Partida Rol por web

[Zork]04 -Bajo las sombras de Montnoir

Capítulo 2 (desvío): Veritas lux mea

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24/11/2017, 20:56
El Narrador

Después de unos minutos a través de las serpenteantes calles de Montnoir, divisaron al fin el edificio principal de la Universidad. Era una enorme mole de granito con la fachada decorada con todo tipo de gárgolas y estatuas. En otros tiempos, los jardines que rodeaban las instalaciones habrían resultado evocadores y hermosos. Ahora solo quedaban troncos enfermos que se retorcían y gemían con el viento, con apenas cuatro hojas mustias. Junto al campus principal había otro gran bloque similar a un monasterio, pero mucho más recargado y ostentoso que el de Vorspiel. Las viviendas destinadas a profesores y hermandades de alumnos se alzaban más allá de la mustia vegetación, convirtiendo aquel lugar en una pequeña ciudad al margen de la propia capital, aunque todavía dentro de sus murallas.

Varios grupos de hombres y mujeres, ataviados con túnicas de aspecto lujoso, caminaban de aquí para allá por entre las viviendas reservadas. Muchos eran edificios de hasta tres pisos, que seguían el estilo arquitectónico de la ciudad. Sin embargo, las fachadas lucían una decoración mucho más elaborada que las de los barrios que habían visitado.

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24/11/2017, 21:03
Hugo Belmonte

—Bueno, creo que es aquí —dijo señalando una de las casas más cercanas a los jardines del edificio principal —. Según la carta, disponemos de tres habitaciones en la primera planta. Creo que no está nada mal. Yo no estoy demasiado acostumbrado a este tipo de lujos, pero intuyo que apenas nos detendremos por aquí.

Una vez subieron a dejar parte del equipaje1, bajaron para continuar hasta el campus.

—Hasta la noche no será la cena con Lord Laforet, por lo que tal vez sea buena idea avisar al Decano de nuestra llegada. Espero que me deje usar la biblioteca. ¿Deseáis acompañarme o preferís explorar por vuestra cuenta? Esta zona es la más segura de la ciudad y la facultad de estudios religiosos tiene una capilla magnífica dedicada a Lineras. Podemos reunirnos a las VII y media de la tarde, ¿qué queréis hacer?

Notas de juego

[1]: aquellos que querías. No afecta a vuestro inventario (a menos que queráis dejar algo, claro).

[2]: ahora mismo son las V de la tarde. Como creo que todavía no hay un sistema de horas en Zork, he decidido ponerla en números romanos (¿por qué no?).

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25/11/2017, 08:32
Le Maison

A Le Maison se le iluminó la cara al oir a Hugo hablar de la capilla dedicada a Lineras:

-Si no me necesitáis, llevo un buen tiempo rezando en lugares improvisados a la Diosa. Necesito entrar en comunión con ella para estar preparado para las pruebas a las que nos tendremos que enfrentar para eliminar esta maldad de Montnoir así que iré a la capilla a rezar. Si alguien me necesita, allí estaré hasta la cena. 

 

Notas de juego

Le Maison rezará para encontrar guía espiritual e inspiración divina en la gesta que ha comenzado.

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28/11/2017, 02:02
El Director de Juego

Notas de juego

Vamos a esperar por la contestación de Kaleb. Luego continuamos.

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28/11/2017, 14:23
Kaleb "El Grande"

Kaleb observaba todo con atención. Cada paso que daba lo hacía pensar en las experiencias extrañas que venían enfrentando y, a su vez, sobre su destino. Porque estaba claro que era su destino el presenciar todo aquello, escribirlo y pasar a la posteridad de esa forma. No sería olvidado, eso era seguro. ¿No?

-Yo te acompañaré, Hugo, no sólo me gustaría conocer al Decano, sino también volver a entrar a la biblioteca- dijo el gnomo.

