Partida Rol por web

La inteligencia obedeció enseguida, viste como trasladaba algunos de los datos del omnipad de Nikolai al tiempo que los pasos se detenían junto a la puerta.

Buena suerte, querido. se despidió Katherine cerrando la comunicación contigo.

De repente la voz cibernética de la IL de la Plavalaguna brotó en la sala.

Por favor, depositen armas y manos al suelo. El equipo de seguridad va a entrar el camarote, se ha autorizado el uso de fuerza letal en caso de riesgo para la tripulación y pasaje de esta nave. Por favor, colaboren. la voz de Jason pretendía parecer empática, pero en tu cabeza sonaba terriblemente glacial. En tu situación obedeciste en el acto, pocos segundos después el escuadrón de seguridad irrumpía.

El equipo estaba formado por cinco hombres armados con subfusiles de Aesir, defecto profesional, entraron con diligencia y autoridad.

¡Alto! Queda detenido, señor. sabían a lo que se enfrentaban, pues el barrido de la sala fue somero y todas las armas te apuntaron a ti. Uno de los agentes pasó un escaner sobre ti.

Señor Smith, deberá acompañarnos. No oponga resistencia, por favor. otra cosa no, pero eran jodidamente educados. Se notaba que trabajaban en un crucero de lujo.

Te engrilletaron y retiraron tu equipo, otro de ellos activó un inhibidor de señales que sabías que se usaba para aislar pequeñas zonas de la StarNet y evitar grabaciones, ataques cibernéticos o lo que quería intentar Kat.

Fuera habían dos guardias más y personal médico. Viste algunos de los soldados que había en la nave con sus miradas fijas en ti. El pasillo se te hizo mucho más largo de lo que era, el bochorno el doble.

-¿Powell?, ¿Capitán?-dijo Sam a modo de saludo, asintiendo con la cabeza-.Lo comprendemos, capitán. Lo que me preocupaba es el porqué no se siguieron los protocolos de seguridad de la nave. Recibimos un anexo, pero era bastante confuso y poco útil para nuestra labor, la verdad. Llegué a la conclusión de que sea lo que sea que hacen aquí usted y sus hombres, ha sido inesperado y repentino y que no dio tiempo a activar los protocolos. ¿Qué tenemos aquí?.

Sam se sentía nervioso por la situación. El militar lo intimidaba y lo preocupaba. Para sobreponerse a la situación, intentaba mostrarse serio. Se escuchó; quizá un tanto seco de más. Tenía que procurar lelajarse un poco.

-La verdad es que era misterioso tener una fuerza militar en este enorme yate de lujo... no me habría interesado, hasta ahora. ¿Que sucede capitán Alexandersen? -se cruzó de brazos y miró a su alrededor, observando toda la habitación, el puesto de seguridad. En realidad estaba un poco apartada, sentía como si no tuviera nada que ver allí. -Por casualidad... ¿esto tiene algo que ver con el tiroteo de las cubiertas superiores?

El jefe Silje fue el primero en tomar la palabra, poseía un aire algo sombrío.

No, no ha tenido que ver, al menos no por ahora. Un tiroteo en un camarote, tenemos cuatro muertos y un superviviente. No sé como se colaron armas no autorizadas en esta nave, pero ahora mismo estamos interrogando al detenido. detuvo la explicación para confirmar una información que le llegaba desde el comunicador. Enseguida dio pie al capitán.

El capitán Alexandersen les pondrá al tanto de la situación.

El militar asintió agradecido por la introducción.

Verán, un día antes de la salida de la Plavalaguna recibimos un mensaje cifrado, anónimo, que nos advertía de un posible ataque terrorista a esta nave. el oficial detuvo un segundo la explicación viendo vuestras reacciones. Nuestros analistas confirmaron la autenticidad del mensaje, era alguien muy bueno manejando ordenadores. Enseguida iniciamos un dispositivo para registrar toda la nave y se ha realizado un exhaustivo control del equipaje de cada pasajero. Nada ha dado positivo, y les aseguro que nuestros chicos son concienzudos.

