Partida Rol por web

Viaje al corazón de la Hydra

Acto 2.0

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16/04/2013, 09:56
Angela Gabriella Della Nocte

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Así que era otro de esos artistas torturados con un exagerado sentido de la autocritica. Siempre muy intensos y con unas emociones que subían y bajaban más que una montaña rusa. O tal vez no, entonces tendría suerte. Esbocé una sonrisa tranquila, confortadora. 

-Ni siquiera lo habéis comprobado. Además, hay muchas formas de inclinar la balanza a tu favor - cogí el papel y lo alisé. Después le di la pluma incitándole a seguir - Eso mismo me pregunto yo - contesté a su pregunta. Irónicamente era cierto, realmente me lo preguntaba. - Mi visita a la Hydra era tan solo un viaje de estudios. 

Me abstuve de comentar que si me hubieran hecho caso habríamos venido en una nave de lujo y esto no habría pasado. No es que no tuviera ganas de quejarme, pero sin Minerva, dudaba que a nadie le interesase escucharme. O puede que si les interesase, pero igualmente no serían de confianza. No importaba qué encontrase en aquel viaje, nada podría compensarme por su pérdida. Nada. 

- Contadme la historia de ella - dije señalando el retrato. Al menos así me entretendría. 

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16/04/2013, 13:31
Meyer Adam

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

"¿Quien es ese tipo?¿Viajaba con nosotros?" Estaba seguro de que no, pues no lo habia visto presente en el abordaje, pero tampoco parecia un criminal como los demas, y fuese quien fuese, habia atraido la atencion de Angela lo suficiente, para tenerle como compañero de conversacion. Algo me decia, que habria que tenerlo vigilado, al menos, para evitar que... -¿Uh?- Volvi a la realidad, dandome cuenta de que Lady Sireen me habia respondido.- Oh si, supongo que esto no es un entorno ideal. Pero aun asi, veo que lo estabais llevando bastante bien, mejor que yo hara unos minutos, debo recalcar.- La reconforte, aunque decidiendo omitir que detras de esa contencion, notaba su miedo y panico, por cortesia y tacto.- No imaginabais vuestro primer viaje fuera de la tierra natal, asi ¿Me equivoco?- Pregunte retoricamente, pues estaba claro, que a excepcion de la tripulacion, ni uno de los pasajeros se imaginaba acabar en una carcel.

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16/04/2013, 13:49
Nasiq Alhadin

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

El joven lunar volvió a perderse entre las brumas de su pasado, envelesado con la imagen de Alkaid que, por supuesto, hablaba con alguien mucho más interesante que un triste pintor desaparrado y sin nada que ofrecer.

- No hay mucho que contar. -Repuso nostálgico tomando con cuidado el esbozo del retrato. - Solo la ví una vez, en un tiempo en el que bueno, para empezar vestía un tipo de ropajes más adecuados. -Añadió esbozando una media sonrisa. Después dejó caer la cabeza sobre la pared. - En cualquier caso, ni siquiera sabe que existo. - Suspiró.

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16/04/2013, 14:05
Angela Gabriella Della Nocte

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Seguí su mirada hasta Meyer, vestido con el uniforme que había conseguido Minerva bajo mis especificaciones. Luego estudié al pintor. Realmente no compartía todo aquel asunto del amor a primera vista. Pero no podía decirse que desperdiciase las oportunidades para una buena historia. Adopté mi mejor expresión comprensiva. 

Tal vez podríais presentaros. Sin duda los modales y el porte deben de ser más importantes que... la ropa - bueno, esto no era del todo cierto, pero la ropa podía cambiarse, los modales no se aprendían. Por otra parte, si dependía de aquel pintor, las cosas nunca progresarían. Era de ese tipo. Levanté la mano para atraer la atención de Alkaid. - Alkaid, ven a ver esto, alguien de tu tierra. - le dije subiendo un poco la voz para que me oyese. Luego volví a sonreír con calma, el quitarle el entretenimiento a Meyer sólo era un plus. 

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16/04/2013, 14:16
H. Deltoro

[Sala de interrogatorios]

Waltz vs. Investigador Deltoro.

Waltz:Como siempre se solía decir, el cariño con el que te trata una mujer no es nada comparado con el de unos maromos llevandote a que te interroguen, o no era así... bah, da igual, ahora me encontraba atado a una mesa con un inspector que más bien parecía ser de los de muchos donuts y poco trabajo de calle.
- Antes de nada, ¿un vasito de agua si puede ser?- sonreí de manera tranquila, había aprendido que si te interrogan normalmente se creen que eres un chulo o que estas a seguro si los tratas con confianza y tranquilidad, al fin y al cabo todo era psicología.

H. Deltoro: Por un segundo, el hombre levantó la mirada de su tableta para clavarla en Waltz. No sonreía, Deltoro nunca sonreía y menos durante un interrogatorio. Su mirada dura como el hierro podía haberle atravesado perfectamente hasta la nuca.

Sin decir nada, hizo un leve gesto con la cabeza hacia la cámara de la esquina y enseguida, uno de los agentes que tan amablemente le habían conducido y esposado a la silla, apareció nuevamente por la puerta con una jarra y un vaso.

Deltoro se levantó y alcanzando los utensilios, sirvió él mismo el agua, deslizando el vaso sobre la mesa hasta que quedara justo frente a Waltz.

- Cuando quiera señor Waltz. - Le invitó con tranquilidad, regresando a su asiento sin quitarle ojo de encima, cual halcón.

Waltz: Con la mano libre bebí un buen trago del agua, que me sentó bien después de estar congelado tanto tiempo, luego miré nuevamente al inspector que si las miradas matasen me habría dejado cao.
- Veamos, me metí en el avión, salimos del puerto santa maría y pasamos la zona negativa, luego aparecimos... sinceramente no se donde y empezaron a entrar soldados armados, como es común una persona se defiende de ataques, eso hice al igual que muchos de mis compañeros y finalmente me tiene aquí- intente aparentar hacer memoria durante unos segundos- Oh, si, tuve un encuentro con la jefa de abordo la cual casi me corta la cabeza por estar donde no debía y... si ya esta todo.
La verdad los cargos contra mi me eran indiferentes, si no me había detenido y llevado a cualquier otro lugar ya por algo sería.
- ¿algo más que quiera saber?

H. Deltoro: Mientras la declaración de Waltz iba siendo traducida a través del altavoz, el investigador comenzó a prender un puro, vigilando a Waltz tras las volutas negras del humo de tabaco.

- ¿Que hacía usted exactamente en esa nave?. - Preguntó por fín. Sujetando el puro entre sus gruesos dedos y apoyando los codos sobre la mesa.

Waltz: -Trabajar, bueno, quería buscar un destino diferente al común así que me ofrecí para acompañar a este grupo de científicos a unas ruinas, algo fácil y bien pagado, además siempre me gustaron las ruinas- Apoye la espalda en la silla, inclinandola levemente mientras el olor del puro me llegaba, vaya con los polis, siempre tienen buenas cosas y nunca las comparten, que mal.

H. Deltoro: El investigador observó a Waltz mientras contaba su versión cómo si no se creyera nada de lo que salía de su boca.

- Las declaraciones de los otros testigos le situan como guardaspaldas del Profesor Flint- comentó, mirando la tableta.- ¿Que tiene que decir a esto?- preguntó.

