Partida Rol por web

En un primer momento Arbar se queda parado por no disponer de conductores competentes, pero unos segundos después sus mecanismos internos reaccionan y obedece sin más...

Pero ¿Tendrá experiencia Krunk?... ¡NO HAY PEROS! se dice

Elñ Kapitás sabe lo que hace... siempre lo sabe.

Pero si... NO HAY PEROS, se repite automáticamente.

Sí señor... yo me encargo del segundo turno. Sube al carro y se acomoda como puede, cambiando los pensamientos y poniendo los cinco, perdón, los seis sentidos en mirar hacia la parte externa del carro por detrás.

La verdad es que no le da demasiada seguridad estos vehículos, pero es lo que hay.

Thorkegar vio como los mostalis de hierro eran más dedicídos que él y siempre hablaban antes que él pudiera pensar lo que iba a decir. - Bueno... yo haré el último turno, así que si no tenéis ninguna tarea que encomendarme me acomodaré lo mejor que pueda y descansaré.
Acto seguido, el pequeño mostali se introdujo en la carreta y observó su interior para poder acomodarse lo mejor posible y descansar. Abrió su mochila, sacó su saco y lo acopló entre los cachibaches de la mejor forma posible, tenía la ventaja de ser pequeño no tanto como el recién conocido Swot, pero no tendría tantos problemas como el resto de sus compañeros. cuando al fin se acomodó pasó un buen rato mirando a su criatura.. Si hubiese sabido lo que se avecinaba te hubiera creado con otro propósito, se me ocurren tantas utilidades que te hubiera dado: conductor de carreta, ahora nos vendría genial; o bien enfermero, si caemos heridos serías de buena utilidad ser capaz de curarnos; o también mochilero, así no tendría que cargar con mi pesada mochila... en fin espero que tu utilidad nos sea útil, pero no lo creo. Y con éste último pensamiento Thorkegar cerró los ojos y se puso a roncar.

- Capitán - interviene Argörath, hasta hace bien poco sumido en sus pensamientos - Si me permitís la observación, sería conveniente emparejar las guardias de manera que los mostalis menos competentes en el combate estemos con otro que si lo sea. Vorkadung y Thorkegar parecen conocerse bien, por lo cual podrían formar una de las guardias bien compensada. Y para mi desgracia tampoco soy competente en el combate, por lo que debería estar con un camarada que se sepa desenvolver en las artes de la guerra -

La carreta rueda con leve traqueteo buscando un equilibrio entre la rapidez y la atención al camino y al entorno. El terreno es algo abrupto al pie de las montañas, y el Tanier serpentea durante varias jornadas hacia el sur entre las colinas de Lankst, y el camino principal sigue ese curso. Pero deben decidir la dirección a seguir, pues también podrían ir al este o al oeste. Para ello necesitan buscar las marcas que dejan sus compañeros en su avance y en seguida observan las marcas que los exploradores avanzados han dejado para indicarles que han decidido seguir hacia el sur. Vorkadung guía ahora la carreta por el camino hasta llegar al río con Martilloalto a su lado observando el camino.

Parece que hay una senda estrecha y aparentemente poco transitada que se dirige hacia el este abandonando el camino principal, pero hay claras marcas de los exploradores que indican que han continuado hacia el sur, así que Arbar guía el carro acompañado de Argörath en el pescante.

Transcurren las horas y el viaje es monótono y aburrido. La nieve cae a ratos y apenas cuaja en el suelo, pero lo humedece y en algunos puntos se forma algo de barro, afortunadamente insuficiente para atascar el carro en algún bache pronunciado que el conductor de turno se afana en evitar.

Cuando llega la noche, es ya Thorkegar el que conduce la carreta con Krunk a su lado, envuelto en su túnica y mirando con ojos llameantes bajo la capucha, atento a cualquier movimiento o a posibles marcas en el camino dejadas por los exploradores.

Pero ya es tarde y la noche se promete oscura, con una luna roja apenas visible en el cielo, por lo que es conveniente parar y montar campamento. Los abrelatas comienzan a sonar alrededor de la hoguera... y entonces caen en la cuenta de que las provisiones de Hal, Obendiya y Swot están en la carreta.

El veterano capitán de la expedición aprovecha los huecos entre bocado y bocado de la pasta terrosa que se lleva a la boca con el mango del abrelatas en forma de cuchara, para asignar los turnos de guarda para la noche. Habla con la boca llena y le cuesta trabajo hacerse entender.

- Yo me encargaré de la primera guardia... gronf, gronf, crunch... y luego despertaré a Vorkadung y Argörath... ñam, burp... Arbar y Thorkegar harán la última guardia.

Los mostalis se ven obligados a pasar la noche bajo el manto celeste, lo cual no es su costumbre, y los aullidos de los lobos que resuenan a lo lejos no contribuyen a mejorar los nervios.

No me reconozco dirigiendo una carreta, pero bueno, no ha parecido tan difícil... dice mientras coge la lata de comida y se dispone a abrirla...