Respiró un poco y continuó con la exposición.

Hace un par de horas, Inteligencia nos ha informado de que había un mensaje oculto en el cifrado. Un nombre: Alexandre Harvy, según el registro de ciudadanos es un alto ejecutivo de Human Insight, sin antecedentes con un perfil que no encaja con el de un terrorista.

En ese punto tomó la palabra el jefe Silje.

Y luego ha pasado lo del tiroteo con armas no autorizadas, que pasaron el control sin saber como demonios lo hicieron. dijo con severidad, parecía sentirse responsable de aquella situación.

A la luz de este acontecimiento y el nombre que han descubierto los hombres del capitán Alexandersen, no queremos correr riesgos. Sam y Agnarsson, quiero que localicéis y detengáis a Harvy. No hay nada sólido contra él por el momento, pero se le tratará como sospechoso hasta que se aclare la situación. miró a Cassandra que estaba a vuestro lado y le dijo a ella. Cassie, te necesito para el interrogatorio del superviviente del tiroteo, eres buena para eso. Te ayudará uno de los hombres del capitán.

Tras las indicaciones, Pauwel tomó aire profundamente. Parecía sentirse de nuevo en el ejército, sintiendo un ligero cosquilleo por esa situación de tensión muy familiar.

Iréis vosotros dos. No queremos movilizar ni a seguridad ni a soldados, no quiero que Harvy se alerte por si realmente tiene algo que ver. Podéis contar con la ayuda de Jason para localizarle. El capitán Alexandersen les pondrá en comunicación con la teniente Danchev, que estará lista para intervenir si es necesario. ¿Alguna pregunta?

Despido a mis padres y sigo con mi plan inicial. Disfruto de mi lectura, del pasar páginas, del olor del papel y de esa costumbre tan retro que había llegado a amar. De que me doy cuenta que Alex no me ha molestado, es la hora de ir al spa y el pensamiento desaparece completamente de mi. Paso la mañana relajada, si puedo como sola a mediodía y vuelvo a la habitación que comparto con Alex para dormir y descansar un rato. Una pequeña siesta para reposar la comida.

Miro con curiosidad a la mujer mientras termino de plegar mi omnipad y lo vuelvo a colocar en mi muñeca.

- No sabría decirle, señorita Durham. - Digo encogiéndome de hombros. - No he mirado los paquetes de bienvenida más allá de para saber donde estaban el bar, el restaurante y la zona de ocio. No me he fijado en la tripulación de la nave, de todas formas creo que el nombre está bien elegido, debe imponer respeto y confianza, así no hay lugar a dudas. - Termino con una sonrisa. - En casa, una madre siempre se debe hacer respetar y obedecer, para que los hijos aprendan a obedecer y a cumplir los límites, es la base de una buena educación para ellos.

Doy un ligero trago al whisky antes de responder a su última pregunta con una media sonrisa.

- He venido sólo, señorita Durham. - Guardo silencio unos instantes mientras miro el fondo del vaso. - Aunque había programado el viaje con compañía, problemas de última hora me han obligado a venir en solitario. Por lo que me estoy tomando el viaje como las merecidas vacaciones que nunca me he tomado en estos últimos años.

Me encojo de hombros antes de dar otro trago al vaso que sujeto en mis manos en todo momento.

La mujer atendió a las explicaciones de Jack con interés.

¿Entonces se trataba de un viaje de negocios que se ha truncado? preguntócon curiosidad. No hay mal que por bien no venga entonces, señor Wong. ¿Lo está disfrutando?

El ambiente en la zona de piscinas era animado, casi diria festivo. En la gran cúpula transparente que envolvía la cubierta principal, los reflejos anaranjados de la estrella del sistema envolvían el lugar compitiendo con la luz neutra del interior de la nave.