Waltz: Sonreí tranquilamente, dudaba mucho que nadie le hubiera dicho eso.
- Como le he dicho, me ofrecí para acompañar a un grupo de científicos, el profesor Flint lo es, así que es parte del contrato, al igual que la señorita Della Nocte, aunque nunca recuerdo si ella venía con el profesor o sola- Me lleve la mano a la barbilla como si lo meditara, luego negué varias veces con la cabeza- Sabe es un coñazo cuando solo una persona te entiende y no comenzáis con buen pie.

H. Deltoro: El hombre enarcó una ceja. -¿No recuerda quien le ha contratado? -Preguntó incrédulo antes de dar una nueva calada a su puro, como si quisiera armarse de paciencia ante la perspectiva.

Waltz: - No, no lo se, me ofrecieron el trabajo y me dijeron que me pagarían, ya sabe cuando te labras una reputación la gente te busca de maneras más... ocultas, la gente que tiene negocios no le gusta verse involucrados con “criminales”- la charla empezaba a ser pesada, si el inspector pensaba que le iba a sacar algo, estaba claro de que no tenía ni idea de quien era... su trabajo para con el profesor y el resto era ese y no tenía información sobre los demás, así que iba a ser un interrogatorio aburrido.

H.Deltoro: El inspector taladró a Waltz con su mirada de halcón. -Asique deduzco, a juzgar por su explicación, que se considera usted un "criminal". -Repuso con tranquilidad. -Que lo admita simplifica mucho las cosas...-Añadió apoyando la espalda contra el respaldo de la silla cómodamente.

Pasó el dedo sobre la tableta abriendo un nuevo documento. - ¿Porqué hizo embarcar a su protegido en una nave de contrabando como el Halcón?, ¿Acaso era ese el encargo que su patrón misterioso les hizo a usted y a su compañero, el señor Yawn.?-

Claws: La estridente risotada de Claws le hizo perder la concentración por un momento. -Ni siquiera sabes de que va toda esta mierda y acabas de ofrecerte como cabeza de turco...-sonrió de forma cruel. - ¿Porqué les proteges?, ¿Acaso crees que ellos no te han vendido ya?..

Waltz: La risa salió sola de mis labios, me apoye en la mesa mientras negaba con la cabeza y volvía a mirar a el inspector.
- No me ha escuchado, a mi me dijeron donde ir y la hora de salida, sólo tenía que acompañarles y hacer mi trabajo a donde fuera que iban, yo no dejo que nadie suba a ningún lado, ese era el transporte que él decidió, si tiene preguntas sobre eso él les responderá- le habían tratado como un criminal y ahora le venía con que aquello simplificará las cosas, bah, todos eran iguales, la charla seguiría así hasta que se dieran cuenta que cuanto más preguntara más tiempo perderían en preguntarle a las señoritas que sí que sabían más. “No me vengas con tonterías Claws, no pienso vender a nadie, sabes que ese no es mi estilo, pero tampoco voy a defender a nadie”
- Sobre mi patrón misterioso, ¿qué parte de me ofrecieron el trabajo y acepte no ha terminado de entender?Me dijeron acompaña a estos a no sé qué excavación y eso hice, no tengo más información y si la tuviera, no sé para qué coño me la callo, tengo que protegerlos de peligros físicos, no de la burocracia.

H.Deltoro: Miro suspicazmente a Waltz mientras pegaba otra larga calada a su hediondo puro.

- Ya. Bueno- exclamó sarcástico.- El problema es que el profesor, quien por cierto parece despertar el interés de mucha gente- empezó,- ya había contratado otro vuelo. Un crucero. Que hubiera resultado mucho más lógico dado su estatus y condición social- expuso.- En vez de hacinarse en una lata de sardinas hedionda más propia de un criminal o un inmigrante que de un catedrático universitario, ¿no cree?- preguntó.

- Aunque...- añadió teatral, como si se diera cuenta de repente.- Aunque también podría ser que no me este contando más que mentiras. Que usted y sus compinches hubieran secuestrado al profesor- continuó.- No se moleste en mentirme, tarde o temprano alguno de sus colegas cantará, son puras matemáticas. Y creame, si ahora ya está de mierda hasta el cuello no quiera imaginarse con cargos por secuestro y tráfico de personas. Aunque claro, estoy seguro de que el fiscal querrá hacer un trato...

Claws: El simbionte soltó un bufido en su mente, una sensación desagradable cómo cuando arañas una pizarra con un rastrillo oxidado.

- Ya está pasando, te van a colgar el muerto por esto. No dudarán ni un momento en encerrarte y tirar la puta llave al vacío- le riñó.- ¡No quiero pasar otros putos cincuenta años en una cárcel de máxima seguridad hasta que te mueras!

Waltz: Estaba empezando a cansarme de tanta tontería y Claws no mejoraba las cosas. “No me seas idiota Claws, no tienen nada, si supiera que es lo que ha pasado, no me estarían diciendo que el profesor pudo ser secuestrado, han hablado con él y bajo su seguridad, ademas ¿que coño esperas que les diga, que estoy aquí porque la Ursus me lo dijo?” Después de un leve desahogo con mi simbionte, miré al inspector.

-El profesor está bajo buena seguridad y acabáis de hablar con él, así que si eso hubiera sucedido de verdad, no estaría aquí sino encerrado muy muy profundamente... usted tiene información de la que yo carezco, así que si quiere iluminarme quizás pueda pensarme la oferta del fiscal, inspector.- Cambié mi tono y mi postura a algo más serio, seguro que el inspector podía notarlo o a lo mejor no, pero para aceptar una oferta primero tiene que hacerla.

H. Deltoro: El hombre dio una larga calada a su puro. - Tengo entendido que el presunto intento de secuestro no llegó a ninguna parte gracias al Capitán Cortez y sus hombres. -Hizo una pequeña pausa para mirarle. - Y el que usted se opusiera espada en mano a la orden de desarme de una autoridad militar no le situa precisamente en una posición en la que pueda permitirse exigir nada. -Concluyó con un sonoro golpe sobre la mesa.

-Se enfrenta a una condena por contrabando, detención ilegal, resistencia armada, trafico de armas, viajar con intención de cometer un delito, trafico de personas, delito contra la salud pública... ¿Quiere que siga?. - Extendió la tableta sobre la mesa a la altura de Waltz, en ella podía leerse la lista de vertigo que parecía no tener fín. -Tenga por seguro que en su estado actual sí, señor Waltz, tiene un pie o practicamente ambos enterrados en la mierda, muy, pero que muy profundamente y mi paciencia tiene un límite que le aseguro no le gustaría sobrepasar. Si está dispuesto a colaborar hágalo, límitese a contestar a las preguntas y dejese de gilipolleces, si no, por mí puede pudrirse en Inferno donde le asignarán un número y tirarán la llave.

Volvió a apoyar la espalda contra el respaldo de la silla. -Voy a darle una última oportunidad señor Waltz, volveremos a empezar y usted no va a ponermelo más dificil, ¿de acuerdo? -Añadió con inquietante tranquilidad.

- ¿Quien le contrató como escolta del profesor y hasta donde decía su contrato que debía acompañarle? -Volvió a mirarle, como si quisiera comprobar que su acuerdo seguía vigente. -Sabemos que el profesor no contrató ese vuelo ¿sabe quien lo hizo por él?

