Partida Rol por web

El crucero Plavagaluna, diseñado por Honorine Tech, es la cúspide de la ingeniería aeroespacial humana. Esta, junto a su gemela Hespérides, pertenecen a la compañía Universe Wonders, una agencia de viajes especializada en cruceros espaciales. Cada uno de vosotros está presente en la Plavalaguna por razones distintas, pero todos lleváis cerca de una semana a bordo desde que la nave partió desde Ganímedes en el sistema solar. En el séptimo día del trayecto os encontráis en el Cinturón de Faetón, el primer halo de asteroides del sistema Eridani, cerca de los astilleros de La Comunidad.

La nave consta de veinte cubiertas, lleva un pasaje de cuatro mil personas y una tripulación cercana a los mil quinientos. La cubierta principal se encuentra cubierta por una cúpula de grafeno superdenso que permite una visión espectacular del espacio, ahí se encuentran bares, piscinas, campos deportivos e incluso jardines artificiales. En las cubiertas superiores se encuentra los camarotes de la oficialidad y de los pasajeros más ricos, a medida que se va descendiendo se encuentran los camarotes más económicos. El puente se encuentra en una posición prominente encima de la cúpula de la nave.

Todos los pasajeros tienen acceso a estos servicios, salvo los que se encuentran en la zona VIP en las cubiertas superiores y las dependencias de la tripulación.

En las pantallas informativas de la Plavalaguna, y también en vuestros omnipad si los tenéis programados para recibir noticias, irrumpen algunas nuevas de última hora.

Hoy, el Presidente Prisant ha anunciado nuevas medidas para enfrentarse a las amenazas terroristas crecientes en el sistema Barnard. En contundentes declaraciones del líder de la Federación, acusa al Movimiento Libertad (MoLy) y al Partido Revisionista Wildiano (PRW) de promover actividades criminales que, hasta el momento, han generado varios atentados sin víctimas mortales.

En palabras de Prisant, "es cuestión de tiempo que algunos de estos atentados suban un nivel y causen víctimas mortales". Recordemos el atentado de Nochevieja de 2399 en el que un artefacto explosivo derribó el Victory Plaza en Ganímedes, el aviso de una fuente anónima logró desalojar el edificio antes de causar daños civiles. Esta escalada de violencia ha puesto en alerta al Departamento de Seguridad Federal (DSF) y a los cuerpos de seguridad de los mundos federados, la colaboración es de "vital importancia" según remarca la Consejera de Seguridad Min Zhou para atajar la amenaza de los grupos radicales.

Seguiremos informando de las novedades a lo largo del día.

En la jornada de hoy también se celebra el 192º aniversario de la pérdida de la Avalon, una de las cinco grandes naves colonizadoras que nunca llegó a reportar y se dio por desaparecida hace casi cien años. Con veinte mil almas a bordo, la Avalon fue enviada al sistema Sirio como serían enviadas sus gemelas a otros sistemas. La otra nave colonizadora, la Mundus, este año hará 170 años de su desaparición en noviembre.

La aventura de la Gran Colonización era el canto de sirena para la humanidad, atrapada entonces en los límites del sistema Solar. A pesar de la pérdida de las dos naves mencionadas, la Atlantis, la Lemuria y la Pengiai alcanzaron sus metas de establecer las colonias de los sistemas Eridani, Barnard y Gliese inaugurando la Era Intergaláctica para el hombre.

En la actualidad se desconoce tanto el paradero de la Avalon como de la Mundus. Los astrotelescopios han permanecido durante décadas fijos sobre los sistemas de destino de ambas naves, pero las lecturas siempre han salido negativas y no existe rastro de energía que pudiera indicar la presencia de los motores de impulso usado por las naves colonizadoras. Su destino sigue siendo un misterio, y muchos cazadores de estrellas aseguran que si las naves están flotando en el vacío espacial es casi imposible localizarlas.

Más detalles sobre el aniversario de la Avalon esta tarde en el programa "El Cinturón de Orión" con su presentadora Satomi Hisakawa.

El mensaje se repite cíclicamente.