Sí, había entrado una vez, lejos y hace tiempo. Apenas había llegado a la ciudad, había escuchado sobre esa biblioteca. Claro que no era nadie para visitarla, pero de todas formas la curiosidad podía más que la prudencia. Había logrado convencer a un encargado, y gracias a su pequeñez, había pasado desapercibido debajo de unas mesas. El problema había empezado cuando de tanto leer, se había quedado dormido. El encargado lo había buscado, pero seguramente creyó que se había ido sin que él se diese cuenta, después de todo, su mostrador era bastante más alto que la media. ¿Sería para imponer un respeto que no podía representar del todo?

Pasó la noche en la biblioteca, y a la mañana siguiente, salió todo muy campante. Dicen que si uno aparente total seguridad, las personas inseguras no dudarán a menos que sea muy flagrante. Por lo que el encargado del día siguiente, que no era el mismo Samuel que le había dejado pasar, no podía creer que saliese un gnomo como aquel de la biblioteca, cuando aún no había entrado nadie. Al tiempo, escuchó una historia, que seguramente alguno más ha escuchado, de gnomos que viven en la biblioteca ordenando y haciendo qué-se-yo cuántas cosas más.[1]

Él dejó su mochila de viaje, pero mantuvo su estoque. Era una señal de estatus, y su maestro de esgrima lo habría castigado gravemente si no la llevaba consigo. "Una avispa no deja su aguijón en su colmena porque cree que no va a pasar nada" decía. Así como "la espada no es sólo un arma, es una forma de vida, un estatus al que proteger y que a su vez te proteje". Le gustaban esas frases, y las recordaba siempre.

Le dedicó un saludo a Le Maison.

-Luego conversamos, que tengo algunas preguntas- le dijo al caballero, después de todo, tenía intriga por escuchar algunas virtudes de su orden.

Él seguiría a Hugo, después de todo, seguramente lo interesante estaría con él.

-¿Quieres que te presente como se debe?- le preguntó mientras caminaban para encontrar al Decano -Puedo hacerlo si quieres-

Notas de juego

Perdón la tardanza, estoy a full y con poco resto mental.

Cuando decís "en otros tiempos, los jardines que rodeaban las instalaciones habrían resultado evocadores y hermosos.", es hace muuuucho tiempo, o poco tiempo? Para saber si Kaleb ha visto ese cambio.

[1] Dejé eso abierto por si alguien quiere completar la historia :D

¿Qué sé del Decano? ¿Se dice algo? Pensé en "Trapos sucios" XD Pero puede abarcar más cosas también ;)

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01/12/2017, 00:18
Hugo Belmonte

—Sea pues. Nos reuniremos en dos horas y media aquí delante, tal y como habíamos acordado. No estamos muy lejos de la residencia particular de Lord Laforet, aunque sospecho que enviará un carruaje a buscarnos. 

Antes de tomar rumbos separados, el exorcista les hizo entrega a cada uno de las llaves. Había un juego para cada uno: de una anilla plateada colgaban dos sencillas llaves; la de la casa y la de la habitación.

—Que la luz de Lineras sea contigo, hermano Le Maison —se despidió Hugo.

Notas de juego

¡Excelente aportación, @Kaleb! :)
Obtienes +2PX.

Lleva así unos cuantos años, es perfectamente posible que lo recuerdes.

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01/12/2017, 03:06
El Narrador

Hugo y Kaleb desandaron el camino, atravesando varias hileras de tristes y desnudas hayas, hasta regresar al campus principal. En la fachada había un gran frontón con bajorelieves de símbolos que representaban las distintas escuelas de magia, sostenido por gruesas e imponentes columnas. Un par de alumnos charlaba animadamente al pie de las escaleras que llevaban al gran pórtico que daba acceso al edificio.

El lugar parecía todavía más grande y espacioso por dentro. Si uno alzaba la vista podía contemplar los magníficos frescos de la cúpula central, pintados con tal maestría que casi parecían moverse.
Una vez llegaron a la recepción, Hugo informó de su llegada para que le transmitiesen el mensaje al Decano. Apenas tuvieron que esperar unos minutos antes de que el secretario, el señor Bragnes apareciese para guiarles hasta su despacho. Bragnes era un anciano gnomo que ya había sobrevivido a varias generaciones de profesores y decanos. A pesar de su frágil apariencia, era incluso más ágil que el propio Kaleb. Los enormes lentes que colgaban de sus enormes orejas le ampliaba cómicamente su mirada de curiosidad.

