Partida Rol por web

En cuanto Paexter asomó las narices desde detrás de la cortina de humo, una flecha herrumbrosa repiqueteó contra su yelmo. Medio segundo después, una segunda saeta se le incrustó en una junta del muslo.

Los esqueletos parecían haber encontrado por fin un blanco tras tanto tiempo siendo ignorados y parecían estar mostrando su despecho.

El esqueleto de H5 (Esqueleto 3) se mueve a C6 le dispara a Paexter y le hace 7 puntos de daño

El esqueleto de F7 (Esqueleto 2) le dispara a Paexter pero falla. Luego se mueve a D6.

Muro de Humo (2/6)
Infundir Valor (1/2)

_{Nota: Se nos olvidó reflejar en la tirada de los dos esqueletos el +1 atq/daño por Disparo a Bocajarro}

Mapa grande

Iniciativas

Esqueleto 3
Esqueleto 2
Enansal (Infundir Valor +3)
Hroldar (Infundir Valor +3)
Esqueleto 1
Selene (Infundir Valor +3)
Paexter (Infundir Valor +3)
Lynariel (Infundir Valor +3)
Jarlath

Turno de Enansal _{(aunque ella va primero)}

Los guardas grises, sus compañeros, la sobrepasaron uno tras otro, incluso el veterano avvarita y la tímida maga tevinterana. Solo el trovador quedaba atrás, recogiendo las armas que había dejado caer en el combate contra los cadáveres andantes.

La magia que daba forma a la barrera de humo se disiparía en unos segundos. Su sugerencia había sido acogida frente a la alternativa no enunciada, la marcha, dejando atrás aquellos seres absurdos. Qué sentido encontraban en derramar más sangre para romper huesos y desgarrar carne ya muerta. Para ella era solo un incómodo deseo de destruir.  

Su cuerpo se disolvió nuevamente en una nube de plumas, membranas y músculos aviares. Giró la cabeza para contemplar de nuevo el cuerpo de la elfa urbana, exánime todavía bajo los restos destrozados del último cadáver animado. Golpeó el aire con sus alas y se elevó un instante para observar a los arqueros, antes de descender de nuevo bajo la cobertura del humo.

A. rápida: Transformación a forma aviar.
A. movimiento (y pico): Mover a H13.

pg: 43/45.
pc: 11/34.
FUE -2 veneno
FUE +2, TS Ref +2, A. Natural +2

Hroldar siguió avanzando, marcando su paso por el sonido del fémur de gigante al repicar contra el suelo de baldosas. Se detuvo y alzó la mano por encima de su cabeza. Una andanada de proyectiles mágicos brotaron de ella, surcaron la estancia y se clavaron con violencia en el esqueleto que había herido antes de que el muro de humo de Enansal le impidiera seguir haciéndolo. 

El cuerpo del muerto viviente estalló en una nube de huesos y astillas. 

Hroldar mueve a D15 y lanza proyectil mágico al esqueleto en C6, que muere.

El otro esqueleto que también había visto aparecer a Paexter tras la cortina de humo, imitó a su semejante y disparó otra saeta que le acertó al enano en el otro muslo.

El esqueleto de G6 (Esqueleto 1) le dispara a Paexter y le hace 5 puntos de daño

Muro de Humo (1/6)
Infundir Valor (1/2)

_{Nota: Y de nuevo se nos olvidó añadir el +1 al ataque por Disparo a Bocajarro... arf (al menos nos acordamos de añadirlo en el daño)}

Mapa Grande

Iniciativas

Esqueleto 2
Enansal (Infundir Valor +3)
Hroldar (Infundir Valor +3)
Esqueleto 1
Selene (Infundir Valor +3)
Paexter (Infundir Valor +3)
Lynariel (Infundir Valor +3)
Jarlath

¡Turno de todo el mundo menos de Enansal!

