Partida Rol por web

[Zork]04 -Bajo las sombras de Montnoir

Capítulo 3: La Peste de Medianoche

Cargando editor
12/03/2018, 22:29
Gran lobo negro

- ¿Ocuparse? ¿Qué quiere decir ocuparse?- exigió.

Debía conseguir toda la información posible antes del nuevo día. No le serviría de nada salir a pasearse como un lobo sin un plan y sin que sus compañeros supiesen lo que ahí había ocurrido y todo lo que había averiguado. Paciencia era una virtud que enseñaba la naturaleza y paciencia tendría.

Cargando editor
13/03/2018, 01:30
Lobo negro

Nos dio mala espina en cuanto llegaste. A mi hija y a mí, quiero decir. Creemos que tu acompañante puede ser un agente de la Inquisición o un hombre del patricio. ¿Cómo sino iba un noble a acompañar a un respetable druida? Ahora mismo, Magdala debe estar interrogándole. Por la mañana nos desharemos de su cuerpo e intentaremos no levantar sospechas.

Cuando dijo esto, el ejército de ratas chilló con hambre.

Cargando editor
13/03/2018, 01:37
Magdala

Magdala sostuvo la mirada del joven durante un largo rato. Finalmente, dejó escapar un suspiro y relajó su postura.

No tienes ojos de mentiroso —dijo al fin —. He servido copas a muchos hombres, ¿sabes? Tanto la sangre de los habitantes del bosque que corre por mis venas, como mi experiencia como posadera me han enseñado a leer las mentiras. Pero tú pareces un muchacho honesto. Pero mi memoria no me engaña, tú eres uno de los hijos de la casa Dumont. Tú y tu madre* veníais a esta posada y tú jugabas conmigo y con los otros niños. Siempre alardeabas de que tu padre era un burgués de una gran casa. Yo jamás me lo creí hasta que me lo contó mi padre —dijo, dejando caer una lágrima —Y ahora… ni tú ni mi padre lo recordáis. ¡Pero yo sí me acuerdo!

La muchacha toma una gran bocanada y la suelta, tratando de calmarse. Después vuelve a sostenerle la mirada al atónito Arnault:

La enfermedad llegó hace pocos meses, pero mi padre lleva un tiempo presintiendo el peligro. Yo también notaba algo extraño, pero no sabía el qué. Luego empezó a… ¿quieres verlo por ti mismo?

Notas de juego

*Se refiere a tu madre biológica, una de las criadas de la Casa Dumont (probablemente te sacase sin el permiso el permiso de tu padre).

Cargando editor
13/03/2018, 22:19
Gran lobo negro

- Quizá os estéis precipitando- dijo- no puedo poner mi mano en el fuego por Arnault, no lo conozco lo suficiente, pero ha sido reclutado por alguien tan interesado como vos mismo en acabar con el misterio que atormenta esta tierra enferma, al igual que yo mismo. Esa es la razón por la que viajamos juntos, al igual que otros compañeros. Yo no he visto en él ningún comportamiento extraño.

Cargando editor
14/03/2018, 09:07
Arnault Dumont

Cuando Magdala terminó confiando en él, Arnault por fin se relajó. No quería que la situación terminase complicando más de lo que ya lo había estado. Mientras Magdala le hablaba de su infancia se percató de que estaba completamente desnudo y de súbito se sintió terriblemente incómodo. Carraspeó la garganta y se deslizó con movimientos torpes y poco naturales hacia la mesa que había tras ellos, donde se encontraban todas sus cosas y comenzó a vestirse. Ya más relajado prestó atención al relato de la hija del posadero.

Intentó recordar aquellos días de juegos en la infancia de los que Magdala hablaba, pero apenas se acordaba de ello. Era posible que ella fuese una de aquellos niños con los que Arnault solía recorrer las calles de Montnoir haciendo travesuras y pillerías, pero no lo recordaba con exactitud. Alardear de que su padre era un burgués había terminado tan pronto como él fue enviado a su reclusión en el monasterio y ya casi no recordaba sentirse orgulloso de su apellido.

Entonces Magdala comenzó a hablar sobre la enfermedad que asolaba el lugar y Arnault prestó atención. Al parecer no hacía mucho tiempo que se había comenzado a propagar, aunque de alguna manera extraña, Magdala aseguraba que su padre y ella ya la habían presentido con anterioridad. Arnault terminaba de ajustarse el cinturón cuando Magdala le dejó con la intriga.

-Claro, -dijo asintiendo con la cabeza, -vayamos a verlo.

