Partida Rol por web

Una de las veces que el haz de luz pasa por la ventana se refleja en la estancia y vuelves en ti. No sabes el tiempo que ha pasado. Tienes algún eco de Declan hablándote, haciéndote gestos, pero nada más. La buhardilla sigue a oscuras, pero estás más tranquilo.

Oscuro...

Está oscuro...

¿Me estoy ahogando? ¿Hundiendo? ¿Un zombi en un túnel?

No veo nada, no veo nada, no hay nada, ¿la luz?

Espera, allí, allí hay una luz... Espera... Vuelve, Xose, vuelve...

Abrí los ojos. Declan estaba allí. Creo que no se ha ido, creo que ha estado ahí todo el rato. 

-¿Declan? ¿Eres tú? - Sabía que era él, y con un par de parpadeos lo comprobé. - Lo... Lo siento. No soporto la oscuridad. Bueno, si no tengo a mano posibilidad de tener luz... Me falta... Me falta... Mi bombilla... Necesito... ¿Donde estamos? ¿En esa casa grande? ¿Qué hay aquí? ¿Algo de luz?

Agradeci no estar solo, eso siempre ayudaba. Pero necesitaba una luz. Ya. No la luz, la seguridad de saber que podía encenderla y no estar a oscuras... Por favor, Declan, di que has localizado una luz... 

-¿Qué has visto?

Tardé unos minutos en darme cuenta de que lo que tenía paralizado a Xose no eran heridas, al menos no del cuerpo. Se trataban de las que a simple vista no se ven y tienen una curación más lenta y dolorosa, las mentales.

Por un instante no sabía si sería mejor sacarle del trance en el que se encontraba o simplemente permanecer a su lado. Opté por esta última, pero sin perder de vista que nos encontrábamos en plena busca y captura. Me di un margen para actuar y tomar la iniciativa, en el caso en el que sintiese que hubiesen entrado en la casa, cogería a mi compañero, a rastras si hiciese falta y lo escondería junto a mí.

No hizo falta porque volvió a la realidad y su única inquietud era la oscuridad, la temía. Y en ese momento fue tal su vulnerabilidad al contarme su mayor temor, que no pude hacer otra cosa que silenciar sus demonios - Tranquilo Xose, no te preocupes, aquí al lado tenemos una lámpara, tendrás luz. Pero ahora no podemos encenderla, ¿recuerdas que nos están buscando? ven, vamos a escondernos aquí y ahora en un rato la encendemos- lo agarré por el brazo de manera que, suavemente, forzarlo a que se incorporase y se viniera al rincón del armario.

-Si... Si... El calabozo, los guardias... Clemente... Recuerdo, si... - inspiré profundamente, y sobre todo, cuando me dijo que tenía una lámpara, la mente se me despejó. No era la seguridad de mi lámpara solar, pero... Quizas evítase que me agobiase en esos momentos. A veces saber que había una posibilidad de tener luz me tranquilizaba. 

-Vale, vale... Dame unos segundo para centrarme... - Miré a mi alrededor, intentando ver lo que había allí, y calmarme, pero Declan me llevo a donde un armario. Habría visto que era el mejor escondite. - ¿Has visto todo? ¿Estamos seguros? Si estamos donde creo... Tenemos una posibilidad. 

Una vez recobráis la normalidad, oís ruido en el piso inferior. Alguien entra, parece la voz de Gardel, acompañado de otros dos. Siguen hablando sobre vosotros, oís a medias lo que dicen, y entre muchos ruidos y balbuceos sin sentido podéis distinguir algunas cosas que os alarman, como "ataque a Hoke...", "A Torre y Loroño han caído...", "todo va según lo planeado...", "llegada de la Purga...", "el momento se acerca...", "hordas..."...

Esta es la casa del Alguacil, la que fuera de Clemente y ahora de Gardel, al parecer. El dormitorio en el que os encontráis, esta buhardilla, es donde Gardel duerme, en teoría. Aún es de noche. Estáis tras el armario.

Miré a Declan, con la mirada medio enloquecida. Quizás pensase que me estaba dando otro susto, pero nada que ver. Sencillamente, ¡aquella era la casa del alguacil! Antaño la de Clemente... Y eso me hizo recordar una cosa. 