Claws: Vaya, vaya, si que estamos irascibles...-se carcajeó el simbionte sin dejar claro si se refería al propio Waltz o al investigador. -já, esto si que tiene gracia, al parecer todos los perros van detrás del mismo conejo. Los militares no dejarán que nadie se acerque a husmear en sus asuntos, ¿no lo ves? Ni siquiera le han permitido interrogar al profesor. Si U.R.S.U.S quería algo de las ruinas de la Hydra me parece que se te han adelantado chico...-

Waltz: tome la tabla observando los cargos, da igual lo que dijera iban a hacer lo que les apeteciera.
- A ver... le repito, fui contratado sin conocer a mi contratador, recibí una carta que queme como me decían en ella y me decía cual era mi trabajo, no se ni quien contrató al profesor ni quien le dio ese viaje. No he hablado con el profesor ni con ninguno de ellos, apenas conozco a nadie y mucho menos que hable mi idioma ¿de verdad piensas que me jugaría el cuello por algún capullo que quiere lo que sea que busca el profesor?- hablaba con calma, intentando explicar lo que sabía, es decir nada, Claws tenía razón, dijera lo que dijera no iban a dejar que saliera de allí, pero si una cosa me quedaba era un leve amor por mi gente para no empezar lo que podría conciderarse una pelea entre dos razas.

Claws: - Lo que sea que busque el profesor, o lo que sea que por alguna razón alguien piense que pueda encontrar... -Comentó el simbionte, casi más como si pensara en "voz alta", por decirlo de alguna manera, que como si quisiera importunarlo a propósito, como venía siendo habitual en él.

H. Deltoro: El hombre frunció el ceño nada convencido. - Ya... asique quemó la única prueba que podría confirmar su versión, muy conveniente señor Waltz...- Comentó con aire furibundo.

Después, volvió a alcanzar la tableta para tocar algunos puntos de la pantalla táctil, tras ello, se la devolvió nuevamente a Waltz.

- Si no tiene más que añadir haga el favor de firmar ahí abajo, con su huella bastará. - Le indicó, sin embargo, antes de que Waltz terminara de acercar la mano añadió. -Esto no ha acabado señor Waltz, volveremos a vernos...-  Y más que una amenaza, las últimas palabras de Deltoro calleron en la sala como una pesada e inquietante promesa.

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16/04/2013, 14:20
Director

[Celda de confinamiento, Modulo 2]

Tras la salida de Deltoro, los dos agentes que con tanta... "consideración" se habían encargado de escoltarle hasta el cubículo de interrogatorios de la comisaria de Puerto Principe, hicieron los propio guiándole a empujones hasta sus nuevas dependencias en lo que los carteles amarillos denominaban como "modulo 2".

- Disfruta de las comodidades "princesa", en Inferno no serán tan comprensivos...- Se carcajeó con malicia uno de los agentes mientras su compañero lo dejaba caer, literalmente en una nueva celda, tan húmeda y mugrienta como la anterior pero al parecer mucho menos ... animada, por decirlo de alguna manera, a juzgar por el semblante taciturno de sus ocupantes: Leon, su compatriota, el ario grandullón y un hombre rubio al que aún no tenía el "placer" de conocer. 

Tal y como Claws había vaticinado, no había ni rastro del profesor. Esos perros le habían hincado bien el diente, la cuestión era: ¿porqué?.

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16/04/2013, 19:50
Director

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

- Eh tú...- Esta vez el guarda señaló a Meyer mientras, como había hecho antes, abría la puerta con su targeta para dejar paso a los dos agentes de la policía portuaria.

- Andando...- Le espetó uno de ellos, guiñándole un ojo provocador a Alkaid, mientras su compañero le sujetaba por los hombros obligándole a darse la vuelta para esposarle.

- Hasta dentro de un rato encanto...- Se despidió de la chica con una sonrisa lasciva mientras empujaba a Meyer para instarlo a salir fuera de la celda tras una desagradable risita...

 

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16/04/2013, 19:59
H. Deltoro

Los dos agentes condujeron a Meyer a través de una galería de paredes de un color gris sucio y adornadas pobremente con una desconchada linea amarilla, hasta dejarlo caer, casi literalmente, en un nuevo cubículo.

Parecía una especie de despacho, cuyo mobiliario únicamente estaba compuesto por una mesa (a la que se habían cuidado mucho de esposar a conciencia) y dos sillas, también metálicas, e iluminado por la aséptica y desagradable luz de un fluorescente. En la esquina superior derecha de la habitación el piloto rojo de una cámara parpadeaba en periodos intermitentes e irregulares.

 - Adam, Meyer ...- Un hombre corpulento y de ceño permanente fruncido cerró la puerta tras de sí mientras echaba una ojeada a una tableta electrónica. -Soy el Investigador Deltoro, me han asignado su caso. -Informó sin levantar la mirada de su tableta. Sin duda leía atentamente el probablemente poco o nada favorable informe del capitán Cortez.

- Antes de hablar de la larga lista de cargos que le han asignado a su fotografía, me gustaría escuchar su versión de los hechos. -Añadió dejando a un lado la tableta para tomar asiento frente a él. Su voz sonaba firme aunque tranquila y, a través de su mirada de sabueso, Meyer casi podría ver los engranajes de su cerebro en movimiento, mientras el investigador lo estudiaba cuidadosamente.

Notas de juego

Seguimos por docs ;-)

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16/04/2013, 20:40
Alandrian

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

-Vaya, parece que vamos quedando menos -dije con una sonrisa- ¿el último tiene premio?

Estaba cansado, herido y hasta la polla de todo, así que opté por tomármelo todo a cachondeo.

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16/04/2013, 20:44
Alkaid Sireen Damji

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Con una sonrisa algo avergonzada, negué a la pregunta de Meyer, antes de mirar hacia Angela con curiosidad, que parecía la mar de entretenida con la timidez del chico con el que hablaba.
Levantándome, me fijé en sus rasgos, sabiendo que le había conocido en algún lado, pero sin lograr acertar a saber donde. Sin duda parecía un ciudadano del Califato, y ésos ojos me sonaban de algún lado, pero no era capaz de adivinarlo.

Antes de que pudiera acercarme a ellos, sin embargo, entraron un par de guardias en la celda, que, esposando a Meyer, procedieron a llevárselo de allí, no sin que antes uno de ellos hiciera un comentario altamente grosero y que hizo que un escalofrío me recorriera la espalda.
Camuflando mi incomodidad con una mueca de desdén, hice un asentimiento de ánimo hacia Meyer antes de girarme de nuevo hacia Angela sin prestarle más atención a los guardias.

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16/04/2013, 20:57
Angela Gabriella Della Nocte

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Tal y como preveía, se llevaron a Meyer antes que a nosotras. Era su forma de presionar. En parte funcionaba, porque tenía la certeza de que la cagaría y diría algo, no solo falso, si no que me metiera en problemas. Pero era inevitable y mi estado e ánimo, aunque sonriera e intentase alentar a Nasiq para que hablara con Alkaid, era más bien fatalista. No podía hacer nada para mejorar mi situación y de nada serviría mostrarlo. Eso sólo proporcionaría más satisfacción a patanes deslenguados como los impertinentes que dedicaban groserías a Alkaid.

