Partida Rol por web

Todos se miran unos a otros con la sensación de haber pasado una durísima prueba, en la que muchos han perdido la vida, pero con la certeza de haber triunfado sobre un poderoso enemigo...

Groth avanza renquente con el pesado libro sujeto con su brazo sano contra el pecho herido. Tiene la cara y las destrozadas ropas llenas de hollín y tose cada pocos pasos. Finalmente se deja caer en el suelo, cerca de los demás, mira a su alrededor y masculla:

- ¿Dónde está esa pequeña sabandija? ¿Dónde está Suk? -masculla- Y por la Espada de Humakt ¿no hay nadie que pueda darme un trago decente?

Al recuperar la consciencia, Vaerles alza la mirada hacia Hensheen.

-Gracias por sanarme, compañero -le dice al mercader con los ojos entrecerrados por la fatiga. Luego mira a su alrededor para saber dónde está. Al ver llegar a Groth, abre los ojos-. ¡Groth! ¿Qué ha pasado? ¿Ha terminado todo?

Señala con la cabeza hacia la torre de la que sale una pequeña columna de humo y olfatea el aire, arrugando la nariz.

- He matado otra vez a ese hijo de puta -hace una mueca de desagrado- Cuando lo dejé estaba disolviéndose como un azucarillo.

Parece pensar un momento y exhibe una sonrisa siniestra.

- De hecho -dice, levantando la voz- ¡Si alguien tiene arrestos puede apagar ese puñetero fuego y saquear la maldita torre como es debido!

Escupe un esputo negro como el carbón.

- ¡Yo mismo lo haría, joder, pero con un solo brazo casi no he podido ni con esta mierda de libro!

Y de repente exhibe una amplia sonrisa, como si se hubiera quitado de encima un peso de décadas.

El capitán Krunk permite al humano Heenshen tratar a su camarada Thorkegar, pues la herida es demasiado seria. Vigila atentamente su proceder y se tensa cuando reconoce palabras empleadas para invocar los poderes de la magia de la oscuridad, pero no cree que afecten negativamente a Rompepiernas y permanece inactivo, respirando, recuperandose de los últimos esfuerzos. Su camarada podrá emprender con normalidad el viaje de vuelta, no es el momento de provocar una disputa. Escucha las palabras del otro humano, Vaerles, y emula su formula al dirigirse a Heenshen- Gracias por sanar a Rompepiernas, camarada -dice con un tono neutro que no revela emocion alguna.
Sin embargo, está prestando atención a las palabras del último humano en abandonar la torre. No pueden abandonar el lugar sin estar seguros. Medita unos instantes, mira a sus camaradas de hierro y establece un plan de acción.

Han podido descansar unos pocos minutos, sin embargo, por el riesgo de encontrar una nueva sorpresa, Vorkadung no debería de volver a entrar. Se dirige en mostali a sus camaradas- Tres Tubos, debes de permanecer aquí, recuperandote. Martilloalto y yo debemos de recuperar o destruir el Eolipilo antes de marchar. No podemos dejarlo en manos de otras razas. Busquemos en este sitio tejido que poder mojar para cubrir nuestras caras, algún cubo, agua o nieve -dicho esto, se mueve por el edificio buscando algo que puedan usar.

Han podido descansar unos pocos minutos, sin embargo, por el riesgo de encontrar una nueva sorpresa, Vorkadung no debería de volver a entrar. Se dirige en mostali a sus camaradas- Tres Tubos, ma du bo her, utvinne. Martilloalto og jeg ma gjenopprette eller odelegge eolipilo for avreise. Vi kan ikke overlate det til andre raser. La oss se pa dette nettstedet til vatt vev for a dekke vare ansikter, en botte, vann eller sno -dicho esto, se mueve por el edificio buscando algo que puedan usar.

Martilloalto se ruboriza ante esas palabras... Maldita sea, lo tuve en mis manos... y lo dejé caer...

Si señor... y se puso a buscar alguna tela o similar que empapar.

Al notar como uno de los mostali comienza a rebuscar por los rincones, Suk se tapa la boca con una mano para evitar la tos o respirar demasiado fuerte y aferra el misterioso anillo que le regaló el viejo con la otra.

Krunk no tarda en encontrar unos retales entre las telas usadas para cubrir los carromatos que se guardan en este almacén. Sin embargo, su sentido terrestre detecta algo más... unas sospechosas corrientes de aire provocadas sin duda por el calor de algún cuerpo que se oculta en la esquina más alejada del almacén, donde hay un montón de paja amontonada. 

El veterano mostali de hierro traza en un instante una táctica cautelosa, ofrece la espalda a la presencia que se oculta allí para ofrecerle seguridad mientras coge su martillo, preparado para reaccionar ante un posible ataque, y con un tono calmado en la lengua de los mostali, alerta a sus camaradas del intruso- Hay un ser oculto en el rincón a mi espalda, preparaos para combatir o evitar que escape.
Espera con frialdad a que Arbar y Vorkadung se posicionen, atento a cualquier sonido tras de si, antes de volver a girarse y hablar en idioma comercial- Sal de las sombras y muéstrate, si atacas serás destruido.