—Por aquí, señores —les indicó mientras subían por las grandes escaleras que subían hasta la segunda planta —. Hace tiempo que el señor Lapierre no recibe visitas. Espero que recuerde cómo comunicarse con seres vivos.

Su voz sonaba tan paternal que resultaba imposible discernir si se trataba de un comentario completamente serio o de una ironía mordaz.

* * *

Tras atravesar las gruesas puertas de madera de roble, Kaleb y el exorcista accedieron al despacho del Decano. Era tal y cómo se habrían imaginado: una enorme habitación completamente rodeada de estanterías atestadas, alfombras de intrincados dibujos que habían llegado del lejano sur cubrían el suelo por completo, y extraños minerales relucían tímidamente desde sus vitrinas. Parapetado tras un caos de papeles y libros sobre un ostentoso escritorio, se encontraba Nicolas Lapierre. Era un hombre de mediana edad, completamente calvo y con una rimbombante perilla. Las numerosas arrugas de su frente y unas pobladas cejas enmarcaban sus inteligentes ojillos, negros cómo el ónice.

—Ah, bien, bien. Me alegra que hayan llegado sanos y salvos. Espero que la residencia que escogí para ustedes sea de su agrado —dijo, relamiéndose con insistencia el labio inferior después de cada frase.

Notas de juego

[Trapos sucios y otras lindezas del Decano

Nombre: Profesor Nicolas Lapierre

El profesor Lapierre siempre ha sido un hombre de pocas palabras y un gran amante de la lectura. Circulan numerosos trinos malintencionados acerca de los turbios métodos que empleó para reunir su preciada biblioteca privada; aunque ni uno solo fue probado como cierto. Lo que sí se sabe es que guarda una gran colección de tomos relacionados con las ciencias ocultas, amén de numerosos archivos pertenecientes a la Universidad, reunidos durante varias generaciones de decanos y directores.

A partir de aquí te dejo inventar más LORE respecto a este personaje, pero antes debes decirme cómo obtuviste esta información (y aquella que añadas).

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01/12/2017, 03:54
El Narrador

A Le Maison no le costó demasiado encontrar la Facultad de Estudios Religiosos. Tal y cómo había afirmado Hugo, disponían de una hermosa capilla. Como era evidente, parecía mucho más ostentosa que aquellas en las que se reunían los miembros de su orden. Largas y coloridas vidrieras con diseños que recordaban al gran pendiente y retratos de la Diosa decoraban los robustos muros de piedra. Los motivos vegetales de la decoración, así como las gárgolas que custodiaban el pórtico desde sus delgadas columnillas, habían sido talladas por auténticos maestros canteros. 

Sin embargo, el interior era todavía más sobrecogedor. Dentro de aquel templo se respiraba una auténtica paz. El vapor de los incensarios impregnaban el lugar de un olor suave y relajante. Era como estar en una extraña ensoñación, como si aquel fuese un reducto inexpugnable, a salvo de las tribulaciones del exterior.

Apenas había un par de feligreses y un estudiante rezando. No había rastro de monjes o monaguillos que pudiesen atenderle, ni parecía haber rastro de los elementos propios de la eucaristía y que suelen guardarse en el altar.

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01/12/2017, 03:56
Hermano Arcadio

De pronto, el caballero notó un débil carraspeo a su espalda. Cuando se giró, vio a un hombre tan alto como el, ataviado con un largo sobretodo negro. A través de sus revoltosos y oscuros mechones, asomaba un rostro insolente. Era tan pálido que parecía estar hecho de mármol.

—¿A qué debemos el honor de su visita, hermano? No suelen visitarnos muchos caballeros de su orden —dijo en un tono gélido e impersonal, como si estuviese dirigiéndose a su reflejo en el espejo.

us ojos se clavaron como puñales de obsidiana en los de Le Maison.

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01/12/2017, 17:16
Le Maison

Le Maison se giró al oir el carraspeo un poco azorado. Como guerrero entrenado en las tierras fronterizas pocos eran capaz de acercarse tanto a su espalda sin que él los detectara. Al girarse su azoramiento se transformó en interés y dudas. Era ese hermano una criatura diabólica o realmente era el inocente monje que parecía ser.