Carpe diem - le susurré al pintor - Ve a animarla - le empujé ligeramente. - Seguro que le gusta. - insistí. 

Tenía la certeza de que nadie haría por mi nada parecido. Estaba acostumbrada a que me vendiesen y que jamás apreciaran mis gestos amables. Y la única persona de la que podría haber esperado algo ya no existía, la habían borrado. Desvié la mirada por un momento cuando escuché al midgariano. 

- Se trata del dilema del prisionero - dije en su idioma - Nos interrogan por separado para que los menos... escrupulosos, vendan al resto. No les importa la verdad, sólo culpar a alguien. - Y no tenía ninguna duda de que Meyer estaría entre esos.

Apoyé la espalda contra la pared, contemplando la sala. Las historias de encarcelados injustamente vendían bien, pero era un parco consuelo y, por su fuera poco, alguien interceptaba mis mensajes. Aún no sabía qué más iría mal, pero estaba segura de que pronto lo averiguaría. 

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16/04/2013, 20:55
Lev "Leon" Y. Korolev

[Celda de confinamiento, Modulo 2]

Escucho las palabras del ario, y varias son las ocasiones en que voy a decirle algo a él, o al otro flaquito, pero cada vez vuelvo a cerrar la boca y a concentrarme en un aparentemente misterioso trozo de suelo que tiene captada casi toda mi atención. Al fin y al cabo, tampoco es que la situación corra demasiada prisa o no crea que estamos siendo vigilados de manera constante, aunque esté seguro de que es una práctica ligeramente ilegal. O al menos sigo así hasta que una nueva variable acaba de bruces en la celda, con el resto.

-Hmm. -Es lo único que le digo, haciendo un gesto con la cabeza. Considerando toda la situación, si quiere hablar que hable, y si prefiere callar, no voy a ser yo el que le pregunte qué demonios le ha pasado o el porqué de la amenaza del guardia. Porque puedo imaginarme en buena medida la escena, aunque no sea del todo.

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17/04/2013, 00:25
Señor Smith

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

- Já...- Desde su rincón, el viejo tullido se carcajeó con ese desagradable traqueteo en el pecho que sonaba a roto. - Debéis haberos metido en algo la mar de interesante para que se tomen tantas molestias ... - Repuso en referencia al comentario de Alandrian, haciendo uso del derecho universal a meterse donde nadie le llama que todos los viejos del universo creen tener por el simple hecho de ser bueno, de ser viejo.

Una vez hecha su aportación, se limitó a carraspear largo y tendido antes de volver a escupir como si tal cosa en el suelo, ignorando completamente la fugaz mirada asesina de Jazmin, la prostituta que seguia entretenida con el midgardiano.

 

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17/04/2013, 00:57
Nasiq Alhadin

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

El muchacho miró a Angela con un brillo de esperanza. - ¿Creeis que deberia? - preguntó antes de volverse hacia su musa. ¿Le estaba mirando? ... vaya, eso si que era toda una novedad.

- Carpe Diem - Repitió levantandose, y no sin antes dirigirle una sonrisa de agradecimiento a Angela se encaminó hacia el banco de Alkaid.

- Disculpad...- Aventuró titubeante. -Yo... bueno...os he visto aqui acurrucada y... pense que tal vez tuvierais frio. -Añadió rapidamente descolgandose su capa raída. Fué lo primero que se le ocurrió aunque enseguida pareció arrepentirse de tal osadia pues la disculpa brotó a borbotones de sus labios. -oh, vaya ... lo siento, perdonad mi torpeza, se que no es una prenda digna de vos...- terminó sin casi atreverse a mirarla a los ojos a pesar del gesto de aliento de Angela.

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17/04/2013, 10:08
Angela Gabriella Della Nocte

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Observé todo con calma, grabándolo con el móvil de forma disimulada. Nunca se sabía y la costumbre terminaba imponerse. En el fondo era... ¿bonito? Bueno, lo más parecido a bonito que vería aquí. Al menos a Alkaid le iba bien.

El viejo no dejaba de decir sandeces que ignoré. Para ser tan viejo era un ingenuo. Ni que no existieran guardias corruptos que lo único que querían era extorsionar a al gente. 

Jazmin tampoco parecía contenta. Había tenido la leve esperanza de que ella y el midgariano dieran el espectáculo. Así habría tenido entretenimiento. Y entonces lo recordé. Saqué la foto de la chica Drake, la que se había ido con uno de los de la tripulación. No tenía nada mejor que hacer, así que se la enseñé al pelirrojo. 

Parecía querer evitarte en la nave y se largó con la última cápsula de salvamento... después de dejarte tirado por el tal Johny. No me gusta saltar a conclusiones pero, bueno, parece bastante turbio. - seguí recostada en la pared - ¿Qué sabes de ella? - No pregunté si la conocía, era obvio que si. 

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17/04/2013, 18:54
Alandrian

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

-Pues si te digo la verdad, ni idea -dije quitándole importancia- y, bueno, no se porqué dices que me dejó tirado pues me suena, pero no la recuerdo. Ella te puede decir como son las borracheras que me cojo -la dije mientras señalaba a Jazmin.

-Respecto a lo del dilema del prisionero. Bueno, no podemos vendernos porque no tenemos ni idea de quienes somos. Bueno, tus guardaespaldas y tú si tenéis más lazos, pero yo no puedo decir nada sobre vosotros al igual que vosotros no podéis decir nada sobre mí.

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17/04/2013, 19:40
Señor Smith

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Jazmín saludó tontamente con la mano cuando mencionaron su nombre, justo antes de que el desagradable tulllido volviera a soltar otra de sus risotadas acompañadas de esa inseparable tos agónica.

- Si tu lo dices chico...- comentó esbozando una amplia sonrisa llena de sibilantes agujeros. - Sin embargo la señorita si que parece saber cosas sobre tí...- Añadió como quien no quiere la cosa, antes de llevarse una uña amrillenta a la boca para quitarse algún resto de entre los dientes de forma distraída.

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17/04/2013, 19:48
H. Deltoro

[Sala de interrogatorios]

Alpharius Tanhausser vs Investigador Deltoro

Alpharius: Devolví la mirada a Deltoro con tranquilidad. No tenía nada que temer. Tenía mucho que ocultar, pero nada que temer. Por eso llevaba máscara y no armadura completa. Mis compatriotas nos tenían en la palma de la mano, y no les costaría nada cerrarla para ahogarnos, pero era mejor fingir que confiabamos en ellos. En la justicia, la dignidad y el buen hacer.

A mí no me costaba mucho, porque en el fondo lo hacía. A veces soy así de idiota.

- Soy el guardaespaldas de Angella Gabriella DellaNocte, junto con Sigfried Straufenberg- observé atento en busca de su reacción al nombre de mi compañero ya interrogado, manteniendo un leve acento ario. No quería que mi cruzado resultase demasiado puro ante alguien que podría darse cuenta.- y Meyer Adams. Acompañábamos a mi patrona y su mentor, el profesor Errol Flint en un viaje de estudios hacia los planetas de la Hydra. Me pausé, intentando ordenar los hechos acontecidos. Pese a el interés de nuestra protegida por viajar en una nave crucero acabamos en el Halcón con todo este hilo de acontecimientos.

