Partida Rol por web

Vaesen: A wicked Secret and Other Mysteries

Mölle

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16/03/2021, 10:48
Leopoldo Ludovico Castelferro
Sólo para el director

Notas de juego

Ok. Me espero.

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16/03/2021, 11:47
Alvar Egil Björklund

Cuando al fin Castelferro parte en busca del señor Rotløs, continúo sosteniendo con calma a mi hija, meciéndola muy, muy suavemente para ayudarla a conservar ese pequeño contacto conmigo, para que sienta que estoy ahí y que nunca voy a abandonarla, pase lo que pase. Después de unos minutos, Ebba parece empezar a recobrar la compostura, y hace un esfuerzo por contarme qué es lo que ha sucedido. En sus propias palabras, me explica que ha visto a través de la ventana cómo «una de las tres, capa negra, encapuchada, andando rápido» salía del hotel. Mi mente piensa entonces en una de las tres señoras, Sanguina. Durante las confusas y desordenadas explicaciones que las amigas de Olga nos han estado dando hace unos minutos, Castelferro y yo prácticamente no nos hemos dado cuenta cuando una de ellas abandonaba la habitación con la intención de ir a buscar al padre Kransvik. De modo que ha llegado a salir del hotel, y Ebba la ha visto desde su habitación…

Entiendo.

Demasiado rápido para mi propia tranquilidad, mi mente se forma una idea de lo que ha ocurrido a continuación. Intento que Ebba no perciba mi inquietud, pero no puedo evitar que mi cuerpo se ponga ligeramente rígido. Con un lento asentimiento, sigo escuchando. Ebba ha ido a buscarme a mi habitación, pero claro, yo no estaba allí: el señor Castelferro y yo habíamos acompañado a las Hijas de Satán al dormitorio de Olga, donde estaban hablando con nosotros.

De modo que ha decidido seguirla. Ebba, sabiendo el terrible peligro que acechaba en el exterior, ha decidido salir del hotel para jugar a los detectives y seguir a esa bruja chiflada a dondequiera que fuese. Algo en mi mirada vira como una ola revolviéndose contra sí misma. Ira, miedo, preocupación, impotencia y de nuevo ira. Mis manos continúan posadas en los hombros de mi hija, pero están completamente inmóviles. Temo moverme. Así que me limito a escucharla, tan quieto como una estatua, mientras ella prosigue con su relato. Sanguina y ella llegaron hasta un bosquecillo cercano, adentrándose en él. Me estremezco de horror cuando Ebba, con el terror escrito en los ojos, explica lo que ha pasado a continuación. Una criatura, una bestia, muy parecida a la que las amigas de Olga nos estaban describiendo en esos mismos momentos, ha asesinado a la bruja delante de mi hija, haciéndola pedazos como a la propia Olga. Un cuchillo de fuego se clava en mi mente al comprender lo cerca que ha estado Ebba de esa cosa, lo fácilmente que podía haberla perdido por haberle quitado la vista de encima un segundo.

En ese momento mi cuerpo reacciona. Me echo hacia atrás como si me hubiese mordido una serpiente, y una de mis manos sube para cubrir mi boca, que siento tan tensa que parece que todos mis dientes fuesen a romperse. Aparto la mirada de Ebba durante unos momentos, sintiendo que me ahogo en el pánico puro que repta por mi pecho, y deseo gritar. Gritar con todas mis fuerzas, romper cualquier cosa que esté a mi alcance por no arrancarme la piel de la cara a tiras. Por suerte, la horrible sensación solo me dura un instante, dejando tras de sí un regusto amargo y dolido. Mis ojos vuelven a alzarse para mirar a mi hija, dedicándole la misma mirada que le daría un animal herido. Así me quedo unos largos segundos, mirándola a los ojos cabizbajo mientras me tapo la boca con la mano.

Después de lo que parece una eternidad, con innumerables sentimientos luchando unos contra otros en mi interior, aparto la mano de mi rostro. Quisiera decir algo, regañarla, hacerle saber el daño que me ha hecho; y al mismo tiempo, deseo abrazarla con todas mis fuerzas, feliz por que esté sana y salva después de lo que ha presenciado. Pero no soy capaz de hacer ni una cosa ni la otra. Así que, finalmente, me limito a decir, con voz ronca y monocorde:

Ven.

Y, dicho esto, empiezo a subir las escaleras de nuevo, en pos de la habitación de Olga, donde nos esperan las dos mujeres que acaban de perder a su tercera.

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16/03/2021, 12:19
Ebba Björklund

Al tiempo que mis manos se mueven explicando la situación, siento cómo padre, como imaginaba, se tensa cada vez más y más mientras me escucha, pero hace todo lo posible por mantener la compostura. Percibo esa milimétrica dilatación de sus fosas nasales y la innatural inmovilidad de sus manos sobre mis hombros que, probablemente, no quiere apartar por miedo a hacer un movimiento demasiado brusco y que yo me dé cuenta. 

