Partida Rol por web

Hakko se había quedado flotando detrás de vosotros, esperando a que decidierais qué hacer.
Habla por ti, guapo. le dijo a Alandrel.

Yo no soy tan torpe como para ir haciendo zambullidos y dejarme descubrir. Y tampoco necesito la Magia de nadie para ser invisible… explicó, llena de confianza.

De hecho me iría bastante bien que causaseis un buen jaleo, mientras tanto, podría hacerme con la Lección. Porque no hemos venido aquí a eliminar a todo lo que haya ahí abajo, ¿verdad? preguntó, de algún modo insinuando que posiblemente estaríais en una más que evidente y peligrosa desventaja numérica.

"En verdad, Hakko, interesaría poder encargarnos del señor de aquí abajo. No deja de ser un peligroso liche, y sinceramente... me gusta el Sushi" digo aduciendo a lo único que le podría interesar a ella

"Si un Gran Liche aumenta su poder, y devora a todos los marinos que osan tirar una red en el agua, eso no sería nada bueno"

Yeomi terminó por curar a Keiko y Seijuro, así que estabais todos como nuevos.
La Princesa se mostró conforme con lo expuesto por Alandrel, aunque decidió aportar su granito de arena.
Cuentan que el Príncipe Yuk’Kutor ha de tener cientos de años. Creo que ello sobrepasa de lejos la esperanza de vida de los Locathah, así que posiblemente viva gracias a la Magia… negra. Nigromancia me atrevería a decir.
Creo… creo que llegado un hipotético enfrentamiento contra él, podría… puedo ser capaz de desterrarlo de este mundo… o como mínimo, de debilitarlo considerablemente… ofreció con timidez.

La Lección… creo… creo que la he visto… en el fondo de una cueva… expuso, mirando a Hakko principalmente.

"¿No era Yuk’Kuthor?" pregunto, bastante seguro que rimaba con Luthor.

No habían muchas opciones, solo dos, la de entrar invisibles o la de crear problemas. Si acaso incluso parecían complementarias. Para Arashi la segunda exponía mucho a la ninja, aunque sí que se la veía resuelta y sí que podía conseguir el escrito.

- Qué pensáis, solo por el hecho de enfrentarnos a un practicante de magia dificulta cualquier cálculo. Alguien debe tomar un riesgo, Hakko o todos nosotros. Yo diría que lo mejor es tomar la entrada de la caverna e ir adentrándonos con violencia de por medio aprovechando la estrechez de esos pasillos, a modo de crear alarma y que la ninja se escabulla.

Si iban a armar jaleo no tenía sentido hacerse invisibles, acabarían en mitad del lugar rodeados de esas criaturas. Arashi prefería que las espaldas estuvieran bien cubiertas.

Ummh, esta Yeomi es una caja de sorpresas. Aún no entendía cómo alguien como ella iba a poder con todo un liche, un hechicero que había burlado a la propia muerte cuyo único propósito era aunar todo el poder que pudiera con todo el tiempo del mundo para ello, pero estaba claro que la chica era decidida y había seguridad en sus palabras.

- Adentrémonos bajo el influjo de la invisibilidad y luego armemos ese jaleo, si logramos ser el foco de atención el plan de Hakko tendrá posibilidades. Y si todo sale mal veamos de qué es capaz la princesa.- Seguía dudando de sus poderes pero decidió confiar en la chica.

- Pongámonos en marcha, cada segundo es darle tiempo a esa criatura de oscuridad de descubrir que sus esbirros han caído y lanzar a su ejército contra nosotros.

Solo espero que los hechiceros hayan tenido en cuenta la presión, a medida que bajemos será afixiante. Miraba especialmente a las féminas, salvando a Lena y Keiko, y a Shen Long, parecían los que menos iban a poder soportar tales condiciones... aunque como otras tantas veces esperaba equivocarse.

Seijuro agradeció con solemnidad la curación que le proporcionó Yeomi. No debía olvidar que estaba delante de una princesa, y a veces se le olvidaba que debía mantener la etiqueta y protocolo con ella. Algo que le habían inculcado durante toda su vida. Y quien sabe, debía siempre mantener las puertas abiertas a futuras colaboraciones entre reinos. Y la verdad, tampoco se le escapaba que era una muy buena casadera, aunque quizá él no estuviera a su altura.

- Me parece bien el plan. Avanzamos tanto como sea posible con invisibilidad, y en el momento en que nos descubran, que será tarde o temprano, la perdemos y luchamos dentro la burbuja. Eso sí, un par o tres pueden mantener la invisibilidad y escabullirse a cumplir la misión. Entre el fragor de la batalla será más fácil que esos pasen desapercibidos. Creo que deberían ser los más ágiles. - Y secundó a Wufan. - Cierto, no deberíamos demorarnos mucho más.