Cargando editor
16/03/2018, 22:07
Lobo negro

Mi hija dice que lo ha reconocido como el hijo de una familia burguesa. Ellos nunca traman nada bueno, y suelen juntarse con la Inquisición o con los perros del patricio. Pero si, como decís, es alguien en quién poder confiar, mi hija Magdala también le perdonará la vida. 

Eduard se recostó cuan largo era. Parecía satisfecho con la explicación del druida o quizá no era un hombre al que le gustasen las discusiones.

Sea como fuere, ya no está en mis… manos.

Las ratas todavía permanecían expectantes y ansiosas. Su incesante murmullo solo se apagó ligeramente cuando empezaron a oírse pasos del piso de arriba, que se acercaban cada vez más al almacén.

Cargando editor
16/03/2018, 22:14
Magdala

Magdala asintió con gesto afirmativo. Parecía más avergonzada por su error que por el hecho de que el muchacho estuviese prácticamente en cueros. 

Pero debes jurar no decirle nada a nadie. Créeme, no soy tan pacífica como mi padre. Antes me has sorprendido, pero llevo defendiéndome desde que era pequeña de capullos mucho más grandes que tú. Ahora prepárate. Puede que lo que vayas a ver te impresione.

Cuando estuvieron preparados para salir, ambos descendieron con cautela. Ella le indicó que debía guardar silencio. El toque de queda acababa de imponerse, y era mejor no alertar a la guardia. El murmullo de los peldaños continuó hasta que llegaron abajo, al salón principal —ahora completamente desangelado—. Llevaban candelabros con los que guiarse en la oscuridad, y las velas arrojaban sombras que temblaban bajos las mesas y las sillas.
Una vez más, Magdala volvió a hacerle señas. Justo al lado de las cocinas, una puerta daba a unos peldaños que descendían hasta el almacén.

Aquí es —murmuró —. Te lo ruego: no grites ni salgas huyendo. Si lo haces, atente a las consecuencias. 

Notas de juego

En realidad, sí que estáis trabajando para el patricio, pero él no tiene porque saber nada de esto (o tal vez sí, tú decides).

Cargando editor
16/03/2018, 22:37
El Narrador

La puerta de arriba se abrió. La luz de los candelabros invadió tímidamente el umbral, iluminando vagamente los rostros de Arnault y Magdala. Abajo se escuchaba un murmullo nervioso. Cuando el guía pudo identificar su procedencia, tuvo que contenerse para no dejar caer las velas.

Ratas.

Una gran masa de ratas arremolinadas entre las cajas y los barriles. Cientos de ojillos brillaron en la sombra, dirigiéndose hacia los recién llegados. Estos bajaron con cuidado. Había otras dos figuras enormes recostadas en el suelo. En un principio, Arnault supuso que se trataba de dos sacos enormes y negros. Cambió de opinión en cuanto distinguió pelo, garras y dientes. Allí abajo, encadenados a la pared, había dos lobos gigantescos. Uno de ellos era más flaco y con diversas calvas a lo largo de su pelaje azabache. El segundo era un ejemplar magnífico mucho más imponente y con dos inquisitivos iris ambarinos clavándose en los del guerrero.

Cargando editor
17/03/2018, 01:13
El Director de Juego

Notas de juego

Para hacerlo más interesante, he pensado que Arnault no pueda entender lo que dices. Al fin y al cabo careces de cuerdas vocales humanas. Sin embargo, tu aura es tan potente que eres capaz de transmitirle una sensación en concreto. De esta forma, puedes dejarme un mensaje a parte (solo para mí) indicando lo que quieres hacerle saber. El percibirá cosas como paz, inquietud, ira, miedo, etc.

Cargando editor
17/03/2018, 12:42
Gran lobo negro
Sólo para el director

Babaccar trató de centrarse en el guerrero. Sabía que no debería hablarle, igual que cuando invocaba su forma animal, si trataba de hablar solo emitiría aullidos que pondrían en alerta al guerrero.

En lugar de eso, clavó los ojos en Arnault y trató de hacerle comprender a través de imágenes mentales. "Soy yo, Babaccar. Confía, no voy a hacerte daño, soy tu amigo". Confiaba en que funcionaría.

Cargando editor
21/03/2018, 01:05
El Narrador

A pesar de lo inquietante de la escena, Arnault se sintió extrañamente relajado. Los ojos del lobo emanaban placidez. Había algo en aquel par de luceros dorados que le resultaban familiares. ¿Acaso había visto a aquel animal con anterioridad? No, no era eso. No podía ser, ¿verdad? 