Cuando Jarlath se agachó a recoger su ballesta del irregular suelo de la cueva, no pudo evitar que su mirada se desviase hacia Elietta, que yacía en el suelo. Apenas fue capaz de suprimir un escalofrío cuando vio que la cabeza del cadáver estaba girada en dirección a él, y los ojos apagados y vidriosos de su rostro descoyuntado parecían estar mirándolo. Hechizado, se quedó mirando aquellos opacos orbes, tratando de descifrar la estática urgencia que veía en ellos. Era casi como si Elietta estuviese tratando de hablar con él desde el otro lado. Y Jarlath sabía qué era lo que quería decirle.

Clamaba venganza.

Entonces, por alguna razón, el trovador supo que en cierto modo era la venganza lo que lo movía a él también, aunque no lograse recordar ni el motivo ni el objeto. Pero lo que tenía muy claro era que, aquel día, ambos tendrían su venganza. Se dio la vuelta hacia sus compañeros, que ya se adelantaban un buen trecho hacia la refriega con los esqueletos. Paexter pugnaba por esquivar las flechas enemigas, al tiempo que Hroldar golpeaba el suelo con su bastón, arrojando contra los seres un estallido de esquirlas de fuego y estrellas. Concentrando todas sus fuerzas y convirtiendo su pesadumbre y su impotencia en ira ardiente y desbocada, Jarlath lanzó un alarido largo y desarticulado, primordial. El dolor que lo oprimía no necesitaba forma ni palabras para manifestarse, para hacerse entender, y exigía pronta y sangrienta retribución. Levantando el cuerno de guerra, lo sopló con todo el aire de sus pulmones, y su sonido, que se inició como un crepitar sordo, pronto cobró fuerza y sacudió la quietud de la caverna.

Ecoutez ces clameurs,

c'est l'Abîme qui vos appelle,

c'est l'Abîme qui vos suit!

C'est l'éternel remords,

c'est l'angoisse éternelle

dans l'éternelle nuit!*

Como confirmación de aquellos terribles versos, el cuerno volvió a sonar, sellando el aciago destino de los que a los guardas grises se enfrentasen.

El enemigo apareció tras la cortina de humo, alguién (o algo) sobre lo que dirigir esa rabia fria que había estado acumulando desde que el condenado Demonio le hubiese robado sus recuerdos, y que se había desbordado al escuchar crujir del hueso de la mandíbula de Elietta antes de cerrar los ojos para siempre. Con la parsimonia de la muerte, los esqueletos empezaron a moverse, lanzando flechas contra él. La rabia hizo que notase, solo ligeramente, el impacto de los proyectiles contra sus muslos, pues el que rebotó en su yelmo fue solo una molestia que le hizo parpadear.

-Dos...- pensó Selene, al ver fugazmente entre la niebla como uno más de los muertos vuelve a convertirse en materia inanimada, habiendo cesado por fin el control que el demonio imponía sobre ella. El sonido del cuerno, al mismo tiempo, hizo vibrar las paredes de la cueva, transmitiéndose desde el suelo hasta la maga y ascendiendo desde las plantas de sus pies hasta su cráneo, retumbando en todas sus costillas.

Era un sonido cargado amenaza, al mismo tiempo que de dolor, como si fuera un veredicto de condena. -Solo un esfuerzo más...- Se repitió mientras que, casi con un gemido de agotamiento, dejó que la energía volviera a fluir. Ahora ya era una cuestión de sus compañeros acabar con los enemigos que restaban. Ella ya no podía hacer nada más, salvo esperar que lo ocurrido con Elietta no volviera a repetirse.

El muro de humo resultó ser una herramienta mágica de gran utilidad, cuya densa y oscura cortina sirvió a la dalishana para resguardarse de los posibles ataques a distancia de los esqueletos. Éstos notaron cómo el grueso del grupo se había movilizado y en consecuencia lanzaron algunas flechas al primero que apareció tras el muro.

El augur avvarita respondió a estos ataques con un proyectil mágico que impactó de lleno en uno de los esqueletos, haciendo que éste reventara. Ya sólo quedaban dos más.

