Partida Rol por web

 Afortunadamente el sujeto había resultado amigable, lo que permitió al sacerdote relajarse un poco. Le dolía todo el cuerpo y aún más el alma por tener la sensación de que no terminaría aquel día con vida. Solo le quedaba destinar su último suspiro en proteger a la niña alienígena, al menos mientras le sea posible.

Sus cavilaciones vacilaron cuando el hombre que se había presentado como Morgan les ofrecía ayuda con sus heridas, definitivamente no era algo que hubiese esperado en aquel lugar. Una extraña fraternidad se desempeñaba en aquel subsuelo, y lo mejor sería aprovecharlo como un buen regalo del Pancreador.

Miro al tan Morgan y sonrió, fue una de aquellas sonrisas llenas de tranquilidad y cansancio, pero honesta en todo su sentido.

- Le agradezco la ayuda que nos está brindando, pero como bien ha dicho mi compañera necesitamos salir de aquí para no poner en peligro su refugio y a su persona. Fuerzas peligrosas, tanto como desconocidas nos están buscando. Y... – Marco hecho un vistazo al rastro de sangre que venían dejando – y no creo que hayamos sido muy prudentes en nuestra huida.

Borgias se quedó apartado mientras enfundaba su pistola, sin duda el ingeniero tenia mal humor, pero rápidamente entraba en razón, en el fondo no era una persona dificil, solo que con un pronto conflictivo y caracter agrio.

Observó atento con su ojo todo aquello que le rodeaba, normalmente podía ver cosas que estaban fuera del alcance del ojo humano.

ACTUALIZACIÓN

El viejo no dijo nada ante las apreciaciones del joven Sinbad, porque cuando la joven noble se sentó en la silla, Big Morgan se acercó a inspeccionar sus heridas. Se centró en la de la pierna, y sin ningún tipo de pudor o verguenza, con el mismo tono con el que pelaría una papa, el hombre arrancó un pedazo del pantalón de la noble sin pedir permiso, para liberar a la pierna. 

"Fiuuu" exclamó "vaya herida que tiene usted, señorita." Luego, de un pequeño maletín que había cerca de la silla, escondido en la oscuridad de la habitación, sacó una vendas y una botella de alcohol. Desinfectó la herida y la vendó, con la paciencia de un artesano, casi al ritmo de la hipnotizante música del aparato de radio. 

Luego, indicó con gestos al Sacerdote Guerrero que se siente en la mesa, le quitó la túnica y desinfectó las heridas con mano profesional. 

Pasó media hora en silencio, vendando las heridas de los dos, sin responder ninguna pregunta. Luego, cuando terminó, sacó del bolsillo otro cigarrillo y lo prendió. Se acercó a la radio y le subió el volumen. Un hermoso tema comenzó a sonar. 

Se apoyó contra la pared y, con actitud tranquila asintió con la cabeza. "Veo que sabes quién soy, muchacho" dijo para todos, pero mirando a Sinbad "Me alegra que mi nombre aun siga rondando en los oídos de los chicos de ahora... no por mi, ¿sabes?, si no por Baby... se merece todo el respeto posible..."

El grupo no pareció entender demasiado de que hablaban el muchachito y el viejo, y Morgan parecía disfrutar un poco de eso. "La cuestión es que aquí estoy, luego de años de estar en la cima, ahora estoy bajo tierra. Solo tengo una radio, y uno de los viejos refugios de la banda. Por cierto, ¿cómo es que llegaron aquí? ¿Y cual es ese peligro del que hablan? Nadie corre peligro en mi propiedad... a menos que yo lo diga."

Aspiró, bien profundo, su cigarrillo. 

"¿Detrás de la puerta?" preguntó como recordando la pregunta de Joyce "Solo tengo mi taller" y sonrió. La sonrisa era una mezcla entre la de un viejo abuelo tierno pero algo de la imagen, no saben qué, les hizo dar un escalofrío.

