el dragón de Sirius apareció y se montó con Hëndel. Busqué con la mirada a mi águila, la cual encontré no muy lejos de allí y con un silvido indiqué que no nos perdiera de vista. Luego miré el conejo de Hëndel, el cual empezó a andar y lo seguí junto a los demas. En silencio y sin perder de vista a aquel animal. Recordé lo que le dije a aquel conejo cuando conocí a Hëndel por primera vez y no pude evitar sonreir de medio lado. Parecía que habian pasado siglos de aquello...

| Jardín |

Me gustaba lo que Neith me ofrecía, satisfactorio... Le dí ya por fin un largo beso, un beso profundo y calido. Mientras nos besamos puse una mano en su nuca y la llevé hacia atras, acostandola en el cesped, luego separé mis labios de los suyos, pero solo unos centimetros. Sin decir nada bajé al cuello y empecé por darle besitos cortos, mientras con una mano tocaba sus piernas, haciendo que se enredaran en mi cuerpo. Subí a sus labios de nuevo, ansioso por volver a probarlos, mientras me rozaba un poco con su cuerpo. La mano que no tenia en su pierna la introduje por debajo de sus ropas, acariciando con suavidad todo lo que encontraba ami paso.

INTERNADO- DUCHA DE MI APOSENTO.

Estaba totalemnte exitado, no podia mas... dejaba que Mefirosito se deleitara y gozara al 100% de dicha situacion, ya que eran pocas la que hacian un trabajo tan exquisito... Cuando esta se levanta se me prende en fuego el alma y la sangre.

-Dios que me haces... jeje, es posible esto..- La tome y le panto un beso de pasion y gozo... la volteo y lo incerto, haciendo que nuestros cuerpos se estremezcan de placer, escuchaba sus gemidos y aumentaba la presion... dios que plaser...

Despues de unos diez minutos le sujeto las piernas y la cargo, estando esta despaldas a mi... y continuamos con el mismo movimiento... poco a poco, cambiamos de posicion y de lugares.. terminando en mi cama, esta encima de mi saltando y gimiendo, estabamos sudados y casi en el colapso... pero seguiamos, ya que yo era de las personas que le encantaba hacer esto hata el colapso no mas no menos... tenia que por obligacion no poder ni moverme... trayendo esto efectos secundarios...

[Internado - Torre]

Tras los preparativos salimos del internado, guiados por el dragón de Sirius y el conejo de Hëndel.  Como medida cautelar, cogí una rama para ir borrando nuestro rastro a medida que avanzábamos y escudriñé el camino que dejábamos atras para comprobar que nadie nos seguía.

|EVALUACIÓN DE JUGADAS|

El hechizo de Fistandantilus le confirma al hechicero que nadie les sigue, pero no sabe si fiarse de que ese sea el resultado de un hechizo bien hecho.
De momento, el conejo de Hëndel, después de caminar durante casi veinte minutos, les guía hasta la torre, pero al llegar a ésta es Rakkir el que nota una presencia extraña en el aire, viajando a más altura que ellos.

|Habitación de Mefiroth|

Sonreí... Me estaba dejando bastante sorprendida y bastante satisfecha... Habíamos probado miles de posturas en miles de sitios, aunque lo de la ducha era lo que más me había gustado... Cogerme por iniciativa propia y ponerme de espaldas a él, con lo que me gustaba eso...
En ese momento nos encontrábamos en su cama, yo encima suya, saltando y gimiendo como una loca... Pero seguía queriendo que me devolviera el favor por habérle hecho esa "faenita" ahí abajo, así que agarré con fuerza una de sus manos y la coloqué en mis pechos. La otra la coloqué justo en mi parte íntima, incitándole a que me acariciara en ambos sitios. Aquello era espectacular...
- No pares, Mefi... Soy toda tuya... Haré todo lo que tú quieras que haga, Mefi...- le dije, casi gritando, debido a la excitación del momento, mientras seguía saltando encima suya, notando su cuerpo...
De pronto, decidí que ya era hora de cambiar el turno, así que le agarré y nos dimos la vuelta, quedando yo debajo cara a él, y él encima mio. Le agarré fuertemente por la espalda, casi clavándole las uñas, demostrándole así que me gustaba hacerlo a lo salvaje...
-Luego me pongo a cuatro patas, que me encanta que me cargues por detrás, mi amor... Y dame fuerte, hazme vibrar...- le susurré al oído, entre gemidos-.