Lyna salió de su escondite dejándose también al descubierto y aceleró el paso. Siguió la carrera de Paexter y se colocó junto al esqueleto reanimado. En su mano blandía el Dar'Misaan, preparado para golpear una vez más.

PG: 45/62

Doble movimiento para llegar a E7.
Disculpad el pequeño despiste.

El conjuro de Selene no pareció surtir efecto en los esqueletos que fijaron sus miradas vacías en los oponentes que acababan de llegarles por voluntad propia. Uno de ellos directamente dejó caer el arco, desenvainó su herrumbrosa espada y descargó un malintencionado golpe que por suerte fue absorbido por la armadura de Paexter_.

Ambos esqueletos resisten el conjuro de Selene.

El esqueleto de B7 (Esqueleto 2) deja caer el arco, desenvaina la espada y ataca a Paexter pero falla.

Muro de Humo (1/6)

_{Nota: Ignorad la tirada de ataque del esqueleto 1 (el que ataca a Lynariel) que no le toca. Sólo cuenta la del esqueleto 2.}

Mapa Grande

Iniciativas

Esqueleto 2
Enansal (Infundir Valor +3)
Hroldar (Infundir Valor +3)
Esqueleto 1
Selene (Infundir Valor +3)
Paexter (Infundir Valor +3)
Lynariel (Infundir Valor +3)
Jarlath (Infundir Valor +3)

¡Turno de Enansal!

La gran ave que era Enansal se elevó hacia el techo de la cueva batiendo sus alas. Una vez sus ojos se asomaron sobre el humo, se lanzó hacia la reyerta entre enano, dalishiana y los dos cadáveres descarnados que todavía permanecían en pie. Sobrevoló las cabezas de todos ellos, cambió de forma en el aire y regresó a tierra tras el esqueleto, sobre las flexibles patas de un lince.

No puedo cargar sin línea de visión, así que doble movimiento a B7, donde adopta la forma de depredador, flanqueando con Paexter.

Hroldar se detuvo un momento, para comprobar si era necesaria su magia o podías reducir a vuestros enemigos sin su ayuda.

A modo de bienvenida, el esqueleto se giró hacia Enansal y le descargó un espadazo que hizo que la sangre de la dalishana salpicase el suelo.

Mientras tanto, el muro de humo, se deshizo en el aire sin dejar rastro.

El esqueleto de B7 (Esqueleto 1) ataca a Enansal y lehace 8 de daño _{(Se nos olvidó quitar la dificultad en el daño, ignoradla)}

Mapa grande

Iniciativas

Esqueleto 2
Enansal (Infundir Valor +3)
Hroldar (Infundir Valor +3)
Esqueleto 1
Selene (Infundir Valor +3)
Paexter (Infundir Valor +3)
Lynariel (Infundir Valor +3)
Jarlath (Infundir Valor +3)

¡Turno de todos menos de Enansal!

- כלים פילוסופיה פסיכו. ??משפטית קצרמרים ארכיאולוגיה לוח אל, המחשב פסיכולוגיה!!^* El grito, racial, ronco, salió del fondo del pecho del enano en su idioma natal, ya olvidado por muchos, cuando vió que uno de los esqueletos a los que se enfrentaba, daba un giro, y teñía su acero, viejo y oxidado, con la sangre de la extraña elfa que, en esta ocasión había tomado la forma de una especie de gato de gran tamaño.

Era consciente de que sus compañeros le habían seguido en esa carrera alocada hasta la posición de los esqueletos. Sabía que era importante anular su capacidad con los arcos, pues, desde su estratégica posición, sería cuestión de tiempo que alguno de sus compañeros cayera, y... - Que demonios, me apetecía desmembrar a aquellos sacos de huesos!! Hacerlos pagar por la sangre derramada de nuestra compañera caída!! Por la vida arrebatada!!!, pensó el rudo enano, apretando los dientes.

