Partida Rol por web

Valladolid (1559-2012)

[2012] Capítulo 1: Bajo la luna del Demonio

Cargando editor
10/10/2014, 23:28
Nuria Herrero

Comienzo a a vislumbrar atisbos de lo que es la "sociedad" de los "vampiros" y casi empiezo a comprender por qué le aburre tanto a Ricardo. Mucho formalismo. Mucho lameculismo, si es que existe esa palabra. Si no existe, sería perfecta para definir lo que estoy viendo. 

Los dos tipos que hablan me parecen fingidos y excesivamente pelotas. No sé si es eso lo que se lleva aquí, ni si es lo que mi sire espera de mí. Uno hasta habla de adiestramiento, como si fuera una mascota. Madre mia, ¿en dónde me he metido? En fin... Allá vamos. Supongo que al fin y al cabo es lo que hay. Trataré de no parecer idiota. 

Miro a Ricardo e intento vislumbrar algo útil en su expresión, aunque no sé si eso realmente va a ser beneficioso. Doy un paso adelante, y hablo al fin- Mi nombre es Nuria-dije antes de que alguien más interviniese- Mi sire es Ricardo Ibarrola, y me gustaría traer a coalición la cuarta Tradición, que es la de la Responsabilidad: Aquellos a los que creas son tus propios chiquillos. Hasta que los liberes, estarán a tus órdenes en todo y sus pecados serán tu carga.-a buen entendedor pocas palabras bastan. Si la cagaba era culpa de Ricardo. Vamos, al menos yo juraría que esa tradición decía más o menos eso.

- Tiradas (1)
Cargando editor
11/10/2014, 15:40
Sonia Aguirre

En ese momento la joven de piel cuarteada y ennegrecida se pone en pie. Su incomodidad se deja ver en la forma en la que mueve los dedos, rápida e inconscientemente, como en un pequeño tic asimilado. Se acerca al lugar que el Príncipe ha señalado, dejando a su paso un olor a carne quemada, que parece aumentar con su nerviosismo y que se hace presente para todos los novatos al pasar junto a ellos.

- Mi nombre es Sonia Aguirre. - Dice finalmente, mirando hacia la mesa central con unos profundos ojos azules. - Soy chiquilla de José Macías, del clan Nosferatu. - Y un ligero orgullo parece imbuir sus palabras al nombrar su clan, dándole algo de firmeza a sus siguientes palabras. - La Segunda Tradición es la del Dominio. - Continúa, recitando algo aprendido y hablando más rápido de lo que probablemente pretende, desvelando su necesidad de terminar cuanto antes. - Tu dominio es tu propia responsabilidad. Todos los demás te deben respeto mientras se encuentren en él. Nadie puede desafiar tu palabra en tu dominio.

Sin añadir nada más hace una pequeña inclinación con la cabeza y se aparta volviendo a su asiento con paso ligero. Al llegar allí suspira quedamente en un gesto innecesario que de alguna forma resulta antinatural para su nueva condición y que no hace más que mostrar el poco tiempo que hace desde que abandonó su vida mortal.

- Tiradas (1)
Cargando editor
11/10/2014, 19:46
Silvia Pereira

La lolita se levantó y avanzó hasta un punto donde fuese el centro de atención, sus pisadas tenian la gracia de una gatita muy coqueta, antes de hablar barrió con la mirada a todos los presentes y después fijó su vista en el príncipe y la primogenitura.

-Mi nombre es Silvia Pereira, pertenezco al Clan Ventrue y mi sire es Fernando de Osuna.-Hizo una pausa en la que se relamió sus labios- Entiendo y me comprometo a respetar las normas y a hacer que las respeten como nuevo miembro de este clan. Quiero hacer referencia a la quinta tradición-Como no, iba a ser la favorita de su clan-Honra el dominio ajeno, cuando llegues a una ciudad preséntate ante quien la gobierne, sin su aceptación no eres nada.

Hizo un saludo formal y volvió a su asiento donde nada mas sentarse hizo un cruce de piernas poniendo sus manos sobre ellas y miró con dureza al resto.