Mi mirada lo decía todo. No sabía que me molestaba más, si el follón de la nave, estar encarcelado por error o la idea de Angela reprochándome aquello eternamente. A veces aquella maldita niña podía ser quisiquillosa hasta para los odiosos estándares nobiliarios.

- Solo sabemos que fuimos asediados. Lo primero que intentamos fue abandonar la nave con la cápsula de urgencia, pensando que era cosa de corsarios, pero una joven de aspecto sospechoso y rastas de colores había abandonado la nave al momento inmediato del ataque...No estaba en sus cabales: corría entre los asientos como un animal salvaje y parecía murmurar cosas como si hablase consigo misma. O con alguien más.

- Yo personalmente acompañé a mi protegida hacia la sala de maquinas para intentar estabilizar la nave, hasta que oí un discurso desagradablemente incendiario de la capitana ursa.

Solté aire con pesadumbre y cierto dramatismo. Desde luego, aquello sonaba a un capítulo de novela de aventuras. No me hacía gracia estar en medio de aquel chanchullo político: tenía una imagen que mantener, al menos hasta la luna azul. Significase lo que significase eso.

En ese momento caería la máscara y la sangre, pero de momento, yo solo era un comedio y dolido oficial ario. Oír la voz de Deltoro me causaba cierta nostalgia pese a lo mejorable de la circunstancias, el tono de voz tan anhelado durante los duros años en el Reich, pero la perspectiva de mi misión me ayudaba a mantenerme firme.

A decir verdad, era lo único que lo hacía.

- Instaba a rebelarse contra el poder y los cruzados que asediaban el viaje y temiéndome lo peor acudí a la zona donde mis compañeros se habían quedado. Llegué demasiado tarde, cuando ya estaban enzarzados en combate, pero solicité nuestra rendición inmediata a cambio de la protección de mis patrones. No deseaba alzar las armas cuando estaba claro que todo había sido un malentendido. Busqué los ojos del interrogador con tranquilidad pero con firmeza. Necesitaba que fuera consciente de la verdad de mis palabras. Sea cual sea el problema con esa nave, nosotros no eramos conscientes. No se que ocultaba la tripulación, ni la extraña chica que se fugó.

Solo somos unos pobres capullos en medio del fuego enemigo.

- Solo somos unos desafortunados en el momento equivocado y el lugar equivocado. transcribí, edulcorando mis propios pensamientos. Muestra de ellos es que todos los que viajabamos allí , incluso aquellos que no conozco, hicieron muestra de su buena voluntad deponiendo las arm...bueno, salvo el midgardiano, como supongo que habrá leido...suspiré, moviendo la cabeza levemente de un lado a otro, negando. Desde luego, la temeridad de ese imbécil podría habernos costado la vida. No sé de dónde habrá salido ese imbécil, pero es un milagro que haya sobrevivido. Me atreví a añadir.

- No se que es lo que ocurre, Señor Deltoro, pero tiene mi total colaboración en lo que esté en mi mano para solucionar esto. Que no era mucho, estando encerrado en la carcel, lejos de lo que demonios pudiera considerar un hogar siendo un espía y actor errante. Lo único que me quedaba era la rabia y el rezar a Dios por un poco de clemencia. Lo último que deseo es que mi protegida o mis compañeros de trabajos acaben en problemas error de un salvaje incapaz de entrar en razón.

H. Deltoro: El hombre asintió despacio, pensativo, observando con el detenimiento y la precisión de un halcón cada uno de sus movimientos. - Hableme de esa supuesta tripulación y de su... incendiaria capitana. - Pidió tomandose la libertad de usar sus mismas palabras. - ¿Como explica su "misteriosa" desaparición?. -Añadió sacando un puro del bolsillo interior de la chaqueta y llevándoselo a la boca para prenderlo con tranquilidad.

Alpharius: - Estaban la capitana, dos hombres y una mujer que no recuerdo haber visto, pero que habló por megafonía con un pésimo acento. Recordé, casi con dolor. Intuyo que alguna mecánica. En realidad, tampoco vi a la capitana, tan solo la escuché por megafonía.

Sin embargo mi frase sobre aquella mujer parecía haber llamado la atención de mi interrogador, así que hice un pequeño hincapié. Al fin y al cabo, tampoco tenía tanta información para darle sobre los extraños elementos que habían poblado la nave...para desaparecer sin previo aviso.

- No parecía muy contenta con el control de aduanas y naves que realizaba el Reino de la Cruz y parecía creer que por estar en su nave teníamos el deber de combatir en su nombre contra ustedes. Alcé levemente la vista, buscando la mirada de Deltoro. No tenía por que creerme, pero poco más podía hacer. Y me imagino que mucho que ocultar, o ni habría desaparecido ni se hubiera molestado en declarar “la guerra” a su nave de esa forma.

- Vi pasar ligeramente por la zona de pasajeros a un hombre que parecía más entretenido en lucir músculo y camelarse a la chica de las rastas, y coincidí en la sala de máquinas con un chico extravagante que parecía muy tranquilo para encontrarse bajo asedio. Y tenían también un robot para atender a los pasajeros. Puntualicé, al recordar a Pepsi.

Cogí aire, cerrando los ojos por un segundo. Por supuesto, quedaba la parte más peliaguda. No tenía ninguna manera de explicar la ausencia de la gente que describía. En realidad había pocas cosas que pudiese justificar. Era lógico que Meyer estuviese crispado, con ese talante casi compulsivo por el control.

Un espía tenía que tener verdadera inteligencia: aquella que permite adaptarse a nuevos sucesos con rapidez de la manera más adecuada, no la que te da matrículas en la universidad. Y pese a que yo siempre me había considerado una persona inteligente nuestra situación actual empezaba a frustrarme: demasiadas cosas fuera de lugar, un traspiés tras otro que nos mantenía en equilibrio precario en unos escalones invisibles.

- No se como ha podido suceder. Quizás han usado algún dispositivo de camuflaje o se han escabullido. Suspiré. Puede que la nave tuviese alguna otra cápsula de escape o un escondite en el que refugiarse hasta que pase la tormenta. Pero supongo que sus hombres ya lo habrán buscado... Respondí, más hablando conmigo mismo que con Deltoro.

H. Deltoro: El investigador frunció el ceño evaluando la respuesta de Alpharius, no tanto como si tratara de decidir creer en su veracidad como en desmigar el porcentaje de tretas o mentiras que pudiera contener. Deltoro no era un hombre creyente, era un hombre de hechos.

Tras ello se limitó a tocar algunos puntos de la tableta antes de extenderla frente a Alpharius. En ella, las imagenes de lo que parecían las fotos para la ficha policial de los dos ursos se ampliaron hasta ocupar la pantalla completa.

-¿Que puede decirme sobre estos individuos? - Preguntó con tranquilidad ladeando el puro.

Alpharius: Contemplé las fotos un par de segundos. Sabía perfectamente quienes eran: lo que no sabía es si las fotos eran actuales o esas perlas ursas habían hecho de las suyas previamente. Menudos compañeros de viaje le habían tocado.

- Viajaban con nosotros. Empecé, por lo obvio. No sabía mucho, y seguramente valdría para poco más que para remarcar lo que aquel hombre ya sabría. Parecían conocerse, porque hablaron juntos, creo que en urso. Aventuré, por las marcadas erres del pelirrojo, aunque juraría que lo que había hablado el hombre de pelo blanco con Angela no había sido ese idioma. Aunque no recuerdo verles subir juntos a la nave.