Desde que embarcasteis el jefe Silje había estado de mal humor. Aunque nadie le había preguntado, todo el mundo deducía que era debido a la presencia de soldados de la Armada Federal a bordo de la Plavalaguna. No eran demasiados, apenas una veintena, pero la presencia de militares en una nave civil solo podía anunciar problemas y estos, por ahora, se resistían a presentarse.

Los noticias sobre las actividades terroristas crecientes no ayudaban a reflejar un ambiente distendido y ocioso, el anhelado para un crucero de las características en el que viajabais. Tras una semana de llegar al sistema Eridani los militares, y la presunta comitiva que escoltaban, no habían interferido en el quehacer diario de la Plavalaguna, pero era cuestión de tiempo que lo hicieran por una razón u otra. Todo el mundo creía eso, y eso era lo que le ponía de mal humor a Pauwel Silje.

Esa mañana te había mandado llamar a su presencia. Tu servicio a bordo había sido tranquilo, incluso habías podido relajarte cuando tenías un hueco en el servicio. Trabajar en un crucero de lujo tenía sus ventajas. Ante el jefe Silje no era buena idea mostrarse relajado, lo habías sabido nada más empezar cuando uno de tus compañeros se ganó una reprimenda por no atender a sus indicaciones.

¿Agnarsson? Buenos días, disculpa que te haya hecho llamar tan pronto y antes de tu servicio. Pero necesito a alguien competente y discreto. anunció con marcialidad, la Sala de Seguridad, ubicada en las cubiertas superiores, al lado del puente, era un vaivén de agentes de seguridad. Necesito que busques a dos pasajeros, viajan de incógnito pero pertenecen a la compañía. Quiero que contacte con ellos y los hagas venir enseguida aquí. Sus nombres son Samuel Thorn y Cassandra Dawson, viajan como de Isaac y Diana Bailey, dígales que les necesito y, por favor, sea discreta. ¿Alguna pregunta?

La mañana se había levantado tranquila, los enjambres de pasajeros pululaban por toda la cubierta principal. Te habíais decidido a darte un descanso del ocio, en la barra del bar a pie de la piscina, el ambiente artificial es el parecido al clima tropical y la gente va con traje de baño. Las holopantallas reflejan paisajes paradisíacos para aquellos que no desean disfrutar del fondo estelar, hay un ambiente para cada persona que desee disfrutarlo.

Te has fijado que hay algo más de seguridad en la nave. Al margen de los guardias de seguridad, te ha parecido ver algún soldado en las cubiertas superiores. Quizá algún pez gordo de la FPH o de la AF, no sería extraño viendo la gran cantidad de VIP habituales en cruceros de estas características. Pero lo principal es que no te buscan a ti, al menos eso parece, y eso es suficiente para este viaje improvisado de lujo.

En la barra también hay una mujer de pelo negro, parece que le has llamado la atención, pues te mira de forma disimulada y con picardía, pero curiosamente quien más te intriga es un hombre de aspecto adusto y serio que no parece corresponder con aquel ambiente relajado, esta acompañado por una mujer rubia con la que mantiene una somera conversación. Tus alarmas internas se encienden, ¿un secreta? Joder.. ¿me busca a mi? Luego el primer instinto se calma, si es un secreta no te está prestando el mínimo de atención, aunque claro están especializados en estas lides.

La semana que habías pasado en la Plavalaguna había empezado con la desconcertante presencia de soldados en la nave, marines de la AF que permanecían principalmente en las cubiertas superiores. No era la primera vez que veías militares de servicio en un crucero, solían acompañar personalidades importantes del gobierno o del ejército cuya seguridad no podía ser confiada a los cuerpos de seguridad de las compañías en las que viajaban. El hecho era intrigante, pero tu olfato de perro viejo te invitó a mantenerte alejado pues, al fin y al cabo, se trataba de un extra para que el viaje fuera lo más plácido posible.