- Tiradas (1)
Cargando editor
12/10/2014, 20:52
Óscar Fernández

Óscar observó asombrado cómo uno tras otro los recién Abrazados como él se levantaban y se presentaban. Su atención iba y venía, pero aún así era evidente que le parecía complicado hacer lo mismo que ello. Sus ojos se fijaron más en las mujeres que en los hombres de una forma inconsciente, y su nariz se arrugó cuando cuando la tal Sonia empezó a hablar. A él no terminaba de gustarle en lo que se había convertido, pero al menos era mejor que eso. En cierta forma la Nosferatu le daba pena, y mientras ella hablaba él se preguntaba si podría hacer algo por ella.

Cuando justo después la otra chica intervino él miró a todos, sin saber si ya era su turno o no. Todo sucedía tan rápido que no tenía claro si todos habían intervenido ya, y por temor a quedarse callado mientras todos esperaban decidió que ya era su momento. Nervioso se puso en pie mientras sus manos temblaban ligeramente, con miedo.

Antes de hablar los asimétricos ojos de Óscar pasaron por algunos de los presentes para luego volver a buscar el suelo. Su respiración se agitaba fruto de la ansiedad, inconexa. Durante algunos segundos permaneció así, de pie en silencio, sin llegar a decir nada. Sus manos se buscaron mutuamente, entrelazando una y otra vez los dedos para tratar infructuosamente de calmar ese temblor. Al mismo tiempo él movía los labios sin llegar articular más que sílabas inconexas, como si estuviera hablando consigo mismo para tratar de darse ánimos y dejando las palabras a medias.

Cargando editor
12/10/2014, 21:01
Rocky

- Vamos, vamos, Óscar, ¡demuéstrales lo que vales, jojojo! - Empezó Rocky, tratando de darle ánimos. - ¡Déjales a todos flipados, jojojo! - Continuó, aunque no tardó en desviarse del tema. - Yo te chivo, jo. La Segunda Tradición es la del Dominio, jojojo... - Propuso, citando a la chica que había hablado no hacía mucho. - ¡Al que no reconozca cómo dominamos, pollazo en la cara, jojojo! ¡Jojojo! ¡Jo! La-la-la Quinta Tradición - Siguió emocionado. - es la de la Hospitalidad. ¡A quien no se presente, pollazo en la cara, jojojo! ¡Vamos, Óscar, que no es tan difícil, jojo! ¡Está chupado, vamos, jojo!

Cargando editor
12/10/2014, 21:11
Mel

Cargándose de paciencia Mel esperaba calmada, intentando tranquilizar a Óscar en la medida de la posible.

- Lo que Rocky quiere decir - Empezó. - es que vas a hacerlo bien. Que confía en ti tanto que se puede permitir el lujo de despistarte. - Comentó, con un tono cargado de segundas intenciones hacia la ardilla. Un claro no es el mejor momento. - Óscar, vas a hacerlo bien. Si no fuera así Elisa no te habría traído. Piensa en las cosas que te ha enseñado: si tú la cagas también es una cagada para ella. Así que respira hondo, cálmate, y demuestra que estás a la altura. - Dijo, tratando de darle la confianza que le faltaba.

Cargando editor
12/10/2014, 21:14
Rocky

- ¿Quieres callarte, Carapez? ¡Jojojo! - Interrumpió Rocky. - Yo no he dicho eso, jo. Lo que yo digo es que da igual lo que hagamos: el puto Príncipe nos va a matar cuando la caguemos. ¡Mejor cagarla a lo grande, jojojo! ¡Vamos, Óscar, adelante! ¡Primera Tradición, la Mascarada! ¡A todo el mundo pollazo en la cara, jojojo! ¡Jojojo! ¡O no, mejor, mejor, mejor, mejor, jojojo! ¡Primera Tradición, la Mascarada! ¡Chúpamela medio minuto, verás qué pasada! ¡Jojojo! ¡Jojojojo! ¡Jo! ¡Jojo! ¡Jo!

Cargando editor
12/10/2014, 21:19
Óscar Fernández

Tras casi medio minuto de sentir la presión de las miradas sobre sí, Óscar hizo ademán de volver a sentarse. Aquello no era una buena idea. Nunca lo había sido. Tendría que haberse escapado esa noche, antes de que su sire fuera a buscarle. Pero ahora era demasiado tarde, y ya que iban a acabar con él por cagarla tarde o temprano mejor que fuera ya y sin dar motivos. Quizá así lo hacía rápido.