Pero yo ya me he dado cuenta. 

Sé lo que supone para él escuchar que he salido sola a la intemperie y que me he expuesto al peligro. Sé que lo desaprueba y que tiene tantas ganas de regañarme cual cría como de abrazarme y consolarme. Y entonces se retira como si yo misma le hubiese arreado una bofetada. Pocas veces lo he visto reaccionar así y eso me duele. Mucho más de lo que me puede haber dolido toda la escena que acabo de presenciar en la arboleda. 

Y, sin embargo, ahora que lo vuelvo a relatar más calmada, más fríamente, los mecanismos de mi cabeza se ponen en marcha y comienzo a extraer conclusiones de lo que acaba de suceder. La primera es obvia: no pueden salir del hotel sin peligro. Al menos, las tres mujeres. Eso está claro. La segunda también se me antoja demasiado clara en esos instantes: sea lo que sea lo que las está cazando, va a por ellas. Es imposible que no me haya visto a mí y, en tal caso, ¿por qué no me atacó? ¿Por qué no me persiguió? Sencillamente porque yo no era su presa. Lo era ella. 

En cierto modo, esa conclusión me alivia. Significa que no estuve en peligro realmente... al menos, no de la misma manera que la mujer que me parecía una norna. Irónicamente... Quiero decírselo a padre, necesito decírselo para que esta conclusión lo tranquilice de la misma manera que a mí. Pero entonces, al terminar mi relato de lo ocurrido, vuelve a alzar su mirada y me contempla como un animalillo herido. Herido por mi culpa. Y eso termina de partirme el corazón por completo, así que no soy capaz de decir una sola palabra más, de realizar el más mínimo gesto adicional. Solo me quedo mirándolo, tratando de descifrar algo en sus ojos aguamarina. Veo lo profundo que ha llegado esa herida y las ganas que tiene de dejar escapar todo su dolor de alguna manera, toda esa adrenalina. Padre nunca me ha levantado la mano, jamás me ha pegado, pero ahora mismo tengo la sensación de que necesita desahogarse, liberarse de toda esa energía física que le hierve por dentro. Entiendo esa sensación, al principio, cuando me quedé sin voz, me pasaba muy a menudo. Esa mezcla entre rabia, frustración e impotencia. Esa percepción del aire como algo tangible a lo que, sin embargo, si tratas de golpear solo consigues frustrarte más todavía porque no alcanzas nada sólido. Lo entiendo. Pero no es lo único que hay en su mirada. También veo reflejado el alivio y el ansia por abrazarme, como quien ha recuperado su más preciado tesoro cuando lo creía perdido, como ese sentimiento exagerado que se tiene cuando ocurre algo bueno que antes se creía malo, mucho más fuerte que si no se hubiera tenido tal percepción errónea previa... Y veo cómo se debate entre ambos. 

Me quedo quieta, esperando ansiosamente una respuesta, durante un lapso de tiempo que se me antoja eterno. Pero entonces padre se compone de nuevo, digno coronel ante todo, no hace ni lo uno, ni lo otro. Simplemente me pide que lo siga y se da la vuelta, en dirección a las escaleras. Sin embargo, en ese momento algo se revuelve en mi interior. Una sensación de... ¿enfado? ¿Por qué estoy tan enfadada? ¿Por qué tengo esta sensación? Al mirar la nuca de mi padre lo entiendo: es por lo que acaba de hacer. Yo he esperado, sin decir nada más. Necesitaba ver su reacción, escucharlo, sentirlo. Quería que me abrazase, que me demostrase algo, algún gesto, alguna palabra... ¡Me habría parecido bien incluso que me regañase o que decidiera castigarme encerrándome en mi habitación o algo así! ¡Eso me lo habría esperado, me parecía lógico! Pero no hacer absolutamente nada... ¿Nada? ¿De verdad? Es esa indiferencia final lo que ha hecho que se revuelva algo dentro de mí.

Mi mano reacciona casi como por inercia y sujeta el brazo de padre como un relámpago, impidiendo que siga su camino hacia el piso de arriba, aferrándolo con una fuerza inusitada, dada la suavidad habitual de todos mis gestos. No obstante, cuando se vuelve y me mira, probablemente sorprendido, me percato de su expresión y entonces lo entiendo. No es indiferencia. Es esa mezcla de sentimientos contrapuestos que, debajo de la capa de obligado estoicismo que siempre muestra, han chocado unos contra otros, cual fuerza imparable contra muro inamovible, dando lugar a un torbellino de sensaciones al que él no está acostumbrado, él nunca ha sido tan visceral como yo. Al menos, no en este sentido. Ese torbellino lo ha bloqueado por completo. 

