Partida Rol por web

MIS APOSENTOS-INTERNADO.

Estaba sorprendido por lo que vi, ya casi en el punto maximo y esto resulta... me moleste un poco pero luego me dedique a pensar en su expresion... y entendi que era momento de escuchar lo que esta tenia dentro de si, ocultandolo con fuerza y desesperacion.

-Que te pasa???... Porque dices Markwol... el ahora no esta aqui...

La abrase, sintiendo su cuerpo desnudo y le trate de clamar, para ver que me dise y ver en que la puedo ayudar. En un momento me llego a la mente que se sentia mal por estar con migo... pero lo descarte seguido ya que esta no le importaba este tipo de cosas... que le estara pasando???

[Torre]

Tamaña fué mi sorpresa al ver descender a Sirius y Hëndel acompañados de Annette.  No me gustó.  Ya advertí que no admitiría espias, y desde luego esto no era una reunión social, y mucho menos, casual.

Pasó un conjuro por mi cabeza y apunté a la chica con mi bastón.  En el último momento decidí no hacerlo.

Avancé a pasos agigantados hacia ella, y al llegar la agarré por la muñeca y le apunté con el bastón.

"¿Qué haces aquí? Escoge bien tus palabras, muchaha" - el tono era amenazante.  "Ya has tenido bastante suerte con que me haya parado a preguntar, y no lo haré una segunda vez".

|En tierra|

Cerré los ojos, pensando que Fistandantilus iba a lanzarme un hechizo y que Sirius me pegaría, pero no fue así.
Al no notar nada, ningún golpe ni nada extraño, decidí abrirlos. Fistandantilus me tenía agarrada y con su bastón apuntándome.
- Por favor, no me hagáis daño... Os juro que mi intención no era ser impertinente ni cotilla... Sólo que...- me paré un segundo, sabiendo que lo que diría a continuación pondría en aprieto a más de una persona-. Veréis... Cassandra, una de las medidas que ha adoptado, ha sido nombrar a tres jefes de alumnado... Una de esas personas a las que ha nombrado soy yo...- expliqué, agachando la cabeza, avergonzada. Miré por un momento a Sirius, pues sus palabras me habían dolido bastante, aunque me lo había buscado yo misma, pero tendría que idear algún plan para que él y Hëndel dejaran de gustarse... Del amor al odio sólo hay un paso...
Estiré de mi brazo, para que Fistandantilus me soltara, pues la mano empezaba a ponerse roja y amoratada...
- Digamos, para que todos lo entendáis, que nuestra función es que ningún alumno incumpla las normas... Ví que os habiáis reunido y que saliáis todos juntos, así que decidí seguiros para asegurarme de que no os pasara nada y de que no incumpláis las normas, pues seré yo la responsable de eso... Y el segundo motivo que me ha hecho venir... Mejor que sólo lo sepan Sirius y Hëndel...- dije, poniéndome colorada-. Y ahora... ¿Seguís convencidos de que queréis hacer lo que queréis hacer? Porque si es así, al ser un grupo de tantas personas, no voy a poder deteneros y tendré que acompañaros... Sólo para asegurarme de que llegáis al internado sanos y salvos- sentencié, con una sonrisa.

|Habitación de Mefiroth|

Me di cuenta de que estaba abrazada a Mefiroth, gritando como una loca y como una desesperada, llorando desconsoladamente.
El recuerdo de aquella situación vivida con Markwolf había estropeado lo que había empezado con Mefiroth... Pero no podía continuar...
Dejé de llorar y me separé de Mefiroth, tapándome la cara mientras me tranquilizaba.
Respiré hondo, mientras me limpiaba las últimas lágrimas que habían resvalado por mi rostro...
Cuando ya me tranquilicé, me lancé de nuevo sobre Mefiroth y comencé a darle besos, tanto en los labios como en el cuello.
- Perdona, mi amor... Ha sido un lapsus...- le susurré, entre beso y beso-. Terminemos lo que habíamos empezado, que estaba apunto de caramelo...- dije, dibujando una sonrisa, intentando apartar de mi mente lo sucedido.

| En tierra junto a la torre |

Me mantube todo el tiempo apartado de la discusión. Me hizo gracia ver a Hëndel de aquella manera, no conocia aquella faceta suya... Me gustó. Cuando Annette dijo de acompañarnos no pude evitar interrumpir.
-No voy a ir contigo a ninguna parte, Annette.-dije cortante, hablando alto ya que estaba algo apartado del grupo, apoyado en la pared del castillo.-No confio en ti y en tu repentina aparición.-miré a los demas, esperando que compartieran mi opinión. Luego la miré de nuevo.-Si quieres ir a decir nuestros trapicheos por mi no hay ningun problema, pero para ti si que los habria. No creo qie te convenga caerles mal a tanta gente... Yo por lo menos odio a los chivatos y a los entrometidos.-me acerqué a ella bastante, mirandola fijamente a los ojos.-Creeme... Haz lo que te conviene que ahora mismo es irte y olvidar el asunto... Si quieres acompañarnos y mis compañeros estan deacuerdo yo abandonaré este grupo.-me giré a los demas, con una mirada seria.-Y en ese caso no podreis contar con mi colaboración en ningun momento. Necesito unos compañeros respetables y que sepan que hay que hacer, si haceis lo que ella quiere no me dareis lo que pido.-miré a Annette de nuevo y guardé silencio, aguantando su mirada. Si ella seguia con el grupo yo me marcharía y no formaria parte en nada de lo que hagan...