Aquella mañana te habías levantado con el ánimo sombrío, tenías un mal presentimiento del que no podías deshacerte y, como era habitual, tenía la mala costumbre de acertar cuando te advertía. La idea de tener a los militares a bordo, la creciente amenaza de terroristas, ¿había alguna amenaza de atentado que no se te había comunicado? Al principio no quisiste compartir esas sospechas con Cassandra, tampoco creías que ella no hubiera llegado a esa misma conclusión.

Quisiste salir de la habitación pronto, Cassie te acompañó alargando una conversación superflua sobre los últimos resultados en las elecciones del gobierno de Stephane, del que ella era nativa, siendo lo más interesante de la charla las amargas sospechas que tenía la mujer de la corrupción del partido ganador. Algo que se había convertido en habitual en aquellos tiempos por desgracia.

Un cortado, por favor. pidió la mujer a Jason, el holograma de la Inteligencia Limitada que gestionaba el bar en el que os habíais detenido, uno de los de la cubierta principal junto a las piscinas. ¿Qué quieres tomar, Isaac? Te veo algo taciturno esta mañana, ¿te ocurre algo?

El holograma de la Inteligencia Limitada de la Plavalaguna gestionaba el bar, ayudado por pequeños robots camareros que atendían a las peticiones de los clientes.

¿Y usted, señor Bailey? preguntó luego a Samuel Thorn, que acompañaba a la mujer.

Buenos días, señor Wong ¿qué desea tomar? preguntó a Jack Wong pendiente de su solicitud.

Llevabas una semana a bordo de la Plavalaguna, pero a pesar del tiempo de ocio que estabas disfrutando la reunión con tu posible inversor se estaba haciendo esperar. Nikolai Orlov del Consorcio de Seguridad Wildiano, un tipo influyente e importante en los asuntos de seguridad a nivel de todo el sistema Barnard. Su palabra era escuchada y anotada por la mayoría de empresas afiliadas al consorcio, obtener el visto bueno de un hombre como Nikolai era tener la llave al mercado armamentístico del sector privado de todo un sistema. Era la reunión más importante que habías tenido hasta el momento desde que trabajabas para Armotec.

Habías recibido la llamada de Orlov esa misma mañana, te había citado en su camarote en la cubierta superior y gustoso tiraste por la borda tus planes para atender solícito la solicitud, fuiste acompañado de Lara y de Jack, los guardaespaldas-modelos que te habían asignado con los modelos de la Hachiman, la armadura estrella de la empresa. Te citó con su hombre de confianza, Roberto Gouveia, que te llevaría a su estancia. El aspecto del guardaespaldas de Orlov daba todo el aspecto de lo que se esperaba de un tipo así: duro y poco hablador.

Por favor, sígame señor Smith. Es por aquí. pidió educadamente Roberto llevándote por un pasillo.

Por el camino os cruzasteis con un par de soldados, tu ojo clínico los había detectado hacía días. Era raro ver soldados de la FPH en un crucero de placer, tu instinto te indicaba que bien se trataba de algo gordo o estaban custodiando a alguien, quizá lo que más rabia te daba de aquella situación era que las armas de los soldados eran de TechCombat y no de Armotec.

La semana que habías pasado en la Plavalaguna no podía decirse que lo hubieras pasado mal, pero Alexandre se las apañaba para incomodarte ocasionalmente con sus insinuaciones que, para colmo, o ignorabas o llegaban en mal momento. Si habías aceptado compartir aquel viaje con él era porque el crucero iba a hacer escala en Eridanus y tendrías la oportunidad de visitar a tus padres, pero era inevitable que tarde o temprano ibas a acabar en la cama con él y eso te daba rabia. No te daba la gana de ser su puta, y así lo reflejabas en sus pensamientos, pero aceptar compartir ese crucero era aceptar de facto algunas condiciones y letra pequeña.

Al menos Alexandre tenía la decencia de trabajárselo, pero tenía la gracia de un zapato y temías que en la cama fuera un charlatán. Esa mañana te había invitado, como de costumbre, a desayunar en uno de las cafeterías más chic de la Plavalaguna. La sonrisa estúpida del hombre era ya una incómoda estampa a la que te habías resignado.

Espero que esté todo a tu gusto, Juliette. Estás especialmente hermosa esta mañana. ¿otra vez especialmente hermosa? A estas altura deberías ser modelo y no bioingeniera. ¿Qué te apetece hacer hoy?

