Motivo: 1D 2X
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]
Antes de nada decidme si queréis coger algo del refugio. He hecho una tirada para ver quién tiene el walkie antes de salir y ha salido Declan, pero puede llevarlo cualquiera de vosotros durante la misión.
Declan se lleva todas sus cosas, le deja algo para el dolor a Gaspar, pero se lleva todo su equipaje completo.
Lo que llevo, el arpón, una de hierbas medicinales que dan -2d3 cansancio.
Por cierto, el álbum de fotos de lo llevaron ya no?
Y, no teníamos que usar un mapa para hacerle reconocer a Clemente que éramos nosotros?
Practicamente no tomé nada de Hoke, puesto que las cosas que me importaban era mejor no llevarlas encima, me eran muy valiosas, y prefería dejar los recuerdos de Xena y de Xervasio, que además podría servirles, en el refugio. Tomé una de las hierbas que curaban el cansancio, que tanto me había agobiado en mi huída de la Zona, y el arpón que había preparado, y me lo puse a la espalda. No me importaba perderlo, no tanto al menos como el tridente, así que en lanzamientos lejanos, nos serviría mejor quizás. Mi red estaba lista y dispuesta, y llevaba la mochila con comida para algo más de lo que necesitábamos. Así que di una última mirada a los peces, y se me ocurrió que podía llevarme un par. Así, podría decir que era un pescador, y que comerciaría con ellos. Que estaba de paso buscando medicinas para mi madre.
Me dispuse a partir hablando con Declan:
- Yo estoy ya listo, aunque no me apetece nada irme. Pero cuanto antes lo hagamos, mejor. Volveremos antes. No me siento tranquilo. Me siento inquieto...
Por cierto, se me ha ocurrido lo de los peces, por si ante alguien sirviera de tapadera para comerciar en Moraime, así que llevaría uno o dos peces. Siempre se pueden comer.
Pues ya tenéis las mochilas actualizadas.
Declan lleva el walkie talkie y todas sus cosas. Y ha dejado algo a Gaspar para el dolor.
Xose lleva el arpón que hizo, las hierbas, el mapa de carreteras que conoce Clemente y pescados para comerciar o comer.
Por cierto, el álbum de fotos de lo llevaron ya no?
Sí, no actualicé eso en Hoke. Se lo llevó Luska.
Tras algunas horas de caminata subiendo hacia los Montes do Plago llegáis al Refugio Dorado. El cuerpo de Rut, lleno de sangre, está sobre la nieve, y algunos cuervos que picoteaban la carne salen volando al veros. Sobre la nieve podéis leer las señales de pelea con Gaspar, y el rastro hasta dentro del refugio. La historia concuerda perfectamente con lo que contáis.
- Tranquilo Xose, ningún sitio es más seguro que otro en estos momentos. Aunque trates de construir el refugio más seguro del mundo, siempre puede volverse en tu contra y convertirse en una ratonera, porque el "gato" siempre anda fuera- tal vez no era la mejor manera de dar ánimos, pero necesitaba decir lo que pensaba sin intentar maquillar la situación.
-Aquí tenemos a nuestra amiguita, iré dentro del refugio a ver si encuentro algo que pueda servir para enterrarla bajo la nieve. Será mejor que no dejemos su cuerpo a la vista-
-Estoy de acuerdo. No debería quedarse aquí, podría llamar la atención. El plan de llevarla como excusa a Moraime nunca me gustó, porque algún enemigo avisado podría sorprendernos. - La miré con desprecio, y me di cuenta de que parte de la culpa era mía. No la había visto afectada con la muerte de Tulio y no me di cuenta de su maldad. -Si tan solo me hubiera dado cuenta...
Esperaba que las cosas fueran bien allá en Home, así que me dispuse a buscar algún palo por fuera, grueso, que nos sirviera para el propósito de hacer desaparecer los restos de la pelea. Eso sí, sin despistarme. No quería que unos zombis o unos indeseables nos sorprendieran, así que examine los alrededores...
