Partida Rol por web

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Tendría que estar en un spa, eligiendo entre varios jabones perfumados y disfrutando de un tratamiento personalizado. Bueno, tal vez eso era forzarlo. Pero al menos tendría que estar atendida por Minerva en una suit privada. En lugar de eso estaba allí, rodeada de prostitutas empeñadas en tocarme, con lo poco que me gustaba. Y los dos guardaespaldas que me quedaban ni tan siquiera me prestaban la atención suficiente para apartarlas. Si, me había acercado a ellas, pero eso no era motivo para que no supieran que me molestaba que me tocasen. 

Miré a mi alrededor. El resacoso, ahora muy herido, necesitaba de atención médica. Con urgencia. En lugar de eso terminaría con las heridas infectadas. Me aparté aún más de la tísica. Luego estudié al resto de los que nos rodeaban y tuve la precaución de sacar una foto al tipo atractivo que parecía estar dibujando a Alkaid. Ahí había algo, podía notarlo. Pero para mi desgracia, rodeada de toda aquella gente que no era de fiar, no podría conectarme aún. 

Maldije para mis adentros. ¿Quién podía odiarme tanto para hacerme pasar por todo esto? No podían ser Marcella o Tulio, después de todo ya iba a desaparecer una temporada. Seguí estudiando lo que me rodeaba. Me preocupaba aún más el no haber podido contactar con mis madres. ¿Por qué? ¿Quién era capaz de interceptar mis mensajes? Pero para descubrirlo necesitaba conectarme y tiempo. Suspiré ligeramente molesta. Tenía la certeza de que nada saldría bien este día. 

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Otro más.

Contemplé como uno de los ursos desaparecía por el pasillo antes de darme cuenta de que Angela comenzaba a arrepentirse con rapidez de su gesto de buena fe con las prostitutas. Sonreí debajo de la máscara, planteándome durante unos breves minutos dejar que la joven noble disfrutase de la vida real fuera de palacio. Desde luego, era un buen comienzo para que volviese a plantearse el hacer un desplante así a sus guardaespaldas. 

Pero al fin y al cabo mi tarea era encargarme de ella y el maldito día que llevaba a las espaldas no era motivo para que lo pagase con la chica, así que me acerqué hasta donde se encontraba. El bueno de Meyer ahora estaba entretenido con Alkaid, probablemente aún rencoroso con Angela por su reproche. Si seguían así, al final aquella relación esperpéntica que se traían iba a acabar metiéndoles en problemas.

El midgardiano parecía entretenido con una de las prostitutas, pero lo ignoré. A saber que líos se traían entre manos, pero no dejaba de ser un encuentro cuando menos curioso. Sin embargo no se me pasó por alto el torpe cruzado que intercambiaba con la prostituta. O había preferido ignorarnos o había disimulado muy bien no entendernos. Lo que tenía claro que es no iba a fiarme de él: al menos no hasta que no mejorasen las circunstancias.

- Angela. comenté a mi protegida, evitando su título y apellido. Las prostitutas no serían tontas y estaba claro que la ropa de DellaNocte era lo bastante buena como para dar pistas hasta a un cerebro comido por la sífilis, pero no sería cosa mía el delatarle. Mi tono estaba, a decir verdad, bastante lejos del de un guardaespaldas: nunca me hubiera planteado ser tan autoritario con ella. Será mejor que vuelvas al banco a descansar: no queremos otro desmayo repentino y menos en estas condiciones.

[Celda de confinamiento, Modulo 2]

El enclenque rubiales se me acerca cuando tomo asiento, tendiéndome una mano que evalúo un instante antes de estrechar, dirigiéndole una mirada al otro miembro del trio encarcelado que formamos.

-Leon. -Respondo, únicamente. Aunque qué más da, parece que la mitad de la gente que hay en este complejo ya debe de saber mi nombre y apellidos, y toda esa escasa ficha que tienen por ahí almacenada. Qué condenada gana de colarme en sus sistemas y borrarlo todo antes de meterles un virus, o algo por el estilo. Me pierdo en mis cábalas hasta que la mirada del ario me devuelve a mi asiento, y me cuesta un instante conectar qué me ha preguntado. -En rrealidad, todavía no me han acusado de nada. Me metierron en un interrrogatorio, y el tipo se pasó el rrato prreguntando que qué había pasado. Se lo conté, no le gustarron los huecos y se habrrá ido a prreguntar a otrro, supongo. Casi dan ganas de levantarrse e irr hasta la puerrta, exigiendo que me saquen de aquí o me detengan y acusen forrmalmente. Perro necesitarría un abogado y joderr, no tengo ninguno. -Me recuesto en el asiento contra la pared, mirando al techo. -Contrrabando, ¿eh? Tiene grracia, y todo. ¿Sabes algo del prrofesor?