Le Maison pidió rápidamente guía a su Diosa Lineras para descubrir si el mal habitaba en aquel hombre*, fue una acción casi instantánea, tras lo que le contestó: -Buscaba un remanso de paz en la que pudiera rezar en condiciones a Lineras.

Notas de juego

(*)(Cuando rezas en busca de orientación, aunque sea por un instante, y preguntas «¿Qué hay de maldad aquí?», el DJ te responderá sinceramente).

Sea malvado o no, Le Maison le contesta lo mismo. Si es malvado irá con mayor cuidado pero no atacará abiertamente al hermano.

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01/12/2017, 17:26
Kaleb "El Grande"

-Luego me cuentas- despidió el bardo al caballero -No te olvides nada- y sonrió satisfecho de haber cumplido con su deber.

Lo único que le preocupaba, era cuándo tendría tiempo para escribir todo lo sucedido hasta ese momento. No dejaban de suceder cosas, y poco tiempo le quedaba para sentarse, prender una pipa, disfrutar de un buen cognac, y escribir tranquilo. Tal vez tendría que acostumbrarse, adaptarse para escribir en los momentos más insólitos, durante las circunstancias más adversas. Sí, efectivamente tanto sedentarismo le había hecho mal.

Mientras caminaban por aquel paisaje lúgubre, Kaleb iba pensando en silencio todo lo que pudiera recordar del Decano. El último tiempo con el Patricio le había permitido acceder a lugar e informaciones que de otra forma no hubiera podido. Y eso lo valoraba mucho, ya que ambos beneficios son esenciales para un trabajo bien hecho de Cronista, y de biógrafo también.

Gracias a sus contactos, y su carisma, no lo podemos dejar de lado, se había hecho amigo de uno de los investigadores más importantes de Montnoir: Elliot Pessin. Gracias a algunas conversaciones con él, hombre de apariencia recto pero con algunas tendencias viciosas, se enteró casi de pasada de algunas sospechas que recaían sobre el Decano. Alguna vez quiso convencer a Kaleb de ayudarlo, ya que para entonces sí podía entrar a la biblioteca. Pero siempre logró esquivar la responsabilidad, ya que el Decano no era una persona accesible.

Y ahora lo tenía frente a él, como se lo habían descrito, pero tal vez algo más desagradable. Tal vez Bragnes no estaba del todo errado.

-Muchas gracias por su hospitalidad- dijo el gnomo sacándose el sombrero y haciendo una reverencia -Las habitaciones están en impecables condiciones y creo que se adecúan perfectamente para lo que necesitamos- volvió a colocarse el sombrero.

Esperaría a que Hugo hablara, después de todo, no sabía cuánto de todo esto que estaba sucediendo estaría dispuesto a contar. Mientras tanto, su mirada se paseaba por la habitación. ¿Dónde estarían las colecciones? Seguramente en alguna puerta secreta. Había miles en la Universidad, y el Decano no estaría excento de tal privilegio. Si Kaleb fuera el Decano, exigiría una puerta secreta aunque fuera sólo para tener una ventana desde la que observar los alrededores.

Notas de juego

¿Hécate sigue con nosotros? O.O

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01/12/2017, 21:28
Hécate

El gnomo miró por la ventana, y allí estaba Hécate, la gran hembra de buho orejudo, posada sobre la cornisa. De vez en cuando se  movía a trompicones, como una señora mayor, y parecía prestar enorme atención a todo lo que sucedía en la habitación. Era un ave muy inteligente, sin lugar a dudas.

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04/12/2017, 14:05
Kaleb "El Grande"

¿Podrá comunicarse con Tancredo? Sería muy práctico... pensó Kaleb, pero inmediatamente después prestó atención a lo que tenía delante.

Como siempre le decía su padre: "Kaleb, si no miras por dónde vas, tendrás un fuerte dolor de cabeza". Claro que se lo decía porque muchas veces el retoño iba detrás de su padre, y como se distraía, terminaba pisando los talones de éste, o golpeándose... a lo que iba un golpe en la cabeza para que se "avispara". De todas formas, servía la metáfora.