Cargando editor
22/03/2018, 13:06
Arnault Dumont

Arnault asintió con la cabeza para indicar a Magdala que no tenía motivo de que preocuparse y le juró alzando la palma de la mano de que no contaría nada de lo que viese en aquel lugar. En realidad, Arnaut era alguien muy seguro de si mismo y de sus capacidades, había sido bien entrenado en el combate y había probado su valía en más de una ocasión, por lo que no tenía duda de que podría vencer a Magdala en un confrontamiento. Aunque también estaba seguro de que la muchacha no se lo iría a poner nada fácil, después del forcejeo y la situación que había vivido anteriormente con ella.

Tomo uno de los candelabros que la hija del posadero le tendió y lo alzó para que iluminara bien sus pasos, fue tan cuidadoso y sigiloso como la muchacha le había indicado que fuera. Lo último que quería era meterse en más problemas y que no pudiese saber a qué se debía tanto misterio. Cuando Magdala se frenó frente a la puerta que daba acceso al almacén y le advirtió de que no huyera, Arnault no pudo evitar resoplar con una sonrisa que indicaba lo ridículo que le parecía solo plantearlo como posibilidad. Únicamente la seriedad que mostraba Magdala le hizo recomponer su compostura y asentir con la cabeza para que la muchacha no le tuviese plantado en el umbral de la puerta mucho tiempo.

Lo primero que sacudió a Arnault fue el olor que ascendía tras cruzar la puerta, arrugó la nariz y descendió los escalones con las llamas de las velas proyectando sombras temblorosas en las paredes. Entonces escuchó el rechinar de la gran mas de ratas que había allá abajo y sintió que fuera a vomitar al recordar que había cenado y bebido allí mismo el día anterior. Jamás había visto una plaga como aquella. Fue cierto que aquella impresión retuvo sus pasos en el descenso hacía la profunda y húmeda oscuridad del almacén, pero no le hizo huir como temía Magdala. Estaba ya abriendo la boca para decirle que no era para tanto cuando vio a los impresionantes lobos que se encontraban allí encadenados. Los había confundido con dos sacos enormes cuando vio a las ratas, pero cuando ambos giraron sus cabezas hacía la luz y clavaron sus ojos en ellos Arnault pensó que se se trataba de dos enormes ratas, aunque su forma real tampoco era demasiado halagüeña.

El susto le hizo retroceder dos pasos, pero la impresión le impedía moverse mucho más. No fue capaz ni de huir siquiera. Se quedó mirando con asombro a aquellas dos bestias y reconoció un tono familiar en los ojos dorados de la más grande de las criaturas. Aunque jamás había visto antes nada semejante, estaría seguro de recordar algo así. Cuando al fin se recuperó livianamente del impactante hallazgo, no mucho pues su habla aún tardaría en regresar, se quedó mirando a Magdala en busca de una explicación.

Cargando editor
23/03/2018, 00:06
Magdala

Adivinando los pensamientos de Arnault, la joven se apresuró a aclarar:

—Tranquilo, desde la llegada de la Peste de Medianoche, ya no usamos este almacén. Ahora la mercancía debemos cargarla a mano y guardarla en un cuarto más pequeño. Por suerte, cada vez vienen menos viajeros y apenas un puñado de Montnorianos se pasan para tomar algo y charlar con mi padre. Puedes respirar tranquilo: tu comida no estaba envenenada.
»Las ratas llegaron poco después de que empezase la enfermedad. Los animales empezaban a comportarse de forma extraña, y muchos perros y gatos fueron sacrificados por sus dueños. Solo ciertos animales lograban superar "la llamada". Pero estos lobos son algo diferente, Arnault. ¿Has visto sus ojos? No me digas que no notas nada familiar en ellos. Mi padre me lo contó una vez, después de los primeros síntomas. Estas criaturas son los Señores de las alimañas. Las ratas y otras criaturas pequeñas les rinden pleitesía.

Magdala parecía absorta mientras hablaba. Algo muy animal brillaba en sus ojos, y hasta su voz parecía haberse agravado.

—Dime, Arnault. Dime que no ves nada familiar en estas criaturas. ¿No ves en sus ojos los mismos ojos que en el druida y en mi padre? Puede que no sientas a los espíritus de la naturaleza como nosotros, Dumont, pero sé que puedes notar cómo trata de hablarte.

Cargando editor
23/03/2018, 20:53
Arnault Dumont

Magdala parecía poner en palabras todo aquello que él estaba sintiendo en esos extraños y confusos momentos y que no sabía explicar. No se hubiese creído nada de aquello si no fuera porque lo estaba viendo con sus propios ojos, y muchísimo menos la explicación final que Magdala le estaba dando sobre los dos grandes lobos. Si no fuera porque él mismo había notado ese tono familiar en la mirada ambarina de la criatura, jamás hubiese creído que aquello fuese posible.