Laura se acomodó en su asiento, apoyó el codo en la mesa para recostar su cabeza mientras te miraba.

¿A qué os dedicáis entonces, señor Wong?

Sin preguntas por mi parte jefe Silje. -Luego miró a su compañero Thorn y dijo: -Cuando estés listo le preguntamos a Jason y vamos a por Harvy.

Estabas saliendo del spa cuando otra llamada irrumpió en tu descanso. Era Elliot.

¿Eh? Hola, doctora LeCompte. ¿Cómo se encuentra? Espero que no la interrumpa con el señor Harvy. preguntó con cierto desagrado el muchacho. Yo, bueno, el Dr. Masters está buscando el archivo Nostrum, pero parece que lo ha perdido o traspapelado. ¿Qué cosas, eh? Perder estas cosas cuando todo está en la red. Bueno, no quería interrumpir sus vacaciones y no le quiero robar más tiempo. Quería saber si da su permiso para acceder a la copia del archivo de su terminal, rutinario, pero requiere su permiso. No quería molestarla, de veras, pero el doctor Masters insistió y..

El caos lingüístico de Elliot estaba mucho más acentuado que de costumbre. Un psicólogo definiría su estado como una mezcla de celos, vergüenza, devoción y una pizca de inseguridad desvocada. Elliot era un tipo peculiar, pero cuando hablaba contigo se volvía raro.

-No me interrumpe Blacksmith, acabo de salir del spa y me dirigía a ingerir algo a uno de los restaurantes del crucero. De Harvy no se nada desde hace unas horas, si quiere algún asunto con él, llame a su omnipad- añado sin entender que me hable de Harvy, ¿qué tendrá que ver?- Lo que no comprendo por qué no me llama el doctor Masters él mismo para algo así. Tiene mi permiso, pero solo para acceder a la copia y solo el doctor Masters. Sabe que usted, Blacksmith, no tiene acceso a los archivos de las investigaciones- digo seria, no quisiera que el técnico tocara de más, cuando solo se dedicaba a ayudar en el laboratorio, no tenía derecho y a mirar en mi terminal tampoco. Me enfado por dentro sin comprender que Masters no me llame él mismo.

Asiento levemente ante la pregunta de la mujer mientras esbozo una media sonrisa.

- Algo así, no era un viaje de negocios al uso, pero tampoco un viaje de placer. Aunque ahora ya sólo queda la parte de viajar por placer. - Termino con una sonrisa. - Soy ejecutivo de bajo nivel de la Nu-Sun, estoy en el Departamento de Adquisiciones, donde menos molesto, tal y como dice mi padre. - Termino forzando una sonrisa.

La mujer prestaba atención a tus palabras, la verdad es que a pesar de lo directa que era tampoco se comportaba como una fulana. Tenía porte y dignidad, podía estar interesada en ti pero no parecía que se fuera a rebajar a cualquier cosa.

Oh.. eso parece que haya una historia familiar bastante convulsa. comentó divertida. Un padre influyente para decir que su hijo no moleste, en la Nu-Sun, esto da para pensar. sonrió suavemente mostrando unos dientes perfectos.

Entonces en una ojeada rápida viste a un tipo que no había dejado de miraros. Era robusto, con pinta de gorila y se le asomaban algunos injertos mecánicos bajo la ropa. Tenía cara de pocos amigos.

Laura, estando de espaldas, poca atención podía prestarle y siguió charlando contigo.

Es una suerte entonces que esos negocios se hayan quedado en el espaciopierto. El tiempo libre es importante.

Cuando entran los hombres uniformados, levanto las manos bien alto y salgo de debajo de la mesa.