¿Tirada de ver los alrededores?
Sin mucho esfuerzo enterráis el cadáver de Rut bajo un castaño. También borráis el rastro de la nieve ensangrentada. Junto a ella aún están sus armas, un machete y un cuchillo. Con este mismo machete debió hacerle las heridas a Gaspar... Dentro del refugio no hay nada, sólo un poco de sangre que Gaspar debió derramar al dormir aquí antes de volver.
Seguís caminando hacia Moraime, pasa casi el día entero, y ya casi al anochecer podéis ver la urbe a lo lejos, allá abajo. Es enorme, al menos para lo que suelen ser los asentamientos que conocéis. Está rodeada por una muralla de hormigón, bloques, tablones... pueden diferenciarse zonas dentro de la ciudad, y en el centro un antiguo monasterio. Hay una carretera que lo atraviesa, de norte a sur, que entra en el recinto fortificado y sale por el otro lado, con dos puertas bien defendidas. Podéis ver bastante actividad, mucha gente, viajeros, vehículos entrando y saliendo. El ruido debe atraer a los caminantes de los alrededores aunque no parece importar demasiado.
+2Hambre y +2Cansancio a cada uno.
-¡Vaya es más grande de lo que me imaginaba!- dije a mi compañero muy impresionado por la magnitud del asentamiento.
-Vamos a ver con qué nos encontramos, ¿no Xose?- y tras esto comencé a bajar bastante rápido debido a la pendiente que había.
Enterrar a aquella traidora me dio un sentimiento muy contradictorio. No lo hice con demasiado gusto, porque en su momento no pude hacerlo con mis amigos, y ella lo merecía menos. Pero lo hice, y casi en su honor. Descansé normal, aunque con algunos sueños, más desvahidos que otras veces.
Luego, sin hablar mucho, nos dirigimos a Moraime, y era la primera vez que veía una urbe así. Claro, había visto La Zona, pero allí no había personas. Así que cuando la veo, me alegro, hasta cierto punto. En las zonas de dentro seguro que habrá algunos mercados, gentes que comercien, quizás hasta algún pescador... Asentí a Declan:
- A ver qué encontramos... si podemos entrar. ¿Cómo deberíamos actuar en la puerta? Si depende de mi forma de hablar... estamos perdidos
Seguís caminando y ya entrada la noche os acercáis a la gran puerta sur del asentamiento. Afuera hay barricadas, escombros, restos de vehículos oxidados; el muro está defendido con torres, y de una de ellas un haz de luz os deslumbra. Desde encima del gran letrero de bienvenida una voz se dirige a vosotros:
- ¡Alto! ¿Quién recorre los caminos a estas horas de la noche?
No podéis ver la cara de quien os habla, es un hombre. Tampoco sabéis cuántos le acompañan, aunque suponéis que son varios por el ruido que hacen.
A medida que me iba acercando al asentamiento más asombrado estaba ante la buena organización y la defensa que tenían. Estaba bastante controlada la entrada a Moraime, era casi imposible poder acceder sin pasar un control. Una voz desde lo alto nos apunta con un foco de luz para pedirnos identificarnos, levanto las manos en son de paz e intento dirigir mi mirada hacia quien se encuentre tras el foco, pero me deslumbra - Tranquilos, traemos un mensaje muy importante para Clemente, es muy urgente y por eso nos hemos puesto en peligro viviendo hasta aquí de noche- esperaba que mis palabras fuesen suficientemente convincentes como para que nos dejasen pasar.
Dejé hablar a Declan, quien seguro que tenía más don de gentes que yo, y esperaba que con las palabras que había dicho pudiéramos llegar hasta Clemente, y lo deseaba fuertemente. Lo que más me sorprendía era el foco, nunca había visto aquellos focos más que en poder de algunos de los Narcos de Arosa, aunque aquel asentamiento era famoso en toda aquella zona.