Sam dejó caer un codo sobre la barra y se giró hacia su mujer. Ciertamente estaba un tanto abrumado por las circunstancias. Nunca le habían gustado los imprevistos. El no saber qué estaba pasando ahí arriba lo consumía.

-Yo café también,...pero que sea irlandés.-contesta Sam como ignorando a la IA mientras dirigía una mirada traviesa a su mujer-. No sé,...me inquieta tanta presencia militar. No me acabo de acostumbrar...y además, nadie nos ha advertido de ello. Aún siendo un imprevisto de última hora, el protocolo de seguridad exige que se nos comunique y ya va una semana. Me siento...desconcertado. Demasiado obvio para tratarse de algún tipo de operación encubierta y demasiado secretismo para ser un viaje de rutina. No dejan de recordarme que este viaje se puede torcer a pesar de todo lo bien que podamos hacer nuestro trabajo ¿No te pasa?

Sam giró su vista hacia el otro lado de la barra, como para observar si estaban siendo escuchados, percatándose de la presencia de otras dos personas en la barra. Su mirada se cruza un segundo con la del oriental y sin más, se vuelve a dar la vuelta hacia Cassie, intentando forzar una sonrisa. 

-Será mejor estar alerta ante cualquier cosa que se salga de lo normal.

No entendía el afán de este tipo por ir detrás de mi, cuando podía tener relaciones sexuales con cualquiera. Pero no me quedó más remedio que aceptar, hacía mucho que no veía a mis padres y cada vez me lo pedían con más insistencia. No entendían que era mucho más importante el trabajo que desempeñaba en el laboratorio y que ya nos veríamos cuando fuera, pero mi madre hablaba de los problemas de salud de mi padre de forma hipocondríaca y si iba se callaría un tiempo.

-¿Especialmente hermosa por qué?- pregunté mirándole, sin entender del todo.- Estoy como todos los días, no hice nada extraordinario, ni en el corte de pelo, ni me maquillé más que otras veces e incluso mi forma de vestir es más o menos lo de siempre...- me miro la ropa, un simple vestido blanco hasta la rodilla, sin enseñar nada de más y tampoco muy entallado.-Y creo que lo que me gustaría hacer hoy no está en la lista de actividades ofertadas por el crucero...- suspiro aburrida y bebo el resto de mi café de un trago.

Quiero volver cuanto antes al trabajo... Maldita la hora que acepté algo así. Quizás luego vaya al spa un rato, pero sin Harvy, me fatiga la forma en que pone tanto interés en algo banal.

Otra cosa que tenías que admitir de Alexandre era su capacidad para adaptarse a los golpes dialécticos que le propinabas. Mantuvo, ante todo, la sonrisa.

Seré yo que te veo con mejores ojos cada día. respondió encantador. Luego tu comentario acerca de la lista de actividades incompleta fue interpretado por el sagaz varón de una forma bastante errónea. Apoyó los brazos sobre la mesa juntando los dedos mientras te miraba a los ojos.

¿No se encuentra en la lista? Bueno.. quizá debamos repasar esa lista en la habitación. alzó muy levemente las cejas con una sonrisa pícara, parecía que fuera a saltarte al cuello de un momento a otro cuando el camarero os sirvió el desayuno.

Una comida frugal, al modo clásico, que te dio una excusa para seguir manteniendo la distancia con el ejecutivo.

La imagen holográfica de la Inteligencia Limitada de la Plavalaguna, Jason, apareció junto a vuestra mesa con la mejor de sus sonrisas cibernéticas.

Buenos días, señor Harvy. Buenos días, señorita LeCompte. Espero que estén disfrutando de su desayuno, ¿ya han decidido que harán hoy? Hoy tenemos la estrena exclusiva de la nueva película de Deanna Keller, Fénix, como gran novedad. 

Estoy en mi camarote, la empresa ha hecho un esfuerzo para conseguirme un buen alojamiento, de nada sirve hacer tratos de millones de créditos si después te ahorras en tonterías. Mi tarjeta ha echado fuego estos días, digamos que he disfrutado de los servicios durante esta semana.