-¿Qué estás diciendo?. -Dijo al fin todavía resistiéndose a creer aquello como cierto. Miró con incredulidad a Magdala y luego se quedó mirando a ambos lobos, especialmente a aquel que se suponía que era su compañero. Si todo eso no era una locura fruto de su mente y el alcohol de la noche anterior, o un extraño suelo, sí era cierto que sentía en la mirada de aquel lobo la familiar mirada del duida.

-¿Babaccar? -Preguntó dubitativo, atreviéndose a dar un paso al frente.

Cargando editor
23/03/2018, 21:23
Gran lobo negro

El enorme lobo asintió con la cabeza mientras mantenía la mirada al guerrero. Había sido más fácil de lo esperado, sin duda la muchacha del hombre de los bosques había hecho un buen trabajo.

Y, ahora que ya intuía que podía preocuparse de otras lides, el druida observó a las pequeñas ratas que seguían expectantes, esperando cualquiera de sus palabras.

grrrr... mpremrrsd... fdsfmff

 

Cargando editor
23/03/2018, 21:31
Gran lobo negro

Hola, pequeñas- saludó- necesito que hagáis algo por mí. Algo extraño ocurre en esta ciudad, los espíritus de la naturaleza sufren y se retuercen entre estos muros. Alguien está jugando con magia poderosa y oscura y oculta sus pecados en los lugares más profundos e inaccesibles de Montnoir. No obstante, nada es demasiado profundo e inaccesible para vosotras, ¿verdad? Necesito que encontréis el origen de esta pesadilla, necesito que recorráis los rincones más oscuros de las catacumbas de Montnoir, buscad lugares que repugnen a la madre naturaleza, lugares podridos de oscuridad, buscad a aquellos que llaman inquisidores y decidme cómo puedo encontrarlos, cuántos son y qué es lo que ocultan. Id mis pequeñas, id con mis bendiciones. Mis amigos y yo aguardaremos aquí vuestro regreso.

Cargando editor
25/03/2018, 15:50
El Narrador

Las ratas se incorporaron sobre sus patas traseras en aquel preciso instante. Chirriaron algo incomprensible para Arnault, con sus ojillos fijos en el gran lobo. Aquel extraño coro se desvaneció en cuanto empezaron a escabullirse por todos los huecos que ofrecía el almacén.

Cargando editor
25/03/2018, 15:53
El Narrador

«Seremos tus ojos y oídos, ¡oh, gran Señor de las alimañas!»

Cargando editor
09/04/2018, 19:46
Arnault Dumont

No se lo podía creer, aquella criatura no podía ser su compañero. La volvió a estudiar con detenimiento, intentando ser objetivo aún a pesar de la impresión que le había causado cada cosa que había visto al bajar a aquella bodega. No había nada que se asemejase entre el druida y aquella criatura, a excepción de aquellos ojos que a Arnault le resultaban tan familiares. El lobo había respondido con un asentimiento a su pregunta, lo cual hizo que un escalofrío recorriera su espalda. Aún esperaba que todo fuera una macabra broma.

-No puede ser posible. -Musitó. -¿Cuándo ha... quiero decir, cómo infiernos!?? - rectificó la pregunta siendo consciente en el último momento de que era más importante saber cómo había ocurrido eso mientras que el cuándo apenas tenía trascendencia.

Entre tanto las ratas había escuchado algún tipo de orden, dirigida al parecer por el lobo, y habían comenzado a escabullirse por todos los recovecos del sótano hasta desaparecer por completo para mayor tranquilidad de Arnault. Se preguntó si había sido algún tipo de casualidad o si realmente el lobo, o Babaccar, gobernaba sobre esas otras criaturas.

Cargando editor
12/04/2018, 01:48
Magdala

Imaginaba que no podrías comprenderle. Solo aquellos que entran en comunión con los espíritus son capaces de entender a los animales, o incluso a los propios espíritus. Yo soy capaz de interpretar sus palabras aunque mi conexión no es lo suficientemente fuerte. Es por ello que no me transformo. Pero tu compañero el druida es increíble, tal y como había dicho mi padre. Que su presencia sea tan poderosa se debe a su fuerte vínculo con los espíritus. Es como… ¡como si los curase simplemente con dejarles acercarse a su cuerpo!

Magdala observó con cuidado al druida-lobo, con una mezcla de curiosidad y fascinación.

Es tal y como dijo mi padre: "los espíritus necesitan que la naturaleza regrese a ellos para curarse". Ahora veo que no mentías, Arnault. Habéis venido para ayudarnos —dijo, con voz esperanzada.

El segundo lobo, algo más escuálido y con parches de piel completamente al descubierto, asintió.