Entonces mi corazón se enternece, al mismo tiempo que mi mirada y, con una expresión de clara culpabilidad en el rostro, no me molesto ni en gesticular. Simplemente lo miro y vocalizo: "lo siento". 

Después, antes de seguir nuestro camino escaleras arriba, lo vuelvo a abrazar. Y esta vez no lo suelto hasta que siento que es él quien se relaja, hasta que no percibo cómo sus músculos se destensan. 

Notas de juego

Sanguina y ella llegaron hasta los confines del pueblo y se adentraron en un bosquecillo cercano.

Un apunte, creo que me lie la primera vez que lo leí. Pensé que era lejos, en el pueblo, pero lo he leído otra vez y he visto que es una arboleda que hay entre el hotel y el pueblo. O sea, que ni siquiera llegó al pueblo. Lo que cuadraría con eso de que "algo las persigue y están encerradas en el hotel", como entendimos al principio, en la carta. ;)

 

 

Jajajaja tengo una amiga que, con estos personajes y estas escenas, nos llamaría "intensitos" XD.

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16/03/2021, 20:32
Storyteller

Notas de juego

Alvar tienes el dudoso honor de dar la maravillosa noticia a las dos mujeres XD

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16/03/2021, 22:37
Alvar Egil Björklund

El momento en que mi hija me retiene en las escaleras para pedirme perdón me toma desprevenido. Sé que lo siente. Mi cerebro lo sabe. Y sin embargo, no soy capaz de reaccionar como Ebba querría. Ni siquiera sé qué es lo que quiere. Por eso, cuando me abraza, me limito a dejarme abrazar, sintiéndome desconectado del momento y del lugar, incapaz de pensar en nada más que en lo imprudente que ha sido y lo que podría haberle sucedido. Mi mente flota en algún lugar entre esos pensamientos, y no puedo responder a su abrazo como desearía. De hecho, cuando la tomo por el brazo es para apartarme, delicadamente y sin brusquedad. «Ahora no», querría decirle, pero no me sale la voz. Estoy demasiado asustado como para sentir decepción. Porque, ¿se puede temer a algo que podría haber ocurrido pero que no ha llegado a suceder? Así que simplemente me la quedo mirando a los ojos. Creo que ninguna palabra, nada de lo que pudiera decirle, sería capaz de comunicarle lo que siento del mismo modo que mi mirada.

Cuando llego de nuevo a la que había sido la habitación de Olga, esta vez acompañado de mi hija, hago de tripas corazón e intento que mi porte presente la entereza que debe. Estas mujeres acaban de recibir una terrible noticia y están a punto de escuchar otra. Carraspeo para llamar su atención.

Señoras, un momento de atención, por favor. —Es extraño dar las condolencias dos veces seguidas, separadas apenas por unos minutos de diferencia, por dos muertes distintas. Parece una broma pesada, una especie de teatro del esperpento. Casi puedo oírme a mí mismo diciendo: «Oh, por cierto, casi se me olvida. ¿Recuerdan a su amiga Sanguina? Ella también ha muerto». Un plato de terrible gusto—. No deben abandonar este hotel bajo ningún concepto, no hasta que sepamos qué ocurre y cómo podemos solucionarlo. Me temo que Sanguina ha llegado a salir mientras hablábamos. Y… —Me giro hacia Ebba, sin saber muy bien qué decir, aunque creo que la sangre que pinta su vestido como si fuese el cuadro de un demente habla por sí misma—. También ha sido atacada. Ahora están ustedes dos solas. Lo siento muchísimo.

Guardo silencio durante un tiempo prudencial, dejando que las hechiceras duelan su segunda pérdida con la conmoción que sin duda alguna deben de estar sintiendo en estos momentos.

Notas de juego

Parecería hasta un poco cachondeo, si no fuese tan horripilante XD.

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16/03/2021, 22:54
Ebba Björklund

Tras esa larga, eterna y devastadora mirada, padre se dirige de nuevo a esa habitación que yo todavía no he visto. ¿Era allí donde estaban él y Castelferro cuando yo he ido a buscarlo y no lo he encontrado? En cualquier caso, eso ahora ya da igual, no tiene sentido que le siga dando vueltas. Compungida y con un gesto de culpabilidad incapaz de abandonar mi rostro, lo sigo sin decir palabra alguna, cabizbaja. 