Ahora mismo estoy en mi habitación, hay dos botellas de agua sobre una mesa de policristal, tengo una manía de hidratarme muy a menudo y siempre tengo algo cerca. Conecto la pantalla llamando a Catherine. Me pongo el comunicador en la oreja y repaso con ella, los pasos de la reunión por décima vez. Es muy importante para mi carrera conseguir este contrato. Así que no me canso de repasar toda mi exposición.

También llamo a mis modelos para que recordarles exactamente como se tienen que colocar para sacar el mayor beneficio a las armas, ya sabemos que nuestras armaduras son las mejores, pero en las armas, tenemos un problema en cuanto al coste. Necesitamos más compradores para abaratar toda la línea de producción y llegar a más compradores. Nicolai es el escalón que nos falta. Le estoy dando vueltas al modelo para poder integrarle algo más sin que los costes se disparen.

Una vez todo repasado, doy paso a Katerine, ella es mejor con las personalidades, le doy vueltas a mis compradores, que han hecho durante toda la semana, Katerine me ayuda a revisar las cámaras, lo hice sólo una vez, no quiero arriesgarme a que me cojan son muy celosos de la intimidad en este crucero. Ha hecho un perfil de gustos y psicológico que me ayude a llegar a ellos.

Por fin recibo esa llamada y una vez llegada la hora, me visto de forma meticulosa y perfecta, me pongo el comunicador en la oreja para que mis IAS me ayuden en todo lo posible. Les iré dando indicaciones en la reunión. En mi maletín llevo mi ordenador en un lado bien protegido, y en el otro lado llevo el modelo de imitación de la pistola Harrebringer que queremos vender.

Cojo una botella de agua en la otra mano, salgo para allá con Lara y Jack, dándoles un golpe en el hombro a cada uno.

-Vamos al lío chicos, y ojos abiertos también- le indico, no me llevo mal con ellos, pero no quiero confianzas.

De camino a la reunión ya me llevo mi primer disgusto, por dos motivos, por su presencia y por su armamento.

Miro a Harvy con cara de situación, este tipo no se rinde nunca. A ver si encuentra otra mujer para sus menesteres sexuales, ésto es enorme, alguna debe valerle. Por suerte como si de una campana al final de la clase se tratara, me salva la inteligencia limitada salvándome de tener que contestar a Harvy.

-La película estará bien- me apresuro a decir, tendré que despistar a Harvy si quiero ir al spa, pero éso será luego.- ¿Cuándo es el estreno?

Hanna adoraba aquella nave, era tan espaciosa como un planeta, pero tenía unas vistas al cosmos impresionantes que quitaban el hipo. De hecho a ella le gustaba ejercer su labor de seguridad por la sección principal, para vislumbrar la felicidad de los clientes del Plavalaguna que comían en los elegantes restaurantes, fijarse en las chicas que se bañaban en la piscina bajo el mar de estrellas o pasear por los jardines con flora tan exótica como el espacio que se podía ver si mirabas arriba.

Pero no era el caso... aquel día Hanna tenía que encargarse de las cubiertas inferiores de popa, destinada a la clase baja que no podía pagarse un camarote mejor. Eran pasillos estrechos, bien agradables a la vista, por supuesto, pero estrechos y laberínticos.

Lo que si era verdad, era su apariencia de chica dura y matona. Sus cicatrices no pasaban desapercibidos entre la población de la nave, y más de una vez escuchaba murmullos que hablaban sobre ella y su singular aspecto. Pero no le importanta, no, ya estaba acostumbrada a eso.

El jefe Silje le había reclamado. Al menos podría abandonar su angosto puesto durante unos minutos mientras se encargaba de la nueva tarea encomendada. -No se preocupes, capitán Silje. Yo me ocuparé de ello, seré discreta. Ninguna pregunta, señor. En cuanto de con ellos los escoltaré personalmente hasta usted.

Un segundo después abrió su omnipad y se puso en contacto con Jason, la Inteligencia Limitada del colosal navío. Jason, quiero consultar algo. Búscame a los pasajeros Isaac y Diana Bailey.