Sin embargo la idea de que Elisa también pudiera sufrir repercusiones hizo que se frenase a medio camino. Se giró hacia ella sólo para comprobar que siguiera allí, sin atreverse a mirarla a los ojos por el ridículo que tenía que estar haciendo, y luego tomó aire, tratando de envalentonarse.

- So-soy Óscar. - Empezó en voz baja, sin despegar ahora la mirada de las losas de mármol que se extendían bajo las butacas de quienes estarían juzgándole. - Óscar Fernández. S-Soy Gangrel, como mi Sire. - Aclaró alzando un poco más la voz, tratando de seguir el esquema que los demás habían usado. - Que también es Gangrel. - Especificó luego, señalando lo evidente. - Yo-yo yo - Empezó de nuevo, pero no encontraba palabras tan bonitas como los demás para explicar que respetarías las normas de la Camarilla y se comportaría como se esperaba de él. - tampoco voy a dar problemas y voy a hacer lo que me digan. - Dijo entonces, encontrando por dónde tirar. No era tan precioso como lo de los otros, pero era algo. Todas las palabras ensayadas se habían perdido en algún sitio de su mente y sólo habían dejado en su lugar incertidumbre y nervios. Luego volvió a quedarse callado, sin saber muy bien qué decir, hasta que sus ojos se fijaron en la Nosferatu. - La-la Segunda Tradición es el Dominio. - Citó. - Que es tu responsabilidad. Y que los demás te deben respeto cuando estén en él, y que nadie puede desafiar tu palabra allí. - Dijo casi textualmente, sintiéndose cada vez más agobiado. Y una vez hubo terminado esperó un instante para volver a su silla, inquieto, sin llegar a posar sus pupilas en las del Príncipe o en las de algún miembro de la Primogenitura.

Cargando editor
13/10/2014, 15:04
Rodrigo de Villena

La voz de Eric sale aguda y temblorosa de su garganta cuando el joven camina hasta el centro de la sala y se dirige a todos desde allí. Sus palabras parecen estar bien preparadas, pero sin embargo, no resulta todo lo firme que debería y no es difícil notar que está evidentemente nervioso. 

El ceño de su sire se frunce durante un instante mientras lo contempla en silencio desde su lugar, pero la mujer rubia no tarda mucho en suavizar su expresión, como si ese segundo no hubiera existido nunca, y su sonrisa vuelve a brillar radiante para cualquiera que la observe.

El Príncipe se mantiene inalterable, con una mirada amable puesta en el muchacho, y cuando él termina tan sólo hace un pequeño gesto inclinando la cabeza antes de que Eric vuelva a su asiento, dejando tras de sí un rastro de indiferencia y un leve murmullo. Sin embargo, en cuanto Francisco se levanta, parece atraer la atención de todos los presentes como un imán. Las miradas lo siguen con curiosidad y el Príncipe se yergue un poco en su asiento. 

Y cuando habla el silencio se adueña de la sala. Un silencio atento, pendiente de cada una de sus palabras. Su voz es firme y segura, sus palabras parecen estar cargadas de significado y su mirada se mueve con naturalidad entre su público. Porque realmente pareciera que es un orador experimentado dando un gran discurso.

Cuando termina y se sienta, durante unos segundos se mantiene el silencio que ha asistido a sus palabras. La mujer que se encuentra a su lado le dedica una breve mirada y un asentimiento con la cabeza, con más calidez de la que ha mostrado hacia él desde que llegaron y las comisuras de los labios del Príncipe es estiran ligeramente hacia arriba, saliendo de la indiferencia y mostrando una pequeña satisfacción. 

Nuria sale a continuación y también se muestra segura de sí misma, no parece en absoluto apocada por hablar justo después del impresionante discurso de Francisco y aunque sus palabras son breves, también son concretas y no hay titubeos en su voz. La mirada del Príncipe se centra en ella y cuando termina, asiente con la cabeza de nuevo, en un gesto de aprobación. Cuando ella se sienta, el joven que tiene a su lado hace un pequeño gesto hacia ella, poniendo los ojos en blanco, como si estuviera sencillamente hastiado de la situación.