Una vez dentro, no me sorprende encontrar a las dos mujeres que quedan. Era de esperar. Sin embargo, no puedo evitar pensar en que ya solo son la mitad de las que eran antes y... ¿por qué? ¿Para qué? Levanto la vista y las contemplo a ambas, mientras padre comienza a hablarles. Las observo detenidamente, sus manos callosas, sus miradas afiladas, sus oscuras vestimentas, tan extrañas... Me siguen pareciendo igual de antinaturales que la primera vez que les eché un vistazo, pero al mismo tiempo tan indefensas... ¿Y se me asemejaban parcas? Ahora no me parecen más que dos pequeños seres indefensos en medio de un caos que no alcanzan a comprender. Eso las caza como a moscas. Como una rana atrapa simples insectos que mueren en un fugaz instante...

Sacudo la cabeza ligeramente, alejando de mi mente esos pensamientos y volviendo a fijar mi atención a las mujeres. Entonces me percato de que padre se ha vuelto hacia mí y mi mirada se cruza con la suya un momento. En ese segundo me gustaría poder ayudarle, poder hablar y explicar lo que he visto, para que no tenga que cargar él con toda la responsabilidad de contarlo, pero no puedo. Lo único que soy capaz de hacer es sujetarme la falda empapada en ese tono rojo oscuro con las manos también manchadas y clavar una mirada desolada en las dos mujeres restantes. 

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18/03/2021, 10:20
Josefín, Klara, Frida.

—Noooooooooooo, hermanaaaaa!!!!— Las dos mujeres caen al suelo de rodillas mientras se abrazan desconsoladas, llorando a lágrima viva. —¿Cómo ha podido suceder algo así? ¿qué ha ocurrido? ¿ha tenido algo que ver con lo que le ha sucedido a Olga?.— Las preguntas se suceden una tras otra como si el llenar de información su cabeza fuese a apaciguar de alguna forma el dolor que ahora está despedazando los corazones de las dos artistas.

Lisa se acerca a la puerta, sorprendida de ver a las dos mujeres de rodillas. —Oh vaya...¿qué ha pasado? ¿Puedo ayudarles de alguna forma? Quizás un te o cualquier bebida caliente les ayude a superar este momento. Ahora mismo vengo.—

Notas de juego

Tirada de observación por favor.

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18/03/2021, 10:26
Storyteller

Te diriges hacia la salida del hotel, y puedes ver en la nieve las poco profundas pero rojizas pisadas que ha dejado Ebba hace unos minutos. Sin duda eso será un trauma difícil de superar. Comienzas a reponer el paso de lo que ha sido la dirección que ha tomado Ebba, cuando ha seguido a Sanguina. El paisaje no podría ser más hermoso. Es curioso que sea en estas terribles circunstancias cuándo has venido a conocer este lugar. El mar está en calma, iluminado por una enorme Luna brillante en lo alto del cielo que apenas tiene nubes. No tardas mucho en encontrar la horripilante escena. ¿Quizás un examen cercano pueda revelar algo sobre el asesino? Si tuvieras un sitio tranquilo y cercano, podrías llevar a cabo una de tus sesiones de espiritismo y así invocar al espíritu de Sanguina para obtener algo de información, pero el cobijo más cercano sería el hotel, y eso significaría dejar a Reidar a su suerte para variar.

Notas de juego

Viendo que Reidar tarda en responder.... Si quieres examinar el cuerpo, tira observación. Si quieres seguir tu camino en busca de Reidar, hago una nueva actualización.

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18/03/2021, 11:44
Alvar Egil Björklund

La reacción de las mujeres es la que cabía esperar, llorando desconsoladamente a gritos desgarradores. Me siento terriblemente inadecuado y fuera de lugar, sin saber qué decir o siquiera si merece la pena decir algo, si hay algo, cualquier cosa, que pueda calmar el terrible dolor y el horror que las amigas de Olga deben de estar sintiendo. Acabo de llegar de visita a este pueblo y ya he tenido que dar dos pésames.

Eso me temo —respondo a la pregunta de si la muerte de Sanguina ha tenido algo que ver con la de Olga—. Ha sido el mismo ser del que nos han hablado antes.

En esas estamos cuando aparece Lisa, comprensiblemente alarmada por el griterío de las dolientes mujeres. Tras ofrecerse a llevarles alguna bebida para ayudarlas a recomponerse, la muchacha vuelve a marcharse.

Estoy cerca de sentirme desbordado.

- Tiradas (1)
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18/03/2021, 13:43
Leopoldo Ludovico Castelferro
Sólo para el director

Castelferro contempló el cuerpo de la mujer desde la distancia. Se le erizaron todos los vellos del cuerpo al sentir el aura maligna que había dejado el asesino en el lugar. Deseaba con todas sus fuerzas marcharse corriendo de allí, pero otra parte de su mente le impulsaba a comportarse como el investigador racional que era y a acercarse más para poder obtener más información acerca del crimen. Todo lo que averiguara sería de la mayor utilidad para combatir a aquel engendro que ya se había cobrado la vida de, al menos, dos personas. Oh, Dios bendito... ¿Dónde estará Reidar?