¿Un taller? Bien, tal vez sea un refugio...

- Tal vez - dice mientras mira a sus compañeros - tenga una salida. En cualquier caso, gracias. Toda ayuda... es bien recibida

Sonríe, o más bien hace la mueca mientras su nuevo compañero atiende sus heridas. Pero aguanta el dolor con estoicismo. No es el momento de vacilar, ya que vaciló demasiado para ayudar a su amigo y protector

 Al finalizar las tareas de curación el sacerdote permaneció en la silla durante unos momentos observando a hombre que le había brindado su ayuda, sin poder decir demasiado. Finalmente tomo la palabra, mientras acomodaba su túnica manchada por la sangre.

- Gracias por su ayuda Morgan, sin duda que el Pancreador lo bendecirá por tan noble acto, sin embargo si hay algo que pueda hacer para agradecerle no tiene más que decirlo. – Sabía que no era más que una frase trillada, pero lo hacía con toda la honestidad, no había encontrado la forma de decirle a aquel hombre que si no hubiese sido por su ayuda sus vidas estarían al borde del desvanecimiento, sin demostrar debilidad. Después de todo aún no sabían que tan confiable era.

Trascurrió un tiempo en que ninguno hablo, dejando que la música de aquella radio de la mesa penetrará en sus cuerpos.

- Debe poseer un pasatiempo interesante para permanecer bajo tierra tanto tiempo – Todo hombre con habilidad mecánica se sentía orgulloso de su trabajo, por lo que Marco intento entablar una conversación para quitar sus pensamientos de todo lo que los perseguía encaminando a Morgan a su supuesto hobby en el taller.

Boudicca estudió el comportamiento de Morgan. Al parecer, el y Sinbad tenían alguna especie de conexión que ella desconocía, pero que podía suponer como parte de una hermandad o algo similar. Al parecer, el hombre que los estaba ayudando era una especie de leyenda de algún tipo. Qué interesante. Sería bueno poder conversar con él, conocer un poco más su historia, ver que caminos ha recorrido y por qué actualmente no está buscando uno. Pero ahora no hay tiempo. Tenemos que salir de aquí. Yo debo salir de aquí. Necesito averiguar más qué es lo que está pasando con Atma-2 y por qué Inanna me parece un nombre tan especial.

-Disculpen, no quiero arruinar el momento... pero el tiempo apremia. Cada minuto que permanecemos aquí es un minuto más que el Imperio gana sobre nosotros. Tenemos que ponernos a resguardo, lejos de esta área.

Aunque la muchacha solía ser bastante paciente, la nueva búsqueda la impulsaba hacia adelante. Ya no podía permanecer bajo tierra, un nuevo objetivo se había instalado en su cabeza y su fe en el Pancreador la instigaba a seguirlo.

ACTUALIZACIÓN

"Vaya, vaya... parece que la niña tiene prisa" dijo Morgan señalando a Boudicca con la cabeza. Aspiró del cigarrillo y, por un instante, vieron como la persona y la música que sonaba parecían ser una sola cosa. El viejo largó el humo y dio unos pasos a la mesa. Retomó su peine y miró uno a uno. Se emprolijó el pelo en silencio, y luego se guardó el peine en el bolsillo. En un gesto medio inconciente, llevó su mano a la cabeza de Joyce y le revolvió el pelo en un gesto tierno, semejante al de un abuelo con su nieta. Al parecer no sabía o no le importaba, sobre la condición de Noble de la muchacha. 

Sonrió. "Es un pasatiempo bastante útil, la verdad" le dijo al Hermano de Batalla. "Se los mostraría, junto con la salida al exterior, pero...  ¿por qué, si se puede preguntar, debería hacerlo? Aun no me dijeron quienes son, ni de quien o qué huyen."

Aspiró de vuelta "Siempre es un placer ayudar a tres hermosas señoritas indefensas, pero no lo haré sin saber en que me meto." Y mientras decía esto miró directamente a Sinbad.