Tampoco es que significase nada, supongo.

-  El pelirrojo estuvo charlando durante un tiempo con Angela y el profesor, pero el otro parecía disfrutar más no haciendo nada. Ni siquiera hablaba cruzado, el del pelo blanco. No se relacionó demasiado con el resto de tripulantes.

Levanté la vista hacía el interrogador. No estaba muy seguro de decir esto, pero era poco probable que tuviese algún peligro. Angela era su responsabilidad, y sería difícil hacerse cargo de su trabajo si la chica acababa en la cárcel, pero mercería la pena correr el riesgo.

Hubiese hablado lo que hubiese hablado Angela con él, dudaba mucho que pudiese tener alguna importancia vital. Era solo un desconocido en la misma nave y Angela no era idiota.

- Intercambió sin embargo algunas palabras con mi protegida, puede que ella pueda darle más datos. Aunque lo dudo: el tipo no tardó en irse a dar un paseo por ahí. Yo, por suerte o por desgracia, no hablaba ningún idioma común.

- El más grandón se ofreció a ser el guardaespaldas del profesor Errol Flint durante la refriega y ha sido bastante considerado con nosotros durante el encierro. Comenté, recordando como se había ofrecido a hacerse cargo de Angela durante su inconsciencia. Es lo único que puedo decirle.

H. Deltoro:  El investigador dio una larga calada y sujetando el puro entre sus curtidos dedos estudió a Alpharius tras las volutas de humo de tabaco. - ¿Diría usted que el señor Waltz...- Empezó haciendo un pequeño ademán con la mano para señalar la fotografía del más joven, el del pelo blanco - ... trabajaba para alguno de los pasajeros del vuelo del Halcón?, y por alguno de los pasajeros me refiero a su protegida o al propio profesor- Añadió con aire inquisitivo.

Alpharius: La pregunta me pilló de sorpresa, más que nada porque tenía la respuesta tan clara que tenía que ser trampa. ¿Acaso habría dicho algo el urso, el tal Waltz, para cubrirse las espaldas?

- Angela viajaba con tres guardaespaldas y su sirvienta, dudo mucho que tuviese algún otro trabajador a su cargo. No parecía conocerle.- recalqué. Sobre el profesor no me atrevería a hablar al no trabajar para él,-obviando el hecho de que algo de su agenda conocía tras mi trabajo previo.- pero contrató los servicios del otro urso en un momento de plena necesidad: supongo que con una persona bajo su mando no hubiera sido necesario. Waltz no parecía ni medianamente preocupado ni interesado por el Señor Flint.

H. Deltoro: - Entiendo...- El hombre apoyó los codos sobre la mesa, entrelazando los dedos de las manos sin quitarle ojo de encima. - ¿Y que puede decirme sobre su protegida?, ¿Que le llevó a decidirse por viajar en el Halcón en lugar de cualquier otro crucero?, como usted ha dicho, más acorde a su posición...-

Alpharius:

- El viaje eran unas prácticas de la universidad y como tal creo que lo organizó su profesor.

Había oído las quejas de Angela sobre el tema, pero tampoco había profundizado demasiado. Se había limitado a asimilar que le tocaría viajar en una tetera, que ya era bastante sacrificio para una noble, y había preferido no preguntar demasiado a riesgo de ser ahorrado por una verborrea de quejas innecesarias.
Aunque si hubiera sabido lo que iba a pasar, le hubiera dado la razón aunque eso implicase llevar el maldito uniforme rosa.

- Supongo que para alguien como el Sr. Flint viajar en el Halcón era relativamente normal: dudo que haya demasiados cruceros que se dirijan a lugares inhóspitos de exploración. Pero Angela es una de las herederas de una de las siete casas nobles de Venedeti. Como si no lo supiese ya, pero bueno. Mejor dar toda la información básica que conociese: no iba a malgastar mi trabajo para soltarselo a cualquier guardia de prisiones que se me pusiese delante. Es estudiante, aunque me temo que la juventud le hace bailar de carrera en carrera en busca de su vocación. Debe de ser que se le da todo demasiado bien.- reí levemente. Con la cabeza que tenía la puñetera y pensar en el bien que podría estar haciendo a la sociedad con su poder y su inteligencia, el ver como lo malgastaba huyendo de jovencitos a un lado y a otro me resultaba demasiado absurdo para incluso enfadarme.

- No se que más datos pueden resultarle útiles.- suspiré.- Como guardaespaldas comparto gran parte del día con ella, pero puedo asegurarle que hay poco que sacar de una vida noble, salvo entretenerse en cotilleos y marrulleos disimulados con compañeros y compañeras.

H. Deltoro: -Ya...- El investigador se mesó el mentón como si por un momento considerase la respuesta de Alpharius. - El caso es que, señor Tanhausser, todo esto sonaría de lo más razonable de no ser por esto...- Tocando nuevamente algunos puntos de la tableta una de las placas de la mesa de metal se desplazó a un lado para dejar al descubierto un proyector. Sobre él, parpadearon lo que parecía el holograma de un billete. Y no un billete cualquiera, un pasaje a nombre del profesor para el Bon Vivant, el crucero más caro que viaja desde los sistemas de la Unión hasta las colonias de la Hydra. - La tripulación notificó su inesperada ausencia esta mañana. - Explicó como si tal cosa. - O esto...- Y el holograma se esfumó para dejar paso a una imagen de la propia Angela en la recepción de lo que parecía un carísimo hotel. - También ha llegado esta mañana, después de que su padre confirmara que la señorita Della Nocte rehusó al programa del viaje impuesto por la universidad para tomarse unas... vacaciones en un spa en Versalles...- Por un momento el ambiente en la habitación pareció hacerse más denso, pesado o incluso claustrofóbico, y el investigador Deltoro, volvió a clavar sus oscuras pupilas como taladros directamente en Alpharius.

Alpharius: Mi mente seguía buscando una explicación lógica al extraño cambio del billete del profesor cuando Deltoro mostró la imagen de Angela en aquel spa de Versalles. No era tanto el que hubiese esa imagen: modificación fotográfica, no era nada nuevo. Era el hecho de que su padre hubiese confirmado aquello. Aunque teniendo en cuenta el contrato de Meyer...Quizás no era el único tras DellaNocte pero...¿entonces por qué molestarse tanto en buscarle un compromiso? ¿había sido un simple disimulo?

- Puedo asegurarle que ahora no entiendo nada de lo que me está hablando. Y no era cuestión de una barrera idiomática precisamente. No se que le llevaría al profesor a cambiar de billete, si es que no ha sido algún error burocrático o algo similar, pero...Me enfrente a los ojos oscuros del hombre con la única verdad que me quedaba para enarbolar.

Por que si había sido engañado durante todo este tiempo, si había malgastado meses de mi vida siguiendo a una maldita niñata insoportable de sangre noble para ser engañado en el último momento con un doble...Que Dios se apiadase de su alma, porque yo no lo haría.

- Angela Gabriella DellaNocte está en esta prisión. No se cual será la extraña idea que habrá llevado a su padre o quién sea a mostrar esa foto: quizás el hecho de disimular que su hija haya ido en una nave de baja clase...- o un golpe muy fuerte en la cabeza...o ser completamente imbécil, por citar alguna.-...pero mi protegida está aquí. Es lo único que puedo asegurarle.