Sin perder de vista el pequeño precipicio que había al sur de su posición, pues caer por ahí embutido en su armadura probablemente no fuese una experiencia digna de recordar, y aun enardecido por la canción entonada por Jarlath, que aun resonaba en sus oidos, levantó el hacha, gruñendo por el esfuerzo, dispuesto a hacerle pagar a esos esqueletos toda la rabia y la frustración que este combate había generado en él.

La barrera de humo se disipó, y Jarlath pudo ver claramente a los cadáveres reanimados. Selene intentó ejercer su voluntad sobre los monstruos; Jarlath sintió tenuemente los hilos del poder a medida que estos viajaban por el espacio hacia sus enemigos. No obstante, los hilos mágicos se hicieron añicos al tocar a los esqueletos. El demonio que los movía era poderoso, y no sería fácil contenerlos.

Mientras Lynariel corría a la refriega a toda velocidad, el pájaro en el que se había convertido Enansal perdió su plumaje para transformarse en un felino, que recibió el crudo impacto de la herrumbrosa espada de uno de los seres de ultratumba. Jarlath apretó los dientes, furioso.

«Solo un poco más… Ya casi hemos vencido…».

¿Vencido? ¿Sería una victoria, al fin y al cabo? ¿Puede considerarse una victoria intercambiar la vida de un ser sintiente y pensante por la existencia de un puñado de carne y huesos putrefactos? Mientras se hacía esta pregunta, Jarlath no pudo evitar cruzar su mirada  con Hroldar. Incluso el curtido augur avvarita parecía dubitativo, sin saber muy bien qué hacer. Sin embargo, cuando vio que Paexter destrozaba a uno de los esqueletos, su alma se llenó de esperanza.

Colgando su ballesta a la espalda para que no le estorbase, el trovador lanzó otro bramido de su cuerno, una declaración de intenciones. Continuó recitando sus amenazadoras palabras:

Allez! La honte vous accable!

Le remors suit votre pas!

Mais enfin l’heure sonne!

Mourez! Et si le Faiseur vous pardonne,

soyez maudits ici bas!*

El humo se disipa finalmente para mostrar a otro de los esqueletos quebrarse como madera astillada, a consecuencia del golpe de Paexter. Si debería alegrarse o no de ello, de que hubiera un monstruo menos suelto por el mundo, de que la muerte de Elietta hubiera sido vengada, era algo que la tevinterana no sabía decidir. Pero, fuera cual fuera la respuesta, ella no podía evitar sentir otra cosa que tristeza y cansancio.

¿Realmente eran tan importantes los secretos de la orden? ¿La muerte de una compañera era un pago adecuado a cambio de la vida de unos desertores? Estaba segura de que el Comandante Dernheim estaría de acuerdo. Para eso eran Guardas Grises, ¿no era así? Selene comprendía, mejor de lo que le habría gustado, que a veces los sacrificios eran necesarios. Sin embargo, un sacrificio era una ofrenda dolorosa a cambio de una necesaria retribución. Pero aquel era un pago que no suponía ninguna recompensa. Era demasiado absurdo como para calificarlo con una palabra tan noble, y la maga solo podía pensar que más bien era un daño colateral.

Cerró los ojos, apoyándose en su bastón, guardando sus energías mágicas para más adelante. A fin de cuentas, no sabía cuánto tiempo tendrían que seguir dando vueltas para cumplir esa misión infructuosa, y prefería guardar sus fuerzas para lo inesperado. ¿Cuánta sangre tendrían que verter para castigar a unos reclutas? ¿Cuánta sangre tendrían que verter con el único objetivo de que otros sangraran todavía más?

-Uno más...- pensó, escuchando los sonidos del combate -Hacedor, no permitas que tanto sufrimiento haya sido en vano.

Lynariel no perdió de vista al esqueleto, aguardando un golpe por parte suya que por suerte nunca llegó. Fue Paexter quien recibió el ataque del esqueleto, aunque sin ningún tipo de consecuencias. Su grito de guerra fue el preámbulo de un devastador impacto de hacha sobre el otro esqueleto. Ya sólo quedaba uno de ellos.