Escapan del imperio - dije sin titubear demasiado - del mismo imperio que en algún momento le ha seguido a usted o me ha seguido a mí. Protegen a una fugitiva y buscan salvarla de las garras del mismísimo infierno - sonrió - Yo de conocerlos pues nada nada, pero quien protege a un enemigo del Imperio merece mi confianza

Caminé un poco mas cerca del grupo - Sé que no tiene usted obligación de creer en mi palabra, pero yo también arriesgo mi cuello al ayudarlos - miré por un segundo, disimuladamente, a la Ur-Obun, para luego volver la mirada a Morgan - Ella no puede ser culpable de nada de lo que pueda culparla el imperio... Yo les he seguido los pasos desde hace un rato y no parecen malas personas. Incluso noto que algunos de ellos creen en el mismo Dios que alguna vez yo creí... - dije algo serio - Estoy loco... pero vamos!, ¿Quien no ha arriesgado alguna vez su vida por extraños?

Miré a morgan a los Ojos - Usted no es un sujeto común, eso lo sé. Grandes fueron las palabras que alguna vez escuché acerca de su paciencia, así como de su determinación al acabar las cosas... Si no ha acabado con nosotros es porque sabe que no todo es malo - sonreí otra vez - además, les curó cuando podría haber usado esa ventaja. Señor morgan, ayúdenos, prometo que en el momento yo le pagaré el favor con creces si es necesario... No los deje caer en las garras del imperio... - No era costumbre que Sinbad arriesgara su vida por otros, pero esa creencia tan ciega en el Pancreador mostrada por Boudicca le hacia rememorar sus años bajo la tutela de Pedro...

Cierra los ojos, sorprendida por la facilidad con la que Sinbad había desnudado sus almas, intenciones, objetivos. Todo su pasado había sido desvelado con increíble precisión, y con pocas palabras

- Supongo... que no se puede ocultar por mucho tiempo semejante situación - musita intranquila, mirandose las manos, como preguntandose si lo que había vivido merecía la pena

Este hombre nos ha ayudado, y como mínimo, si va a seguir ayudandonos, se merece nuestra confianza. Debe saber si va a ayudar a unos fugitivos del Imperio, si va a arriesgar la vida por una causa que persiguen unos locos... Je, seguro que muchos nos verán así, pero, ¿qué más dará ahora? Ya no podemos retroceder

Al ver la reacción de Sinbad una linda sonrisa apareció en el rostro de Boudicca. Su presentimiento había sido el correcto al confiar en él. Fuera lo que fuera a lo que se dedicara, tenía un código de honor, al parecer, igual que e recién conocido Big Morgan.

Tenía prisa, sí. El tiempo se volvía cada vez más escaso y ellos seguían en la stinieblas. El conocimiento era poder, eso era algo que la eskatónica tenía muy presente. Y a pesar de que a ella no le interesaba ostentar ese poder, si no continuar con la libertad de su Búsqueda, necesitaban de todas las armas posibles para hacer frente al imperio y lograr desentrañar por qué querían con tanto ahinco a Atma-2.

Vamos Morgan, danos el pase de salida. El ladronzuelo no será el único que se haga cargo de la deuda que contraeremos contigo. Yo también pagaré el favor que hoy nos harás... Vamos viejo lobo, dejanos seguir nuestro camino.

Deseaba poder decir esas palabras, pero no quería arruinar la atmósfera. Al parecer, Sinbad y Morgan hablaban el mismo lenguaje y dependería del joven lograr convencer al viejo que los ayudara esta vez.

 El sacerdote pensaba darle las explicaciones pertinentes a Morgan, pero el ladronzuelo lo había hecho con suma facilidad, dejando al descubierto todo aquello que pretendían no difundir. Que cambiaba ello, nada, absolutamente nada, por lo menos ahora aquel hombre sabría porque habían llegado aquellos extraños a su guarida y la razón por la que debían huir.

