Partida Rol por web

El ladrón en las sombras

Y tras la aventura, ¿despedidas?

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09/05/2013, 18:03
Director

Al final los pasos de Heenshen dirigen a la comitiva a una casa de dos pisos y planta cuadrada construida con piedra sin encalar. De las ventanas no sale luz alguna y tampoco hay antorchas o faroles en la fachada. Parecería abandonada si no montaran guardia en la puerta principal dos altas figuras oscuras que se van haciendo visibles conforme Heenshen se aproxima. Se trata de dos trolls negros pertrechados con mazas y con recias armaduras de escamas de bronce que miran a Heenshen y a sus acompañantes con indolencia. Cuando llegan, uno de ellos llama a la puerta con desgana.

Heenshen les saluda sin obtener más respuesta que un gruñido y en seguida mete la antorcha en un cubo de agua que hay preparado junto a la puerta, apagándola con un fuerte siseo. Inmediatamente la puerta se abre y un trollkin aparece haciendo una reverencia en la entrada, dejando la puerta abierta de par en par e invitándoles a adentrarse en la oscuridad.

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09/05/2013, 18:20
Heenshen

Heenshen avanza el primero, despacio para no tropezar en la penumbra que reina en el interior, solo iluminado por el tenue resplandor rojizo de la media luna que entra por las ventanas.

- Intentad no tropezar con nada, id detrás de mi y no os separéis -dice el mercader en voz baja mientras avanza con paso lento pero firme por un largo pasillo hasta llegar a una amplia estancia.

La sensación de estar siendo observados en la penumbra que los rodea es abrumadora, casi pueden sentir la respiración de seres que se ocultan en los rincones oscuros de la estancia, observando. El último en entrar en la estancia parece ser el trollkin que les abrió la puerta, pero se oyen pasos pesados algo más atrás, por el pasillo por donde han llegado, y por alguna puerta lateral. Algunos susurros de voces agudas les hacen volver la cabeza de vez en cuando, pero no alcanzan a observar nada más que sombras moverse en la oscuridad.

La estancia parece amplia y tiene ventanas en tres de sus paredes y escaso mobiliario. Frente a una chimenea que se adivina en la pared del fondo, a la que parece que no se le da ningún uso, hay una mesa y sentado frente a ella en un robusto sillón hay una figura voluminosa y algo encorvada que permanece sentada observándoles. La poca luz de la luna que entra por las ventanas hace que de vez en cuando se observe el brillo de sus ojos mientras mira a todos los presentes.

- Que la oscuridad sea contigo, Karrgiraz. Estos son los compañeros que he tenido en mi último viaje, de los que te he hablado ya -dice Heenshen dirigiéndose a su patrón, supuestamente la figura sentada en la mesa.

Luego da unos pasos hacia atrás.

- Vamos, presentáos -les susurra en voz baja a sus acompañantes.

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09/05/2013, 21:36
Suk

A pesar de sentirse reconfortado por la caída de Yelm, Suk sabe que la noche contiene otros peligros que acechan en cada esquina. La guardia troll es el primero de ellos; Suk sabe que no les debe servidumbre alguna puesto que ahora tiene otro amo, pero duda seriamente si debe continuar con él o unirse a los enlos que les acompañan. Le entra la tos una vez más y recuerda que los grandes trolls negros no lo aceptarían para nada más que como reserva de comida.
La llegada a la casa de Karrgirraz no hace más que acrecentar el temor del trollkin, que siente que está entrando en la boca del lobo; Casi sin darse cuenta, se agarra a la capa de Groth con tanta fuerza que casi queda colgado de ella.
Cuando oye la voz de su anfitrión se queda como paralizado, encorvando el cuerpo hacia delante e incapaz de articular palabra. No parece muy dispuesto a presentarse.

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09/05/2013, 21:48
Groth Danegar

Groth es el primero en contestar. Se adelanta dando gracias mentalmente a Ernalda por haber dejado su espada en la posada, siguiendo el consejo del verborreico Heenshen. Habla en Comercial.

- Mi nombre es Groth, mercenario y aventurero -da un pequeño tirón de su capote para que se vislumbre levemente la figura del trollkin que lleva colgado- Mi pequeño colgante es Suk, un enlo que me sirve desde hace algún tiempo y que a buen seguro se inclinaría ante el gran Kerrigaz si lograra controlar sus rodillas.