Lena bostezó sin taparse la boca tras que Seijuro terminara de hablar. Por la cara que hacía, parecía que no se había enterado ni de la mitad del plan. Cambió el peso de pierna y sacudió la cabeza para intentar librarse de el sueño que le había causado la pelea pero pareció ser en vano.

-No entiendo porque escogen nombres tan raros...-Murmuró con los ojos cerrados-Miranos a nosotros: Le-na, Wu-fan, Shen-Long, Kei-ko... Cortos y buenos. ¿Quien llama a su hijo Yuk'Kador? ¿Yuk'Kulor? Bah, parece el sonido que hace alguien antes de vomitar...

Esta procedió a seguir murmurando algo inteligible, probablemente causado por el sueño y el hecho de que no estaba acostumbrada a hablar bajo el agua.

El hombre se encogió de hombros. - Si hay mayoría que piensa así puedo lanzar todas esas invisibilidades... pero en todo caso que sea Hakko quien permanezca de baza, invisible y con posibilidad de coger la Lección.

Esperó a que el resto siguiera opinando.

El plan ya estaba decidido así que Arashi lanzó los conjuros de invisibilidad a todo el grupo. Hakko se volvió invisible por su cuenta, y eso unido a su entrenado sigilo, la hacían imperceptible a cualquier ojo.
Pero estaba por ver lo que os aguardaría ahí dentro.

Comenzasteis a descender por la gruta, un lugar que aunque estrecho, mediría perfectamente unos cuarenta o cincuenta metros de diámetro.
Así que no era factible crear un cuello de botella.

Descendisteis y la oscuridad comenzó a ser un problema a todos aquellos que no podían ver en la oscuridad. Porque crear algún tipo de luz, os delataría inmediatamente.
A todo ello, se le unía la incomodidad de tener que nadar hacia abajo. La presión de las aguas, cada vez más profundas, os obligaba a usar muchas de vuestras fuerzas.

A medida que avanzabais, o mejor dicho, descendíais, comenzasteis a ver inquilinos de aquella especie de comunidad subacuática.
Principalmente Locathah corrompidos por la brujería de Yuk’Kutor, y que ahora tenían todo tipo de deformidades en su cuerpo.
También había numerosas criaturas marítimas, como tiburones, manta rayas y una especie de cangrejos de gigantescas dimensiones.

A medio trayecto, el movimiento de vuestro nado cada vez más forzado y difícil, acabó por hacer que os delataseis.
Los Locathah tomaron sus armas y fueron al ataque, pero Alandrel os mantuvo a salvo de sus acometidas con la Esfera elástica.

Ya habíais descendido la mitad del trayecto, cuyo final parecía estar a unos 200 metros más, a juzgar por una tenue luz verdosa que resplandecía desde las profundidades.
Aunque aún no os podían hacer nada, los golpes se sucedían de vez en cuando, ya que seguíais siendo invisibles y no todos lograban dar con vosotros.

El caos que comenzó a formarse fue considerable, hasta llegar a tocar el suelo de la superficie.
La presión del agua era asfixiante, y vuestros movimientos eran lentos y pesados allí abajo.

Ante vosotros se dibujaba un puente excavado en la misma roca, que llevaba a una especie de trono de forma retorcida.
En él, resplandecían dos ojos verdes en la penumbra, aguardando pacientemente.

Ahí debía estar Yuk’Kutor, tenían que llegar a él si querían conseguir la lección y a eso habían venido. Aún con la ayuda de la magia les iba a ser difícil pero el plan era ponerse a la vista mientras el resto la buscaba... claro que primero había que hablar con él para llamar su atención.

****Wufan fue el primero en adelantarse, no saliéndose de la esfera porque no quería (ni podía) perder sus ventajas pero si agarrando una piedra del suelo y lanzádola sin mucha fuerza sobre uno de los secuaces marinos del liche. Al recuperar su silueta habló en voz alta.

- Así que es aquí donde moras, bonito lugar. Aunque con poca luz, quizá es por eso por lo que la gente de la superficie no quiere bajar a visitarte. Hemos venido de muy lejos y sabemos que conocías de nuestra llegada, así que aquí estamos. Puede que te interese más un trato que enfrentarte a nosotros, dudo que quieras perder tu reino, algo tan confortable como esto es digno de mantenerse.

Esperaba que se acercase tras sus palabras o que los invitase a hacerlo a ellos, y que el grupo que se mantenía invisible aprovechase la oportunidad.

El malvado ser, el taimado de Yuk-Kuthor, está frente a nosotros.