La siguiente, Sonia, pasa bastante desapercibida después de los dos anteriores, aunque ciertamente no parece que la chica desee llamar la atención. Sus palabras son correctas, pero no hay demasiada firmeza en su voz. Silvia reluce un poco más, pero tiene una ligera actitud de incomodidad con la situación que apaga bastante el brillo de sus palabras y el Príncipe se mantiene imperturbable ante ambas intervenciones.

Sin embargo, alguien vuelve a atraer todas las miradas. Cuando Óscar se levanta y permanece quieto de pie, hablando para sí mismo en un idioma que parece ininteligible, alguna risita se escucha por la sala. El chico parece dudar y estar a punto de sentarse de nuevo, lo cual provoca que el Príncipe enarque levemente una ceja y se lo quede mirando con frialdad durante todo el tiempo que él permanece de pie, como perdido en su mundo. - "Eso es lo que pasa cuando un gangrel abraza a un malkavian" - Comenta alguien en un susurro apenas audible que provoca algunas nuevas risitas en la sala. 

Mientras el muchacho se decide, la mujer que tiene al lado mira a su alrededor en silencio, fulminando con su mirada a los que parecen encontrar a Óscar un objetivo apropiado para sus burlas. Finalmente, el Príncipe parece comenzar a sentirse impaciente y empieza a abrir la boca para intervenir. Pero justo a tiempo Óscar arranca y su voz es insegura, temblorosa y casi inaudible. Sus palabras, dubitativas y el hecho de que repita lo que ha dicho la otra chica, hacen que los labios del Príncipe dibujen una fina línea. 

Cuando Óscar termina y se sienta, la mirada que le dedica el Príncipe es fría. Y fría continúa siendo cuando se posa sobre Elisa, aún en silencio. La mujer no parece reaccionar, tal vez ausente o quizá sin estar segura de qué se espera de ella y finalmente, tras varios minutos de silencio, el Príncipe se pone de nuevo en pie y su voz grave resuena en el salón otra vez.

- Elisa. - Dice, dirigiéndose en primer lugar a la sire de Óscar. - Creo que tal vez deberías trabajar más en la educación de tu chiquillo. No parece estar listo para que lo liberes. - Un pequeño brillo aparece en los ojos de la mujer bajo el ala de su sombrero. ¿Desafío? ¿Vergüenza? Sin embargo, ella asiente ligeramente, sin decir nada. Entonces su mirada se dirige a la joven de cabellos tan rosados como su vestido de volantes y sus ojos se afilan. - Cordelia. Me pregunto si tu chiquilla es muda o si tal vez no le has explicado sus deberes para el resto de nosotros. - Dice con un tono que parece amable en la superficie pero que oculta un frío cuchillo de hielo bajo ella. - Espero que cuando termine la reunión tu chiquilla y tú os reunáis conmigo en privado. - La joven parece encogerse bajo la mirada y las palabras del Príncipe y sus ojos se dirigen hacia el hombre que las acompañaba al entrar y que se encuentra en alguno de los asientos detrás de ella. 

Sin embargo, el Príncipe aparta los ojos de ella y continúa hablando, dejando aparte ese tema y dirigiéndose ahora a todos de nuevo y recuperando su gesto amable. - Estoy seguro de que todos estáis deseando que la reunión termine para poder relacionaros entre vosotros, saludar a los que han regresado de otros países o conocer a los recién llegados. Así que seré breve. Hay dos temas que quiero tratar. En primer lugar -comienza, dejando que su mirada pasee por la sala con naturalidad- está el tema que más nos urge a todos. El Sabbat se ha apoderado ya de Burgos, León y Palencia. Sabemos que vienen hacia aquí y no hay duda de que estamos en su camino hacia Madrid, el cual suponemos que es su objetivo. Probablemente volverán a atacar de nuevo pronto. Debemos estar preparados para rechazarlos como hicimos en Julio. - Su mirada se fija en uno de los hombres que han permanecido de pie. - Espero que si necesitas cualquier cosa no dudes en informarme, Sheriff. - Mira al resto y levanta las manos en un gesto, como invitando a hablar al que lo desee. - Y si cualquiera consigue información al respecto, estaré siempre disponible para escucharla.