H. Deltoro: Deltoro frunció el ceño sin dejar de mirarle. - O puede que la verdadera señorita Della Nocte esté donde dice su padre que está, y la mujer de esta prisión sea una magnifica actriz... -Añadió. - Por eso está usted aquí señor Tanhausser, sus credenciales le preceden, es un hombre de honor y parece una persona razonable. - hizo una pequeña pausa para apagar el holograma. La placa metálica volvió a cubrir el hueco de la mesa con un leve zumbido. - Mi trabajo es averiguar quién es esa mujer que espera en el calabozo, por qué está aquí y qué interés tenía en que, un “valioso activo” como el profesor Flint, viajara con ella en el Halcón y no en el crucero que la universidad había reservado para su programa. - Aclaró haciendo énfasis en ese “valioso activo”. -¿Hasta donde cree que hubiera podido llegar si el capitán Cortez no les hubiera detenido?-

Alpharius:
Entendía las dudas del hombre, pero aquello situación empezaba a volverse demasiado peligrosa. No creía que a la organización fuera a darle igual quien acabase con Angela...eso ya sin ponerse a pensar si no estarían dudando ahora mismo si el Hombre de Hojala era el tipo más imbécil de la historia de los imbéciles: engañado por una joven noble y su doble.

- Estoy muy confuso...me llevé la mano a la máscara, a la frente. Fría y perfectamente pulida, deslicé mi mano libre por la superficie, intentado pensar. Tenía miles de hilos rotos que no encajaban ninguno entre sí. ¿Qué quiere decir con un valioso activo? El valor de la investigación que pretendían llevar a cabo se escapa a mis ojos, Señor Deltoro. Soy solo un militar en servicio de protección. Ni siquiera se lo que intenta preguntarme...¿las consecuencias de que una actriz viajase con el profesor? Estoy seguro de que la Angela de la prisión es la verdadera, pero si no fuera así...tampoco sé qué intereses podría haber ese engaño.

H. Deltoro: - Señor Tanhausser - Empezó con paciencia. - No intente hacerme creer que no sabe el interés que han despertado en determinadas personalidades las recientes excavaciones en La Perla - Añadió. -¿En serio cree que el que el profesor Flint, uno de los mayores expertos en las ruinas de los Eones, viajaba en una tetera ambulante acompañado de personajes de dudosa intención, solo por casualidad? - El hombre arqueó una ceja incrédulo. -Creía que su intención en esta sala era colaborar...-concluyó con inquietante tranquilidad.

- Si la mujer que espera en la celda es la verdadera señorita Della Nocte... explíqueme porqué viajaba en una nave de contrabandistas robada, acompañada de dos presuntos espías ursos, que además, como usted ya ha confirmado, con uno de ellos mantuvo una breve conversación en un idioma convenientemente desconocido para su escolta. - Hizo una pequeña pausa para estudiar la reacción de Alpharius -y eso sin mencionar la desaparición tan misteriosamente apropiada de la tripulación...-

Alpharius:
- Los ursos eran espías...dije para mi con lentitud, asumiendo las consecuencias. Cada frase de Deltoro es otra capa de negro a la historia, oscureciendo unas intenciones y motivos que era incapaz de percibir. La capitana también era ursa, y después de lo que me dice me extrañaría que no estuviese al tanto, y más con una nave de esas características. Supongo que viajaba con identidad falsa... Suspire, esta vez más por molestia. Me la habían jugado bien jugada y lo peor es que no lo había visto venir. Me había confiado con que valdría con seguir a DellaNocte continuamente y hacer de perrito faldero. pero se hacía llamar Jack Daniel, creo. Imagino que estaría reflejado en los datos de la nave de alguna forma.

- No se que motivo hizo que Errol Flint cambiase de pasaje, pero Angela fue detrás. Sencillamente eso. Miré al hombre. Sabía que intentaba provocarme en cierta manera para que soltase más información, pero no era el único que sabía como funcionaba un interrogatorio. Y eso hice: soltar información con carrerilla. Angela se iría en cualquier nave con tal de alejarse de Venedeti un tiempo; amoríos y cosas de adolescente.  Habló con el urso porque esa chica es incapaz de estarse callada cinco minutos si tiene gente alrededor.

Me detuve al acabar, como si me diese cuenta de que el tono había sido demasiado rápido y volví a retomar el tema, con algo más de pausa. A primera vista todo lo decíamos era obvio: y ese era el problema. Cuando cualquier explicación vale, es que ninguna es buena.

- Si quiere mi punto de vista, conseguir llevarse a un investigador puntero y a una joven noble en la misma nave parece un negocio redondo a ojos de esa gente. Tendrán dinero del rescate y tendrán a un hombre trabajando para ellos...y puede que sin darse cuenta siquiera. Santo Corazón, si es que el maldito Flint era un desastre... Se que es solo mi palabra y que tampoco tengo prueba alguna, pero no encuentro ningún motivo por el que Angela hiciera esto.

- Pero...me quedé unos segundos en silencio. Pude sentir como la piel reseca de mi rostro de estiraba en una mueca que sin máscara hubiera sido sin duda grotesca. Y si...nada aseguraba que toda la tripulación fuese ursa...quizás pudieron escapar usando habilidades transhumanas. Era un comentario arriesgado. No solo por ser una completa suposición sin mucha base, sino porque no tenía forma de saber la opinión de Deltoro sobre el tema. Dicen que en el Imperio del Sol pueden hacer viajar objetos como se hace con las naves...

H. Deltoro: El hombre dio una nueva y larga calada a su puro, sopesando las palabras de Alpharius con detenimiento.

- Si fuera capaz de encontrar un motivo y conseguir esa ... prueba, ¿Estaría dispuesto a colaborar con nosotros? .-

Alpharius: Como si tuviera opción...

- ¿Qué quiere decir con colaborar? pregunté, sin mucha esperanza.

H. Deltoro: El investigador exhaló el humo del puro como si fuera un dragón. - Conviertase en nuestro informador - Repuso sin rodeos. - Lleve un micro para nosotros. -Añadió. - Si su protegida es inocente no tiene nada que temer...-

Alpharius: Me quedé en silencio ante la oferta de Deltoro. Podría pasar por sorpresa o incredulidad, pero más bien era el sopesar cuantas capas ocultas más podría tener antes de que todo explotase en una montaña de mierda que acabase conmigo. Si tuviera que tener una tarjeta por cada facción o trabajo que se suponía que tenía, no me iban a entrar todas en la cartera.

- Créame que no temo por la inocencia de mi protegida, pero tengo más vida que esa.- repuse.- Entiendo que es una situación desesperada, pero sigo valorando mi intimidad. Alcé la vista hacia Deltoro. Aceptaría si no quedaba más remedio, y ya veríamos cómo lidiar con ello. ¿No hay alguna manera de que podamos llegar a otro pacto como caballeros? Estoy dispuesto a colaborar para limpiar mi nombre y el de mi protegida, pero estoy seguro de que habrá maneras más...dignas.