Contemplo lo que ha hecho. Aun con tan pocos recursos, y valiendose solo de su astucia, la táctica y el poder personal, él y unos pocos pudieron poner en jaque al matriarcado de las profundidades pese a los inconmensurables recursos que tenían. Es una lástima, una verdadera lástima.

Y rezo por él. Por su triste destino, y por su alma corrompida, que en ansias de huir incluso de la muerte se ha convertido en un Liche.

"Muy débil deberia de ser el Liche que no puede detectar la presencia de la vida, y Yuk-Kuthor no es ningun débil"

"Pero nuestro deber,nuestro destino, es inquebrantable, Luthor. Y no importa cuanto grite un gusano de la tumba a la montaña: La montaña jamas se doblegará"

Entonces le dedico una mirada a los Kensei del equipo

Deslizarse a nado por la guarida de un no-muerto poderoso era toda una experiencia nueva, Arashi no se encontraba del todo a disgusto en una misión de infiltración. En cuanto llegaron a la amplia sala donde esperaba el que sería su enemigo notó la sensación de que habría un duelo mágico y no solo uno marcial como las veces pasadas.

"Muchas sorpresas pueden esperar aquí abajo."

No menospreciaría los poderes de alguien tan malevolente como para haber alcanzado un remedo de inmortalidad, a buen seguro que a costa de sacrificar muchas vidas. Creía ver por doquier huesos inexistentes de todas esas víctimas.

- Me mantendré cerca, estoy atento.

Protegido por la invisibilidad no pensaba en intervenir de primeras, él tenía sus trucos, como todo hechicero sabía que la magia no era siempre un asunto de poder bruto sino que podía ganarse más actuando con el momento justo y con el conjuro adecuado.

En respuesta a la señal de Shen Long y a sus palabras de venerable sabiduría, Keiko alza la cabeza al aire, y exclama: 

-¡Shizuru! ¡Dama del Sol! ¡Sagrada Omikami! ¡Arroja tu luz sobre este oscuro lugar! ¡Ilumina las tinieblas que nunca han conocido tu esplendor! ¡TAIYO NO HIKARI!

Alza la hoja de Takahane, y de repente el filo de la espada se convierte en un sol en miniatura, ardiendo con una intensidad tan cegadora como la del mediodía más brillante.

La pobre Oni hizo un gran esfuerzo a lo largo del trayecto para no salirse de la burbuja a liarse a ostias con los esbirros de su oponente. Parecía que tener que frenar su furia la acababa de despertar de nuevo pues miraba con intensidad a cualquiera que se atreviera a poner los ojos sobre ellos, aún sabiendo que eran invisibles.

Una vez llegaron a la sala, esta se mantuvo en su forma pequeña para evitar salir de la burbuja. Agarró con fuerza su tetsubo y se preparó para salir disparada hacia el nigromante a la señal de sus compañeros. Mientras esperaba observó como Keiko demostraba su poder de una manera espectacular, dejandola con la boca abierta y algo distraída. Con algo de timidez imitó su movimiento y una vez el tetsubo estuvo en el aire sonrió triumfante justo antes de hablar...

...O no. No sabía que decir en ese momento. No tenía dios a quien rezar, ídolo al que invocar o espíritu al que satisfacer. No quería decepcionar a sus nuevos amigos, tenía que ser tan "guay" como ellos. Así que decidió hacer lo que mejor se le daba, expresarse con el corazón:

-¡ESCUCHA PESCADO! ¡SAL DE AHÍ QUE TE VOY A REBENTAR A OSTIAS!-Exclamó dejando caer el tetsubo y inclinándose hacia delante-¡TENGO HAMBRE, SUEÑO Y DIENTES MUY AFILADOS!

Mientras bajaban Seijuro se sentía seguro, protegido por la invisibilidad y la burbuja. No llevaba a Tenrai desenvainada, podía hacerlo rápido en cualquier momento si se daba la necesidad. Aprovechaba sus dos brazos para bajar a buen ritmo, intentando no cansarse demasiado durante el descenso.

Cuando llegaron al fondo parecían encontrarse de repente en la sala del trono, y ahí se descubrieron todos uno a uno. Esperó al final, para no pisar a nadie, y una vez su hermanita iluminó toda la estancia y Lena le gritó sin ningún respeto desenvainó su katana y la apuntó directamente al "heredero" Yuk-Kuthor.

- YA HEMOS LLEGADO! Y SOMOS TU PERDICIÓN! - Gritó haciendo vibrar el fondo de su garganta.

No estaba seguro que el príncipe se dejaría intimidar por las chanzas y bravuconadas de él ni de sus amigos. Era un príncipe no-muerto, con poder suficiente para hacer temblar toda la población de los Locathah. Seijuro no creía que pudiera aportar mucho más en esta situación, sin magia ni armas a distancia. Aún así, estaba seguro que estaban atrayendo su atención, ni que fuera como divertimento. Sólo esperaba que Hakko y Yeomi estuvieran ya haciendo su papel. Por su parte, intentaría ganar tiempo tanto como pudiera.