Hace una pausa entonces, antes de hablar de nuevo, apoyando las manos sobre la mesa. -  En segundo lugar. Estamos llamando demasiado la atención. La policía y la prensa está pendiente de las desapariciones de los últimos meses. No es algo desconocido que ahora mismo estamos en un estado de superpoblación y sabéis que debe ser algo transitorio hasta que las fuerzas enemigas se rindan o sean exterminadas. Pero debemos tener cuidado en nuestra alimentación si no queremos que demasiadas miradas se pongan sobre nosotros. - Mira a todos lentamente y se incorpora de nuevo. - Sugiero un esfuerzo por parte de los presentes para que esta situación se mantenga bajo control. En primer lugar, tratad de que la caza no sea mortal. Son tiempos en que la sobriedad será nuestra aliada. Y tal vez una ampliación de horizontes. Podéis extenderos y alimentaros en otros núcleos de población cercanos.

Cuando termina de hablar hace un ademán hacia todos los presentes. - No he sido informado de que nadie quiera tratar ningún otro asunto concreto en público, pero si es así, adelante. Si nadie tiene nada que añadir, pasaré a mi despacho para los asuntos privados que deban ser resueltos y podréis distenderos. - Sus ojos se detienen en cada uno de los sires de los que han sido presentados esta noche. - Con vosotros me gustaría tener una pequeña reunión en privado. - Finalmente se sienta y espera por si alguien decide intervenir.

Cargando editor
13/10/2014, 17:23
Narrador

Y mientras el Príncipe guarda silencio y su mirada recorre la sala una risita resuena directamente en tu cabeza. Un escalofrío te recorre al sentir esa presencia en tu mente que, estás seguro, no has escuchado fuera de ella. 

[color=#7d1935]- Vaya... - [/color]Dice la voz desconocida. Es sin duda femenina y parece cargada de una cruel diversión. [color=#7d1935]- La luna de sangre vuelve a nosotros trayendo la progenie de los de entonces. Casi parece... poético. ¿Verdad?- [/color] De nuevo ríe, directamente en tu mente y los ecos de su risa se mantienen algunos segundos mientras se desvanece hasta que la presencia parece desaparecer de tu cabeza. 

Cargando editor
13/10/2014, 17:38
Narrador

Y mientras el Príncipe guarda silencio y su mirada recorre la sala una risita resuena directamente en tu cabeza. Un escalofrío te recorre al sentir esa presencia en tu mente que, estás seguro, no has escuchado fuera de ella. 

[color=#7d1935]- Vaya... - [/color]Dice la voz desconocida. Es sin duda femenina y parece cargada de una cruel diversión. [color=#7d1935]- La luna de sangre vuelve a nosotros trayendo la progenie de los de entonces. Casi parece... poético. ¿Verdad?- [/color] De nuevo ríe, directamente en tu mente y los ecos de su risa se mantienen algunos segundos mientras se desvanece hasta que la presencia parece desaparecer de tu cabeza. 

Cargando editor
13/10/2014, 17:38
Narrador

Y mientras el Príncipe guarda silencio y su mirada recorre la sala una risita resuena directamente en tu cabeza. Un escalofrío te recorre al sentir esa presencia en tu mente que, estás seguro, no has escuchado fuera de ella. 

[color=#7d1935]- Vaya... - [/color]Dice la voz desconocida. Es sin duda femenina y parece cargada de una cruel diversión. [color=#7d1935]- La luna de sangre vuelve a nosotros trayendo la progenie de los de entonces. Casi parece... poético. ¿Verdad?- [/color] De nuevo ríe, directamente en tu mente y los ecos de su risa se mantienen algunos segundos mientras se desvanece hasta que la presencia parece desaparecer de tu cabeza. 

Cargando editor
13/10/2014, 17:39
Narrador

Y mientras el Príncipe guarda silencio y su mirada recorre la sala una risita resuena directamente en tu cabeza. Un escalofrío te recorre al sentir esa presencia en tu mente que, estás segura, no has escuchado fuera de ella. 

[color=#7d1935]- Vaya... - [/color]Dice la voz desconocida. Es sin duda femenina y parece cargada de una cruel diversión. [color=#7d1935]- La luna de sangre vuelve a nosotros trayendo la progenie de los de entonces. Casi parece... poético. ¿Verdad?- [/color] De nuevo ríe, directamente en tu mente y los ecos de su risa se mantienen algunos segundos mientras se desvanece hasta que la presencia parece desaparecer de tu cabeza. 