El veterano mostali de hierro traza en un instante una táctica cautelosa, ofrece la espalda a la presencia que se oculta allí para ofrecerle seguridad mientras coge su martillo, preparado para reaccionar ante un posible ataque, y con un tono calmado en la lengua de los mostali, alerta a sus camaradas del intruso- Det er en skjult vesen i hjornet bak meg, forberede seg til a bekjempe eller hindre romning.
Espera con frialdad a que Arbar y Vorkadung se posicionen, atento a cualquier sonido tras de si, antes de volver a girarse y hablar en idioma comercial- Sal de las sombras y muéstrate, si atacas serás destruido.

Vorkadung había asentido con resignación ante la orden de su capitán de permanecer en la caseta de madera mientras el y Martilloalto trataban de recuperar el eolipilo.

A los pocos segundos de que Arbar se pusiese a buscar algo para reducir la inhalación de humo, Crisol Hirviente les advierte de una presencia.- En seguida, capitán. - Asiente nuevamente hablando en el idioma común a todos y se dirige a la puerta como si le hubiera ordenado que vigilara la entrada, cuando en realidad se coloca ahí para cortar la retirada al ser oculto. Coge nuevamente su hacha y se coloca junto al marco de la puerta, tratando de discernir con sus sentidos donde se ubica esa presencia oculta.

Cuando se encuentra en posición, Krunk habla a la criatura directamente, y Tres Tubos cierra la puerta y se prepara para impedir que nadie salga.

Del montón de paja y porquería del rincón más oscuro del cobertizo, aparece repentinamente la figura de Suk, tan lastimero y tembloroso como siempre, pero con un extraño brillo de confianza en sus ojos. Brillo que desaparece cuando lleva sus manos a su cinturón y descubre que sus cuchillos no están allí y en su lugar hay un hueso de jamón.
A pesar de eso, levanta el hueso con una mano y lo interpone entre él y Krunk. La visión del Hijo de Mostal le asusta, pero si uno no se fija mucho, ni se nota.
-Yo Suk. -Escupe. -Yo entrar torre, apagar antorchas, matar guardias, abrir puerta y...
Se distrae al ver a su compañero Groth no demasiado herido y sonríe.
-Hola Groth. -Le saluda

El humakti contiene una mueca de dolor al hacer ademán de mover el siniestro muñón en que se ha convertido su brazo izquierdo.

- Algo me decía que no iban a poder contigo, Miniatura -responde con una sonrisa amarga- Así que has hecho todo eso ¿eh? Me lo vas a tener que contar con más tranquilidad.

Se incorpora trabajosamente, no le ha pasado desapercibido el interés de los mostalis por completar el saqueo de la torre.

- Creo que todavía soy capaz de acompañaros y entrar otra vez... si vosotros apagáis el fuego, tal vez pueda conseguir un poco de equipamiento. No es fácil encontrar armaduras de mi talla y me he quedado sin escudo. Pero antes...

Se concentra y parece rezar entre dientes. Nota un saludable calor que le recorre el pecho, restañando sus heridas y alisando la piel arrasada por al ácido.

- Necesitaba un reconstituyente -bromea con la frente perlada de sudor al terminar.

Krunk ve salir al trollkin de entre el montón de paja... pero no engaña al veterano mostali. Alguien más se oculta ahí. Alguien que no ha salido a la luz tras el trollkin.

Crisol hirviente relaja su pose al ver qué sale de las sombras, le da la espalda emitiendo unas palabras en mostali- Alguien más se esconde ahí -acompañandolo con un sutil movimiento de su mano vacía, dirigido a coger su broquel, tras lo que se gira y carga repentinamente ignorando o empujando al trollkin fuera de su camino con el escudo por delante. Los pesados pasos del mostali de hierro se dirigen al lugar donde antes se ocultara ese ser miserable.

Crisol hirviente relaja su pose al ver qué sale de las sombras, le da la espalda emitiendo unas palabras en mostali- Noen andre gjemmer seg der -acompañándolo con un sutil movimiento de su mano vacía, dirigido a coger su broquel, tras lo que se gira y carga repentinamente ignorando o empujando al trollkin fuera de su camino con el escudo por delante. Los pesados pasos del mostali de hierro se dirigen al lugar donde antes se ocultara ese ser miserable.

Ante la repentina carga del enano hacia quien se oculta tras él, Suk se interpone en su camino con la intención de detenerle, derribarle o acabar con su vida, si fuera preciso, utilizando el hueso de jamón y al grito de:

- ¡Tu no tocar a esposa de Groth!

Arbar tensa los músculos ante lo que dice su líder. Cuando ve que es el sucio enlo, se relaja de nuevo, no es un peligro. Por un momento se le pasa atizarle igualmente, pues los despreciables hijos de la oscuridad no merecen otra cosa, pero viendo que es amigo de algún humano, y teniendo en cuenta que a día de hoy están en el mismo barco, descarta esa opción y sigue buscando la tela que humedecer. Lo que diga el deforme ese le tiene sin cuidado.