Bueno, no ha parecido tan difícil, pero tengo el culo plano de estar tanto rato sentado ahí...

¡Ops!, ¡por las barbas de Mortal!... ¿Podría ser que nuestros adelantados compañeros se hayan dejado aquí sus provisiones? Bueno, ya se las apañarán...

Cómo se nota que no trabajan como Mostal manda. Si hubieran sido un pelí organizados no se lo habrían dejado... estos humanos... y el pequeño...

Está cansado y, tras cenar y el reparto de las guardias, se pone a dormir rápido ignorando los lobos que aúllan a lo lejos...

- ¿Qué se puede esperar de unos humanos? No tienen disciplina. -comenta mientras come, recordando el asunto de la comida de los exploradores.- Pero el que me preocupa es el pequeño Swot. Creo que ha pasado demasiado tiempo fuera y ha cogido costumbres inadecuadas que acabarán por dejarlo inutil para el propósito mostali. -coge una buena cucharada de la pasta que ellos comen se la mete en la boca- Y todos sabemos que lo que ya no sirve, y no se puede reparar, se desecha. Si continua por esa senda, -gronf gronf, dice masticando- Mostal lo desechará, y acabará como los humanos, deteriorándose con el paso del tiempo, como una máquina que ya no se revisa, -gronf, slurp, sigue hablando con una bola de comida en un lado de la boca- y cuyas piezas se deterioran y acaban rompiendo la máquina. Creo que es lo que llaman envejecer. -traga el bocado de comida y chupa la cuchara- Mi capitán me explicó lo que pasa cuando se lleva una herejía demasiado lejos y se pierde la esencia mostali. Dejas de ser útil para el propósito de Mostal y ya no sirves. -dice tras chupar la cuchara, y agitándola despues en el aire como dando unos toquecitos, para enfatizar la lección que aprendió- Debería renovar sus costumbres, o acabará envejeciendo. -comenta gesticulando, con la cuchara aún entre los dedos.- Al menos así me lo explicaron, si no revisas la maquina, el tiempo hace que se rompa. Swot deberia ser revisado, o el tiempo acabará con él, acabará "roto" de verdad. Desde luego, así nunca alcanzará la perfección. -hace una pausa mientras coge otra cucharada y se da cuenta de que ha emitido un juicio muy personal, siendo probablemente el menos indicado para ello, y añade.- Bueno... No se si me equivoco, aquí soy el que menos experiencia tiene. -finaliza buscando una mirada de aprobación entre sus compañeros tras su intervención y se lleva la cuchara a la boca.

Tras la cena, se acuesta a reposar la cena con sonoros ronquidos junto a su hacha, hasta que llegue el momento de su guardia.

Arbar asiente con énfasis las palabras de Tres Tubos sin decir nada más que algún gruñido

Mientras están cenando, Argörath asiente levemente a lo que Vorkadung dice, a lo cual añade - Ah, amigo Vorkadung; ¿Quién sabe cual es el propósito que Mostal tiene para el pequeño Swot? Pese a que muchas de las otras razas que pueblan el mundo no parecen aportarle gran cosa a la máquina, sin embargo todas tienen algo de lo que podemos aprender... unas mas que otras eso es cierto. Aunque para aprender es inevitable el contacto, y quizás las extrañas costumbres del que llaman "el roto" sea un pequeño precio a pagar a cambio de conocimiento-

Después aprovecha el rato que les queda hasta su guardia para echar un sueñecito.

Tres Tubos observa que Arbar parece de acuerdo con él, pero Argörath defiende a los humanos y sus descuidadas costumbres, a lo que responde con tacto- Puede que sí, maese Argörath. Pero... dudo mucho que ningún humano me vaya a enseñar a mí gran cosa acerca de la forja de armas y armaduras, sobre el hierro o sobre el arte de la guerra y del combate.... y eso que aún soy joven y tengo mucho que aprender de mi oficio, pero sin duda no será de los humanos. -dice adaptándo las palabras de Argörath a sí mismo, y añade refiriéndose a Swot- Sólo digo que... bueno, de verdad, no me malinterpreteis, no tengo nada en su contra. Incluso no veo del todo mal que haya decidido cambiar de oficio, a pesar de haber sido designado para ser enano de hierro. Pero me entristecería ver a uno de los nuestros fracasar. Somos enanos... Mostalis... la raza mas grandiosa de toda Glorantha, y trabajamos con tesón para alcanzar la perfección. No podemos compararnos con los humanos ni de lejos. Sólo que, bueno, confío en que sepa discernir la delgada linea que separa la herejía de la apostasía. -dice utilizándo una parábola- Yo prefiero caminar a cierta distancia de esa línea, pero Swot la acaricia con las botas al caminar, y si da un traspiés podria caer al otro lado sin darse cuenta, y eso seria una pena. No lo consideraría un "pequeño precio" mi querido amigo Argörath. No se, tal vez en El Paso del Dragón las cosas son distintas, pero creo que deberiamos darle toda la ayuda que necesite para que no cruce esa línea. A mí me gustaria que lo hiciesen por mí.