Cargando editor
13/10/2014, 17:39
Narrador

Y mientras el Príncipe guarda silencio y su mirada recorre la sala una risita resuena directamente en tu cabeza. Un escalofrío te recorre al sentir esa presencia en tu mente que, estás segura, no has escuchado fuera de ella. 

[color=#7d1935]- Vaya... - [/color]Dice la voz desconocida. Es sin duda femenina y parece cargada de una cruel diversión. [color=#7d1935]- La luna de sangre vuelve a nosotros trayendo la progenie de los de entonces. Casi parece... poético. ¿Verdad?- [/color] De nuevo ríe, directamente en tu mente y los ecos de su risa se mantienen algunos segundos mientras se desvanece hasta que la presencia parece desaparecer de tu cabeza. 

Cargando editor
13/10/2014, 22:44
Óscar Fernández

Las risas que habían surgido entre los asistentes con su intervención hicieron que Óscar se sintiera aún más ridículo. Con un enorme nudo en la garganta debía reprimir todas sus emociones para no acabar llorando. En esos momentos sí era una suerte no tener que respirar, pues sabía que con la primera exhalación comenzarían los sollozos.

Realmente lo peor no era que se rieran de él, a eso estaba acostumbrado. Lo peor era que en el fondo, y aunque no habría estado dispuesto a admitirlo, él estaba empezando a ver todo lo que le estaba pasando como una oportunidad de que las cosas cambiaran. Aquello había sido la demostración de que no sería así. Ese tipo de oportunidades no existían.

- Lo-lo siento. - Murmuró cuando, ya sentado, empezó a calmarse. - Me-me he puesto un poco nervioso. - Continuó explicándose, como si no hubiera sido evidente. Sin embargo, al darse cuenta de que la sala estaba en silencio miró a todos lados, tratando de saber qué era lo que estaban esperando. Y al darse cuenta de que una de las nuevas no se había pronunciado se sintió un poco mejor. Al menos no había sido el único que había quedado en evidencia.

Sin embargo cuando lo primero que hizo el príncipe fue echar la bronca a su sire toda la carga de culpa por haberla pifiado volvió a pesar sobre los hombros de Óscar, haciendo que se encogiese y que su vista se clavase otra vez en el suelo. - Es que me miraba todo el mundo. - Insistió, como si lo dicho no hubiera sido suficiente. Luego se quedó callado, decidido a no volver a meter la pata, escuchando cómo el Príncipe reñía también a la sire de la que se había quedado callada y entendiéndola por completo. Quizá habría sido mejor que él hubiera hecho lo mismo. Al menos no se habrían reído de él, y habrían sido dos los que lo habrían hecho. Dos siempre era mejor que uno.

A pesar de la insistencia del anfitrión en que cuando terminase de hablar podrían socializar, conocerse y distenderse el chico ya había tomado su decisión: permanecer apartado, esperando a que Elisa le dejase marcharse y no volver por allí hasta que fuese obligatorio. Vamos, como le pasaba siempre. Conforme los minutos habían ido pasando su frente se había cubierto de una delgada película rojiza que en otro tiempo tendría que haber sido sudor, y era evidente que no lo estaba pasando para nada bien. Sus labios apretados en una línea fina, conteniéndose para no ponerse a hablar consigo mismo y quedar aún más en evidencia y sus músculos en tensión denotaban que no estaba para nada cómodo. Pero era mejor estar incómodo que liándola, así que se quedaría así, quieto y callado hasta el final.

Sin embargo unos segundos después de que el discurso terminase él se envaró de repente en su asiento. Antes de hacer nada miró alrededor, asustado, y antes de volver a bajar la mirada cruzó sus ojos con los de su sire. En los de él había urgencia. Urgencia y miedo.

Cargando editor
14/10/2014, 00:37
Eric Maneiro

Soy consciente de que mi presentación no ha salido ni la mitad de bien de lo que la tenía planeada, y eso me jode. Me jode mucho. Puede verse en mi rostro que estoy claramente contrariado. Voy echando de vez en cuando, desde que termina mi turno miradas a Julia, miradas de que no me tenía que haber quedado tan mal. 