-No se que coño ha pasado, yo no he hecho nada-señalo con el dedo hacia los cuerpos- ellos... ellos empezaron a disparar y luego él-señalo al guardaespaldas- no, ese, creo que disparo primero- sacudo la cabeza- bueno yo que se, esto tendrá cámaras a mi no me tienen que llevar preso- Forzejeo cuando me ponen los grilletes- ESTABA A PUNTO DE CERRAR UN TRATO, me dijo que sí, que conste por escrito que me dijo que sí- pido a la desesperada a quien quiera escucharme.

Una vez en el pasillo sigo quejándome mientras me paro tras pocos pasos, me vuelvo a parar tras unos pocos y sólo camino a empujones.

-Yo no he hecho nada, ¿porque voy esposado?.- dos pasos- Quitadme las esposas inmediatamente, no saben con quien os estáis metiendo- otros dos pasos, en uno de los reflejos me veo la cara salpicada de sangre, Oh dios, oh dios- Yo no he hecho nada...- eso último lo digo casi gimoteando y ya no me paro más-

Samuel atiende a toda la explicación con una mueca de desagrado. No le gustaba cómo se estaba tratando el tema. La presencia de una fuerza militar tan grande iba a causar inquietud entre el pasaje y eso iba a dificultar su trabajo. Además, no parecía que semejante contingente militar fuera la mejor forma de tratar con un hacker. 

Por un momento parece que Sam va a decir algo.

No merece la pena.

Y entonces escucha las palabras de Hanna invintándole a partir.

-Sí, vamos.-contesta Samuel lacónicamente-.

Los dos os pusisteis al camino, con más o menos reticencias. Al salir del puesto de seguridad, Samuel recibió una mirada de comprensión por parte de Silje dando a entender que él tampoco estaba del todo conforme con la situación. Ya en camino, la IL de la Plavalaguna se puso en contacto con vosotros hablando por vuestro comunicador.

Señorita Agnarsson, señor Thorn, temo decirles que he tenido un problema inesperado a la hora de localizar a Alexandre Harvy. Ha desaparecido de la red de la nave, tampoco puedo acceder a sus registros ni a imágenes de él. Es como si se hubiera volatilizado de la StarNet. informó Jason con incertidumbre, luego añadió. Puedo confirmarles de que accedió a la nave, pero alguien ha accedido a mis archivos de memoria y lo ha borrado. Esta mañana estaba en el café de la cubierta 18 junto a su acompañante, Juliette LeCompte, de ella sí tengo todos los datos en el archivo.

La extrañeza de la inteligencia se os contagió, desde luego aquello adquiría un cariz algo inquietante y acentuaba la sensación de que realmente se estuviera preparando alguna clase de atentado. Jason os dio los datos de la pasajera Juliette LeCompte junto a una imagen suya.

Tus movimientos bruscos y exigencias solo lograron poner más tensos a los guardias de seguridad. La escena del camarote era dantesca, muchos de ellos no estaban acostumbradas a escenas tan violentas y sintieron un ligero mareo al ver los sesos sembrados por la estancia. Notabas que cuanto más te resistías, más te presionaban a seguir.

Por favor, no se resiste, señor Smith. No nos obligue a reducirlo. dijo con severidad del agente, por su tono parecía que lo iba a hacer si le obligabas y, según valoraste, hacía dos como tú. Lo aclararemos todo en Seguridad, colabore por favor.

Al final, con más pena que gloria, te llevaron al puesto de control de la nave. Enseguida te confinaron en un cubículo de blanco aséptico, únicamente poblado por una mesa y dos sillas. Te sentaron en una de ellas, te quitaron los grilletes y te ordenaron que esperases ahí. Eras libre de andar por aquella estancia cinco por cinco metros, te habían retirado todos los aparatos electrónicos y, seguramente, era una sala aislada de la red.

No había ningún sonido que viniera del exterior, solo el generado por ti al moverte. Al cabo de unos veinte minutos la puerta se abrió y entraron en la sala dos personas: una mujer y un hombre ataviado con uniforme militar.