Mientras pensaba en su compañero y se maldecía una vez más por haberle dejado solo, sus pasos le condujeron automáticamente hasta el cadáver de Sanguina, la más joven del extraño trío de brujas. Estaba temblando, ya no sólo de frío sino también de miedo. Tomó aire, miró durante un segundo el paisaje feraz que se desplegaba delante de sus ojos y seguidamente se acuclilló junto a la muerta, procurando no mancharse de sangre...

- Tiradas (1)
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18/03/2021, 17:55
Ebba Björklund

Al escuchar el grito de ambas mujeres no soy capaz de hacer nada salvo apartar la mirada, dirigiéndola a algún punto indeterminado del suelo, para darles unos segundos de intimidad, al menos. Pero aquello solo dura unos segundos, pues Lisa aparece por la puerta y automáticamente se va a preparar algo que, en su inocente creencia, pueda consolar a las dos. Sin embargo, yo sé lo que es el dolor de perder a alguien y se trata de algo que no se puede superar con una taza de té. 

Mis puños se cierran fuertemente sin que me percate, dejando los nudillos blancos bajo las capas de sangre reseca y clavándome las uñas en mis propias palmas hasta provocarme heridas que, no obstante, no se perciben bajo la suciedad que me recubre la piel en esos momentos. Las mujeres preguntan y padre se encarga de responder. Quiero preguntarle qué es eso, qué le han contado ellas... pero no es el momento. No lo es, por estar delante de ambas señoras; tampoco porque no es el momento para él. Veo la expresión de su rostro y no puedo alcanzar a comprender por lo que está pasando, pero sí sé que está haciendo un esfuerzo sobrehumano por mantener la compostura y salir de esta sin verse completamente sobrepasado. 

Lo admiro.

Mucho. Cada vez más. Y en estos momentos cuando me doy cuenta de lo increíble que me parece. Puede que solo sea el resplandor de una figura paterna vista desde los ojos de su hija pequeña, no lo sé, pero lo admiro sobremanera. Y eso hace que me sienta cada vez peor por haberle hecho daño... pero con él ya no puedo hacer nada más para arreglarlo. Lo he intentado y ahora sé que solo puedo tener paciencia, darle espacio y esperar.

Así que concentro mis esfuerzos en ambas mujeres, ahora tan indefensas, y me acerco a ellas. Me limpio las manos y los brazos lo mejor posible con alguna parte de mi capa que encuentro menos manchada y me arrodillo junto a ellas, pasando ambos brazos a su alrededor y apoyando con firmeza las palmas de mis manos en sus espaldas, tratando de transmitirles el ánimo y la fuerza que no puedo ofrecerles con palabras. Las miro a ambas. He tomado una decisión: tengo la determinación de ayudarlas a descubrir qué es eso y evitar que les haga daños a ellas dos, las únicas que quedan. Y esa intención se ve reflejada en mi rostro serio y decidido, cuando me miran. Mi expresión ya no muestra culpa, tristeza, miedo o dolor. Eso me lo guardo muy hondo, solo para mí. Mi cara ahora es una clara mueca de serenidad y determinación y es eso mismo lo que con todo mi ser trato de transmitirles. 

- Tiradas (1)
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19/03/2021, 13:40
Reidar Rotløs

El vagabundo sonrió ante la frase de Magnus. -No me molesta en modo alguno, ya estoy acostumbrado.- Dijo, cosa que era cierta. Su vida había sido por mucho tiempo una de rechazos y supervivencia, hasta haber entrado a la Sociedad, y era algo a lo que aún no terminaba de acostumbrarse. Las camas le parecían demasiado cómodas como para poder dormir a gusto, y la nueva ropa seguía causándole algo de comezón. Se interesó por la información que aquel hombre le daba. -¿Una mujer desaparecida? Por como habla de ella imagino que no sería una local...-

La oferta le llegó al vagabundo como una bendición y una excelente oportunidad; por unos momentos estuvo a punto de tomarla sin dudar. Pero tuvo que recordarse a si mismo que ya no eran sólo Geri y él contra el mundo, y que la joven Ebba podría estar en peligro. Sonrió y asintió al hombre. -Muy agradecido, amigo. Creo que iré primero a dar una vuelta al pueblo, pero de seguro termine cayendo allá en un rato.- Se puso en pie, sacudiéndose las ropas, y se despidió de aquel buen hombre. Un vagabundo sabía siempre cuando había dado con una buena persona y aquel pescador sin duda lo era.

