Partida Rol por web

Martilloalto, como no podría ser de otra manera, intentará cumplir las órdenes de su jefe. Así que atacará las armas del traidor para dañarlas o desarmarle.

Una vez logrado, intentará abrazar a su rival e inmovilizarlo.

Bosporus mientras se levanta del suelo se dirige a Cacodemonio. - Cacodemonio he intentado que el caos llege a este lugar como a ti te complace, y he sembrado la desconfianza entre un grupo pintoresco, humanos y enanos trabajando juntos... hasta un Khan de las Tempestades a caido bajo mi espada. Ven y no dejes que tu siervo que te sirve bien caiga a manos de estos desgraciados. Y que pueda seguir sirviendote. O matanos a todos!!! JAJAJAJA!!!! Luego golpea a Palgrem y a Sokendal blandiendo su espada hacia uno y hacia otro como quisiera tener el mayor recorrido posible con ella para hacer el maximo daño con ella.

El veterano mostali se sorprende ligeramente ante la rapidez con que se recupera su último adversario y la revelación que acaba de escupirles. Pero ante la aparición del Impostor, como aquel otro siglos antes, solo cabe una solución.
- Es el caos que daña la Máquina lo que tenemos delante, nada más necesitamos saber de él. ¡Debe de ser eliminado! -diciendo esto, Crisol hirviente se situa de modo que rodeen por completo a este temible adversario. Del mismo modo que pretendía asegurarse de acabar con Samaliman, lo intentará con este ser de engañosa apariencia. Ha acabado con muchos enemigos durante sus ciclos y nunca ha encontrado una criatura que sobreviva después de cortarle la cabeza.

Vorkadung escucha atónito la invocación del adorador del Caos, con el hacha en alto. Comprende en seguida que se trata del Enemigo Ancestral, no de un hombre lleno de sorpresas. Tres Tubos se enfrenta por primera vez en su vida, cara a cara, con el Caos, aquello que daña y rompe la Máquina por donde pasa...

En seguida comprende que aquello no podía seguir con vida, y así lo confirma rápidamente su Capitán, de manera que se dedicará a cumplir las nuevas órdenes con la mayor eficacia posible, ya no hay que dar mas explicaciones, ni hacer preguntas...

El diminuto mostali quedó tan inmóvil como la piedra a la que estaba acostumbrado a esculpir cuando oyó la plegaria que el humano impostor le hacía a demoníaco dios. Comprendió que era un enemigo mucho más peligroso de lo que aparentaba y que sus camaradas iban a ensañarse con él todo lo que pudieran. Poco iba a prolongarse más la existencia de ese miserable ser, pero un escalofrío le recorrió el cuerpo al pensar si su plegaria era oída, entonces poco o nada podría hacer contra lo que se presentara en esa sala. Su mirada recorrió la sala, vio los cadáveres, a su compañero de plata yaciendo inerte, el hechicero muerto, y su mirada se detuvo en el báculo del anciano muerto... Así que sin perder de vista al mercader y el desenlace del combate, por si aquel representaba todavía una amenaza a la que neutralizar, atravesó la sala y se dirigió al cuerpo caído del mostali de plata para comprobar si ya estaba totalmente desactivado y comprobar si portaba algo que pudiera ser útil para combatir a lo que que quisiera que fuese invocado por el mercader.

Tres Tubos se lanza hacia el falso mercader apretando los dientes mientras éste realiza su plegaria y Arbar trata de desarmarlo sin conseguirlo, pero para cuando llega y lanza su hacha con fuerza para rajar su abdomen, éste interpone su enorme escudo y bloquea el golpe con el característico sonido del metal contra la madera. En seguida, Bosporus se encuentra rodeado por tres enanos de hierro y dos humanos, no tiene escapatoria. En los segundos subsiguientes, el enemigo superado hiere a Palgrem y cae al suelo, entonces Tres Tubos aprovecha su brazo estirado para lanzar otro hachazo que hiere en el brazo del arma a Bosporus, quien se encontraba preparado para recibir el golpe de Krunk, ahora su oponente más peligroso. De repente una espada se alza y se clava en el cuello del traidor dejandolo en el suelo y a merced del ataque de Krunk. Todo acaba en seguida con las chispas producidas por el contacto del filo de Crisol Hirviente con la piedra, y la sangre salpicando por doquier.

El mostali de estaño no tiene ningún problema en acercarse al cuerpo de su camarada caído y comprobar el funcionamiento de su compañero, tras hacerlo registra su cuerpo. Después comprueba el estado del humakti que yace al lado de Argorath. Mientras lo hace, ve el desenlance del combate y con alivio y alegría observa como el asqueroso traidor cae más rápido que un enano vacía una gran jarra de ceveza. Dos ataques, uno a la garganta del humano caído y el definitivo golpe del veterano Capitán Krunk, ponen fin a la vida del engendro servidor del Caos.