Muestro también mis manos, para que se vea que no vamos con malas intenciones, para que nos dejen entrar en el recinto. Aunque es posible que, tal cómo lo habíamos visto, el recinto estuviera bien protegido y ver a Clemente nos costase más de una entrevista con diversos guardias.
La voz tras el foco escucha las palabras de Declan y luego vuelve a hablar:
- ¿Sois amigos del Alguacil?
Luego dice algo, suponéis que a los que están con él sobre la puerta, pero no alcanzáis a entenderlo.
Cuando nos pregunta si somos amigos del aguacil, miro a Xose y hago una mueca de no saber de quién hablan - Venimos de parte de Tulio y necesitamos hablar con Clemente, es muy importante-
- Está bien. Sin movimientos raros. Despacio.
La puerta se abre, y tras ella hay un patio con vehículos aparcados y algún edificio. La carretera sigue recta hasta otra gran puerta, y a la izquierda hay otra más, que debe ser la que entre al asentamiento. Este sitio está rodeado de alto muro, con algunas torres y pasarelas desde la que os observa una docena de hombres. Hay algunas luces, aunque ya no os enfocan con el potente foco. Varios os rodean, armados con machetes, pero sin mostrar agresividad.
La misma voz que os habló desde arriba ahora os habla, y podéis ponerle cara:
- Soy Gardel, Guardia de la Puerta Sur de Moraime. Tenemos que registraros. Os examinaremos en busca de heridas, mordeduras, armas... todo lo que pueda ser peligroso para nosotros. Si todo va bien... os llevaremos... ante el Alguacil. Cacheadles. -ordena a otros cuatro.
Mientras os cachean y os despojan de todas vuestras cosas, abren las mochilas, rebuscan hasta en el último bolsillo, y también os dejan casi desnudos, y palpan vuestra piel buscanso sangre o señales de dientes, Gardel sigue hablando, el interrogatorio continúa:
- ¿Cómo os llamáis? ¿De qué conocéis a Clemente... y a Tulio?
Nos permiten la entrada pero el cacheo y la forma de rebuscar entre mis cosas me pone muy nervioso, casi sólo estoy pendiente de cómo las tratan. Espero que me las devuelvan, siempre ha sido así en todos los asentamientos en los que estuve. Aparentemente no son cosas "útiles" si no sabes usarlas.
A las preguntas de Gardel respondo - Me llamo Declan y él se llama Xose- le guiño un ojo a mi compañero para que me siga el rollo o al menos, me deje seguir hablando -Conocimos a Tulio en el asentamiento de Loroño, su líder, Moncho nos presentó- y para esquivar tener que responder a la pregunta de Clemente, se me ocurre que lo mejor será marear al adversario con datos y acontecimientos irrelevantes, tanto, que se aburra y continúe con el protocolo de llegada al asentamiento, donde espero que lleguemos a ver cara a cara a Clemente - Bueno en el asentamiento de Loroño tenían problemas con el ganado, y Moncho confió en que podría ayudarles a saber por qué sus vacas estaban tan débiles, estuve haciendo pruebas al ganado y al agua y estuve mirándolo con lupa para encontrar la causa y bueno, siempre hay una solución, sólo hay que buscar e investigar. Son buena gente los del asentamiento de Loroño- madre mía me estaba aburriendo yo mismo de la chapa que les estaba metiendo.
Me sentí ligeramente incómodo con tantas preguntas y con las pausas de Gardel , preguntando por Clemente y Tulio. Había notado que lo llamó alguacil, y no Clemente, así que sabiendo lo que sabíamos de la traición, podía ser un problema... ¿O me estaba volviendo paranoico? Me dejé revisar, sabiendo que no tenía nada peligroso, más allá de las armas, y no habíamos sido atacados.
Le seguí el juego a Declan. -Si, conozco a Declan de hace tiempo, de cuando vino a mi pueblo en la costa a cuidar de cómo conservar la pesca. Luego en Loroño fue maravilloso, es bueno mi amigo. El buen Moncho quedó contento. Y con el pescado que yo llevé, también.