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20/03/2021, 09:42
Storyteller

—Como desee, pero no tarde demasiado. Quizás entonces podamos seguir nuestra conversación sombre el pueblo. Que su camino sea seguro. Yo me quedaré a terminar la pesca, si es que consigo sacar algo del mar esta noche.— Contesta Magnus

Mientras caminas, un último vistazo atrás te deja la imagen del hombre, entrado ya en edad o al menos eso aparenta, mirando al vacío que el traquilo mar permite. La luna ilumina bien el paso esta noche y apenas hay nubes.

Tras caminar durante un buen trecho en dirección hacia el hotel, encuentras lo que comprendes como una visión inesperada. Atroz. Terrible.

El cuerpo de una mujer o de lo que queda de ella está tendido en el suelo, y una figura amiga parece estar llevando acabo algún tipo de porcedimiento o investigación. Leopoldo parece estar sumido en sus pensamientos y es sorprendido por tu llegada.

 

 

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20/03/2021, 09:47
Storyteller

Extraño. Pero podía ocurrir. ¿Se podía pensar tan fuertemente en alguien como para que alguna fuerza mística le llevara a invocarlo? Quizás el Don que posees tenga algo que ver, o quizás es una habilidad innata que aún no sabes controlar. Sea como sea, mientras estás investigando el cuerpo de la mujer, que ha sido violentamente destrozado al igual que el de Olga, ves a tu compañero Reidar llegar hasta la escena del crímen. Parece estar bien, y Geri a pesar de parecer algo cansado, te saluda con un pequeño ladrido y un lametón en la cara.

Notas de juego

A partir de ahora podéis postear juntos en escena.

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20/03/2021, 09:49
Director

Ha sido el mismo ser del que nos han hablado antes.

Las dos mujeres todavía tiemblan de dolor. Han perdido a dos buenas amigas en una sola noche por algo que es posible sea culpa suya. —Estamos condenadas....vamos a morir aqui...— espeta Melancholía que abraza fuertemente a  su amiga. Asienten a la proposición de Alvar de quedarse de momento en el hotel hasta que algo, o todo esto pase. Lisa vuelve con un par de tazas grandes de te bien aliente y algunas pastas. Si es sorprendida por los atuendos y la cantidad de "decoración" que hay en la habitación de Olga desde luego no lo dice. Todos estan en su derecho de colocar su habitación como deseen.

Intentando distraer vuestra mirada de las dos muejres, echáis un vistazo a la habitació en busca de cualquier cosa que s pueda ser de utilidad, o simplemente de una escusa para no tener que mirarlas mientras sufren. Podéis ver que en la habitación hay unas anotaciones en los márgenes del mapa que hay colgado en la pared de la habitación de Olga. " ¿Extremadamente cargado con poder arcano?" ¿qué significaría eso?. El resto de locacalizaciones de interés del pueblo también estan marcados. Desde el tel, a la iglesia, la taberna, el faro, la cueva, Además, véis un extracto de un relato, o algo parecido a un diario de un tal Jefe Jonsson en una de las estanterías.

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20/03/2021, 12:39
Alvar Egil Björklund

Me quedo allí en medio, de pie, observando cómo mi hija Ebba se acerca a las dos mujeres para consolarlas, y yo no sé qué más decir que no haya dicho ya. Siento que hay muy pocos hilos de los que tirar, que sabemos demasiado poco de lo que está sucediendo. Incluso las propias artífices son prácticamente desconocedores de lo que han hecho; probablemente, si hubieran sabido algo más, no lo habrían hecho. Pero aquí estamos, en un pueblo perdido en mitad de ninguna parte, con la obligación de averiguar cómo salvar a un grupo menguante de brujas que jugaron con fuerzas que no comprendían y ahora están pagando las consecuencias. A partir de mi breve conversación con ellas ya me he dado cuenta de que no tienen nada útil que decirnos: están completamente perdidas y recluidas en este lugar, sin la posibilidad de salir para buscar sus propias respuestas, así que vamos a tener que ser nosotros quienes encuentren la solución a este terrible entuerto.

No —respondo con una serenidad que ahora mismo no siento a las fatalistas palabras de Melancholía, y en mis ojos se dibuja una mirada compasiva—. No, no van a morir aquí. Encontraremos la forma de ayudarlas a salir, pero vamos a necesitar que no corran riesgos innecesarios. —Me obligo a mí mismo a no lanzar una mirada acusadora a Ebba; estoy seguro de que es más consciente que nadie de su error—. No salgan del hotel por nada del mundo, procuren no llamar la atención y busquen entre todos esos libros alguna idea que pueda ayudarnos. Si fue posible llamar a esa cosa, también se la puede expulsar.