Tranquilo desde su lugar Marco analizo la situación y por un momento se sintió aliviado de no tener que ocultar la existencia de Atma-2 o de que el impero estaba dispuesto a destruir todo lugar por el que pasaran.

- Bien Morgan, como las justas palabras de Shinbad han expuesto, protegemos a esta niña de las garras del imperio… ¿quieres saber por qué? Pues no lo sabemos con seguridad, para algunos es una luz de esperanza, para otros una pequeña iluminada por la mano de nuestro señor y para otros una niña indefensa que ha caído en el lugar equivocado…

Hizo una pequeña pausa para apreciar un nuevo tema musical que iniciaba en la radio.

- Big Morgan, ya conoces nuestra historia, ahora nos gustaría saber la tuya y luego partir mientras aún tengamos tiempo de sacar a la pequeña del alcance del imperio.

ACTUALIZACIÓN

Big Morgan se quedó unos instantes en silencio, mirando a Sinbad. Aspiró de su cigarrillo varias veces, mientras parecía reflexionar sobre lo que dijo el muchacho. Comenzó a esbozar una sonrisa, lo cual terminó de completar el cuadro del viejo misterioso con la extraña pero pegadiza música de fondo. 

Entonces habló Marco, y el viejo reaccionó. Caminó hacia la mesa, lentamente y tarareando el ritmo de la música que salía de la radio. Se paró al lado de la mesa un segundo, y miró el aparato emisor. "Así que el Imperio..." dijo, como más para si mismo que para el grupo "... que raro" agregó mientras, en un movimiento repentino e insospechadamente rápido apagó la radio. La música dejó de emitirse y el ambiente pareció oscurecerse un poco. Una sensación de que algo faltaba se apoderó de cada uno de los presentes. 

El viejo tomó el antiguo aparato, lo dio vuelta y le abrió la tapa donde estaban las baterías. Retiró un resorte y un pequeño alambrecito. Miró a Boudicca, Inanna y especialmente a Joyce, les dirigió una sonrisa cálida y se dirigió a la puerta. 

"Muy bien" dijo "los ayudaré. No se por qué, pero me caen bien. Deben saber que no mucha gente sabe que existe este lugar, ¡y con un demonio!, nadie a pasado por esta puerta desde hace mucho." Sin decir más, metió el resorte en un pequeño engranaje de la enorme puerta metálica y encajó el alambre en otro sector, uniendo dos extremidades no muy grandes del mecanismo. Luego, sacó una llave del bolsillo y la metió en un pequeño orificio que estaba oculto en la pared, cerca de la puerta. 

Se escucharon ruidos mecánicos y entrechocar de metales. Los mecanismos se accionaron y la enorme puerta se abrió, deslizándose a un costado. El viejo se hizo a un lado, sonrió y extendió el brazo, como invitando a entrar. "Bienvenidos a mi taller" dijo, y un fuerte olor a aceite mezclado con otras cosas les despertó la curiosidad.  

Cuando pasaron se encontraron con una estancia muy grande, con el suelo y el techo de concreto, luces blancas y manchas de un líquido oscuro en todo el lugar. Las paredes estaban repletas de herramientas bastante ordenadas, pero usadas. Todo tipo de cosas mecánicas reposaban sobre varias repisas distribuidas por aquí y por allí, y tres mesas grandes en un rincón estaban repletas de engranajes, caños y diversas cosas que apenas podían imaginar para que servían. Pegadas a la pared, cerca de las mesas, había varias hojas blancas repletas de planos, dibujos y cuentas.
Pero lo más impresionante era que, en el centro del lugar, sostenida por fuertes cadenas unidas al techo, colgaba una vieja nave espacial. Estaba claramente entrada en años, pero limpia y emprolijada. Tenía unos 30 metros de eslora y 10 de manga. Era de un diseño viejo, utilizando pesadas planchas de metal para resistir el viaje, y estaba pintada de blanco y gris, con detalles en rojo. No era de ninguna casa noble al parecer. Varias de partes estaban abiertas, con sus motores a la vista y con infinidad de cables desconectados y piezas desarmadas, en pleno proceso de arreglo. 