[Celda de confinamiento, Modulo 2]

Volví a sonreír cuando Leon me dio la mano. Y al ver que pasaba de mi, opté por alejarme y volver a mi rincón. Me senté una vez más con la espalda contra la pared, evaluando a ambos hombres. Parecía que iban a ponerse a hablar de sus cosas... así que decidí mantenerme al margen. Por si acaso me enteraba de algo interesante. Uno siempre tiene que tener cuidado de con quién comparte celda, a la que te despistas, podrían tratar de clavártela por detrás.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Estudié por un segundo a Alpharius. Aun con la máscara puesta el tono de su voz era... ligeramente seco. Pese a ello fingí no notarlo y sonreí ligeramente, con la naturalidad de quien lo hace todo el rato aún cuando todo se tuerza. Me excusé pese a ser completamente innecesario y me levanté para ir al banco. Pero no a donde había estado sentada antes. Por un segundo mi mirada se dirigió a la puerta por dónde había desaparecido el segundo urso. Cada vez quedábamos menos de los pasajeros. 

Cogí del brazo a Alpharius y con toda la tranquilidad del mundo me dirigí hacia el dibujante. Después, aún sin haber sido específicamente invitada me senté a su lado. 

- Es... una obra interesante. ¿Qué hace un artista en esta celda? - pregunté con voz dulce. - ¿Tal vez conocíais a vuestra modelo de antes? Parece que... procedéis del mismo lugar. - esbocé una sonrisa inocente. 

[Celda de confinamiento, Modulo 2]

A su espalda, Pierre empezó a escuchar un leve sonido, como un murmullo sordo contra la chapa sobre la que se apoyaba en su rincón, o como bueno, como el sonido que efectivamente podría hacer un rollito de papel de vater al pasar a través de la fina rendija que separaba el suelo de la pared. 

<< ¿Hola?, ¿Hay alguien ahí? >>

A pesar de estar escrita en papel higienico y con lo que parecía un trozo de carboncillo, la caligrafía era fina y cuidada. Algo que en aquel lugar llamaba la atención, como una delicada rosa en mitad de un cenagal.

[Celda de confinamiento, Modulo 2]

Escuché lo que el urso andaba mascullando para acabar meneando la cabeza contrariado; atento a las miradas que Pierre nos echaba de tanto en cuanto, simulando no escuchar.

-Creo que no les gustará nada de lo que les digamos porque se sale de la idea que tenían en mente-me encogí de hombros-Los Cruzados son así de tolerantes-agregué no exento de sarcasmo. -Pero respondiendo a tu pregunta no; no sé nada del profesor. Se lo llevaron antes que a mi y no lo han traído a nuestra celda-dudé un instante repasando lo que el investigador me había comentado-Creo que se lo han llevado aparte para ser interrogado por la policía militar o algo por el estilo-a diferencia de nosotros que, si mal no recordaba habíamos sido cuestionados por las autoridades civiles del puerto.

Capté por el rabillo del ojo el movimiento tras Pierre, pero elegí dejar a su elección si salía de él informarnos o no.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

El chico se sobresaltó al escuchar la voz de Angela a su lado, tan absorto como estaba en su trabajo. -¿Qué?...¿Yo?...Bueno, verá...- Se excusó rápidamente visiblemente avergonzado tratando de ocultar el papel que pintaba entre sus ropas. -¿Es amiga suya?, lo siento, no lo sabía, yo... bueno, no estoy acostumbrado a todo esto ...-Añadió echando un leve vistazo a su alrededor como un ratón asustado.

Por un momento parecía tan fuera de lugar como la propia Angela, pero enseguida volvió a quedarse encandilado con la modelo de su retrato, recostada sobre el banco. -¿Sabe como se llama? -Preguntó de forma distraída.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Tarde, ya lo había visto. Dibujaba a Alkaid. De hecho se comportaba de un modo peculiar que no había visto desde el liceo. No es que en mi liceo hubiera durado mucho tiempo alguien así... salvo que fuera una pose, cosa no descartable. Arreglé los pliegues de mi falda y adopté una expresión comprensiva. 

- No os habéis presentado - señalé con toda la tranquilidad. Si quería información tendría que darmela. En parte me recordó a aquel pintor cruzado con el que había flirteado levemente pero que al final había estado más interesado en Pierre - Tampoco yo tengo costumbre, pero no es motivo para perder la formas ¿no es cierto? - mentí - ah, parece que es... un flechazo. - sonreí nuevamente - ¿No queréis que sepa vuestro nombre?