Con aire despreocupado intenta distinguir salidas y contornos en la oscura estancia, pero sin demasiado éxito. Está razonablemente seguro de que Suk es capaz de ver bien en las tinieblas, pero su actual estado de aturdimiento hace que descarte contar con él. Cuando termina de hablar se calla y retrocede, dejando que sean los otros los que hablen.

 

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09/05/2013, 22:19
Bosporus Garan

Bosporus es el segundo en avanzar un paso cuando Groth lo retrocede. Inclinandose un poco se presenta con voz firme y sin ningun temor aun estando en casa de trolls, sabe que puede ganar dinero y parece que eso lo tranquiliza mas que excitarlo.

- Bosporus Garan, mercader... y alquimista. Dice hablando en perfecto lenguaje comecial, despues de presentarse da media vuelta y se dirige a su posicion y levantando las dos cejas y con media sorrisa.

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10/05/2013, 09:00
Gábriel "La Cazadora"

Gábriel penetró en la casa pendiente de cada ruido, de cada susurro. Ni mucho menos sentía miedo, pero no se fiaba de esas criaturas y por ello se mantenía alerta -Mis armas no están conmigo, pero tú siempre estás a mi lado para infundarme valor, Vinga - ella que estaba al lado del trollkin y de Groth, su amo, le pareció que Suk estaba temblando de miedo cuando Heenshen les animó a presentarse -No parece que sean muy amistosos con los trolls- piensa la vingana. Tras la presentación de Bosporus se adelanta para presentarse -Mi nombre es Gábriel- dice con solemnidad -Soy una gran cazadora y viajo junto a otros dos compañeros hacia el Bosque de las Maravillas, para regresar con las cabezas de algunos de los seres que habitan el lugar- comenta -Pero no nos importa aplazar nuestros planes, siempre y cuando nos beneficie vuestra oferta- dice con seguridad.

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10/05/2013, 18:13
Onaekko

Onaekko no se separa de Gabriel y cuando la vingana habla, el se ve forzado a hacer lo mismo. Resopla, espera un instante, y se presenta con ese tono de voz tan gutural y característico de los agimori:

-Uno es Onaekko, y Onaekko es cazador. Que el Hijo Pródigo te bendiga con una gran presa para tu familia.

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11/05/2013, 00:26
Vaerles

Aunque ya había comerciado con trolls en una ocasión, Vaerles nunca se ha encontrado en una situación tan intimidatoria como el paseo que acaban de vivir a través de la oscuridad absoluta. Supone que a Karrgiraz le gusta tener la sartén por el mango y demostrar su poder, pero esto ha sido excesivo, de mal gusto, incluso. Ay, Vaerles, si te viera tu padre comerciar con trolls... -piensa para sí entre nervioso y divertido. Cuando le llega su turno, intenta controlar su nerviosismo y dice con voz firme:

-Soy Vaerles, mercader de tierras lejanas, y es un placer conoceros.

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11/05/2013, 12:21
Horen

Horen ha estado pensando rezongando por el camino hasta llegar aquí. Si me dieran la oportunidad, barrería a esta escoria de la oscuridad. Shargash debería iluminar este antro y llamar a sus hijos para barrer a estas criaturas. Horen no tiene más remedio que aceptar esta situación, y ahora se ve "obligado" a responder. Duda un momento antes de pensar si debe mentir sobre su nombre, pero está seguro de que su anfitrión ya lo conocería y de que esto causaría más problemas que otra cosa.

- Yo soy Horen, guerrero del norte -dice, sin adelantarse, sin abrir casi los labios y con rabia contenida por no poder decir "guerrero de la luz". Su seguridad y la del resto no le importa, pero no debe crear problemas si quiere seguir con sus compañeros Gábriel y Onaekko.

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12/05/2013, 21:07
Aleü Gaal

La vieja Aleü Gaal ha creído reconocer fugaces escenas y situaciones durante todo el recorrido en compañía de estos seres de la oscuridad, pero al entrar en la sala en la que los recibe su despreciativo y prepotente anfitrión, abusando sin escrúpulos, al negarles una iluminación decente, de la determinante ventaja de su raza ante los humanos… bueno, entonces ve con claridad esos ojos que brillan con maligna astucia en la penumbra más absoluta y tiene la certeza de que es aquí donde debía conducirla su destino. Y sonríe.