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05/12/2017, 13:39
Hugo Belmonte

—Así es —recalcó Hugo, asintiendo con la cabeza —. Las instalaciones son inmejorables, señor Lapierre. En su carta me relataba que estaba interesado en nuestra reciente visita a la ciudad. Al parecer está tan interesado como nosotros en el mal que aqueja a las gentes de Montnoir.

El exorcista estaba bastante relajado, como si estuviese hablando con un viejo amigo, aunque manteniendo el protocolo adecuado. Saltaba a la vista que no era la primera vez que se veían cara a cara.

—A propósito… me preguntaba si podríamos consultar su biblioteca. Si no es mucha molestia, por supuesto.

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05/12/2017, 15:27
Profesor Nicolas Lapierre

El decano comenzó a tamborilear sobre el escritorio con sus amarillentas uñas —clac, clac, clac…—. Era un hombre tan nervioso que costaba saber si realmente quería hablar con ellos o si se sentía particularmente incómodo.

—Está en lo cierto, fray Belmonte. El mismísimo Lord Laforet me ha comunicado la importancia de su misión. Confío en que, hasta ahora, habrán mantenido la prudencia respecto al asunto que les trae hasta la ciudad. Sin duda, el revuelo que han causado en la Plaza Regia no ha sido precisamente un espectáculo discreto. A estas alturas, media ciudad sabe ya que ha llegado a nuestras calles el célebre exorcista de Vorspiel. Espero que tengan más cuidado a partir de ahora —dijo con tono severo.

Su perenne mirada de desaprobación pareció relajarse un poco después de volver a humedecerse frenéticamente el labio inferior. Aquella especie de manía parecía mantener sus nervios a raya y, mientras funcionase, nadie en el Campus osaría hacérselo notar.

—No obstante, parece que todo lo demás sigue en orden. Estoy dispuesto a concederles un permiso para acceder a mi biblioteca privada y al archivo general de la Universidad. Espero sinceramente que logren encontrar algo útil. ¿Tienen alguna petición más? —inquirió mirando alternativamente a Hugo y a Kaleb.

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05/12/2017, 22:07
Hermano Arcadio

En el mismo instante en que Le Maison pronunció para sí la breve plegaria a Lineras, la diosa, que observaba muy de cerca a su campeón, extendió su luz hasta compartir con él La Visión. Por unos segundos fue capaz de ver los pecados de las personas como si fuesen extensiones de ellos mismos. Cuando miró al hombre que tenía frente a sí, descubrió algo que le heló la sangre. Un sinfín de aullidos cristalizados y ánimas en pena giraban en torno a su enjuta silueta. Sus ojos parecían atraer toda la luz de los alrededores, como si estuviesen compuestos de la más pura oscuridad. Aquel hombre era un inquisidor. A saber cuántas pobres almas habrían sufrido bajo sus manos, bajo sus minuciosas y crueles torturas. Ahora, los últimos estertores de sus víctimas pendían de su retorcido aura, como si se tratasen de simples trofeos.

Para consuelo del caballero, la escena se evaporó en cuanto volvió a parpadear.

—Ah, entonces encontrará lo que desea en esta capilla. Puede dirigirse a mi como Hermano Arcadio o simplemente Hermano, si lo prefiere. Estaré en la sacristía si me necesita —respondió poco antes de marcharse, arrastrando lentamente sus pasos.

Notas de juego

Creo que se me olvidó pedirte un Voto como requisito por tu Gesta (fallo mío). He decidido que será:

Hospitalidad (requisito: confortar a los necesitados, sin importar quiénes sean) 

Le pega a tu personaje y me parece un pago justo por los favores que te otorga Lineras. Además, todavía no has tenido ocasión de incumplir este voto. 

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06/12/2017, 16:41
Le Maison
Sólo para el director

Le Maison contesto de manera calmada: -Muchas gracias, hermano- mientras se estremecía por dentro por lo que acababa de presenciar. Su orden entendía el combate honroso contra los seguidores de Dioses malignos pero la tortura de civiles por simples pecados de ignorancia era algo que detestaba.