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

El joven lunar se volvió hacia Angela para mirarla, o más bien, estudiarla con mayor detenimiento. Hacía mucho tiempo que nadie le recordaba nada sobre modales y menos en un lugar como aquel. Aquello le había pillado desprevenido y aún no tenía claro si debía sentirse aliviado. Quizá las garras de las que pretendía huir fueran más largas y afiladas de lo que imaginaba...

- No os he dicho mi nombre, pues no habéis preguntado por él. -Repuso con cautela. -En cualquier caso, habeis sido vos la que ha venido hasta aquí y tampoco os habeis presentado. -Hizo una pausa, como si tratara de tomar algún tipo de dificil decisión. Finalmente volvió a relajar la expresión en una sonrisa amable y cálida. -Mi nombre es Nasiq. -Añadió extendiendo la mano para tomar la de Angela en una actitud que también ella hacía mucho tiempo que no veía y posiblemente echaría de menos.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Con toda la naturalidad extendí mi mano para coger la suya. Seguía sonriendo de forma comprensiva. Le estudié por un momento. Vestía como un desarrapado, pero sus modales no se correspondían con ello. 

- Angela - respondí con sencillez casi forzada. No es que no tuviera intención de investigar a aquel hombre más adelante. en realidad era algo que hacía incluso cuando no desconfiaba, por costumbre - Pero imagino que tendréis más interés en el nombre de ella. - esbocé una sonrisa cómplice - Claro que me sorprende que no lo conozcáis siendo quién es - comenté tanteando su reacción. 

Me acomodé mejor en el asiento e hice un gesto hacia su cuaderno. 

- ¿Puedo? Parece que se os da bien - comenté analizando el dibujo - Seguro que se sentirá halagada - dejé escapar un ligero suspiro - El arte es... una de mis vocaciones frustradas ¿Y vos os dedicáis a ello por trabajo o placer?

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

El chico tomó la mano de Angela con delicadeza e inclinó ligeramente la cabeza tal y como habría hecho un noble caballero. Después volvió a desviar la mirada hacia Alkaid, que seguía con Meyer en su banco. 

-Se parece a alguien que conocí en otro tiempo. -Comentó con aire soñador. -Pero es imposible que sea ella. -

Dejó que la chica cogiera el dibujo y volvió a centrar su atención en ella, esta vez expectante al veredicto. - Supongo que en estos momentos por ambos. -Respondió no sin cierto pesar. - ¿Que os parece?-

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Las hoscas voces de los dos agentes de aduanas volvieron dejarse oír a través del húmedo pasillo y tal y como habían hecho en las ocasiones anteriores el carcelero no puso impedimento en abrirles la puerta. Esta vez era el turno de Alpharius Tanhausser y no por sus achaques se iban a tomar la molestia de tratarlo con mayor delicadeza. 

- Andando cara de hojalata. - Le espetó el que parecía llevar la voz cantante mientras, una vez esposado, su compañero le empujaba fuera de la celda obligándole así a acompañarles.

Los dos agentes condujeron a Alpharius a través de una galería de paredes de un color gris sucio y adornadas pobremente con una desconchada linea amarilla, hasta dejarlo caer, casi literalmente, en un nuevo cubículo.

Parecía una especie de despacho, cuyo mobiliario únicamente estaba compuesto por una mesa (a la que se habían cuidado mucho de esposar a conciencia) y dos sillas, también metálicas, e iluminado por la aséptica y desagradable luz de un fluorescente. En la esquina superior derecha de la habitación el piloto rojo de una cámara parpadeaba en periodos intermitentes e irregulares.

- Tanhausser, Alpharius ...- Un hombre corpulento y de ceño permanente fruncido cerró la puerta tras de sí mientras echaba una ojeada a una tableta electrónica. -Soy el Investigador Deltoro, me han asignado su caso. -Informó sin levantar la mirada de su tableta. Sin duda leía atentamente el probablemente poco o nada favorable informe del capitán Cortez.