En todo momento se ha mantenido a la sombra de los imponentes guerreros que la acompañan y ha esperado a que todos se pronuncien antes de empezar a hablar con su voz cascada cargada de una sobredimensionada humildad:

- Recibid mis más respetuosos saludos, poderoso Karrgiraz, no soy más que una pobre anciana con ciertos conocimientos que le permiten leer la buenaventura… y el azar de los caminos me ha convertido en circunstancial acompañante de estos valientes hombres y mujeres – le mira de reojo, con una sonrisa torcida y desdentada en los arrugados labios – Mi único objetivo al venir aquí con ellos era tener la oportunidad de conocer en persona a un personaje tan relevante para la política y los negocios en la gran ciudad de Marost…

- Tiradas (1)

Notas de juego

Mecach...

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13/05/2013, 23:57
Karrgiraz

El troll que se adivina sentado a la mesa, se levanta apoyándose en la madera que cruje bajo su peso. Una vez en pie, se revela de imponente estatura, aunque la oscuridad no deje ver mas que formas vagas del resto de su atuendo.

- Una luz adecuada para los invitados -dice en su idioma.

Inmediatamente se oyen corretear criaturas alrededor y se dirigen a las ventanas abiertas por las que la rojiza luz de la luna entra oblícua. Allí se ven entonces varios trollkins colocar unos soportes que parecen albergar unas jofainas vacías de bruñido metal sujetas en dos puntos para permitir su giro. Cuando, colocadas una bajo cada ventana, los trollkins giran los vasos de las jofainas en el ángulo correcto, poniéndolas prácticamente boca abajo, un resplandor rojizo se refleja en la parte convexa, inundando la estancia del rojo resplandor de la luna y haciendo ahora visible los oscuros rincones de la estancia, antes en penumbra.

Karrgiraz se halla ante ellos de pie, vestido con una túnica negra y frente a un escritorio con los restos de su desayuno, que los trollkins se apresuran ahora a retirar obedeciendo un simple gesto de su mano. Apoyados en cada una de las esquinas de la habitación hay un guardia troll acorazado con protecciones de cuero reforzadas con anillos y armados de mazas. Sus escudos están apoyados junto a ellos. Parecen tranquilos y diríase que hasta aburridos. Un sexto troll llama la atención en la sala. Se trata de otro troll negro, encapuchado y sentado junto a la pared que hay detrás de Karrgiraz, cerca de una puerta que da a otra estancia.

- Sois bienvenidos a mi casa -dice en un correctísimo lenguaje comercial, aunque con el tono gutural y las deformaciones sonoras que una criatura con hocico y colmillos que protruyen de sus labios es incapaz de evitar. Por favor, -dirigiéndose a Groth y esbozando una sonrisa forzando los labios para no mostrar los dientes de manera que parezca amenazadora- antes que nada recibe mi agradecimiento por salvar a mi amigo Heenshen cuando estaba gravemente herido y hacer huir a su atacante cuando trataba de robar mi mercancía. Se que un contrato te obligaba, pero demasiado bien conozco la naturaleza de los mercenarios y me complace comprobar que estoy ante uno que parece de fiar. Puedes decirle a tu esclavo Suk que no debe temer nada en esta casa, es más, si está a tu servicio sin duda será porque es un enlo con alguna habilidad y quién sabe si incluso me interese hacerte una oferta por él, más adelante.

- Onaekko -dice dirigiéndose al gigantón de ébano, que es de la estatura del troll, si no más alto- eres un humano como nunca antes había visto. Según Heenshen te llaman hombre y medio, y con razón por tu estatura y corpulencia. Dice Heenshen que aguantaste un golpe de espada en tu cabeza cuando otros habrían muerto por tan terrible herida. Mis respetos.

- Y Horen, de mirada fiera y brazo fuerte, tengo entendido que fuiste el único que logró abatir a su enemigo por las armas, resistiendo también terribles heridas. Te saludo.

- Gábriel, raras veces una mujer ha impresionado tanto a Heenshen como tú -y el joven mercader de repente se ve aún más rojo de piel que lo que el resplandor de la luna debería propiciar- pues las jovencitas que suele frecuentar no acostumbran a salir de la ciudad en busca de peligros, ni presumir de cazar exóticos animales y de recorrer mundo, como a él tanto le gusta. Se bienvenida.

- Bosporus y Vaerles, que a pesar de ser simples mercaderes, cuenta Heenshen que no os acobardáis ante el peligro y que una muralla de vuestra magia hizo tanto como el hacha de Horen para ahuyentar a los asaltantes. Consideráos entre amigos.

