Partida Rol por web

.-Después de la guerra con la aldea Karongo quedamos pocos guerreros vivos. Murieron casi todos los guerreros y cazadores. Heroe por vivir... El hambre vino de la guerra. Muchos debiles que alimentar y casi todos los fuertes muertos-. Le conto sin imaginarse como podia su interlocutor entender su situación.

-Ahhh... un heroe de esa clase. +responde, como si lo explicara todo. Se escucha un sonido firme, como algo pesado apoyandose en el suelo+ Bien... Entonces, Tiago, matalo. Con el puñal y las manos, por favor +añade, cuando el joven alza la pistola+... es lo honorable. Y tu, hombre negro, recoge esa hoja que dejaste. Veamos si tu brazo y la fortuna te compran la vida nuevamente...

No dice nada mas. Su desicion esta dada.

El muchacho se guarda la pistola en la espalda entre tanto, cambiando el puñal a la diestra a continuacion, sin perderte de vista ni un momento. Pero espera hasta que vayas a por el machete para lanzarse contra vos, con el rostro rigido y la mirada vidriosa de un fanatico, obedeciendo la orden sin la menor vacilacion...

Magocto dudo seriamente que pudiese luchar contra ellos y más bien pensaba que iba a ser ejecutado con el aire ceremonial del combate. Se movio hacia su machete con agilidad y encaro al oponente que se le echaba encima pensando que la lucha contra los dioses era cuanto menos futil.

El joven actua sin vacilacion, y sus movimiento son letales, precisos. El puñal es una hoja curva y bien afilada, similar a una garra. Aunque mas corto que tu machete, el compensa eso con una velocidad sorprendente para acortar distancias. 

Al momento de atacar, sientes como su acero acaricia tu vientre!

Magocto movío su arma tratando de dirigirla contra su adversario con rapidez y desesperación. Pensaba que no podría vencerle desde un primer momento y la duda no hizo, que a pesar de la agilidad con la que podía haber actuado, se adelantase en el tajo.

Al sentir masivo dolor en su cuerpo causado por el ataque del puñal del enemigo, no pudo mantener el ataque, y viendose mermado por el mismo, su machete deslizó de sus mano al suelo, sin que pudiese hacer más que un gruñido lastimero, una mueca y dientes apretados.

Enarca una ceja, cambiando el cuchillo de mano a la vez que adopta una pose defensiva, preparado a bloquear con el puñal por delante, y el cuerpo ladeado para presentar el menor perfil...

-Levanta el corte, heroe... +indica, con cierto sarcasmo pero tambien con expresión seria+ Se me enoja el patron si te mato desarmado. Una vueltita más...

El patron al cual se refiere no hace ni el menor ruido, oculto en las sombras. Ni un comentario, nada. Pero podes sentir su presencia en el lateral, observando fijamente la pelea.

Echandose la mano izquierda en la herida dijo.-¿Tu no eres un dios? ¿verdad?-. Pensó que si hubiera sido lo que pensaba ya habria muerto con solo recibir el contacto. Con la derecha se acercó a recoger su arma para prepararse al segundo asalto.

Sonrie de medio lado. Parece encontrar divertidas tus palabras.

-¿Dios? Si te referis a uno que regala muerte y dolor, para vos si lo soy... +responde, atacando de nuevo con velocidad relampagueante. El acero esta vez va hacia tu pecho, sin mas juegos. Una puñalada recta y firme, como un colmillo hacia tu corazon.

Magocto no pudo detener el ataque de aquel hombre y al recibir el impacto en el pecho, trato de interponer su mano desarmada sin exito recibiendo la puñalada directamente, y poco después retrocedio un paso atrás. Al alejarse del arma, la sangre comenzó a brotar intermitentemente como si hubiese alcanzado una arteria importante. Trató de mantener el equilibrio, pero solo consiguio resistir lo suficiente como para desplomarse de espaldas hacia el coche abrasado. Le costaba respirar en esa posición y sus ropas estaban cada vez más empapadas en sangre mientras casí solo guardaba un minimo de consciencia para mirar el cielo oscuro esperando la muerte.

-Bueh... no duro nada. +murmura, encogiendose de hombros. Se pone en cuclillas a tu lado, aproximando la daga a tu cuello+ Tranquilo, ahora te va a dejar de doler. ¿Unas ultimas palabras, heroe?

Su acero esta calido, manchado con tu sangre. Es muy perceptible contra la oscura noche y el frescor que trae. La persona en las sombras, dios, monstruo o quien sabe, no dice nada. Pero podes sentir su atencion en la escena, una mirada profunda e incomoda mientras la derrota va dejando paso al frio de la muerte.

El hombre agonizante no dijo palabra. Solo espero el momento que iba a llegar sin que pudiera evitarlo. Deseaba vivir pero sabia que en este punto no había posibilidad de cambiar las cosas. Ya estaba en manos de sus asesinos y la palabra no tenia sentido.

Entre la sombra se hace visible una figura, aproximandose. Borrosa al principio, pero inconfundiblemente felina.... Es grande, algo mas que una persona. Parpadeas con tus ultimas fuerzas, mientras el pecho duele, y el frio sube por tus plantas de los pies y los muslos, a medida que el corazon se detiene...

En un momento, un segundo, lo tienes frente a ti, a tu diestra. El muchacho que te matara ha retrocedido levemente e inclina la cabeza, aunque su cuchillo no ha abandonado tu garganta ni un centimetro. El animal parece... pensativo.

-¿Quieres vivir? +pregunta finalmente, la voz grave y profunda que habias oido en la oscuridad. Los labios se han modivo, aunque parece imposible que modulen un sonido como ese... Hace cada vez mas frio en la noche veraniega, mientras la sangre corre por tu pecho y vientre, regando la tierra santafesina...

Sus ojos entreabiertos observaban al animal aparecido, sin tan siquiera poder levantar el peso de su cabeza para observarlo mejor. Si pudiera sorprenderle ser hablado un por un felino, el aturdimiento causado por el dolor y la debilidad fisica le denegaban un pensamiento critico para ello .-Si-. Su voz sonó energica para su estado.

Los ojos se te nublan. Ya solo hay oscuridad. Todo lo que queda es el oido y el frio que crece. El aire es cada vez mas dificil de llevar a los pulmones, que se sienten humedos, pesados, estrechos...

-¿Para que? +le oyes preguntar. Es la ultima pregunta, tu cuerpo no da mas. La tierra lo reclama, el precio para liberar el espiritu que se agita dentro... Casi te parece oir a las voces de tu pueblo llamandolo.