-Declan, no se se recuerdas como los muchachos llegaron a Hoke, pero cuando pasaron por Moraime salieron por un túnel que estaba en la casa de Clemente... Entonces Alguacil. Ese túnel secreto debe estar ahí todavía. Podríamos buscarlo, y huir. Pero yo creo que ya, oyendo lo que oímos del ataque a Hoke, nuestras vidas valen más que nuestras cosas. 

De pronto, estaba preocupado. Los chicos sin nosotros, y ellos hablando de un ataque a Hoke, de la Purga, de hordas quizas de Zombis... Aquello era muy malo, muy malo, y había que avisar. Aunque quizás deberíamos también hacer algo con el alguacil, o quizás eso no parase nada. Miré a Declan. ¿Que debíamos hacer?Toda opción era mala

Al escuchar las palabras de los guardias hablando de los asentamientos que habían caído, no pude evitar pensar en la gente que allí conocí a Suárez, Moncho y a...el temor se ve vino de golpe al pensar que no muy lejos de allí estaba Belir. Luana y sus chicas sabían defenderse, pero aún así, temía por lo que les hubiesen hecho. Y por último algo de atacar Hoke, sabía que no era buena idea separarnos, algo dentro de mí intento que hubiésemos huido todos de allí pero ...ahora es tarde para lamentarse.

Lo que me cuenta Xose de los chicos de Hoke me suena a chino -¿Cómo? ¿Un túnel desde aquí? Yo en esa conversación no he estado presente, primera noticia- asombrado tras el nuevo hallazgo de una posible salida, mi mente comienza a sopesar todas las posibilidades a una gran velocidad.

-Xose sigo pensando que lo mejor es que nos mantengamos escondidos aquí, ahí fuera mínimo hay 3.  Suponiendo que el nuevo alguacil, el tal...¿Gardel? venga a dormir a su habitación, le estaremos esperando y si hace falta - hago el gesto de cortar el cuello.

Oís unos murmullos más y la puerta cerrarse. Entre los tablones desgastados del suelo se cuela la luz de la planta inferior, lo que os confirma que hay alguien todavía. Oís ruido de papeles, quien sea que esté, probablemente Gardel, está leyendo o escribiendo algo. La buena noticia es que está solo, o al menos no habla con nadie, no es fácil decirlo. Pasa un buen rato y nada cambia, afuera ya no se oye nada, así que la búsqueda o ha terminado o es que os están buscando ya lejos de aquí.

Susurro a Xose - Parece que está solo, pero no lo sabemos seguro,  aún así, sigo pensando que será mejor esperarlo aquí y pillarlo por sorpresa, ¿Qué te parece?- mientras espero su respuesta, a tientas refuerzo mi torniquete y me aseguro de que el corte está controlado.

Si, un túnel. Por ahí salieron los chicos de Moraime, o eso recuerdo. Lo complicado será localizarlo, y menos sin llamar la atención, pero... Era una salida. 

-Si, creo que iba a fuera de Moraime, a una granja, o algo. Podria ser nuestra salida, si, ojalá. 

Con las palabras que dice sobre que hacer me hacen mirar a Declan, y asiento. En ese lugar, por ahora, parece que está controlado mi miedo, así que prefiero no moverme por el momento, y menos separarme de Declan. De todos modos, le indico: 

-Prestemos atención, a ver si estuviera solo, si lo confirmamos con seguridad, podriamos atacarle. Y en esos papeles, podría haber algún dato... O incluso ser tu carta, y nuestros objetos. Pero solo si está solo... -Digo mientras intentó escuchar, viendo si había otra respiracion, otro movimiento... 

No hay nadie más. Al rato, y por los ruidos, estás completamente seguro de que sólo hay una persona en el piso de abajo.

Le doy un toque con el codo a Declan. He estado callado, casi sin respirar, paciente, esperando cualquier ondulación del aire como un sonido, como en una noche de pesca. Y Me doy cuenta. No hay nadie. 

- Está el solo. Nadie más. Seguro. Quizás deberíamos bajar y detenerlo, pedir nuestras cosas si están en la casa, y buscar el túnel. No sabemos cuanto tiempo estará solo, o cuánto tiempo tardará en venir otra persona... 

No se si bajar es buena idea o no, pero quedarse quietos seguro que al final sería una mala idea... 