Una sensación de profundo asombro se apoderó de todos.

Había contemplado todo el proceso de reflexión del viejo Big Morgan, y también como conseguía sacar la "llave" de acceso a su taller. La ausencia de la música había alertado sus sentidos, agudizando el oído para saber si algun sonido extraño procedía del exterior. La persecución podía no haber acabado de forma tan fácil

Se altera levemente cuando él le sonríe, pero también la relaja el hecho de que hubieran caído bien a ese hombre.

Es cierto que no se prodigan favores así como así en los días que corren, pero no tenemos otra opción, y no podemos rechazarla tampoco de cualquier manera

Al acceder al taller, su asombro es grande y palpable para todos. Alza la mirada para contemplar aquella magnífica nave que, aunque anticuada, parece cumplir las maravillas del sueño de realizar un viaje espacial

Borgias habia permanecido ausente y casi cabreado todo el tiempo hasta que aquel hombre empezó a mover mevanismos para abrir aquella puerta, entonces su interés creció y mucho.

Observó cada uno de los movimientos de aquel hombre, y su gran asombró llegó cuando entró en el taller...no pudo evitar un

wooowwwww...

Nervioso miro de un lado a otro tocando cosas de aqui para allá, pero terminó de asombrarse del todo al ver aquella vieja reliquia, madre mia-pensó- mientras la miraba de un lado a otro inspeccionandola al detalle.

Tras unos momentos de incertidumbre, la mirada de Big Morgan se posó en cada una de ellas suavizándose y por fin el extraño dueño de aquel taller se decidió a ayudar.

Cortó la música y extrajo algo del compartimiento de las baterías y luego abrió la puerta. Boudicca miraba asombrada lo que Morgan estaba haciendo, sin pronunciar palabra.

La eskatónica siguió al resto del grupo dentro de la nueva estancia y un sobrecogimiento la invadió. Allí dentro había demasiada tecnología. Casi que Big Morgan podría ser acusado de herejía ante el Imperio.

Con un gran esfuerzo logró contener su temor inicial. Ella no era ortodoxa. Todos esos condicionamientos de su niñez habían quedado atrás y ella debía recordarse que su búsqueda era ajena a todo ello. Si el Pancreador quería facilitarles una ruta de escape con medios controvertidos para la sociedad, no sería ella quién se opusiera a sus designios. Big Morgan había resultado ser una persona amable, no iba a condenarlo por adorar la tecnología. Además, necesitaban sacar cuanto antes a Atma 2 de allí y ella tenía que acceder a la biblioteca de la ciudad como diera lugar.

-Big Morgan... nos sacarás de aquí con esa nave? ¿aún funciona esa... antigüedad?- habló tímidamente. No quería ofender a su anfitrión, pero aunque cuidada, la nave se veía muy vieja; seguramente había sido fabricada antes de que ella naciera.

Si bien era impresionante conocer a Big Morgan, era aun mas impresionante que confiara en nosotros y que abriera lo que él llamó su "taller"

La puerta se movió y quedamos en rente de un lugar enorme, blanco, con luces cegadoras, con herramientas; y con una reliquia mas vija que yo de seguro "Esos colores... no son del imperio... ¿será la nave de Baby?" - Emmm señor Morgan - pregunté algo intrigado - ¿Esa nave a que facción pertenece? no me parece conocida para la edad que tengo, pero sus colores me parecen extrañamente familiares - la mira bien y se acerca, detallando a ver si consigue algun nombre en la cubierta que diga algo para su memoria, pero aun habla con los otros - Es hermosa - me habia asombrado su grandeza... nunca habia visto una de tan cerca... no sin preocuparme de que me atraparan merodeando