En esto, Lisa regresa con un pequeño refrigerio para las afligidas damas, lo que me hace guardar silencio. No obstante, no podría ser más evidente que aquí está pasando algo extraño, con mi hija cubierta de sangre de pies a cabeza y toda la parafernalia ocultista que hay en la habitación. No deja de resultarme extraño que la joven Lisa no reaccione con extrañeza o incluso miedo a lo que está viendo. Debe de estar acostumbrada a fenómenos de lo más inusual; a fin de cuentas, el sacerdote Kransvik nos ha dicho al llegar al pueblo que desde hacía algún tiempo estaban sucediendo «cosas terribles». Mis ojos se dirigen hacia el mapa que cuelga de la pared, con diversos lugares marcados entre los que destaca la cueva donde las Hijas de Satán realizaron su fatídico ritual. Sin duda ese lugar debe de ejercer un influjo maligno sobre todo el pueblo.

Nos llevamos esto —informo, retirando con cuidado el mapa de la pared y guardándolo en uno de mis bolsillos—. Si dicen que el padre Kransvik podía ayudarlas, vamos a tener que hacerle una visita. Ahora nos vamos. —Y finalmente, añado—: Cuídense.

Dedicándole una mirada imperativa a Ebba, me dispongo a abandonar la habitación, pero en el último momento mis ojos reparan en un pequeño libro en una de las estanterías, un volumen que parece diferente de los demás. Cuando lo tomo del lugar en el que descansa, puedo observar que se trata de una especie de diario, de un tal jefe Jonsson. Con curiosidad, lo abro para hojear sus páginas, tratando de averiguar si entre ellas puede haber algo que nos sea de utilidad.

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20/03/2021, 22:43
Ebba Björklund

Mi mirada no puede sino confirmar las palabras que padre les dedica a ambas mujeres. En momentos como ese, desearía con toda mi alma poder hacer sonar mi voz y expresar en palabras todo lo que vertiginosamente cruza por mi mente. Pero no puedo. Así que me limito a asentir con vehemencia y respirar con calma, sin separar mis manos de los hombros de ambas mujeres, los cuales aprieto en un fútil intento de consolarlas, cosa que no parezco estar consiguiendo de ninguna de las maneras. 

Finalmente me doy por vencida y me levanto de nuevo, colocándome al lado de padre con la mirada perdida en el suelo, cabizbaja, y una expresión de derrota claramente reflejada en el rostro. En ese momento, Lisa aparece para ofrecer a las mujeres el té prometido. Quién sabe, quizá ella tenga más suerte que yo, al fin y al cabo... 

Sin embargo, me sigue pareciendo tan extraña... Si pudiera hablar con ella largo y tendido, sé que averiguaría muchas cosas; sin embargo, ese tipo de privilegios me han sido vedados, así que tengo que conformarme con observarla detenidamente. Aquella impasible asistenta que no cambia de expresión pase lo que pase... mis ojos se entornan levemente, mientras por mi cabeza surcan miles de hipótesis diferentes respecto a la razón, y no puedo evitar lanzar una mirada de soslayo a padre para transmitirle mis sospechas, sé que me basta un solo vistazo para que me entienda, pues me imagino que él estará pensando lo mismo.

Y entonces, al dirigir la mirada a él veo cómo observa un mapa de la pared en el que no me había fijado hasta ese momento. Cuando dice que nos lo vamos a llevar, no puedo evitar preguntarme qué les habrán contado las mujeres a él y a Castelferro. La necesidad de que me lo cuente todo es cada vez más apremiante, pero también me acucia el apuro de quitarme ese pringado vestido y darme un buen baño caliente para deshacerme hasta de la última gota de sangre de la mujer. Ahora mismo, no sé de cuál de las dos cosas tengo más ganas. 

Entonces padre me lanza una mirada que claramente quiere decir que lo siga y yo asiento con la cabeza, suspiro y bajo la vista de nuevo, avergonzada. Me dispongo a seguirlo como un niño que sabe que ha cometido una travesura, pero no como aquel que sabe que le va a costar caro, sino como el que se ha dado cuenta tarde de que ha decepcionado a alguien a quien aprecia. Tan perdida en esos pensamientos estoy que casi choco contra la espalda del coronel cuando este se detiene abruptamente y coge un libro de la estantería para ojearlo. Con la curiosidad que me caracteriza (y que prácticamente destrona al resto de sensaciones en mi mente en tan solo un instante), me asomo para mirar también lo que él está observando por un lado de su brazo, porque por encima de su hombro no soy capaz, ni siquiera poniéndome de puntillas. «Jefe Jonsson... ¿Quién será?» me pregunto.