Era demasiada suerte que me saliese bien... - Comento finalmente a Julia, decepcionado y en bajo, pero no inaudible. Espero no haberte decep... - Interrumpo mi disculpa de golpe, y mi mirada se queda clavada en el suelo. ¿Qué coño? Tras unos segundos la miro con cara de circunstancia. Mis labios entonces se mueven sin emitir ruido alguno, pero dando forma a un "Hija de puta" muy claro para quien me esté mirando mientras desvío la vista al suelo.

Cargando editor
14/10/2014, 19:12
Francisco Ansúrez

El resto de presentaciones le sonaron muy parecidas a la suya, todos habían dicho su nombre, su clan y quien era su sire. Nada fuera de lo normal excepto Oscar, el pobre hombre estaba muy nervioso y sin duda Francisco creía que aquello le traería consecuencias. En cambio él confiaba en que la suya hubiera salido lo suficientemente bien como para no ser la comidilla del resto de presentes, sabía de sobra que la primera impresión es la que cuenta.

Permaneció atento al discurso del Príncipe. ¿Habla de un ataque directo? Desde luego Francisco no hubiera imaginado nunca que su ciudad natal pudiera ser un campo de batalla hoy en día. Pese a todas aquellas advertencias no sentía temor alguno por la amenaza de un ataque, probablemente debido a que las últimas dos semanas habían sido especialmente movidas.

Cuando el Príncipe terminó, Fran miró a Laura con curiosidad por aquello de una reunión privada. Realmente no esperaba que le dijese nada, esa arpía no era muy comunicativa pero no había perdido la esperanza de encontrar algo de humanidad y comprensión bajo esa corteza de mujer implacable. A decir verdad quería perderla de vista un rato y así tener un momento para darse a conocer al resto, quería empezar por aquellos que como él habían sido abrazados no hace mucho.

Algo le hizo mirar a su alrededor con cautela, frunció el ceño y miró a la primogenitura con disimulo. ¿Qué?

Cargando editor
15/10/2014, 18:15
Nuria Herrero

Satisfecha de mi misma, vuelvo a adoptar una postura más individualista, esperando a que el Príncipe terminase su intervención. Pero claramente algo me sobresalta. Frunzo el ceño, y miro alrededor, sin poder evitar mostrarme medianamente asustada- ¿Qué demonios...?-me pregunto, percatándome de que otros rostros parecen tan confusos como el mio. 

¿Es esto alguna clase de broma para novatos? Espero que no. 

Cargando editor
15/10/2014, 23:27
Rodrigo de Villena

Tras algunos segundos en los que nadie parece decidirse a intervenir el Príncipe se levanta de nuevo y hace un pequeño gesto con el que parece disolver la reunión o al menos la parte más formal de ésta. - Estaré en mi despacho entonces. Disfrutad de la velada. - Dice antes de hacer una leve señal a uno de los hombres que se encuentran pegados a las paredes. 

Sale por una pequeña puerta que hay en la pared del fondo, dejando tras de sí a varios criados empezando a movilizarse para proveer de copas de vitae a los presentes. También hay criados dispuestos para alimentar directamente de su piel a quien lo prefiera y criados preparados tan solo para satisfacer los deseos y necesidades de los paladares más exquisitos, por legado de clan o por preferencias personales.

En apenas unos minutos algunos criados empiezan a moverse por el lugar portando bandejas llenas de copas y algunos de los vástagos asistentes empiezan a levantarse de sus asientos para hablar unos con otros. Mientras tanto, los ghouls al otro lado de la barandilla también empiezan a moverse tras haber permanecido en un respetuoso silencio hasta ese momento. 

Cargando editor
15/10/2014, 23:36
Elisa García

La mujer sentada junto a Óscar lo mira con el rostro serio. Sus ojos son dos carbones ardientes que hablan del enojo que siente en su pecho. Sin embargo, niega levemente con la cabeza al escuchar las disculpas de su chiquillo. - El problema no eres tú. - Responde sin molestarse en bajar el tono de voz, antes de dirigir una mirada a su alrededor. - Son ellos. Los que se creen demasiado buenos para ver la escoria que son. 

Al ver la expresión asustada del muchacho frunce un poco el ceño. - Ven, te dejaré acompañado antes de ir al despacho de Rodrigo.

Se pone en pie y se acerca a Julia, la mujer rubia que acompaña a Eric. Ambas intercambian un par de frases en voz baja y finalmente Julia se gira hacia su chiquillo.