Partida Rol por web

Lugh no entendía que ocurría. Custodió a Luz todo el tiempo, pero su curiosidad innata le había intentado jugar más de una mala pasada, y sus piernas no dejaban de tensarse constantemente, ansiosas de salir revoloteando entre los guardias para enterarse bien de lo ocurrido. Pronto comenzó a oír detalles de la historia: Que había habido una pelea, que uno de los otros estaba herido, que el tipo arrogante del fuego estaba inconsciente, o muerto... Demasiada información, pero solo detalles vagos, difusos y borrosos, dichos de pasada

Y luego estaba la gemela. Ahí delante, dormida, casi parecía la propia Luz, y si no hubiera sido por lo diferente de sus posturas casi habría jurado que veía doble

Sois como dos gotas de agua

Lugh miró a su compañera con expresión expectante, como si esperara que esta le contara algo... Aunque sabía bien que estaba tan perdida como lo estaba él. Desistiendo en su intento de conocimiento, se acercó un poco más a la chica que ahora dormía a su lado

Aijentarinji. Así dijeron los guardias que se llamaba. ¿Crees que es su nombre de verdad?

No sería tan extraño que no fuera así. La propia Laicos había viajado con un nombre falso hasta la fecha, e incluso había logrado engañar a Lugh durante un tiempo, antes de descubrir quién era en realidad. Claro que, por otra parte, engañar a Lugh no era tan complicado

Luz observaba a la chica en silencio.

-Si que se parece a mi Lugh -dice algo absorta en sus pensamientos- tal vez se llame así Aijentarinji, ¿quién se iba a inventar un nombre así.

Se asoma un momento a la puerta de la habitación para ver si realmente están seguros y vuelve a tu lado.

-Creo que hoy estaremos totalmente seguros aquí-te dice mientras coge una manta-voy a dormir aquí con ella, tu...-duda un instante- vete a descansar también Lugh, mañana será otro día complicado.

Suspira al decir esto mientras mira "vuestra" hermana con preocupación.

Lugh asintió y sonrió de forma despreocupada

De acuerdo. No te preocupes, Luz. Seguro que todo se arregla

Se acercó a la puerta, pero antes de salir volvió a girarse

¿Quieres que me quede aquí para vigilar que no pase nada?

Era una pregunta totalmente inocente, a pesar de lo que pudiera parecer

-No hace falta Lugh-te dice con una cálida sonrisa- pero gracias.

Tras esto, se recuesta junto a su hermana con la única iluminación que le proporciona una pequeña vela. 

Jefe, dado que yo iba con los guardias, cabría la posibilidad de intentar una tirada de medicina para evitar que Ethan muera, y si acaso dejarlo como moribundo. Esto considerando que en el post anterior dije que iba con los guardias.

Y bueno, sobre los Puntos de Destino, creo que lo confundí con los de Warhammer; aún así son buenos.

Sobre esto, los personajes jugadores, tienden a tener 3 puntos de destino.

Lugh asintió, y luego se dispuso a cerrar la puerta

Buenas noches. Si necesitas cualquier cosa, estaré aquí cerca

Luego cerró la puerta y estiró los músculos. Había sido un día movido, desde luego. Pero, sorprendentemente, no tenía demasiado sueño, así que decidió ir a ver a los otros. Había oído que Ethan estaba herido, o muerto, y quería ir a comprobarlo

Os encontráis velando el cuerpo de Ethan y vigilando el estado de Howard. Parece que no ha habido infección, el medico le ha curado la herida de forma satisfactoria y la ha cosido, así que Howard ahora mismo está medio consciente por el dolor.

Lugh entra por la puerta, era el único que faltaba, se había ocupado de acompañar a Luz y su hermana aún dormida en estos primeros instantes y ahora aparecía para interesarse por lo ocurrido.

Al ver el estado de Ethan, Lugh palideció un poco. Se sentó junto al resto, sin apartar la vista de su cuerpo

¿Está...?

No llegó a terminar la pregunta

Estaba mareado. Tenía miedo de incorporarse y la pierna aún le ardía, no con la misma fuerza lacerante de las heridas recientes, sino con el consistente dolor ahogado que acompaña a una lenta recuperación.

Lugh acababa de entrar a la habitación.

-Si.. - Respondió con un hilo de voz a la pregunta que éste no había terminado de formular.

-Gerard... ¿Por qué? - Dijo en un susurro armado de odio y rencor.

Alan se encontraba sentado en una silla, lejos del cuerpo de Ethan y con la mirada cansada. Si alguien se hubiese dado la vuelta y le hubiese mirado directamente, le habría encontrado masajeándose los párpados con una pie apoyado sobre su rodilla y la cabeza gacha. No conocía tanto a Ethan como para llorar su muerte-Para ser sinceros, allí no conocía a nadie-Pero eso no quitaba el shock que había supuesto para el muchacho ver como su vida se extinguía bajo el acero de Gerard. Eran muchas las preguntas y muy pocas las respuestas, pero Alan estaba tan perdido como el que más.

Lentamente, casi con parsimonia, fue incorporándose y se dirigió hacia Lught y Howard.