Tras finalizar su cometido se levanta y observa como el pez se agita cada vez más debido a la falta de aire. Mientras, mira en la sala algo que sea lo suficientemente grande para al menos, meter la cabeza del pez y llenarla de agua, quizás en la cocina, para evitar su muerte por asfixia.

- Nuestro camarada lamentablemente está desactivado. El humano de la muerte aún respira. Dice en uno tono seco en su idioma a sus compañeros.

Tras decirlo se percata que los humanos no lo han entendido y les dice señalando al cuerpo del humakti. - Ese todavía rrespirra.

Tras intentar infructuosamente desarmar al caótico mercader, al fin es abatido. Arbar lo mira respirando afanosamente y con gran satisfacción por el trabajo cumplido.

Después se gira y busca el eolipio para llevarlo de vuelta a Malnegocio.

Crisol hirviente comprende al momento que si, el enemigo que enfrentan, obtiene respuesta del ser al que llama, todo el esfuerzo y sacrificios se tornarían inútiles. Eso no puede permitirlo. El Caos no dañará la Máquina de nuevo.
La lucha revela a un adversario peligroso, resistente y fuerte, los dos humanos acaban sobreviviendo por azar y fuerza de voluntad, aunque, hay que reconocer que, el diestro golpe de uno de ellos, ha permitido derrotar al impostor. Su raza puede sentirse orgullosa de la eficacia de estos combatientes. A los mostali se les enseña a pensar que están solos en la labor de reparación de la Máquina pero, esto le demuestra que otras razas pueden convertirse en una herramienta útil. De cualquier modo, rodeado por tres mostali de hierro, la ponzoña del caos disponía de pocos segundos más de actividad.
La cabeza cae rodando por el suelo, dejando en los mostali la euforia de una labor finalizada con éxito. Sin embrago, las palabras respectivas de aprobación mutua no surgen, ante ellos queda la evidencia de que podrían haber sido más eficaces, evitando el fin de su camarada Botas ligeras. Una mirada a Thorkegar es suficiente para confirmar el estado de Argorath.
Como sorpresa final, otro de los guerreros humanos se aferra a sus funciónes básicas con gran voluntad, quizá otros humanos dedicados a la reparación de sus cuerpos puedan ayudarle.

Bosporus se encuentra totalmente rodeado y clama al Cacodemonio pero sus plegarias no son escuchadas y es entonces cuando sabe que hoy es su final, pero en ningun momento le flaquean las piernas por miedo a morir, solo sabe que caera luchando y con suerte alguien le acompañara. Mientras Garan intenta comunicarse con Cacodemonio Sokendal intenta curarse, justo despues de la plegaria Arbar golpea con gran fuerza la espada que sujeta el Garra del Cacodemonio pero su fuerza no es normal en un hombre y no consigue arrebatarsela, Palgrem falla su golpe y Sokendal se levanta despues de curarse, Vorkadung despues de recapacitar a que golpear, si al bulto o a su arma le lanza un fuerte hachazo que Bosporus detiene sin problemas. Finalmente despues de la lluvia de golpes para desarmarlo e intentar herirlo aunque sin exito Bosporus descarga nuevamente un golpe devastador que esta vez va dirigido a la pierna izquierda de Palgrem que no logra defender y lo derriba. Krunk el capitan de los enanos ha rodeado mientras al Garra del Cacodemonio y a sacado sus armas.

Un instante despues Bosporus se revuelve velozmente atacando a Sokendal ensañandose con su abdomen ya herido y el tajo hace saltar sangre a la cara de Krunk y Sokendal cae al suelo inconsciente y desangrandose por la herida. Arbar sigue golpeando el arma de Bosporus sin lograr desarmarle y "Tres Tubos" le golpea en el brazo izquierdo haciendolo sangrar pero sin dejarlo inutil, no ha querido detener al ver al Capitan preparase para golpearle en la cabeza y se concentra en el pero Palgrem desde el suelo y con suerte pincha el cuello del falso mercader atravesandolo por completo y el peligroso ogro cae al suelo inconsciente pero justo antes de cerrarse sus ojos y perder la consciencia ve el hacha de Krunk caer sobre el.

