Partida Rol por web

Lo siento, pero yo me voy a quedar aquí recuperandome. Además como me cruce a ese malnacido no se que le puedo hacer.

Si... yo... yo quiero ir a verle.

El capitán te informa de que puedes descansar tranquilo. Va a dejar un par de guardias custodiando tu puerta por si la pierna te duele mucho y necesitas algo.

Por lo demás, puedes descansar sin problemas gracias a la curación de Lugh.

Te diriges hacia el cuartel de la guardia. No es un paseo demasiado largo y la noche aunque algo fresca se hace disfrutar. Por desgracia en tu mente, hay demasiados pensamientos y sientes que la calma no puede llegarte.

Cuando te encuentras cerca del cuartel observas que Alan sale del mismo.

Suspiro un momento, y apretando mis nudillos me acerco a Alan.

-Disculpe capitán, en un momento lo alcanzo. -Digo para indicarle al capitán que me espere adentro.

Sin parar de andar, Alan se gira hacia Nyphel para mirarle a los ojos.

-He hablado con Gerard. Me ha dicho un par de cosas que pueden ser interesantes. Voy a ver si descubro algo sobre los secuestros.

Mira a su interlocutor, preguntando en silencio qué iba a hacer él. ¿Le acompañaría o se quedaría en la posada para transmitir la información?

Escuchais un tambor rítmico, lento y profundo...Pom pom...pom pom...pom pom...

Tenéis los ojos cerrados ¿o tal vez está demasiado oscura la habitación? por un momento tenéis que percataros de eso, os concentráis y os dais cuenta de que es la habitación, está completamente oscura.

Huele a incienso y poco a poco vais siendo más conscientes de lo que os rodea aun sin poder verlo. Sentís la presencia del otro y escucháis su respiración y la de alguien más.

La respiración era pesada. Tenía algo de frío, pero era más una sensación repentina debida a haberse despertado de forma súbita. ¿O seguía dormido? No podía asegurarlo. Intentó discernir que había a su alrededor, pero estaba dando palos de ciego. Había otra respiración... ¿Howard? Tenía la extraña certeza de que era él, quizás porque, en los sueños, hay cosas de las que estamos seguros sin necesitar prueba alguna. De hecho, ni siquiera recordaba que el chico se hubiera presentado. Pero sabía que se llamaba Howard. Qué extraño. Se removió en su lecho, pero sus músculos estaban agarrotados y su boca, seca. Y ese tambor... Se clavaba en sus oídos como los clavos de un carpintero, y a cada golpe su vello se erizaba, como avisándole de un peligro inexistente ¿A qué olía? El ambiente estaba cargado. Y la otra respiración...

No había duda: Laicos había vuelto a atraparles

Se acercó, reptando, hasta su compañero, y susurró unas palabras a su oído, intentando no alzar la voz para no despertar a quién fuera que fuese el portador de esa tercera respiración

Howard... Despierta... Estamos en peligro

Howard aun se encontraba confuso tras despertarse. ¿O seguia soñando?

Había algo extraño en ello. No le gustaba despertarse en una habitación totalmente a oscuras. No desde que apresaron a su familia.

Cuando esos pensamientos cruzaron su mente comenzó a sentirse agitado, todavía se acordaba demasiado bien de esos confusos momentos, los gritos en la oscuridad, las cuerdas y el brillo del acero.

Se obligó a tranquilizarse.

¿Que demonios era ese tambor? ¿Era eso lo que le había despertado? La verdad le sorprendía normalmente no le hubiera despertado un ruido así. 

Junto a él podía oír a más gente, diría que dos personas pero no estaba seguro. Le parecía que compartía la habitación con Lugh, ¿o era con Nyphel?, ahora mismo no estaba muy seguro de nada.

¿De todas formas quien era la otra persona?

Durante un segundo se relajó al pensar que sería Ethan. Pero Ethan ya no era más y eso era culpa suya en parte.

La pierna le dolía y no veía nada, así que permaneció callado intentando ver o escuchar algo.

Acompaño a Alan unos metros.

-Entonces ve con Howard, hablaremos de eso mas tarde. Yo... yo también tengo que ir a verlo. Tengo... tengo que saber por que lo hizo. Necesito. Necesito saberlo.

Tras decir esto, camino de nuevo hacia el cuartel.

Te mantienes a la escucha, atento y entonces percibes unos ligeros pasos que se acercan a ti.

-Howard... Despierta... Estamos en peligro te susurra. Sin duda alguna es Lugh, le reconoces, no es por su voz, simplemente lo sabías casi de antemano. ¿Peligro?

Apenas os acabáis de comunicar y un instante después, Lugh enciende una vela ¿o ha sido Howard?. Ambos pensáis que ha sido el otro y no le dais más importancia. La luz os reconforta levemente.

Observáis la habitación en la que os encontráis. Es una habitación circular con muros de piedra y cuatro ventanas cerradas. Hay varias camas en la habitación pero estáis solos aunque se sigue escuchando una tercera respiración, muy cercana y muy serena. No podéis localizar su origen pero sabéis que está ahí.

Los tambores siguen sonando rítmicamente y en ese momento descubrís que aparte de las cuatro ventanas, también hay dos escaleras de caracol hechas también en piedra. Una sube y otra baja.

Lo que se temía

Escucha, Howard Lugh mantiene el tono bajo, como si temiera que el portador de esa misteriosa respiración pudiera aparecer en cualquier momento En estos momentos estamos en un sueño, creo. No es la primera vez que pasa, y no encuentro otra explicación. Pero que sea un sueño no implica que no podamos sufrir daños... O incluso morir. Debemos intentar alcanzar una zona segura cuanto antes, luego habrá tiempo para explicaciones. Sé que suena difícil de creer, pero te prometo que no te estoy mintiendo

Le miró a los ojos con expresión algo nerviosa. Parecía sincero

Mira, muy bien, no se de que va ésto pero te sigo, este sitio no me gusta nada. - Le dijó lo más bajo que pudo, más como un reflejo a su propio tono que por voluntad propia.

Howard miró a su alrededor. 

Muros circulares.

Es imposible que me hayan traído sin que me despierte con la pierna en este estado... 

¡¿Y la luz?! ¿De donde sale?

Debe ser una torre. ¿bajamos?

De acuerdo, bajemos. Ven, apóyate. ¿Qué tal está tu pierna?

Le ofreció su cuerpo como soporte para poder caminar con facilidad. A pesar de su aparente seriedad, en su rostro se dibujaba cierto aire de curiosidad, como si una parte de él estuviera deseando ver que había bajo las escaleras

Ya no duele tanto. 

¿No vamos a hacerle caso a eso?

Oye Lugh creo que aquí hay alguien más aquí... ¿No oyes eso? -Le susurró al oído mientras le pasaba el brazo por el hombro para echar a caminar junto a él.