Junto a Katherine habías trazado el perfil psicológico de Nikolai Orlov, así como un recogido de su historial disponible:

Nikolai Orlov, nacido el 4 de septiembre de 2357 en Stoker, Sistema Barnard, hijo de Dmitri Orlov y Juliana Ford. El padre fue veterano de guerra durante la Gran Guerra Solar por el bando colonial, la madre profesora de ingeniería civil en la Universidad Politécnica de Stoker.

Estudió Ciencias Políticas en Wilde y se licenció en 2380, entró a trabajar como representante para Aesir Design Corporation pero dejó el trabajo dos años despué, tras aceptar un puesto como relaciones públicas en la empresa de seguridad VoidSec. Ascendió rápidamente hasta ser el vicepresidente de la compañía, desde esa posición impulsó la creación del Consorcio de Seguridad Wildiano y asumió el papel de Portavoz y Representante del Consorcio asegurando su influencia en el sector de la seguridad en Barnard.

Es un hombre pragmático, acostumbrado a negociaciones duras y es difícil que le sorprendan. No le gustan los artificios, le gusta ir directo al grano aunque aprecia la conversación cultivada. Se le tiene por un gran amante del arte terrestre de finales del siglo XIX, pues se le ha visto visitar con frecuencia los principales museos pictóricos europeos de la Tierra.

Está casado y tiene tres hijos, procura no exponerlos a la vida pública separando negocios y familia.

Roberto os acompaña en silencio, igual hacen Lara y Jack que cumplen con su trabajo con eficacia. No tardáis mucho en llegar al camarote de Orlov, pero has ido viendo como la presencia de militares aumentaba en la cubierta superior. Puedes ver soldados apostados al principio de cada pasillo de la zona.

Es aquí, señor Smith. Espere un momento. el guardaespaldas llamó por el comunicador. ¿Señor? El sr. Smith está aquí. Bien, de acuerdo. deduciste rápidamente lo que te iba a decir. Por favor, pase. El señor Orlov le espera.

El hombre te abrió la puerta a un camarote espacioso, ricamente decorado que dejaba en ridículo el tuyo. Tenías la sensación de que aquel sitio era como una segunda residencia para tu posible cliente, olía a cedro y en el ambiente sonaba un agradable hilo musical. La ventana estaba abierta, pero la imagen que reflejaba no era el de la cubierta principal sino el de un inmenso bosque nevado generado por la holopantalla incorporada en el policristal. 

El representante del Consorcio se volvió enseguida hacia ti, tenía una sonrisa leve y cordial, lo suficiente como para no sentirlo hostil. Se acercó a ti con pasos firmes dándote la mano con el mismo vigor.

Bienvenido a mi despacho improvisado, señor Smith. Es agradable poderle conocer finalmente, las entrevistas por StarNet son frías y distantes. Prefiero el trato directo, ver a quien tengo delante con mis propios ojos. hizo una pausa guiándote a la mesa central donde descansaban, a ambos flancos, dos enorme butacones. Siéntese, por favor. ¿Desea tomar algo?

La IL respondió solícito tu pregunta sin perder ni por un segundo el tono agradable.

Está prevista por la tarde. A las 17:00h en la Sala Leelo, puedo reservar sus entradas enseguida si lo desean.

La interrupción de Jason desgranó un poco el ánimo depredador de Alexandre, pero lejos de darse por vencido te sonrió dispuesto a complacerte en tu deseo cinematográfico.

Será interesante, dicen que es una película excelente. vaticinó sin que el film hubiera sido estrenado aún. Cuando iba a proseguir con su palabrería, el rostro del hombre cambió a una ligera mueca. Oh, disculpa querida. Me llaman. Dame un segundo.

Alexandre se levantó con gesto extrañado, se apartó para tener la conversación sin molestar. Si te fijaste en él, pudiste ver la cara de perplejidad de este. Sabías que había dejado claro que no le llamaran del trabajo, y esta era la primera llamada que recibía desde que estabais en la Plavalaguna.