- Y finalmente la anciana Aleü, cuya magia curativa vio Heenshen hacer sanar a los caídos de todas sus heridas en pocas horas, de modo que aquí los tenemos a todos de una pieza. Bienvenida

El troll se sienta de nuevo con crujido de maderos y pronuncia nuevas órdenes a sus criados.

- Unos bancos para los invitados -dice de nuevo en idioma oscuro.

En seguida el pequeño ejército de trollkins se pone en marcha y traen a trompicones una mesa y unos bancos para que todos se sienten. Y cuando aún no se han terminado de sentar, comienzan a traer unas bandejas de comida y unas jarras de cerveza y vino. Es evidente que la comida ha sido cocinada al estilo humano, o incluso por cocineros humanos, y tiene un aspecto excelente.

- Por favor, disfrutad de mi hospitalidad mientras hablamos...

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13/05/2013, 23:57
Karrgiraz

El troll que se adivina sentado a la mesa, se levanta apoyándose en la madera que cruje bajo su peso. Una vez en pie, se revela de imponente estatura, aunque la oscuridad no deje ver mas que formas vagas del resto de su atuendo.

- A hentugur ljos fyrir gestkur -dice en su idioma.

Inmediatamente se oyen corretear criaturas alrededor y se dirigen a las ventanas abiertas por las que la rojiza luz de la luna entra oblícua. Allí se ven entonces varios trollkins colocar unos soportes que parecen albergar unas jofainas vacías de bruñido metal sujetas en dos puntos para permitir su giro. Cuando, colocadas una bajo cada ventana, los trollkins giran los vasos de las jofainas en el ángulo correcto, poniéndolas prácticamente boca abajo, un resplandor rojizo se refleja en la parte convexa, inundando la estancia del rojo resplandor de la luna y haciendo ahora visible los oscuros rincones de la estancia, antes en penumbra.

Karrgiraz se halla ante ellos de pie, vestido con una túnica negra y frente a un escritorio con los restos de su desayuno, que los trollkins se apresuran ahora a retirar obedeciendo un simple gesto de su mano. Apoyados en cada una de las esquinas de la habitación hay un guardia troll acorazado con protecciones de cuero reforzadas con anillos y armados de mazas. Sus escudos están apoyados junto a ellos. Parecen tranquilos y diríase que hasta aburridos. Un sexto troll llama la atención en la sala. Se trata de otro troll negro, encapuchado y sentado junto a la pared que hay detrás de Karrgiraz, cerca de una puerta que da a otra estancia.

- Sois bienvenidos a mi casa -dice en un correctísimo lenguaje comercial, aunque con el tono gutural y las deformaciones sonoras que una criatura con hocico y colmillos que protruyen de sus labios es incapaz de evitar. Por favor, -dirigiéndose a Groth y esbozando una sonrisa forzando los labios para no mostrar los dientes de manera que parezca amenazadora- antes que nada recibe mi agradecimiento por salvar a mi amigo Heenshen cuando estaba gravemente herido y hacer huir a su atacante cuando trataba de robar mi mercancía. Se que un contrato te obligaba, pero demasiado bien conozco la naturaleza de los mercenarios y me complace comprobar que estoy ante uno que parece de fiar. Puedes decirle a tu esclavo Suk que no debe temer nada en esta casa, es más, si está a tu servicio sin duda será porque es un enlo con alguna habilidad y quién sabe si incluso me interese hacerte una oferta por él, más adelante.

- Onaekko -dice dirigiéndose al gigantón de ébano, que es de la estatura del troll, si no más alto- eres un humano como nunca antes había visto. Según Heenshen te llaman hombre y medio, y con razón por tu estatura y corpulencia. Dice Heenshen que aguantaste un golpe de espada en tu cabeza cuando otros habrían muerto por tan terrible herida. Mis respetos.

- Y Horen, de mirada fiera y brazo fuerte, tengo entendido que fuiste el único que logró abatir a su enemigo por las armas, resistiendo también terribles heridas. Te saludo.

- Gábriel, raras veces una mujer ha impresionado tanto a Heenshen como tú -y el joven mercader de repente se ve aún más rojo de piel que lo que el resplandor de la luna debería propiciar- pues las jovencitas que suele frecuentar no acostumbran a salir de la ciudad en busca de peligros, ni presumir de cazar exóticos animales y de recorrer mundo, como a él tanto le gusta. Se bienvenida.

- Bosporus y Vaerles, que a pesar de ser simples mercaderes, cuenta Heenshen que no os acobardáis ante el peligro y que una muralla de vuestra magia hizo tanto como el hacha de Horen para ahuyentar a los asaltantes. Consideráos entre amigos.