Sin más dilación, la dalishana levantó ágilmente su Dar'Misaan para tratar de finalizar de una vez por todas aquel fatídico combate. La imagen de su otra compañera inerte en el suelo permanecía en su mente, la impotencia de ver su cuerpo sin poder hacer nada por ayudarla hacía hervir su sangre. Su espada, que ya había probado la carne putrefacta de las otras criaturas, buscaría una nueva víctima para calmar su sed.

- Acabemos con esto.- gruñó, al mismo tiempo que dos rápidos golpes cayeron sobre el torso del esqueleto.

PG: 45/62

Ataque Asalto Completo a Esqueleto D6.
1º Ataque: 31; Daño: 16
2º Ataque: 26; Daño: 16

El esqueleto explotó en medio de un montón de astillas de hueso cuando el hacha de Paexter lo castigó dos veces. No osbtante, el impacto del Dar'Misaan de Lynariel contra los amarillentos huesos de su congénere sólo emitió un sonido chirriante de lo más desagradable; un par de ellos se partieron pero la criatura seguía en pie y lanzó una estocada contra la dalishana que le trazó un largo pero poco profundo corte en uno de los brazos.

El esqueleto de C7 (Esqueleto 1) recibe 17 y 24 puntos de daño de Paexter, reduce 10 y 10 respectivamente con lo que recibe un total de 21 puntos de daño y muere.

El esqueleto de D6 (Esqueleto 2) recibe 16 y 16 puntos de daño de Lynariel pero reduce 10 y 10 respectivamente con lo que recibe un total de 12 puntos de daño.

El esqueleto de D6 (Esqueleto 2) ataca a Lynariel y le hace 3 puntos de daño.

Mapa grande

Iniciativas

Esqueleto 2
Enansal (Infundir Valor +3)
Hroldar (Infundir Valor +3)
Selene (Infundir Valor +3)
Paexter (Infundir Valor +3)
Lynariel (Infundir Valor +3)
Jarlath (Infundir Valor +3)

¡Turno de Enansal!

Enansal recibió el espadazo con un rugido, casi al mismo tiempo que el esqueleto era sacudido como un pelele descordado por el hacha del enano. Pedazos de hueso descarnado se precipitaron como una funesta granizada sobre su pelaje manchado de sangre.

Impulsada por el dolor de la laceración, rodeó al único cadáver que seguía luchando. Saltó sobre su espalda y cerró las mandíbulas alrededor de su cuello.

A. Mov: Mueve a D5 (evitando AdO)
A. Est: Ataca a Esqueleto en D6. El mordisco hace daño penetrante y perforante.

Dejo desagregados los bonos de ataque y daño, por si he metido la pata en algún lado:

Ataque: +4 (base) +3 (FUE 16) +1 (Cambio de forma) +2 (flanqueo) +3 (moral) = +13
Daño: 1d6 +4 (FUE 16, arma natural primaria) +1 (cambio de forma) +3 (moral) = 1d6 +8

El cuello del esqueleto se quebró bajo la presión de las mandíbulas y el muerto viviente se descompuso como si el demonio que lo poseía le hubiese dado por salir corriendoe de allí. Enansal cayó al suelo como un fardo en medio de un repiqueteo de huesos polvorientos que rebotaron sobre ella y sobre la fría roca.

Al fin se había terminado.

No obstante, el silencio inundó la sala como si de una tenebrosa entidad viviente se tratase. Tan solo se escucharon las quedas pisadas de Yadda, cuyas pezuñas repiqueteaban ligeramente al caminar sobre piedra desnuda.

El Familiar se había puesto a cubierto tras unas estalagmitas para no ser una molestia para vosotros pero ahora que todo había acabado se apresuró a volver junto a su dueño.

—Hemos ganado la liza—dijo frotando la cabeza contra la pierna del avvarita—. Pero esta victoria sabe a ceniza.