[ En Tierra junto a la Torre ]

- No es necesario que nos acompañes, Annette, así como tampoco es necesario ponerse violentos, Fistandantilus. -, les digo mirando a uno y a otro. - Annette, lo mejor será que vuelvas por donde has venido y ya, asunto arreglado. Rakkir estará vigilando los cielos por si decides quedarte a vigilar y sinceramente, eso no te lo recomiendo. Con respecto a lo que pasó allí arriba, ya hablaremos largo y tendido, pero lo mejor que puedes hacer es sacarte esas ideas de la cabeza, de verdad. -

Miro nuevamente al hechicero, que no hace ningún movimiento para soltarla y allí me quedo, junto a Hëndel, con sus manos entre las mías, esperando el descenlace.

- Todo esto nos está retrasando, no falta mucho para que se den por enterados en el castillo que no estamos. -

[Torre]

"Annette vendrá con nosotros.  No queda más remedio.  Lo que es seguro es que no podemos permitir que vuelva al internado y le saquen cualquier información sobre nuestro paradero, voluntariamente o no.  -Una breve mirada a la chica dejó claro que no toleraría una traición-.  A mi tampoco me gusta la idea, pero hay que curarse en salud -eso iba para Walgior quien, al igual que yo, no confiaba en la chica-.

Por lo demás, son asuntos vuestros -dije a Sirius y Hëndel, que tenía cara de quererse morir-.

Miré a Naida, que no había pronunciado palabra, pero estaba seguro de que estaría de acuerdo.  En ese momento solté a la recién llegada y me dirigí a ella:

"En cuanto a tí, jefa de alumnado, no tientes a la suerte.  Ya la has agotado toda.  Da un paso en falso y seré yo mismo el que acabe contigo.  Me temo que vas a ver muchas cosas por estar aquí, y por el momento no vamos a romper ninguna norma, porque no nos han sido comunicadas.  Y doy por hecho que tú no nos las vas a decir, entiendes, ¿no?  Ah, y no harás preguntas."

"Bien, necesitamos entrar dentro.  ¿Podría subirnos Rakkir?  Naida acabaría exhausta si nos tuviese que llevar a todos en volandas.  Si nadie está en contra, me gustaría ir en primer lugar, con Walgior.  Despues que suban Naida y Annette y por último vosotros dos -dije a Sirius y Hëndel-."

[ Torre ]

- Sí, Fistandantilus, puedo subir uno a uno con Rakkir, no hay problema. Sin embargo, ¿qué hacemos con ella? -, digo mirando a la acosadora. - No quiero dejarla sola ni por un momento. -

Me acerco nuevamente a Rakkir mientras le explico mentalmente el plan. Mi dragón está de acuerdo con el plan y rápidamente, me monto en él y ayudo a montar a Fistandantilus detrás.

- Hëndel mantente alerta, ¿sí cariño? -, le digo antes de levantar vuelo, guiñándole un ojo.

| En tierra junto a la torre |

Agaché la cabeza, decepcionado. Luego miré a Fistandantilus y negué con la cabeza.
-Lo siento pero no puedo acompañaros si Annette viene con nosotros. Eres un chico al cual respeto, Fistandantilus, pero soy más cauteloso y precavido. Esta chica no es de fiar.-nisiquiera miré a Annette, desconfia de ella por completo.-Tened cuidado allí arriba.-no pude evitar dirigir una fugaz mirada a Hëndel al decir aquello ultimo y me empecé a encaminar hacia la entrada del castillo.

MIS APOSENTOS-INTERNADO.

Lamentablemente, ya la curiosidad que me habia picado semejante hecho... me dejo deslumbrado y con mucha inquietud. - No espera- le dije mientras la abrazaba con fuerza, -Que te ha pasado, o mejor que ha pasado??? por que lloras, cuentame- Le dije sujetandola con ternura, poco a poco la hice sentarse en la cama, era mejor que estar parados.

-Dime que te sucede, no eres de las que se derumba tan fasilmente, asi que si te ha pasado algo debio ser algo muy serio???

[Torre]

"Sea pues, Walgior es libre de elegir.  En ese caso que venga Annette despues de mí -dije a Sirius"

Realmente no me gustaba que él volviera solo, no obstante había sido su decisión.  Pensé que se estaba equivocando.

"Cuando quieras, Sirius".

[ Torre ]

- Vamos Fistandantilus, Annette puede subir ella sola con su águila si lo desea. Después subo a los demás. -

Remonto vuelo con Rakkir y deposito al hechicero sobre la torre, mientras observo como Annette hace lo mismo con su águila. Acto seguido, bajo hasta el suelo y recojo a mi siguiente pasajero, dejando a Hëndel para el final.