-Iré a hablar con la guardia, por si necesitáis algo de mí.

Sin esperar la respuesta de ninguno de los dos, se dio la vuelta y salió de la sala.

Alan salió de allí y se dirigió al cuartel, dispuesto a hablar con Gerard.

Aún no podía entender como Ethan había podido caer en combate, se que el solo podía encargarse de Gerard, el podía. ¿Qué fue lo que pasó?. El estaba ganando, el nos dio la vía de escape, para que saliese con la chica. ¿Cómo fue que todo terminó así?.

-Ethan, hermano...

El tenía fantásticas habilidades. Era un mejor maestro marcial que yo, conocía las técnicas legendarias... era fuerte, valiente y... y tenía mucho por enseñarme, mucho por aprender.

Los tres... los tres teníamos un camino, un destino. Los tres recorreríamos el camino, este era el comienzo de nuestro viaje, este era el comienzo de nuestra aventura. ¿Cómo pudo haber acabado así?.

Que diría a su familia, ¿quien lo esperara en casa?, ¿que cuentas entregaría a su maestro?. ¿Cómo podría seguir con esto?.

-Hermano...

Ayer... ayer apenas estabamos en al taberna, yo cantaba y recordaba... y el. El... Ai. ¿Que le diría a la joven?, a las gemelas. ¿Las gemelas?. Todo era muy extraño, todo giraba extrañamente a su alrededor, ya no erán dos,  sino tres.

-Amor, ... iluminame.

Diosa de rubios cabellos, dame fuerzas. Dime que debo hacer. Por favor, salvame, necesito... necesito de ti.

Lugh miró el cuerpo de Ethan durante unos segundos, en silencio. Luego suspiró

Escucha, pequeño komaneko. Todo en esta vida tiene alma. Las piedras, las plantas, los ríos... Todo. Pero, de entre todas esas cosas, la vida siempre prevalece. La vida es lo más importante. Ningún objeto, ninguna montaña, ningún ser inerte será nunca tan importante como un alma viva, sea un conejo, un humano, o un espíritu de la naturaleza. Todo gira alrededor de la vida en Gaïa. No podemos negar lo que somos, y debemos respetar el ciclo natural. Pero cada vez que caces para alimentarte, cada vez que quites una vida por cualquier razón, acuérdate de lo que supone tu acción para el mundo. Y respétalo. Pues algún día, tú y yo pasaremos a formar parte de ese ciclo

Hermano, amigo mío La voz de Lugh no era más que un susurro, como si el joven estuviera perdido en alguna clase de ritual u oración personal. Sin embargo, alguien lo suficientemente atento podría escuchar sus palabras si prestaba atención Respeto tu última hora, y espero que tu alma encuentre el descanso eterno. Rezo para que volvamos a encontrarnos en el flujo de las almas, y seamos uno de nuevo, como al principio de los tiempos

Bajó la cabeza levemente en señal de respeto. Puede que Ethan fuera un inconsciente y un arrogante, pero había demostrado ser un gran guerrero... Y había algo en él que parecía indicar un buen corazón. Puede que no le conociera apenas, pero eso no implicaba que no lamentara su muerte

Todo es uno.Todos somos uno

Una vez concluyó, dejó unos segundos más de silencio antes de girarse hacia Howard y acercarse un poco para verle mejor

¿Te importa que le eche un vistazo a tus heridas?

Howard escuchó las palabras de Lugh, aunque ni comprendió ni oyó todo lo que este dijo si le quedo claro que se dirigía hacía Ethan, tal vez se tratara de algún tipo de ritual de otra religión.

Ethan nunca dió muestras de ser católico, se lamentaba de no haberle preguntado acerca de su condición espiritual, tal vez él hubiera podido iluminarle en estas horas en las que su fe se volvía a tambalear traición tras traición.

Había algo en el guerrero que le distinguía de los combatientes que había conocido Howard antes, cierto tipo de sabiduría, que ahora se había perdido para siempre.

"Teníais que haberos quedado al margen de esto. Yo habría podido solo. Ahora está todo más complicado." 

Las palabras de Ethan resonaban con fuerza en su cabeza, quizá si él no hubiera estado allí ahora todavía seguiría vivo. Se había pensado que unos pocos meses bastaban para enseñar a combatir a alguien y eso le había costado la vida a uno de los pocos amigos que había hecho en mucho tiempo.

De pronto las palabras de Lugh le volvieron a traer a la realidad.

-Para nada, mira lo que quieras. 

Lugh observó las heridas de Howard durante unos segundos. Luego levantó la tela con delicadeza para ver una de las más grandes mejor. En su mente parecía estar fraguándose algo, y su rostro lo traicionaba. Sin embargo, la duda que pudiera albergar no tardó en desaparecer. Miró a Howard con decisión, y luego echó un vistazo por la habitación, en la que solo estaban él, Nyphel y el herido, como si se asegurase de que no hubiera más espectadores no deseados

Espero que no me juzguéis por lo que voy a hacer Dijo entre susurros

Acto seguido colocó una mano sobre la herida que había destapado