- Y finalmente la anciana Aleü, cuya magia curativa vio Heenshen hacer sanar a los caídos de todas sus heridas en pocas horas, de modo que aquí los tenemos a todos de una pieza. Bienvenida.

El troll se sienta de nuevo con crujido de maderos y pronuncia nuevas órdenes a sus criados.

- Bekkir fyrir gestkur -dice de nuevo en idioma oscuro.

En seguida el pequeño ejército de trollkins se pone en marcha y traen a trompicones una mesa y unos bancos para que todos se sienten. Y cuando aún no se han terminado de sentar, comienzan a traer unas bandejas de comida y unas jarras de cerveza y vino. Es evidente que la comida ha sido cocinada al estilo humano, o incluso por cocineros humanos, y tiene un aspecto excelente.

- Por favor, disfrutad de mi hospitalidad mientras hablamos...

 

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14/05/2013, 14:37
Groth Danegar

Groth sonríe ante la visión de la comida y se sienta sin muchas ceremonias. El que se trate de manjares humanos le tranquiliza bastante más que los halagos del troll, que interpreta como un viejo truco de mercader para preparar la eventual negociación.

- Sí, somos los mejores en nuestro trabajo, así que el precio será acorde con nuestras capacidades ¿eh? -ríe mientras devora una enorme pata de jabalí con la que señala el gran banquete- Conozco bien la hospitalidad de los trolls, así que todo esto debe tener una razón de peso detrás.

Le da un par de sonoros mordiscos y después tira los restos donde está Suk para que lo termine. Sin esperar respuesta, pasa al siguiente plato. Aunque un troll se vista de seda...

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15/05/2013, 06:57
Suk

Suk suspira aliviado cuando el imponente uz deja entrar algo de luz en la sala; no por el hecho de poder ver, ya que su sentido oscuro le permitía discernir cada rincón de la sala, sino por el hecho de que sus compañeros que si necesitan la luz ya no estaban tan indefensos.
Pero en cualquier caso Suk sabía, conocedor de las costumbres de su raza, que si ese tal Karrgiraz tuviese malas intenciones no se habría tomado tantas molestias en aparentar ser lo que no era. El estilo uz es mucho más directo.
Cuando sirven la comida se queda junto a Groth, agarra al vuelo el primer hueso y comienza a masticarlo con avidez.

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15/05/2013, 11:53
Gábriel "La Cazadora"

Pese a los educados modales de Karrgiraz, Gábriel no olvida que se trata de un sucio troll -¡Oh! ¿Sorprendido de que cace criaturas exóticas? Más te sorprenderás si te cazo a ti- la cazadora sonríe como si estuviera de acuerdo con las palabras del troll, nada más lejos de la realidad.
Durante la comilona conversa con los allí presentes de forma desenfadada, pero en su interior se siente impaciente por conocer la oferta del troll.

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16/05/2013, 19:11
Vaerles

Tras contemplar la comida dubitativo unos instantes, finalmente Vaerles se lanza y alarga el brazo para servirse primero una copa de vino y luego un muslo de pollo asado. Armado con comida y bebida, se dirige a su anfitrión:

-Os agradezco los agasajos y la comida, señor Karrgiraz. Vuestra fama de mercader sin duda está a la altura de vuestra hospitalidad. Confieso que tengo mucha curiosidad por oír vuestra oferta y cómo podría nuestro variopinto grupo ser de ayuda a un mercader tan poderoso como vos -le da un mordisco al muslo de pollo y lo engulle-. Ya que os habéis fijado en nuestra pericia para deshacernos de los bandidos, ¿acaso queréis proponernos un viaje peligroso? -al terminar la pregunta, da un sorbo a la copa sin perder de vista al troll oscuro.

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16/05/2013, 21:31
Horen

Horen hace intención de coger el hacha -¡Una emboscada!, y disimula agarrándose las muñecas tras la cintura, tratando de aparentar tranquilidad, cuando se percata de que no la lleva consigo. Se alegra sobremanera de no llevar las armas, o podría haber sucumbido a sus instintos. Tantos años de entrenamiento y batallas no sirven para tratar de negociar con trolls.