- Antes de hablar de la larga lista de cargos que le han asignado a su fotografía, me gustaría escuchar su versión de los hechos. -Añadió dejando a un lado la tableta para tomar asiento frente a él. Su voz sonaba firme aunque tranquila y, a través de su mirada de sabueso, Alpharius casi podría ver los engranajes de su cerebro en movimiento, mientras el investigador lo estudiaba cuidadosamente.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Apreté levemente la mano enguantada de Alpharius cuando dijeron su nombre. Era... un gesto cariñoso inapropiado, pero dudaba que hubiera mucha gente allí que pudiese notarlo. Más bien nadie, porque Meyer claramente tampoco contaba. Más aún, Meyer estaba entretenido con Alkaid... incluso tras la salida de Alpharius. Era incluso probable que no notase que era el único de mis guardaespaldas que seguía presente. Lo que no significaba que fuese a hablarle, claro está. 

Miré por dónde desaparecía Alpharius y luego devolví mi atención a Nasiq. Sonreí levemente y contemplé el retrato a medias de Alkaid con los ojos ligeramente entrecerrados. Volví a mirarle. 

- ¿Otro tiempo? - pregunté con suavidad y tono comprensivo, ese que ponías cuando tus amigas te decían que habían cortado - ¿Por qué es imposible? El universo es muy grande - dije alentadora. Luego le miré de reojo, con su cuaderno en las manos - Vuestro trazo es... firme - comencé - pero con delicadeza en los detalles - continué ligeramente abstraída mientras hacía el análisis - Es un buen comienzo pero... - hice una pausa y le miré de reojo - la técnica es sólo una parte. - Volví a mirar el retrato - Para llegar hasta quien contempla una obra hace falta emoción. - Volví a mirarle de reojo - Hace falta mucho valor para mostrar los sentimientos descarnados y vos... no habéis terminado este retrato. - Me giré para mirarle de frente y poner de nuevo el cuaderno en sus manos - ¿Me equivoco? Mostradme algo ahí que nadie más puede ver. - Esbocé una sonrisa alentadora - Quiero verla a través de vuestros ojos. 

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

-Unos soldados nos abordaron en la nave en la que conseguí un pasaje, y bueno, digamos que no me gusta que entren por la fuerza en la nave en la que voy -dije sonriendo.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

- Precisamente -Repuso el chico con cierto abatimiento. -El universo es muy grande y las posibilidades son ínfimas. -Añadió recuperando su cuaderno, después volvió a mirar a la chica. -Mas os aconsejo que no guardeis grandes esperanzas, cuando esté terminado lo más probable es que siga siendo el mismo fracaso. -Concluyó repentinamente ofuscado, arrugando los bordes de la hoja que sujetaba al cerrar los puños con tal fuerza que los nudillos se le pusieron blancos.

Cogió aire dejando caer la cabeza hacia atrás murmurando algo en su lengua natal, tras ello, volvió a mirarla está vez algo más relajado. -Ruego disculpe mis formas señorita -Pidió esbozando una pequeña sonrisa, afable aunque triste. -Pero preferiría hablar de otra cosa. -Hizo una pequeña pausa para robarle un fugaz vistazo a Alkaid. -¿Que hace alguien como vos en un sitio como este? si no es indiscrección...- Preguntó volviendo a centrar su atención en Angela.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

La mujer se permitió darle un largo repaso al midgardiano antes de proseguir. - ¿Y que piensas hacer al respecto hombretón? -Preguntó tentadora, jugueteando distraidamente con uno de los mechones azulados de su pelo.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

-Pues de momento relajarme -dije mientras me señalaba las vendas y heridas- no es que esté en muy buena forma como para intentar hacer nada ahora mismo.

Así pues, mientras hablaba me sentaba en algún huequito cercano para poder relajarme y continuar con la única conversación que me habían dado en todo el viaje- Seguro que te acaba intentando cobrar por ello -pensé.

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Componiendo una sonrisa, me acerqué a Angela mientras comenzaba a hablar con las prostitutas. Me había propuesto pensar una manera de salir de aquí lo más pronto posible, pero sin duda era más fácil pensarlo que hacerlo, sobretodo cuando los nervios me apretaban el estómago y no me dejaban pensar con claridad.

Quedándome cerca de Angela, seguí la conversación con curiosidad, asintiendo o añadiendo algún comentario cuando pensaba que hacía falta, pero la verdad es que pronto un pensamiento me llevó a otro y desconecté completamente, hasta que oí a mi lado la voz de Meyer preguntándome si me encontraba bien.
Dirigiéndole una media sonrisa, intentando que no se notase ninguna vacilación en mi voz respondí afirmativamente - Dadas las circunstancias... gracias por preguntar. -
Durante unos segundos vacilé y abrí la boca con la intención de añadir algo más, pero no encontraba las palabras exactas, así que, por una vez, decidí seguir el consejo de Nura y cerrar la boca antes de demostrar lo asustada y nerviosa que toda ésta situación me hacía sentir.