Sopeso el plan de Xose - No me fio de que al bajar, Gardel grite y con eso alerte a posibles guardias que tenga en la puerta. Si mahoma no va a la montaña, que la montaña vaya a mahoma...- tras soltar el refrán, comencé a imaginar cuan probable era tener éxito con esa idea y hasta que no vi en la cara de mi compañero, que no lo había entendido del todo, no me di cuenta de que lo estaba, únicamente, trazando en mi cabeza - Eh...perdona, quiero decir que hagamos que él suba. Podemos hacer un ruido que llame su atención, pero no la de que dos fugitivos han entrado- miro a mi alrededor y se me ocurre- podemos o abrir un grifo o mover la puerta haciendo como si el viento la abriese y cerrase pero de manera incómoda, de esa manera subirá para cerrar la puerta o la ventana- y con mi cara de total confianza, esperaba convencerle

¡Una trampa! Quizás tuviese razón. Yo tenía miedo de bajar y que por medio, la oscuridad me asustase nuevamente. Quizás en ese entorno, algo más conocido ya, me pudiera servir para ser de ayuda. 

- Ahora si echo de menos mi red, amigo. Pero si tu crees que una trampa puede atraerle... Adelante. Estoy contigo. Y lamento no ser de más ayuda aun. 

Me fastidiaba mucho que en aquel momento me faltase mi lámpara. ¡De verdad que si! Pero había que salir adelante, por los chicos. 

Mientras decidís qué hacer, oís una silla arrastrarse. Silencio. La luz se apaga y otra más pequeña la sustituye. Algún ruido más como un cajón, un bostezo... es tarde, bastante tarde, y estáis en el dormitorio de la pequeña aunque más que decente casa. Mientras esperáis en silencio, los crujidos de la madera se van sucediendo a cada peldaño que Gardel sube, con una vela en la mano.

Estáis ocultos, y no parece sospechar nada. Abre la puerta y da un par de pasos dentro de la habitación. Tras él, la luz de la llama se mece, dibujando su silueta a contraluz.

Andábamos susurrando el plan cuando de repente, escuchamos como Gardel iba subiendo a la vez que empezaba a bostezar. Estaba clarísimo que venía a dormir. Ya no nos hacía falta llamar su atención, él mismo venía a nosotros.  No podíamos equivocarnos, teníamos que actuar rápidos y certeros. 

Le hice un gesto a Xose para que se quedase con el machete preparado en nuestro escondite. Yo me incliné un poco hacia delante, donde estaba la cama. Con mi machete corté un trozo de colcha y de inmediato tiré un poco de ella para que a simple vista no se notara el corte. Me quedé con el trozo de colcha en la mano preparada y en la otra mi machete, me eché para atrás y me coloqué al lado de mi compañero. 

Cuando Gardel entró por la puerta, dejé que se acercase a la cama y al colocar la vela en la mesita de noche justo al lado, lo sorprendí por la espalda. Con una mano tenía mi machete en su cuello y con la otra le coloqué el trozo de colcha en la boca,       -Ten cuidado con no hacer ninguna tontería, que ya no tengo nada que perder- lo tenía agarrado e inmovilizado y le empujé hasta la cama. - Busca algo con que atarlo- me dirigí a Xose

Me quedo muy callado. Estaba escuchando, y oigo, casi veo, como Gardel, o quien fuera, se comienza a preparar para ir a dormir. Me quedo helado. Al final, viene. Sólo hay que quedarse callado, y eliminarlo... o interrogarlo. Declan reaccionó muy rápido, y me dio instrucciones con la mirada. Quizás pudiéramos sacar algo en claro de ahí, estaba de acuerdo. Mucho peor no podía ser nuestra situación. 

Me preparé. Declan cogió un trozo de colcha. ¿Qué querría hacer con él? Me quedé quiero, casi sin respirar. Había luz, y eso se agradecía. Podía estar así horas, esperando a pescar... 

Gardel entró. 

Declan se abalanzó sobre él. Lo detuvo. Rápidamente fui a la cama, cogí la sábana, lo até con ella, usando algunos nudos marineros de los que tan orgulloso me sentía. Até sus brazos al cuerpo, de modo que cuanto más intentase escaparse más le apretarían los nudos. Cogí la almohada, su funda, y le até las muñecas. No había que dejar nada al azar. Y le conminé a que hablara: 

- No nos la juegues. Cuéntanos todo. Empezando por dónde están nuestras cosas. Esta amiga está deseando abrazarte...  - Indiqué mientras le ponía el machete en la espalda...