Tras los gritos de la batalla, el entrechocar del metal y el crujido de los huesos, finalmente llega la calma. Los únicos sonidos son los de las respiraciones agitadas tomando aliento y los quejidos de los heridos mientras se curan. Ha sido una larga y sangrienta batalla por el control de la torre, pero al final los asaltantes han hecho caer a todos los defensores. Sin embargo han pagado un alto precio en sangre: Gábriel la cazadora, Horen el berserker, Holguer el anciano Khank de las Tempestades, Johen el hijo del difunto Helerlavi, Argörath el mostali de plata, y todo indica que nada puede impedir que Vaerles, al que parece evidente que la magia del mago ha convertido en pez, le seguirá pronto tras una atroz agonía. Durante unos instantes nadie pronuncia palabra alguna, y se miran en silencio.

Al oír a Thorkegar decir que el humakti sigue vivo, Sokendal, que debe tener aún algo de energía mágica, se aproxima en silencio a Groth sujetándose el maltrecho abdomen y apoyándose en Palgrem, con la intención de aplicar sus conjuros curativos sobre las heridas de ambos brazos del siervo de la Muerte, e impedir así que se reúna con su dios demasiado pronto.

Tras el combate parece que uno de los humanos, el siervo de la Muerte, se resiste a reunirse con su Dios. Ve como el maltrecho Sokendal se dirige a socorrerlo.

Sin acercarse demasiado a ellos para que el hierro que porta no interfiera con la magia que usará el humano, se acerca despacio al enorme pez que boquea en el suelo moribundo.- Supongo que podrrás reparar a Groth, pero... -dice mientras camina mirando el estado general de la habitación- Parra ayudar a Vaerles no se me ocurre otrra cosa que acabar con su sufrrimiento con rapidés. Perro es de los vuestrros, así que vosotros desidís que hacer con él. -dice ya arrodillado junto al enorme pez.

Tres Tubos ni siquiera sabe si los peces pueden oir. Sólo que viven en el agua y que seguramente respiran agua, y por eso se ahoga fuera de ella. Cree que un buen golpe en la cabeza acabaría con su penosa existencia y su amargo sufrimiento.

Apenas ha terminado el combate y la humanos se están curando, el mostali de estaño recorre la sala buscando algo que pueda salvar al pez. Enseguida comprende que no va a encontrar nada,ningún recipiente de tan magna dimensión para meter al enorme pez y llenarlo de agua. Así que se dirige a una de las mesas de la estancia por si encontrase agua y poder echársela por esas aberturas que tiene a ambos lados de la cabeza. Está buscando entre los enseres del maléfico hechicero cuando sus engranajes se paran por completo al parar su vista sobre un peculiar objeto. Le parecen ciclos el tiempo que se pasa observándolo, incrédulo de lo que está viendo. Tras reaccionar y volver en sí, coge el objeto y se dirige lo mas rápido que puede, todo lo que le dan de sí sus cortísimas piernas, al pez que agoniza el la roca de la torre. Pero su semblante se vuelve preocupación y su corazón vibra y se estremece cuando oye a Tres Tubos que quiere acabar con el sufrimiento del mercader de pelo dorado, ahora convertido en pez.

- Dtop Treror. Ikke gjor det. Det er fortsatt en mulighet.

Dijo con voz atronadora y extendiendo la mano haciendo el ademán para que se detuviera. Sin perder tiempo se arrodilla frente a su compañero y de espaldas al guerrero de la muerte. Entonces deposita un diminuto objeto encima del agonizante pez y espera ansioso a ver...

Apenas ha terminado el combate y la humanos se están curando, el mostali de estaño recorre la sala buscando algo que pueda salvar al pez. Enseguida comprende que no va a encontrar nada,ningún recipiente de tan magna dimensión para meter al enorme pez y llenarlo de agua. Así que se dirige a una de las mesas de la estancia por si encontrase agua y poder echársela por esas aberturas que tiene a ambos lados de la cabeza. Está buscando entre los enseres del maléfico hechicero cuando sus engranajes se paran por completo al parar su vista sobre un peculiar objeto. Le parecen ciclos el tiempo que se pasa observándolo, incrédulo de lo que está viendo. Tras reaccionar y volver en sí, coge el objeto y se dirige lo mas rápido que puede, todo lo que le dan de sí sus cortísimas piernas, al pez que agoniza el la roca de la torre. Pero su semblante se vuelve preocupación y su corazón vibra y se estremece cuando oye a Tres Tubos que quiere acabar con el sufrimiento del mercader de pelo dorado, ahora convertido en pez.

- Detente Tres Tubos. No lo hagas. Aun hay una posibilidad.

Dijo con voz atronadora y extendiendo la mano haciendo el ademán para que se detuviera. Sin perder tiempo se arrodilla frente a su compañero y de espaldas al guerrero de la muerte. Entonces deposita un diminuto objeto encima del agonizante pez y espera ansioso a ver...