Tras ello se encerró en la capilla.

Notas de juego

Me parece muy propio el voto. Lo he incluido en la ficha (pestaña - NOTAS)

GESTA ACTUAL
OBJETIVO:
• Eliminar las abominaciones que pueblan esta tierra

BENDICIONES:
• Invulnerabilidad ante su toque caótico
• No sufrir hambre, sed ni sueño.

VOTO:
Hospitalidad (requisito: confortar a los necesitados, sin importar quiénes sean)

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07/12/2017, 00:04
Kaleb "El Grande"

Kaleb meneó la cabeza ante la mención del escándalo. Tancredo tenía esa capacidad de llamar la atención en el momento menos adecuado. Pero ya no se podía hacer nada, y creía que lo  habían manejado de la mejor manera dadas las circunstancias.

-Será un gran honor para nosotros- dijo el gnomo haciendo otra reverencia, al tiempo que imitaba el gesto de humedecerse los labios del decano -Y para mí sería aún mayor si me permitiera una reunión con usted. Cuando terminase aquí podría reunirme con fray Belmonte, que de seguro no necesitará mi presencia entre tantas libros y pergaminos, ¿no es cierto?- miró a Hugo brevemente, para luego dirigir su mirada al decano -¿Qué opinión tiene ante tal requerimiento?- y se humedeció los labios otra vez.

Una vez había hablado con un viejo fumador de opio, que se hacía llamar "cabezólogo", y éste le había comentado que una forma de congraciarse con alguien de una manera casi imperceptible, era la de repetir algunos gestos de aquella persona. Lo había utilizado más de una vez, y más de dos, pero no siempre había tenido resultados. Es verdad que hubo grandes éxitos, pero también siempre se los achacó a su carisma y simpatía.

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07/12/2017, 12:46
Profesor Nicolas Lapierre

—¿Qué qué opinión tengo? — preguntó el Decano, ligeramente crispado —Opino que soy un hombre muy ocupado, maese Kaleb. No lo sabe usted cuanto —respiró profundamente para serenarse —. No obstante, y dadas las circunstancias, considero que será provechoso mantener una charla con el cronista del Patricio. Bragnes, haga el favor de acompañar a Fray Hugo hasta la biblioteca y atender a sus peticiones.

Hugo hizo una reverencia formal y, después de dispensar al cronista, se marchó del despacho acompañado por el señor Bragnes.

Lapierre mudó su gesto en el momento en el que el exorcista salió por la puerta:

—He de confesarle que soy un gran admirador de su obra, maese Kaleb. Considero que está haciendo un trabajo soberbio con la biografía de Lord Laforet. Si tuviese la bondad... —dijo extendiéndole un ejemplar de El Rey Fear, una de las obras más conocidas de Kaleb. Sus ojillos centelleaban expectantes —. ¿Qué asunto deseaba tratar conmigo?

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07/12/2017, 13:08
El Narrador

El Hermano Arcadio se despidió con una leve reverencia y desapareció por la puerta que había detrás del altar, bajo el gran retablo que presentaba una imagen de Lineras. Aunque la diosa le devolviese una mirada vacía al caballero, a este le serenó profundamente estar ante su imagen. Había sido representada con los colores y la iconografía adecuada. Era exacta a la que recordaba en la capilla de su orden, aunque la talla de la pieza que tenía en frente fuese mucho más elaborada, con detalles en pan de oro y lapislázuli. Hugo estaba en lo cierto: aquella era una de las zonas más seguras de la ciudad. Aunque se preguntó si debería a los guardias o a la presencia de los inquietantes Inquisidores.

Mientras rezaba, fue capaz de percibir, como murmullos lejanos, el ir y venir de los alumnos novicios del Campus Eclesiástico. Sus saludos y charlas triviales le hicieron rememorar el tiempo en el que él mismo había sido aceptado como aprendiz en la Orden del Pendiente. Muy pronto, su oración alcanzó el trance al que estaba acostumbrado y sintió cómo sus lazos con Lineras se estrechaban.

Notas de juego

¿Deseas hacerle alguna pregunta a la Diosa?