H. Deltoro: - Señor Tanhausser - repuso con paciencia. - Tal y como están las cosas...- Añadió en referencia a la larga lista de cargos por los que se le imputaba y que ahora parpadeaban en la pantalla de la tableta. - por mí puede seguir disfrutando de su intimidad con su compañero de celda en Inferno. - Hizo una pequeña pausa para mirarle. - Le estoy ofreciendo un trato, un trato bastante justo dadas las circustancias. - Suspiró cansado. - Mire, no se equivoque, al fiscal le importa más bien poco quien acabe encerrado con tal de cerrar el caso, el que todos ustedes no estén ya de camino a los cálidos y soleados páramos de la prisión de la Unión es porque aquí están bajo mi jurisdicción, y no, señor Tanhausser, a mi no me da igual que los culpables queden en libertad...- concluyó con aplastante sinceridad.

Alpharius: - Está bien.- suspiré con pesadumbrez.- Colaboraré si esta es la única forma de mostrar mi inocencia y la de mis compañeros. No tenía sentido alargar esa situación de manera innecesaria: no había otra forma. Salvo acabar en prisión y armar un absurdo plan de escape, lo cual no estaría tan mal si no fuese porque, al contrario que Meyer, a él le gustaba acabar bien sus labores de espionaje.

Y tenía una protegida con la que acabar.

H. Deltoro: Deltoro asintió - Bien. - Se limitó a decir antes de apagar su puro en una hendidura de la mesa que hacía las veces de cenicero. - Firme aquí conforme acepta los términos del acuerdo. Con su huella bastará. - Añadió extendiendo la tableta frente a Alpharius. - Vendrán a buscarle para colocarle el implante antes de devolverle a su celda. - Terminó mientras se levantaba a la espera de Alpharius plantara su huella en la tableta.

Alpharius: Solté una breve risa, amarga, al oír las palabras del interrogador. ¿Huellas dactilares? Ojala pudiera darlas. Incluso pese al inconveniente que podrían causarme al no coincidir con las de la identidad que tome prestada... porque eso significaría que las tenía.

- Me temo que no será posible, Señor Deltoro-con algo de esfuerzo me retiré el guante de la mano que tenía libre, mostrando el pésimo estado de la piel que cubría mis dedos.

No me gustaba la idea de ir mostrando mi aspecto a desconocidos, y mucho menos el plantearme que quizás querrán retirarme el casco para colocar el micrófono, pero la situación era ya lo bastante complicada como para crear (aún más) malentendidos.

Giré la mano, dejando a la vista lo que habría sido huellas dactilares si mis dedos no hubieran quedado prácticamente calcinados durante el accidente: una superficie anormalmente lisa y rojiza.

- ¿No tiene un lapiz electrónico a mano?- pregunté, mientras comenzaba a leer el acuerdo que iba a firmar el pobre Alpharius Tanhausser. Solo esperaba conseguir librarme de aquello algún día...aunque fuese como Edmound Galán.

H. Deltoro: El hombre examinó la mano de Alpharius taciturno. - Tenga. - Repuso sacando una barilla de plástico del bolsillo de su camisa y entregandosela con cautela. No sería la primera vez que un detenido intentaba alguna tontería con un objeto similar por lo que su mirada se tornó aún más inquisitiva si cabe. - Firme. -Repitió con severidad.

Alpharius: Demostrándole a Deltoro que no había motivo alguno por el que temer, dejé la rúbrica de mi identidad aria en la pantalla que me tendía, antes de dejar pausadamente la varilla en la mesa metálica.

Solo quedaba esperar cómo se desenvolvían las cosas...

H. Deltoro: Deltoro guardó el lapiz y recogiendo la tableta se puso pesadamente en pie. - Gracias por su colaboración señor Strauffemberg, nos mantendremos en contacto. - Añadió a modo de despedida, escueto, serio pero sincero.

Una vez hubo salido del cubículo y como el investigador había prometido, los dos agentes que lo habían conducido hasta aquel despacho esteril reaparecieron, esta vez con una maleta metálica.

Mientras uno de ellos se encargaba de montar lo que fuera que contuviera aquella caja a sus espaldas, el otro se acercó hasta Alpharius y colocandose detrás le obligó a agachar la cabeza con una mano mientras que con la otra le sujetaba el hombro con firmeza dejando al descubierto, bajo el cuello de la gabardina negra y justo a la altura donde empezaba el casco, la lisa y rojiza nuca del ario.

Fue en ese momento, en el Alpharius se sentía más vulnerable, inmovilizado y sin poder ver el trasto con el que trasteaba el segundo agente, cuando sintió el calor que despedía su captor al acercarse hasta quedar a la altura de su oido.

- La Luna Azul se aproxima, el Mago te manda saludos.- Susurró cripticamente.

A Alpharius no le resultó dificil reconocer la voz, era el mismo hombre que hacía unos momentos parecía haberlo insultado llamandole "cara de hojalata". Y así, sin previo aviso, sintió un agudo pinchazo en la nuca.

- Andando... - Espetó el otro hombre, el del aparato que resultó ser una especie de jeringa horriblemente grande, mientras su compañero le soltaba y le ayudaba a levantarse.

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17/04/2013, 22:11
Director

[Celda de confinamiento, Modulo 2]

Tras un rato largo, o corto, el tiempo pasa de forma extraña en prisión, la puerta del modulo 2 volvió a abrirse y empujaron por ella a un encorvado Alpharius.

- Que te cunda, campeón- le soltó el guardia más perverso, que ya empezaba a ser conocido por todos en aquel lugar.- Cuidado no te confundan con el retrete de aluminio- le adviritó, antes de que las carcajadas por su própia gracia se perdieran pasillo abajo.

Era una celda algo más pequeña que la anterior, con paredes de hormigón y una puerta de acero blindada, más oscura e intima. Allí estaban los que habían sido interrogados antes, salvo el profesor, amén de un joven agraciado que, se veía a simple vista, había sido criado con modales.

Cargando editor
18/04/2013, 11:04
Angela Gabriella Della Nocte

[Celda de confinamiento, Modulo 1]

Miré de reojo al midgariano. Lo cierto es que habría preferido que conservase su burbuja de felicidad, esa en la que la gente aún disponía de anonimato. Pero por desgracia el viejo la reventó en un instante con un comentario que no venía a cuento. Por supuesto podría mentir, pero no venía al caso. Esbocé una sonrisa inocente antes de seguir hablando en midgariano.

Pues ella sí que parecía tener claro quién eras. Casi pisó a varias personas en su esfuerzo por alejarse de ti... Cuando aún estabas... - no había forma de decirlo diplomáticamente - resacoso. - Luego miré al viejo y a Jazmín, antes de mirarle a él - Diría que es... la reacción opuesta a la de ella, huir de esa forma. - Estudié su reacción por un momento - Sea como sea, después se enrolló con uno de la tripulación. Claro que ahora podría pensarme que fue para tener acceso al resto de la nave. 

Estudié al viejo, estaba claro que volvería a intervenir en la conversación. Primero para decir que se tomaban muchas molestias por nosotros, ahora para señalar lo obvio. Pero a diferencia de Meyer, no pesaba preguntarle nada. Tenía la impresión de que era de los que repetían las cosas y ya me venía bien que se supiera que Drake huyó en la última capsula de salvamento. O que estaba relacionada con él. Después de todo, si nos grababan, sería consistente además de cierto. Y ahí estaba, el dilema del prisionero en acción.