Partida Rol por web

El hombre queda atado, inmóvil, y con la boca llena de trapo. Os mira con ojos de sorpresa.

- Eres nuestro, Gardel. Asiente si vas a comportarte, y que sepas que con lo mínimo que hagas fuera de lo que deseamos, estás muerto. Que sepas que no te puedes desatar, es casi imposible sin ayuda. Asiente si vas a colaborar con nosotros, ¿eh?

Le amenazo insistiendo con el machete en la espalda, intentando ser amenazante. En la oscuridad y con un arma, y estando de espaldas, cualquiera era un verdadero temor para el que estaba siendo secuestrado. 

Le hago una seña a Declan, para que él lleve el interrogatorio, las personas se le dan mejor a él. 

Me quedo gratamente sorprendido con Xose, cuando veo su destreza haciendo nudos marineros con sábanas. Ya teníamos a nuestra presa inmovilizada así que comienzan las preguntas -Vamos a ir por partes, yo pregunto, tu contestas y mi amigo te dejará unas bonitas marcas en la espalda como no colabores. Pero para ayudarte a recordar- le quito una de sus botas y el calcetín, comienzo a hacer un leve corte en el dedo meñique -¿Dónde están nuestras cosas?- a la mínima intención de hablar me detengo

Gardel está quieto, pero nervioso, y mira a Declan. Al final asiente con la cabeza y se tranquiliza. Cuando lo quitáis el trozo de sábana de la boca, habla no muy fuerte, le tiembla la voz:

- ¿Lo.. que traíais? ¿En las mochilas? Lo he... repartido. Entre mis hombres. Yo... he guardado algunas cosas. Están abajo.

Miro a Xose al escuchar las primeras palabras de Gardel -¿Tienes guardias abajo o en la puerta?-quería saber cuánto estábamos arriesgando antes de bajar a por ellas

- Hay hombres por todas partes. Y os están buscando. De aquí no salís con vida, cabrones.

Apreté algo más el cuchillo, clavando la punta, y rasgando su espalda. Le amenacé: 

-No nos amenaces, el que está en peligro eres tú, así que responde a lo que te han preguntado. ¿Hay guardias abajo?

¿Qué cosas habría conservado? Era posible que la carta de Declan, y puede que su material de químico. Mío... No sabía. 

- ¡Vale! Vale... sí. Hay guardias fuera.

-¡Carallo Gardel! Te he preguntado DENTRO de casa... - Digo mientras insisto con el machete sobre el dentro de casa...- Un pequeño corte... Como aviso. ¿Y qué cosas nuestras te quedaste? - Me estaba enfadado, y no dejé a Declan seguir hablando, aunque me di cuenta de ello, y le hice un gesto de que siguiera él...

Necesitaba reconducir la situación, tal vez, no tendríamos tanto tiempo. - Como ves, mi amigo se pone muy nervioso- le dije a Gardel mientras lanzaba una mirada de complicidad a Xose.

- Pongámoslo en pie, bajaremos los 3 a por nuestras cosas. Y en caso de que la cosa se ponga fea, lo usaremos como escudo- le volví a meter el trozo de tela en la boca a Gardel. Comenzamos a bajar por las escaleras con la vela como única fuente de iluminación. Una vez abajo, reviso la estancia con la poca luz que hay. Vuelvo a preguntar al prisionero, pero sin destaparle la boca -¿Dónde están nuestras cosas? Da un paso hacia donde se encuentren- ambos lo teníamos agarrado, con la idea de que al tomar la iniciativa en la dirección sabríamos donde buscar.

Una vez abajo la luz de la vela ilumina la estancia. Hay varias ventanas, pero están cerradas con contraventanas de madera, nadie podría ver el interior. Es una sala amplia, con un amesa en el centro y varias sillas y un sillón. En una pared hay una gran estantería con documentos, algún arma y cajas. Dos puertas conducen a dos estancias más pequeñas, una a lo que fue una cocina, y otra es un armario. Todo está algo sucio y poco cuidado.

Imposibilitado por el trozo de sábana que le llena la boca, os indica con un gesto de la cabeza que vuestras cosas están en la estantería. Al acercaros podéis reconocer algunas de vuestras pertenencias entre otros tantos objetos útiles:

¡Maldita sea! Aquel malnacido había dado mi tridente. Y mi arpón. Maldita sea, ahora no tengo nada cómodo para combatir... Hmmmm. Al menos, al menos... Está ahí la red. Joder, la red. Bien. 

Miré a Declan, y le hice un gesto. Que se acercase él, y viese qué había suyo, o de su interés. Yo le indiqué rápidamente un par de cosas que eran mías, y las necesitaba de nuevo: la mochila de Xervasio, que era aquella de camuflaje, y la red. Y mi cuchillo. Estaban también unas botas impermeables, y mi lámpara solar. Oh. Si, mi luz. 

-Yo vigilo a este malnacido, Declan, coge tus cosas, y ahora cojo yo las mías. Y revisa sí está algún documento o algo interesante. O mejor, idiota, dime -​​​​​​-dije clavando de nuevo el machete- ¿Tienes algún documento de quien es la Purga y quién manda a los fráteres?

Habia que ser rápidos, y rezar por qué lo que se me había ocurrido... Funcionase.

¡Qué alegría me dio encontrar mis mochilas! una sonrisa se me dibujó en la cara. Mientras me hacía con todo, escuchaba lo que Xose le preguntaba acerca de la purga y los dichosos fráteres.

Mientras esperaba que hiciera un amago de querer responder, comencé a rebuscar y leer los papeles.

Gardel niega con la cabeza. si echáis una ojeada a los documentos son archivos de economato, listas de suministros, registros de nombres... es un archivo de gestión. Moraime hace una especie de aduana en la carretera entre Touriñán y Ferrol, y quizá todo esto sea documentación relacionada. Hay muchos libros de cuentas, muchos, otros de listas de nombres, de poblaciones... pero no parecen de los frateres.

Cuando le preguntáis por Purga, y sobre el líder de los frateres, Gardel cierra los ojos y vuelca su cabeza ligeramente hacia atrás, entendéis que no sabéis nada de lo que está ocurriendo.

Cada vez que pronuncias "Purga" algo en tu interior se estremece. Vienen a tu mente imágenes oscuras y ese rostro de tus pesadillas. Más que una visión es un sentimiento, pesado, triste, desagradable.

Como por el momento estamos a salvo, aparentemente, me gustaría curarme las heridas antes de comenzar a caminar. Rebusco en mi mochila a ver si está mi botiquín - Xose, voy a intentar curarme las heridas antes de empezar la aventura. ¿Puedes encargarte tú d éste?-

-¡Joder, no está mi botiquín!- exclamo cuando al rebuscar dentro de mi mochila no lo encuentro. Voy un segundo a la cocina a ver si encuentro algo que me sirva o si no, algo de comida.