- Oye, Fistandantilus... una cosa... bueno, dos. La verdad es que necesitamos que alguien vigile todo esto por fuera ante cualquier problema, mientras vosotros investigáis. Aquí tenéis una soga, atadla bien... la segunda es... ¿tienes algún mote o nombre corto xD? -

[Torre]

"Debo insistir en que nadie se quede solo.  Y ahora que Walgior no está, necesitamos estar todos dentro, pues no sabemos qué pasará ahí.  Yo voto por entrar todos.  Siempre puede vigilar Rakkir y avisarte si hay movimiento.

Ah, Naida suele llamarme Fist."

Una vez arriba miré por la abertura, aprovechando los rayos del sol para hacerme una idea de las dimensiones.

|Exteriores - Junto a la Torre|

Miré como Walgior comenzaba a marcharse y agaché la cabeza, sintiéndome triste y ofendida.
- Lo siento, chicos, de verdad... No quería causar problemas- les dije tanto a Sirius como a Fistandantilus, aunque también miré durante dos segundos a Naida y Hëndel.
Alcé una mano, como si quisiera pedir permiso para hablar.
- Tanto el dragón de Sirius como mi águila podrían quedarse vigilando los alrededores... Sería como juntar la fuerza y el poder de un dragón con la agilidad y rápida visión de mi águila, ¿qué opináis?- les pregunté, mostrando una leve sonrisa. Me gustaba formar parte de aquello.

|Habitación de Mefiroth|

Suspiré, a pesar de que sabía que no saldría nada por mi boca relacionado con lo que pasó aquel día...
- En serio, no pasó nada... Un trauma que tuve de pequeña, nada más- le dije, acariciándole el rostro-. Gracias por preocuparte pero no me pasa nada, de verdad... Lo mejor que puedes hacer ahora mismo es acabar la faena y dejarme satisfecha- le incité, guiñándole un ojo.

|Exteriores|

Escuché lo que dijo Walgior y asentí, mostrándome de acuerdo con él. Si esa mala arpía venía con nosotros yo me negaba a seguir con la operación.
Al verle marchar y ver que nadie hacía nada por impedirlo, prefiriendo a esa Annette... Me enfurecí.
- Muy bonito... Parece que lo único que queriáis de él era su información, porque ahora no os interesa para nada que nos acompañe... -dije, soltando la mano de Sirius, cruzando los brazos-. No os preocupéis, que ya tenéis una persona menos a la que subir allá arriba-.
Seguidamente, me di la vuelta y me dirigí corriendo hacia el lugar por donde Walgior se había marchado, seguida de mi conejo.
- ¡Walgior, espera!- grité, para que se detuviera-. Yo... Hola...- le dije, entre sonrisas-. ¿Puedo acompañarte? Es que... Yo tampoco quiero pertenecer al mismo grupo que esa arpía...-

[ Exteriores ]

Se va... simplemente se va. Me deja sólo y se va... Me da igual que sea con Walgior o con otra persona, se va y me deja sólo. Todo este plan, para nada... sólo estoy aquí por ella y me deja sólo. ¿Por qué Hëndel? ¿Por qué?

Pensaba que mi amistad era mucho más fuerte que la antipatía que sientes por ella. Annette... te odio... a ti... a Hëndel... a Walgior... a todos...

Mi respiración se va tornando cada vez más entrecortada mientras mi pecho comienza a subir y a bajar rápidamente. Puedo escuchar los latidos de mi corazón en mis oidos al mismo tiempo que Rakkir siente mi pesar y lanza una especie de lamento dragonil.

Una lágrima cae desde mi ojo por la mejilla...

[Torre]

Poco a poco el grupo se desmoronaba.  Aquello no estaba ni mucho menos previsto, aunque lo cierto es que a mi no me hacía dudar.

"Estais dando un lamentable espectáculo" - dije a los desertores.

"Por mi parte, si tengo que ir solo, lo haré -esta vez me dirigía al resto del grupo (Naida, Sirius y Annette), frío como el acero.- Si alguien más tiene que demostrar su inmadurez, que lo haga ahora, maldita sea, y se vaya al abismo con los demás. 

¿Quien sube conmigo?".

|Exteriores - Al lado de la torre|

Miré como los demás se iban marchando poco a poco y detecté en la mirada de Sirius un cierto aire de tristeza. Si estuviera en su situación, también me pondría así...
Me acerqué al muchacho y le puse una mano en el hombro, animándole.
- Venga, Sirius, no te preocupes... Ahora, lo importante es saber quién os atacó, ¿no crees? Recuerda el motivo por el que estamos en este internado...- le dije, con una sonrisa.
Después, me dirigí a Fistandantilus.
- Fist, dadas las circunstancias creo que es mejor que cada una de nosotras vaya con uno de vosotros... En este caso, creo que es mejor que Annette vaya contigo, Fist- le dije, asintiendo con la cabeza.

[Torre]

Miré a Naida y asentí.

"De acuerdo pues.  Vamos, que nos suba Rakkir.  Y Sirius, no te desanimes.  Volverá."

"Venga Annette, te toca con el malo del grupo -dije sin ocultar un rastro de comicidad-.  Más te vale portarte bien".