Cuando empiezan a comer, Horen duda si debe aceptar o no los manjares. Creo que los trolls ceban a sus víctimas para que estén rellenitas y más gorditas, no pienso caer en su trampa. Además, seguro que esperan que me empache para pillarme con la guardia baja. Sin embargo, al cabo de un rato su estómago empieza a rugir viendo al resto de comensales. Sin poder evitarlo más, agarra una pieza bien grande de carne con ambas manos y la engulle sonoramente: tanto tiempo de viaje comiendo carne seca y pan duro ha terminado por pasarle factura. Mientras asoma sus ojos por encima de la pieza que mastica -o más bien devora-, eructa y dice, con voz grave y pasudamente:

- ¿Y bien, por qué tantos manjares? ¿Por qué nos habéis llamado? Desgraciadamente, la virtud de Horen no es la labia.

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16/05/2013, 23:08
Karrgiraz

El troll se vuelve a sentar tras su escritorio y escucha los comentarios de los más habladores, a la vez que estudia el silencio de los más tímidos. Por fin se decide a hacer una exposición de lo que les ha traído aquí, demostrando un dominio de la lengua comercial que muchos envidiarían.

- Agradezco que llaméis manjares a esta simple comida traída de la posada más cercana, Horen. Pero gracias por el cumplido. No desconfiéis, es costumbre uz alimentar a los invitados respetados, y por lo que habéis hecho con Heenshen cuanto menos de momento tenéis mi respeto. Además, mis largos años de trato con los de vuestra raza también me han enseñado que costumbre humana agasajar con alimento al huesped, ¿no es así?

Recostado en su silla hasta hacer crujir la madera, tamborilea todavía unos segundos sobre la mesa con sus uñas antes de entrar en el asunto principal.

- Veréis, hace unos días sufrí un extraño robo en uno de mis almacenes. Algún parásito, los dioses lo cieguen, entró de día en el almacén, cuando los vigilantes humanos eran los encargados de la seguridad. Los muy ineptos declararon confusamente que mientras patrullaban rutinariamente el exterior del almacén vieron "un trozo de noche" entrar por la ventana doblando los barrotes de bronce como si fueran de mantequilla. Dieron la alarma e inmediatamente de la espesa negrura informe surgió un poder que nubló sus mentes. Cuando mis vigilantes recuperaron el uso de la razón, la poca que tienen, se entiende, comprobaron que todavía se oían ruidos en el interior del almacén y que ya llegaban tres guardias de la ciudad para socorrerles. Rodearon el pequeño edificio y se aprestaron a atrapar al ladrón con las manos en la masa cuando saliera. Pero los ruidos cesaron y no salió. Cuando se decidieron a entrar, había desaparecido...

Muestra los afilados dientes momentáneamente, apenas un segundo, en un aterrador gesto de rabia que de inmediato contiene.

- Cuando me informaron me temí lo peor, ya que en ese almacén guardaba algunas cosas valiosas, pero al revisar el inventario comprobé con alivio que solo se habían llevado un grimorio muy antiguo que cuando se escribió supuestamente guardaba en sus páginas algunos conjuros arkatis. Hoy día ya estaba bastante deteriorado, incompleto y escrito en una antigua versión culta y rebuscada del lenguaje humano local de la zona, difícil de leer salvo para los muy versados en letras. Se trata de una antigüedad, una rareza de exclusivo valor de coleccionista que llevaba tiempo envuelto en una manta bajo una pila sin que encontrara un comprador para él. Sin embargo me resulta curioso que se robara ese objeto en particular, pues está claro que el ladrón sabía lo que buscaba. Había objetos valiosos más fáciles de convertir en dinero que el grimorio… y menos voluminosos y difíciles de transportar, puesto que es un volumen con encuadernación de madera y de casi una vara de lado, bastante pesado aún faltándole la mitad de las hojas y teniendo la otra mitad comidas por los gusanos. Así que no se trata de un vulgar ladrón en busca de dinero fácil, me temo.

Se gira levemente a un lado cuando continúa hablando.

- Picado más por la curiosidad que por el objeto perdido, consulté con...

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16/05/2013, 23:59
Uzko encapuchado

El troll negro encapuchado que permanece sentado junto a la pared del fondo se mueve ligeramente, levantando la cabeza y mirando la espalda de Karrgiraz.

- Tiradas (8)
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17/05/2013, 00:07
Uzko encapuchado

El troll negro encapuchado que permanece sentado junto a la pared del fondo se mueve ligeramente, levantando la cabeza y mirando la espalda de Karrgiraz. Apenas audible, los oidos del pequeño enlo captan unas palabras susurradas casi imperceptiblemente en el idioma oscuro.

- Con otros más sabios...