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21/03/2021, 13:33
Leopoldo Ludovico Castelferro

—¡Oh, Reidar, amigo! —exclama el ocultista al verle llegar y corre hasta donde se encuentra —¿Estás bien? Me tenías muy preocupado, payo —se olvida del cadáver por un instante y le mira de arriba a abajo, buscando heridas—. Joder, me sentí fatal por dejarte allí... Pero no veas la que se ha liado en el hotel... Hemos encontrado a las comadres de Olga... Pero, ¿tú estás bien?... Esta es una de ellas, que salió a buscar al cura para que nos ayudara... —señala al cuerpo pero regresa a Reidar—. He salido a buscarte y me la he encontrado. Se lo dije al coronel: voy a por Reidar, que se ha puesto la noche para esconder las alhajas... ¿Te has topado con el monstruo, estás herido?... Tenía que haber salido antes, pero tú sabes cómo les gusta hablar a los ricos...

Castelferro se comporta como el joven que es delante de Rotlos, sin necesidad de fingir su acento ni de mantener la pose afectada. Está realmente preocupado por su compañero y no quiere revelarle todavía lo que ha pasado en el hotel a Ebba.

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22/03/2021, 10:11
Storyteller

"Diario del Jefe Jonsson:
Cuando mi hermana fue encontrada muerta con el abdomen abierto en canal, fue cuando dejé de ser un niño y me convertí en hombre. EN adulto. Fue en un tempano día de año nuevo y mi hermana Elsa nos guiaba a los demás por la iglesia, habiendo escuchado que uno podría ver el futuro si miraba a través de un cerrojo. Jugábamos con fuerzas que no comprendíamos, y lo oculto suele castigar al arrogante.

Mientras nos aproximábamos a la puerta de la Iglesia, nuestro camino fue bloqueado por el Jabalí más grande que jamás hubiera visto. Sus ojos brillaban en la oscuridad, su lomo estaba cubierto de mechones afilados y su boca estaba equipada con unos cuernos masivos. Elsa cogió una manzana de su bolsillo y la tiró al suelo. lo que hizo que la bestia se olvidara de nosotros por un momento y creara la distracción para que pudiéramos escapar.

Pero pronto escuchamos sus tremendas pisadas retumbar en el suelo  tras nosotros. De repente, Elsa, que había estado corriendo junto a mi, ya no estaba. Miré hacia atrás y vi como se encaraba con el gran porcino y al comprenderlo, seguí corriendo tan rápido como mis piernas me permitían. Ella se sacrificó para que los demás pudiéramos seguir viviendo.

Durante muchos años he recogido los rumores e historias sobre esta criatura cuyo nombre es Glosson. Se dice que caza a aquellos con el don de la visión o a las brujas, devorando sus entrañas para absorber su poder. Pero he escuchado a gente decir que se han salvado al distraerlo con manzanas o nueces. Algunos dicen que la criatura puede ser controlada por una bruja usando el bastón de madera de Tilo. Tras lo que le pasó a mi hermana nunca he vuelto a salir en una noche de invierno, ni dejo a mis hijos salir a jugar fuera de la casa.
Jefe Niklas Jonson en Arstop. Extracto de su diario."

Notas de juego

El libro contiene una ágina marcada con " Muy importante".

Decidme donde vais si es que dejáis el hotel hoy por la noche.

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22/03/2021, 13:20
Ebba Björklund

Mis ojos recorren las líneas garabateadas en ese diario a la velocidad del relámpago, acostumbrada como estoy a leer rápidamente, lo que me da tiempo para revisarlo dos y hasta tres veces. Empiezo a comprender algunas cosas, pero todavía existen en mi cabeza muchos cabos sueltos que no alcanzo a atar... seguramente, cuando padre me cuente lo que les contaron las mujeres, las respuestas serán más claras. Respuestas a preguntas antiguas y otras tantas nuevas que este escrito ha generado en mi mente.

Mientras lo leo, no reacciono, procuro no hacer gesto alguno para que ni padre ni las mujeres se den cuenta de los nervios que me recorren en estos instantes todo el cuerpo. Tragando saliva, inspiro hondo y dejo escapar el aire lentamente, controlando los gestos de mi rostro por completo. Finalmente, con una expresión que trata de ser neutra y que para las mujeres seguro que lo es, aunque no sé si a mi padre le habré logrado convencer del todo, levanto la vista y busco sus ojos. Cuando la encuentro, mis ojos se desvían unas décimas de segundo hacia la puerta de pasillo. No considero necesario hacer ningún gesto, probablemente él se ha percatado correctamente de lo que dice mi mirada: «Tenemos que hablar a solas».

Notas de juego

Jefe, entiendo que la página marcada es la que hemos leído, ¿verdad?
 

Por mi parte, Ebba no tiene ningún interés en volver a salir del hotel esta noche XD. Además, tengo intención de investigar algunas cosas de las averiguadas en mi colección de libros y de tratar de "serenarme" un rato para dejar de estar finalmente asustada... a no ser que papi diga lo contrario. Si él sale (y me lo permite), me voy con él. ;)

Aunque antes que nada me gustaría que me contara qué les han contado... XD