El silencio fue lo único que obtuvisteis como respuesta.
Al menos hasta que Keiko hizo brillar la luz de Amaterasu en las profundidades de aquella caverna.

Entonces, todo se precipitó.

De la arena del suelo comenzaron a alzarse Locathah… o algo que años atrás lo habría sido, puesto que ahora sólo eran amasijos de huesos y carne putrefacta, siendo guiados por la nigromancia.
Sus ojos rojos emergieron de todos los rincones de la sala, demostrando que habría decenas de ellos, emergiendo perezosamente de debajo de la arena en la que habían permanecido de décadas sepultados.

Avanzaban hacia vosotros con hambre voraz, mientras del fondo de la sala avanzaba algo… algo difícil de clasificar. Ya no era un Locathah, pues la mitad inferior de su cuerpo había sido sustituida por unos enormes tentáculos.
Y sus facciones, parecían más las de un monstruo que las de un pescado.

En una de sus manos llevaba un cetro, uno hecho con hueso tallado y una cabeza en forma de escualo mordiendo.
I…lu… sos… su voz retumbó en la caverna, y en vuestras cabezas. Su sola presencia, helaba la sangre e invitaba a los sensatos a huir.
Pero no a vosotros…

No… podéis… derrotar… a un… ser… inmortal…
Sufriréis… el castigo… ETERNO…. y las palabras de Yuk’Kutor hicieron que la horda de no muertos se lanzara a por vosotros.

La visión es horrenda. Algo más impropio incluso del Yomi. Es como si la decencia y el orden hubiesen abandonado este lugar para siempre.
Temo que el alma de Luthor se haya perdido, mancillada en su oscuridad y depravación

"Que la luz de Irori nos guie. Que su puño nos de fuerza, y que su cólera caiga sobre nuestros enemigos"

"¡Yo conjuro 'Prayer'!"

Luego dedico un instante a intentar identificar QUE es lo que es este Luthor, que son sus esbirros y sobre todo ¿De que debemos defendernos?

Las profundidades del mar estaban llenas de belleza como nunca había visto antes, aunque la escena a la que asistían era digna de una pesadilla con un claro protagonista, el liche anfibio que ahora se desplazaba hasta ellos.  - Tiene una horda a su servicio, pero, ¿qué magia se reserva?

El verdadero peligro era esa criatura abyecta, que mezclaba lo peor de varios entornos y de varios planos, se alegraba de no saber nada sobre un monstruo como ese. Alegrarse del desconocimiento no podía ser lo más inteligente en un encontronazo como ese pero Arashi apostó por hacer un movimiento arriesgado.

- Os teleportaré a cuatro hasta él, si algo sale mal os llevaré de vuelta.

Fue cauto con el volumen de sus palabras hasta que puso en marcha el lanzamiento de ese conjuro que les ayudaría a viajar justo hasta la bocaza del necromante. El hechicero se llevó a Lea, Keiko, Seijuro y Wufan consigo hasta allí, hasta el lado del enemigo que acababa de dárselas de inmortal. Iban a ponerlo a prueba de una manera que, esperaba, no hubiera podido anticipar pues la invisibilidad habría ocultado el verdadero número del grupo.

- A por él, dadle duro. No es más que un monstruo que ha engañado a la muerte pero ésta quiere que se lo entreguemos.

Al ver que Arashi estaba abriendo un portal y les revelaba sus planes de lanzar una ofensiva, Keiko aferró a Takahane con ambas manos, adoptando la postura de Hassō-no-kamae, con su pie izquierdo por delante y la espada en una posición casi vertical con la empuñadura ante su hombro derecho. Era una postura totalmente ofensiva, que la dejaba presta para atacar a aquel ser de las profundidades de Yomi. En cuanto el portal depositó a los guerreros junto a la criatura de las profundidades abisales, la danza de Keiko empezó. 

El Colibrí Desciende.

Mientras daba un paso rápido hacia delante proyectando toda su fuerza, situó a Takahane en posición horizontal sobre su cabeza con la punta hacia su enemigo y la descargó en un único movimiento fluido mientras gritaba:

-¡FUSHOKU-SEI TATCHI! ¡KIAAAI!

El filo de la katana brilló por un segundo con un leve resplandor verdoso al concentrar la kensai su ki en el arma. Tras el primer picotazo, Keiko siguió con El Molino Arrastra el Agua, trazando un ocho de acero contra su enemigo para atacarle con golpes ligeros y rápidos desde tres direcciones distintas.