Vorkadung vuelve a incidir en su preocupación acerca del diminuto enano, aparte de mostrar un convencimiento absoluto de la superioridad de su especie con respecto a las demás. Es evidente que ha sido bién aleccionado desde muy joven, y no ha tenido la ocasión de hacer su propia valoración objetiva acerca de otras especies, como los humanos, por ejemplo.

Es una noche tranquila, si exceptuamos los aullidos de lobos en la lejanía de cuando en cuando. A ratos vuelve a nevar y el fuego del campamento se convierte en una bendición para mantenerse caliente. Las guardias se suceden aburridas, pero como bien saben los enanos de hierro, las buenas guardias son las guardias aburridas en las que ves el fin del turno sin ningún sobresalto.

Al amanecer, una fina capa de nieve cubre todo el terreno a su alrededor, y conforme recogen el campamento la delgada capa nieve se deshace ante el implacable Yelm.

Los enanos se ponen en marcha de nuevo, siguiendo al sur muy atentos a las marcas en el camino, si es que no las ha cubierto la nieve aún sin derretir...

Tras un rápido desayuno, recoge sus cosas y cuando se preparan para partir, apaga el fuego.- Habrá que prestar más atención en los cruces para buscar las marcas de los humanos. La nieve podria ocultar las marcas. -mira al capitán tras guardar la mochila preguntandole- ¿Me toca conducir Krunk?

Tras crujirse los dedos y el cuello, estirar un poco los brazos. Entonces comienza a recoger sus cosas mientras dice:

Listo, apresurémonos antes de que caiga más nieve y sea más difícil reconocer las señales.

Argörath desayuna deprisa al igual que el resto. Ha pasado una noche relativamente tranquila, aunque algo fria y se dispone a compartir camino junto con Vorkadung cuando le toque el turno al frente de la carreta.

Apenas Yelm asoma un pulgar por encima de las montañas Petrificadas la carreta ya está en marcha por el sinuoso camino paralelo al Alto Tanier. No han recorrido una hora de camino cuando Arbar ve algo que se acerca de frente por el camino. Vorkadung, que conduce la carreta en ese momento, observa tambien el camino y comprueba que en efecto algo se acerca a bastante distancia, tal vez más de un kilómetro. Parecen jinetes, pero están demasiado lejos para contarlos o verlos con claridad...

Cuando Arbar se inclina hacia adelante para observar mejor el horizonte, Vorkadung intuye que el teniente ha visto algo. Sus diminutos ojos escudriñan el horizonte, poco acustumbrados a usarlos en el exterior, y divisa lo que parecen ser unos jinetes en el horizonte. Suelta un breve gruñido y le confirma al teniente lo que ve.- Grrr. Creo que veo eso que miras, Martilloalto. -y dá un par de zapatazos en el reposapies que hacen tintinear la cota de malla de su pierna- ¡Tenemos compañía!

Efectivamente, compañero...

Como seguro nos han visto, yo seguiría sin más, como si nada... 

Lo mejor es que los que están dentro de la carreta se oculten... dice para que le oigan...

Vorkadung gira la cabeza a la izquierda para mirar a Arbar y contesta.- Si, seguro que nos han visto. Pero es mejor estar preparados, por si acaso.

Tal vez quieran entablar conversación de algún tipo. Tal vez Krunk no quiera que nadie hable con ellos. Tal vez deberian tener una tapadera preparada. Hace un breve repaso de sus armas de forma instintiva, desabrocha la cartuchera donde lleva su pistola, para tenerla más a mano en caso de ser necesaria. Echa una mano detrás de él y toca con sus dedos la ballesta, que sigue detras de él, en el interior de la carreta. Y por último, con una fugaz mirada hacia abajo, comprueba que el hacha sigue tumbada bajo sus pies. Tras la comprobación le asaltan las dudas nuevamente.

- ¿Qué... qué decimos si nos preguntan? -dice a Arbar sin dejar de mirar el camino, con un leve tartamudeo que indica la inseguridad que siente ante el hecho de tener que hablar, negociar o mentir a los extraños. Luego mira de reojo al Teniente, y con cara de circunstancia le dice mientras mantiene la mirada de reojo.- Bueno, si hay que hablar, mejor hablas tú, ¿no?. Trabajas cara a la gente en la puerta de Malnegocio y estás más acostumbrado. -vuelve a mirar al camino y continúa- Yo me limitaré a observar y estar preparado.

Estooo... Sí... vale, hablaré yo...

diré que somos... comerciantes y seré... como dicen los humanos que soy... trusco, no, brusco, eso brusco para que no les dé por hablarnos... eso haré...

comprueba que echando la mano atrás podría llegar a su martillo... bueno además en caso de conflicto son mayoría y con una potencia de ataque muy grande... Va, no va a pasar nada, seguro que pasan de largo...